Partida Rol por web

Una idea se había instalado en la mente de Sara, la del peligroso uso de aquél terrible poder que el destino le había conferido. Habiendo quedado afectada por su error, se mantuvo cerca de Aitor, compungida y esperando que no tomara a mal la violencia con la que de modo inconsciente* había actuado.

El siguiente combate enfrentaba a Rudy contra Diana dejando a Moussa y Marina como últimos enfrentados. Esperaba que los dos estuvieran de acuerdo.

César se le había acercado para hablarle sobre un futuro enfrentamiento y ella se encogió de hombros.

- Si hay próxima vez espero que salga mejor.

Ya tenía claro que su poder estaría vetado por voluntad propia. Sin querer pensar más en aquello se fijó en los dos nuevos contendientes. Rudy se había lanzado con contundencia contra Diana mostrando una especie de técnica nueva ¡la había malherido! Ya lo que faltaba. ¡Todo iba de mal en peor!

¡La nueva técnica había salido bien! O demasiado bien. Ahora miraba a Diana, que se había quedado tirada en el suelo, magullada.

¿Tanto daño le había hecho? Yo había apuntado hacia el suelo, solo quería hacer un cráter y desestabilizarla con la onda expansiva. ¿Como había salido tan mal?

-Oh, dios, Diana. ¡Lo siento! -dije mientras me acercaba a ella preocupado.- No quería....

¡Era un monstruo! Me había pasado. ¿Como le podía haber hecho eso a Diana? 

Le tendí una mano a mi amiga, para ayudarla. Creía con fuerza que mi amiga era más resistente, a lo mejor le había pillado por sorpresa y no le había dado tiempo a preparase.

A medida que el chico comenzaba a acercarse, Diana seguía mirándole con lágrimas en los ojos y con una genuina cara de terror. Cuando el chico le ofreció la mano, la chica comenzó a acercar la suya aceptándola, y dolorida y ayudada por Rudy se puso en pie, mientras con su otro brazo se sostenía el hombro, como si se fuera a partir.

- Gr .- Dijo la chica como comenzando a hablar con dificultad, momentos antes de a la velocidad del rayo su mano se transformara en el ya conocido "Martillo de la Justicia" y golpeara a Rudy en toda la mandíbula con una enorme certeza -. Gracias Rudy.

Acto seguido la chica desapareció de la vista del grupo con una sonrisa casi diabólica en el rostro, mientras se oían risas en otro punto del campo

Al margen de por la costumbre que parecían tener sus compañeros por bautizar sus movimientos de combate - y a ellos mismos - con sonoros y grandilocuentes títulos, a Daniel le sorprendió que en medio del combate tuvieran tiempo para hablar entre ellos. Probablemente tuviera que ver con la forma en que él se había criado, donde hablar durante un entrenamiento implicaba gastar fuerzas que debías ahorrar para tu siguiente ataque. Comprendió que, al fin y al cabo, ellos eran amigos, compañeros de clase. ¿Por eso le había resultado tan fácil a César atacarle con todas sus fuerzas? ¿Habría sido el combate diferente de ser otro su oponente?

Daniel dejó los pensamientos en segundo plano después del formidable primer ataque de Rudy, asombrado por el estado en que había quedado Diana. Una derrota de un solo golpe, fue bastante impresionante, lo que hizo que sus ganas por enfrentarse a su compañero de habitación aumentaran aún más.

Entonces la pelirroja mostró su artimaña y el inglés abrió los ojos de par en par. Había sido una maniobra astuta, muy inteligente. Cruel, incluso, pero no la censuró por ello. Cuando tu vida dependía de cómo te desenvolvieras en el campo de batalla, todo valía.

Con un leve asentimiento, reconoció que Rudy se estaba enfrentando a quien podría ponerle en serios aprietos, ya que parecía demasiado bueno y honrado para rebajarse al nivel de Diana.

