Partida Rol por web

Tras haber localizado mi pañuelo voy a su posición para hacerme con él, durante el camino trato de localizar si alguien necesita ayuda por las heridas recibidas para protegerlos si hace falta o si alguien esta atacando al encapuchado ayudarle a hacerse con su pañuelo.

Contengo un grito de dolor cuando las rocas me golpean antes de que pueda formar el escudo. 

No aguantaría otro golpe como el que acabo de recibir. Mi poder reside en mi magia, no en mi fuerza o resistencia. Soy mejor esquivando que resistiendo impactos, a pesar de que me estén dando de lleno. 

Solo puedo intentar conseguir el pañuelo cuanto antes...

Acumulo mi energía mágica y lanzo mi conjuro de espía luminoso. 

Sólo espero que pueda volver con el pañuelo antes de que las rocas me aplasten. 

Las  matrices  de  Alexander, con  formas de  aurora, van directos  hacia  el  encapuchado, las  cuales  golpean  en  su  escudo, congelando  parte  de  el, dejando  ver  a  simple  viste  una  semicúpula  a  su  alrededor.

Al tener mi pañuelo y notar que las piedras y viento ya no me atacaban me quede en mi lugar, y até el pañuelo en la misma posición que el que ya tenía pero en el brazo contrario.

Si la prueba era conseguirlo, entonces ya no había nada más que hacer, solo esperar, además cuándo pedí asistencia no me la dieron, por que debería ayudarlos?

Como  ya  estáis  acostumbrados, las  rocas  se  empiezan  de  nuevo  a  elevar... Sin  embargo, esta  vez  es  diferente. 

El  ataque  esta  vez  es  de  una  brutalidad  y  fuerza  imparable, golpeando  rocas, ruinas   y  todo  lo  que  se  encuentra  a su  paso. Sin  embargo, no  se  dirige  a  todos  los  participantes, sino  solo  a  aquellos  que  se  había  girado  a  atacar  directamente  al  encapuchado  olvidandose  por  completo  de  los  pañuelos. 

De  esta  forma, todo  aquel  que  se  encontrara  en  el  círculo  de  pañuelos  o  que  había  intentado  conseguirlo  de  alguna  forma, no  sufría  ataque  este  turno.

Todos  aquellos  que  tienen  el  pañuelo  ya  cogido, siguen  teniendo  a sus  pies  un  pedazo  de  roca  levitando  de  medio  metro  de  diámetro.

¡Al fin! 

Observo cómo el espía de luz cumple su cometido y no tarda en regresar rápidamente con el pañuelo azul que me corresponde. 

Lo cojo y me lo ato en el cinturón, en uno de los costados. No quiero que me estorbe en brazos ni piernas. 

¿Y ahora? 

Miro qué es lo que sucede a mi alrededor mientras acumulo energía. Sé que lo más sensato ahora mismo es poner remedio a mis heridas, o no seré de gran ayuda, ni para lograr mi objetivo ni para colaborar con los demás. 

Si veo que alguien no es capaz de parar las piedras, puesto que parece que la que se ha quedado levitando a mi lado no tiene pinta de ir a golpearme, utilizaré mi escudo para ayudar. Eso sí, sólo si es estrictamente necesario. Al menos, mientras no tenga suficiente magia como para curarme. 

Parece que el proximo ataque va a ser especialmente duro pero aunque lo intente no llegaré a tiempo a ayudar a los que lo sufren, chasqueo la lengua con algo de fastidio por perderme la pelea, observo la piedra que levita delante de mi y me parece una invitación asi que me subo a ella...

Al  mismo  tiempo  que  Opa  sube  a  su  piedra, la  chica  que  había  corrido  en  primer  lugar  hacia  los  pañuelos  también  lo  hace.

Al  mismo  tiempo, las  rocas  empiezan  a  elevarse  llegando  a  la  misma  altura  del  encapuchado. 

- Hummm.... - murmuro mientras observo cómo las piedras se elevan -. Interesante... - añado mientras me acerco a la que se ha elevado justo a mi lado. 

Espero que sea esto lo que tengo que hacer a continuación. 

En  cuanto  subes  Yelena, la  piedra  empieza a  elevarse  hasta  alcanzar  la  altura  del  encapuchado. 

A  vuestro  alrededor, las  rocas  siguen  golpeando  a  aquellos  que  no  han  conseguido  su  pañuelo. 

Miro hacia abajo a los que todavia siguen en la prueba, si veo alguno apunto de morir no pienso quedarme parado y me lanzaré a auxiliarlo.

Hay  demasiada  gente, polvo  y  rocas  volando  como  para  poder  fijarte  bien  en  la  gente. Además  estás  bastante  alto, cosa  que  dificulta  tu  propósito. 

Al notar que las piedras que flotaba parecían ser plataformas para elevar a los que habían pasado la prueba, suspiré.

Pensé que iba a tener que destruirla para comprobar mi fuerza o algo así...

Me subí a la misma, procurando mantener el equilibrio sobre la misma.

Utilizo un hechizo de curación sobre mí mientras miro cómo se desarrolla la pelea abajo. 

Más que por mi propio estado, es por si acaso interceder en la pelea hace que yo salga mal parada. Pero voy a hacer lo que pueda desde aquí arriba.