Partida Rol por web

Marina devolvió el abrazo a Aitor. Estaba tensa al principio, pero el contacto con él la relajó. Aquel momento íntimo se alargó durante unos largos - interminables - segundos.

Cuando se separaron, Marina ya no estaba sonrojada. Mostraba una cándida sonrisa, estaba radiante.

La sugerencia de Aitor de volver al comedor de la mano pareció gustar a la muchacha, que asintió levemente con la cabeza. El comentario sobre “no apretar demasiado” logró arrancar una risilla ahogada de la atlante.

Incluso amortiguada, su voz sonaba como dulces campanillas que embotaban la mente.

[color=#9A2EFE]~ Vale ~[/color] aceptó la muchacha mientras le daba la mano a Aitor.

A causa del traje Aitor no pudo apenas apreciarlo, pero las manos de Marina estaban sudadas. Fruto del nerviosismo seguramente. Sin embargo, eran suaves. Su agarre, aunque no demasiado fuerte, era firme. Delicadeza y decisión.

Juntos, se adentraron de nuevo en la cafetería. 

Con la marcha de Rudy, el número de miembros del Grupo 4 siguió disminuyendo. Moussa le había preguntado a Sara por su secreto, pero ella decidió no revelarlo todavía, no allí.

Seguramente podrían hablarlo con más calma en su reunión con Salara.

Mientras se encontraban hablando, todavía decidiendo qué hacer a continuación, César pareció quedarse congelado.

- Miradlos - dijo a sus compañeros, sorprendido.

Cuando siguieron el leve gesto de cabeza que había hecho el piroquinético, sus ojos se posaron en la puerta de la cafetería. Desde allí venían Aitor y Marina, dándose la mano. Los dos adolescentes parecían mucho más relajados que antes. Haría unos cinco minutos que se habían alejado del grupo.

César dirigió una mirada de circunstancia a Moussa. Cuando sus ojos se cruzaron con los de Daniel, poco después, se encogió de hombros.

Marina sonreía, estaba radiante. Aitor, en cambio, parecía bastante serio. Una vez llegaron hasta el grupo el genio les dirigió unas palabras.

- El que haga sorna, pitorreo o cachondeo padecerá las consecuencias - dijo con su típico tono frío y comedido.

Miró, especialmente, a César, que parecía el más dispuesto a hacer algún comentario desafortunado al respecto.

- A mí no me mires - respondió el piroquinético mientras miraba hacia otro lado, conteniendo la risa.

Pocos minutos después de conocer la noticia, el Grupo 4 se disolvió para reunirse de nuevo más tarde. 

Aula 2B, lugar de reunión del Grupo 4.

Las aulas del Liceo se caracterizaban por la sencillez del mobiliario, las tarimas sobre las que reposaba la mesa del profesor, y las grandes pantallas electrónicas. El lugar de reunión del Grupo 4 de primer curso no era una excepción.

De hecho, allí daban lengua y literatura con el Profesor Bosch. Y matemáticas con Verónica.

Salara, subida en la tarima, elevaba su altura unos veinte centímetros. Seguía siendo bajita, pero ahora podían mirarla sin tener que agachar demasiado la cabeza.

Los integrantes del Grupo 4 estaban sentados en ocho sillas, dispuestas en un semicírculo frente a la tarima.

Salara había llegado antes que nadie, parecía haber preparado algún tipo de material visual para aquella reunión.

[color=#9A2EFE]~ Me alegro de veros de nuevo ~[/color] saludó Gata Lunar [color=#9A2EFE]~ Dos reuniones en un día, qué raro, ¿eh? ~ comentó con una risita que resonó en sus mentes.[/color]

A pesar de su tamaño, su voz telepática sonaba firme y madura. No parecía la de una pequeña criatura.

[color=#9A2EFE]~ Es un viernes por la tarde, así que iré directa al asunto que nos interesa ~[/color] dijo mientras alzaba una mano, en la que portaba un pequeño mando a distancia. Pulsó un botón, haciendo que la pizarra electrónica se encendiese.

La pantalla mostraba imágenes en movimiento, se trataba de un video. Pudieron ver una gran pista deportiva rodeada de gradas. El vídeo estaba grabado desde las alturas, ¿quizá por un dron?

En el centro de la pista, un par de adolescentes vestidos con uniformes del Liceo custodiaban lo que parecía una especie de maniquí blanco, desprovisto de facciones.

Una voz conocida para la mayoría - excepto para Daniel - resonó por el estadio.

- ¡El Grupo 1, en el lugar de villanos, se enfrenta al Grupo 3, en el lugar de héroes, en una batalla de rescate civil!

Era la voz de Rita, el Oráculo del Liceo. Se trataba de una muchacha joven, apenas más mayor que ellos.

- ¡Comienza la segunda ronda de la primera fase de los Juegos Heroicos!

El público, compuesto principalmente por estudiantes, gritó entusiasmado.

[color=#9A2EFE]~ En esta prueba el equipo de villanos custodiaba a un rehén, el maniquí ~[/color] explicó Salara, que miraba también el video.

El plano se acercó a los estudiantes en el centro de la pista. Rodeaban el maniquí y miraban en todas direcciones, desconfiados. No había ni rastro de sus oponentes.

