Partida Rol por web

Abrió los ojos y la vio a ella. No pudo estar más agradecido por ello, ya que llegó a pensar que podría no volver a verla. Pero no fue así, su voz y su rostro estaban allí para confirmarlo.

-¿Que si lo recuerdo?- a su mente llegaron tantos sucesos extraños que hasta llegó a preguntarse si no lo había imaginado- recuerdo que estábamos buscando algo raro en la casa. De repente vimos a la niña y a una presencia- al recordarla quiso tragar saliva, pero su garganta estaba demasiado seca como para hacerlo- una cosa. Me atacó, ¿no? ¿qué pasó después?

Y entonces volvió a recordar volvió la huida de su mujer respecto a ese ser. De su mujer y de aquella niña.

-¿La niña está bien?- no la conocía, y hasta era siniestra, pero le preocupaba su estado. También le preocupaba que todo fuera algo soñado por él y que su mujer no le entendiera... pero era demasiado real para él por sobrenatural que fuera todo.

La muchacha se puso seria al recordar lo vivido unos días atrás. La pregunta de Walter la llevó a pensar nuevamente en la niña, cosa que no se había permitido hacer mientras él se encontraba inconsciente. También el miedo que le provocaban esos recuerdos había impedido que hiciera un análisis muy profundo de lo sucedido.

-La niña... la niña se transformó en algo parecido a lo que te atacó- respondió susurrando. -Ella te defendió Walt... Si ella no hubiera saltado así, el monstruo habría acabado contigo. No sé que pasó con ellos después. Cuando volvimos al lugar luego de haberte puesto a salvo, no quedaban rastros de ninguno de los dos, como si nada hubiera ocurrido allí, es todo muy extraño.

El islandés que permanecía durante todo momento subido en la encimera, bajó de un salto ante el torrente de preguntas que le mencionaste. Sus gestos y su rostro no mostraban ningún ápice de querer mentir o querer ocultarte algo. Simplemente negó con la cabeza.

-Me temo que parrecía muy interresado en querrer hablarr a sólas con él. No pude sonsacarrle nada... Serrá mejorr que vaya a ver como se encuentrra su marrido. Yo estarré aquí durrante todo el día. Puede llamarrme parra lo que necesite Srta. Ross.-

Hizo una mueca por no poder ayudarte más, y finalmente asintió señalándote con la cabeza hacia donde se encontraba vuestra habitación.

Alex asintió ante las palabras de Erik y agradeció lo poco que éste le pudo informar. Mientras caminaba rumbo a la habitación para ver como seguía Walter se quedó pensativa al respecto. ¿Qué habría descubierto el doctor? Algo en esa autopsia era lo suficientemente oscuro como para querer sacar a su esposo del medio, así que cuanto antes averiguaran lo que ocurría, más pronto podrían saber a qué se enfrentaban y protegerse de eso mismo.

Así que era real, su mujer corroboraba esa historia fantástica, e incluso la volvió, si era posible, en más surrealista. La niña también se había transformado, y le había defendido, para luego desaparecer. Por fortuna, ellos dos estaban bien.

-Pobrecilla- dijo pensando en la niña, ignorando si en realidad ese ser que podía cambiar de forma era realmente una niña o un extraño espíritu o presencia- qué suerte que me defendió, creía que no lo contaba. Y me alegra ver que has salido ilesa.

No sabía cuanto tiempo había estado inconsciente, pero podía deducir que no era poco, el ataque fue feroz. Sin duda, habrían perdido el vuelo a Groenlandia, aunque puede que siguiera esperándoles en un futuro cercana.

-Lamento no haber podido seguir investigando- quizá su esposa se sorprendería al ver como Walter seguía hablando de trabajo cuando apenas estaba recuperado- la pista de Groenlandia parecía sólida. Pero aparquemos el caso por un momento, ¿ha pasado algo en mi ausencia? ¿qué han dicho Jack y Erik de todo ésto?

Alex tomó la mano de su esposo con ternura meintras él recordaba lo ocurrido. Toda la tensión vivida se había disipado y ella disfrutaba de ese breve momento de paz antes de volver a las preocupaciones que tenían entre manos.

-No te preocupes por tu investigación... aún estamos a tiempo de ir a Groenlandia. Poco antes de que despertaras me crucé con Erik en la cocina. Dijo que ya tenía el transporte para ir hasta allí, que podemos salir mañana a la mañana si ya estás bien- deliberadamente omitió decirle que podrían haber salido esa misma noche. A pesar de que la investigación de Walter era muy importante para él, acababa de despertar y su esposa no iba a permitir que algo malo le ocurriera por precipitarse unas horas.

-También dijo que te había llamado un doctor... supongo que se trataba del doctor que estaba haciendo la autopsia del cuerpo. Deberías llamarlo cuanto antes... al parecer de Erik, se lo oía ansioso de hablar contigo.

