Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 1: Bienvenidos al Liceo

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08/04/2016, 16:24
Aitor Zumalacárregui

ESTHER activó la esfera que el joven vasco había re-calibrado siguiendo sus especificaciones y algunas correcciones sutiles pero importantes. Aitor no iba a comentar ese último punto por innecesario y por no quedar como un niño arrogante y creído. Tampoco es que fuera a ayudar en nada el comentario.

Cuando despertaron los "dormidos", el genio en ciernes sintió un subidón. Su intelecto le empujaba a pensar en posibilidades y en hechos, pero no en desastres o bien mayor o algo así. La moralidad, el bien y el mal, hacer las cosas como deben hacerse o enmendar errores era algo no tangible, más allá del intelecto. Algo que sus padres habían logrado inculcarle, ajeno a la inteligencia pura, mucho más importante. Y ahora, viéndoles despertar, sintió un tremendo alivio.

Por desgracia los telépatas, al parecer, habían sido anulados de una forma más potente. Lo había temido. Al fin y al cabo el ataque había sido *después* de que cayera Gata Lunar. Justo antes. Sería estúpido anular a los telépatas después de que hubieran podido avisar del ataque...

-Moussa, lo has hecho *muy* bien y nos has salvado la vida. Más de una vez. Pero si no quieres luchar solo con nosotros contra cientos de los robots de Ratchet o huir con el rabo entre las piernas, mejor que dejes que los profesores ayuden -comenzó, tratando de que el senegalés no siguiera con su berrinche y protestara una vez más, interrumpiendo líneas de pensamiento que podrían salvar el instituto y a sus ocupantes humanos, o más o menos humanos...- Diana tiene razón, Gata Lunar cayó antes de que comenzara el ataque, los telépatas habrán sido anulados previamente para que no dieran la alarma -y todavía no entendía cómo el mismo se había salvado, seguramente gracias a no estar plenamente desarrollado, o tal vez Salara consiguió escudarle- el propio Ratchet confesó que había anulado las comunicaciones, pero creo que podría lograr conectar a través de los satélites con el exterior, si mando una onda camuflada... Iván, si me permites -dijo cogiéndole el móvil que el chico-hada le ofrecía- voy a intentar incrementar la señal. Ummm, Iván, tengo una copia de la tarjeta de tu móvil, no perderás los teléfonos, pero te tendré que comprar uno nuevo, mis poderes no están... refinados, es posible que se sobrecarge -vamos, posible, que iba a freír ese teléfono en unos cuantos segundos.

Notas de juego

Si funciona, avisaría a los presentes para que sugirieran qué hacer con la nueva línea...

Móvil Alpha:

http://i63.tinypic.com/2m7t7ba.jpg

El móvil apuntaría sólo a un satélite en órbita geo-estacionaria sobre Europa (Aitor sabrá cuál es) y se comunicaría con él 1000 veces más rápido que el habla normal (podría transmitir imágenes, sonido, diagramas...), haciéndole, a continuación, transmitir información a un móvil cualquiera de la Tierra... siempre y cuando la interferencia sea sólo para señales convencionales. He hecho la señal indetectable, por si sirve.

Si la idea es factible pero con alguna modificación, adelante, máster, tienes todo el permiso del mundo.

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08/04/2016, 18:31
Narrador

Aunque hasta ese momento los novatos del Grupo 4 – o Super Grupo 4, según quién lo dijese – habían trabajado unidos, la reciente rabieta de Moussa amenazaba con separarlos de nuevo.

Marina asintió con la cabeza a la pregunta de Iván.

Mientras el senegalés y el chico hada se dirigían al portal ESTHER trató de llamarles la atención.

[color=#5858FA]► Moussa, Iván, esperad[/color] – dijo la ginoide, en un intento de detener a los muchachos [color=#5858FA]► El señor Bosch sabe cuidarse solo. Lo más probable es que haya ido a su despacho a buscar sus cosas.[/color]

- Yo también tengo allí el traje… - admitió el señor Richmond.

[color=#5858FA]► El caso es que estáis heridos y cansados[/color] – se apresuró a decir la profesora de tecnología, con aquella voz más humana que robótica. Parecía preocupada [color=#5858FA]► Deberíais esconderos junto a los demás estudiantes y descansar mientras resolvemos la situación…[/color] - también se dirigió a Sara mientras decía aquello.

- No perdamos más tiempo, Esther – dijo la mujer del pelo de plumas – Vamos, Sextus.

La mujer del pelo de plumas y el enorme león antropomórfico abandonaron rápidamente el auditorio, yéndose por la misma puerta que habían usado Diana y Rudy para entrar.

Gina/ESTHER se acercó a Aitor después de que éste manipulase el teléfono móvil de Iván.

[color=#5858FA]► Es posible que la comunicación por satélite funcione, Aitor, aunque dudo que los sistemas de Ratchet lo dejen pasar. Cuando descubrí la situación traté de contactar con la Nueva Generación y los servicios de emergencia, pero no tuve éxito.[/color]

Aitor esperó, con esperanza, los resultados de su invento. Pero el teléfono móvil modificado no parecía poder conectar con ningún satélite cercano. Las comunicaciones parecían poderse dar dentro del área en la que se encontraban, porque él había podido comunicarse con Gina y con sus robots, y sospechaba que el método que empleaba ESTHER para controlar a sus Palomas sería parecido.

Pero era como si hubiese un muro que los separase del exterior. Una barrera impermeable a cualquier tipo de comunicación que se les pudiese ocurrir. Puede que Ratchet fuera un bocazas, pero había conseguido aislarlos de verdad.

- Hay que llevar a los estudiantes a la Sala del Peligro – dijo seriamente el director – Esther, ¿puedes guiarlos tú?

La ginoide asintió, y Richmond se encaminó también hacia las puertas del auditorio. Unas cuantas Palomas más entraron en la sala, flotando y pitando. Comenzaron a emitir un mensaje para los estudiantes.

[color=#5858FA]~ El Liceo se encuentra bajo ataque. Todos los estudiantes deben dirigirse a la Sala del Peligro. Por favor, seguid a las Palomas. ~[/color]

El mensaje causó revuelo entre los estudiantes. Pero poco a poco comenzaron a disponerse en filas detrás de los drones blancos.

[color=#5858FA]► Será mejor que vengáis conmigo[/color] – dijo Gina/ESTHER a los componentes del Grupo 4 que todavía se encontraban allí* [color=#5858FA]► Desde la Sala del Peligro estaremos seguros y podremos ver cómo solucionar lo de las comunicaciones.[/color]

Notas de juego

*Moussa e Iván (y Sara también, que lo ha propuesto la primera), es decisión vuestra si os vais finalmente.

Y bueno, depende de todos vosotros realmente si queréis acompañar a Esther o no.

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08/04/2016, 18:34
Averno

Justo en aquel momento Diana estaba ayudando a levantarse a uno de los estudiantes. Su piel era completamente verde. Llevaba puesto el uniforme de la escuela, como Hermes y Gata Lunar. Y tenía un par de cuernos que sobresalían de su frente y se curvaban hacia atrás. Era el chico de los cuernos que habían visto en la entrada, el que se había reído de Gata Lunar.

- Oh… Parece que un ángel me haya despertado de un largo sueño… - dijo el muchacho, sonriente, mientras se reincorporaba.

Se estiró, como quien se despereza tras despertarse por la mañana.

- Me siento como si hubiese estado durmiendo en el suelo.

Era eso mismo lo que le había pasado.

- ¿Qué demonios – matizó demonios con un tono jocoso – ha pasado?

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08/04/2016, 18:35
Hécate

- Averno – la mujer de blanco llamó la atención del chico de los cuernos – Ven aquí.

Averno debía de ser su nombre en clave. Tras guiñarle un ojo a Diana el muchacho hizo lo que le decían.

Frente a la profesora se habían reunido Hermes – tras separarse finalmente de Gata – Fusión y la chica de la piel mineral que habían visto antes los novatos. Los veteranos.