[color=#9A2EFE]~ El objetivo del equipo de héroes era tomar posesión del civil, “rescatarlo” de la custodia de los villanos. Era imprescindible que el civil no sufriese daños durante el rescate.[/color]

En la imagen, el suelo del estadio comenzó a temblar. Una grieta se abrió junto al maniquí. De ella surgieron dos estudiantes más, un chico una chica, vestidos con los mismos uniformes de la escuela.

Uno de los estudiantes en el equipo de los villanos agarró rápidamente el maniquí y dio un poderoso salto hacia atrás, alejándose del equipo de héroes que acababa de surgir de la tierra.

La chica, hizo un gesto brusco con la mano, alzando una pared de piedra detrás villano, cortándole la salida.

Entonces, el chico que iba con ella hinchó el pecho y sopló con fuerza. Una poderosa corriente de aire surgió de su boca, aplastando al villano contra la pared de roca y dejándole inmovilizado.

[color=#9A2EFE]~ Durante las primeras pruebas participaréis en los diferentes retos por parejas. Es importante que desarrolléis el trabajo en equipo. “Maniobras combinadas” que os den una ventaja sobre vuestros oponentes. ¿Entendéis?[/color]

Salara les dejó ver el resto del enfrentamiento, en el que acabaron ganando los héroes tras unos agotadores siete minutos.

[color=#9A2EFE]~ Apenas tenemos una semana para acabar de prepararnos. Vuestras habilidades individuales son buenas, pero deberíamos trabajar en nuestra estrategia y trabajo en equipo. No conocemos la naturaleza exacta de las pruebas, pero he pensado que podríais emparejaros ya, encontrar sinergias en el equipo. ¿Qué opináis? ~[/color] preguntó la alienígena, visiblemente emocionada. 

En el momento en que Moussa comentó lo del embarazo de Sara, Diana explotó en risa.

- Para ser sincera me imaginaba cualquier otra reacción... pero esa no, lo siento.- Dijo la chica disculpándose por su risa -. Si queréis hacer algo, por mi encantada, tengo clases adelantadas de por lo menos una semana, así que por ahora puedo aguantar .- Sonrió a sus compañeros.

Entonces César les hizo mirar hacia donde se encontraban Aitor y Marina, Diana simplemente sonrió y no dijo nada. Gracias a la bocaza de Rudy se había enterado de los intereses de Zenitram hacía tiempo, así que no le venía de sorpresa, aunque nunca pensó que el interés fuera mutuo, pero era algo que le encantaba. Ver a la humanidad creer en el amor era una de las cosas que le hacía interesarse tanto por la raza.

- Pues yo me alegro mucho .- Contestó a la amenaza de Aitor -. Más te vale cuidarla bien, porque si no...- Se crujió la manos como buscando amenazarlo -. Más te vale esconderte, porque por desgracia sabe cuidarse solita .- Sonrió de nuevo mirando hacia Marina y le guiñó un ojo.

Cuando se disolvió el grupo, la chica se dirigió al patio e hizo aquello que siempre hacia en momentos de descanso... no descansar y seguir estudiando. No era una chica especialmente inteligente, pero como ya sus compañeros sabían tenía una memoria infalible, así que almacenaba  la información de las clases con antelación para prestar completa atención al profesor y no estar pendiente de libros.

En el momento de la reunión saludó a todos sus compañeros con una enorme sonrisa, tener un momento para sí misma, aunque fuera estudiando, le sentaba divinamente. Se sentó donde siempre, lo más cerca de Salara posible y atendió al vídeo asombrada por la eficacia y el trabajo en equipo de las parejas de superchicos. Por un momento volvió a su mentalidad anterior... a pensar que no podía, que no estaba a la altura, pero al segundo sacudió la cabeza, tratando de sacar ese pensamiento y comenzó a pensar en sus posibilidades.

En el momento en que Gata Lunar les ofreció la posibilidad de emparejarse en aquel momento, Diana pensó rápidamente en Rudy, pero no estaba siendo objetiva, era su mejor amigo en el Liceo, y quizá sus sinergias se vieran limitadas. La verdad era que en cuanto a estrategias de grupo, sus ideas eran bastante limitadas... Quizás el analítico del grupo, o el Héroe que investigaba a los demás serían más capaces de hacer mejor las parejas.

- Yo la verdad no se me ocurren Sinergias entre mis poderes y los de los demás. Quizá Aitor o Rudy sean más capaces de encontrar sinergias entre los miembros del equipo y crear mejores parejas.- Comentó con total sinceridad.

Tardé bastante en quitar todos los pósters y figuritas que invadían el lado de Daniel. Como no cabían en mi pared, doblé muchos de los pósters y los guardé en una carpeta. Me dio un poco de pena ver otra vez la mitad de la habitación sin decorar, después de todo la había rellenado de mis cosas para no sentirme tan solo con la ida de Iván. ¡Pero ahora tenía nuevo roomate!

Cuando acabé, me acorde de una cosa. Fui al tercer cajón del escritorio, donde guardaba las libretas y cogí el cuaderno que estaba debajo de todo. Fui al armario, y en el cajón donde guardaba los calzoncillos y calcetines guarde mi diario.

-Ja, aquí no creo que quiera mirar Moussa.

Cerré el cajón y salí del cuarto.

