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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 4- El Castillo de Muro de Salmuera.

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21/01/2018, 10:00
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Tras colocarse en la posición, según el premeditado plan para emboscar a los córvidos, Koya apenas respiraba debido a la tensión. ¿Por dónde bajarían las bestias? En la penumbra de las escaleras era difícil comunicarse entre ellos así que la espera se le antojaba eterna. Pero todo llega en esta vida, como bien sabía la anciana varisia y, acompañado a los gorgogeos de uno de los córvidos que esperaba respuesta de sus compañeros de la casamata, pudieron escuchar que Hattori se encontraba en problemas.

Al final cada una de las bestias estaba en una escalera. Más o menos también habían previsto esa opción. Koya giró la cabeza buscando la mirada de Vankor. No le hacía falta hablar para comunicarse con su pupilo. Se echó a un lado en las escaleras apretando su escoliada espalda contra la fría pared para que el fuerte joven pudiera pasar sin problemas. Pero no iba a dejarlo pasar sin más. 

¡Ayúdale Desna, por favor!- Vankor pasó y dejó esa embriagadora fragancia que tanto afectaba a la anciana. Como las abejas a la miel la adivina se dejó arrastrar por el aroma y lo siguió. Cuando casi se topó con él, parado en lo alto de la escalera, alargó la mano para rozar siquiera uno de sus pies. Tras transferir la Suerte de Desna se quedó orando a su Diosa para pedirle que los córvidos no alarmaran a los vigías del castillo con sus gritos. En cuanto percibiera la más mínima señal de auxilio por su parte conjuraría un silencio sepulcral atrapando sus gritos agónicos.

De nuevo el combate, aunque pudiera parecerles eterno, sólo duró unos segundos. En cuanto pudo hacerse un hueco en las escaleras revisó el estado de su nieto, de Vankor y, por supuesto, del valiente Hattori quien, sin comerlo ni beberlo, se había visto en primera línea de combate.

- ¡Estás sangrando!- Se alarmó la anciana. Y es que se veía reflejada en el viejo Hattori. Rápidamente sacó la varita y activó su poder cerrando las heridas más graves. Ahora quedaba revisar que los demás estuvieran también sanos y salvos.

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21/01/2018, 11:30
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Concentrado en los cuchillos que tenía en las manos, Giorgino fue capaz de vislumbar a uno de los córvidos escaleras arriba. Aunque no era la mejor de las posiciones para atacar, Giorgino confiaba en su habilidad como lanzador de cuchillos; la daga, perfectamente equilibrada, era un buen arma arrojadiza y en manos de un buen lanzador era capaz de volar cortando el aire en línea recta hasta clavarse en su objetivo.

Aguantando la respiración unos segundos para aumentar su concentración, Giorgino podía sentir cada uno de los latidos de su corazón, como la sangre era impulsada por todo su cuerpo. Justo en el breve lapso entre dos latidos, Giorgino soltó el aire que tenía retenido en los pulmones al tiempo que impulsaba su brazo derecho hacia delante soltando la daga justo cuando su mano cruzó por delante de sus ojos.

Giorgino siguió atentamente la trayectoria de la daga en el aire; como esta se dirigía hacia su enemigo pero, inexplicablemente, falló... la daga no alcanzó su objetivo por unos centímetros, pero igual daba que hubiera fallado por metros. Mientras Giorgino se lamentaba para sus adentros, su arma quedó en el suelo inútil.

Rabioso por su fallo, Giorgino rebuscó entre sus ropas otra de sus dagas e intentó subir las escaleras para lanzarse cuerpo a cuerpo a acuchillar a su enemigo pero el cuerpo de Vankor le impedía el ascenso y antes de que el joven Varisio pudiera alcanzarlo, el córvido yacía muerto a los pies de su compañero...

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22/01/2018, 02:50
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Mi combate con aquella criatura aviar está en su momento culmine. Sé que está considerablemente dañada pues los embates que Kromdal le ha dado han sido impresionantes. No he sido capaz aún de conectarle un golpe pero sé que el próximo cuando lo alcance, lo mataré. 

La criatura me daña con su garra pero el dolor no es tan grande como en el primer golpe que me dio. Lo aguanto sin inmutarme, sin perder un ápice de la concentración que he reunido para un corte que debe ser perfecto:

"Este es el momento más importante hasta ahora en mi desarrollo como samurai. Con este corte, habré derrotado a mi primer enemigo y seré un guerrero. ¡Ahora es cuando demostraré de que estoy hecho!"

