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El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 4: Asuntos familiares

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13/07/2017, 00:41
Diana Castelló

Tras poder ponerse en pie, Diana comenzó a trazar una pequeña ruta. Visitó a todos y cada uno de sus compañeros en sus respectivos cubículos y pasó un rato con ellos, tanto si estaban conscientes como si no. Estaba claro que la chica se preocupaba por sus amigos. Visitó a su compañera Atlante y contó su historia tal y como lo había hecho con el resto, y recibió de muy buen agrado el abrazo que Sirena le ofreció. Visitó a Iván, aunque sin entrar al lugar donde se encontraba... aún estaba convaleciente y en estado crítico y no quería generar ningún problema, pero intentaba transmitirle su energía desde el otro lado de la puerta, dedicándole una leve sonrisa, aunque el chico no pudiera disfrutarla. Pasó por la habitación de Alberto, pero su compañera de habitación ya se estaba encargando de hacerle compañía, así que simplemente saludó desde el otro lado del ventanuco y siguió su camino. Si Gina fuera como los demás, probablemente también se habría pasado por el laboratorio de E.S.T.H.E.R. para decirle que todo saldría bien, pero el caso es que Gina era un integrante más del grupo, pero demasiado especial... eso sí cuando Aitor recibió la noticia por parte de la profesora de Tecnología, la chica se alegró y le dio un ligero golpe en el hombro... no es que fuera Rudy, pero tampoco tenía muy claro el umbral de sensibilidad al daño de su compañero. Por supuesto también se dirigió a ver a Gloria Vergara, que acompañada por su hijo Rudy, todavía se encontraba convaleciente en la enfermería. Se abrazó a la superheroína en un impulso separándose casi al segundo, avergonzada.

- Me alegro de que se encuentre usted bien, Mrs Vergara .- Exclamó la chica con un ligero rubor en las mejillas -. No sería justo que el planeta perdiera a una heroína como usted... y sobretodo que a ver quien aguantaba a Rodolfo si perdiera a su mamasita .- Sonrió intentando arrancarle una sonrisa a ambos -. Espero que mejore pronto, y espero volver a verla... pasaré a saludarla antes de que se vaya.

Y por último pero no menos importante trató de ver a Nkel'Tulip, el alienígena que prácticamente había salvado su vida aquella misma mañana - aunque en parte también fue culpa suya el ataque - pero aparte de la que ya era tarde y probablemente ya estaba descansando, no creía que debiera apresurarse, por el contrario se dirigió a uno de los Bosch que se encontró por el pasillo.

- Discúlpeme Mr. Bosch .- Saludó la chica formalmente -. Me preguntaba, si sería posible que me acompañara en algún momento al lugar en que Kel y Toni estén cumpliendo con su castigo... me gustaría hablar con ellos.- Pidió la metamorfa agachando un poco la cabeza -. No tiene que ser hoy, ni mañana, pero es algo que tengo la necesidad de hacer.

Hecha su ronda particular se fue a la habitación... probablemente aquella noche dormiría como nunca, sobretodo con el cansancio acumulado a lo largo de aquel duro día, y haberse quitado el peso de su secreto de encima. Se echó en la cama tal y como llegó a la habitación, y cayó rendida.

 

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13/07/2017, 19:08
Moussa Dakar

Las palabras y acciones de Diana lograron aliviar parte del terrible dolor que lo atormentaban. La sensación de ser abrazado le resultó extraña, pero agradablemente reconfortante. Pero aún había demasiada ira en su interior, era como un océano que amenazaba con engullirlo y devorarlo, por lo que tras aquel emotivo momento junto con sus compañeros/hermanos, se dirigió a la sala de peligro.

El cansancio que había acumulado a lo largo del día simplemente se desvaneció cuando comenzó a destrozar cada enemigo que se cruzaba en su camino. Cada enemigo que abatía portaba en su mente el rostro de Plasma. Deseaba arrebatarle la vida, deseaba que pagase por todo el daño que había causado. Personas inocentes habían muerto, familias enteras quedarían para siempre rotas...al igual que ahora lo estaba Iván. Por no mencionar que Rudy acababa de descubrir quién era realmente un padre. Sí, si algo personificaba a la perfección todos los odios de Moussa, sin duda ese era Plasma.

Luchando sin descanso en la sala de peligro, perdió la noción del tiempo. Finalmente, tanto César como él cayeron extenuados al suelo. Aquel ejercicio les había servido para liberar parte de frustración, pero en especial, habían ayudado a Moussa a encontrar por fin su camino.

