Grecia, Atenas, proximidades del Santuario.
Hace 5 años que la guerra contra Hades finalizó. Cientos de vidas se perdieron en las corrientes del tártaro y decenas de armaduras se han quedado sin dueño. Por eso Saori, la Diosa Atenea, tras el enfrentamiento, ha tenido que hacer diferentes cambios sobre sus caballeros santos.
Uno de estos cambios es que ahora, más armaduras, están complementadas con armas. Los soldados santos ya no pelean con las manos desnudas, o al menos no todos.
Otro de los cambios es que las valquirias, las guerreras santas, solo tienen que llevar la máscara que cubre su rostro en el Santuario. Cuando salgan al exterior podrán llevar el rostro al descubierto.
Y, por último, el resto de caballeros que quedaban salieron a buscar nuevos candidatos para portar las armaduras santas.
Ahora, con los pocos caballeros que quedan de vuelta, también han regresado con ellos todos los candidatos que quieren portar una armadura al servicio de Atenea. Sin embargo, no todos serán dignos aunque todos tienen esperanzas en serlo...
Vosotros estáis entre estos esperanzados jóvenes. Acabáis de llegar al Santuario con unos pocos efectos personales y un soldado os corta el paso.
A ver, quien tenga la ficha subida puede postear.
Esto es pre-partida. Podéis describir hasta que llegáis en frente del soldado.
Habia crecido cerca del santuario, desde pequeño habia visto las grandes proezas de sus santos y soñado con ser algun día uno de ellos. Ese día parecía ya más cerca, había entrenado duro y aunque se que mi enorme cuerpo de más de dos metros no sería determinante tambien es cierto que mi enorme fuerza no iba a ser un impedimento.
Me paro un segundo para observar una vez más la grandiosidad del santuario con la vista de las doce casas de los santos dorados. El bosque de camino es tranquilo y me relaja, habia paseado por esos mismos bosques multitud de veces pero es la primera vez que necesito que se me calmen los nervios.
Había oido rumores de lo mermado de la orden en estos días y que por eso buscaban a jovenes reclutas, posiblemente hubiera bastantes más reclutas de los necesarios y muchos no llegasen a santos.
¿Ocurre algo? le pregunto al soldado que me corta el paso desde mis más de dos metros de altura, a muchos le resulta intimidante aunque no hago nada por parecerlo.
- Alto... - Te dice colocándose justo delante de ti. Antes de continuar te mira de arriba a abajo. - Novato...
A pesar de ser mucho más alto que él y más fornido, el guardia ni se inmuta ante tu presencia. O ha visto a muchos otros como tú o disimula muy bien su nerviosismo.
- Supongo que vendrás para hacer la prueba. - Te vuelve a echar otro vistazo. - Bien... Tienes que ir a la izquierda. Bajando por unas escaleras llegaras a una sala donde aguardan otros reclutas. Espera ahí y no montes jaleo.
Te lo dice de forma monótona, casi automática, y se echa a un lado.
Tras recorrer todo el camino desde Rusia hasta Grecia, había llegado hasta su destino, un viaje acompañado solo por un petate y su determinación.
El viento soplaba levemente por el santuario, levantando débilmente su capucha, pero no necesita tenerla levantada para ver su destino, ahora se encontraba en la cuna de los grandes santos, en el santuario.
Tras duros entrenamientos en tundra helada de Siberia, donde campos de hielo y nieve se alza sobre un horizonte blanco sin fin, donde el aliento es congelado una vez que se escapa del cuerpo, donde el cuerpo es sometido al frío mas intenso, donde las almas de los muerte deambulan en las tempestades, buscando un lugar donde descansar eternamente.
Cuando te acercas a la entrada, el guardia te cierra el paso, lanzandote una mirada de arriba a abajo.
- Supongo que vendrás para hacer la prueba. - Te vuelve a echar otro vistazo. - Bien... Tienes que ir a la izquierda. Bajando por unas escaleras llegaras a una sala donde aguardan otros reclutas. Espera ahí y no montes jaleo.
Te lo dice de forma monótona, casi automática, y se echa a un lado.
Al fin había llegado al santuario, no estaba tan lejos de donde entrenábamos con Donovan, esperaba finalmente conocer a los tan famosos santos, aquellos que partían el suelo con patadas y abrían el cielo con sus puños.
Mi andar era tranquilo, mirando hacía todos lados con el arma preparada para ser desenvainada en cualquier momento, quien me viera podría creer que veía a un fantasma pues mi andar no producía ruido alguno y era ligero como si apenas apoyara los pies en el suelo.
La capucha y capa negra con la que viajaba estaba bastante maltrecha por estos años de entrenamiento y mi cabello estaba más largo, saliendo mechones escarlata por los costados de la capucha.
Note a una gran mole de músculos delante de un soldado, sería acaso otro pretendiente? Solo esperaba que no fuera pretendiente a mi armadura, o eso serían problemas.
Me coloque a un costado de este, levantando la vista para mirar directamente al soldado.
