Partida Rol por web

Sí que había creído que ese ser de las alas fuera Iván porque quizá tenía que ver algo con hadas. Si él lo desmentía quizá sí que fuera cosa de Abeja Reina o de algún otro alumno similar. Realmente Sara esperaba que todas esas escenas de sus visiones no fueran a ocurrir a la vez, pero, ¿y si lo hacían? No podía ser porque el "yo" que ella había visto no se parecía a sí misma. Tenía diferencias y también el Alberto que había visto. Entonces sólo parte de esas visiones se podría producir en un corto espacio de tiempo.

Lo que sí le parecía es que alguien iba a atacar a la madre de Rudy pero por suerte ellos iban a estar cerca por si hacía falta ayudarla. Ya en la ciudad llegaron a su destino y Gloria, que era una mujer muy alta, no tardó en verlos y acercarse, haciendo muestra de su vitalidad.

- Hola...

No sabía bien cómo llamarla, porque según su educación le tendría que decir "Sra Vergara" pero le sonaba demasiado formal.

- Yo me llamo Sara. Encantada.

Sonrió suavemente, preguntándose cuántas aventuras habría tenido ya esta mujer y con qué héroes habría hecho equipo.

- Es un gusto conocerla.

Se quedó un poco estancada, no muy convencida de qué decirle.

- El autobus fue un poco monótono pero aquí fuera ya la cosa es distinta.

Eso venía a ser cierto. Sara miró a sus compañeros en busca de las emociones que surcaban su rostro ante la presencia de la madre de uno de sus mejores amigos.

¡Como había echado de menos a mami! Exceptuando los abrazos rompecostillas y los gritos ultra sónicos.

-¡Hola mami! -dije abrazándola con un poco menos de fuerza que ella.- Me alegro mucho de verla.

En cuanto me soltó, Sara se presentó. ¡Fue una brillante idea!

-Pues ya conoces a Sara, ya sabe, la chica del hielo. Su nombre de superheroe es Estigia. -luego empecé a señalar a mis amigos.- Ella es Diana, de la que ya le he hablado mucho, que se llama Ms. Justice. Él es mi compi de habitación Iván, para los héroes Vent. La chica de la voz mágica es Marina, alias Sirena. Y el chico guapetón es Alberto barra Faro, el churri de Sara. Y Verónica, la profe de mates.

Iba diciendo algo sobre ellos, para que mamá los reconociera de las cosas que le contaba de vez en cuando. No estaba seguro de que Faro fuese churri-churri de Sara, pero lo parecían. Tal y como ella lo miraba...

Y por último tocó a Natalia.

-Y ella, mami, es mi mami. -dije señalando a mi novia. Sonó fatal. Y más delante de mi mami real y mi mami de cariñitos. Maldita sangre latina.- ¡Quiero decir...! Ella es Natalia, Eureka. Mi novia.

Le cogí la mano con fuerza a Natalia, intentando pasar el mal trago que se acababa de formar en el momento. 

En cuanto a Wreckin Mom, no sabía como reaccionarían mis amigos. Probablemente Sara ya era fan de ella, al gustarle tanto los superheroes, pero para los demás... Yo si no fuese su hijo seguramente la adoraría como a una de las grandes. Pero cuando tu mamá es una superheroina todo es diferente.

Los primeros días flipaba, me parecía una persona totalmente diferente. Ahora podía coger camiones, pelear contra monstruos. Ya no era solo una secretaria de una empresa cualquiera. ¡Era una superheroina! Pero a los tres días todo volvió más o menos a la normalidad.

Seguía siendo mi mamá. La que me castigaba si suspendía, la que gritaba si mi hermanita o yo le hacíamos enfadar, la que nos cocinaba deliciosas comidas... Al fin y al cabo seguía siendo mi mami, solo que con superpoderes.

-Justo acabamos de llegar. -le contesté a mamá.- Pero pinta divertido. ¿Qué podríamos ir a ver? Y por cierto, ¿Hay algún sitio para comer?

Esa palabra, "churri" no la conocía muy bien, pero "el churri de Sara" estaba claro que significaba que eran pareja. Otra vez Rudy había abierto la bocaza de más, ¡era irremediable!

Al escuchar aquello comenzó a enrojecer y ni siquiera supo dónde mirar. Sintió la necesidad de cerrar los ojos e incluso de esconderse.

- Pues...

