Partida Rol por web

Ignatius sonrió a Marina, era una buena pregunta.

─Visto cómo está el tema mutante en USA, va a ser que mejor no vuelvo a visitar a la familia. Así que he pensado hacer un tour por Europa. Convocaré una Harley y visitaré todos los grandes monumentos: la torre Eiffel, la puerta de Brandeburgo, esas cosas. Si alguien quiere venir, yo conduzco. Va a molar un montón.

Melena al aire, con las gafas de sol de espejo, recorriendo las carreteras de Europa, la verdad es que el plan le pegaba. Crazy Crow era probablemente el "tío molón"(1) del grupo y su comportamiento así lo atestiguaba a menudo. Se relacionaba bastante, hacía cosas molonas y siempre estaba rodeado de los otros "guays".

Pero bajo aquella capa de "molonosidad" estaba un chico alejado de sus padres, su país de origen convertido en un entorno hostil para él, sin relaciones profundas de verdad y con una novia que ahora echaba de más más que de menos... Y aunque estaba integrado dentro del Grupo 4, siempre había sentido que estaba "robando" el puesto de alguien mucho más listo y eficiente que él. Como solía decirse, no era oro todo lo que relucía.

Fue a sentarse junto a los demás miembros del grupo, sonriendo amistosamente al encontrarse junto a ellos. Allí estaban tras difíciles aventuras, con el carácter más fuerte tras los duros retos. Sara se fijó en Marina, en ella el cambio era evidente, no era la única pues casi todos se mostraban diferentes ahora. Ya ni hablar de Didac, que daba un cambio físico tremendo, podía reconocer que andaba un poco serio de más pero no sabía los detalles concretos.

- Vaya, cuántos planes interesantes teneis.

Comentó ante el viaje a japón o la ruta en motocicleta. Miró a Marina deseando que su pregunta tuviera algo detrás: una invitación quizás. Le encantaría que fuera así.

- Yo estaré con los abuelos. Supongo que iremos a alguna playa tranquila a dar paseos.

Un plan extraordinario, seguro que los demás se hacían la idea de lo monótono que iba a ser todo aquello así que era muy posible que se dedicara a la lectura mágica, necesitaría un poco de ayuda de Hécate, si ella era tan amable de prestarle algún buen libro.

- ¿Los demás qué haréis? ¿Tú tienes planes, Marina?

Le dirigió una mirada expectante, no se podía entender bien el propósito pero tenía uno muy claro.

"¡Invítanos a ir a Atlantis!"

El pensamiento fue tan fuerte que llegó hasta su hermana y le pareció escucharla reir. Sara necesitaba un rescate.

Ah, como me gustaban aquellos eventos. Era una buena ocasión para vestirse elegante (lo que me hacía sentir sexy). Solo esperaba que aquel día no lo arruinase un ponche envenenado o un padre convertido en villano. Mi madre me mataría si destrozaba otro traje.

Choqué la mano de Moussa, o más bien me la chocó el a mí cuando la alcé, cuando dijo que traería cosas de japón. ¡Como me conocía el senegalés!

-¡Pues yo pasaré unas cuantas semanas con los Vengadores! -dije completamente ilusionado.- Por fin la beca que tanto llevaba esperando se iba a cumplir. ¡No puedo esperar para que empiece! ¿Eh, Dídac?

En principio, como el metamorfo tenía enchufe por la Viuda Negra, iba a venir conmigo. Pero no estaba seguro si seguiría de ánimos.

De pronto, algo hizo click en mi cabeza.

-Eh, chicos. Se me ha ocurrido algo. -dije acariciándome la barbilla.- Van a ser un par de meses en que cada uno tenga sus cosas pero... ¡Quizás podríamos arreglar algo! Mirad. Emm, Moussa, trae tu tablet.

En un instante el senegalés hizo aparecer su tableta electrónica.* La cogí, abrí el calendario y comencé a dibujar con la herramienta de lápiz.

-Aquí, mirad. Mi estancia con los Vengadores se acaba este día, entonces... -moví el dedo por la tablet.- Yo creo que no habría problema en que unos días antes de acabase os podríais venir a pasar unos días también con ellos. Dídac tiene contactos, y seguro que a mi madre no le pueden decir que no. Luego podríamos pasar unos días en Londres, para que Daniel nos enseñe la ciudad (yo no la conozco tanto), y que su madre nos haga visitas por los museos. También os podría enseñar las instalaciones de Los Protectores.