-Vengo a ver a los santos, que tengo que hacer?-
No me extraña que el soldado no se intimide por mi tamaño, y aunque es un poco seco no le doy importancia, voy a seguir mi camino cuando oigo una voz detras mia. Me giro y veo a un chico con la ropa raida, posiblemente gastada por el viaje, ¿de donde vendría?
¿Eres otro aspirante? este soldado me dijo que fuera hacia alli. Digo señalando a la izquierda. Si quieres ven conmigo. Le sugiero con una sonrisa. Si quieres ser un santo espero que seas fuerte o te destrozaran. Digo sin malicia ninguna pues bien se que los más grande aqui no tienen por que ser los más fuertes.
El joven misterioso levanto su cara un poco para ver quien le había dirigido una palabras para acto seguido seguir mirando el camino que debía de emprender, no dirigió palabra alguna de agradecimiento, simplemente continua con su marcha pasando al lado de la grandullón, hasta dejarlo tras de si.
- Вы не должны помогать тем, кто вполне может быть под стать брони, что доброта твоя может стоить много. -
( no deberías de ayudar a aquellos que bien podrían ser tu rivales para tu armadura, esa amabilidad tuya podría costarte mucho.)
presupongo que apo hablo en griego.
Uno de los recien llegados dice algo que no entiendo y yo me limito a encogerme de hombros y hacerle un gesto amistoso para que me sigue, debe ser dificil estar en un sitio en el que no entiendes a nadie asi que me dispongo a ayudarle en lo que pueda.
El sujeto grande me contesto, aunque no se si fue a mi o al otro chico que también llevaba una capa de viaje, sea como sea la información era la misma, como así el lugar adonde teníamos que ir.
Escuche al sujeto decir algo en otro idioma, sonaba extraño, como de Europa del este, ya nos enteraríamos.
-"Pareces conocer este lugar"- le dije al único que suponía que me entendería.
Desde atrás, observo la escena. Sonrío ligeramente.
Acabo de llegar, pero me ha sorprendido escuchar por estas tierras mi idioma materno.
- Ha dicho que no deberías de ayudar a aquellos que bien podrían ser tu rivales para tu armadura. Que esa amabilidad tuya podría costarte mucho - traduzco mientras me pongo a su altura -. Yo en cambio opino que hay momentos para todo. Me llamo Yelena - añado después.
Y, por si acaso, repito la presentación también en ruso.
- ¡Dejaros de charlas y entrar! - Os dice a los cuatro el guardia. - La prueba va a comenzar en cinco minutos.
Aunque a los nuevos nos os ha dado indicaciones, deducís cual es vuestro destino al ver a decenas de jovenes dirigirse hacia un mismo lugar.
Al cabo de un par de minutos, llegáis a una gran sala, hecha completamente de madera, con varios bancos y un pequeño lavabo en uno de los extremos. Está repleta de aspirantes como vosotros. Algunos armados, otros no; algunos llevan ropas harapientas, otros chandal o ropa de calle mientras que unos pocos llevan algún tipo de protección como rodilleras o coderas. Echando un simple vistazo podéis ver dos tipos de aspirantes claramente diferenciados: los que están completamente convencidos que van a conseguir su armadura y fanfarronean sobre ello, y los que, por el contrario, se mantienen calmados, distantes y en silencio. Allí, en aquel momento, no habéis ido a hacer amigos, estos los haréis si conseguís vuestras armaduras. Todo el que se encuentra en aquella sala es un enemigo potencial.
Cuando lleváis un par de minutos allí, un encapuchado entra en la habitación.
Si os parece, ya que es el prólogo, vamos a adelantar un poco la escena a no ser que alguien diga lo contrario.
- Bienvenidos a todos. - Saluda el encapuchado. Todo el mundo guarda silencio.
Por su voz es claramente un hombre, teniendo un tono grave y profundo. Va vestido de manera muy sencilla: deportivas, vaqueros y una sudadera con capucha que le cubre el rostro. Mide un metro setenta y cinco aproximadamente y, por lo que parece, es de complexión estandar, no es ninguna montaña de músculos. En una de sus manos lleva varios trozos de tela de diferentes colores.
- Todos ustedes están aquí porque quieren optar a vestir una de las armaduras santas de Atenea. Para conseguirlo, primero tendrán que pasar por una breve prueba. - Empieza a decir mientras va repartiendo los pedazos de tela. - Cada uno de ustedes llevará uno de estos pañuelos. - Y levanta uno para que todo el mundo lo vea. - Deben ponérselo en algún lugar visible. - Parece que los está repartiendo de forma aleatorio. - Cuando salgan a la arena, en el otro extremo, aparecerá otro grupo de de jóvenes que también llevarán pañuelos. Su objetivo es vencer a aquel que tenga su mismo color.
Se acerca a ti, Yelena, y te entrega uno de color azul celeste. (Si no llevas mascara, de uno de los bolsillos interiores te entrega una)
- Pueden usar todo tipo de armas y habilidades.
El amarillo es para Opa.
- Al igual que pueden emplear el entorno.
Para Alexander el Rojo.
- Ustedes deciden si quieren matar a su adversario o no. - Ante este comentario, algunos de los reclutas parece que se mueven incómodos.
