Partida Rol por web

Mientras voy llegando a la zona del taladro, escucho las palabras de Popov y le respondo de inmediato:

 - "Afirmativo, Popov. Ayuda a Billy pues la necesitaremos. Gawain, confirma nuestras órdenes en caso de que el taladro esté inutilizable: Necesito saber como saldremos si tenemos que dejar el vehículo."

Corro hasta entrar en el taladro y encontrar a los pilotos. Quiero saber qué ha pasado y cuantas son las posibilidades de ponerlo en marcha para largarnos. De todas formas tendremos que tomar un transporte aéreo para llegar a la Sirius Beta pero según imaginaba, la idea era sacar el taladro también.

COMUNICACION POR RADIO CON LA FLOTA:

- "Central, aquí Táctico Gawain de la Fox. El Sargento Mayor Focker requiere confirmación de nuestras órdenes en caso de que el taladro esté inutilizable. Requiere saber cómo será nuestra extracción en caso de no poder usar el vehículo." -

La situación era critica, la nube de humo que envolvía al vehículo taladro, nacía en una intensa bola de fuego que envolvía casi por completo la mitad trasera del taladro. Si el fuego llegaba al reactor, no pasaría mucho tiempo antes de que toda la zona estallase en una inmensa explosión. En el suelo, junto al taladro, se encontraba la cabo Ramirez hablando con los tripulantes del vehículo, uno de los cuales se notaba mal herido.

El grueso de los sobrevivientes del escuadrón ya se encontraban allí por lo que el mando volvía a caer en el sargento mayor Focker quien ya había hecho aparición. Atrás solo quedaban una sumamente cansada Wallace y Popov quien había optado por regresar por ella. Tan solo con ver el taladro, era claro que era poco probable que esa cosa aun funcionase. De ser así, todo había sido en vano, habían apurado su avance perdiendo ya a los dos infantes que habían intentado salvar hasta ahora, pues el fusilero Wimger, tal ser depositado por Bockman en el suelo, no daba respuesta alguna y su pulso se había extinguido.

La respuesta inicial del mecánico del taladro a lo preguntado por la sargento fue una fría mirada de incredulidad, casi como si le invitase a contemplar el fuego con mayor insistencia. -Salvo que tengan algún equipo de bomberos y muchos repuestos para las partes dañadas, no hay nada que hacer, estamos aquí varados. ¿Alguno de ustedes es medico?, mi compañero tiene gravemente lastimada la pierna- explicó señalando la pierna izquierda destrozada di quien era el piloto del taladro.

-Los oficiales al mando le confirman la orden, en caso de que el taladro esté comprometido, no debe quedar rastro alguno de su existencia-. Indicó la voz detrás de la transmisión provocando consecuentemente un largo silencio con el cual, el consejero Gawain creyó que no habría mas respuesta. De el otro lado de la transmisión, al fondo del sonido de estática producido, se escuchaban voces apremiadas que discutían. Al final, se hizo la luz.

-Hemos encontrado una solución, una F-90 Pegasus Skimmer está descendiendo en este momento para recoger a unos oficiales de inteligencia que están en la zona A. La hemos desviado para que descienda por ustedes y luego los lleve a la zona A-.

- "Sargento Mayor Focker. El Mando ordena que no quede rastro de la existencia del taladro.

Además, tenemos una alternativa de extracción, señor. Una F-90 Pegasus que se dirigía a la zona A para extraer a unos oficiales de inteligencia se detendrá primero a por nosotros antes de proseguir a la zona A." -

Burnette había estado oteando el horizonte en previsión de futuros ataques, y asintió satisfecho.

- Todo despejado, señor. No hay enemigos en las proximidades. 

Aferrando su rifle como si fuera el único ancla que le podría mantener en aquel lugar y no morir, Burnette se aproximó a Gawain cuando informó de la situación, y luego mostró su arma al Sargento Focker.

- Supongo que algunas granadas en el depósito y luego poner una considerable distancia borrarán el vehículo de la faz de Galdonia VI, sargento mayor.

Ante la fría respuesta del ayudante del piloto, Sonia sintió que el estómago se le revolvía. Si habían perdido el taladro, significaba que no iba a poder sacar a los suyos de allí. A los que le quedaban, al menos. La mera posibilidad de que eso sucediera la partía el alma.

