Partida Rol por web

-Parece que le caemos bien a alguien de ahí arriba... o de ahí abajo!-grita. -Cañones de babor, todos a vuestros puestos! Preparados para la mínima señal del capitán!

Will se afirmó en su posición sobre la cubierta, las piernas ligeramente abiertas, los pies firmes sobre las tables y los brazos en jarra observando como maniobraba Sam, en el barco el silencio sólo era roto por el sonido de la madera al quejarse por la tensión y las olas que golpeaban el casco, expectantes, barco, tripulación y capitán, aguardando el momento de descargar toda la furia del Saint George. Entonces pudo divisar con nitidez el barco de Dosespadas recortado como una oscura sombra contra el estrellado cielo nocturno. ¡Fuego! - Aquel grito, aquella orden desencadenó el infierno, toda la quietud y silencio fueron sustituidos por el tronar de los cañones y el ajetreo del velamen. El capitán avanzaba por la cubierta como un tigre desenfrenado. - ¡Vamos hermanos acabad con esa escoria, llenad el mar con sus restos descuartizados, no les demos tregua!- Con rápidos pasos y movimientos ágiles subió hasta el timón.

- ¡Virad ahora!- Viendo que el barco cabeceaba y parecía negarse a virar, Will echó una mano al timón para sumar su fuerza a la de Sam, aunque el verdadero trabajo lo hacía el timonel. Las velas parecierón desinflarse, perder fuerza y fue en ese instante cuando con un salto brusco el navío, pese a las sonoras quejas de los mástiles y del timón, cambió su rumbo antes de que La Flecha Negra pudiera ofrecer cualquiera de sus costados, aun tenían la ventaja de la posición y podrían volver a barrer la cubierta desde su popa. -¡Fuego los cañones de babor!¡Hoy bailaremos sobre los cadáveres de nuestros enemigos o junto con Caliope, nuestros nombres serán recordados de un modo u otro! JAJAJAJA. - El irlandés comenzó a reír con fuerza, mezclando sus gritos con el nuevo tronar de los cañones de babor. ¡Recargad los cañones de estribor!¡Timonel no quiero que se acerquen!

El ataque dirigido por los hombres de Boon fue demoledor y tremendamente preciso, de los 10 disparos solamente tres hicieron agua. Los demás acertaron en el barco de pleno. El sonido de los disparos de los cañones se escuchaba fuerte en el Saint George, no pudieron ver en que partes del barco enemigo habían acertado pero cuando segundos después se escuchaba el estallido de maderas y gente gritando desesperada en lugar del sonido de la bala estrellandose en el agua, la tripulación vitoreaba el acierto y aplaudía a Boon coreando su nombre.

Había conseguido aprovechar sus disparos, pese a disponer de tan pocos cañones.

Sam demostró su valía como timonel y que pese a su pequeño tamaño podía manejar aquel barco en las peores condiciones como pez en el agua. Consiguió gobernar el barco y hacerlo virar rápidamente antes de que la Flecha Negra tomara posiciones y lo puso preparado para que los cañones de babor, bajo las ordenes de Wellington, dispararan al barco de Dosespadas. El cual por cierto, parecía ahora tener la parte de popa ligeramente hundida y que el barco se inclinaba hacía allí.

Thomas estaba parado al lado de sus cañones. Rígido, marcial. Ansiaba el momento de la batalla. Cerró los ojos mientras trataba de relajarse un poco. Aquel momento de silencio que se produjo, lleno de tensiones, de impaciencia.... Aquella calma antes de la tormenta era tal vez la parte díficil de toda batalla.

En un momento la voz de Boon rompió aquel silencio bajo cubierta. Los cañones fueron disparados, comenzando con el dulce ruido de la batalla. Era hora de matar o morir.

Al parecer los cañones habían hecho su tarea a la perfección, y el viraje del pequeño Sam estaba resultando preciso. Era su turno. Abrió los ojos.

Show Time... Fuego!

El siguiente ataque no fue tan demoledor como el primero. El barco de Dospespadas, seguramente manejado por aquel aguerrido pirata, se desvió ligeramente hacía babor desde el primer ataque y esto hizo que esa pequeña inclinación fuera suficiente para que muchas de las balas de cañón no golpearan en el casco de la Flecha Negra y se estrellaran contra el agua a escasos metros del barco, salpicando hasta las velas de aquel negro barco.