¿Qué podía decir ahora para salir de aquello? Si Alberto era un chico que parecía estupendo y justo habían quedado para dar un paseo, que luego se convirtió en esta salida a Barcelona. Y ya él antes lo había querido plantear como una cita, justo cuando le pidió el paseo así que lo mejor iba a ser definirlo de esa forma.

- Es como una primera cita...

Seguro que nunca nadie la había visto tan colorada, por la vergüenza de no saber cómo salir de esa situación. Ahora mismo ya deseó definitivamente tener su carpeta pero no sólo eso, ¡también el casco!

Aquel había sido un viaje bastante movidito... confesiones, revelaciones e incertidumbres reinaron durante aquel trayecto. Cuando la metamorfa puso un pie fuera del autobús en plena Barcelona, respiró hondo. No precisamente porque aquel fuera un lugar repleto de aire fresco y puro, sino porque durante bastantes años había sido su hogar, y lo echaba de menos.

Al entrar al recinto de la convención sonrió, hacía tiempo que no asistía a algo parecido, desde la última Comic-con a la que había podido asistir con su madre, más o menos dos años atrás. Aquel no era precisamente un ambiente que le resultara especialmente cómodo, pero poco tardó en ponerse interesante. Wrecking mom, entraba en acción... y ¡De qué forma!.

Cuando Rudy comenzó a presentarlos y la heroína hizo lo propio dándoles sendos besos, se podía ver claramente la emoción en la cara de Diana. Había conocido a muchos superhéroes, pero la idea de conocer a uno más siempre la emocionaba... no tardaría mucho en normalizar aquella situación, pero en aquel momento estaba bastante emocionada.

- Encantada de conocerla señorita Vergara, es un verdadero placer conocer a toda una grande entre las Super Heroínas.- Dijo a la vez que le estrechaba la mano, endureciendo su piel en caso de que fuera necesario-. Muchísimas gracias por invitarnos.

Tras aquel agradecimiento esperó a que terminaran las presentaciones y atendió con una sonrisa a los embarazosos momentos que Rudy protagonizaba tan a menudo. Siempre conseguía sacarle una sonrisa, hasta en momentos en los que no le apetecía reir... aquella era una cualidad que a Diana siempre le había llamado la atención del chico del Cráter.

- Qué bueno verlos a todos juntos, Rodolfo me ha hablado de muchos de ustedes - respondió Gloria mientras juntaba las manos emocionada.

Cuando Rudy sugirió que Sara y Alberto eran pareja el muchacho enrojeció. Y Gloria alzó la voz.

- ¡AAAAAAY! ¡SE VEN TAN RELINDOS! EL AMOR ADOLESENTE ES UN TESORO, NO LO DEJEN ESCAPAR - dijo mientras posaba una mano en Sara y otra en Alberto, agarrándolos de los hombros -. Les deseo lo mejor - dijo con una sonrisa.

Al mencionar Sara que más bien se encontraban en una primera cita, Gloria dejó escapar un suspiro soñador.

- Esto me trae recuerdos de mis romances de juventud, las primeras citas son las mejores, las más intensas.

Tras saludar a Diana, Gloria sonrió ampliamente.

- Ah, no es molestia - dijo mientras agitaba la mano -. Lo que sea por los amiguitos de mi Rodolfo.

Cuando Rudy le presentó oficialmente a Natalia, en cambio, la reacción de Gloria fue mucho más fría y calculada.

- Usted también es linda - dijo, sin tanta emoción como antes -. Espero que nos llevemos bien, ¿sí? - preguntó mientras la fulminaba con la mirada.

Las palabras de Gloria sonaron forzadas. Era una madre que todavía no estaba dispuesta a desprenderse de su bebé.

Verónica aprovechó el momento para cambiar el tema de conversación.

- Hola señorita Vergara, es un honor conocerla. Como ha dicho su hijo, parece que hay varias actividades. ¿Qué nos recomienda?

Gloria puso los brazos en jarras y echó a andar, esperando que el grupo la siguiera.

- Hay muchas cosas que hacer por aquí, pero llegan justo a tiempo para mi charla. Es importante que las mujeres y, más aún, las niñas vean que nosotras también podemos ser fuertes superheroínas.

Verónica iba asintiendo mientras avanzaban. Incluso entabló una conversación con Gloria sobre la presencia de las mujeres en los equipos de superhéroes.

Se dirigieron al gran escenario. La gente ya había comenzado a sentarse.

- Rápido, ocupen los asientos o se quedarán sin sitio - indicó Gloria antes de darle otro sonoro beso a Rudy en la mejilla -. Deséele suerte a su mami.

