Partida Rol por web

No podía creer que con todo lo que le estaban dando ese maldito no había forma de que cayera. ¡Era poderosísimo! Nada más que magulladuras cuando ellos estaban hechos polvo. La treta de Diana había funcionado pero ahora Plasma emprendía no una huída, sino un secuestro, indicando con la mirada que Rudy que le siguiera.

- ¡Os quiere robar los poderes a ambos!

Ella estaba tan cansada que le costaba moverse. Las cosas iban fatal porque sus poderes eran débiles en comparación con uno de esos villanos megapoderosos. Sara miró alrededor.

- ¡¿Estás ahí, Averno?! ¡¿Puedes traer de vuelta a Gloria?!

La muchacha era incapaz de seguir el ritmo de ellos dos, Plasma y Cráter, así que miró alrededor encontrando a esas criaturas de piedra que aún amenazaban a los viandantes. Elevando el vuelo pesadamente ascendió tres metros y buscó uno de esos seres para lanzarle una ráfaga de hielo que acabara con sus maléficos intentos.

- Diana, esto está muy feo. Necesitamos ayuda. ¡Por favor llama al director Richmond!

Exclamó tratando de reducir el número de siervos pétreos sin perder de vista lo que sucedía en todo alrededor.

Tras todo aquel esfuerzo, al final nada había servido. Ahora Plasma trataba de huir con la verdadera Wrecking Mom y ella no podía hacer nada... se le había formado un nudo en el estomago. No le quedaba otro remedio.

Miró a todos lados tratando de que ningún civil se fijara en ella, miró a Sara y Natalia y sus labios se movieron susurrando un "Lo siento". Llevaba demasiado tiempo ocultando aquel secreto, demasiado tiempo ocultando aquella parte de la que se avergonzaba, pero no había otro remedio.

Su cuerpo comenzó a cambiar rápidamente, dando paso a una piel verdosa, una barbilla extrañamente arrugada y ojos rojos color sangre. Los que supieran de razas alienígenas sabrían que la chica era una Skrull, una raza temida por muchos y odiada por otros la mayoría de la raza humana. No era su aspecto de lo que se avergonzaba, sino de lo que habían hecho sus antepasados. Puso su mano en la boca, pidiéndoles a sus compañeras que le guardaran el secreto... por ahora.

Su cuerpo era realmente esbelto, en su forma original al igual que en su versión humana, su pelo seguía siendo pelirrojo, pero de un color un poco más apagado y tenía algo más de busto que en la forma que sus compañeros conocían como Diana. Sus heridas comenzaron a cerrarse y la chica flexionó las piernas de la misma manera en que Rudy lo había hecho, hizo crecer de nuevo sus alas, y emprendió el vuelo... un vuelo más lento que las otras veces puesto que aún se encontraba fatigada, pero por lo menos podía intentarlo.

Rudy, tras ver como Plasma se llevaba a su madre delante de sus narices descubrió un poder que había llevado siempre consigo, oculto. ¡Podía volar!

El impulso inicial fue intenso. Lleno de valentía, trató de golpear a Plasma, pero el villano surcaba el aire demasiado rápido. Apenas alcanzó a rozarle un pie con el puño.

Allí, en medio del aire, Rudy vio como Plasma se escapaba de entre sus dedos. Salió por un agujero del techo. Si se daba prisa quizá podía alcanzarlo…

Sara tomó la decisión de asistir a los civiles que todavía estaban atrapados en aquel caos. Blandió con maestría su frío, y creó un torrente de cuchillas gélidas que ensartaron a un grupo de esbirros pétreos.

La alicantina era capaz de derribarlos con facilidad, pero aquellos seres parecían no acabarse nunca.

Diana, por su parte, decidió que no podía seguir ocultando su secreto, al menos a Sara y Natalia. Pagando el precio de mostrar su forma original, la muchacha sanó sus heridas para poder volver al combate. De su espalda emergieron un par de alas emplumadas y, decidida a ayudar a Rudy, emprendió el vuelo.

Natalia se quedó junto a Sara.

- ¿Qué hacemos? Quiero ayudar a Rudy, pero tenemos que salvar también a esta gente…

Justo en aquel momento un portal azul apareció junto a ellas dos. 

Del portal emergieron Aitor, Moussa, César y Gina.

La escena que presenciaron los recién llegados era un completo desastre. Lo que antes había sido el recinto de una convención había quedado completamente destruido. El lugar estaba lleno de escombros, que habían caído tanto de las paredes como del techo.

Docenas de extraños y deformes seres pétreos* corrían por el lugar, destrozándolo todo y atacando a los civiles que habían quedado atrapados dentro del recinto.

Una de las paredes del edificio estaba medio derruida, así como parte del techo. También había cráteres y marcas de quemaduras por todas partes. Allí estaba teniendo lugar una batalla. Una que ya se había cobrado vidas.

En el suelo había heridos, y algún que otro cuerpo sin vida.

Los recién llegados vieron a Sara y a Natalia, la novia de Rudy, cerca de un muro de hielo. Sara se mantenía suspendida en el aire con sus alas cristalinas.

Más arriba, cerca de un agujero en el techo, vieron a Rudy volando. Cerca de él había una segunda figura. Tenía las mismas alas que Diana, pero su piel era completamente verde, y el tono de su cabello era más apagado.

- ¡El villano! - gritó Natalia al ver llegar a los refuerzos -. ¡Ha cogido a la madre de Rudy y se ha ido volando! ¡Tenemos que hacer algo! - suplicó la muchacha.

Aunque era evidente que también había que acabar con los seres de piedra que atacaban a los civiles.