No fui lo suficientemente rápido. El puño-martillo de Diana salió disparado hacia mi mandíbula. Me recordó a una serpiente, rápida y precisa. No podía apartarme, así que apreté los dientes con fuerza, cerré los ojos, tensé todos mis músculos y esperé el impacto. Lo aguanté mejor de lo que esperaba. ¡Gracias a dos que tenía esta resistencia! Si llego ser otro me habría noqueado antes de empezar.

-¡Eh! -me quejé llevándome una mano a la mejilla.

¡Me la había jugado la muy cochina! Y encima, ahora había desaparecido.

-Pero qué...

No debía perder el tiempo, intenté concentrarme. Tenía que oírla, debía estar en alguna parte. Tal vez algún paso, alguna respiración.

Cerré las manos en puños y volví a poner los músculos en tensión, preparándome para un ataque inminente.

¡No le serviría la misma técnica dos veces!

Cuando Rudy resistió su ataque, la verdad era que no le sorprendió para nada, ese chico era demasiado resistente, la metamorfa no sabía como podría superar aquella resistencia férrea que se le oponía. Y entonces Rudy se puso a la defensiva y al chica no puso evitar una pequeña risa que hizo que Rudy volviera su mirada hacia donde se encontraba... además de eso era completamente consciente de que su aleteo hacía demasiado ruido, así que decidió descender.

No iba a confiarse, Rudy intuía donde podía estar, así que decidió seguir los mismos pasos que el Parangón. Estiró su cuello hasta donde le fue posible y habló desde allí tratando de despistar al chico mientras se ponía en posición de defensa.

- Dos pueden jugar al mismo juego Cráter .- Dijo la chica mientras tenía su cabeza a varios metros de su cuerpo -. Si sabes donde estoy... vez a buscarme.

Su cuello volvió a su longitud normal cuando terminó de hablar y siguió tratando de resistir el inminente golpe.

Diana no tenía un pelo de tonta, jugaba seguro. Moviéndose, ocultándose y manteniéndose a distancia.

-Vaya, me engañas y ahora te ocultas. Un poco cobarde, Didi. -dije intentando cabrearla un poco. En realidad tenía mucho sentido lo que estaba haciendo, por muy feo que me pareciese.

Mi oído no tenía nada de sobrehumano. Al menos de momento no iría a más, me dijeron los del MI13. Pero aunque no lo pareciera, era bastante inteligente. Por lo que oí, la chica había dejado de volar. Diana era demasiado lista como para atacarme de frente. Intentaría marearme un poco antes de lanzarse. No le ganaría dándole puñetazos al aire.

Comencé a girarme, dando pequeños pasos. Estaba cerca...

¡Ahora! Apreté el botón de mis gafas. Los cristales desaparecieron dejando paso a los láseres dorados que salieron de mis ojos. No estaba seguro de donde estaba la metamorfa, tenía una idea. Así que hice un pequeño barrido por la zona donde creía que estaba. Intenté no hacerlo a la máxima potencia, no quería hacerle demasiado daño a mi amiga.

La chica sonrió ante el comentario de su amigo.

- ¿Y qué otra opción tengo contra tí, Mr CráterenplenocentrodeLondres? .- El chico claramente intentaba hacerla enfadar para que se expusiera, pero aquella vez no iba a picar, continuó con su posición defensiva hasta que el chico hizo su movimiento.

No esperaba que Rudy se lanzara, pero tampoco esperaba el barrido de su visión atómica, así que lo recibió de lleno. Pero en aquel momento puede que fuera en parte por su piel pétrea por lo que aquel ataque no le hizo rasguño alguno.

- Vas a tener que esforzarte más Rodolfo si quieres acabar con esto .- Dijo la chica con una invisiblemente visible sonrisa en los labios -. se movió, muchísimo más silenciosa que antes, pero se dio cuenta que Rudy la seguía con la mirada, así que decidió otra estrategia. Estiró su brazo izquierdo al punto opuesto a por el que iba a atacar y  chasqueó los dedos intentando distraer al chico mientras su certero puño-martillo XL se empotraba en el estómago del chico-. Empezaré a tener más cuidado, no quiero dañarte esa preciosa cara que tienes.