Deslicé el dedo un poco más, abrí el mapa del mundo e hice un círculo.

-Después podríamos continuar con el viaje de Ignatius donde lo haya dejado, hacer un poco de turismo por Europa, que apenas he conozco nada la verdad. Luego podríamos pasarnos por Japón, en el sitio donde Moussa, Sanjo y Bosch estuviesen. ¡Y entrenamos con ellos un poco!

Moví el dedo por el mapa, de vuelta a España.

-A continuación podríamos pasar unos días en la playa con Sara, en el chalet de sus abuelos. -miré con una mueca de preocupación a Sara.- Aunque quizás a tus abuelos no les hace mucha gracia... Jeje.

Puse la tablet a dormir y miré a mis amigos.

-¿Qué os parece? Igual con un poco de suerte, o mala suerte, nos encontramos con algun villano. Jeje.

Todavía quedaba un poco de tiempo hasta que comenzara la ceremonia, así que sus compañeros se reunieron en un corrillo, donde se encontraban sus asiento para seguir hablando, y Dídac no iba a dejar de unirse a la conversación.

Aunque hacía tiempo ya que se notaba diferente, sus hermanos - Que era como consideraba a todo el grupo 4 - seguían siéndolo, y no los dejaría de lado, pasara lo que pasara en las vacaciones de verano. Más que notarse diferente, se parecía más a la personalidad que adoptaba cuando era Diana, la chica un poco más seria y más formal... quizá debería tratar de encontrar un término medio entre la actitud formal de Diana y la alocada vida de su contraparte. Seguía siendo un adolescente, los cambios de humor eran bastante normales en él, solo que encima él podía ser quien quisiera ser... eso añadía algo de locura al cocktail de hormonas.

Sus hermanos comenzaron a hablar de sus vacaciones de verano, y como ya había dicho Rudy, más de la mitad de las suyas las iba a pasar con los Vengadores gracias a su tía Nat, pero cuando Rudy comenzó a hacer otro planes, los de Dídac comenzaron a brillar.

- ¡Sí! .- Exclamó -. Deberíamos de hacer eso. La verdad es que no he tenido mucha libertad de moverme a mi antojo, dado que siempre hemos vivido con miedo de que los Skrulls me encontraran y me reclamaran, pero creo que yendo con vosotros, a estas alturas ya nada puede pasarme .- Sonrió -. Venga chicos, ya quedamos tras la ceremonia y lo planeamos todo bien.

Marina sonrió cuando la mayoría comenzó a compartir sus planes, indiferentemente de lo poco o muy emocionantes que pareciesen.

Cuando Sara le preguntó por su propio plan, dio la respuesta que la alicantina esperaba.

- Voy a pasar unos días con mis abuelos en Atlantis. Mi padre cree que ya es hora de que conozca a “esa parte de mi familia” - dijo, haciendo énfasis en sus últimas palabras mientras empleaba un tono más grave, seguramente imitando la voz de su padre -. Lo único que me fastidia un poco es que voy a estar bajo el agua todo el rato.

Marina calló durante unos segundos, y entonces captó la intensa mirada de Sara.

- Y supongo que, si a alguien le apetece, os podríais venir. ¡Allí seguro que no hace calor! - declaró con su risa cantarina.

César también se unió a la conversación, tras la propuesta de Rudy.

- Yo iba a pasar un verano completamente normal con mis padres, pero creo que la idea de Rudy mola. Aunque… ¿de dónde sacaremos el dinero para viajar por todo el mundo? - preguntó de pronto, visiblemente incómodo, mientras se rascaba distraídamente la cabeza.

La vida en el Liceo era extraordinaria, sin duda, pero seguramente muchos de los alumnos tenían vidas bastante ordinarias fuera de la academia.

Pero César no dejó que aquel pensamiento lo amargase durante mucho tiempo, porque a los pocos segundos negó con la cabeza y esbozó una sonrisa.

- Bueno, algo haremos. Me encanta el plan.

La conversación se alargó un poco más antes de que Salara les indicase que era hora de sentarse, que la ceremonia iba a comenzar.

Todos se sentaron en sus lugares asignados. Siempre se sorprendían de lo cómodas que eran aquellas butacas. No era extraño que más de uno se durmiese durante los actos oficiales de la escuela.