- ¡VOLAD! - gritó entonces una voz conocida.

Cerca del suelo, en el centro de un cráter, vieron a Iván gritando a Rudy y a Diana. Había puesto las manos alrededor de la boca a modo de megáfono, para que su voz llegase hasta ellos.

- ¡SEGUIDLE! 

Ya cuando sucedió eso último abrió los ojos y quiso llevarse la mano contra la boca, pero el instintivo gesto fue bloqueado por el yelmo de hielo con el que ahora ocultaba su rostro... ¡Volvió a pensar en ello pero es que no podía creerlo!

Trastocada por la sorpresa gritó de desconcierto puro mientras Natalia acudía a su lado. Estaban desbordados justo cuando un portal de luz azul emergió partiendo el espacio. Sara seguía emitiendo un grito agudo mientras pensaba en matarla, claro, aunque sería algo pasajero pues luego entraría en razón. Ya cuando Iván se mostró supo quién había puesto a salvo a Alberto y Marina, entonces consiguió serenarse un poco y señaló hacia arriba.

- ¡ES PLASMA, EL ENEMIGO DE HIPERIÓN, SE LLEVA A LA MADRE DE CRÁTER!

Apretó los dientes. Un buen número de seres pétreos estaban trayendo el caos a la ciudad y ella ya había tumbado a un buen número, sin embargo, parecían multiplicarse por todos lados. Sara se encontraba exhausta y así lo demostraba su acelerada respiración pero ella buena reventando esas cosas de piedra.

- ¡Teleportaos o volad o lo que sea! ¡Le va a robar los poderes a Cráter!

Ella se dedicó a deslizarse entre los escombros lanzando un nuevo torrente de hielo que surcó el aire como una serpiente en pleno ataque. Atravesó tres de esos seres causando que se hicieran añicos y salpicaran el terreno de alrededor.

- ¡Llevaos a Natalia! ¡Gina, César e Iván se pueden quedar conmigo!

Formando un pequeño grupo de cuatro esperó que fueran suficientes para detener el caos de abajo. Creía que Salamandra podría contrarestar igual de bien que ella a esas malditas sicarias de Plasma.

Es real, puedo volar. Pensé justo después de fallar mi ataque.

Al principio de todo pensé que solo iba a dar un gran salto, pero mi instinto tenía razón. Algo dentro de mí se desbloqueó y me permitió dejarme ingrávido, como si flotara.

Ms. Justice vino a ayudarme a detener a Plasma, pero... No era ella. ¡Era una skrull! Habían suplantado a Diana y ahora se había revelado. ¿Desde cuando? Los skrulls eran maestros metamorfos, podría haber sido una impostora desde hace meses. Un momento. Ahora que lo pensaba, Diana tenía los poderes de un skrull, idénticos. ¡Incluso tenía los poderes de aquel mega skrull que se enfrentaba a los Cuatro Fantásticos!

-¿Ms. Justice? ¿Eres tú, verdad? -le dije a mi amiga con preocupación mientras me recuperaba del ataque fallido.- ¿Eres mi amiga?

Pero ahora no era el momento de hablar. ¡Teníamos que salvar a mamá! El mundo no podía quedarse sin Wrecking Mom!

Oí a Natalia y Sara gritar y vi como llegaron los refuerzos, los chicos del SG4. Iván había reaparecido, ¡Y nos animaba a volar!

¡No dejaría escapar a Plasma! ¡Ahora estábamos todos! Me dispuse a seguir al villano.

Ordené al hormigueo que sentía en mi interior a empujarme hacia arriba. Obediente, la energía cósmica de mi interior me empujó en la dirección deseada. Me sentía como uno de los superhéroes grandes. Volar era una maravilla.

-¡NO DEJARÉ QUE TE LA LLEVES! -le grité a Plasma.

Alcé el puño izquierdo en la dirección de Plasma, porque así vuelan los heroes de verdad, y con la otra mano apreté el botón de mis gafas y lancé mi Visión Atómica.

Diana ya había emprendido el vuelo cuando sus compañeros regresaron. No iba a echarse atrás, por muy cansada que estuviera... debía seguir a Rudy, debía tratar de salvar a Wrecking Mom.

Cuando Rudy le hizo aquella pregunta, la seria cara de aquella criatura se tornó en sonrisa, y asintió.

- De esto era de lo que tenía que hablaros, pero mejor salvemos a tu madre antes .- Guiñó un ojo a su compañero mientras seguía el paso, casi al borde de la extenuación. Incluso pensó en tratar de golpearle como había hecho Cráter momentos antes, pero no creía que pudiera recorrer con sus brazos elongados la distancia necesaria para ser capaz de golpearle, además de que volar ya casi que la hacía llegar al límite de sus poderes. Lo que sí podía hacer era volver a la que hacía tiempo había adoptado como su forma básica.

Cuando Iván les instó a seguir volando, Diana supo que su compañero tenía un plan, así que aún más motivos para continuar la marcha sin forzar su cuerpo a un posible colapso.

Al llegar a la plaza la situación era tal cual se había imaginado Aitor: el caos originado por una pelea con super-poderes. No se esperaba a aquellas criaturas, pero tampoco le sorprendió demasiado encontrárselas. Sus compañeros de equipo al parecer estaban dando buena cuenta de ellos, presumiblemente tratando de minimizar los daños a personas  y propiedades. Por lo que pudo entender, el super-villano de turno, un tal Plasma, estaba volando sobre la escena y debía ser detenido, puesto que se estaba llevando consigo a la madre de Rudy, el cual estaba volando tras él para alcanzarle…

Vista la situación y realizado el análisis pertinente, Zenitram se dispuso a actuar. Su comunicación mental no daba para aquella situación, su alcance era todavía demasiado limitado, así que se ahorraría las explicaciones de momento. Debía actuar y alcanzar el máximo número de enemigos de una sola vez, así que se decidió por el control de luces más cercano, echándose a correr hacia él con decisión, sus programas de defensa activados por si alguien se decidiera a intentar atacarle.