-¡Guau! -exclamaba de vez en cuando mientras peleaban esos alumnos en el vídeo.- ¡Una geoquinética, como mola! ¿Y el otro? ¿Bufa?

Y el vídeo acabó. Salara explicó más o menos como funcionaría la competición. Diana pensó en Aitor y en mi para hablar de sinergias... La verdad es que me encantaba ese papel.

-Pues creo que... -dije rascándome la barbilla, intentando dar un aire más interesante.- Creo que podríamos jugar bastante con los poderes "ambientales". Daniel y yo somos resistentes a las temperaturas extremas. -y señalé a César y Sara.- Daniel podría hacer equipo con César. Daniel aportaría el CC* y la resistencia, así César podría atacar y crear un calor para derretirse. Jeje. Lo mismo podríamos hacer Sara y yo. Ella podría inmovilizarlos y crear un frío que pela. ¡O como lo que hicimos contra el Godzilla aquel en la Sala del Peligro! ¿Te acuerdas, Sara? Aunque claro, eso no funcionaría en un rescate civil. 

Tome un respiro.

-Luego Marina también tendría sinergía buenísima con Aitor, con su bloqueador, y Diana. Bueno, Diana. ¿Podrías hacer desaparecer tus orejas? -pregunté a mi compañera. 

Quedaba Moussa, lo miré y sonreí.

-Y creo que Moussa... Es el que más juego tiene con todos, en mi opinión. -crucé los dedos, poniendome en una posición más "seria".- Se me ocurren millones de cosas, jugar con la invisibilidad, lanzar llamaradas redirigidas, usar robots de Aitor por sorpresa.

Di una fuerte palmada.

-¡Dios, esto pinta mega guay! -exclamé emocionado.

Con la duda aún en la cabeza sobre el estado de Sara, Moussa se retiró también. Quizás la muchacha no deseaba se que conociese por el momento su condición en el Liceo, quizás por miedo a que la expulsasen o algo así. ¿Cuando se notaban los síntomas de un embarazo? ¿Habría engordado? Ya no estaba muy seguro de si el cuerpo de Sara había o no cambiado. Tendría que revisar los archivos sobre embarazos y esos rollos, pero las imágenes de ver un niño nacer, lo habían marcado profundamente y no deseaba por el momento meterse en ese jaleo. No, lo mejor sería comprobar si estaba o no embarazada y después actuar en consecuencia. Tenía una semana para comprobarlo antes de que empezasen los juegos.

Para despejarse un poco de todo aquel asunto, fue directamente a la clase de Salara. Aún no había nadie allí, pero estaba seguro que de no hacerlo, seguramente se saltaría la clase al concentrarse en revisar los vídeos de los combates de Omnis. Necesitaba averiguar si su teoría podía tener algo de razón o si por el contrario, era tan solo otra idea para desechar. Así que allí se quedó, viendo los vídeos, tomando anotaciones y observando las escenas una y otra vez en busca de algo que le ayudase a descubrir las capacidades de Omnis.

Para cuando el resto llegaron, Moussa sentía que le picaban los ojos. Llevaba demasiado tiempo sin apartar la vista de la tablet y con ella prácticamente pegada a la nariz. Así que se retiró para lavarse la cara y regresó antes de que empezase la reunión.

Tras ver el vídeo, Moussa soltó un bufido. La escena no tenía ningún tipo de sentido para él. ¿Por qué dos villanos iban a quedarse ahí plantados en medio de la nada con un civil?

-Yo tengo una pregunta, si nos toca ser los villanos...¿Tenemos que hacer estupideces como esas o podemos trazar planes? Si el ejercicio consiste en quedarse ahí parados a la espera de que los héroes vengan a patearnos el culo, entonces parece que todo está diseñado para que los buenos ganen. Bueno, supongo que lo que quiero preguntar, es si tendremos total libertad de acción.

Moussa estaba seguro que se iba a dar mejor ser un villano que ser un héroe, se le ocurrían mil formas de poner en aprietos a casi todo el mundo. Su tiempo en la calle le había dotado de un gran ingenio para bueno, ser malo. Lástima que prefiriese ser del bando de los buenos, en caso contrario, robaría cada banco del país y se compraría una gran isla.

-Respecto a los equipos, me amoldaré a lo que queráis. Aunque seguramente Salara ya tenga los equipos en mente.

La llegada de la parejita le resultaba un poco extraña porque Marina era como su hermanita menor y de repente empezaba a salir con Aitor, lo que la descolocaba bastante. Pensándolo bien hacían buena pareja así que en fin, se limitó a sonreir sin decir nada porque imaginaba que se avergonzarían a la mínima.

Un poco después sí que se estaban centrando en el tema del torneo y ante la insinuación de formar parejas Sara se quedó pensando en cuáles quedarían mejor desde el punto de vista emocional, es decir, cómo combinarlos según lo bien que se llevaban. Un poco después trató de pensar en algo más parecido a una combinación "resistente con versátil" lo que le acercaba a la postura de Rudy.

- Podría estar bien algo como lo que dices aunque yo emparejaría a César con Moussa, Daniel con Diana y ya tú conmigo.

Eso dejaba claro que metía a Aitor y Marina en el mismo grupo. 

- Daniel y Diana al volar los dos tienen más sinergia como tú dices. Y Moussa puede teleportar a César para que queme lo que tenga que quemar, ¿no? En cuanto a Aitor y Marina, él puede crear un robot volador si hace falta. El caso es que así me parece que todos los grupos tienen movilidad, resistencia y potencia.