Sin embargo unas cuatro o así si alcanzaron el barco, dañandolo levemente en las maderas de las barandillas, o en sitios no muy importantes. Sin embargo una de las balas si que consiguó dañar el barco de gravedad. Pues había golpeado el palo de mesana y este caía lentamente con el crujir de sus maderas golpeando el mar y provocando una sacudida en el barco que continuaba girando poco a poco hacía babor. Seguramente para emprender la huida.

Tras los vítores, que Boon no se esperaba en absoluto, le tocó el turno a Thomas. Tenían escasos minutos para estar preparados de nuevo.

-Sin perder tiempo! Rápido! -les urgía. -Primero la pólvora y después las cadenas, recordar. Manteneos atentos a la señal del capitán, y respirad con fuerza! Os necesito despiertos!

Tras la dificultad de la maniobra y del ataque, percibió el sonido de la madera rota, y absorta mirando por la escotilla observó la mesana derrumbarse.

Aquello era buena señal. Aquello era perfecto.

-Capitán Will, cañones de estribor nuevamente preparados! Esperando órdenes! -gritó por la escotilla.

Aun alejándose el barco, ella no se fiaba del todo. Podría ser un truco para que le dejaran en paz..

La oscuridad nocturna se veía rota por los fogonazos de los cañones, el ruido de la madera y los hombres quebrarse llenó el silencio que prosigió al tronar de los disparos. La maniobra del Saint George estaba dando resultado, pero ahora debían tener cuidado, pues su enemigo parecía querer emprender la huida, pero también podía ser un treta para devolverles la moneda virando bruscamente.

Inservible como había quedado la mesana en la Flecha Negra tenían ventaja, al menos mientras la vela siguiera hudiendose y retrasando los movimientos del navío, debía aprovechar antes de que lograran cortar todos los cabos y aun así parecían tener ahora la ventaja de la velocidad. - ¡Timonel virad a babor, pero evitad ponernos en paralelo con ellos! Mientras sigan avanzando quiero que sigamos haciendo bordadas tras ellos. Han perdido la mesana y ahora somos más rápidos que ellos.- Will quería evitar la euforia, pero parecía complicado tras ver como se estaba desarrollando el combate.

¡Venga hermanos! ¡Recargad esos cañones, arriad más esas velas o los sobrepasaremos!

Sam mantuvo el timón y con buen tino hizo todo lo que el capitán le mandaba. La ventaja del Saint George era evidente, el barco de Dosespadas se movía renqueante y su lentitud les dejaba en desventaja. Vieron desde sus posiciones como los marineros intentaban cortar las cuerdas que mantenían unido al barco el lastre que era ahora el palo de mesana.

Además la maniobra que Will había ejecutado los mantenía fuera del alcance de los cañones enemigos, Dosespadas debía estar revolviendose en su casaca.

Todo estaba saliendo bien, demasiado bien, pues no esperaba que la flecha perdiera la mesana y ahora debía cambiar sus planes. - ¡Sam lo estás bien! Mantén el rumbo, por el momento necesitos que nos alejemos y preparate para virar a babor a mi señal.- Sin pensárselo dos veces Will bajó a la cubierta dando ánimos y ordenes. - ¡Soltad todo el trapo, vamos hermanos, seremos recordados como los más audaces de todos los mares. Hagamos que esta dama vuele sobre las olas!.

Era una maniobra arriesgada, alejarse del barco de Dosespadas y una vez le hubieran sobre pasado y ganado distancia virar a babor para posar frente a ellos y volver a disparar, para que funcionara la Flecha Negra debía mantener su rumbo y que el viento mantuviera su fuerza y dirección. De todas formas se preparó por si su enemigo adivinaba sus intenciones y viraban a estribor - Cañones de estribor preparados, que nadie dispare.

Sam estaba nervioso y le temblaban las  piernas como no le había pasado nunca. Tragó saliva costosamente y asintió con la cabeza dispuesto a obedecer las ordenes del capitán.

Apretó con fuerza el timón y mantuvo el ritmo esperando las ordenes del capitán para virar.