- Hermes, tu equipo y tú sois lo más parecido a la Nueva Generación que nos queda. No me gusta decir esto pero debo pediros que luchéis junto a nosotros.

El tono de la mujer de blanco era sincero, directo y no admitía réplica. Pocas personas se sentirían impulsadas a decirle que no a nada.

- Pero no tenemos a Gata – respondió Hermes, con un deje de tristeza en la voz – Y Fusión no está al cien por cien.

[color=#0040FF]► Da igual[/color] – replicó el aludido [color=#0040FF]► Puedo luchar.[/color]

- Nos las podemos arreglar sin la Gatita, capitán. Tan solo tendrás que gritar más cuando nos digas qué tenemos que hacer – añadió Averno, con su habitual tono burlón.

- Está decidido – sentenció la profesora – Y vosotros – se dirigió a los componentes del Grupo 4 – Haced caso a Esther y acompañadla a la Sala del Peligro. Estoy segura que hoy habéis hecho una gran labor, pero es hora de que descanséis y dejéis que nos encarguemos de todo.

Chasqueó los dedos. Hasta ese momento había ido vestida con unos pantalones y una blusa blanca. Pero en un instante, y tras un fogonazo de luz, su ropa se convirtió en una especie de toga.

Tenía pinta de diosa griega, o algo por el estilo…

César chasqueó la lengua, molesto, mientras la profesora de blanco y los cuatro veteranos avanzaban hacia la salida. Iban a dar batalla. Y a ellos los estaban dejando de lado.

Hermes se giró un instante para mirar a los novatos. Les dedicó una sonrisa sincera.

Hicieran lo que hicieran, se habían ganado el respeto del telequinético.

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09/04/2016, 11:20
Sara Carrión

Dirigió una mirada furibunda a Rudy cuando dijo justo lo contrario que tenía que decir. Pero tampoco importaba tanto, pues ya sabía que los adultos no les iban a hacer caso, dijeran lo que dijeran. Efectivamente los querían excluir de aquello y eso era un fastidio, pues los estaban considerando como niños (y ella ya no era una niña, pues dentro de dos días cumplía dieciséis). Aún así, Sara estaba acostumbrada a ser disciplinada y simplemente se resignó. No iba a marcharse con Moussa e Iván, aunque en realidad, le gustaría.

- Venga, vamos a la sala de peligro.

Mira que irse a buscar un sitio seguro a la sala de peligro... eso era muy contradictorio. Sara acabó mirando al resto de los SG4-Men. Varios habían abogado por "SG4", pero al nombre le faltaba lo de "Men" detrás y parecían no haberlo advertido. Estos chicos...

 

 

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09/04/2016, 16:08
Moussa Dakar

El senegalés era alguien tremendamente voluble, capaz de cambiar su estado emocional con terrible facilidad. Tal vez fuese debido a su hiperactividad o a que sencillamente era incapaz de canalizar bien sus propias emociones. Fuese como fuese, la verdad es que tras las palabras de Aitor, Moussa no sabía realmente qué es lo que quería hacer. Luchar nunca había sido su opción favorita, pero la de huir y quedar como un gallina tampoco le apasionaba. Además sabía que en el fondo todos tenían razón, ellos eran novatos y demasiado habían logrado sin apenas dominar sus poderes. Lo más lógico era que los más veteranos y poderosos de la escuela se encargasen de la amenaza de Megamind. Pero lo que más odiaba, es que ninguno de los profesores se había dignado a darles las gracias por salvarles el culo. Simplemente se habían levantado y les habían tratado con desdén, algo que hacía que la furia del muchacho ardiese con gran intensidad.

-Tienes razón... -Admitió con un susurro ante las palabras de Aitor. Admitir que estaba equivocado no era algo sencillo, no al menos para él.   -...que ellos defiendan la escuela. Para eso están ¿No? Pero te equivocas en algo, todos hemos salvados vidas aquí. Chiissttt...Si hace un solo día me dicen que iba a rompermee la cara contra un ejército de droides para evitar que se cargasen el colegio, no les habría creído nunca.   -El muchacho se encogió de hombros.    -En todo caso siempre desee ser yo el que mandase los droides a destruir la escuela.

Para Aitor adquirir nuevos conocimientos tal vez fuese algo divertido, pero para Moussa la palabra colegio era sinónimo de prisión y tortura. Además...¿Qué niño no ha soñado siempre con ver arder su escuela?

El enfado iba remitiendo poca a poco, dejando a su paso una oleada de puro cansancio. Por suerte, parecía que no tendrían que seguir combatiendo y que ir a buscar a Bosch tampoco parecía ya una prioridad. Seguramente el viejo se daría cuenta enseguida de que el resto de profesores estaban en pie y no tardaría en unirse a ellos. Así que Moussa se volvió hacia sus compañeros.

-Diana, no te preocupes. Tal vez no puedas rastrear a una persona, pero eres la chica ideal para aplastar cabezas, lo cual mola mucho más.    -Después se volvió hacia Ivan. El chico hada le tenía desconcertado, al principio le parecía quién esgrimía los poderes ofensivos más débiles, pero según había avanzado la batalla, sus poderes se habían ido volviendo cada vez más y más poderosos. Además podía volar, lo cual era guay, pero también podía volverse invisible y extender ese poder a otros, lo cual era doblemente guay.   -Gracias por el ofrecimiento, pero tenéis razón. El viejo sabe como defenderse, además ahora que está despierto, no podrán acabar con él. Oye...esto...no quería parecer brusco antes, pero no me molan los adultos. Estaba enfadado con ellos, pero la idea de las hamburguesas mola, en cuanto pueda, iré a por ellas.   

Cuando escuchó que el nombre del grupo le gustaba a Rudy, no pudo evitar mostrar una ligera sonrisa. Aunque también sintió un profundo escalofrío recorrer su ser. ¿Qué pasaría si Rudy descubría que lo de SG 4 no era realmente ese rollo de Super Grupo 4, sino que venía por su serie favorita? Después de todo, en Stargate los nombres de los equipos eran siempre SG seguido de un número. ¿Se lo tomaría a mal? ¿Le lanzaría una de sus famosas miradas? Mejor sería que no lo descubriese jamás por si acaso. 

-Me alegro que te mole, bro. Ahora hay que buscarte un nombre a ti...Si no estuviese tan cansado, seguro que se me ocurría algo bueno.   

Moussa se fijó también en Sara, la muchacha era un poco estirada, pero había luchado con coraje y se había preocupado para que todos saliesen de una pieza. ¿Se habría equivocado al juzgarla anteriormente? La otra vez le dijo que podía llegar a ser guardaespaldas o algo así y claro, eso le sentó mal. ¿Pero acaso ella sabía de la existencia del escudo Asgard? ¿Se lo habrían dicho los muertos? Era mejor no pensarlo, aquello era demasiado raro y sabía que si le daba demasiadas vueltas a todo aquello, no lograría dormirse por la noche temiendo que del armario saliese cualquier espíritu.

Por último, Moussa se fijó en la conversación que había entre Aitor y E.S.T.H.E.R. Tal vez no fuese ni la mitad de inteligente que ellos, puede que incluso fuese decenas de veces más tonto. Pero se dio cuenta de que aquella era una oportunidad única para dejarles con la boca abierta.

-Según mis cálculos, por la energía que está procesando la nave de megamind, su tamaño, la composición de atmósfera y la temperatura ambiente...yo diría que la señal tan solo está bloqueada en un radio de unos dos kilómetros. Basta con salir de ese rango y podréis comunicaros con los supernenes o con quién os de la gana. Puedo sacaros de aquí en un abrir y cerrar de ojos, tan solo engordaré un 5% la recompensa que el Liceo va a darnos. Por otro recargo del 10%, puedo abrir un portal directamente con la sala de peligro para que estos moñas no tengan que andar demasiado.   -Dejando bien claro que lo de moñas iba por los estudiantes ajenos a su grupo. Por otro lado, Moussa apenas sabía de matemáticas, pero tenía buena memoria y estaba usando lo que Megamind les había confesado en lo referente al inhibidor de señales.    