Pronto, con su contacto, el control eléctrico se comenzaría a reformar para dar lugar a una de sus criaturas robóticas, pero esta vez sus rasgos estarían apenas definidos, sólo recubierto de piezas metálicas a forma de protección y suficientemente grande como para cubrirse tras ellas. Los cables que confluían en él de repente fueron dotados de vida, comenzando a agitarse y salir de su prisión bajo tierra, en las paredes, por todas partes. Kilómetros y kilómetros de cables eléctricos y de teléfonos se desplegaban bajo su control, el poder sobre los elementos metálicos de su portador aparentemente incrementados de forma sustancial.

-¡Encargaos de Plasma! ¡Yo controlaré la situación aquí abajo!

La situación resultó ser de lo más dantesca para el joven Moussa. El contemplar a los decenas de heridos y muertos esparcidos por doquier provocaron que se bloquease durante varios instantes. El cansancio y el dolor que sentía pronto fueron dejados atrás cuando una ardiente ira comenzó a invadirlo.

Su instinto le empujó a tratar de salvar cuantas vidas pudiese, pero las palabras de sus compañeros le hicieron recapacitar. Sara, Aitor y César podían encargarse juntos de todas aquellas criaturas. Los poderes de Sara podían tanto proteger a los civiles como destruir a las criaturas. César, con sus grandes capacidades ofensivas podía causar grandes estragos en las criaturas en poco tiempo y si todo ello no fuese suficiente, contaban además con la inteligencia de Aitor y su capacidad única para crear toda clase de seres nacidos de la tecnología. No, su lugar no estaba allí, sino tratando de ayudar a detener a Plasma.

Rudy ya se encontraba en el aire, ¡volando! Seguro que aquello le habría hecho enormemente feliz de no ser por la situación en la que se encontraba su madre. Junto a él estaba ¿Diana? Al menos usaba sus mismas alas, pero parecía haberse convertido en el tipo ese grande y verde de los vengadores. ¡Seguro que ahora era superfuerte!

-Destruir a las criaturas, iremos a por la madre de Rudy.

Moussa se dirigió especialmente a César y alzó un pulgar para indicar que confiaba en él. Aitor ya se encontraba haciendo dios sabe qué cerca de los cables del tendido eléctrico, por lo que no fue necesario decirle nada.

Sin más pérdida de tiempo, posó la mano sobre el hombro de Natalia y los teleportó a ambos hasta la azotea del edificio en el que se encontraban. Una vez lograse dar con el villano, ya movería después a Rudy y a Diana lo más cerca posible del villano.

-¿Sabes volar? Si te teleporto junto a Plasma y no logras apresarlo, necesito saber si tengo que recogerte o no.

Moussa no había tratado mucho con la novia de Rudy, ni tan siquiera estaba seguro de los poderes que dominaba, así que era mejor asegurar. Lo último que quería era que la novia de su compañero quedase estampada contra el suelo.

La estela que había dejado atrás Plasma todavía era visible, un rastro de relampagueante energía azulada.

Estaba lejos de Cráter y de Ms. Justice. Y ninguno de ellos dos volaba lo suficientemente rápido para alcanzar al villano.

Pero las palabras de Vent les dieron confianza.

- ¡SEGUIDLE!

Cráter y Ms. Justice trataron de volar hacia arriba. Pero se movían demasiado lento…

Por su parte, Estigia usó con maestría su poder. Un torrente de hielo serpenteó por el campo de batalla y destrozó a varios de los esbirros de Plasma. Voló junto a los compañeros que acababan de llegar, para pedirles que fueran en busca del villano. Salamandra y Gina asintieron.

- Contendremos aquí la amenaza - dijo Gina.

Salamandra, por su parte, se sacó del bolsillo el fiel mechero que lo acompañaba siempre. Con las prisas no había podido ponerse sus guantes especiales. Pero no los necesitaba para cargarse a unos cuantos esbirros de piedra…

Zenitram, sin embargo, decidió quedarse en tierra. El aire no era su dominio, podía más ayudar desde allí. Usando su refinado control de la tecnología, convirtió un montón de chatarra en un temible constructo. Los cientos de cables que recorrían el edificio salieron de sus escondites, convertidos en los múltiples apéndices del nuevo siervo de Zenitram.

Los cables comenzaron a atrapar a los esbirros más cercanos. Con un melodioso sonido de metal contra piedra, Gina comenzó a derribar uno a uno a los enemigos que estaban atrapados entre los cables. Las creaciones del genio se coordinaban con inusitada facilidad. Se mantuvo cerca de Zenitram, por si hacía falta cubrirle de algún ataque.

Salamandra le devolvió el gesto de ánimo a Atajo y se alejó un poco del grupo. Tras encender el mechero, proyectó una gigantesca llamarada que calcinó a una veintena de enemigos al instante.

Parecía que las cosas estaban bajo control allí abajo, así que Atajo puso una mano sobre el hombro de Eureka y los transportó a los dos al tejado del edificio.

Desde su nueva posición, Atajo y Eureka pudieron ver al villano volar hacia el cielo. Tenía un aspecto siniestro y desgastado. Vestía con una gabardina oscura aunque visiblemente maltrecha, seguramente por el combate reciente.