Pero es que encima había más, lo supo en cuanto escuchó el comunicado del mando de boca de Gawain. Así que al final había que dar ese desgraciado paso.

- Descuide... - dijo a los hombres del taladro, enderezándose - Ahora mismo llamaré a nuestro médico.

Según dijo eso, se tomó unos segundos y entonces levantó el Morita para dispararle a la cabeza al mecánico, haciendo luego lo mismo con el herido. Un sólo tiro para cada uno, no era necesario más. Bajó el arma y se volvió, con la cabeza gacha.

- Volad el taladro, chicos. Ya oísteis las órdenes.- por un segundo, sólo un segundo, dio la impresión de que la voz y sus manos le temblaban.

Y es que en su cabeza sólo resonaba una cosa.

"¿A qué extremos estamos llegando?"

El explorador tenía cada vez más claro que necesitaba sentarse y dormir. Ese dolor de cabeza era algo terrible, y seguramente no iba a poder seguir adelante mucho más... Aunque hacía un buen rato que se decía éso a si mismo, y siempre acababa sacando algo de fuerza para tirar. Pero cuanto tiempo duraría éso, es algo que el explorador no podía asegurar de ningún modo. 

Los dos estampidos del rifle de la sargento sonaron en su cabeza como dos campanadas. Pobres diablos, tanto trabajo para que al final se rompiera aquel cacharro infernal y ellos acabaran muertos en aquella condenada bola de nieve del espacio. 

La Sargento hace el trabajo que yo debía ejecutar, lo que no me gusta pues ha tomado sobre sus hombros más peso del que debería alguien que ha sido recién ascendida. Dejo con cuidado a James en el suelo y, sacando mi medical kit, intento estabilizarlo por si es que sus heridas han comenzado a sangrar nuevamente después de su caída y la carrera sobre mis hombros.

Mientras hago eso, hablo a mis hombres:

 - "Esta bien, debemos asegurarnos de que ese taladro vuele y de que esa explosión no nos mate. También quiero un perímetro defensivo pues pueden llegar visitas en cualquier momento. Burnette, ayudarás a Billy cuando llegue a trabajar en el taladro. Todo el resto, tomará posiciones defensivas. Revisen su munición y prepárense para el ataque. Sargento, encárguese de la defensa."

Continúo vendando y aplicando los medicamentos necesarios mientras controlo las constantes vitales del Cabo. He aprendido harto del cuidado de enfermos a pesar de no tener una instrucción formal y académica. Contener las entrañas de tus compañeros para que no se salgan por las heridas dan una clara idea de la anatomía. He aprendido una buena cantidad que he complementado con libros y vídeos en mis ratos libres, lo suficiente para saber cómo vendar y como detener un sangrado.

Los problemas de James eran, ante todo, un corte largo y profundo en la pierna derecha, así como una cantidad indeterminada de contusiones que prometían costillas rotas, hemorragias internas, traumatismos variados...

Él andaba entre la consciencia y la inconsciencia, pero estaba claro que no servía de mucho, ya que cuando era capaz de hablar, sus farfullos daban a entender que tenía delirios completamente ajenos a la situación. Ignorante de que, caso de ser una carga, iba el siguiente en ser piadosamente muerto, se limitaba a estar tirado en la nieve.

Me coloco en la posición defensiva que me indican.

Saco un cargador empezado de escopeta y le extraigo los cartuchos. Recargo con cinco de ellos la Underslung Shootgun acoplada a mi Morita.

Bockman alcanzó el taladro agotado y sudoroso. Había corrido con Wimger todo aquel camino y cuando lo depositó en el suelo el maldito no respiraba. - Maldita sea, Popov, Wimger no respira, joder, a donde has ido? - Dice mientras lo busca al rededor, era el médico y sabía que el artillero llevaba un herido de muerte en sus hombros. No sabía que hacer, miraba al rededor por si alguien sabía hacer primeros auxilios o la reanimación, que a él no le habían explicado pues normalmente tenía que quitar vidas no salvarlas.

