Partida Rol por web

Vinacci permanecía absorto en la ventana cuando la voz de Lindsey atrae su atención de nuevo.
¿eh?... ah si... el diario. Decía que la colocación de las velas y del sarcófago... y el pentagrama... el diario hablaba de un boceto hecho por Marion. Esperad. Leámoslo de nuevo.

Vinacci abre el maletín y comienza a rebuscar. Finalmente extrae el diario y busca con rapidez la página adecuada. Seguidamente comienza a leer.

Dia 14 de marzo. El dia ha llegado. Los integrantes de la Hermandad oscura retornamos a Ross Corners en el caruaje de Harold. Marion se encuentra de muy buen humor, pues esta convencido del exito de este experimento y su alegria nos contagia a todos. Por indicacion de Marion, quien ha pasado varios dias estudiando los preparativos del ritual tal y como aparecen en de vermiis mysteriis, comenzamos la ceremonia. Encendemos un fuego en la chimenea del salon de atras, mientras Crawford dibuja meticulosamente una estrella de 5 puntas en el suelo con los simbolos que muestra el boceto de Marion. En su centro y flanqueado por un par de cirios negros colocamos el ambar. Seguidamente nos sentamos alrededor de la estrella, menos Cecil que vigilara que el ritual no atraiga a otros espiritus indeseados tal y como nos previene Marion. Marion portara el polvo der Ibn Ghazzi y el azufre. 16 de Marzo (con letra mas temblorosa y algo mas ilegible) Hemos puesto fin a nuestros planes y hecho un juramento de no hablar nunca de lo que paso hace un par de dias. La muerte de Robert y la locura de harold han sido explicados al sheriff, pero lo que realmente paso lo describo aqui. Marion lanzo un pugnado del polvo de azufre a la chimenea y un humo hediondo pronto se extendio por toda la estancia. Las llamas se oscurecieron y chisporrotearon con unas tonalidades verdes y marrones. Comenzamos a entonar el cantico que Marion transcribio de aquel maldito libro. Un par de horas vimos un humo que se elevaba en circulos proveniente del ambar, la cual parece burbujear y hundirse mientras comenzaba a formarse una extragna figura. Mejor dicho, no tenia forma y era practicamente invisible. Nos hablo con voz terible advirtiendonos de lo que iba a suceder, pero no supimos entenderlo. Marion lanzo sobre el el polvo de Ibn Ghazi y pudimos ver su forma con claridad: un ser sin rostro pero cxon una miriada de fauces en medio de numerosos apendices como brazos. El polvo parecio irritar a dicha criatura, que comenzo a borbotear, cambiando seguidamente su voz lanzando un aullido sobrecgedor. Yo estaba paralizado y tembloroso, en el suelo y sin atreverme a moverme. Cecil y Marion tambien parecian paralizados y Crawford comenzo a gritar incontroladamente. Robert por suparte se puso en pie y avanzo hacia la criatura con los brazos extendidos, como queriendo abrazarla. La cosa extendio sus brazos y le atrapo, retorciendo su cabeza como si se tratara de un mugneco, lanzando despues el cuerpo sin vida sobre Harold, quien comenzo a chillar y no paro siquiera cuando lo dejamos en la oficina del sheriff. Marion nos hablo, nos instaba a mantener la calma, para invertir el hechizo, pero Crawford, dejandose llevar por el panico borro el simbolo que habiamos dibujado en el suelo, y entonces vimos a la criatura subir hacia el desvan. Marion explico, ya en la oficina del sheriff, que Robert se retorcio el cuello cuando cayo del carro debido al vaiven ocasionado por el caballo cuando se partio una pata, y que Harold se golpeo en la caida con una piedra. Afortunadamente el sheriff se creyo la historia. Contar la verdad nos hubiera valido un viaje al sanatoriod e Arkham. 21 de Marzo. Hemos vuelto a Ross Corners a recoger nuestras cosas. Pudimos escuchar a la cosa sobre nuestras cabezas, en el desvan. Huimos dejando alli todo. 22 de Marzo Marion cree que la cosa esta ligada de algun modo a la casa debido al hechizo que lanzamos, y que no puede penetrar en la misma debido a los simbolos de proteccion que pusimos en los accesos, salvo por el desvan. Cuando todos los que hicimos el conjuro expiremos, la cosa sera libre y no estara atada a la casa, aunque se encontrara sin poder entrar en su interior mientras no se borren los simbolos para siempre. Marion dice que planea hacer el conjuro invertido, repetir el cantico al reves, lo cual permitiria expulsar a la criatura de nuestro mundo. Posponemos la ceremonia de expulsion
Vinacci alza la mirada.