A ver si les conseguía tomar un poco el pelo porque sí, los había emparejado según afinidades - Diana aunque fuera skrull era lo más parecido a una británica que había visto - y luego expuesto una especie de excusa, pero tampoco era mala distribución.

En silencio, escuchó cómo todos sus compañeros tenían sus propias opiniones tras observar el curioso video. Era una buena idea que los alumnos se enfrentaran entre sí simulando distintas situaciones que podrían darse en el mundo real, y Daniel se preguntó en qué lugar le tocaría a él. Luego, mirando al resto del grupo, se preguntó quién de ellos tendría agallas para actuar como un peligroso enemigo.

- Si me permitís - dijo, alzando la mano - No os conozco apenas, y seguro que no estoy al tanto de vuestras habilidades con tanto detalle como Rudy, pero quisiera dar mi opinión: Trabajar en parejas es para que uno supla la carencias del otro. Por ejemplo, poner dos compañeros juntos por la única razón de que vuelen... es dejar de lado muchas variables. 

» César es magnífico a distancias largas, pero carece de una buena defensa cuerpo a cuerpo. Requiere movilidad, y Moussa puede ser el ideal para ello. 

» No creo que Aitor y Marina deban ir juntos. Si ella utiliza su don, tiene la batalla ganada pero, ¿qué sucede si su oponente se resiste? Necesitaría a alguien que la proteja a distancia, pues tengo entendido que es fuerte cuerpo a cuerpo, y Sara puede hacer esos constructos de hielo y controlar el campo de batalla.

» Rudy y yo somos muy similares en cuanto a alcance y resistencia, pero si llamo al desierto puedo ser un estorbo para la invisibilidad de Diana, por lo que sería mejor que yo trabajara con Aitor. Puedo ser su escudo.

Explicaba todo sin dejar de mirar a Salara, señalando a unos y a otros como si estuviera haciendo una presentación de un trabajo en clase. Al fin y al cabo, era lo que estaba haciendo: durante los combates había analizado a sus compañeros y determinado lo que él pensaba que eran sus puntos fuertes y flaquezas. Ahora sólo quedaba que la profesora decidiera.

Aitor y Marina, tras su regreso, compartían miradas significativas, pero a pesar de ser evidente que eran una "parejita", no pasaban de eso y de darse la mano. Ni siquiera lo hacían todo el rato. Podía resultar un poco raro todavía, pero más bien poco violento para nadie, salvo que alguien tuviera un interés romántico con Marina, algo de lo que ninguno de los dos tenían conocimiento. La advertencia de Diana sobre cuidar bien a Marina era bienintencionada y un pelín jocosa, pero el genio vasco consideró más relevante la buena intención y asintió tranquilamente. Pensaba cuidarla bien, al menos si ella se dejaba.

En cualquier caso aquel estaba resultando un viernes peculiar y tras los encuentros, desencuentros y reencuentros del grupo hubo una nueva reunión, convocada por Gata Lunar, a la que, por supuesto, acudió la nueva pareja puntualmente.

Aitor observó el video del enfrentamiento entre grupos de la pantalla con gran atención y permaneció callado y pensativo durante largo tiempo incluso después de que la pantalla se hubiera quedado en negro.

-Héroes o villanos, Moussa, no tenemos por qué hacer estupideces. Imagino que habrá restricciones respecto a lo que se puede o no hacer y me gustaría conocerlas antes de participar en los juegos, para poder trazar planes adecuados. ¿Salara? Igual que las clases de vuelo con vehículo, ¿será verdaderamente necesario en los juegos usar la habilidad de pilotaje adquirida en las clases? En fin, respecto a las sinergias: Diana y yo tenemos las mayores capacidades de adaptación contra enemigos, pero ambos, en especial yo, necesitamos ver los poderes de los otros para poder contraatacar. Para poder hacer eso correctamente alguien tiene que arriesgarse a recibir un ataque primero. Rudy y Daniel serían mi primera opción para avanzar hasta el enemigo, forzar que nos muestre sus capacidades y poder reaccionar. Mientras tanto Sara y César pueden incapacitar a los miembros del grupo enemigo que queden en la periferia, que ataquen a distancio o que supongan problemas adicionales. Mientras tanto Moussa puede aportar movilidad al conjunto, colar a Marina "tras las filas enemigas" o aportar potencia de fuego. Marina puede utilizar sus poderes para mandar al grupo enemigo a dormir o quitar de encima a alguno de ellos que se haya "colado" entre nuestras defensas. Recomiendo equiparnos con tapones para los oídos, si eso está permitido. En ese mismo orden de cosas, voy a iniciar un programa de reciclado de aparatos electrónicos en el Liceo, comprando tecnología obsoleta o estropeada para tener elementos para activar mis poderes tecnológicos en la batalla, si eso es también posible...

Todo el mundo esperaba su análisis y ahí estaba, denso y extenso como para tener que mascarlo y digerirlo bien, durante un tiempo.

Tras la sugerencia de Salara, los miembros del Grupo 4 no tardaron en dar su opinión acerca de qué parejas deberían formarse.

Moussa, de hecho, sugirió que Salara ya tenía alguna idea. La alienígena respondió con una suave risita.