Gloria se alejó dando grandes zancadas, dejándolos en la zona repleta de sillas plegables. Ahora que ya no estaba con ellos, todo parecía… más tranquilo.

Acabaron tomando asiento hacia el centro, ni en las primeras filas ni en las últimas. Bueno, el escenario se veía igual de bien desde allí.

El acto tardó unos diez minutos más en comenzar. Cuando se dieron cuenta, todas las sillas estaban ocupadas. Incluso había gente de pie tras las filas de asientos. El hecho de que Wrecking Mom fuese a hablar en público seguramente había atraído a más gente de la esperada.

Además de Gloria había otras mujeres en el escenario. Estaban sentadas en fila, y había un atril frente a ellas. Una de las mujeres del escenario se levantó y se acercó al atril.

Dio un par de golpecitos a los micrófonos, para comprobar que funcionaban.

- Bienvenidas y bienvenidos a este acto. Hoy tenemos aquí a unas invitadas muy especiales que han venido a hablarnos de su trabajo, de sus retos cotidianos, de su historia. La primera de ellas es una superheróina, una persona que arriesga su vida día a día para protegernos. Trabaja en el Reino Unido, aunque no es la primera vez que la vemos en España. Pero bueno, ¿quién mejor que ella para hablar de su trabajo? Es un honor para mí presentaros a Wrecking Mom.

El público aplaudió mientras la madre de Rudy se levantaba de su asiento, luciendo su llamativo uniforme de superheroína mientras se acercaba al atril.

- ¡Gracias por la linda presentación! - agradeció Gloria, gritando un poco más de la cuenta -. Disculpen, soy muy gritona.

Hubo risas entre el público.

- Es un placer para mí estar aquí hoy para contarles mi historia.

Gloria respiró hondo. Tomó aire para iniciar su discurso.

Y, entonces, algo interrumpió el acto.

Un gran estallido de energía azulada surgió de detrás de la superheroína. El escenario y las primeras filas quedaron arrasados, mientras que Gloria salió volando hacia el frente y se estrelló entre unos stands.

El pánico se contagió rápidamente entre los asistentes, que comenzaron a huir despavoridos mientras una figura oscura se alzaba entre los restos del escenario.

Parecía una persona, alta y corpulenta. Vestía con ropajes negros, una gabardina con capucha y una máscara ocultando su rostro. Todo su cuerpo desprendía una crepitante energía azulada, como si estuviese a punto de estallar. La máscara de blanco marmóreo recordaba vagamente a una calavera. Energía pura rezumaba de sus ojos.

Sara tuvo la angustiosa certeza de que la visión se había cumplido.

- ¡Tú historia acaba aquí, Wrecking Mom! - gritó la figura encapuchada con una voz distorsionada que alcanzó todos los rincones de la nave, incluso con los gritos de la gente aterrorizada.

Rudy lo reconoció al instante. Era Plasma, el enemigo jurado de su madre.

El villano descendió lentamente de entre los restos del escenario. Alrededor de él se removían los civiles que habían sido alcanzados por la explosión. ¡Aún estaban vivos! Pero si no les brindaban atención médica rápidamente seguramente no lo contarían.

- ¿Acaso ya estás acabada? ¿Wrecking Mom derrotada al primer golpe? - preguntó el villano, socarrón, mientras avanzaba entre las sillas.

Todo el mundo huía de él, excepto los alumnos del Liceo.

- ¿Qué hacemos? - preguntó Natalia al aire.

- No puedo acceder a su mente - respondió rápidamente Verónica -. No hagamos locuras, este tipo es peligroso…

Gloria no parecía moverse del sitio donde se habría estrellado.

El villano estaba ya cerca, aunque no había reparado en ellos.

¿Qué iban a hacer?

-Buena suerte, mami. -le dije. 

Aunque en realidad no lo pensaba en serio. A mamá no le hacía falta suerte para hablar delante de tantas personas. No había nada que le gustase más que ser el centro de atención.

Fuimos a sentarnos por el centro de todo el público. Menos mal que no nos quedamos sin sitio.

Puse el móvil en silencio y me lo guardé en el bolsillo. No quería que Wrecking Mom lo destrozase si osaba interrumpir su charla por una llamada.

Y la visión se cumplió.

Al principio no entendí que pasaba. Como siempre sucedía, tardas unos segundos en darte cuenta. No sabes que esta sucediendo, que tu vida corre peligro y, sobretodo, la de los demás.

Vi a mamá volar, salir disparada. El agresor era un tío en una gabardina y con una máscara. Era él. Era Plasma.