Hasta Hoy. dice lentamente.

Cierra el diario con un golpe seco y añade:

El boceto del pentagrama... Mira entre las copias del hechizo. Son 36 hojas en total, puede que esté dentro..

Y en efecto. lo está.

Washiskowaho arrastra el cuerpo de barceló hacia un rincón.

Bauberg me imagino que le tiende la tiza que estaba en la caja de puros, y el boceto del pentagrama.

Washiskowaho, tras limpiar el polvo como puede con un pedazo de cortina, comienza a dibujar con mucho esmero y cuidado, mientras sus ojos muestran una gran concentración y una enigmática sonrisa se dibuja en sus labios. Parece completamente absorto.

La verdad es que el chaval tiene buena mano para esto del dibujo.

Mientras tanto Vinacci dice:
Habrá que encender el fuego para quemar el polvo de azufre. Podríamos usar algún mueble viejo del sótano. Y hacia allí se dirige respirando agitadamente por las fuertes emociones que acaba de vivir.

Bauberg busca en el sarcófago el trozo de ámbar y prepara las velas para colocarlas cuando el pentagrama este listo.

No se porqué pero creo que vamos a perder la cabeza al hacer este ritual. Si a alguien le atemoriza o se deja llevar por el pánico, el resto debemos tratar de contenerle. Incluso sería buena idea que nos atáramos para que nadie corra hacia la criatura como les ocurrió a los irresponsables que desataron esta locura.

Excelente idea, Mr. Bauberg dice Vinacci.

Unos minutos mas tarde ha subido algunas maderas del sótano y una cuerda que ha conseguido encontrar. Seguidamente enciende el fuego en la chimenea.

Recordad, el cántico no debe cesar en ningún momento o nuestro esfuerzo habrá sido en vano. Siempre tiene que haber alguien hablando mientras el resto toma aliento.

Una vez se ata la cuerda a la cintura, se la tiende al resto para que haga lo mismo.

¿Comenzamos? ¿Estáis preparados? Hagámoslo por Barceló. La tensión se refleja en sus ojos. Deposita su mirada en cada uno de los compañeros y finalmente en el cadáver del aviador.

Washiskowaho está extrañamente calmado y sonríe enigmáticamente mientras observa el pentagrama que acaba de dibujar.

Bauberg termina de ajustarse la cuerda en torno a la circunferencia de su estómago prominente. El anticuario está sudando y visiblemente alterado.

¡Un momento! exclama antes de empezar.

Leeremos por parejas, mientras dos leen, dos descansan. Así no habrá problemas y marcaremos el escrito para saber hasta dónde lee cada pareja, si alguien se sintiera indispuesto durante el rito, su compañero podrá seguir sólo. No miren arriba, sigan leyendo pase lo que pase. Esta que tengo en mi mano-dice levantando una pequeña caja metálica-Es una especie de polvo que según he entendido nos permitiría ver a la criatura, pero creo que si el ritual no lo exige prescindiremos de su uso para conservar nuestros cavales.

Como si el mismo Washiskowaho se hubiera apoderado de su alma, la sonrisa que en ese momento se dibuja en Lindsey parece impropia a la tensión, pero es que ver a Bauberg hablando en esos términos que antes creía imposibles le resulta gratificante, como si ella hubiera conseguido una heroicidad.