Y el morado para Artemias.
- También deciden si quieren ir exclusivamente a por su adversario o atacar a más.
Sigue caminando entregando el resto de pañuelos.
- Aunque solo pasarán la prueba si logran abatir al que tenga su mismo color.
Una vez entregados todos los pañuelos, se dirige a una puerta de doble hoja que hay en la sala.
- ¿Alguna pregunta hasta aquí?
Si no tenéis ninguna pregunta, continuamos.
Hacerme todos las siguientes tiradas:
Turno: 1d100 + el turno del arma que uséis (los magos, psíquicos y tao usan el turno natural al no llevar arma).
Advertir: 1d100 + advertir.
Defensa: 1d100 + la defensa que uséis. Ya sea parada o esquiva.
(Yelena, al ser la única novata, creo, tu defensa se basa en crear escudos y defenderte. Para ello primero tienes que tener la magia necesaria para poder crearlo. Creo que el escudo de Luz cuesta 50 y tu acumulas por asalto 40, así que si no te atacan en el primer asalto no pasa nada porque acumulas magia para el segundo, teniendo 80 y pudiendo hacer el escudo y si quieres otro hechizo más con los 30 que sobran. Si te atacan y quieres defenderte en ese primer turno, una opción es gastar un punto de cansancio que te sube el ACT a 55, y así puedes usar el escudo. Una vez creado el escudo, lo puedes mantener sin problema varios turnos y usas tu proyección para defenderte. Así que tendrías que tirar 1d100 + proyección mágica).
Alexander, creo que tú sí que conocías el sistema, así que no te digo nada. Pero si me equivoco dimelo y te explico.
¿Alguna duda de reglas o de algo?
Me ato el pañuelo al cuello y me pongo la máscara. No sabía que me la iban a dar tan pronto. Apenas soy una candidata, y ya me tapan la cara. Bueno, menos mal que no es la primera vez que las llevo...
Miro a los tipos con los que he entrado.
- Parece que no vamos a ser oponentes en esta ocasión - murmuro, para que sólo el grupo me oiga.
Mi voz suena rara bajo la máscara, pero ya me acostumbraré a ella.
-"Eso parece"- dije apartando un poco la capa por encima del hombro derecho para dejar el brazo visible, atando el pañuelo sobre el bicep.
Comencé a caminar a paso seguro hacía la puerta al tiempo que desenvainaba el estoque y me concentraba en ocultar mi presencia a fin de tomar por sorpresa a mi rival...
Tirada oculta
Motivo: Turno
Tirada: 1d100
Resultado: 98(+65)=163
Tirada oculta
Motivo: Advertir
Tirada: 1d100
Resultado: 24(+50)=74
Tirada oculta
Motivo: Esquiva
Tirada: 1d100
Resultado: 62(+75)=137
Activo Indetección
Si alguien me vence supongo que merecerá más la armadura que yo. Es mi única contestación a la chica que me traduce lo que dice el extranjero.
¿Matar..? murmuro incomodo, eso no me gustaba y no me cuadraba con lo que sabía... aunque tampoco era demasiado. Enrollo el pañuelo y me lo ato como una bandana en la cabeza lo que dado mi altura lo dejaba bien visible para que mi oponente lo encontrara, estaba claro que ocultarme no iba conmigo.
Mejor que no seamos rivales, os conozco poco pero no me gustaría tener que eliminaros. Digo guiñandoles un ojo acto seguido junto mi puño derecho con mi palma izquierda concentrandome durante menos de un segundo mientras cierro los ojos, la temperatura parece bajar levemente a mi alrededor y la luz hacer un efecto extraño.
Motivo: Turno
Tirada: 1d100
Resultado: 87(+75)=162
Motivo: Adpvertir
Tirada: 1d100
Resultado: 73(+50)=123
Motivo: Parada
Tirada: 1d100
Resultado: 16(+75)=91
Para el que conozca Nemesis supongo que se dara cuenta que empecé a usar extrusión de vacio.
En este turno, paso entonces de la defensa. Al siguiente ya me lanzo la armadura de luz o lo que sea.
(Perdona por la doble tirada, fallo técnico en la anterior, no sumé el 65).
Motivo: Turno
Tirada: 1d100
Resultado: 34
Motivo: Turno
Tirada: 1d100
Resultado: 30(+65)=95
Motivo: Advertir
Tirada: 1d100
Resultado: 100(+50)=150
A no ser que yo lo diga, no hace falta que las tiradas las hagáis ocultas.
Artemias, sacaste en turno 98+ 65= 163, tirada abierta. Así que tira 1d100 y sumale 163.
Recuerdo que si se saca en el dado 90 o más, se vuelve a tirar y se suma todo.
Si se saca 1, 2 o 3 es pifia. Se vuelve a tirar para ver el nivel de pifia. Cuanto menos se saque, mejor.
En ese caso, entiendo que vuelvo a tirar advertir.
Ains, volví a olvidar sumar el modificador.
Sería: 150 + (84 + 50) = 284
Motivo: Advertir 2
Tirada: 1d100
Resultado: 84(+150)=234