-No basta con ser más fuertes, tenemos que ser mucho más que un equipo, tenemos que actuar como uno solo. ¿Sabes? Esto no se va a terminar así, juntos, todos nosotros, vamos a romper esa mierda de profecías y haremos que Iván vuelva a caminar.

Por delante le quedaba un largo camino que recorrer, uno que antes habría creído imposible. Tendría que esforzarse al máximo, lo cual no le dejaría tiempo para juegos, bromas ni demás tonterías. Durante mucho tiempo se preguntaba cual sería su lugar en el equipo, ahora ya lo tenía claro, solo tenía que dar el primer paso.

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16/07/2017, 22:38
Aitor Zumalacárregui

El tema de su hermana Idoia parecía haberse estabilizado, como había predicho el joven vasco. La émpata se encontraba en un entorno ideal que, con un poco de suerte, le alejaría de convertirse en la super-villana que por un momento había estado a punto de ser. Un poco de integración entre gente tan o más especial que ella le haría cambiar su enfoque de la vida y de sus objetivos. Maduraría en el Liceo y se convertiría, sin duda, en un grano en el culo de su hermano mayor. Aitor disfrutaría con una sana competencia. Siempre le había resultado estimulante el ver cómo ella trataba de alcanzarle y superarle, consiguiéndolo más a menudo de lo que ella misma parecía darse cuenta. El orgullo herido del hermano mayor se materializaba en esta relación en una cuidadosa exposición de los errores que la joven cometía para llegar hasta el final, aunque a estas alturas ella misma ya debía saber que lo que contaba era el final, no el camino. Craso error, un error que posiblemente le había llevado a lavarle la mente a sus padres y a utilizar a una treintena de chicos de su edad como armas. Mal enfoque. Aitor había aprendido de eso.

Por otro lado, la noticia de que E.S.T.H.E.R. se había hecho cargo exitosamente de la recuperación de Gina descargó notablemente la tensión del genio vasco. Aunque no quisiera reconocerlo, Gina había supuesto unas cuantas cosas importantes para él en estas últimas semanas. No era una pareja, ni una hija, pero Aitor se sentía orgulloso de ella, de acompañarla en su viaje de descubrimiento de la auto-consciencia, de su humanización... y durante un tiempo todo había cesado. El sentimiento de vacío había sido abrumador, mareante. Ahora todo volvía a estar bien. No, todo no, su dependencia de aquella IA con cuerpo humano fue reconocida por Aitor como una debilidad. Zenitram había estado continuamente preocupado escondiéndose tras la ginoide para no recibir los golpes que fueran dirigidos hacia él. Era algo cobarde y era, además, algo que ya no podría ni quería hacer. Gina era un ente independiente y, aunque todavía quisiera colaborar con el Equipo 4, no era verdaderamente parte de él. Su lugar no estaba con ellos, ni junto a él. E.S.T.H.E.R. sería mucho mejor mentora, tenían muchas más cosas en común...

En cualquier caso, la nueva situación dejaba a Aitor virtualmente indefenso. Su prodigiosa mente se puso a pensar en soluciones al respecto y al final fue nada menos que el terrible destino de Vent el que le trajo la idea definitiva: músculos sintéticos. Sus conocimientos sobre super-conductores, metales con capacidades elásticas, transmisión mental de mensajes y biología humana serían la clave para ello. Hacendoso y aplicado como era, el miembro del club de inventores no perdería el tiempo y se pondría con el desarrollo inmediatamente. Necesitaba contactar con unas cuantas personas, unas cuantas fábricas y encargar algunos materiales poco comunes. Todo, por supuesto, pidiendo el consentimiento de E.S.T.H.E.R. y su colaboración para no perjudicar directa o indirectamente al Liceo y su localización secreta.

El resultado, conseguido en tiempo récord (que era, en el fondo, como Aitor había acostumbrado a proceder), sería una armadura de músculos sintéticos que se le ajustaba como una segunda piel de cuello para abajo. Un trabajo de precisión, de realización exquisita e incluso bello en sus formas, cuyo resultado final asemejaba a que un atleta se hubiera ceñido un traje de malla negro que le marcara todos los músculos. Aitor parecía, de repente, todo un adonis... con gafotas y de pelo ingobernable. Él, pero con músculos.

Algo más adelante, cuando los músculos estuvieran probados, iniciaría un proyecto con Iván para devolverle el uso de sus piernas, aunque éstas ya no fueran estrictamente suyas. Faltaban detalles, como el transmisor neuronal para las órdenes y la coordinación a una mente diferente a la suya, pero todos eran problemas solucionables con algo de tiempo y esfuerzo.