Las luces en el auditorio disminuyeron de intensidad sin apagarse por completo, a excepción de los focos que apuntaban hacia el atril. De detrás del telón azul salieron el Director Richmond y el Subdirector Bosch.

Se hizo el silencio en la sala. Incluso las Palomas, que normalmente llenaban la escuela de sus característicos ruidos, parecieron apagarse por completo.

Richmond se situó tras el atril. Vestía un traje gris oscuro impecable, quizá mejor de lo que vestía Bosch normalmente. El director apoyó las manos en el atril y acercó su rostro levemente al micrófono.

- Bienvenidas y bienvenidos a la ceremonia de fin del curso 2015-2016. La verdad es que ha sido un año… interesante - reconoció Richmond -. Han pasado muchas cosas desde que entrasteis en este auditorio a principios de septiembre.

> Como bien sabéis, esta es una escuela en la que os queremos preparar para la vida en todas sus facetas. Cuando salís del Liceo, deseamos que estéis formados tanto académicamente como en el uso de aquellas cualidades que os hacen extraordinarios. Porque, no nos engañemos… todos vosotros sois extraordinarios.

Richmond sonrió, haciendo una pausa para dejar que sus palabras calasen en su público.

- Sé que para muchos de vosotros la vida ahí fuera es complicada, cuanto menos. Nos encontramos en unos tiempos en que la gente teme y odia aquello que es diferente, aquello que no entiende. Pero nosotros no podemos desistir en nuestro empeño por cambiar el mundo para mejor, por marcar la diferencia.

> En estos tiempos que corren, el mundo necesita a los héroes más que nunca. Os necesita a todos vosotros.

El director pausó su discurso de nuevo, recolocándose tras el atril. Adoptó una posición algo más relajada.

- Todo el cuerpo docente del Liceo está orgulloso de lo que habéis conseguido durante este curso. Y tiene, en particular, algunas menciones especiales que hacer…

El discurso de Richmond siguió con un agradecimiento a la Nueva Generación, el equipo de superhéroes oficial de la escuela por sus labores de rescate y de protección de la ciudadanía ante desastres y ataques de villanos.

Luego, comenzó a llamar uno a uno a los estudiantes del último curso, a los que Bosch entregó sus diplomas de graduación. Algunos de ellos pronunciaron algunas palabras, incluida Zeus, como líder de la Nueva Generación.

Tras la entrega de diplomas, Richmond comenzó a llamar al atril a algunos otros estudiantes al escenario, para entregarles premios tales como “El Proyecto de Defensa del Liceo más ingenioso” o “Las mejores puntuaciones de Rescate Civil”. También entregó premios a los ganadores de cada curso de los Juegos Heroicos, en reconocimiento de su excelente trabajo en equipo.

Y, finalmente, dirigió su mirada hacia el Grupo 4.

- Y, antes de terminar, quiero hacer una última mención especial. Cada año, el Liceo da un premio especial a aquel estudiante que ha mostrado el mayor progreso. Nos enorgullece poder reconocer el trabajo duro y crecimiento de nuestros alumnos. Pero, este año, no podíamos otorgar el premio sólo a una persona. Hay un grupo de individuos excepcionales que, durante este curso, ha tenido que enfrentarse a difíciles retos, muchos de ellos más allá de lo que el currículum de la escuela exige.

Richmond sonrió de nuevo. Y Salara comenzó a dar suaves palmaditas mientras miraba al Grupo 4.

- Como director del Liceo, quiero reconocer a este grupo su dedicación, heroicidad, trabajo duro y compenetración propias de un verdadero equipo de héroes. Grupo 4 de Primer Curso, si sois tan amables de subir aquí al escenario conmigo… - los invitó Richmond.

En aquel momento el auditorio estalló en aplausos, tan intensos que se sintieron incluso ensordecidos.

Uno a uno, los miembros del Grupo 4 fueron subiendo al escenario, donde Bosch les entregó un diploma y les estrechó la mano.

Richmond se hizo a un lado, invitándoles a acercarse al atril y decir unas palabras.

Ignatius sonrió, satisfecho y pletórico, cuando el director Richmond hizo referencia a la actuación heroica del Grupo 4. Un poquito de reconocimiento no estaba de más y la verdad es que desde que el amerindio había ingresado en el Liceo había tenido que vérselas con un par de situaciones heroicas con bastante buen tino. O al menos esa era la impresión que tenía.