 

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10/04/2016, 11:45
Aitor Zumalacárregui

-Es el momento de dejar paso a las "ligas mayores" -dijo Aitor, dando carpetazo a su actuación en el Liceo. Hasta el momento el joven vasco había sido educado para no convertirse en un arrogante, pedante y pequeño sabelotodo encantado de su propia voz, así que su humildad superviviente, absolutamente integrada en su personalidad, le llevaba a no necesitar reconocimiento o alabanzas. No necesitaba que los adultos le pusieran medallas (aunque en este caso consideraba que al acabar el curso sí merecerían una mención especial en su expediente, sería lo apropiado -y conveniente para algunos de los componentes del grupo 4).

Asintió a las palabras de ESTHER y luego a las de sus compañeros, los de ella y los propios. Incluso se sonrió al darse cuenta de que Moussa estaba aprovechando la confesión de Ratchet para echarse flores.

-Rudy, ¿podrías traerme un par de droides de Ratchet? Creo que les puedo dar buen uso. ESTHER, la opción de enviar a alguien con un móvil fuera del radio ya se nos había ocurrido, pero preferimos no separarnos más. Con esos droides estropeados podría arreglármelas para enviar uno fuera que pudiera conectar con el exterior (desde el exterior). Sólo me falta saber a quién y dónde enviarle una señal...

Notas de juego

Acompaño a los demás a la Sala de Peligro.

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10/04/2016, 18:02
Rudy Vergara

-Pero... Pero...¿Y ya está? -dije cuando nos mandaron a la Sala del Peligro.- Hemos salvado la escuela y... ¿Pasáis de nosotros así? Yo... Yo quiero pelear...

Maldita sea. ¿Donde había quedado eso de agradecer las cosas? Nos habían ninguneado como si nada. Y ahora nos relegaban a bebés en apuros.

Entonces escuché a tres de mis compañeros. Ellos querían ir a la Sala del Peligro, permanecer a salvo. Me fijé en como estaban, parecían cansados. Tal vez debía pensar un poco más en ellos. Ellos no eran superresistentes, no tenían los mismo poderes que yo, y a cada unos les afectaban los suyos de una forma diferente. Sería egoísta ir a la guerra sin ponerme primero en su lugar. Eran mis compañeros...

-Bueno... Tenéis razón. -dije al fin derrotado, dejando caer mis hombros. Esperaba que no pensasen en mí como un kamikaze incauto, solo que... Necesitaba ser un héroe, tenía que salvar muchas vidas. Tenía que enmendar los errores de mi pasado.

-Rudy, ¿podrías traerme un par de droides de Ratchet? Creo que les puedo dar buen uso. 

-Oh, sí, claro. -le contesté al genio. ¡Por fin podía ser útil!

Me dirigí a donde descansaban los cadáveres (¿O cáscaras?) y cogí los dos que parecían más completos y con menos daños. Me puse uno a cada hombro y se los llevé a Aitor.

-Mira, Driver. Estos parecen sanotes, jeje. -dije zarandeándolos un poco.- Es broma, perdón. Espero que te sirvan.Y en cuanto a lo de antes... Bueno, ya hablaremos en otro momento.

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11/04/2016, 13:55
Diana Castelló

Nadie respondió a sus insinuaciones con respecto a Ratchet, salvo Rudy, así que Diana definitivamente creyó que todo lo que había sugerido era una completa locura, así que desistió de intentarlo de nuevo. Pero tras ser ignorada, de repente comenzó la ronda de halagos, primero Averno, el cual hizo que su piel se sonrojara un poco y luego Moussa. Si, la chica sabía pelear, y le gustaba hacerlo, así que durante mucho tiempo había entrenado con su madre para mejorar sus habilidades en combate... nunca supo cuando llegaría su oportunidad hasta aquel preciso momento.

La chica se tomó un momento, hizo crujir su cuello a ambos lados, sus nudillos uno por uno, puso sus manos tras su cuello e hizo algunas torsiones laterales e hizo un par de ejercicios adicionales para rodillas y hombros. Respiró hondo y volvió a prestar atención a sus compañeros, para cuando aquello, ya estaban decidiendo irse a la sala del peligro a descansar, así que la chica se encogió de hombros y asintió. Si caía otra granada sónica, iban a estar bien jodidos, pero bueno... ella lo había advertido.

- Bueno, como digáis, pero si vamos a ir a la sala del peligro deberíamos salir cuanto antes, no sea que se vaya a liar de nuevo y volvamos a vernos envueltos e más refriegas.- La chica parecía completamente sana, salvo por unos rasguños, en realidad si tuviera que combatir no tendría problema ninguno, pero le preocupaban los demás. Algunos de ellos no parecían ser precisamente resistentes.

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11/04/2016, 21:13
Iván Auriol

Iván frunció el ceño mientras Aitor explicaba lo que estaba haciendo con su teléfono, sobre todo cuando oyó que iba a quedar para el arrastre después de todo eso. No era exactamente lo que tenía en mente cuando había sugerido su plan.

- No yo, ehm, me refería a usarlo dentro de la zona como un walkie-talkie entre nosotros. Con alguna aplicación o algo… Pero bueno ahora ya está. Parece que no va a hacer falta.

Moussa, poco característicamente, había cedido en su empeño de ir a buscar al señor Bosch. Quizá no tuviera muchas ganas de hacerlo de buenas a primeras. Así que ya no había razón para ir a ningún lado que no fuera junto a los demás.

Algo de lo que se alegraba, realmente. Estaba cansado y solo había querido acompañar a Moussa por no dejarlo solo. No quería no alabanzas, ni acción, ni estar en primera fila, ni siquiera sentirse útil. Solo quería descansar y estar protegido. Ciertamente, la sala de peligro tenía un nombre poco adecuado para ser un lugar seguro, pero se abstuvo de mencionarlo. Apatía, más que deferencia.

- ¿Nos abres ese portal Moussa? – le dijo al senegalés, flotando en el aire hasta quedar sentado boca abajo frente a él – Y lo de las hamburguesas, en cuanto los “grandes” se carguen tu nave, y nos hayamos podido asear un poco, mejor vamos todos juntos. ¿Mejor así no?

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12/04/2016, 09:18
Gina

[color=#5858FA]► Nos harías un gran favor si usases tu poder para ayudarnos a llevar a los estudiantes a la Sala del Peligro, Moussa[/color] – dijo E.S.T.H.E.R, agradecida [color=#5858FA]► Y en cuanto a vuestra idea, creo que puede funcionar[/color] – asintió con la cabeza. [color=#5858FA]► Hagámoslo.[/color]

En cuanto Moussa abrió un portal hacia la Sala del Peligro, todos los estudiantes comenzaron a cruzarlo. E.S.T.H.E.R. vigilaba que todo el mundo entrase, aunque en algunos momentos parecía detenerse por completo, como si el cuerpo robótico de Gina se quedase congelado.

Aitor supuso que coordinar la red entera de Palomas, que se encontraban luchando en el exterior y guiando a los alumnos en el interior, debía de ser demasiado para los procesadores de Gina.

Los miembros del Grupo 4 advirtieron que algunos de los estudiantes, igual que Gata Lunar y la profesora, seguían inconscientes. Eran llevados en brazos por sus compañeros. Marina, a petición de E.S.T.H.E.R., cargó con Verónica, y Sara se encargó de llevar consigo a Gata Lunar. Rudy, por su parte, cargaba sobre su espalda dos de los droides derrotados por él y sus compañeros.

Al final quedaban sólo ellos. Aitor, Diana, Iván, Moussa, Rudy, Sara, César y Marina. El Equipo 4.

Habían hecho un gran trabajo aquel día, que era nada más y nada menos que el primero del curso.

Gina, con un gesto gentil, les invitó a cruzar el portal.

Era hora de descansar. Hora de que los mayores luchasen por la escuela. Pese a su éxito seguían siendo niños. Aunque aquello no empañó el sentimiento que todos compartían en aquel momento.

Camaradería.