Ultrón me traumatizo, era mi terror, mi trauma personal. Pero Plasma... Él se cargó a mi padre sin ningún esfuerzo, y luego a Hiperión. Por su culpa... Quiero decir, gracias a él mi madre y yo teníamos poderes.

¿Habría venido para vengarse? ¿Para acabar con mamá también? No. Había venido para que le derrotásemos.

Mamá tenía que estar bien. Era Wrecking Mom. Nadie podía acabar con ella de un solo golpe. Tenía que estar bien. Seguro que sí. Seguro.

-Plasma. -dije secamente.

Solté la mano de Eureka, que había estado cogiendo fuerza y me puse firme.

Cogí mi camisa por la apertura de enmedio y me la arranqué sin ningún esfuerzo. El uniforme del Liceo quedó al descubierto y la capa dorada de Hiperión se desplegó.

"No hagamos locuras, este tipo es peligroso…" dijo Verónica.

Pero esto era algo personal. No podía quedarme sin hacer nada. Flexioné las piernas y di un gran salto. Cuando aterricé miré a Plasma a sus brillantes ojos. Me había interpuesto entre él y los demás.

-¿Me recuerdas, capullo?

Diana estaba realmente emocionada con todo aquello. Se sonrió con todo el asunto de Sara y Alberto y como Gloria, quizá sin saberlo los estaba avergonzando soberanamente, y se mordió el labio inferior cuando sintió la tensión que había para con la novia de Rudy.

Cuando Verónica se presentó y la señorita Vergara aclaró que llegaban a tiempo para el simposio de las mujeres y el trabajo, la metamorfa se emocionó aún más si cabía. Tenía muchas ganas de escuchar a todas esas impresionantes mujeres, y más en concreto a Wrecking Mom, y quizá y solo quizá también quisiera que no se acabara porque cuando tuvieran que volver recordaría todo lo que le había pasado aquella mañana.

Diana ayudó a buscar asientos, aunque desafortunadamente no estaban todo lo cerca que a la chica le gustaría... pero quizá era mejor así. Aplaudió como poseída cuando comenzó la charla y más aún cuando presentaron a Gloria con su alias, pero cuando nada más había comenzado a hablar... aquel ya de por sí fatídico día, empeoró.

Como ya había predicho Sara, Wrecking Mom fue derrotada de un golpe, y un nuevo enemigo se alzaba antes ellos... uno más poderoso de los que nunca habían enfrentado. Verónica les ordenó a los chicos que se mantuvieran al margen, pero Diana se fijó en la cara de Rudy y supo que no se podía estar cruzada de brazos.

- No podemos dejar que dañen a más inocentes... y tampoco podemos dejar que acaben con Wrecking Mom, ¡¡es la madre de Rudy por dios Bendito!! .- Replicó a la profesora al cargo -. No digo que le hagamos frente, pero tenemos que pedir ayuda al Liceo y tenemos que proteger tanto a Gloria como a los demás civiles. ¿Eso es lo que hace un superhéroe no? ¿Es para eso para lo que nos están enseñando, verdad?.

La chica solo protestó, trató de calmar a las personas de su alrededor instándoles a buscar la salida más cercana y en orden... pero no se movió a la espera de la réplica de Verónica. Aunque si la que estuviera herida fuera su madre, probablemente se lanzaría al combate al igual que era bastante probable que lo hiciera Rudy.

Gloria parecía que quería empeorar la situación para Alberto y ella, suerte que Sara ya conocía a Rudy y sabía que su madre era bastante similar, de manera que tocaba aguantar un poco el chaparrón, asintiendo y deseando que pasara ese rato. Por fortuna empezó la charla enseguida. Todo indicaba que iba a ser una charla amena cuando de sopetón todo explotaba y aparecía la figura del hombre enmascarado, ¿tan pronto? ¡ella no esperaba que todo fuera a ocurrir tan rápido!

Todo había terminado hecho un desastre y encima allí habían varios heridos, ¡heridas mortalmente!

Con Wrecking Mom en el suelo, nadie parecía ser capaz de detener a un supervillano de verdad. Bueno, ellos eran seis así que seguro que algo podían hacer.

- Vamos, hay que hacer algo. No hay otra opción. Vayamos Rudy, Diana y yo, mientras los demás sacáis a los heridos.

Rudy no iba a tardar en lanzarse contra ese hombre de una forma o de otra. El combate no iba a tardar demasiado en ocurrir así que la joven avanzó unos pasos y de sus manos florecieron rosas que se expandieron buscando rodear a Gloria. Sabía que tenía que protegerla para impedir que la matara o al menos ganar unos segundos.