Cargada a un lado llevaba a una mujer vestida con un mono rojo y una característica capa de superhéroe, Wrecking Mom. La heroína parecía estar inconsciente.

- No puedo volar - respondió rápidamente la muchacha mientras miraba al aire -. Nos puedo hacer ligeros, pero sin propulsión no es suficiente.

Eureka tragó saliva.

- Si me agarro a Plasma puedo hacerme lo suficientemente pesada como para que no pueda seguir volando.

Por su rostro, su propia sugerencia no parecía gustarle. Miró a Moussa, seriamente.

- Pero tocar a Plasma directamente es peligroso. Diana ha salido muy malparada cuando le ha atacado directamente. Por eso ha tenido que… - Eureka pareció atragantarse con sus propias palabras.

Un segundo después Cráter y Ms. Justice emergían del gran boquete en el tejado. Volaban en dirección a Plasma, pero no lo iban a alcanzar.

Luego, vieron una luz multicolor que venía de debajo, del interior del edificio.

Desde el centro del cráter donde apenas un minuto antes Plasma había recibido el ataque combinado de Wrecking Mom y Cráter, Vent flotaba con la mirada fija en el cielo. Diminutas motas de luz multicolor habían comenzado a congregarse a su alrededor.

Estigia pudo sentir fuerzas místicas arremolinándose a su alrededor. Se avecinaba un hechizo.

“Corre, anda, baila con el viento”

La voz de Vent resonaba por todo el recinto, cargada de poder.

“Sopla fuerte, suave caricia”

Un viento de origen desconocido comenzó a danzar alrededor del chico hada, haciendo que su cabello y su ropa ondeasen furiosamente. Vent emprendió el vuelo de pronto, siguiendo el camino de Cráter y Ms. Justice.

“Hazte ligero, toma mi aliento
Que te sea así la brisa propicia”

- ¡ASCENDED! - gritó el chico hada.

En ese instante, Cráter y Ms. Justice sintieron una firme presión empujándoles desde abajo. Una fuerza invisible les hizo ascender a gran velocidad.

A pesar del cansancio, a pesar de la ventaja que les sacaba Plasma, comenzaron a volar rápidamente. En apenas unos segundos alcanzarían al villano.

Los dos estudiantes de héroe vieron a su compañero volando junto a ellos.

- El impulso no durará mucho - dijo, con una visible mueca de cansancio en el rostro -. Aprovechemos para derribarlo y recuperar a tu madre.

En medio del ascenso, Cráter disparó su Visión Atómica contra Plasma. El rayo dorado atravesó la distancia que lo separaba del enemigo y golpeó directamente al villano. A pesar del impacto, Plasma no detuvo su vuelo.

- ¡¿Cómo es posible?! - preguntó a gritos mientras miraba hacia abajo.

Parecía que las cosas no estaban saliendo según sus planes.

- ¡Morid! - gritó mientras, con la mano libre, lanzó una descarga de energía contra los tres héroes que lo seguían por el cielo.

Un montón de relámpagos azulados se precipitaron hacia los adolescentes.

Cráter, que no era demasiado ágil en el aire, se cubrió con los brazos y resistió como pudo. El relámpago le había provocado quemaduras, pero no era nada que él no pudiese resistir.

Ms. Justice, por su parte, hizo una cabriola en el aire. Evitó parte del ataque, pero recibió daños igualmente. Uno de sus costados había quedado quemado por la energía de Plasma. Le dolía, pero podía seguir volando.

Sin embargo, Vent no tuvo tanta suerte. El chico hada no pudo evitar el ataque, que le dio de lleno en el pecho.

- ¡AAAAAAAAAAAGH!

Un grito desgarrador surcó el cielo, fruto del dolor de Vent. El tiempo se detuvo para los tres adolescentes que volaban tras Plasma. Cráter y Ms. Justice vieron como el vuelo de Vent se detenía por completo. El cuerpo del chico hada estaba completamente chamuscado, su ropa había quedado calcinada.

Pero vieron algo en sus ojos, un atisbo de consciencia.

- No le dejéis escapar - musitó Vent antes de comenzar a caer en picado.

A pesar de la caída del chico hada, el hechizo todavía permanecía. El viento de Fae seguía soplando con fuerza para los héroes. Si se apresuraban, Cráter y Ms. Justice podían alcanzar a Plasma.

Ese era el legado de Vent.

Desde el edificio pudieron escuchar el grito desgarrador de Vent. También vieron llegar el ataque de Plasma. Los relámpagos se colaron por el gran boquete en el tejado e impactaron la zona del cráter.

Una ominosa sensación embargó a los héroes que combatían a los esbirros de Plasma. De pronto se hizo el silencio. Los seres pétreos habían dejado de moverse. Parecían observar, ensimismados, el lugar donde la energía de Plasma había chocado contra el suelo.

El suelo se estremeció de pronto, y un crujido recorrió el edificio entero. La zona del cráter comenzó a quebrarse, a medida que cientos de arcos voltaicos surgían de la tierra. Una gran masa de roca se alzó del cráter.

La masa parecía tener extremidades, brazos y piernas, e incluso una cabeza.

Era una gran criatura pétrea, fruto del vil Plasma.

El nuevo enemigo tenía una imponente altura de cinco metros. Sus brazos eran gruesos y pesados, como dos gigantescas mazas de piedra. Sus piernas eran más esbeltas y pequeñas en comparación. Una cola rocosa serpenteaba en el aire, parecía extremadamente ágil.

Un par de intensas luces azuladas hacían de ojos en la cabeza de la pétrea criatura. Una grieta surcó su rostro, y luego se convirtió en un irregular agujero enmarcado por piedras afiladas. Era su mandíbula.