¿Era aquello lo que sentían los equipos de superhéroes cuando se enfrentaban juntos al peligro?

Debía de serlo, porque sentaba genial.

El Equipo 4 cruzó el portal, que se cerró lentamente a sus espaldas. La batalla para ellos ya había acabado, pero no era así para el exterior. Allí tan solo acababa de comenzar…

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12/04/2016, 09:19
Narrador

Unidad P-026: Grabación en directo

La pantalla holográfica mostraba una figura que flotaba en el aire. Era una mujer envuelta en una tela blanca que ondeaba a su alrededor, como mecida por el viento. Su cabello se sacudía salvajemente, como una bestia que trataba de arrancar las cadenas que la aprisionaban.

Era la profesora de blanco, que volaba en medio de un vendaval. Hacía gestos extraños con las manos y entonaba incomprensibles cánticos. Tras señalar a un numeroso grupo de drones que zumbaban frente a ella el vendaval que la envolvía se dirigió hacia los robots enemigos, atrapándolos en un tornado que los hizo chocas entre ellos y explotar.

De un solo movimiento había derrotado a unos treinta enemigos.

La profesora siguió gesticulando y pronunciando palabras extrañas. Eran hechizos. Y con cada uno de ellos los enemigos caían como moscas. Una gigantesca bola de fuego. Un torrente de agua a presión. Una tormenta eléctrica. No había límite para la destrucción que desataban los hechizos de la profesora.

Cada nuevo ataque venía acompañado de un coro de exclamaciones y vítores en la Sala del Peligro. Pues los estudiantes, a través de las pantallas holográficas de las Palomas de E.S.T.H.E.R. seguían desde su sitio seguro los distintos frentes de la batalla.

 

Unidad P-177: Grabación en directo

- ¡Vamos chicos, el Smasher es nuestro! – gritó Hermes a pleno pulmón.

El veterano y sus compañeros no luchaban a solas como hacía la profesora de blanco. Ellos eran poderosos por sí mismos, pero su verdadera fuerza radicaba en su trabajo en equipo.

Hermes, Fusión, Averno y Cuarzo.

Les faltaba un miembro, pero no por ello lucharon con menos ganas o valor.

Dado que Hécate, la profesora de Magia, se estaba encargando de las masas más grandes de enemigos, el equipo de los veteranos había ido a enfrentarse a los objetivos individuales más grandes.

Frente a ellos se encontraba una de las unidades Smasher de Ratchet. El genio malvado no se había detenido tras verse frustrados sus planes, y había desplegado a todos sus robots pesados. Todos corrieron hacia él, con la intención de derribarlo cuanto antes mejor. Ya llevaban tres de esos y comenzaban a estar cansados.

El enorme robot disparó con su enorme cañón a Averno y a Cuarzo, que se encontraban en su línea directa de visión.

“¡BOOM!”

Tras la explosión de energía en el suelo, allá donde habían estado los veteranos, no quedaba más que el suelo ennegrecido.

¿Dónde estaban?

- ¡Envío urgente!

En el cielo, a unos cincuenta metros sobre el Smasher, Averno y Cuarzo se precipitaban en caída libre hacia el enemigo. Cuarzo, la chica mineral, adoptó una aerodinámica posición con los puños al frente.

- Todo tuyo, guapa – Averno guiñó un ojo antes de desaparecer en una nube de humo rojizo, materializándose en el suelo sin dificultad alguna unos instantes después.

El Smasher, desorientado, giró sobre su eje y trató de avanzar, pero un haz de energía le impactó de lleno, haciéndolo cesar en su empeño. Fusión volaba en círculo alrededor del enemigo, conteniéndolo con sus rayos.

[color=#0040FF]► ¡No te vas a escapar![/color]

El Smasher alzó su gran cañón y apuntó contra el chico de la armadura. Un poderoso zumbido indicó que estaba a punto de disparar, pero entonces un droide salió volando contra él, golpeando el brazo en el momento justo para desviar el ataque. Hermes, desde lo lejos, seguía cuidando de los suyos.  

Cuarzo impactó finalmente al Smasher, cayendo encima de él y atravesándolo parcialmente. El robot se sacudió con fuerza, dejando a la chica mineral tendida en el suelo después de la maniobra, justo a sus pies.

- Au… - se quejó - ¡Tendrías que haberme tirado desde más arriba! – gritó Cuarzo, intentando hacerse oír en medio de la batalla. No parecía estar herida, pero se frotaba la cabeza.  

Pese al enorme boquete que le había abierto la chica mineral, el Smasher seguía moviéndose. Proyectó su inmensa mano sobre la joven, en un puñetazo que hizo retumbar el suelo a su alrededor.

En ese momento, en la Sala del Peligro se hizo el silencio. Los estudiantes que observaban la batalla contuvieron la respiración durante unos segundos.

[color=#0040FF]► ¡Aparta’t d’ella![/color] – gritó Fusión, concentrando toda su energía en un grueso haz que hizo caer de espaldas al robot.

Averno se teletransportó junto a Cuarzo, y con otro de sus saltos, la apartó de la batalla.

Fusión, por su parte, siguió castigando al enorme Smasher con repetidos ataques. Las manos de la armadura comenzaron a calentarse al rojo vivo.  

- ¡Fusión, aléjate de él! – le gritó Hermes a su amigo - ¡Estás demasiado cerca!

El chico de la armadura hizo oídos sordos – o puede que no le oyese – pues siguió disparando contra el robot a bocajarro. Con un amplio movimiento, el Smasher trató de pronto de asestarle un manotazo a Fusión, para quitárselo de encima cual mosca molesta.

Por suerte Hermes había comenzado segundos antes a volar a toda velocidad hacia su compañero, apartándolo de la trayectoria del ataque con un brusco empujón que hizo que ambos se estrellasen contra el suelo del patio.

- ¿Estás tonto o qué? – se oyó al telequinético riñendo a su amigo mientras el Smasher se reincorporaba.

[color=#0040FF]► ¡L’ha estampat contra el terra, Dani![/color] – Fusión le devolvió el empujón, haciendo trastabillar a su compañero [color=#0040FF]► ¿És que no ho has vist?[/color]

“¡BOOM!”

Otro disparo, dirigido contra Hermes y Fusión. Los reflejos del telequinético no le fallaron esa vez, se puso delante de Fusión y alzó una mano con decisión. La energía del disparo se partió en dos justo antes de llegar hasta a él, dividida por un obstáculo invisible.

El rostro de Hermes era la pura expresión del cansancio.

- ¿Qué me he perdido?

De pronto, sobre el robot, se encontraba Averno de pie. Parecía estar jugando en lugar de luchando por su escuela. Se asomó al boquete que había abierto la caída de Cuarzo sobre el Smasher y chasqueó los dedos en su interior. Unas chispas amarillentas surgieron de sus dedos, prendiendo fuego al interior del robot. De nuevo, en una nube roja, el veterano de los cuernos desapareció de la superficie del robot, que se golpeó fuertemente a sí mismo al intentar atraparlo. Aquel fatal golpe lo hizo caer de bruces. Se revolvió en el suelo mientras las llamas conjuradas lo devoraban por dentro.

Averno apareció junto a sus compañeros con una amplia sonrisa en el rostro. Agarró a Hermes y a Fusión del brazo, y se los llevó con un nuevo salto.

Cuatro Smashers en doce minutos. No estaba mal.

 

Ave de Presa: Conexión directa

- Espero que estés viendo esto, Esther – dijo la gruñona voz del leonino – Esto sí que es potencia de fuego, no como esas Palomas tuyas.

Un montón de lucecitas tintinearon en la pantalla holográfica. Eran los controles del Ave de Presa, la nave Shi’Ar de la profesora K’Sha, de Cultura Alienígena.

En el puesto del piloto estaba la profesora, y en el de artillero el enorme leonino. La nave era pequeña, pero contaba con suficiente potencia de fuego como para hacer que las naves enemigas se lo pensasen dos veces antes de entablar combate con el Ave de Presa, por grandes que fueran.