Acto seguido sus brazos volvieron a su longitud original y la chica se quedó allí de pie, esperando la reacción del chico.

[color=#8300A8]~ Marina, ¿estás bien? ¿qué te preocupa? [/color]─preguntó mentalmente Aitor a su casi-pareja.

Todavía no era oficila pero la atración que ejercía esa joven sobre el genio vasco era suficiente para que se fijara en ella más a menudo y con mayor intensidad que con otro del equipo 4. A pesar de su estado de debilidad no se le escapaba que la "sirena" del Liceo se frotaba las manos nerviosa. Cabía, desde su punto de vista, varias posibilidades:

a) No confiaba en hacer un papel (cosa poco probable).
b) Con la presión de esta sesión de entrenamiento no confiaba en poder controlar su voz, lo que le producía un profundo malestar.
c) Temía hacer demasiado buen papel, poniendo en peligro a su oponente.
d) Algo le había recordado el enfrentamiento en Barcelona en el que Iván había acabado tan maltrecho y ésto le había alterado.
e) Un factor desconocido había pasado a ser significativo en el tiempo entre el partido de baloncesto y estas prácticas de combate.

¿Qué podría ser? Esperaba que Marina confiara lo suficiente en él como para contárselo.

El combate entre Rudy y Diana transcurría dentro de los parámetros acostumbrados, predecibles: Rudy tomaba la iniciativa, arremetiendo con toda la violencia de la que era capaz, con la variante de acabar con el suelo del gimnasio como maniobra para lograr sacar del cuadrilátero a su oponente, mientras Diana encajaba con maestría el golpe y lo transformaba en una distracción para devolverle el golpe a Rudy. Y el chico, por supuesto, se lo había creído a pies juntillas, cayendo en la trampa de manera ejemplar. El golpe que Diana le encajó a Rudy en la mandíbula tuvo carácter ejemplarizante. Pero ambos contendientes eran duros y aunque para Aitor Rudy ya había perdido, el combate se podía prolongar todavía un tiempo, hasta que se demostrase la superioridad de Diana. Podía no ser éticamente correcta, pero tácticamente era indiscutiblemente mejor. Lo único que podía salvar a Rudy era un golpe de suerte...

Mi Visión Atómica a apenas le hizo efecto. No podía hacer mucho más. Era realmente difícil luchar contra alguien que no podías y además, era escurridizo.

Fui a darle un puñetazo, pero Diana se adelantó y me pegó primero. Esta vez no me dio tiempo a parar el golpe y lo recibí dolorosamente en el estómago.

Estaba perdido.

-¿En serio tú, entre todos, sacas lo de Londres? -dije con una mano en el abdomen. Tosí.- ¿Tanto significa para ti ganar que tienes que humillarme y reírte de mi?

Su puñetazo había surtido efecto, y había conseguido esquivar el ataque de Rudy, pero quizá las palabras que su compañero había dicho habían sido lo que más daño había causado en aquel round de combate.

- Si no estuviera oculta no podría hacer nada contra tí, y lo sabes... tenemos que dar lo mejor ¿no? .- Dijo la chica quizá exponiéndose demasiado a ser encontrada de nuevo -. Solo fue un comentario, aunque puede que no tan inocente. Ya deberías tener más que superada esa etapa de tu vida Rudy, no dejes que el recuerdo te haga daño y ¡¡menos que te distraiga!!

A aquellas últimas palabras les siguió otro martillazo, menos certero que el anterior... quizá la chica también le daba vueltas a cosas que no debería, aún así consiguió superar las defensas del parangón.

Quizá todo aquel jueguecito solo fuera una treta para que el chico dejara de ser tan estúpidamente inocente, y dejara de darle vueltas a un tema que debería estar ya más que aceptado y asimilado para sí. No por nada se llamaba Cráter y aquel nombre le había parecido más que perfecto.