Ni siquiera hizo falta hablarlo mucho. En contra de la indicación de Verónica, el grupo de estudiantes decidió hacer frente al villano.

Rudy se lanzó el primero, dando un gran salto en arco que lo propulsó hasta el mismísimo Plasma. El colombiano aterrizó haciendo honor a su hombre de héroe, resquebrajando el suelo por la fuerza del impacto.

El llamativo salto y la provocación atrajeron la atención del villano, que se giró hacia el muchacho.

- No sé quién eres - respondió la figura enmascarada mientras apretaba un puño, que comenzó a ser envuelto por aquella chispeante energía azulada -. Pero veo que eres estúpido.

Plasma alzó el puño y apuntó hacia Rudy. ¡Un ataque directo!

- ¡Apártate, Rudy! - gritó Verónica desde el público mientras corría hacia su estudiante. Eureka corría detrás de ella.

Mientras tanto, Sara voló hacia donde había caído Wrecking Mom. Pretendía alzar una barrera para protegerla de los ataques del villano.

Se encontró a la superheroína removiéndose entre los escombros. Su cuerpo humeaba, y su uniforme estaba ennegrecido por la explosión. A pesar de todo, no parecía herida, tan solo aturdida.

Con su poder, alzó una barricada cristalina desde la que se podrían defender de los ataques del enemigo. Sin embargo, viendo la potencia de su anterior ataque, quizá no servía de mucho.

Diana, junto a Marina, Iván y Alberto corrieron hacia los restos del escenario para socorrer a los heridos.

- Ahora muere - sentenció Plasma mientras abría la palma de la mano, con intención de descargar su poder contra Cráter.

Los estudiantes apenas tuvieron unos instantes para reaccionar.

Las cosas se ponían más calientes y eso no le gustaba nada. Rudy iba a enfrentarse a Plasma, ¡lo cual era una excelente idea porque Gloria estaba consciente y podría recuperarse si le daban tiempo!

No sabía cuáles eran los poderes de ese tipo pero era muy muy posible que pudiera crear explosiones con las que poder darles a todos ellos y por esa razón Sara echó a volar para separarse de sus amigos, para lo cual tuvo que desplegar sus alas.

- ¡Atacas a traición porque le tienes miedo! ¡Pero ella tiene amigos de su parte!

Exclamó para que supiera que se enfrentaba a varios superhéroes. O mejor dicho, aspirantes a superhéroes, mas ahora una no podía quedarse quieta porque Cráter necesitaba de apoyos. Sara señaló con sus manos al villano y lanzó un torrente de hielo que fue formando toda una maraña de afilados cuchillos cual grandes espinas que crecían de los tallos de dos serpenteantes troncos de hielo.

Diana no poseía la potencia de salto de Rudy, pero si tenía algo que el no... alas. Aquellas alas de ángel crecieron en su espalda mientras se alzaba en el aire para tratar de llamar la atención de los civiles.

- ¡¡Por favor!! .- Gritó lo más alto que pudo mientras se mantenía en el aire -. ¡Salgan todo de aquí a la mayor brevedad posible, e intenten hacerlo de forma ordenada!

No es que fuera la persona más diplomática o persuasiva del mundo, pero el mensaje estaba claro, salvar el pellejo sin morir en una avalancha de personas.

Al segundo se giró y endureció su piel por completo como ya había hecho otras veces, transformándose en la versión femenina de "la versión femenina La Cosa". Lista para volver a meterse en un embrollo del que le costaría salir se atrevió a acompañar a Rudy.

Diablos. Me arrepentí de haberme puesto en primera linea en cuanto Plasma alzó su puño envuelto energía. Sentí un poco de miedo, las piernas me comenzaron a temblar un poco, inapreciablemente por suerte. Pero ver a mis compañeros movilizarse, actuar como héroes me infundió un poco de valor.

Diana nos cubría, mientras ayudaba a los civiles. Bien.

-Oh, mierda. -dije escuetamente.

Vi a Estigia lanzar un mega chorro de hielo contra Plasma. ¡Perfecto! Intentaría atacar al mismo tiempo que mi compañera.

Empecé a correr contra el villano, salté y le solté un puñetazo.

Diana fue la primera en elevarse en el aire, haciendo gala de sus bellas alas emplumadas. Mientras indicaba a los civiles que saliesen del lugar su cuerpo se endureció, preparándose para el combate. Voló hacia Plasma, situándose detrás del villano.

