Partida Rol por web

-Queda inaugurado el torneo, pasad, acomodaros y lavaos, pues estareis cansados y sucios del largo camino. Aunque..no recuerdo vuestro rostro joven escudero, ni vuestro nombre.-

Eliott está tan abrumado por las palabras de Sir Frederic, y más por la presencia de la misísima reina recibiéndolos, que olvida las normas a seguir en los torneos

Y al escuchar las palabras de la Reina Ginebra, se atreve a hablar presentando al desconocido

Mi Reina y Señora, éste noble escudero al que no conocéis es Marcus. Fue atacado por varios caballeros rojos cuando venía hacia aquí, y lo encontramos en la ermita del Padre Benito, ya restablecido de sus heridas.

Le contamos nuestro destino y misión y muy noblemente ofreció su brazo para ayudarnos a culminar esta empresa... dice, haciendo una reverencia

Hablando del Padre Benito, hombre piadoso y de bondad probada donde la haya, cuando mi Señor el Duque tenga un momento querría referirle todo lo ocurrido, en especial acerca del traidor Sir Ulbert, del joven cochero que ha cumplido con creces su tarea y de una dama de increíble valor y lealtad a Sus Majestades que humildemente creo merece ser recompensada... añade hincando la rodilla ante ambos

-Mas tarde joven escudero, no es momento de nombrar a traidores, es momento de festejar vuestra llegada.-

Una escolta de cuatro guardias del rey y los tres caballeros de antes, recogen el cofre llevándolo a lugar seguro, dentro del castillo.

-Ahora velarán ellos por su seguridad.-

Paso junto a mis compañeros orgulloso de haber realizado la azaña, no sin una baja, todo lo contrario, con una alta (por así decirlo).

Escucho atentamente a Sir Frederic y a Lady Ginebra, y pienso.

Tienen razón, llevamos varios dias de camino, y aún no he podido descansar bien en ningún momento, aquí deberia ser el sitio mas seguro de todo el reino.

Aunque mi conciencia me dice al oido:

No te confies, nunca se sabe

Hago una reverencia para saludar a los nobles, y decido ir a acomodarme.

Tras las palabras del Duque, Eliott se limita a hacer una cumplida reverencia y a seguir las recomendaciones de la Reina en cuanto a buscar acomodo y asearse

Hasta que no esamos frente a Sir Frederic y la misma reina Ginebra se hace cargo del presente, no me doy cuenta de que mi corazón había estado latiendo a un ritmo endemoniado todos estos dias. Ahora por primera vez puedo relajarme y sentirme completamente cómodo. La responsabilidad de custodiar el presente quizás haya sido demasiada responsabilidad para unos escuderos, pero las dificultades del camino no han hecho más que unirnos y endurecernos.

-Creo que es hora de relajarnos, compañeros. Nos hemos ganado un merecido descanso antes del torneo. -Digo a mis compañeros de viaje.

Opino lo mismo que Jerrod, al menos yo necesito una buena comida en condiciones y una buena cama para descansar- dice Edgar, aún con el cuerpo algo dolorido- además, mañana tenemos un gran día por delante. Y es mejor que estemos descansados y con las fuerzas bien preparadas para lo que nos espera.

Un buen festín y donde poder descansar cómodamente era justo lo que necesitaba Waldon tras los días de viaje sentado sobre la silla de montar. Libre de la carga y la responsabilidad de proteger el presente de la reina, la tranquilidad acudió a él, aunque saber que el torneo sería al día siguiente no ayudaba demasiado a templar su mente.

-Con su permiso -digo tanto al duque como a la reina y, bajándose del caballo, continúa su camino para acomodarse-

Entrais en el salón donde se ha dispuesto, de forma muy parecida a la de Camelot, las mesas, fuegos y barricas donde los comensales charlan y beben. La reina se sienta a la derecha de Sir Frederic, a su misma altura y en un sillón tan grande como el suyo. La esposa del Duque, a su izquierda en un sillón mas pequeño indicando menos estatus que los anteriores.