[color=#9A2EFE]~ Tengo alguna idea en mente, pero esperaba que vosotros mismos decidieseis qué era lo mejor.[/color]

Luego se dispuso a resolver sus dudas, mientras andaba de un lado a otro de la tarima.

[color=#9A2EFE]~ Los equipos de Héroes y Villanos suelen tener objetivos opuestos y ciertas restricciones. En ocasiones son los héroes los que deben mantener una posición o custodiar un maniquí o un objeto. Otras veces son los villanos los que están en una posición defensiva. Las pruebas cambian cada año, así que no podemos estar seguros de lo que nos vamos a encontrar.[/color]

Los estudiantes habían propuesto diversos emparejamientos, pero no había todavía ninguno definitivo.

[color=#9A2EFE]~ Creo que hay muchas combinaciones posibles, y estoy segura de que la mayoría son buenas. Pero deberíamos intentar ponernos de acuerdo. Nos queda una semana para entrenar, y Daniel apenas acaba de incorporarse, así que no está acostumbrado a trabajar con vosotros.[/color]

La conversación se prolongó unos quince minutos, en los cuales estuvieron discutiendo acerca de las diferentes combinaciones de habilidades y poderes.

Finalmente decidieron seguir la propuesta de Daniel, que Aitor había apoyado también.

César era poderoso en distancias largas pero vulnerable en las cortas. Con la ayuda de Moussa, y su excelente movilidad y evasión, podría despreocuparse de la defensa para pasar completamente al ataque. Las llamas abrasadoras y los portales serían una combinación eficiente, capaz de sorprender a cualquier rival.

Aitor, que era uno de los miembros más versátiles del grupo, necesitaba tiempo para pensar una estrategia y ejecutarla. Daniel se encargaría de cubrirle las espaldas y aportar potencia bruta al equipo. Con su fuerza e inteligencia combinadas, aquella pareja sería un duro reto para cualquier oponente.

Marina, con su voz de sirena era capaz de ganar los enfrentamientos nada más comenzar. Pero si eso fallaba tan solo contaría con su habilidad cuerpo a cuerpo. Sara, que era capaz de incapacitar a los enemigos y de controlar el terreno sería una aliada excepcional. Entre las dos serían capaces de mantener las distancias y resistir lo que fuera.

Finalmente, Diana y Rudy formarían la última pareja. La combinación de sus poderes, a primera vista, no presentaba sinergias excepcionales. Sin embargo, los dos eran capaces de defenderse a corta y larga distancia. Eran dos miembros versátiles del grupo que, además, estaban acostumbrados a trabajar juntos. Al fin y al cabo, eran dos mejores amigos formando pareja.

Tras decidir las parejas, Salara les estuvo contando más detalles sobre la competición.

Se permitía el uso de dispositivos, siempre que hubiesen sido construidos en el Liceo. Así que Aitor, Moussa y César no tendrían problema al respecto. El uso de otros accesorios, como los tapones de los oídos, también estaba permitido.

La competición enfrentaba a los diferentes grupos de cada curso entre ellos, por lo que el Grupo 4 se enfrentaría a los otros cuatro grupos de primero.

Primero se enfrentarían en diferentes pruebas por parejas con cada otro equipo. Los dos equipos que reuniesen más puntos durante aquellos enfrentamientos acabarían compitiendo en una última prueba de todos contra todos. Aquella final solía convertirse en enfrentamiento a gran escala, aunque cada año los profesores añadían algún tipo de objetivo para no convertir la prueba en una simple batalla.

Ganar la competición implicaba convertirse en una especie de celebridad en la escuela. Salara confesó, con el pecho henchido de orgullo, que su grupo había ganado la competición en una ocasión.

Ella esperaba grandes cosas del Grupo 4, que ya se había ganado a pulso el reconocimiento de tanto estudiantes como profesores.

[color=#9A2EFE]~ No os quiero meter presión, pero tengo entendido que los profesores y los estudiantes de cursos superiores estarán muy pendientes de vuestro desempeño en esta competición ~[/color] dijo Salara con un deje de culpa y emoción.

La reunión acabó, finalmente, sobre las cinco de la tarde.

[color=#9A2EFE]~ Creo que han salido cosas interesantes de esta reunión. Vais a tener que aprovechar la semana que nos queda para trabajar con vuestras parejas. También haremos alguna practica en grupo, ya he reservado la Sala del Peligro.[/color]

Salara juntó las manitas mientras sonreía al equipo.

[color=#9A2EFE]~ Bueno, no os quiero quitar más tiempo. ¡Pasad un buen fin de semana![/color]

Acabada la reunión, los adolescentes se dispusieron a seguir con sus asuntos lo que quedaba de tarde. Era viernes, por lo que eran libres de hacer lo que quisieran. Tenían dos días de descanso por delante.

Sin embargo, antes de separarse, Rudy les pidió a sus compañeros que se reunieran en su habitación después de la cena. Tenía algo que decirles. 

Los otros integrantes del Grupo 4 también propusieron sus alineaciones. ¡Y a cada cual mejor! Eramos un buen equipo, así que teníamos muchas sinergias en realidad. Total, podríamos cambiar si alguna situación lo requería.

-Me parece mega guay. -contesté alegremente a Salara cuando nos dijo cuales le parecerían mejor.- ¡No habrá quien nos gane, Di!