Así, cuando el director indicó que se acercaran al atril, Crazy Crow se levantó de su asiento como un resorte, con una sonrisa tan amplia que parecía tener que ir a mojarse las orejas.

─¡Vamos, chicos, a vuestro merecido homenaje! ─dijo a sus compañeros, "arrastrando" a los más renuentes a ir hacia allí, físicamente si era necesario.

Si algo tenía aquel chico no era vergüenza.

─¿Quién habla? ¿Salara? ¿Rudy? ¿Daniel? Que hablara Moussa sería un puntazo...

Había visto muchas graduaciones y ceremonias ─ su antiguo colegio era muy dado a la pompa ─ y considerando lo único que era el Liceo, aquella le pareció bastante sencilla. Y si era sincero consigo mismo, lo agradecía. Después de las tensas semanas que había tenido, soportar una larga y soporífera ceremonia habría resultado agotador. ¿Sería igual cuando él fuera quien se graduara? ¿Estaría allí su familia? Tenía un largo año por delante para analizar su relación y, quizás, exigir más por su parte.

─ ¿Eh? ─pensaba que había escuchado mal pero Ignatius le sacó de su error. ¿Nosotros? Bueno... estaba el tema de la fiesta y el ponche... el viaje a Heliopolis, el enfrentamiento con Omnis, la isla... Pero todo eso habían sido casualidades, no algo que deliberadamente ellos buscaran. Y ahora tenían que hablar ante el resto ─Mi trabajo es guiaros en combate, no se me dan bien las palabras ni la gente. ¿Rudy?

-Uh. -exclamé antes de ser de ser casi empujado al atril.

Yo no había preparado nada, de hecho no tenía ni idea de que iba a salir. Estas ceremonias molaban cuando no eras uno de los que se graduaba. ¡Podías sentarte cómodamente y descansar mientras otros lo pasaban mal en el escenario! Pero salir hablar...

-Ummm. Gracias, director Richmmond. -dije encarandome al Liceo al completo, pero girando un poco la cara hacia el director.- Gracias por este reconocimiento. Porque... Bueno, ¿No hemos ganado nada, no? En plan, un premio o algo. ¿No? Bueno, tranqui, no es que quisiera nada. Solo por curiosidad… Ugh, perdón.

Tosí, resoplé y seguí:

-La verdad, es que parece que nos miró un tuerto en la Estación de Sants, cuando subimos al autobús. El Grupo Cuatro hemos sido un imán para los problemas desde el principio.

"Pero lo hicimos lo mejor que pudimos. En todas las situaciones que se nos han presentado, nos hemos volcado en cuerpo y alma. Intentando hacer el bien y intentando usar nuestras habilidades lo mejor que hemos podido para que todo saliese lo mejor posible."

"Muchas veces fue suerte lo que nos salvó, otras veces fue el sacrificio de nuestros amigos."

"Casi que diría que el secreto estaba en trabajar en equipo, luchas unidos contando los unos con los otros. ¡Eso es lo que nos hace imparables!"

"Como todas las familias, hemos tenido nuestras riñas, pero al final todo se resolvía sin problemas."

"Quería agradecer al profesorado, todas sus horas de trabajo para enseñarnos a ser buenos héroes y lo que es más importante, mejores personas."

"A la Doctora Pujol, por todo su empeño y dedicación"

"También dar las gracias a todos los compañeros de otros grupos y cursos, por haber peleado codo con codo en las situaciones más peligrosas. Rita, Faro, Tesla, Lux, Eureka, Averno, todos los mentores, al Grupo Cinco. ¡Habéis sido super guays!"

"A mi Silvano."

Hice una pequeña pausa. Miré al público.

-La verdad es que esto lo tenía un poco preparado. En la ducha me imaginaba ganando el premio nobel de la Paz, pero ya inventaré otro para esa situación, jeje.

Cogí aire y continué:

-Como la mayoría sabéis, yo acabé en el Liceo porque la lié en Londres. En medio de una batalla contra Ultrón, por culpa de mi estupidez, acabé siendo culpable del derrumbamiento de un edificio y el cráter que quedó en su lugar. Me convertí en el Chico del Cráter. Me lincharon el la tele y por internet, y con razón.