- Sigo sin entender como el gobierno nos deja tener esto aquí – comentó el leonino.

- Ojos que no ven… - respondió la profesora Shi’Ar.

[color=#5858FA]► Concentraos en el objetivo. Os estoy transmitiendo las coordenadas de la nave de Ratchet.[/color]

E.S.T.H.E.R. no estaba ofreciendo imágenes en directo de la batalla en la Sala del Peligro sólo para el deleite de los estudiantes, si no que estaba coordinando la ofensiva del Liceo.

Justo en aquel momento Aitor había acabado de ensamblar el droide modificado capaz de enviar señales vía satélite.

[color=#5858FA]► No estaría mal avisar la división de SHIELD más cercana, y enviar un mensaje a la Nueva Generación, en Cádiz. Deberías poder comunicarte con el Colibrí si sigues mis indicaciones.[/color]

Moussa abrió un portal – tras la promesa de cierta recompensa – directo al exterior de la barrera de Ratchet. El Droide de Comunicaciones de Aitor lo cruzó.

Ahora sólo quedaba esperar… 

 

Unidad P-271: Grabación en directo

A pesar de los esfuerzos de Hécate y los estudiantes veteranos, el exterior de la escuela seguía atestado de robots asesinos. Parecía que Ratchet había jugado todas sus cartas en aquel ataque.

La profesora de Magia había perdido ya la cuenta de los enemigos eliminados, pero no podía evitar notar cierta fatiga. Aquel despliegue de poder le estaba pasando factura…

Descendió hacia el suelo, necesitaba un respiro. Pero los robots no dejaban de aparecer. Era como si se multiplicaran… ¿por qué no se acababan nunca?

Se escucharon pesados pasos retumbantes. Otro de esos Smasher. Parecía que los chicos habían derribado a unos cuantos, pero eso no quitaba que seguían siendo los robots más grandes y fuertes de Ratchet.

El robot la localizó y se acercó hacia ella a la carrera.

¡Maldición!

Hizo un gesto con la mano y comenzó a pronunciar un hechizo, pero las palabras se le atragantaron en la boca. Había abusado demasiado de su magia.

El Smasher estaba ya sobre ella y… de pronto notó cierta sensación de ingravidez. Estaba en los brazos del director, que se había puesto el traje de Halcón Nocturno, elevándose en el aire a gran velocidad.

- No soy una damisela en apuros, Kyle.

Bajo la máscara del Halcón, el director sonrió.

- Era para que él tuviera espacio.

Hécate, confusa, miró hacia abajo. Una pequeña figura – desde su perspectiva, claro – se enfrentaba al Smasher en aquel momento. Llevaba traje, y una katana en la mano. Aunque su ropa estaba rota y ofrecía un aspecto lamentable, seguía reteniendo gran elegancia y dignidad.

Era Bosch.

- ¿En serio ha ido a cogerla? – preguntó la bruja de blanco.

El subdirector corrió hacia el robot y, de un gran salto, se plantó en su cabeza. Tomó la empuñadora de la katana con las dos manos y hundió su filo en el Smasher, arrancándole chispas azuladas.

Cuando el robot fue a golpear a Bosch, él ya no estaba allí. Había saltado por su espalda y, clavando su katana en él al inicio de la caída, le abrió una brecha de arriba abajo que debió de sesgar sus circuitos internos, porque el Smasher cayó derribado, incapaz de moverse.

Aquella arma oriental había cortado al robot como si no fuese más que papel.

- Ese artefacto demoníaco debería estar fuera de nuestra escuela.

- No puedes quitarle al viejo sus juguetes – lo defendió Halcón Nocturno mientras dejaba a Hécate en el tejado de la escuela – Vamos, aún quedan muchos por derribar.

El director se lanzó entonces en picado hacia un grupo de droides que trataban de acceder a la cafetería. Voló entre ellos, golpeándolos rápidamente y derribándolos, para luego ascender rápidamente y enzarzarse de nuevo en combate, esta vez con un grupo de drones. El Halcón Nocturno volaba por el campo de batalla, dejando tan solo montones de chatarra a su paso.

- SHIELD va a disfrutar limpiando este desastre…

 

Ave de presa: Conexión directa

- Muy bien jefa, lo tenemos a tiro – informó K’Sha desde la nave – Sextus, dispara.

- ¡Chúpate esa Mono calvo! – gritó el Leonino mientras disparaba la artillería del Ave de Presa contra el cielo.

No veían nada con sus ojos, claro, pero ahí debía de estar la nave camuflada de Ratchet.

Los misiles de energía chocaron contra los escudos de la nave enemiga. Parecía que no iba a ser tan fácil.

De la nada apareció una oleada inmensa de drones y comenzó a envolver al Ave de Presa, haciéndole estremecerse en el aire. K’Sha aceleró, dejando atrás a las molestas máquinas y volvió a encararse hacia la nave de Ratchet.

Una nueva andanada de proyectiles voló hacia el cielo. Quizá fue suerte, pero los escudos enemigos cedieron ante sus armas, y la forma de la nave de Ratchet comenzó a advertirse en el cielo.

- ¿Por qué no nos dispara de vuelta?

- Sabe que no puede con nosotros – comentó K’Sha, confiada – Mira, se retira.

La enorme nave de Ratchet comenzó a alejarse mientras la oleada de drones envolvía de nuevo al Ave de Presa. Disparaban a discreción con sus pequeñas armas, aquello no eran más que picadas de mosquito para la nave Shi’Ar.

- ¡Vamos a darle caza! – gruñó Sextus.

- ¡Y que lo… - comenzó a responder K’Sha, pero su frase se cortó a la mitad pues calló de pronto, y se llevó las manos a la cabeza - ¡Agh! ¡Está en mi cabeza!

- ¡Plumitas, los mandos!

El leonino se levantó de un salto y trató de tomar los controles de la nave, pero a los pocos segundos él también se contrajo por el dolor. Había algo en su cabeza, una fuerza que aplastaba su mente y atenazaba su cuerpo.

Los dos profesores cayeron contra el suelo metálico de la nave.

Desprovista de piloto, el Ave de Presa comenzó a precipitarse en caída libre, mientras los drones furiosos la envolvían.

Los estudiantes de la sala del peligro comenzaron a gritar.

“¡Que se cae, que se cae!” “¡Se van a matar!” “Esther, ¡haz algo!”

 

Unidad P-059: Grabación en directo

Una lluvia de proyectiles azulados barrió con precisión a los drones que rodeaban la nave. Pitando victoriosas, las Palomas de Esther entraron en escena y trataron de socorrer al Ave de Presa.

La imagen de la pantalla holográfica se movía mucho, pues provenía de una de las Palomas que había enviado E.S.T.H.E.R. a rescatar la nave.

Todas las palomas proyectaron haces de energía hacia la nave. Rayos tractores para amortiguar su caída.

Gritos de alegría llenaron la Sala del Peligro. ¡Estaban salvados!

Pero su alegría fue prematura.

 

Unidad P-133: Grabación en directo

“¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM!”

Los disparos de las unidades Smasher que todavía quedaban en pie derribaron a las Palomas de E.S.T.H.E.R.

Desde el suelo, Bosch corrió hacia uno de los enormes robots, saltando sobre su superficie y atravesando su blindaje con precisos tajos de katana. Saltaba y se movía tan rápido que apenas se le podía seguir.

¿Por qué no les había dicho nadie que Bosch era una especie ninja?

Halcón Nocturno, por su parte, se lanzó en picado contra otro de los Smasher, enzarzándose con él en un feroz combate cuerpo a cuerpo. Volaba a su alrededor, golpeándole sin ser golpeado.

Fusión, Cuarzo y Averno aparecieron también en escena en una nube de humo rojizo. Comenzaron a encargarse del tercer Smasher. La chica mineral le golpeó un pie con todas sus fuerzas, haciendo caer al robot mientras Fusión y Averno lo achicharraban con sus poderes.

El Ave de Presa seguía cayendo pero unos cien metros más abajo, en el suelo, se encontraban ya Hécate y Hermes.