La criatura rugió con furia.

Ms Justice continuaba volando, más lentamente de lo que estaba acostumbrada, la fatiga había hecho mella en su velocidad de vuelo. Cuando Iván comenzó a conjurar su magia, una fuerza los empujó - tanto a ella como a Cráter - en la dirección de Plasma, ¡Eso era justo lo que necesitaban para llegar a él!. Aprovechó cuanto pudo el impulso acercándose vertiginosamente hacia el Villano, cuando éste, rabioso, decidió atacarles de nuevo. La chica esquivó cuanto pudo evitando el grueso del daño, aunque fue herida igualmente, cosa que no impidió su avance.

Decidió darlo todo en el último intento por acabar con Plasma y liberar a Gloria del yugo del villano. Sabía perfectamente los riesgos que conllevaba golpear a Plasma, pero no podía permitir que Rudy sufriera la pérdida de su única familia. Se impulsó por última vez mientras cambiaba a su forma pétrea y se colocó encima del villano, sonriendo giró sobre su propio eje y propinó sendas patadas a Plasma esperando desequilibrarlo para que soltara a gloria, o si había suerte derribarlo completamente.

- Sé que me dolerá a mí más que a tí, pero ¡¡suéltala desgraciado!! .- Gritó a la vez que caía sobre él.

Pero ese tal plasma, ¿de dónde obtendría poder parar crear estas abominaciones? Como creciendo de la tierra, cual montaña emergiendo entre temblores de tierra, surgía ese monstruo de horrendas facciones que en pocos segundos conseguía desanimar a Sara. La chica no paraba de sudar y ahora tenía que torcer el gesto porque otro enemigo venía a enfrentárseles.

- Pero si me cuesta lo mismo zurrar a dos que a tres.

Le espetó volando hacia la zona donde se alzaba el pétreo ser.

- ¡Vuelve bajo tierra, aquí no tienes nada que hacer!

Elevó sus manos y luego las impulsó hacia delante, gesto que acompañó todo un surtido de nuevas hebras las cuales parecían esta vez un torrente de agua que conforme avanzaba se helaba formando poderosas dagas. Un espectáculo propio del hombre de hielo que ella era también capaz de reproducir y con mayor violencia.

- ¿Esa masa de cables puede volar, Aitor? Necesitaríamos algo que nos transportara hacia Plasma.

Guardaba la esperanza de que iban a poder derrotar a estas masas de piedra. De hecho su torrente de hielo había atravesado primero a uno de ellos y luego a un segundo, partiéndolos en dos. Sara esperaba que este nuevo enemigo pudiera caer con cierta facilidad.

La ascensión de Vent, Cráter y Ms justice fue digna de ser retratada en los libros de historia. Los tres jóvenes héroes, pese a estar agotados y heridos, se lanzaron sin dudarlo ni un solo instante en busca de Plasma. Pero entonces ocurrió lo impensable, la poderosa descarga de Plasma impactó de lleno en Vent. El chico hada, gravemente herido perdió la conciencia y comenzó a precipitarse al vacío.

Si antes Moussa estaba enfadado, ahora la furia que ardía en su interior era imparable. Apretando la mandíbula, se deslizó por uno de sus portales para reaparecer justo por donde estaba cayendo Vent. Tras envolverlo con los brazos, regresó mediante otro portal al lugar donde se encontraba con Eureka.

Sus conocimientos médicos era inexistentes, pero trató de evaluar el estado de Vent. ¿Respiraba? ¿Perdía mucha sangre? Como pudo puso los dedos en el cuello del chico hada para tratar de sentir el pulso del joven compañero de aventuras. Su siguiente paso dependería del estado de Vent, si lo veía muy mal lo teletransportaría hasta la enfermería del Liceo, donde sin duda podrían atenderlo como se merecía.

-Eureka, dile a Aitor que te cree una armadura de metal. Que sea densa y no importa si no puedes moverte bien con ella. Una vez compruebe el estado de Vent y lo ponga a salvo, te usaré como proyectil contra Plasma. La armadura debería de protegerte de su toque, después tu densidad y la altura deberían de ser suficientes para asestarle un buen golpe. Ahora que Cráter y Ms Justice están en combate con él y además tiene a la madre de Rudy, no podrá moverse con facilidad. Con suerte le pillaremos desprevenido.

El tandem Gina-Zenitram estaba funcionando muy bien. En apenas unos segundos iban limpiando la zona de aquellas extrañas criaturas pétreas, el nuevo robot de Zenitram atrapándolas y Gina ejecutándolas de una en una. Así, sólo era cuestión de tiempo acabar con todas ellas.

No obstante, una sensación ominosa seguida de un duro silencio les embargó tras el estallido de nuevos rayos en el cielo, fuera del alcance de los héroes que permanecían en el suelo. La tierra reaccionó a lo que quisiera que hubiera hecho Plasma y de repente tenían una nueva criatura a la que enfrentarse, una mucho más grande, dura y peligrosa.

-No, no la he diseñado para volar -contestó de viva voz Zenitram a Estigia-, pero si el enemigo está a menos de 500 ó 600 metros podría alcanzarle con los cables, aunque esté volando... Ahora concentrémonos en este... golem, cuando acabemos con él puedo crear otro robot que nos permita alcanzar a Plasma. Veamos si esta cosa tiene una mente a la que incapacitar -dijo Zenitram echándose una mano a su diadema metálica para manipular algunos de sus controles.