Y le choqué la mano a mi amiga.

¡Había llegado el momento! Y no estaba para nada preparado. Tenía la respiración acelerada.

La habitación, que ya conocían bastante bien, tenía una mitad decorada con  pósters y figuritas de animes y mangas. Contrastaba de forma graciosa con la otra mitad vacía. Cuando fueron entrando les indiqué que se pusieran cómodos. Algunos se sentaron en las camas, otros en las sillas y otros en el suelo, como yo.

-Gracias por venir chicos. -dije nervioso.

Miré a Aitor, intentando buscar la aprobación en su mirada.

-Veréis... -comencé.- Esto es algo difícil de decir. Jamás pensé que estaría rodeado de gente para decir algo así. Os pido disculpas de antemano, porque no os quería mentir ni nada así. Es que es tan difícil... Y sobretodo a la gente que más me importa.

Tenía los ojos vidriosos, incluso se notaba que me temblaban un poco las manos.

-Aitor se dio cuenta, pero no fue el primero que lo hizo. -suspiré y miré Aitor, con media sonrisa, la cual denotaba más tristeza que otra cosa.- El primero fue mi padre. Plasma.

Entonces miré a Daniel, aprovechando para contarle mi relación con el villano.

-Antes de tener estos poderes, mis padres y yo eramos humanos normales. Salvo que mi padre era un narcotraficante o algo así. Por eso tuve que mudarme tantas de veces de pequeño. Él nos quería, muchísimo a mi hermana y a mí. Pero tenía sus cosas... Una de ellas era las palizas que me daba.

Entonces comencé a llorar. Intenté no sollozar mucho, tenía que seguir con todo aquello. Instintivamente, fui a coger la mano que me ofrecía Diana. Agradecía el consuelo.

-Yo no elegí que me gustaran los chicos. -dije por fin.- Ni tampoco elegí tener estos poderes. Ni hacer un cráter en Londres.

Hice una pequeña pausa, esperando a ver si alguien quería salir de la habitación asqueado u horrorizado.

-Me gustan los chicos. Y me gustan las chicas. -dije finalmente.

Diana sonrió cuando se refirieron a ella como un activo versátil. La verdad era que la chica no estaba para nada especializada, pero tampoco se consideraba una baza de peso dentro del grupo 4. En el momento en que Salara juntó a Ms Justice con Cráter, Diana miró al chico y le guiñó un ojo.

- Hay mucho en juego, así que a esforzarse al máximo.- Dijo mientras respondía a su high five -. Vamos a hacerle una pequeña visita a Kamala.

Tras la reunión con Gata Lunar, Rudy les pidió que acudieran a otra reunión, pero esta vez en su habitación. El chico ya les había dicho que tenía que explicarles algo, así que no tuvo problema alguno en acudir, Rudy era su mejor amigo después de todo.

Cuando el gran héroe del grupo comenzó a contar su lacrimógena historia, la chica se dirigió a tratar de consolarle, cogiéndole la mano, tratando de tranquilizarlo aunque fuera solamente un poco. Cuando el chico comentó su "problema" la joven Skrull se colocó delante de él, mirándole a los ojos y le agarró la cara con ambas manos.

- A ver tontín .- Replicó en modo cariñoso -. ¿Crees en serio que era necesario hablarnos de esto como si fuera algo malo? Como me dijisteis a mí, esto no cambia quien eres, seguirás siendo el mismo nerd adorable, y tu padre, nos guste o no, ya se llevó lo que merecía, si te gustan los chicos ¿Qué más da?. Sigues siendo tú y por lo menos yo te quiero tal y como eres, pesado y todo.

La metamorfa le guiñó el ojo y le sacó la lengua, pícara, antes de volver a su sitio y ver qué decían los demás.

Los grupos ya se habían decidido y Sara ya estaba pensando en que necesitaría unos tapones de oído para casos de emergencia. Marina y ella podrían con los problemas que aparecieran ante ellos aunque no entendía porqué Salara no prefirió la agrupación que había sugerido ella, en la que las parejas tenían más feeling y por tanto colaborarían mejor. Ya como el resto parecía verlo bien la joven prefirió no abrir la boca y ver cómo se desarrollaban los entrenamientos.

Enseguida se reunieron con Rudy el cual les contó la triste historia que se derivaba del último encontronazo contra el poderoso Plasma. Su padre. No entendía como era aquello posible cuando había intentado matarlos para robar los poderes a su esposa e hijo, ¿cómo podría ser tan cruel?

- Rudy, tu padre se ha debido ver cegado por ese poder. Quizá con el tiempo aprenda a controlar sus emociones. La gente se vuelve sabia con los años y todo se puede superar. Lo mismo hasta se le puede ayudar, visitándolo y hablándole. En cuanto a los chicos y las chicas, ¿acaso cortaste con Eureka? Si no, te deberías de centrar en ella, desear hacerla feliz. Ella te llevará por el buen camino... Has de confiar en ella.

Sus palabras se entrecortaban pues no sabía cómo expresarse correctamente ante este caso. Habían numerosos tabues interfiriendo, al menos en la cabeza de Sara quien desde siempre había seguido una educación cristiana. Ya sabía que la mayoría de la gente no estaba de acuerdo con todas esas cosas y ella misma también tenía sus dudas, pero el conjunto de emociones que se arremolinaban en su cabeza le impidió decir nada más.

