Partida Rol por web

El mar parecía estar revuelto. Las olas eran inmensas y ,además, el temporal no ayudaba mucho... ¿Es que no habían podido escoger otro día para viajar? ¿Tenía que haber sido ese?

-¡A ver, paleto, velas a estribor!

No estaba de humor, para nada. Había madrugado el día anterior, con un mar peor que el de el día anterior, sólo porque al querido Hallam se le había ocurrido la gran idea de ¡VOLVER! a Escocia, para ¡IR! a Japón... ¿Aquel hombrecito iba a torturarla mucho?

A ver, queridos tripulantes, el viaje va a ser muuuuy largo, ya que habéis tenido la GRAAAAN IDEAAA de ir a Escocia para luego... ¡IR AL CULO DEL MUNDO! Así que, queridos, descansad todo cuanto podáis y si vais a vomitar, por favor, dirigiros a la cubierta, no quiero que vuestros líquidos lleguen a mi rostro...

Kat caminó en dirección contraria a la que había venido, para gritarle a su amigo.

Eh, Hallam, cuidado con la ola esa que se aproxima, no quiero verme como la última vez porque decidiste arriesgarte a atravesarla. 

El barco se movía de un lado para otro, los embates de las puñeteras olas no daban descanso ninguno y alguno de mis compañeros de "aventura" no parecían estar acostumbrados a éstos meneos, tendrían que haber tomado biodtramina antes de zarpar.

Yo había estado en mares picados como aquel, me aseguré de que todo el equipo subacuático estuviese bien amarrado, como una de esas botellas de oxígenos se soltase y corriese por la cubierta podía destrozar un tobillo facilmente, como poco. La señorita Pedersen era tan seca como el capitan Ahab o peor, porque tenía un humor de perros, así que prefería quitarme de en medio lo máximo posible.

Cita:

Me agarré con fuerza a uno de los asideros para no terminar estampado contra una de las mamparas-En cuanto éste cascarón deje de moverse como una puñetera hoja al viento podré dormir, la última vez que lo intenté casi termino en el suelo ¿es que no piensa aflojar nunca la tormenta o qué?-pregunté esperando una respuesta bastante borde de parte de la morena, aunque ya me había acostumbrado a sus "lindezas".

La cosa empezaba fuerte, por suerte parecía que había encontrado un buen sitio al que agarrarme y no planeaba despegarme hasta que fuese estrictamente necesario o la cosa amainara.

Las olas chocaban con fuerza y no solo nos hacían tambalear, también lo salpicaban todo, por suerte tenía conmigo a mi amigo impermeable.

La mujer no tardó en desquitarse con su compañero y darnos alguna que otra advertencia todo acompañado de un mal humor que comprendía parcialmente.

-Si eso es lo que te preocupa puedo amarrarte a la cama, aunque no prometo recordar liberarte luego- bromeé con mi compañero tras su comentario.

Miré a la castaña de ojos azules-Lo siento guapa, pero yo solo me dejo atar si la situación es excitante y ésta no la es precisamente- sonreí divertido-además sólo faltaba, seguro que si nos hundimos me dejas aquí tirado, eso sí, yo me ofrezco a atarte cuando quieras, se me da muy bien hacer unos nudos marineros con pañuelos de seda que seguro quedarás muy satisfecha-guiñé un ojo tonteando mientras otra ola envestía contra un costado del barco con fuerza.

Qué mal humor gastan unos aquí... Si tuvieran una vida como la mía, trabajando para un loco, a ver cómo estarían. Porque obviamente en un lecho de rosas no. 

En cuanto éste cascarón deje de moverse como una puñetera hoja al viento podré dormir, la última vez que lo intenté casi termino en el suelo ¿es que no piensa aflojar nunca la tormenta o qué?

¡Yo tendría más consideración con sus compañeros ! -gritó desde el otro extremo-- ¡No está el tiempo como para andar con chiquilladas! 

Entonces , como buenamente pudo, caminó hacia el señor Teodoro y le entregó una carta certificada. 

Noticias desde Hawai, eres... Realmente importante para ella... Curioso,ya que nadie le importa. Trabajar junto a ella es doblegarte y ser un segundo plato. En fin, la gente es... Masoca.

Un día de estos, voy a salir. Voy a salir y acabaré uno por uno con todos aquellos que han impedido que haya conseguido mis objetivos. Me da igual del bando en el que estén. Dime, Teodoro ... ¿Aún sigues neutral? Porque de ser así no estarías entre la lista de mis enemigos...