Mientras lo hacía, los tentáculos metálicos de su monstruo de cables *también* la emprendieron con el recién llegado, acudiendo multitud de aquellos cables de electricidad y de teléfono para formar una maraña que trataría de contener aquella criatura. Pero aquello era más una distracción que una verdadera maniobra con esperanzas de éxito. Su objetivo, el de Zenitram, era atacar la mente de ese esbirro convocado por Plasma. Aunque no se quisieran enfrentar a él, aunque fuera más importante para el equipo recuperar a la madre de Rudy y vengar la caída de Vent, no podían simplemente dejar que aquel monstruo de piedra arrasara con la ciudad mientras ellos hacían otras cosas. A las malas siempre podrían rastrear a Wrekling Mom gracias a su señal de radiación específica (compartida con Rudy).

De repente noté el hechizo de Vent. Al principio no entendía que pasaba. ¡Pero si estaba cansado, volaba más lento de lo que podría! Entonces la magia llegó hasta nosotros y nos propulsó para poder llegar a Plasma. ¡Vent nos seguía, ya eramos tres!

Pero el villano nos respondió. Nos lanzo un mega rayo. Diana lo esquivó, a mi me dio tiempo a poco más que cubrirme con los brazos, pero el chico hada... Su gritó me paró el corazón.

¡VEEEENT! -grite a pleno pulmón.

¿Lo había matado? ¿LO HABÍA MATADO? Pero no, Iván seguía vivo por suerte. Le miré a los ojos, por un segundo estuve a punto de pararme en seco e ir ayudarle, pero Vent no quería. Su sacrificio tenía que servir para algo.

Se me humedecieron los ojos, no soportaba dejar atrás a mi amigo. Confiaba que mis otros compañeros lo salvarían, pero seguir volando fue la decisión más difícil había tomado en mi vida. Las lagrimas salieron disparadas hacia atrás por la velocidad que llevaba. Mejor que Plasma no se diese cuente.

Aproveché la ventaja que nos dio Vent y me propulsé hacia Plasma. Pero esta vez no le atacaría.

Viré hacia un lado e intenté agarrar a mamá. Pasase lo que pasase, Plasma no se llevaría a mi madre.

A unos sesenta metros del suelo, el cielo sobre Plaza España

Cráter y Ms. Justice, con el impulso de su compañero caído, ascendieron rápidamente en dirección a Plasma.

Y de mientras Vent se precipitaba, dejando tras de sí un rastro humeante. Parecía que caía hacia su muerte, pero un destello azul dio esperanza al joven chico hada. Atajo salió de su portal, deslizándose ágilmente en el aire, y rodeó con los brazos a Vent.

Un nuevo portal los engulló, deteniendo por completo su caída y haciéndolos aparecer sanos y salvos - por lo que respectaba la caída, al menos - en el tejado del edificio.

Atajo, con la ayuda de Eureka, se apresuró a evaluar el estado de su compañero. Su cuerpo todavía humeaba, y ahora que tenía tiempo para verlo de cerca no pudo evitar sentirse algo horrorizado. El pecho de Iván era un amasijo de carne cauterizada. Los bordes de la enorme quemadura, que se extendía por su cuerpo bastante más allá de la zona del impacto, estaban ennegrecidos. La poca ropa que le quedaba se caía a trozos. No había sangre, al menos.

Vent estaba inconsciente. Cuando Atajo puso los dedos en el cuello del chico, con cuidado de no causarle más dolor. El senegalés no supo encontrarle el pulso.

Eureka puso un dedo junto a las fosas nasales de Vent, sin llegar a tocarle.

- Parece que respira - dijo la muchacha haciendo un visible acopio de valor. La voz le temblaba.

Pero la situación del chico hada no era la mejor. La vida de Iván pendía de un hilo. Atajo no tenía mucha idea de medicina, pero tenía la sensación de que si Vent se quedaba allí mucho rato más… no lo contaría.

En aquel momento, en lo alto, Ms. Justice era la primera en llegar hasta Plasma. Recubrió su cuerpo de roca, y trató de propinar dos patadas al villano.

La primera falló, pero la segunda alcanzó a su objetivo. Cuando el pie de Ms. Justice estaba a punto de alcanzar el abdomen de Plasma, la energía restalló entre ellos. La metamorfa sintió que una fuerza trataba de rechazar su ataque. Los relámpagos azulados comenzaron a recorrerle la pierna.

Se arriesgaba a morir, pero luchaba por lo que creía correcto. Aprovechando el impulso mágico de Vent, Ms. Justice dio un empujón con las alas y atravesó la defensa de Plasma, golpeándolo fuertemente. Ms. Justice sintió los relámpagos de Plasma recorriendo su cuerpo entero, causándole un dolor agónico.

El ataque envió a Plasma volando varios metros hacia atrás, pero el esfuerzo y el dolor fueron demasiados para Ms. Justice. La muchacha hizo un esfuerzo por mantenerse consciente, pero no lo logró.

Al igual que había hecho su compañero, comenzó a caer. Al mismo tiempo que lo hacía, su cuerpo volvió a su forma original.

Una joven skrull.

Cráter, que volaba raudo hacia su enemigo, llegó en ese momento a Plasma. Extendiendo los brazos, trató de agarrar a su madre para liberarla.

Plasma, que había sido desestabilizado, no pudo apartarse de la trayectoria de Cráter. El joven puso con éxito las manos sobre Wrecking Mom. Pero cuando estuvo cara a cara con el villano… pudo ver un par de ojos marrones mirándole fijamente a través de la máscara de calavera.

Una imagen vino rápidamente a su cabeza, pero ya era demasiado tarde para reaccionar.

La mano de Plasma se cerró entorno al cuello de Cráter. Una energía dorada comenzó a fluir desde él hacia Plasma. Le estaba absorbiendo los poderes, igual que a su madre.