- Tienes que cogerla al vuelo.

- ¡Pero es demasiado grande! No puedo levantar tanto peso...

- K’Sha y Sextus dependen ahora de nosotros, no hay tiempo para dudar – dijo seriamente la profesora.

Hermes, aún con expresión de inseguridad, alzó los brazos hacia la nave que caía. Notó como su velocidad disminuía a medida que su poder envolvía el Ave de Presa, haciendo fuerza como un gigantesco muelle que amortiguaba su caída.

El veterano apoyó una rodilla en el suelo, aplastado por el enorme peso de la nave de guerra Shi’Ar.

- Ahora mantenla estable, voy a conjurar un vendaval.

Los cánticos impronunciables resonaron mientras la bruja de blanco alzaba las manos también, haciendo gestos mientras pronunciaba las palabras de poder. El aire comenzó a arremolinarse en torno al estudiante y la profesora. Y unos segundos después, con fuerza, ascendió en espiral hacia el cielo hasta encontrarse con el Ave de Presa.

“A veces sí que parece una diosa” dijo un estudiante desde la Sala del Peligro.

La fuerza combinada de Hermes y Hécate consiguió salvar al Ave de Presa de la caída libre. La nave de guerra aterrizó en el patio de la escuela.

Justo en ese momento se perfiló en el cielo una flota de naves de SHIELD. Habían respondido a la llamada de auxilio del Droide de Comunicaciones de Aitor. Pero llegaban tarde, como siempre.

Ya no quedaban muchos robots rodeando la escuela. Y Ratchet, aprovechando la conmoción, había escapado.

La limpieza de los robots que quedaban no duró demasiado.

Qué día… 

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12/04/2016, 09:32
Señor Richmond

Después de la batalla, despacho del Director

El Grupo Cuatro al completo se encontraba frente al despacho del señor Richmond. Ya hacía dos horas desde que había acabado la batalla.

Los estudiantes se habían quedado en la Sala del Peligro hasta que E.S.T.H.E.R. había considerado que el peligro había pasado por fin. No había dejado salir a nadie, ni siquiera al impetuoso Moussa.

Incontables agentes de SHIELD limpiaban los restos de la batalla en aquellos momentos, recogiendo los restos de los robots de Ratchet. También habría que hacer reparaciones en la escuela. Según E.S.T.H.E.R. no era nada a lo que no estuvieran ya acostumbrados.

No habían podido hablar con Hermes ni con los otros veteranos. E.S.T.H.E.R. los había mandado directos al despacho del director, que quería hablar con ellos.

Cuando abrieron la puerta y entraron se encontraron con el señor Richmond, enfundado todavía en su traje de Halcón Nocturno, sentado tras un escritorio. Junto a él se encontraba Bosch, que pese a su aspecto deplorable tras la batalla, seguía pareciendo el elegante y recto subdirector de siempre.

Moussa advirtió que el viejo sonrió al verlos entrar.

- Chicos, no tengo palabras para agradeceros lo que habéis hecho – dijo Halcón Nocturno tras levantarse -. Esther y Albert me han contado lo que habéis hecho. Cuando todo el Liceo había caído, vosotros seguisteis luchando – sonrió – unidos.

Bosch carraspeó. También quería decir algo.

- Yo quería agradeceros personalmente que irrumpieseis de esa manera en el auditorio. Fue precipitado, peligroso e irresponsable – añadió, con tono de reproche – Pero me salvasteis la vida.

Miró a Moussa en concreto. De todas las personas que había en el Liceo, era la última persona que se esperaba el subdirector que le salvaría la vida. Y en su primer día…

- Gracias – dijo al final, escuetamente.

- Ratchet ha huido mientras salvábamos el Ave de Presa, creo que lo habéis visto todo desde la Sala del Peligro – el director se llevó una mano a la cabeza, parecía avergonzado – Nos pilló completamente desprevenidos. Una estudiante estaba dando un discurso sobre el Club de Inventores cuando de pronto sacó ese artefacto sónico y… todo se volvió negro.

- Nuestros telépatas siguen inconscientes, lo cual es motivo de preocupación. Vuestra mentora sigue en la enfermería, junto a los demás – dijo Bosch, dejando entrever cierta pena en su usual tono severo.

- Sea como fuere os habéis ganado un descanso. Las actividades de la escuela se retomarán mañana. Puede que queráis simplemente dormir, o llamar a vuestras familias… – admitió Halcón Nocturno, aún avergonzado – En todo caso la escuela está en deuda con vosotros. De nuevo, gracias.

Notas de juego

Éste no es el fin del capítulo 1. Ahora tenéis tiempo para hacer lo que queráis hasta la noche.

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12/04/2016, 13:37
Sara Carrión

Aquél combate había sido espectacular. Sara había abierto desmesuradamente los ojos al ver a Hécate, esa mujer era prodigiosamente poderosa, como Tormenta, pero más aún ¡podía dominar todos los elementos a su antojo!. Y esa forma de actuar suya, también se parecía a la de Tormenta. Era toda una mujer, así que siguió todas sus peripecias, casi contando el número de robots que destruía con cada uno de esos hechizos.

Hécate, ¿no tenía relación esa diosa con el inframundo? Se preguntó si la mujer sería capaz de ver también a Alicia. Quizá sí pudiera.

También pudo notar al señor Bosch empleado esa katana suya. Escuchó algo de que la espada estaba endemoniada y supuso que fue eso lo que desconcertó a su amiga al principio. No parecía un supervillano, sino un... ¿un antihéroe? Lo cierto era que Bosch no tenía aspecto de luchador en absoluto.

Todo fue más o menos bien. Ratchet acabó huyendo, pero le habían dado una buena lección. Además, él sabía que unos niños y ella le habían puesto en aprietos y eso quizá le convertía en su primer archienemigo.

Más tarde, llegaron hasta el despacho del director. Sara había podido al fin cambiarse de ropa. No tenía aún uniforme, pero se había puesto su chandal. Era un precioso chandal rosa de la mejor marca deportiva del mercado. Era lo más cómodo que tenía, pues pensaba que quizá hubiera un contraataque y si tenía que destrozar otra cosa, mejor que fuera la ropa deportiva.

Se fijó en la sala. Richmond era uno de esos héroes "superlistos" que hacían de amigos de los héroes superpoderosos. Cuando entró en la habitación, miró si había algún shuriken con forma extraña, para confirmar sus sospechas, pero no había nada destacable.

- Señor Richmond y señor Bosch, ha sido un placer ser útil y ayudar a derrotar a ese supervillano. Menos mal que nos retrasamos y no nos afectó ese invento infiltrado de Ratchet.

Sara se sentía feliz por el logro obtenido. Gracias a eso los iban a tener bien vistos y eso era importante. La joven miró al resto de compañeros, pensando qué harían ahora.

- Es muy raro lo de los telépatas, tiene que haber algo o alguien manteniéndolos inconscientes. Podríamos pensar en eso mientras comemos.

Dijo al resto, pensando que si se ponían a investigar quizá dieran con algo.

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12/04/2016, 14:29
Moussa Dakar

Por raro que pudiese parecer, Moussa se mantuvo bastante callado durante el resto del tiempo. Se limitó a crear el portal para ayudar en el traslado de los estudiantes y después, a contemplar la batalla entre las fuerzas del Liceo y los droides de Megamind. Tampoco puso objeción alguna a crear el segundo portal que serviría para poder salir del campo de acción del inhibidor de Megamind. Aunque no pudo evitar soltar alguno de sus clásicos "Chisssttt" al ver que las fuerzas del Liceo, pues pese a su poder, simplemente mantenían una aptitud defensiva. Para él estaba claro que el objetivo prioritario era la nave, estaba seguro de que si la dañaban lo suficiente o la destruían, los droides caerían desactivados. Aunque por supuesto, no era la primera vez que Moussa se confundía y veía solo las cosas desde su punto de vista.