Sin perder el gesto de su cara, la cordura del momento continúa en sus palabras.

Otra genial idea, señor Bauberg. Haré las pausas en el libro - con un pequeño lapiz que extrae de su bolso, dibuja rayas entre los huecos de las palabras para crear distintos párrafos.

Con el inestimable trabajo de Lindsey marcando las pausas en las
cuartillas(el libro es solo el diario) y haciendo un pequeño ensayo
conseguís adquirir práctica y soltura. Es mas fácil de lo que parece y la
sincronización acaba siendo my buena, incluso con el joven Washiskowaho
que parece tremendamente motivado para realizar esta tarea.

Bauberg coloca el sarcófago (Sin ambar, claro. El ámbar desapareció hace
décadas) en el centro del pentagrama. En ese mismo instante, se escucha un alarido humano, procedente del exterior, pero bastante alejado. El alarido cesa abruptamente al cabo de unos pocos segundos.

El fuego está encendido y al usar el
polvo marrón, un hedor a azufre inunda la estancia, marcando el momento de
comenzar la invocación, mientras el polvo blanco sigue guardado en la cajita , hasta que sea necesario lanzárselo a Eso, si es que llega a serlo.

Lleváis 5 o 10 minutos recitando y estáis a punto de desanimaros, ya que nada sucede ni nada indica que estéis teniendo éxito cuando se puede escuchar un aullido unido a un desagradable gruñido muy poco humano procedente del piso superior, mientras escucháis las tablas del techo crujir bajo el peso de algo.

Ha vuelto. Y está enfadado.

Bauberg con los ojos abiertos como platos y fijos en el cuaderno, recita con la fe que nunca tuvo y el miedo que le acompaña siempre. Cuando el horrible sonido resuena, el anticuario cierra los ojos de puro terror y la garganta se le agarrota sin poder articular palabra. Al oír a Keys recitar a su lado, consigue restablecerse y unirse a las palabras de su compañero en el salmódico recital, aportando su dubitativa voz de barítono.

Lindsey se mantiene atenta a las narraciones, esperando su turno y haciendo uso de éste cuando le toca, así como haciendo especial incapié en pronunciar bien aquellos grafos de idioma desconocido.

El miedo se apodera de la joven en sobremanera, pero éste se mezcla con una incoherente ansia por continuar, esperando que algún espírito o algo de lo que tantas veces ha soñado aparezca.

Eso debe estar bastante enfadado. Gritos y gruñidos aterradores salen de su inhumana garganta. Bauberg está a punto de balbucear, pero la monótona voz de Washiskowaho le devuelve a la realidad y el judío consigue no parar ni medio segundo su recitado.

Pero, el suelo.. se ha movido.

Ha temblado bajo vuestros pies, de esto estáis seguros.

Y el temblor vuelve a repetirse mientras la criatura gruñe con renovada furia, mientras una estantería se desploma en el suelo.

Pero Washiskowaho parece incluso reir ante esta situación. Sonríe. Se está diviertiendo. Bauberg toma aliento y Ms. Marrow y Vinacci vuelven a continuar la ceremonia.

.......................................

El agotamiento comienza a hacer mella en vosotros y solo ha pasado media hora. Habéis leído ya un 25 % del conjuro y todo parece ir bastante bien. Incluso cuando Bauberg ha estado a punto de vacilar habéis conseguido mantener la calma pese al escándalo que hace el vecino del desván.

El tiempo pasa muy lentamente. Es una tarea tediosa y llena de tensión debido a un insoportable hedor que se filtra desde el desván, así como los horribles gritos de la criatura intentando, sin éxito, desconcentraros.

Pero estáis llegando al segundo folio. Os debe quedar poco, cuando la criatura queda de nuevo en silencio. Esto debe de haber tenido éxito...

