Partida Rol por web

La mañana no ha amanecido demasiado fría. Hacía tiempo que no descansabais tan bien como esta noche. Las guardias han sido tranquilas y la despedida de Belegilf no ha sido más que un hasta pronto, ya que esperáis verle tras vuestra vuelta de las cuevas.

El camino que os separaba de la cueva en el bosque de los trolls no ha sido largo. Habéis viajado durante un día y una noche y ya os encontráis cerca de la explanada donde encontrastéis la cueva tiempo atrás.

El sol hace poco que ha hecho su aparición pero no calienta aún lo que debiera. En un primer vistazo véis la entrada de la cueva a lo lejos. Sin embargo, la gran visión de los elfos revela otro estado de cosas. A la derecha de la entrada de la cueva véis cuerpos humanos desenterrados de las tumbas de las que descansaban y notáis que la entrada de la cueva está rodeada de cascotes de piedra desprendidos del controno de la misma.

Belegilf tenía razón, alguién o algo a estado (o está) en la cueva, será mejor que vayáis con cuidado.

Deteneos!! - digo en voz queda, poniendo mi mano sobre el hombro de Amrod, que va delante - alguien ha estado aquí, y no se ha tomado molestias para esconder su visita. Quizá continúen ahí.

Saben a lo que se enfrentan y estarán preparados, pero quizá no nos esperen tan pronto. Creo que lo mejor en estas circunstancias es buscar una posición desde la que observar la entrada de la cueva sin ser vistos, y tenderles una emboscada cogiéndoles por sorpresa. Si entramos ahora, estaremos en desventaja.

Cuando termino mi frase no puedo evitar mirar a Carster. El brillo de su mirada y la tensión de su cuerpo indican que desea combatir cuanto antes. Sé que no estará de acuerdo con mi idea.

Ya estuviste a punto de morir una vez...la virtud de la prudencia puede darnos una victoria más fácil - le digo, tratando de convencerle.

- Sé que de haber alguien allí Anäril, tu estrategia nos daría ventaja, pero no sabemos si esperaríamos aquí en vano.- Me acerco hasta él, para poder hablar con más comodidad- Debemos recordar que hemos venido a averiguar que han venido a buscar. Si nos demoramos esperando y ya se ha marchado quien viniera y haya profanado esos cadáveres, bien podríamos perder la ocasión de darle alcance.

Ranëdhel tiene razon, ademas solo le veo sentido esperar para disparar a algo si es que luego te lo piensas comer

Juego con el pomo de la espada algo divertido cuando escucho a anaril

Parece que no era mi momento de morir, ya llegara, pero mientras tanto me queda muchas batallas que luchar, y esta vez no me quedare en una puerta para atascarme

En el momento que noto el contacto de la mano de Anäril sobre mi hombro, dejo de avanzar y escucho atentamente la conversación que se produce entre éste, Carster y Ranëdhel.

Por una parte, esperarles es una buena idea, ya que sería muy beneficioso para nosotros, cogerles por sorpresa y además en un espacio amplio.

Pero por otra, han podido salir por otro sitio que desconozcamos y como bien ha dicho Ranëdhel, esperar en vano.

Si entramos y nos trabamos en combate tendremos el inconveniente de los estrechos pasillos de la cueva y nos faltará movilidad para atacar.

En cualquier caso tenemos que decidir cuanto antes. Si yo tuviera que elegir, preferiría esperar, ya que es más ventajoso para mis disparos con el arco, pero si decidimos entrar sacaré la espada.

Espero a que todos hayan expresado su opinión y luego hablo:

-Coincido con Ranëdhel, es demasiado probable que tengan intención de entrar por aquí y salir por otro lado, igual que hicimos nosotros; Pero es cierto que entrar a ciegas en la cueva es una locura, lo mejor será intentar averiguar algo de nuestros adversarios: Si es verdad que son tantos que estemos en desventaja contra ellos dentro de las cuevas y, si es posible, su identidad.

Me giro hacia mi compañero que acaba de hablar y digo:

-Amrod ¿Tú podrías buscar huellas en la entrada de la cueva? Si alguien ha estado removiendo la tierra y desenterrando cuerpos, por fuerza ha tenido que dejar algún rastro, e incluso la ausencia de pisadas perceptibles podría ser una pista sobre la identidad del asaltante...