Moussa no era como algunos de sus compañeros, quienes parecían ansiosos por salir ahí fuera y demostrar lo que valían masacrando una mayor cantidad aún de droides. La lucha nunca fue su punto fuerte y menos contra un ejército de droides asesinos. Aún así, uno de sus resplandecientes portales comenzó a formarse a su espalda cuando vio caer la nave Shi´Ar. En un principio pensó en llevar al genio de grupo con él para que tomase los mandos de la nave y poder salvarla. Pero al ver que las fuerzas del Liceo se unían para tratar de salvar la nave, se detuvo. El tiempo pasaba y todo parecía indicar que la nave iba a chocar, por lo que apunto estuvo de teleportarse en la nave para sacar de allí a los dos profesores. Por suerte no fue necesario ya que las fuerzas combinadas de las fuerzas del Liceo, finalmente lograron salvar la nave y a los profesores.

Poco después todo terminó y Moussa se dejó caer en un rincón del cuarto de peligro y sin darse cuenta de ello, se quedó dormido. En aquella ocasión logró tener un par de horas de sueño que le vinieron genial. Finalmente fue despertado para ser llevado ante la presencia del ídolo de Rudy. Aunque para Moussa, el único verdadero héroe que existía era Punisher. Podían decir lo que quisieran sobre él, pero la verdad era que se encargaba de mantener las calles limpias de traficantes, asesinos y violadores. Además con él no había segundas oportunidades, una vez mataba a un criminal, este no regresaba para volver a cometer actos delictivos...Bueno, al menos la gran mayoría no volvían de sus tumbas.

Una vez en el despacho, Moussa sintió cierto alivio al ver que el viejo estaba bien. Aunque claro, no lo mostró en ningún momento. La verdad es que podía quejarse de muchas cosas, pero gracias a él, ahora se encontraba en el Liceo. Lo cual le había servido para desarrollar sus poderes en pocas horas, mucho más de lo que habría logrado en cualquier otro lugar en meses. Además contaba con nuevos aliados y eso sí que era toda una novedad. Por último, el viejo podía ser un estirado, pero la verdad es que era una especie de superninja lo cual molaba mucho. Pero eso tampoco sería algo que dijese jamás.

La situación en el despacho se volvió extraña e inquietante para el senegalés. Pues aquella era la primera vez que Moussa recibía felicitaciones y agradecimientos por parte de un adulto, así que no sabía bien como reaccionar y actuó de la forma que mejor sabía.

-Ya bueno...nos vimos arrastrados por la situación y eso casi hacen que nos maten. Pero logramos salvar vidas y mantener la escuela casi casi intacta. Supongo que eso es lo que hacen los héroes...pero nosotros no somos héroes, por lo que no vendría mal una pequeña recompensa de digamos...¡10.000 euros! Mil para cada uno, incluyendo a...¿Cómo se llamaba el tío ese que mueve cosas con la mente? Ernes...Er...¡Hermes! Sí, eso, Hermes, Fusión y Marina. Los últimos 1000 serán para darnos un buen atracón a hamburguesas, helados y chuches. Creo que nos lo merecemos, eh.

Moussa estaba seguro de que no sacaría tanto dinero, pero para alguien que no había tenido jamás nada en la vida y viendo el poderío económico de la escuela, pensó que tal vez algo sí que podrían sacar. Por lo que lo mejor era empezar con una gran suma y luego ir rebajando.

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12/04/2016, 16:16
Rudy Vergara

-¡Oh, Dios mio! Me quiero casar con ella. -grité en la Sala del Peligro cuando Hécate apareció en escena. Pero luego apareció Cuarzo y los demás veteranos. - Oh, no, no. Ahora me quiero casar con ella. ¡Oh, lo que ha hecho Averno! Ahora con él. ¡Oh, Dios, Fusión!

Estuve casi todo el combate alucinando por todo lo que hacían los demás ahí fuera. Me habría estado allí también, peleando mano a mano con todos esos superhéroes, pero ver el combate... Poder prestar atención a las maniobras que hacía el equipo de veteranos, la magia de Hécate, las maniobras de vuelo de la nave, ¡A Bosch siendo un ninja!, era muy emocionante. Sobretodo poder haber visto a Halcón Nocturno en acción.

En cuanto paso todo lo de Hiperión, investigué a fondo sus orígenes, los cuales me condujeron a Kyle Richmond, su compañero de batalla. Pero por ese entonces, Halcón Nocturno hacía tiempo que se había retirado y apenas había vídeos en Youtube de sus peleas. ¡Pero era tan alucinante como me imaginaba!

Después de que acabara la batalla, nos mandaron directamente al despacho del director Richmond. Mientras íbamos hacia allí, no podía dejar de comentar la guerra que había tenido lugar.

-Ay, mamita. ¡Que guay fue cuando le di ese primer puñetaso al primer droide! ¡O cuando Marina le dio ese otro super puñetaso a aquel otro droide! -estaba tan entusiasmado que hasta me costaba controlar el acento colombiano, debía parecer el típico fanboy que sale en videos hablando de una película buenísima.- ¿Y te acuerdas Diana cuando hisimos el ataque conjunto contra Damocles? ¡¡PAM!! Luego le disparé a Sara, lo siento, jeje. Espero que no vuelva a pasar. Pero por lo demás... ¡Guau!

Cuando entramos al despacho, nos esperaban Bosch, alias el Abogado Ninja, y Halcón Nocturno. Literalmente Halcón Nocturno, con su traje y todo, en carne y hueso.

-Ay, mamita...- dije al verlo sentado en su escritorio, no pude retenerlo.

Nos agradeció todo lo que hicimos por las escuela. ¡Por fin un poco de reconocimiento! Sentaba muy bien ser un héroe, saber que habías hecho el bien y que habías ayudado a alguien. Por fin, desde lo de el Cráter me sentía realizado, a gusto con mis acciones. Ahora tocaría esforzarse duro y convertirme en un superhéroe de manual.

Moussa pidió dinero, no sé por qué no me sorprendía viniendo de él. ¡Ese chico sabía aprovechar las situaciones!

-A mí no me hace falta dinero... Pero no diría que no a unas veinte hamburguesas y un par de tacos, jeje.

Mientras se me hacía la boca agua de pensar en la comida, que tenía un hambre atroz, se me ocurrió una brillante idea.

-Eh... Esto.. Señor Richmond... -dije un tanto tímido antes de salir del despacho.- Me... ¿Me podría hacer una foto con usted? Quiero decir... Con el traje y todo... Es que es para mi amiga... Kamala...Si se entera que le conozco y no me he hecho una foto me mataría...

En realidad solo la quería para mí. Me puse bastante rojo, no quería dar una impresión equivocada. ¿Sabría el señor Richmond de donde venían mis poderes? Mejor se lo preguntaría en otro momento, cuando tuviéramos más confianza.

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12/04/2016, 19:32
Sara Carrión

Al escuchar la proposición de Moussa, Sara se llevó las manos a la boca.

- Moussa... - Trató entonces de reir como el chico estuviera bromeando. - Jaja, qué gracia, por un momento me lo he creído. No le hagan caso, siempre hace este tipo de bromas. Unas hamburguesas estarían bien, sí.

Tenía que distraer la atención, porque si el muchacho seguía hablando iba a dejarles en muy mal lugar. ¡Iban a perder todo el crédito ganado! ¿No se daba cuenta el teleportador que era más importante quedar bien que esa minucia de dinero? Si mil euros les durarían como mucho un par de días en un centro comercial...

- Qué buena idea lo de las fotos. Hágamonos una foto todos juntos. Después de la vuestra, si queréis.

Aquello le gustó, sería como hacerse una foto en familia.
 

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13/04/2016, 22:34
Aitor Zumalacárregui

Aitor se había mostrado muy concentrado desde que llegaron a la Sala de Peligro. Todos aquellos monitores, la actividad frenética de ESTHER, los superhéroes volando de un lado para otro... el joven genio se interesaba por todo. Seguramente hasta tenía la capacidad para asimilar toda aquella información, si no ahora, en los próximos días. U horas. A veces costaba imaginar cuántas cosas podían estar pasándole por la cabeza a ese chico, o a qué velocidad. Daba un poco de vértigo.