Cada mañana los memorizo mentalmente, recordándonos así. Cuando acabo con uno, la lista vuelve a empezar. Yo solo espero, que mi sed de venganza no te lleve a ti por encima, porque de ser así ... No tendré compasión . Por ello, te pido que te posiciones al margen de todo. Como si no supieras nada. 

¿Sigues siendo amigo de Faraday? De ser así estás en la lista. 

Cita:

Miré a la mujer de ojazos azules y sonreí-¿es que tiene envidia? si quiere se puede apuntar y la dejo bien sujeta al colchón- bromeé gritando desde mi posición-Vamos no te piques Abril ¿Que no tenemos tiempo, ha visto dónde estamos?- miré a las paredes del barco-Encerrados en esta lata no tenemos mucho que hacer, ya habrá tiempo para ponerse serio y profesional cuando lleguemos al destino ¿No cree?- pregunté con una buena sonrisa.

-Arg que gente más estirada, necesitan relajarse...-

Encerrados en esta lata no tenemos mucho que hacer, ya habrá tiempo para ponerse serio y profesional cuando lleguemos al destino ¿No cree?-

¡Agradecería que ayudase y se dejara de gilipolleces!

La verdad es que su malhumor seguía aumentando y más con aquella panda de paletos que sólo servía para sacarse trapos sucios y hablar de obscenidades que a ella no le gustaban, ni quería, oír. Así pues, desde su posición, lanzó un salvavidas a ese gallito que no paraba de hablar sobre atar a las mujeres a la cama. Si ella fuese quien lo tuviese que atar, aquel hombre no saldría con vida. 

Como esté pensando en relajarse en el barco, lo tiro por la borda dejándolo a su suerte y al dios del mar. Aquí se viene a ser valiente, uno no sabe cuándo el mar te puede azotar. 

Como sigas así, te veo ahogado. A no ser que te hayan saludos branquias en el cuello y seas una sirenita. Vamos, mueve el culo. Moved el culo y ayudad. Todos. A mí me da exactamente que seas ricachones o niñas pijas o lo que seáis. Me da igual. 

Y tú, el atador con complejo de BDSM , como veas que dices alguna obscenidad más a alguna de las chicas, te tiro por la borda. Hombre ya. 

Cita:

Cogí el salvavidas al vuelo y la miré con ojos tensos, que relajé al momento-A sus órdenes mi capitán-dije haciendo un saludo marcial con desgana-Usted dirá lo que tengo que hacer ¿Friego la cubierta? ¿Bajo a la sentina?- suspiré.

-Esta mujer necesita desahogarse pero ya-

-Lo que usted diga, si se siente más feliz y segura amenazarme así hágalo-dije dándole la espalda sin esperar respuesta, comprobando de nuevo las botellas de oxígeno.

El desenlace de la reunión previa no le había gustado a Hallmar, menos la actitud de velada amenaza que destilaban las palabras de Abril. Decidió no enfrentarse, asentir y callar. Pero aquello no facilitó una actitud especialmente abierta del islandés, a bordo del Immram tampoco le gustaba la perspectiva que viajara aquel grupo de gente que no conocía de nada. Y, para postre, la tormenta.

—¡Curtis! ¡Amarra bien el Bran! —ordenó con aspereza al mecánico del Immram, el Bran era el minisubmarino de la embarcación, que se zarandeaba a merced de las olas.

Con Katrine dando órdenes a diestro y siniestro bastaba por ahora, había pasado la mayor parte taciturno en el puente mirando fíjamente los aparatos de radar y sónar, algo habitual en él, pero con la tormenta arreciando se decidió a salir en un par de ocasiones para ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. La actitud de John hizo que arrugara la nariz, pero confiaba en que su primera oficial lo mantuviera a ralla. Volvió a echar un vistazo general, luego al mar, señaló a un punto del mar.

—Llevaré yo el timón —anunció a Katrine sin aquel tono que no admitía discusión, suave y afilado. Seguía rumiando, muchas cosas. Luego miró a la gente en la cubierta —. Si vais a estar en la cubierta pululando sin sentido. Bajad a los camarotes o a la sala común. Un mal golpe y os llevará al agua. No vale la pena empezar así un viaje.

Dicho esto se dirigió al puente tomando el control del Immram.

Reviso uno de mis cuadernos de notas cuando todo se empieza a poner movidito. La segunda de a bordo comienza a dar ordenes y me pongo a su disposición. No es que sea un experto en barcos, al menos a nivel práctico. Afortunadamante tuve que devorar un par de enciclopedias náuticas para una misión al Caribe, en busca de un pecio español. Por lo que habiendo navegado poco puedo llegar a entender cualquier orden y llevarla a cabo con un resultado más o menos eficiente.