En ese instante, Sara ascendió también en el aire, distanciándose del enemigo. No quería arriesgarse a que sus ataques de largo alcance le diesen a ella también. Concentró el frío en sus manos, y entonces lo proyectó contra Plasma.

El torrente de hielo salió despedido hacia el villano, que en ese momento estaba concentrado en Rudy. Cuando alzó la cabeza y vio el hielo, trató de reaccionar rápidamente. Se lanzó hacia un lado, intentando esquivar el ataque. Pero el frío de Sara fue demasiado rápido, la maraña de cuchillos helados lo alcanzó en el brazo izquierdo, y comenzó a enroscarse por su cuerpo.

Plasma gruñó entonces, Rudy pudo oírlo bien. La energía azulada que desprendía todo su cuerpo se intensificó, y el hielo de Sara se evaporó al instante.

Había repelido con insultante facilidad el ataque de Sara, pero en su intento por esquivarlo había desviado su atención de Rudy durante unos segundos. Cráter supo aprovechar el momento. La inclinación del villano, su atención dividida… Había una abertura en su defensa, ¡era el mejor momento para atacar!

Rudy corrió hacia el frente y descargó un puñetazo sobre Plasma con toda la fuerza que pudo reunir. Parecía que iba a acertarle de lleno en el pecho, pero entonces vio la siniestra máscara de Plasma frente a su rostro.

- Muy lento - se burló el villano mientras evitaba el puñetazo y agarraba la muñeca de Rudy con la mano izquierda. Posó la derecha, en la que había cargado su ataque, sobre el muchacho -. Tus amigos no pueden ayudarte, vas a morir.

En ese momento Rudy recordó el momento en el que obtuvo sus poderes. La energía cósmica de Plasma matando a Hiperión. Iba a pasar lo mismo.

Entonces se oyó un grito furioso, reverberando por todo el lugar. Una voz atronadora, acompañada de un resplandor dorado. Rudy vio como Plasma alzaba la cabeza y lo soltaba al instante.

Plasma alzó los brazos para protegerse, y entonces un rayo dorado impactó contra él. La energía amarillenta se entremezcló con los relámpagos azulados, y el villano salió despedido hacia atrás.

Sara vio a una figura emerger de la cúpula de hielo que había creado. Era Wrecking Mom, pero apenas podía ver en ella a la encantadora, ruidosa y llamativa madre de Rudy. El rostro de la superheroína estaba desencajado por la ira.

- ¡NO METAS A LOS NIÑOS EN ESTO! - gritó Wrecking Mom antes de lanzarse contra Plasma, volando a toda velocidad.

El villano se defendió de la acometida con un escudo de energía, que detuvo con bastante éxito el puñetazo de Wrecking Mom.

- Tampoco voy a dejar que se aburran - respondió Plasma, jocoso.

La energía azulada de Plasma se esparció por el suelo, llegando a todo el recinto del salón. No era un ataque, sino algo peor… De pronto, por todas partes, comenzaron a surgir figuras del suelo. Eran seres pétreos, animados del propio hormigón del suelo. Despedían la misma energía azulada que Plasma.

Un ejército.

Los esbirros de Plasma comenzaron a destruir todo lo que encontraban a su paso, atacando también a los civiles.

- ¿Cómo vas a protegerlos a todos, Wrecking Mom?

- ¡NIÑOS! - gritó Gloria mientras descargaba otro puñetazo contra el villano -. ¡YO ME ENCARGO DE ÉSTE, USTEDES SALVEN A LOS CIVILES!

Wrecking Mom y Plasma se enzarzaron entonces en un encarnizado combate de golpes, rayos y explosiones.

De mientras, el ejército de súbditos de plasma sembraba el terror y atacaba a los civiles.

¿Qué iban a hacer los héroes?

Diana suspiró de alivio cuando vio a Gloria aparecer en escena intacta, por un momento se había preocupado y entendido que tendrían que enfrentarse a plasma ellos solos y ya estaba resignada a darlo todo en el intento. Pero no, no hacía falta... por lo menos no hasta que los minions de plasma hicieron su aparición. Parecía que los poderes de aquel Villano iban más allá de lanzar rayos de plasma, también tenía capacidades de animación de objetos/terreno... podría llegar a ser un enemigo harto peligroso.