Yo, que durante incontables años he luchado contra las criaturas más oscuras que pueblan la Tierra Media. Yo, que he sido comandante de los guerreros elfos más leales en batallas perdidas antes de empezar, que he visto caer compañías enteras de amigos, de hermanos...Yo, Anäril, Noldo, debo ver ahora cómo unos niños imberbes cuestionan mis órdenes y me dicen cómo debo llevar a cabo una acción de guerra...

Conteniendo mi indignación a duras penas, me levanto y me alejo unos pasos del grupo, simulando mirar en dirección a la entrada de la cueva para evaluar la situación.

Al menos Amrod ha hablado con sentido - respiro, consiguiendo controlar mi enfado - y el siempre prudente Elerin parece estar de acuerdo con ellos. Estamos en manos del destino...Tal vez ésta sea una prueba que se me ha impuesto. Un capitán debe inspirar respeto, no miedo, sin importar que dirija a hombres o a elfos.

Que así sea entonces, entremos - volviendo al grupo, miro a Amrod asintiendo con la cabeza - ...pero tomemos antes unos momentos para buscar en la entrada alguna pista como sugiere Elerin, o iremos aún más a ciegas a enfrentar lo desconocido.

Me acerco a Carster y le hago una señal para indicarle que me gustaría hablar con él en privado.

Carster, sé que nuestras ideas son muy distintas, y es probable que mis palabras no signifiquen nada para ti, pero aún así te ruego que me escuches... - susurro tomándolo con suavidad del hombro para apartarle un poco del resto.

Te he visto combatir, y tengo la sensación de que tu propia vida no tiene valor alguno para ti - le hablo intentando que note la intensa sinceridad de mis palabras, es evidente que no es fácil para mi dirigirme a él de una manera tan íntima, como también lo es que no le convenceré esgrimiendo mi autoridad marcial - Eres valiente, sin duda, pero me complacería que consideraras los riesgos que asumes con tanta despreocupación.

No es sólo tu vida la que aquí está en juego, cada uno de tus compañeros depende de ti para sobrevivir, y sé que puedes comprenderme porque el hecho de que continues con nosotros, sin esperanza alguna de recompensa más que combatir un día tras otro en una guerra que quizá no podamos ganar, me hace pensar que hay en ti algo noble y profundo que quizá tú mismo ignoras. Para ganar una batalla es imperativo estar vivo, y debemos estar unidos y cuidar unos de otros si pretendemos vencer para ver otro amanecer. Si no por ti, hazlo por ellos - digo señalando al grupo, Elerin mira con disimulo con la curiosidad pintada en el rostro - y por todos los inocentes a los que aliviaremos de su sufrimiento si conseguimos erradicar este mal. Te necesitan, todos te necesitamos.

¿Pensaras al menos en lo que te he dicho?. Sólo te pido un poco más de prudencia, eso es todo.

Camino cuidadosamente hacia la tierra removida y pongo toda mi atención en encontrar la más mínima pista que nos indique cuantas personas hay o quienes son.

Observo por el rabillo del ojo como los dos guerreros se echan a un lado para conversar entre ellos. Quizá quieran preparar la estrategia de ataque dentro de la cueva. No creo que al elfo le haya sentado bien que Carster le haya llevado la contraria.

Vuelvo a ponerme manos a la obra, investigando la tierra que hay removida, buscando huellas de pisadas o algo más específico.

Te acercas a la zona al lado de la entrada de la cueva. Ves a tus compañeros alejados unos metros cuando un hediondo olor atenaza tu nariz. Tu mirada al suelo te revela, casi sin esfuerzo, unas enormes pisadas y algunos huesos de humanos medio roídos.

En cuanto llego a la zona, un inmenso olor nauseabundo invade mi nariz y me echo la mano rápidamente para intentar atenuarlo. Me inclino y veo unas huellas bastante grandes y unos huesos medio roidos.

Estas huellas parecen demasiado grandes para una persona de tamaño normal. Y los huesos roidos...