-¿Que necesitamos? Digo mirando al capitán Hallamar y a Pedersen mientras guardo mi libro en la bolsa y la pongo a recaudo.

Ante la respuesta asiento con la cabeza y bajo donde los camarotes, recojo un par de cosas que están peligrando caerse en uno de los vaivenes del barco y vuelvo a lo mío sin dejar de estar alerta.

Estoy en cubierta sumido en mis pensamientos mirando el mar embravecido, por suerte las tormentas y la humedad es algo de lo mas normal en mi tierra, hasta podría decir que el vaivén del barco aunque sea desmedido me relaja.
De repente me distrae un poco los berridos de la compañera del capitán hallmar que cortan el intento de flirteo del señor Drake hacia la señorita Sorní.
La agente Abril ya se lo había advertido segundo antes, y la veo dirigirse hacia mi, antes de entablar conversación con ella me dirijo hacia Drake y le digo- Créame señor Drake si le digo que es mejor que limite su labia en este viaje, me he cruzado con gente que por menos te pone en una ruleta a girar mientras insta a un conocido a dispararte .

Tras leer la carta que me ofrece Abril empiezo a temer que Victoria pueda aparecer en cualquier momento fusil en mano a matarnos a todos, supongo q tendré que darle mi respuesta afirmativa de neutralidad si me la encuentro en persona y me deja explicarme, lo mas curioso es que mencione una amistad con Faraday que nunca ha existido es ridículo pensar que yo y el boyscout podamos llegar a una amistad, ya colaborar entre nosotros seria difícil, miro a Abril y le digo ojos azules supongo que esta carta ha pasado un minucioso control con su correspondiente modificación por Triquel, y eso significa que ya sabéis lo que pone por lo tanto ojos azules yo dormiría con chaleco antibalas porque tienes una diana en la espalda.
Me gustaría saber donde recluta tu jefe a chicas guapas y listas como tu, merecerá la pena trabajar para un megalómano y decrepito anciano, que en cualquier momento se puede cansar de ti y mandarte 6 años a prisión, espero que algún día te plantees esa pregunta aun cuando estés a tiempo de huir de las garras de esta gente .-le comento verdaderamente curioso por saber que pasa por la mente de esa bella dama .

Me había dirigido a la zona común sentándome en el primer sitio comodo que vi y suspiré profundamente.

-¿Por qué tienen que ser todos tan rancios y bordes? Es excusa una misión tan peligrosa para ser así?- fruncí el ceño pensando en el grupo con el que me había juntado. En ese momento apareció Romasanta-Hola tío- saludé con cierta desgana.

Cita:

Le miré con fastidio-Me van a amargar la vida, parece que tienen todos metidos un palo en el culo, pero en fin, intentaré contenerme, pero te digo una cosa amigo, si quieren al mejor lo tienen, pero tendrán que aguantarme, soy así y no pienso cambiar porque ellos sean unos amargados de la vida- refunfuñé poniendo los pies encima de la mesa.

Sonreí al escuchar la respuesta de John principalmente porque estaba segura de que me devolvería el ofrecimiento, y ahí estaba, previsible... pero solo reí de verdad, aunque de forma bastante discreta, cuando "todos" le saltaron encima.

-Voy- dije separándome de mi querida zona de seguridad para ir a echar una mano en lo posible; primero nos decían que descansásemos y después que no había tiempo para relajarse, recién empezaba todo y ya iban a volverme loca, pero éramos un equipo y debíamos ayudar todos en lo que nos fuese posible.

-Solo dime que necesitas- pregunté a Katrine preparada para ponerme manos a la obra, seguro que había algo que valiese la pena priorizar.

La expresión de uva pasa del caza tesoros no se había alterado gran cosa en el tiempo que llevaban en el barco, si bien podía sostenerse en situaciones normales, el continuo vaivén de las olas, del mar, la amenaza de la prolongación de tormenta y de paso, que el cielo se hubiera llenado de nubarrones le advertía, aunque no lo dijo en voz alta, que la cosa solo iría a peor.

La fuerza de la mar amenazo con lanzarlo de donde estaba sosteniéndose de un asidero hasta el otro lado y su esfuerzo por mantenerse a la par solo sirvió para que los músculos de su brazo se quejaran de dolor, tal era el riesgo, "Maldita sea, espero que las laureadas capacidades de este barco fueran en serio" el pensamiento era más bien un amargo recordatorio de que se había metido en aquello por su propio pie, la promesa de dinero y adrenalina solía agradarle, cuando tenía alguna medida de control, en aquel barco los marinos eran aquellos.