"Vine aquí con la esperanza de convertirme en un gran héroe y conseguir derrimirme de lo que me había pasado en Londres. Y aunque aun me queda mucho por aprender, creo que poco a poco estoy acercándome a mi meta."

"Pero nada de esto habría sido posible sin mis amigos, mis hermanos, el Super Grupo 4."

"Gracias a Vent, por tu sacrificio que nos salvó de Plasma, te queremos y te echamos de menos, Iván."

"Gracias a Aitor, Zenitram, por todas las veces que tus inventos y tus conocimientos nos ayudaron las terribles situaciones. Te echamos de menos."

"Gracias a César, Salamandra, por tu vivacidad y tus ganas de derretir cosa, jeje."

"Gracias a Marina, Sirena, por tu dulzura y tus valores."

"Gracias a Ignatius, Crazy Crow por enseñarnos que hay que vivir la vida al máximo y disfrutar."

"Gracias a Sara, Estigia, por tu dedicación, tu amor y tu cariño. Tú has sido una de las piezas más importantes para que esta familia se uniese y se quiera como lo hace ahora."

"Gracias a Dídac, Mascarada, mi mejor amigo, porque tanto como tú, como Diana, tu sinceridad siempre nos han guiado por el buen camino."

"Gracias a Daniel, Saga, por tu rectitud, tus valores y tu liderazgo. Nos has enseñado a encontrar nuestro potencial e intentar superarnos."

"Y en especial, Gracias a Moussa, Atajo. Tu ingenio nos ha salvado más veces de las que puedo recordar. Gracias por tu afán de superación, por cuidar de nosotros en cualquier situación y mantenernos a salvo. Aun me queda mucho camino para ser la mitad de héroe que eres tú."

"Gracias".

Y fui corriendo a abrazar a mis amigos.

La joven sonrió con suavidad al escuchar los planes de Rudy y Marina para hacer cosas juntos, le gustaría muchísimo poder hacer algo así.

- Qué bien, quiero participar. - Dijo mostrando una cierta ilusión aunque con cautela. - Convenceré a mis abuelos, a ver si me dejan la mitad del verano. Quiero ver Atlantis y todos esos lugares a los que vais a ir, y conocer a los Vengadores, claro que sí.

No creía que pudiera alejarse tantos meses, se preocuparían en exceso, así que esperaba que pudieran concentrar un poco todos esos planes.

Luego llegó la entrega de los diplomas y un reconocimiento especial. El grupo 4 había estado en medio de un montón de líos en su primer año y ahora les hacían esa distinción. Hizo un esfuerzo por no ver el lado negativo de las muertes que arrastraban, tenía tendencia a traer ese tipo de pensamientos. Los quiso limpiar sabiendo que hicieron todo lo posible para que las cosas salieran bien incluso para los villanos. Por suerte la charla de Rudy fue llena de sentimiento, daba gusto escucharle relatar tantas cosas y logró absorber toda su atención.

- Muy bien dicho, Cráter. ¡Tienes facilidad para los discursos!

Se abrazó a él en cuanto tuvo oportunidad y a los demás amigos, agradeciéndole todas las palabras que había dicho.

- Nos hemos complementado bien todos, eso es vital, eso y ver siempre las cosas buenas de los demás.

Le dijo añadiendo esas dos cosas a todas las ideas que había lanzado. No lo dijo al micrófono pues con una exposición ya era suficiente. Sara se acercó a Didac para cogerle del brazo y darle un suave beso lleno de cariño en la mejilla.

Entonces notó que se acercaban todos para un gran abrazo en grupo, Sara se dejó envolver, sintiendo una sensación de felicidad. ¡Esperaba seguir junto a ellos todo el tiempo que fuera posible!

En el pasado, el permanecer allí sentado habría sido toda una tortura para él. Pero ahora, el ver como premiaban a todos aquellos con los que había compartido aquel ultimo año, le llenaba de emoción. Los ingeniosos planes de defensa que se habían implementado en el Liceo, las grandes hazañas en rescate civil y todos los demás premios, demostraban que pese a que aún era muy jóvenes, los estudiantes del Liceo estaban destinados a grandes cosas.