Todo está dispuesto y los pajes entran con la comida sobre las bandejas que portan rodeando las mesas a la vez que enseñan los manjares, para depositarlos en una gran y larga mesa en el centro. Aquellos que quieran algo, no tienen más que decirlo y un paje les llevará una tajada. Las sirvientas aventan el vino aquí y allí.

Las conversaciones se centran en el torneode mañana y los abanderados del rey que han traido con gran valor el trofeo.

El duque continúa con la conversación anterior.

-Entonces debemos agradecerle su valor y lealtad en esta empresa.-Alza su copa de vino proponiendo un brindis.- Por el esforzado escudero Marcus, a pesar de plantearnos llamarle "Marcus el mudo" a menos que tenga lengua y pueda decirnos de donde viene y cual es su linaje. Ajajaja.-

Eliott baja al salón completamente aseado y con sus mejores galas, disfrutando por fin de la tranquilidad del deber cumplido.

La presencia la de hermosísima Reina Ginebra no hacía sino realzar el momento, y el escudero se mantuvo algo más callado que de costumbre, pidiendo a un paje que le sirviera una buena tajada de asado.

En cuanto tuvo su copa llena, la alzó para brindar con Sir Frederic aunque no pudo sino enarcar una ceja, esperando que su nuevo compañero cumpliera con el ritual de presentarse como es debido...

Con unas ropas mucho más cómodas que su armadura, Edgar baja el salón donde se encuentran sus compañeros. Allí se sienta al lado de Marcus, el nuevo caballero, haciendo una breve inclinación tanto a la reina como a sir Frederic antes de sentarse.

En cuanto tiene su copa llena, la alza, esperando la presentación de su nuevo compañero.

Waldon bajó al salón, vistiendo sus ropas de gala y sin la mugre que le acompañó durante el camino, la armadura quedó atrás y ahora tocaba disfrutar del banquete, de un buen vino y del torneo.

Se sentó donde encontró hueco entre sus compañeros, pidió algo de carne y vino a uno de los pajes que pasó por su lado y atendió a las palabras del Duque, para luego mirar a su nuevo camarada, a la espera de su presentación formal.

Relajado en mi baño, me quedo medio dormido por el calor del agua y los vapores, cuando de repente, recuerdo que tengo que bajar.

Me levanto, y me seco rapidamente.

Buf, menos mal que preparé la ropa antes de meterme en el baño.

me visto lo mas correcto que puedo, y salgo raudo hacia el banquete. Busco un sitio en la mesa que nos toca, y me siento a comer algo.

Intentaré no cenar mucho, que después no podria dormir bien.

Saludo a mis compañeros de aventuras, y comienzo a comer escuchando su charla.

-Perdonad pero su real presencia abrumado me ha. Me llamo Marcus hijo de Maurel de Winterbourne stoke majestad.-Dice el esscudero acompañando sus palabras mientras se arrodillaba ante la reina y el duque.

-Os enfrentasteis a los caballeros rojos en inferioridad y ahora haceis esperar a la reina, jajaja. A fe que sois temerario escudero. jajaja. Sentaos y disfrutad del banquete.-

La velada transcurre de un modo bastante diferente del último banquete al que asististeis. Los caballeros se pavonean ante la reina intentando impresionarla y ganarse su afecto, mientras que las damas cotillean sobre su vestido o la impulsividad de contar con escuderos entre sus filas de aliados, pero todo dentro del más estricto protocolo.

Se habla sobre cetrería y canciones, caza, el torneo (aunque muchos le siguen llamando prueba de valor) heráldica, romances y las crecientes emboscadas y asaltos de los sajones en el sur.

Algo ensimismado en los sucesos de los últimos días, Eliott no presta demasiada atención a lo que sucede a su alrededor, limitándose a comer y beber sin exageración y a sonreír y responder cortésmente cuando le preguntan

Cuando le llega su turno, Eliott comienza a cantar con su hermosísima voz musical y gran seguridad una canción que oyó no hace mucho a un trovador sobre el amor imposible entre el príncipe troyano Troilo y la griega Crésida...