Dio un respingo cuando escuchó dos disparos olvidándose por un momento de Wimger y recordando que se encontraban aún en el planeta infestado de bichos. Nadie pareció alterarse ni gritar bichos así que sólo podía significar que los pilotos no iban a ser rescatados. No era el quien para debatir con su nueva sargento. - Yo aún tengo granadas si hace falta más cargas para destruirla. - Saca 5 granadas Frag y se las enseña a su compañero artillero. - Thomas toma por si te hacen falta. - Él no estaba en condiciones de disparar pues su vida aún podría correr peligro si no le curaban las heridas que sin duda se habrían empeorado con el sobre esfuerzo. Se quedó mirando a Wimger esperando que un milagro sucediera o el médico apareciera de repente para hacer un último milagro. - Maldita sean todos los de la flota y sus naves.

Al llegar hasta la técnico se encuentra totalmente exhausta. Apenas puede levantar las piernas, y honestamente yo también. Tal vez no pueda cargarla y tenemos una sola opción en este momento. Tengo la tranquilidad de que los demás ya deben haber llegado al taladro y sé que Focker no nos dejará atrás. Espero que mi presencia allí le dé esperanzas, la imaginaba sola en la nieve, sin saber si la esperarían, al menos ahora somos dos.

- Wallace, no ganaremos nada reventándonos, es posible que no lleguemos si continuamos corriendo desesperados. Apoyo una mano en su hombro. Vamos a tomar aire un momento. Descanse unos minutos, pero no nos detengamos. Caminemos hasta estabilizar la respiración y continuaremos corriendo.

Consciente de cuales eran sus ordenes y firme al cumplimiento des su deber, la sargento Ramírez, tomó la decisión de ser ella misma quien tuviera que llevar la carga de ejecutar a los tripulantes del vehículo taladro. Probablemente a consciencia de que tenia que empezar a asumir su deber y carga como líder; aunque el hecho de que el sargento mayor Focker quisiera siempre cargar con todo podría haber tenido que ver.

Dos disparos se escucharon en el característico silencio invernal de Galdonia VI, no había bichos en la zona como temieron algunos. En la realidad, la situación carecía de peligro, pero era mucho menos agradable. En una primera instancia la sargento había disparo al desprevenido técnico del vehículo en la cabeza quitandole la vida. El piloto, lleno de terror, se quedó mirando fijamente a la sargento Ramírez como si supiera ya lo que habría de ocurrir, la sargento rápidamente disparo de nuevo ejecutando ahora al piloto, si se hubiera tardado mas, su mente podría haberla traicionado.

Ahora había que hacerse cargo del taladro en si, el fuego le estaba consumiendo, pero con la ventisca que caía y la humedad del lugar, probablemente se extinguiría antes de quemarlo por completo; y aun así, eso no garantizaba que quedara destruido. Burnette había hecho una propuesta, pero con solo granadas de fragmentación podría no ser suficiente pues el taladro, tal como recordaban, tenia una carrocería muy dura y gruesa. Por suerte contaban en total con diez granadas de fragmentación y una de alto explosivo; aunque no les vendría mal mas poder.

Han tenido que volver a por ella. No es que hubiese cambiado el resultado, pero se siente bastante avergonzada por su estado físico en ese momento. Llegan al fin junto a los demás y el panorama no es muy prometedor. Ve los cuerpos de los técnicos en el suelo, tiñendo la nieve con el rojo de su sangre... han tenido que hacer lo inevitable.

Pero no es hora de pensar en eso...

-Tenemos que hacerlo volar. Creo que lo mejor es colocar la carga nuclear en el nucleo...

Está cansada de la carrera y no parece ayudarle a centrarse en lo que tiene delante.

- Gracias Bockman, pero la verdad es que sólo son conjeturas, en realidad no tengo mucha idea de cómo volar esta cosa - dijo, aceptando las granadas de su compañero - Probablemente Billy acierte con eso de poner cargas en el núcleo.

Echó un vistazo a su equipo y empezó a hacer inventario.

- Ahora mismo tengo  1 He,  4 granadas M-902 y 14 de fragmentación, sin contar las dos que llevo en el Triple GL... si ponemos todo esto en el núcleo y lo bombardeo desde lejos... quién sabe.

Me mantengo a la espera, vigilando el perímetro.