Entonces llega por fin el turno del grupo 4 y para cuando quiere darse cuenta, todos están en el escenario. El hecho de que Crow indique que sea Moussa quién diga unas palabras, provoca que el senegalés de un paso atrás palideciendo. No es que tenga miedo escénico, la vergüenza nunca ha sido algo que haya conocido, pero está seguro de que no será capaz de decir nada inspirador y aquel momento, merece que sea alguien con ese don quién diga unas palabras. Por suerte, Rudy no tarda en dar un paso al frente (Ya sea por su propio voluntad o debido a que alguien le empuja)

Rudy no tarda en hacerse con el escenario, llenando cada rincón de la sala con su arrolladora personalidad. Durante los breves minutos que su compañero toma la palabra, la mente de Moussa comienza a imaginarse a sus compañeros al cabo de unos cuantos años.

Puede ver a Rudy, con su traje y capa ondeante, liderando a los vengadores y convirtiéndose en el ídolo de todos los niños del mundo. Un héroe imparable que salvará al mundo en decenas de ocasiones y que ayudará a las personas a ser más humanos.

Después, su mirada va de un compañero a otro a medida que Cráter les dedica unas palabras.

Vent ha logrado recuperar la movilidad de sus piernas y pese a que aún no ha logrado restaurar sus poderes, está seguro de que algún día podrá volver a moverse libremente por el aire. Su sacrificio les salvó la vida y está seguro de que regresará cuando más lo necesiten.

Aitor se convertirá en una gran líder, cuyos avances tecnológicos harán las vidas de las personas mucho más sencilla. No le extrañaría que lograse convertirse en el presidente del país.

César, aquel que se ha convertido en un verdadero hermano para Moussa, ha demostrado poseer un gran poder. En un país gobernado por tantos incendios, está seguro de que él será una pieza clave para contener las llamas e incluso, reducirlas a la nada. Sus dones salvarán cientos de vidas, tanto humanas como de animales. Aunque está seguro que esa será la menor de sus hazañas, pues poco enemigos serán capaces de resistir su poder. No cree que se convierta en el líder de ningún equipo, eso no le interesa demasiado, pero su experiencia en batalla será una gran aportación a cualquier equipo.

La hermosa y dulce Marina es ya una guerrera nata, que se convertirá en un punte entre los humanos y los atlantes. Su heroísmo y buen hacer, inspirará a ambos pueblos y puede imaginárselas fácilmente como una importante embajadora, que ayudará a tomar decisiones vitales que afecten al mundo entero.

Ignatius es un espíritu libre, alguien que viajará de un lado a otro y del que correrán cientos de rumores. Se lo imagina uniéndose a diversos equipos para ayudarlos en sus momentos de mayor necesidad para después, desaparecer en el horizonte a lomos de una harley. Será un héroe errante que acudirá donde su instinto lo guíe y allá donde sus poderes sean necesarios, pero sin atarse nunca a ninguna tierra. Sin duda, el héroe que muchos desearían ser.

Sara, la siempre bondadosa Sara, se convertirá en una de las mayores líderes que cualquier equipo de superhéroes pueda tener. Su amabilidad, poder e inteligencia la llevarán a lo más alto. Aunque sobretodo, se la imagina en un lugar como el Liceo, ayudando y enseñando a los más jóvenes a aceptar su lugar en el mundo y a comprender sus poderes. Está seguro de que sería una estupenda profesora y que sería justo, la persona que alumnos tan problemáticos como él mismo, necesitarían para convertirse en mejores personas. Sí, está seguro de que Sara sería el faro en la oscuridad que todos necesitan en alguna ocasión.

Dídac ¿Qué puede decir de él? Siempre le ha impresionado y asustado a partes iguales la capacidad que posee para leer a las personas. Es un combatiente fiero, dotado de unos poderes impresionantes y con una inteligencia y capacidad táctica sorprendentes. Será un gran héroe, de eso no le cabe la menor duda. Pero se atreve a imaginárselo como un agente de alto rango de Shield, adiestrando a los nuevos reclutas y participando en misiones secretas y de lo más emocionantes por todo el mundo. Se infiltrará dentro de las organizaciones más peligrosas del mundo y las desmantelará prácticamente él solo. ¡La de grandes historias que podría contar si todo aquello no fuese clasificado!

Saga, el titán británico es claramente un gran líder que sin apenas conocerlos, los ha llevado a grandes victorias desde un principio. Su mente fría, su capacidad de sacrificio y en especial, su capacidad táctica y combativa, lo convierten en un héroe con todas las letras. Se lo imagina liderando un equipo de poderosos héroes con sede en Lóndres, un equipo tan prodigioso que los vengadores serían sus iguales.