Por suerte para él, estaba acostumbrado a los barcos -aunque no eran su medio favorito de viaje- y siguiendo las recomendaciones de la marino y después del capitán, fue a parar con la buena mayoría al interior del camarote, donde aunque los bandazos no dejaban de darse era menos probable que alguno lo lanzara a la mar embravecida.

Escuchó, no sin interés, los intercambios de palabra del resto, creándose en su rostro poco a poco cierto grado de diversión que se le escapaba en los ojos y una breve curva de los labios, aunque no intervino, no lo creía necesario, cada quién se relacionaba como mejor podía, por el momento Anteros no tenía ninguna necesidad de socializar.

Saco un libro encuadernado de la mochila y se puso a leerlo a la vez que escribía, cada cierto tiempo en los bordes del mismo.  

Unos minutos tras aquello, levanto al mirada para enviarla sobre Abril. 

-Señorita Ballet ¿Cuanto tiempo dijo que debería durar este viaje? 

Si la joven lo había dicho Antero no debía haberle prestado atención, pero parecía en aquel momento ser un asunto de importancia extrema para él. 

-Señorita Ballet ¿Cuanto tiempo dijo que debería durar este viaje? 

¡¡UNA SEMANA!! -exclamó desde el lugar donde se encontraba-. ¡¡ID TODOS AL CAMAROTE, YA NOS OCUPAREMOS NOSOTROS!!

Una semana con aquellos necios sería lo más duro que jamás hubiera vivido. Ni las horas con Hallam se asemejaría al infierno que estaría por revivir...

Una semana... le diré a Curtis que me de un lingote de Cianuro... si es que ese mantecato tiene... Con Hallam no, él es el capitán y debe hundirse con su barquito de pesca.

¡¡¡¡¡¡¡CURTIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSS!!! 

¿Pero es que Hallam no lo va a llamar?

A ver, por qué tengo que hacer yo todo el trabajo. ¿¡HALAM QUIERES LLAMAR A ESTE!? 

Pero lo complicado vino, cuando una gran ola zarandeó el barquito de pesca del capitán, arrastrando a alguno de ellos hacia el interior del mar.

Sentado en la minúscula sala común y tras desahogarme con Teodoro, recapacité-Meh, tienes razón, el viaje va a ser largo y no es plan de cabrear al capitán y a esa especie de Teniente O`neill con melena-dije disgustado-Aquí no hago nada y tengo que estar activo, saldré de nuevo a preguntar a la sargento semana si puedo ayudar en algo-refunfuñé mientras me ponía en pie y caminaba hacia cubierta de nuevo asegurándome de no caer sujetándome con fuerza a cualquier asidero, pero cuando salí me encontré de nuevo con las lindezas de Pedersen.

Cita:

-¡Pero que mala leche tiene ésta mujer! pensé, estaba claro que no nos quería a ninguno allí fuera, eramos una molestia más que una ayuda, así que me disponia a dar media vuelta cuando una ola chocó brutalmente con uno de los costados del barco casi haciéndome perder el equilibrio-¡Mierdaa!-grité pensaba que iba a salir disparado hacia el agua, pero mi mano se mantuvo fuerte y sujeté el asidero con firmeza recuperando mi postura.

-¡Ha estado cerca! ¡ venga todo el mundo para adentro que aquí no hacemos nada!-grité esperando a que todos los presentes en el exterior me hicieran caso, aunque con el berrido que había pegado Pedersen dudaba que hiciera falta decir algo más.

La tormenta encrespaba el ánimo de Hallmar, su violencia parecía hacer disfrutar al capitán del Immram que la conducía con la habilidad de quien conoce bien su vehículo. Pero no había habilidad que valiera ante la violencia del mar, un golpe de ola golpeó violentamente la embarcación arrastrando a algunos de los tripulantes al mar.

—¡Kat! —gritó desde la radio del puente —. ¡¿Ha caído alguien al mar?!

Desde su posición no lo veía con claridad, por lo que detuvo el Immram dejándolo a favor de las olas por si había que rescatar a alguien que hubiera caído al mar. Los gritos de Katrine eran capaces de romper el muro de ruido de la tormenta y llegar hasta él.

—¡Está con el Bran, en popa! —respondió cuando su primer oficial cuando preguntó por Curtis, sin dejar de tomar aire, Hallmar encendió la megafonía del barco —. ¡Se acabaron las tonterías! ¡Todo el personal no esencial abajo! ¡AHORA!