La Flecha Negra no estaba dispuesta a dejarse avasallar e iba a vender muy cara su piel. Los cañones tronaron con un aterrador sonido y aunque fueron muchos los cañones que dispararon solo 3 disparos acercaron al Saint George, golpeando en el ya maltrecho casco dos de los disparos, que hicieron retumbar el barco, y en el velamen el otro, que obligó a todos los presentes en la cubierta a tirarse al suelo por precaución. Otros dos calleron en el agua, cerca del barco y el resto de disparos se perdieron en el agua lejos del navío.

Dosespadas se había precipitado en su ataque.

Habían logrado hacer que Dosespadas se precipitara y ahora podrían aprovechar para lanzar una andanada más certera. - ¡Venga, levantaos y continuad!, ¡demos su merecido a esos hijos de gusanos podridos!, ¡Sujetad esas velas y aprestaos a los cañones hermanos porque esta noche entraremos en la historia!- Nunca estaba de más arengar a los hombres y Will sabía que una moral alta mejoraría el resultado.

La flecha seguía tratando de liberarse de la carga de su velamen caido, de manera que se había ido quedando atrás, ahora era el momento de volver a cortar frente a ellos para barrer su cubierta de nuevo, aunque esta vez desde la proa. -¡Timonel a babor, cortemos por delante! ¡Cañones de babor preparados! ¡Aguantad, aguantad!- En esta ocasión los sonidos de Saint George fueron más notables, sin duda también estaba tocado, pero aun resistiría algún envite más. Igual de rápido que se alejaron ahora se acercaban para pasar frente a la Flecha y sin dar oportunidad a que les respondieran. ¡Disparad!, ¡Velas en posición de combate, arriad la tercera parte del trapo!- Ahora que había sobrepasado a su enemigo no necesitaban la velocidad, sino prepararse para otra pasada virando a estribor donde los cañones ya estaba listos, se trataba de hacer el mismo movimientos con había desarbolado parcialmente el barco de Dos Espadas.

-William! -gritó Boom. -Maldita sea, vas a tenerme aquí parada o qué?

Su voz no mostraba enfado, pero dejaba claro que no le gustaba estar parada.

Thomas obserbava la situacion por las bocas de salida de los cañones. Parecia que estaban ganando una importante ventaja. No debian desaprovecharla.

Preparence, rápido. Todos listos? Aguarden!

Respiró lentamente mientras el Saint George viraba, esperando el momento preciso para dar la orden.

Ahora! Fuego!!!

Los cañones se dispararon y el estruendo sumado a la humareda hizo que por unos intantes no se pudiera ver nada. Pero el sonido del impacto traía buenos augurios. Seguramente habian causado algun daño de importancia.

Entre el estruendo de los cañones pudieron escuchar el sonido característico de las balas de cañón despedazando madera. Todos contuvieron la respiración mientras se disipaba el humo oscuro y denso que los cañones habían dejado, la suave brisa colaboró a que la espera no fuera muy larga y alguien desde lo alto gritó a viva voz llenó de entusiasmo:

-¡Se hunden! ¡La Flecha Negra se hunde!

En seguida todos empezaron a gritar llenos de jubilo y a aclamar al capitán O´Linch por su audaz estrategia.

Will observó como las balas de los cañones impactaban en el casco de la Flecha donde produjeron un sonido delicioso para sus oídos, la madera crujió con estrépito lanzando astillas por doquier mientras se abría una gran brecha por la que el agua comenzó a entrar haciendo que el navío se escorara y comenzara a sumergirse. Difícilmente nada en podría igualar a ese momento en que los hombres comenzaron a jalearle, sin embargo el Irlandés no mostró aquella satisfacción más que con una leve sonrisa antes de continuar dando órdenes. - Sam manten el timón y no nos alejes demasiado. ¡Vosotros arriad la mitad de las velas!, ¡La victoria es nuestra pero aun no hemos terminado el trabajo, veamos que podemos conseguir de esa escoria!- No tenía pensado dar cuartel, no le gustaban los hombres de Dos Espadas, aunque quizás pudieran salvar a alguno para aumentar el número de su reducida tripulación. ¡ Subid a los que estén desarmados, los que no dejen sus armas moriran!.