Claro que por encima de todos esos pensamientos, está el deseo de que el grupo jamás se divida y que formen un equipo que perdure para siempre. Pero sabe que sus amigos están destinados a grandes hazañas y que pese a que ahora la unión hace la fuerza, llegará un día en que deberán de seguir distintos caminos para así, tratar de hacer del mundo un lugar mucho más seguro.

Para cuando Rudy finaliza su discurso, dedicándole aquellas palabras que calan tan hondo en el corazón del senegalés, no puede evitar que las lágrimas se le escapen. Trata inútilmente de disimular como que le ha entrado algo en el ojo, pero las lágrimas son demasiadas y finalmente se rinde a ellas y se funde en el abrazo grupal con su equipo.

Al final, aunque no fuera su graduación, se habían hecho un hueco en ella. En cierto modo Dídac esperaba alguna clase de reconocimiento, puesto que su grupo había estado bajo los focos durante todo el año, así que era de esperar y muy en su interior lo agradecía.

Hizo aparecer sus alas y voló hacia el escenario, ya se sabía lo que le gustaba al metamorfo una entrada dramática.

Era una buena idea que hablara Rudy, aunque siempre se trabara y dijera alguna estupidez al principio, siempre sabía lo que tenia que decir, y acabo siendo un discurso muy emotivo y cargado de verdad. Cuando el chico se acercó a sus compañeros para el abrazo grupal, Dídac lo agarró fuerte.

- Gracias, te quiero .- Le susurró.

Y acto seguido dio un paso atrás, estiró sus brazos, y agarró a todos y cada uno de sus compañeros para un abrazo grupal, pero de verdad. Todos bajo el abrazo de Dídac.

Afortunadamente, Rudy toma el guante y desarrolla un discurso que consigue embargar a todo el salón de actor, Daniel incluido. Con un leve asentimiento agradece las palabras que tiene para él, aunque sabe que aún queda mucho por hacer. Su función como cabecilla del Grupo 4 se iba diluyendo cada vez que, tal y como había planeado, conseguía sacar todo lo valioso que cada uno llevaba dentro. Moussa había sido un inmejorable ejemplo: en la adversidad de enfrentarse a quienes podía tratar como hermanos, y a un genio malévolo que había experimentado con él, había mantenido la cabeza fría y había actuado como un verdadero estratega. Nada que ver con ese niñato prepotente que había conocido hacía ya lo que parecían siglos.

Cuando llegara el momento, no sería necesario que les liderara, porque ya no sería necesario un grupo 4. Cada uno tomaría su propio camino, pero seguirían en contacto. La Tierra, al fin y al cabo, no era tan grande.

Tras el discurso de su amigo y compañero de cuarto, se unió al abrazo en grupo y a las felicitaciones como uno más.

Cuando Rudy finalizó su discurso el aplauso no se hizo de rogar. Comenzó con suavidad, apenas un par de palmas entre el público. Pero creció de forma exponencial, llenando el auditorio entero. El Grupo 4 se abrazó emotivamente sobre el escenario, demostrando a toda la escuela que, efectivamente, aquel primer curso los había convertido en una familia.

El aplauso duró lo que bien podría haber sido un minuto entero, mientras numerosos asistentes se iban levantando. Estudiantes, profesores, incluso los padres de los graduados.

Vieron en el público a la mismísima Zeus, acompañada del resto de miembros de la Nueva Generación, aplaudiendo también. Ellos habían sido los primeros en ponerse de pie.

Y así terminaba el primer curso de este grupo tan singular. Había estado lleno de emociones y peligros. De momentos tanto buenos como malos.

En el Liceo, cada uno de aquellos jóvenes se había descubierto a sí mismo, y había podido crear unos vínculos con los demás que difícilmente iban a romperse en el futuro.

Aunque sus caminos terminasen llevándolos a lugares distintos, ellos siempre serían el Grupo 4. Pero no era un momento para estar tristes, pues su educación en el Liceo apenas acababa de comenzar.

Tras las vacaciones de verano se reencontrarían de nuevo para vivir más aventuras. Su historia todavía no había terminado. Aquel había sido, tan solo, el primer capítulo de muchos.

Fin del Capítulo 9