Gina no está preparada para toda esa tensión -pensó el vasco- no sé cuánto tiempo puedan aguantar sus circuitos.

Lo cierto es que a pesar de las limitaciones de la ginoide, su cuerpo robótico aguantó como un profesional, lo que no estaba nada mal.

Quién iba a decir que mi "nani" iba a servir para esto...

La batalla acabó resolviéndose sin más necesidad de la intervención del Grupo 4, pese a que por momentos podía haber llegado a parecerlo. Aitor se alegraba. Cada vez que arriesgaba su pellejo aumentaban las posibilidades de que un gran avance científico para la humanidad, una cura a una enfermedad o algún descubrimiento trascendente no pudiera llegar a existir. No quería alardear, pero su intelecto podía traer grandes cosas a la Tierra... siempre que siguiera con vida para contarlo.

Tras la batalla fueron convocados al despacho del director, como cabía esperar, a agradecerles su intervención. El joven genio esperó para intervenir, cediendo el protagonismo a los demás, o tal vez repensándose si debía o no pronunciar las siguientes palabras:

-Señor Richmond, yo también debería estar inconsciente con los psíquicos. No me malinterprete, no es que me sienta culpable, es que soy un psíquico incipiente, precisamente por eso me matriculé en este instituto. Mantenía una conversación mental con Gata Lunar cuando comenzó el ataque del Doctor Ratchet. Si bien mis capacidades telepáticas no están bien desarrolladas, puede que mi mente tenga la clave para romper el sueño inducido de los telépatas. Le pido permiso para iniciar las pruebas cuanto antes con ayuda de ESTHER. O bien, le sugiero que pida ayuda a uno de los supergrupos con telépatas, seguramente también podrían ayudar. Y ahora foto y después hamburguesas, sí. -sugirió primero y después acabó con un guiño a sus compañeros.

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13/04/2016, 23:42
Diana Castelló

La joven metamorfa, al comenzar a observar todo aquel despliegue de superpoderío, se le iluminaron los ojos como si de dos faros se tratara. Aunque en aquel grupo no hubiera un metamorfo como tal, y no pudo buscar similitudes con casi ninguno de ellos, encontró bastante interesantes ciertas tácticas, que llegado el tiempo podría poner en práctica con la ayuda de su nuevo supercolega.

Cuando fueron llamados al despacho del director, sabía a lo que iba, no estaba acostumbrada a ser castigada ni reprendida por los superiores, pero en cambio si que estaba acostumbrada a los elogios, y en aquel momento, todos los merecía. Esperó atenta a que todos sus compañeros hablaran, con ligeras risitas en algunas conversaciones y con sonoros bufidos en otras... aunque se mantuvo bastante al margen. Cuando el resto se callaron iba a comenzar a hablar, pero al final decidió mantener la boca cerrada, agredecía los elogios, pero no los necesitaba... habían hecho lo correcto, y lo que se ha de hacer no necesita de recompensas. Solo tenía algo que decirle al director Richmond y ya pediría audiencia con él más adelante, aquel definitivamente no era el momento.

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14/04/2016, 02:07
Iván Auriol

Iván perdió el interés enseguida por la batalla. En cuanto llegaron a la sala de peligro notó el brusco cambio de temperatura y se estremeció. El auditorio había estado lleno de alumnos durmientes, y robots con lanzallamas, además de que había estado físicamente muy activo en el lugar. La sala de peligro, en cambio, había estado relativamente vacía hasta el momento, no tenía mobiliario que retuviera el calor y a pesar de que ahora estaba abarrotada, allí no tenía mucho más que hacer que esperar. Además, le entró sueño, y siempre que tenía sueño le entraba frío. Poco tardó en ponérsele la piel de gallina, y temblar levemente.

Pasados los primeros minutos durante los que intentó seguir lo que pasaba en las proyecciones, se cansó de estar tan rodeado de gente, y viendo que el suelo estaba bastante abarrotado, se elevó por los aires buscando algún sitio en el que acurrucarse. Se dirigió a un pequeño nicho que formaban la intersección de una columna con una especie de canal para cables lo bastante grande como para que se sentase en ella, y apoyara la espalda en la columna.

Activó su camuflaje, no por ocultarse sino porque en cierta forma amortiguaba el ruido que le llegaba desde fuera, y estaba demasiado somnoliento como para prestar atención. Se abrazó el torso con las manos, frotándose los brazos intentando entrar en calor. Buscó con la mirada entonces a Rudy, que tan amablemente le había prestado antes la sudadera, y consideró la opción de volvérsela a pedir. Estaba bastante seguro de que se la prestaría si lo hiciera, pero decidió no hacerlo. No tenía una razón poderosa para no ir, pero era lo bastante perezoso como para dejarlo pasar y aguantarse. Además, cabía la posibilidad de que no se la prestase, o se enfadase. De todas formas al otro lado de la pared parecía que pasaba un tubo de la calefacción… O algo así. Quizá era una fuga en un rayo conductor de energía radioactivo extendiéndose hacia él. A lo mejor un robot estaba intentando hacerse paso al interior de la sala con una antorcha. No importaba, eso le daba algo de calor.

 

Despertó cuando el griterío consiguió perturbar su burbuja de tranquilidad lo suficiente como para sobresaltarle. Miró abajo a las pantallas, y no vio a ningún robot que se moviera en ellas, y por la algarabía asumió que todo había acabado con una victoria. ¿Cuánto había pasado? No podía ser mucho. Pero poco importaba, el grupo cuatro fue llamado al despacho del director.

Sabía que no había hecho nada malo, y sinceramente aquella no era una escuela normal, pero el anuncio logró que un escalofrío le recorriera la espalda. El despacho del director… Iván sacudió la cabeza y los hombros, desperezándose y apartando la idea de su cabeza a la vez. Y bajó volando junto a ESTHER, disipando su manto de camuflaje cuando estaba llegando a ella.

- Perdona – le dijo, llamando su atención – ¿Puedes enviarme con una de esas palomas de vuelta a los dormitorios antes de nada? Dejamos allí todas nuestras cosas, y me gustaría ponerme algo encima.

 

Iván partió junto a una de las palomas, y se reunió con el grupo justo cuando se les permitía la entrada al despacho, vestido con una sudadera blanca con capucha, las manos recogidas en el bolsillo de canguro de la misma. Como era el último, cerró la puerta tras de sí, justo antes de que el señor Richmond empezara a hablar.

 

No estaba muy seguro de lo que iba a pasar. Habían salvado el día, ciertamente. Eso era total y absolutamente indudable. Pero también habían sido temerarios, se habían saltado seguro un millar de normas de la escuela, y se habían puesto en peligro a si mismos en vez de huir y pedir ayuda, que es lo que siempre le dicen a un menor que debe hacer si ocurre algo. Pero aquello era el Liceo, escuela de superhéroes. No sabía si se habían ganado una regañina, o una alabanza.

Por lo visto, alabanza. No solo el director, sino que el propio señor Bosch, que había parecido tan “estirado”, tuvo palabras de agradecimiento hacia ellos. Iván no pudo contener una sonrisa.

 

Y entonces Moussa. “Moussa” debería ser ya un sinónimo de: cosa excéntrica que ocurre alrededor de Moussa y acostumbra a ser irreverente, ruidosa, prepotente y malhablada. Si. Entonces “Moussa”. Sara intentó quitarle hierro al asunto, pero Iván insistió:

- Lo del dinero a poder ser en billetes pequeños, en series discontinuas. Por favor. – Añadió el catalán – Y que lo traigan en bolsas con el símbolo de la peseta. El euro, digo.

Mientras tanto, Rudy había propuesto hacerse fotos, y Sara extendió la situación a todos. Era muy buena idea, lástima que no pudieran salir al exterior a posar todos sobre los restos del SMASHER que derribaron. ESA sí que sería una foto digna de mención.

- Hey, descansa un rato. – Le sonrió a Aitor, apretándole un hombro con la mano, amigablemente – No te quemes tan rápido con todo esto.