Así que la cosa no se había enfriado aún. Seguía esperando ir pronto a Groenlandia, pero estaba cansado, y sabía que a Alex no le gustaría ver a Walter en acción tan pronto. Por lo que intentó no parecer impaciente por volar de momento.

Sin embargo, había algo más, el forense, al que dijo que le llamara si descubría algo, se había intentado comunicar con él, y parecía tener prisa. Aquí Walter no pudo evitar las ganas de ponerse manos a la obra, tenía ganas de saber qué había descubierto el doctor. Seguramente sería algo importante a juzgar por su aptitud impaciente.

-Gracias, cariño- le dijo, tanto por los cuidados que le había ofrecido, como por la información- supongo que tendré que devolverle pronto la llamada, podría ser algo urgente- pero no quería que su mujer se preocupara por él- si a ti no te importa, claro. De todas formas, supongo que después de hablar con él podremos pasar un tiempo a solas.

La verdad es que necesitaba algo más de reposo, pero se había cansado de estar varios días sin hacer nada.

-Muy bien Walt- ella sabía cuan importante era este trabajo para su esposo, así que no iba a obstaculizar su camino -pero luego de hablar con el doctor, vuelves a descansar. No debes esforzarte demasiado, recién acabas de volver en sí y mañana nos espera un largo viaje.- Con cariño lo besó, lento al principio y con pasión después. Había estado a punto de perderlo y el hecho de tenerlo ahí, nuevamente con ella, totalmente entero, la hizo estremecer.

-Ve a hablar con el doctor mientras yo ayudo a Jack a preparar la cena. Un poco de actividad me hará bien a mí también- aunque las horas pasadas junto al lecho de Walter las había hecho gustosa, necesitaba despejar su mente y alejarse de los problemas por un rato. Tenían una árdua jornada por delante y Alex sentía que para resistir lo que se avecinaba, necesitaba volver a estar centrada, recuperar el dominio sobre sí misma.

Walter le sonrió a Alex, por comprenderlo. Su comprensión ra una cosa de ella que le gustaba mucho, aunque en parte se debía a que ya había asumido que Walter era un cabezota de ideas fijas. Fuera lo que fuese, a él le vino bien, quería llamar al médico.

-Vuelvo en seguida- dijo levantándose lentamente, para no forzar su estado- lo prometo.

Walter fue a buscar un teléfono, o a Jack, para que le proporcionara uno, sin duda quería ponerse en contacto con el doctor por si había averiguado algo nuevo.

Al volver a tocar suelo firme con tus pies sentiste un montón de pinchazos por todo el cuerpo. Aquello no te impedió acercarte al hall de entrada y encontrar el teléfono de servicio. Jack ya te había dado permiso para prender cualquier llamada que fuese de vital importancia.

Tecleaste los números del Dr. y al tercer tono fuiste recibido por una voz familiar al otro lado.

-¿Sí? Dr. Robert. ¿Quién es?- Su voz parecía muy delicada y alterada, como si estuviera muy ocupado con algún trabajo pendiente.

-Walter Ross al habla- carraspeó para despejarse la garganta, su garganta se había resecado al estar inconsciente tanto tiempo y aún se le resentía un poco- me han dicho que ha preguntado por mí, lamento no haber podido comunicarme con usted hasta ahora.

Pero Walter apenas podía ocultar su curiosidad, por lo que fue al grano.

-¿Ha descubierto algo interesante en el cuerpo al que le hizo la autopsia? ¿por eso me llamó?

Un silencio breve e incómodo se hizo dueño al otro lado del teléfono, parecía estar recordando el nombre de Walter Ross. Afirmó y te seguió escuchando con normalidad hasta que decidiste ir al tajo, pero realmente jurarías que no recordaba tu nombre.

-Ésteee... claro, le recuerdo. Vino ayer por la mañana, es cierto.

¿Está sólo? Mire, le seré sincero. Hans, el difunto marinero no se suicidó, fué asesinado por alguna criatura violenta y que desconozco... Podría tratarse de un salvaje animal... algún jaguar, pantera que tuvieran en la cubierta del barco. Pero hay algo extraño en todo ésto y es que no cuadra con la autopsia. Creo que ha sido algo mucho peor, una criatura nocturna de la que nadie cree en ellos. Un aparecido, un vampiro Sr. Ross.-

La verdad que ni él mismo se creía lo que estaba diciendo porque no creía en esas estúpideces, pero quiso escuchar tu opinión al respecto.

Apenas podía creerlo. ¿De verdad había dicho un vampiro? Era una locura, aunque claro, lo que él mismo había vivido días antes era igual o más extraño. Que algo paranormal empañaba el caso es algo que por desgracia había asumido en cuanto lo experimentó personalmente. De hecho por una extraña razón le parecía más plausible la opción del vampiro que la de un jaguar. Al fin y al cabo él había visto un ser que cambiaba su forma.