Moussa alzó el pulgar y miró a César cuando les pusieron juntos en el equipo. Era su mejor amigo en el Liceo y estaba seguro de que se entenderían a la perfección en el campo de batalla. Aunque esperaba no quedarse atrás, pues César había mejorado mucho en el control de sus poderes, mientras que él...

Además los estudiantes de otras clases seguro que los habían estudiado, por lo que tendrían todo el doble de difícil. Tendrían que ir a por todas y para ello, nada mejor que empezar a ofrecer desinformación a sus enemigos. Se le ocurrían algunas cosas, pero ya lo hablaría más tarde con César.

Finalizada la reunión con Salara, se dirigieron al cuarto de Rudy. El titán del grupo parecía tener que contarles algo que le preocupaba, así que se presentó allí, tomando prestadas algunas sillas más para que todos pudiesen estar lo más cómodos posibles. Tras lo cual llegó lo que Rudy creyó que sería una gran revelación.

Moussa miró a sus compañeros esperando ver sus reacciones, pero no vio mucha sorpresa en sus rostros. Aunque en el fondo era normal, Rudy no era precisamente discreto a la hora de ocultar sus emociones, por lo que estaba seguro que todos sabían más o menos su condición.

-Lo de tú padre... -Comenzó a decir en un tono un tanto enojado, pero se contuvo rápidamente. Iba a soltar unos cuantos insultos y esas cosas tan propias de su antiguo yo. Pero Bosch le reprendía siempre que usaba palabras mal sonantes y la doctora Pujol había insistido que para ser un buen doctor, tenía que aprender a controlar su temperamento y usar palabras que ayudasen a calmar a los pacientes, no alterarlos más. -...lo siento. -Dijo finalmente. -Pero si vuelve a tratar de ponerte una mano encima, ya sabes que tendrá que pasar por todos nosotros y creo que no salió muy bien parado la última vez. Respecto a tú condición...eh...debo admitir que yo me sorprendí al verte con novia, es decir, sabía que te molaban los tíos y eso, pero no sabía que también las tías. Bueno, mientras tengas claro que este bombón de chocolate es solo para Beyonce, todo estará bien. -Indicó con humor para quitar hierro al asunto. -Además, míralo por el lado bueno, tienes más donde elegir, el resto de nosotros, solo nos quedamos con el 50% de la gente.

Las palabras de Sara confundieron un poco a Moussa, le dio la sensación de que pretendía que Rudy se centrase en las mujeres o algo así. En fin, no iba a darle más vueltas a ese asunto. A él le importaba muy poco quién fuese la pareja de Rudy, era su vida después de todo.

El debate sobre qué parejas podrían ser más apropiadas para las pruebas de aptitud terminó demostrando que, aunque sus nuevos compañeros habían estado confiando en Aitor hasta el momento por su alto cociente intelectual, había otros factores a tener muy en cuenta. Al fin y al cabo, no eran los más inteligentes quienes lideraban a los ejércitos, sino los mejores estrategas y los más valientes. 

Cuando Rudy reunió a todos en la que sería su nueva habitación, su lado estaba prácticamente vacío. Sólo dos maletas en un estado desastroso y cubiertas de polvo, junto a un transportín vacío, esperaban en un rincón. Cuando Daniel entró, pareció buscar algo con la mirada, luego se encogió de hombros y apartó con cuidado una caja de zapatos cerrada que a veces temblaba ligeramente.

- Plasma... ese que os atacó en la ciudad. Donde... Iván, ¿no? Comprendo. Mira... pienso que no elegimos a nuestros padres. Pero sí elegimos qué hacer con lo que hemos aprendido y heredado de ellos. Eres buena persona, Rudy. Es lo único que importa - notó cómo Rudy le miraba con una mirada que no supo identificar. Quizás preocupado por lo que podría pensar su nuevo compañero de cuarto sobre su orientación sexual. Hizo un ademán con la mano, señalando al resto - No sé si a los demás les gustan las chicas, los chicos, las... cosas. Lo que haga cada uno en su cama es asunto suyo. ¿Tienes novia? Bien. ¿Tienes novio? Bien. Sólo trátame bien. Trata bien a todos. Con eso estoy feliz.

Cuando se hubieron normalizado las cosas y Daniel ya se hubo asentado en el Liceo, acostumbrado al ritmo de clases y al novedoso uniforme, aprovechó un receso entre clases para hablar con Aitor. Posando su mano en el hombro del chico genio, no le pilló por sorpresa que su compañero de equipo ya estuviera sobre aviso.

- Querría reunirme a solas contigo en algún lugar apartado. Debemos conocernos bien el uno al otro si queremos ser los mejores en las pruebas - ladeó la cabeza, serio - Hay... cosas que no me gustan de ti y prefiero ser sincero contigo antes de entrenar juntos. ¿Nos vemos al salir de clase?

Tras aquella reunión con Rudy en la que confesaba el parentesco con Plasma, había que ponerse en marcha con los entrenamientos y lo cierto es que era un fastidio. Preferiría pasar el tiempo libre con Alberto y seguro que Marina querría estar con Aitor. Era un poco fastidioso pero estando en juego la reputación del grupo y la beca de Cráter poco se podía hacer más que dedicar esos días a ese objetivo común. No iba a quedar mal delante del resto, así que en cuanto pudo tuvo reunión con Sirena para intentar avanzar en todo aquello.