Tras el golpe se movió, tratando de dejar una pequeña distancia entre ella y su compañero y rival.

Levanté rápidamente el antebrazo para evitar el golpe, pero me acertó en la mandíbula. No me moví del sitio, pero me hizo un daño terrible.

Me quité las gafas y miré al sitio donde había estado Diana y lancé mi Visión Atómica. Le di a la nada.

-¡AAAAAAAAAAARRGGGG! -grité.

Me sentía frustrado. La impotencia de pelear contra Diana se sumó al sentimiento de traición. ¿Como podía haber dicho eso? ¿No era su mejor amigo?

-¡Tú más que nadie deberías haberte ahorrado eso! -grité mirando el suelo. Estaba cabreado, muy cabreado. - ¿Te he dicho yo que muestres tu piel verde? ¿No deberías tener superada esa etapa de tu vida Skrull?

Caminé lentamente hacia el borde del cuadrilátero, luego busqué al Profesor Bosch. 

-No pelearé contra alguien así. Me rindo. -dije dando un paso fuera.

Momentos antes de que Rudy abandonara el ring, Diana se hizo visible. Volvía a ser ella, la Diana que todos conocían, con aquellas alas que a veces adornaban su espalda. Comenzó a volar hacia Rudy para intentar detenerlo, pero una vez que se había rendido no podía hacer nada.

Se acercó a su compañero con una mirada que bien podría haber matado a muchos, y lo agarró del brazo antes de que continuara su andadura.

- ¿Que haces estúpido? .- Le gritó mientras le obligaba a duras penas a darse la vuelta -. ¿En serio vas a volver a huir como esta mañana? deberías ser capaz de afrontar este tipo de cosas, si quieres enfádate... pégame si te sientes mejor, pero no huyas. ¿Quieres que afronte que soy una Skrull?.- Preguntó mientras volvía a su forma original -. ¿Qué te crees que no lo sé desde que nací? Que no me guste mostrarme tal y como soy no es solamente por mí, es por los demás. Además, la genética puede definir lo que soy, pero no quien soy, ni como afronto mis problemas, y para eso estoy aquí, para aprender a afrontarlos y a superarlos. Y si no soy yo quien te empuja para superar los tuyos, ¿Quien lo va a hacer?.

En aquel momento dejó de agarrarle el brazo y se acercó a él y lo abrazó.

- Eres idiota, un estúpido idiota Rodolfo .- Aquellas palabras no sonaron para nada como un insulto, y tampoco Diana lo pretendía, trataba de hacerle sentir mejor y sacarle una sonrisa.

Sara estaba asientiendo al enfrentamiento, un agresivo intercambio de golpes, hasta que claro, Diana pudo hacerse invisible. Había ganado una serie de poderes muy útiles en estas semanas y ese era excelente. Ella misma habría perdido el combate contra Aitor irremediablemente de no haber podido superar su truco. E igual que hizo la alicantina, su amiga había tratado de presionar emocionalmente a Rudy con el mismo estresante resultado. Ya eran dos las que se habían excedido en sus luchas.

La joven se acercó hasta sus dos compañeros.

- Ya está, se acabó el combate, no es necesario seguir peleando ni echarse cosas en cara. Las reglas no estaban claras y hemos abusado de ellas, esa es la realidad. Y Rudy no te puede vencer si no te ve, pero a lo mejor con esfuerzo puede llegar a desarrollar algún tipo de visión calorífica, ¿no? así que si hay próximo lo mismo las cosas cambian.

La chica tampoco se quería meter demasiado en el asunto. Es decir, que eran ellos los que tenían que hablar pero tratando de controlar sus emociones. Así que Sara tras decir aquello tan sólo esperó pues quizás el resto del equipo quería también dar su opinión.