Vuelvo hacia donde están mis compañeros para contarles lo que he podido ver.

A simple vista, se observan unas huellas grandes y unos huesos de humanos que están roidos. Diría que ha sido un animal, o eso es lo que quiero pensar, porque de no ser así, no se que clase de criatura nos espera.

Miro de reojo a Anäril, mientras Amrod regresa de su breve acercamiento a la entrada. Me entristece haber disgustado al guerrero, aunque se repone pronto para hablar con Carster. Caminando hacia él con intención de expresarle mis disculpas, pues la responsabilidad de haberle contrariado no pertenece al impulsivo hombre, oigo el comentario de Amrod; Me detengo a medio camino y me giro sobre la cintura para mirarle: - Este es el bosque de los trolls, puede que durante alguna de las noches que pasamos lejos de aquí alguno de ellos oliera los cadáveres empapados en sangre fresca y los devorara. De ser así, estaría dentro de la gruta para evitar la luz del sol. Y sería mucho más peligroso que unos bandidos.- paro un segundo como pensando en lo que decir , sin llegar a callarmelo a pesar de todo- ¿no has encontrado más huellas o señales recientes que abandonaran la cueva?

Llegaste a ver huellas de entrada y salida de la cueva; recientes y no tanto.

Ranëdhel tiene razón, no había otra salida de la cueva salvo por la que entrasteis. Pero también recordáis algo, un ser tan grande como un troll tendría dificultades para moverse por la gruta tal y como vosotros la recordáis. Los pasillos eran de techo bajo y a los elfos os costaba moveros con comodidad. Quizá Ranëdhel tenga razón o quizá haya otra explicación.

El dia comienza a refrescar como los anteriores y los primeros copos de nieve empiezan a caer. Amenaza tormenta, una vez más, pero por alguna razón no es eso lo que más os preocupa ahora.

Hay algo que os incomoda. Parece que vuestro sentido de elfo está más despierto de lo habitual. La última vez que vinistéis aquí no teníais tal sensación. Quizá Ranëdhel tenga razón pero un troll no es una criatura mágica, debe de haber algo más. Parece que Belegilf tenía razón, pero no llegáis a entender hasta que punto.

Hay huellas de entrada y salida de la cueva, parece que ha habido bastante tránsito. Algunas huellas parecen recientes, otras son más antiguas.

El tiempo vuelve a ser crudo y me envuelvo en la capa, para amortiguar el frío.

Será mejor que nos decidamos de una vez o no aguantaremos mucho a la intemperie.

No sé si lo que le he dicho a Carster servirá de algo, pero al menos debía intentarlo...

Bien, entremos pues. Deberíamos repetir el orden de marcha, con un guerrero delante y otro cubriendo la retaguardia. Quizá Amrod podría ir primero, por si hay más huellas. Yo iré detrás de él atento por si debo pasar delante...aunque en los pasillos más estrechos tendremos que renunciar a esto, no me arriesgaré a que recibas un ataque. En los lugares más angostos yo abriré la marcha - digo dirigiéndome al dunedain.

La criatura que ha dejado esas huellas tan grandes sin duda habrá tenido problemas para no quedarse atascado en estos pasadizos... eso podría darnos alguna ventaja. ¿Ves alguna huella que indique que puede haber salido?¿Crees que iba descalza esa criatura?. Tengo una sensación extraña, como un mal presagio. Debemos ser cautelosos, tratemos de avanzar en silencio una vez dentro.

Parezco algo divertido al escuchar las palabras de Anaril

Como ya te dije antes me quedan todavia muchos combates por vencer antes de encontrar al que me pueda matar. No te preocupes, al que le cubra la espalda no tendra problema

Meneo un momento la cabeza

Sabes?, creo que los tuyos pensais demasiado en el combate, no creo que haya que darle tantas vueltas

Bien, vamos para dentro, si hay algo delante que de problemas estare ahi en lo que se tarda en desenvainar una hoja

Digo mirando la entrada de la cueva

Si lo que sea es mas de uno y es algo listo nos intentaran atacar por los dos lados a la vez, tened cuidado cuando pasemos alguna bifurcacion