- Veamos... - escribía la chica en su móvil - tenemos que practicar en mi opinión... algo como el ataque combinado mientras te llevo en vuelo. Y una duda que tengo es cómo podríamos hacer para comunicarnos. No creo que Salara vaya a establecer un contacto mental entre nosotros.

Lo segundo venía a significar que Sara tendría que tomar la iniciativa y tratar de organizar el combate, teniendo en cuenta que Marina no podría comunicarle nada.

- Tu crees que si te pones una especie de modulador de voz... ¿podrías decidir cuándo usar los poderes y cuándo no? Seguro que los chicos pueden fabricar alguna cosa así.

El análisis de Aitor era, por supuesto, subjetivo, y, dado su actual estado de ánimo, probablemente adoleciera de ciertos defectos que la más experimentada mentora del Grupo 4 seguramente había sabido evitar, de manera que el vasco, en vez de quejarse por su inesperado emparejamiento, comenzó a tratar de desarrollar todas las posibles iteraciones entre los poderes de Daniel con los suyos. Incluso se le ocurrió un nombre clave para el recién llegado: Efreet/Ifrit, los demonios árabes del desierto de los cuales derivaban los popularizados genios de la lámpara. Pero dejaría primero pasar un par de días para que el recién llegado se pudiese poner al día y se adaptase al ritmo del Liceo.

Marina había quedado en un grupo diferente, con Sara, lo que estratégicamente tenía cierto sentido pero le alejaba de él. Curioso pensamiento, la “morriña” estando sólo a unos metros y ni siquiera habiéndose separado todavía. Esto de los sentimientos desatados tendría que aprender a controlarlo.

En cualquier caso, Salara tenía razón, estaba claro que se habían generado ciertas expectativas respecto de nuestra potencial actuación. En realidad parte de su fama se debía a la casualidad, a haber estado en el lugar oportuno en el momento justo (o al revés, dependiendo de la interpretación), pero también había que reconocer que el equipo 4 había respondido a cada reto al que se había enfrentado creciéndose ante el peligro. En más de un sentido se había comportado de forma ejemplar. Un grupo al cual se enorgullecía de pertenecer. Aunque Aitor se cuidaría de decirlo, no fuera que se les subiese a la cabeza.

Rudy, finalmente, se confesó. Fue el propio Aitor el que le había empujado a hacerlo, así que la noticia no le sorprendió lo más mínimo. Tampoco le hubiera escandalizado de no haber sido capaz de deducirlo, sus tabús y tapujos eran prácticamente inexistentes. Sólo quedaba un pequeño matiz que aclarar:

-Quiero dejar claro que aunque soy telépata, no invado la intimidad de las mentes a mi libre albedrío, sólo lo haría con enemigos y en caso de necesidad. He tenido una muy buena profesora ─dijo desviando la mirada hacia la pequeña alienígena mentora del grupo─ La duda ofende. Además, coincidiréis que el lenguaje corporal de Rudy es poco menos que un libro abierto... sin ánimo de ofender, Rudy ─añadió conciliador─ Estoy contento de que hayas hecho la confesión al grupo... Queda exento de informar al desequilibrado de tu padre ─añadió nuevamente, ahora con la aspiración un tanto infructuosa de resultar gracioso. Seguramente le faltaba bastante práctica.

Aitor atendería sin problema alguno la solicitud de reunión en un lugar apartado con Daniel para conocerse mejor el uno al otro de cara a la competición. Eso sí, Daniel había dejado caer que no le gustaban ciertas cosas de él al recién llegado, lo que era la antepuerta de mayores problemas, al menos de forma potencial. En efecto, tenían que hablar.

-Me alegro de que seas tan proactivo. Si me das tu número de teléfono te enviaré algunos datos interesantes a tu móvil y así podremos avanzar más rápido. En cualquier caso, antes de que empiece la sesión de coordinación, ¿qué es eso tan importante sobre mi como para que tengas la necesidad de comentártelo?

Daniel no tuvo reparos en darle su teléfono de contacto, observando a Aitor con la misma frialdad que éste le correspondía. Sus ojos azules observaban al genio vasco sin apartar la mirada, quizás intentando ir más allá, hasta que finalmente relajó suavemente la postura. No obstante, mantuvo los brazos cruzados ante él, como una barrera imaginaria entre ambos.

- Sé que en nuestro cuarto dijiste que no invades las mentes de tus compañeros a tu antojo - se apoyó en la pared - pero dado que vamos a compartir equipo, quiero ser lo más claro posible: No quiero comunicación mental mientras no estemos en las pruebas o cuando te lo pida expresamente. Sé que cuando nos conocimos estableciste un vínculo por Marina, pero en el futuro agradecería que me pidieras permiso antes. 

Había sido contundente y firme, con el azul de sus ojos de un tono claro. 

- Si lo haces, lo sabré - dijo, tocando su sien con el dedo - pero como no nos conocemos, quería hablarlo antes. Quería dar el primer paso. Aparte de eso, querría preguntarte por Marina. ¿Va a ser vuestra relación un problema si nos enfrentamos con ella y Sara durante las pruebas?