Comprendía la frustración de Rudy - o Rodolfo, como parecía llamarse en realidad - durante el combate, pero prefirió mantenerse en silencio y analizando los movimientos de cada uno. Diana había dado rienda suelta a un poder magnífico, una suerte de camuflaje óptico que la volvía virtualmente invisible al ojo humano. Pero no desaparecía, seguía estando allí: seguía emitiendo calor, sonido - mucho - e incluso olor. Debía de tener mucho cuidado si alguna vez se enfrentaba a alguien con unos sentidos superiores al común de los mortales, porque de nada le serviría.

Cuando su compañero regresó a su posición de origen, palmeó su hombro y le dedicó un leve apretón para reconfortarle. Tal y como había predicho, era demasiado honrado y bueno para un ataque de ese nivel. A nivel físico era superior, pero seguía teniendo un corazón adolescente.

- ¿Charlamos esta noche? - le dijo al oído.

Diana...

Tenía razón. Todo el cumulo de emociones fue demasiado. No podía más. 

Cuando me abrazó no le devolví el abrazo, me quedé rígido. Pero después de sus palabras me rendí.

-Lo siento. -dije en un susurro mientras la abrazaba de vuelta. Luego, entre sollozos volví a decirlo.- Lo siento, lo siento.

Lágrima y lágrimas salían, lloraba como un niño. ¿Aunque a caso no es lo que era? Lo había pasado realmente mal ese último año, demasiadas cosas habían tenido lugar.

Lo de Hiperión, el Cráter de Londres, lo de papá, lo de Iván, lo de esta mañana. Todo ese cúmulo de emociones había llegado a parar a ese punto, a estar abrazado con fuerza a Diana, desahogándome como un niño en los brazos de su madre.

-Lo siento, lo siento. -seguía diciendo.

Cuando por fin me calmé un poco, me sequé las lágrimas y me dirigí al banco donde estaban sentados los demás integrantes del Grupo 4. Recibí con una sonrisa el gesto de Daniel. Asentí.

Luego miré a los demas

-Luego... Luego os cuento lo de esta mañana.

Y miré Aitor, intentando buscar su aprobación con la mirada.

Marina miró a Aitor con cierto disimulo. El genio escuchó su melodiosa voz en su cabeza.

[color=#9A2EFE]~ Estoy nerviosa por mi combate. Creo que debería usar mi voz, pero no estoy segura… ~[/color] confesó la muchacha [color=#9A2EFE]~ Creo que puedo controlarlo, pero no quiero hacer daño a Moussa. [/color]

A pesar de sus intensas prácticas en una de las cámaras estancas del Liceo, a Marina todavía le costaba controlar todos los matices de su poder.

Era capaz de generar ondas sonoras de varias frecuencias, capaces de jugar con los cerebros de todos aquellos que la oyesen. Amor, odio, locura, dolor e incluso sueño. Todo aquello y más estaba dentro del alcance de Sirena.

Se podría entender su poder como una suerte de telepatía, sólo que funcionaba de un modo más “físico”. Sin embargo, Marina era incapaz de no usar su poder cuando hablaba.

Aquella era su maldición.

Bosch arqueó una ceja levemente al ver cómo terminaba el enfrentamiento. ¿Sorprendido? Quizá. No hizo ningún comentario respecto al abrazo final de Diana y Rudy. Aguardó en silencio, respetuosamente, hasta que los estudiantes le prestaron atención de nuevo.

- Normalmente practicáis en equipo, por lo que sois capaces de enfrentar muchos tipos distintos de retos - dijo a los estudiantes en un serio pero didáctico tono -. Estos ejercicios individuales os pueden ayudar a percibir vuestras propias limitaciones.

Para Rudy, enfrentarse a la invisibilidad de Diana había sido una carrera cuesta arriba desde el principio. Aunque la retirada de Rudy no había sido solo estratégica, sino fruto de los sentimientos del joven, a Bosch no le parecía una elección errónea.

- Bien hecho - les felicitó.

La mirada de Bosch se desvió entonces hacia su pupilo, Moussa.

- El señor Dakar y la señorita Hernández son los últimos del Grupo 4. Os toca realizar el ejercicio - indicó con tono que no admitía réplica.