En el momento en que Gloria les dio la orden de proteger inocentes Diana no se lo pensó ni un segundo, alargó ambas piernas, que en aquel momento se habían transformado en poderoso yunques, y aplastó a dos Pétreos nada más animarse. Lejos de seguir volando decidió bajar al suelo encogiendo sus extremidades hasta su tamaño normal, dejándose caer al más puro estilo Reed Richards. Al descender vislumbró a varios minions persiguiendo a algunos civiles, y eso era algo que la metamorfa no iba a permitir. Estiró de nuevo sus piernas y con el yunque aplastó a una de las criaturas, y aprovechando la energía cinética que le proporcionaba el movimiento, estiró sus brazos para dar de lleno a dos de aquellos golems justo en el centro de su pecho.

- ¡¡Seguid la marcha con cuidado!! .- Gritó dirigiéndose a los civiles -. ¡¡No vamos a dejar que os ocurra nada!!.

Aquellas palabras, aunque dichas por ella misma, le hincharon el pecho de orgullo y fuerzas para seguir adelante y comenzó una danza que algunos tacharían de macabra, ningún Pétreo en el área donde se encontraba Diana osó poner un solo dedo sobre ningún civil. 

A medida que el número de aquellas bestias en su zona se iba reduciendo, la chica comenzó a centrarse más en ayudar a aquellas personas que no pudieran valerse por si mismas, gente que hubiera quedado atrapada bajo los escombros o aquellas que se hubieran visto paralizadas por el miedo, miedo que Diana desde hacía un rato había dejado de sentir... quizá Wrecking Mom había hecho más efecto en ella en unos segundos, que cualquier profesor de la Academia.

Todo ocurrió muy deprisa.

Sabía el poder que tenía Plasma, lanzarme contra él había sido una completa estupidez, lo hice por puro heroísmo. Este tío fue el que asesinó a Hiperión, no sé bien como, pero lo hizo. ¿Qué podría hacer yo contra alguien así?

Estaba completamente paraliado, Plasma había logrado anular uno de mis mega puñetazos. Podría haber atravesado una pared de cementó, destruir uno de los robots de Ratchet... Y este tío lo evitó casi sin pestañear. _{En realidad no lo sé porque llevaba máscara.}

Pero gracias al cielo y a todos sus ángeles, mamá estaba allí. Su grito, con el cual nos defendía, hizo que se me erizase todo el vello de mi cuerpo. ¿Sabéis cuando pasáis mucho miedo, cuando tu vida corre peligro? Ese momento en el que solo quiere gritar "Mamá, quiero estar con mamá". Puesto lo llevaba al extremo, solo que mi mamá era Wrecking Mom. El darme cuenta de que ella estaba ahí, que estaba lista para pelear, me desparalizó.

Verla volar, atacar con tanta fiereza y poder, era todo un espectáculo. Incluso mi Visión Atómica parecía Made in China comparada con la suya. Era gloriosa, era Wrecking Mom.

Y pronto nos movilizó.

En un primer momento pensé en pelear junto a ella, luchar contra el villano que mató a Hiperión. Pero no podía anteponer mi estupidez a esto, yo no era rival para Plasma y mamá tenía razón, teníamos que salvar a los civíles.

-Dele duro, mami. -le dije confiado a Wrecking Mom.

Salté del escenario y corrí en dirección a un claro entre stands mientras mi capa ondeaba a mis espaldas. Allí había bastantes masillas (Sí, me recordaban a los de los Power Rangers). Tenía que acabar con ellos antes de hiciesen más daño.

Cogí a uno que estaba agarrando a una señora y lo estampé contra otro que acosaba a un niño. Agarré a otro y lo partí por la mitad.

-¿Cómo vais? -le grité a mis compañeras mientras daba un puñetazo a uno de los minions.

Luego busqué a Eureka con la mirada. ¡Ahí estaba! Corrí hacia ella.

Al verla pelear me enamoré más de lo que ya estaba. No había tenido oportunidad de verla usar sus poderes en todo su esplendor. Sí que habíamos hecho algún viaje por el cielo, reduciendo nuestra densidad al mínimo, o habíamos jugado a darnos cabezazos aumentando al tope su densidad. Pero no en una batalla.

Eureka reaccionó tan rápido como los demás, fue corriendo en una dirección y ayudó a la gente que estaba allí. Alguna vez aumentaba la densidad de un civil para que no recibiese daño del impactó de un minion, otras disminuía la densidad de unas cajas para hacerlas levitar y luego, aumentando muchísimo su densidad, dejarlas caer sobre los enemigos. Lo mejor era ver como repartía puñetazos con su densidad aumentada.