Cuando unos gritos en el exterior casi interrumpen de nuevo vuestra concentración, mientras estaban leyendo Lindsey y Jean Philippe.

De hecho Lindsey bruscamente pierde el hilo y guarda silencio arriesgando el final de la ceremonia, aunque Jean Philippe consigue continuar las frases. La joven pronto se reincorpora al recitado, aunque en el exterior claramente se escucha una voz masculina.

¡Socorrooooo! ¡¡¡Ayuda!!!!

Es una voz masculina y grave. Coincide con la del vagabundo que estaba en la casa.

Bauberg se aferra con una mano a la cuerda, tanto para agarrarse el mismo como para evitar que nadie salga a lo que probablemente será una muerte segura.

Mientras espera su turno para leer, sus pequeños ojos miran fijamente a sus compañeros de forma severa.

Tenemos que terminar lo que hemos empezado, todos pensamos en salir corriendo, pero hay que quedarse. Determinación.

Lindsey gira la cabeza hacia donde procede el sonido, aunque rápida vuelve a mirar a sus compañeros con los ojos bien abiertos.

Continuando con la palabrería, y confiando de decir algo sin que Vinacci pare, se arriesga - ¡No podemos dejar lo que hemos empezado! Ut exerci algidus suboles exerci perscrutor...

Alga magis enim strages in malificrum statim nostrud in mox subscalpo lorem illum insigno ...

Continúa el recitado. Mientras en el exterior los gritos continúan.

Por favor.... ayuda... me duele.... a lo cual Vinacci responde aumentando el volumen de su voz en un intento por evitar perder la concentración y además poder cen PAM PAM PAM

PAM PAM PAM PAM PAM PAM

Una mano envuelta en unos mugrientos guantes con los dedos cortados golpea el cristal.

Ayuda... AYUDA.

Mientras tanto sus dedos dejan un pequeño rastro de sangre en el sucio cristal.

Los ruidos y gritos emitidos por el vagabundo atacan directamente la conciencia del anticuario. Algo en su interior hace que desee salir y salvar al pobre desgraciado, ser mejor persona, ser un héroe.

No puedo salir, no debo romper el ritual, es...demasiado importante.

Se dice a si mismo Bauberg para justificarse, aun cuando sabe que la razón de no salir es permanecer a salvo de lo que sea que esta destrozando al vagabundo. Que no es ningún héroe, sólo un vulgar perista trapichero que se siente a salvo recitando un conjuro antagonista de todas sus creencias y convicciones.

Mientras lee, Bauberg comienza a llorar.

La impotencia es más que evidente, pero continúa rezando en voz alta. No puede dejar de mirar la imagen a través del ventanal, y mirar de reojo a Bauberg.

El vagabundo sigue gritando, mientras recorre todas las puertas y ventanas, llamando. a los cristales y las contraventanas.

¿Alguien había cerrado la puerta? el vagabundo al salir, pero... ¿alguien echó la llave? ¿el seguro? ¿el cerrojo? Sea como sea este tipo sigue dando círculos alrededor de la casa sin entrar.

Quedan apenas 3 párrafos, la concentración es evidente. 5 minutos mas, quizás. Os duele la cabeza y los ojos de tanto mantener la concentración bajo la luz de la lámpara de aceite.

Mientras Bauberg y Keys estaban recitando su parte, comienza a formarse una estela de humo en el centro de la estrella. En ese mismo instante el vagabundo guarda silencio.

Washiskowaho se levanta sonriente mientras sigue entonando el rezo y se acerca hacia Bauberg, para seguidamente tomar la lata que el anticuario depositó a su lado.

Bauberg mira al vagabundo de forma hostil, pero ve impotente como se dirige a por la lata. Si él deja de recitar todo se irá al carajo, porque el maldito Sr Keys ha decidido ver a la criatura y de paso volver locos a todos los presentes.

Salvo que alguien le pare, claro... Y tu estás algo ocupadillo...