Cráter sintió como las fuerzas lo abandonaban. Apenas podía resistirse. Ahora entendía por qué su madre había estado tan abatida.

A ras del suelo, inferior del edificio de la convención

Ajenos a la desesperada situación que tenía lugar sobre sus cabezas, el resto de jóvenes héroes del Liceo se enfrentaban a una amenaza mucho más grande y pesada.

Tras el rugir de la criatura, Estigia no se demoró en absoluto. Comandando el frío del Inframundo, creó un gran torrente de hielo que se llevó por delante a varios esbirros. Su ataque impactó de lleno en lo que sería el pecho de la gran criatura. Miles de dagas afiladas y cristalinas se clavaron en su superficie, hundiéndose en la piedra y abriendo pequeñas grietas. Con la roca desgastada sería mucho más fácil causarle daños en el futuro.

La criatura rugió de nuevo, pero no de dolor. Seguramente no era capaz de sentirlo. Se encaró hacia Sara y flexionó las patas traseras. ¡Se disponía a atacar!

Pero un sonido serpenteante inundó el edificio. Docenas de cables comenzaron a enrollarse alrededor de los pequeños esbirros que quedaban. Todos quedaron completamente inmovilizados, todos excepto la gran mole de roca.

Los cables comenzaron a enrollársele alrededor de uno de los pesados brazos. La criatura saltó y agitó su cola, tratando de librarse de la molesta presa. Con habilidad, Zenitram comandó los movimientos de su robot para dirigir los cables hacia los puntos ciegos de la criatura.

Finalmente, uno de los brazos y una de las piernas quedaron atrapados por los cables.

Zenitram aprovechó el momento para dirigir su poder psíquico contra la mente del enemigo. Su ataque mental, que visualizó como una flecha de energía invisible, atravesó a la criatura sin mucho problema.

El enemigo pareció detenerse un instante, pero rápidamente volvió al ataque.

Zenitram tuvo la sensación de que “le había dado a algo”, pero no estaba seguro de que aquel ser tuviese mente. Lo más probable era que no fuese más que un ser sin mente animado por los extraños poderes de Plasma.

Salamandra, viendo que el robot de Zenitram se había encargado de inmovilizar a las decenas de pequeños enemigos que aún quedaban, decidió centrar también sus esfuerzos en la gran criatura. Aprovechando la abertura que había creado Estigia, y que Zenitram mantenía parcialmente inmovilizado al enemigo, Salamandra decidió atacar de forma más precisa. Como había hecho en ocasiones anteriores, dejó de lado el mechero y apuntó con una mano al pecho de la criatura.

En apenas unos segundos, una pequeña zona del pecho del enemigo comenzó a brillar al rojo vivo. Salamandra estaba aumentando su temperatura para debilitar aún más su resistencia.

- Yo me encargo ahora - dijo firmemente Gina mientras echaba a correr hacia el enemigo.

Según sus cálculos y gracias a la abertura que le habían proporcionado el resto de héroes, un golpe preciso y de fuerza suficiente podría causar una reacción en cadena y…

¡No había tiempo para pensar!

Al ver que la ginoide se acercaba, la criatura rocosa descargó uno de sus grandes brazos contra Gina. Pero la ginoide fue lo suficientemente ágil como para dar un salto en el momento justo. Instantes después se encontraba corriendo sobre el brazo del enemigo, ascendiendo rápidamente hacia su objetivo.

¡Su pecho dañado por Estigia y Salamandra!

Viendo sus intenciones, la criatura trató de echarse atrás. Pero sintió como los cables del robot se Zenitram se tensaban, aferrándola con firmeza.

- No tienes escapatoria - dijo Gina mientras saltaba e incrustaba su mano metálica en el pecho de la criatura, propinándole un brutal puñetazo.

El brazo de Gina se hundió en la criatura hasta el hombro. Poco a poco y desde el punto del impacto, grandes grietas comenzaron a abrirse en el cuerpo del enemigo. El golem comenzó a perder estabilidad.

- Estoy atascada - avisó Gina, entre sorprendida y asustada.

La ginoide trataba de salir de allí, pero había hundido su puño demasiado profundamente en su enemigo.

Los brazos de la criatura se cerraron rápidamente entorno a Gina, que dirigió una última mirada desesperada a su creador. El golem de roca y relámpagos se derrumbó finalmente sobre la ginoide, convertido en un montón de piedras deformes.

Zenitram sintió como el vínculo de comunicación con Gina se cortaba.

- ¿Ya está? - preguntó Salamandra, confundido, mientras miraba a Estigia y a Zenitram.

Rudy sintió varias cosas mientras aquel villano absorbía su fuerza vital.

Primero una sensación de vacío. Apatía completa. ¿Por qué luchaba? ¿Acaso importaba?

Luego frío, como cuando uno está febril y siente escalofríos.

Finalmente, sueño. Tenía la sensación de que todo iba a acabar pronto.

Pero aquel par de ojos marrones le habían resultado demasiado familiares. No, no podía rendirse. Algo le inquietaba.

No podía rendirse…

Cuando miró a Plasma de nuevo, vio algo más en el villano. Una energía azul, pura, pero también siniestra. Una energía llena de potencial. Una energía maldita capaz de crear vida.

Al bajar los ojos vio su propia energía. Un foco dorado, cálido y radiante. Su energía era más viva, más alegre. Pero no podía crear vida, tan solo destruir.

Era un equilibrio extraño. Una fuerza creadora pero siniestra. Una fuerza destructora pero benigna.

Tuvo la sensación de que aquel era un conflicto mucho más viejo que él, o que Plasma, o que el tiempo mismo.