-Puede que se sorprenda de mi respuesta, doctor, pero puedo llegarme a creer esa teoría- esperó que en el otro lado el doctor expresara su sorpresa, pero continuó- el caso en el que nos hemos visto envueltos ha demostrado ser extraño desde el principio. Pero, ¿alguna idea de qué diantres hacía una criatura así en el barco o de por qué destrozó el cuerpo?

Al fin y al cabo, la leyenda decía que a veces se limitaban a extraer la sangre posando sus colmillos en el cuerpo de la víctima, sin causar más daño que la marca de sus dientes en el cuello.

Al principio le costó articular palabra, pues supuso que le tratarías como a un loco. Su estado de ánimo cambió al instante. Se sentía orgulloso de haber dado con la tecla, o al menos que no le despreciaras, así que siguió con un tono de voz profesional.

-Me temo Sr. Ross que va a tener que comprobarlo con sus propios ojos para tener esa respuesta. Yo... jamás había creído en éstas criaturas, y... y... Dios, es todo tan extraño. Encuentre ese maldito barco, y tenga cuídado. Le mantendré informado si encuentro algo revelador.-

Te resultó un tanto extraño que de pronto colgara el teléfono, como si tuviera prisa por continuar con su trabajo, o al menos te dió esa sensación.

Se sorprendió a la reacción del doctor. Sin duda parecía concentrado en su trabajo, y no quiso molestarlo más. Además, había colgado el teléfono. En fin, colgó él también el teléfono con la esperanza de que si el doctor tenía algo más que añadir sería él mismo quien le llamara con lo que tuviera que contarle.

Por hoy había tenido muchas emociones, y pronto partiría para Groenlandia. Sería un viaje muy largo, y necesitaba descansar. Descansar, y pasar el tiempo con su mujer. Había perdido mucho tiempo al estar inconsciente y la echaba de menos. Así que fue a buscarla.

Tras finalizar la llamada Walter fué en busca de su esposa. Alex. se encontraba en el interior de la cocina, al parecer tratando de liberar de su mente todo lo vivido del día anterior.

Se encontraba sóla, cercana a la zona del fregadero...

Tras haber ayudado a su esposo a bajar las escaleras y dejarlo junto al teléfono, la chica se dirigió a la cocina para ayudar a Jack a preparar la comida. Demasiadas cosas habían pasado los últimos días y necesitaba aclarar su cabeza y para ello nada le venía mejor que meterse en su hábitat natural, el lugar donde podía demostrar lo buena que era.

Mientras lavaba unas verduras junto al conserje, su esposo regresó de haber conversado con el doctor. Alex levantó la vista al verlo ingresar caminando lentamente porque aún no se encontraba totalmente repuesto y sonrió con cariño. Luego levantó una ceja interrogante, porque quería saber qué tal le había ido con la llamada.

-¿Y bien? ¿Valió la pena el que salieras tan pronto de la cama cariño?- no había reproche en su tono. La mujer sabía que una vez despierto, sería muy difícil mantener a Walter quieto y que ya tuviera algo que hacer la aliviaba; eso evitaría que él se pusiera a darle vueltas a lo cerca que había estado de morir.

Se alegró al ver que Alex se preocupaba por él, pero agitó una mano para restar importancia al asunto.

-Estoy bien, y me venía bien algo de ejercicio.

Sin embargo, lo siguiente que diría era extraño, y no sabía como se lo tomaría ella. Aunque visto lo visto, quizá ella se sorprendiera casi tan poco como él mismo cuando se lo dijo el doctor.

-Vampiros- miró a su mujer y casi osciló una sonrisa- sí, lo sé. Es de locos. El doctor dice que la víctima encontrada en lo muelles fue asesinada y dejada sin sangre, sugiriendo que el asesino es un chupasangre. Ayer- luego rectificó, al recordar que estuvo inconsciente los dos últimos días- Hace unos días me habría reído de él, pero ahora... además, no parece de los que crean en esas cosas. Sin duda algo le ha llevado a esa conclusión, algo contundente.

A pesar de su afición a la bebida, el doctor parecía sincero.

Tras lo vivido, Alex creía que ya nada podía asombrarla. Sin embargo, las palabras de su esposo consiguieron ese efecto. Vampiros? es que acaso estamos en medio de una jodida película de terror? Primero fantasmas, luego hombres lobo y ahora vampiros... qué sería lo siguiente? Frankestein saliendo del cobertizo? Menos mal que estaba viviendo aquello. Si alguien se lo hubiera contado, hubiera creído que le tomaban el pelo. Pero aquello era real... y Walter había estado a punto de morir. No se trataba de un film.

-Tendría que decirte que no me asombra... pero no es cierto. Aunque con todo lo que ha pasado estos días no es de extrañar, solo que... en fin, no importa. Por lo visto debemos conservar la mente bien abierta- sonrió y dejó lo que estaba haciendo para acercarse a él y darle un beso.

-En un rato tendré lista la cena. ¿Algo más que te haya dicho el doctor? ¿Has quedado en verlo antes de partir o eso queda para la vuelta?