-Guau, cariño. Estás super sexy peleando. -dije mientras reventaba la cabeza de un gólem contra mi rodilla.- Luego querré achuchoncitos, jeje.

Y la batalla continuaba. De vez en cuando miraba hacia mamá o hacia mis compañeras, por si necesitaban ayuda.

Mi corazón me latía a mil por hora, pero no notaba cansancio. La adrenalina, el fragor de la batalla, suponía.

Desde luego, ¡que hubieran ayudado a salvar a los inocentes y dado tiempo a ella para reaccionar y que los terminara llamando niños! Pero si ella ya tenía los dieciséis desde hacía semanas. Vamos, que no era justo porque ya tenía edad para trabajar e incluso para ser superheroína. No tuvo mucho tiempo para sentirse defraudada porque ese tal plasma de repente invocó una legión de seguidores de piedra, que, bueno, no podían volar cuando casi todos ellos podían. No les iban a dejar avanzar porque pondrían en peligro a las personas que aún seguían caídas.

- Oh, vais a pagar por esto.

Alguien tenía que sufrir las consecuencias de que Wrecking Mom les hubiera llamado niños y se hubiera lanzado a luchar contra el villano mientras ellos tenían que quedar en segundo plano. Claro que al pensar en eso del plano recordó que alguien iba a llegar de un momento a otro con algún móvil o cámara y ella tenía que protegerse. De inmediato usó sus propios dones para generar el Optimus Prime Helm y lo colocó sobre su cabeza. Con el yelmo en su lugar, era imposible reconocerla.

- ¡Preparaos para sentir la furia del hielo!

Ya estaba en el aire, aleteando, así que concentrándose expandió sus dos alas, formando lo que semejaban dos inmensas garras y entonces giró sobre sí misma, partiendo en pedacitos a algunas de esas marionetas. En todo ese tiempo procuró de seguir el combate principal no fuera que las cosas se descontrolaran y tuvieran que intervenir. Bien pensado no quería eso porque aquello parecía una lucha de titanes. Si ese Plasma había terminado con Hiperión ¡entonces ni Rudy ni ellos estarían preparados para vencerlo! Pero había que reconocer que sus títeres se estaban haciendo añicos bajo el ataque conjunto de los que habían quedado allí para proteger a los inocentes.  

- Bueno, Cráter, parece que vamos bien.

Se había acordado de llamarle por el nombre clave. La verdad era que estaban haciendo un buen papel contra esas masas de piedra sin alma.

La batalla entre Wrecking Mom y Plasma era, sin duda, de proporciones épicas. Cada puñetazo de la heroína resonaba como un trueno al impactar de lleno con las defensas energéticas del villano.

A diferencia de Gloria, que trataba de concentrar sus ataques en su enemigo, Plasma atacaba indiscriminadamente con sus explosiones de largo alcance. Poco a poco, el lugar iba quedando reducido a escombros.

Y cada vez más civiles quedaban atrapados en la batalla. 

En medio de la batalla, Sara alcanzó a ver a Faro moviéndose entre los civiles. El muchacho evitaba a los esbirros de Plasma, pues su poder no era ofensivo en absoluto. En cambio, Faro confortaba y ayudaba a escapar a los civiles que habían quedado atrapados.

A pesar de las graves heridas que tenían algunos, los civiles lograban encontrar fuerzas para mantener la calma y alejarse del campo de batalla.

Tal era el alcance del poder de Alberto, que como un ángel radiaba tranquilidad mientras rescataba a los civiles del campo de batalla.

Marina, por su parte, luchaba igual que Rudy. Lanzaba puñetazos a diestro y siniestro, haciendo estallar a los enemigos como si estuviesen hechos de cartón.

Cuando una de las explosiones de Plasma atrapó a un grupo de civiles bajo los escombros, Marina corrió rauda a socorrerlos. Haciendo gala de una fuerza que poco tenía que envidiar a la de Rudy, la muchacha apartó los grandes trozos de hormigón y cargó sobre sus hombros a los civiles que no podían moverse.

Iván hizo gala de un silencioso estilo de batalla. Desapareció de la vista de todos cuando comenzaron a haber problemas. Poco después, estallidos multicolor comenzaron a sucederse a lo largo de todo el salón.

El chico hada volaba raudo entre los esbirros y les atacaba por la espalda. La ventaja de la altura, tal como había predicho Sara, le permitió salir indemne de todos los enfrentamientos.

Plasma los había subestimado a todos con aquel ejército de inútiles seres pétreos.