- Lo siento, hijo - dijo una voz, triste pero firme. Sonaba algo distorsionada por la situación en la que se encontraba -. Es la única manera…

Vio el flujo de su propia energía dorada, deslizándose hacia Plasma. Una vez llegaba hasta él se tornaba azul, corrupta…

Era como si Plasma estuviese tirando de una cuerda. Ganando terreno poco a poco.

Ohh, el gran montículo de tierra había sucumbido ante Gina la cual terminó atrapada. Habían detenido el ataque de ahí abajo pero se podía ver en lo alto que las cosas no iban nada bien. La figura verde, Diana, había sido noqueada y ahora caía a plomo. Tampoco sabía dónde se encontraban Moussa, Eureka e Iván, ¡pero lo que estaba claro es que había que recoger a la metamorfa!

La satisfacción de esa pequeña victoria le había hecho olvidar el cansancio que arrastraba pero en cuanto trató de impulsarse hacia arriba se encontró muy lenta. Sus alas ya ni parecían tan flexibles como otras veces. Estaba muy agotada pero aún así tenía fuerzas para llegar hasta su compañera de cuarto skrull. Torció el labio pensando que le había ocultado ese detalle pero iba a tener que aceptarlo porque estaba en peligro y porque lo importante no era la raza sino el corazón.

- Voy a salvarte y luego salvaremos a Rudy.

No tenía que perder la esperanza pero ójala ahora aparecieran los de la nueva generación o los profesores y echaran una mano. Eso le recordó que al final no habían tenido tiempo para llamarles pues habían ido de emergencia en emergencia.

- ¡Aitor, mira si en la academia están avisados de todo esto!

Le gritó imaginando que para él sería muy sencillo.

Plasma me había pillado. Estaba perdido. Estaba absorbiendo mi energía, mis poderes.

Me imaginaba la sensación muy distinta, con dolor. Pero no, era como si me quitaran las ganas de vivir. Tenía frío y sueño. Parecía que fuese un dementor.

A duras penas vi como la energía cósmica, de un color dorado, salía de mi cuerpo siendo absorbida por el villano.

No sé como, pero le pude ver los ojos. Unos ojos marrones y familiares. Incluso oía una voz en mi cabeza. ¿Sería él el que me hablaba? No podía ser... Era imposible.

En fin, parecía que había llegado mi momento. Había sido vencido otra vez y no pude hacer nada para evitarlo. Primero cayó Vent y luego le siguió Diana, mi mejor amiga del Liceo.

Me dolía el corazón. Ahora ya no podía contener las lágrimas, me daba igual, ya había perdido. Me rendía. 

Rudy.

-NO. -dije firmemente.

No era esa clase de persona. ¡No había perdido y no me iba a rendir! 

La succión de la energía cósmica se sentía extraña, era como si Plasma estirase, como si se tratase de una cuerda. ¡Y AL DIABLO SI ALGUIEN ERA MÁS FUERTE QUE YO!

Ivan y Diana se sacrificaron para salvar a mamá y ayudarme. Lo tenía que hacer por ellos.

Por Ms. Justice, por Vent. Por mis amigos, todos confiaban en mí. Eureka, Estigia, Zenitram, Atajo, Salamandra, Sirena, Faro, Gina. Y por mamá.

Miré al villano con furia. Agarré con las dos manos el brazo de Plasma con el que me estaba atenazando. Apreté mis dedos lo más fuerte que pude, me daba igual si le rompía el brazo a ese desgraciado.

-¡GRRR.... AAAAAAAAAH! -grité, ejerciendo toda la potencia de mi ser..

La energía que me quedaba en el interior se movilizó. Con toda mi fuerza de voluntad intenté estirar la cuerda.

Era Cráter. Hoy no iba a perder.

Todo sucedía tan sumamente rápido que sentía que era incapaz de poder llegar hasta todos sus compañeros. Iván necesitaba ayuda médica urgentemente, pero si se iba con él, el resto de sus compañeros podrían acabar peor incluso que el compañero Hada.

El no encontrar el pulso de Iván lo puso aún más nervioso, por suerte Eureka había atendido más en clase y se percató de que su compañero aún seguía con vida, aquello logró tranquilizarlo un poco, pero sabía que el tiempo se le agotaba a su compañero, así que debían de acabar con Plasma lo antes posible.

Poniéndose en pie y dejando a Iván al cuidado de Eureka, se concentró en lo que sucedía a su alrededor. Atacar a Plasma en el combate cuerpo a cuerpo era una locura. Diana lo había dado todo para asestarle un gran golpe, pero ahora caía inconsciente por culpa de las descargas de energía que emergían del villano.

Moussa se preparó para rescatarla, pero entonces vio ascender a Sara mediante sus hermosas alas blancas. Aquello le otorgaba una oportunidad, tal vez solo una de poder hacer algo, así que dejó que fuese Sara quién salvase a Diana.

Plasma se alzaba como un villano de primera categoría, no estaba seguro de poder arrancar de sus garras a Rudy y a la madre de Rudy. La férrea presa a la que sometía a su compañero le hacía dudar de ello. Así que optó por otra solución. No estaba seguro de si funcionaría, pero si Plasma estaba distraído con Rudy y sosteniendo además dos cuerpos, esperaba que no fuese capaz de moverse con mucha facilidad.

Dos pequeños portales se formaron en las manos del senegalés, los cuales se retorcieron adoptando la forma de dos pequeñas esferas de brillante energía azulada. Después simplemente se desvanecieron para reaparecer junto a Plasma dispuestas a causarle el mayor daño posible. Con suerte el ataque lo debilitaría lo suficiente como para que soltase a Rudy.