Mis músculos se tensan antes del golpe que voy a lanzar. El filo de mi arma avanza raudo hasta que llega y corta rápidamente... aire. El enemigo ha caído al suelo unas milésimas de segundo antes, asesinado por el hacha del bárbaro. Mis ojos quedan abiertos como platos de la sorpresa y la decepción:

 - "¡Mierda! ¡Ese era mío!"

Pero no hay tiempo para enfadarme ni lamentarme. Sin pensarlo un momento, me encamino a correr para subir a la torre donde está la otra criatura y que estoy ansioso por acabar con mi arma. Lamentablemente, la escalera está llena y no podré subir antes de que el resto se mueva de donde está.

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22/01/2018, 18:43
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.


Propiedad Transitiva se apoyó en la pared, observando como Koya usaba la magia de aquella varita para que las heridas del viejo Hattori se cerraran. El gesto del bárbaro era serio, severo incluso, aunque desde el fin del combate (o mejor dicho, desde que se había detenido y apartado para dejar pasar al resto a la parte superior) no había dicho nada. Ahora había cuatro córvidos de estos de los cojones muertos, la mitad de ellos por su mano, pero su victoria y su buen hacer le sabían a nada.

Molesto, meneó la cabeza. ¿Acaso no se daban cuenta que ni siquiera había entrado en furia porque era plenamente consciente lo importante que era el sigilo? ¿no se daban cuenta que era necesario eliminar al córvido que acosaba a Hattori porque un sólo golpe mal dado más hubiera podido suponer la muerte del anciano?

Miró a Serveris primero, y luego a Kelsier. Estaba enfadado aunque entendía a ambos. ¡Pero seguía enfadado! Así que mejor no tocar el tema, y no hablar del tema hasta que se le pasara un poco, o iba a romper la cabeza de alguien. Y no estaba pensando en la suya ni en la de uno de esos puñeteros córvidos de mierda.

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22/01/2018, 19:26
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Vankor se alzaba en toda su altura, observando los dos córvidos que acababa de abatir. Respiraba con rapidez, el sudor cayendo por su espalda y una sonrisa de satisfacción en el rostro. Abría y cerraba las manos en un pulso constante.

-Por ti hermano -susurró brindando aquellos dos cuerpos a Bevelek, que esperaba estuviera en el campamento gozando de una merecida tranquilidad.

Todo había sido rápido. Siguiendo las indicaciones de Koya se había situado donde esta le había pedido. Pero el enemigo obró de forma sorprendente o quizá Hattori había caído en la trampa de su propia confianza. Fuera como fuera, se había dado de bruces con uno de aquellos engendros. Subió con toda la velocidad que sus piernas pudieron imprimirle y atacó. Una y otra vez hasta que finalmente, el pollo dejó de piar. Pero no era el único. Pero tampoco había tiempo de pensar. Desna lo había protegido, favoreciéndole. Ni una sola herida laceraba su piel y su segundo enemigo había caído también.

Volvió la mirada hacia Hattori, herido y la sangre corriendo por su correosa piel. Pero Koya ya estaba junto a él, sanándolo. Sonrió aún más ampliamente y se acercó hasta la anciana que al erguirse cuando acabó su curación, se encontró entre los brazos del joven quien la estrechó contra sí.

-Hemos vencido, hemos vencido -susurró-. He vencido, gracias a Desna -concluyó y dio un beso en la mejilla de Koya, antes de liberarla.

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22/01/2018, 19:58
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Tras curar a Hattori la atención de Koya se dirigió a los "suyos". Se deleitó en el breve abrazo de Vankor y le despidió con una sonrisa tras su beso. Sí, era cierto, Desna les estaba guiando en aquella ardua misión. Todo era poco para salvar a Ameiko.- Por favor, querido, ¿me ayudas a bajar el cuerpo? Pero la dulce sonrisa que le provocaron los arrumacos de Vankor se esfumaron rápido. El castillo no estaba ni por asomo tan vacío como ella había esperado. Ya llevaban cuatro pajarracos muertos y otro, al menos, estaba todavía en las almenas.- Gigi, cielo, vigila arriba que el otro pajarraco no se mueva.- Puso su mano en el hombro de su querido nieto. Quería que sintiera su incondicional apoyo pues seguro habría más ocasiones de probar su valía. Era joven en inexperto, pero le sobraban ganas.

Una vez reunidos abajo se dirigió a los demás.- Tenemos que actuar rápido y dejar al otro pollo sin cabeza.- Y es que aunque fuera una expresión Kromdal hacía que fuera literal.- Supongo que no tardará en darse cuenta de que sus compañeros no vuelven de la ruta.- Miró a Hattori que era uno de los que más había estado arriba.- ¿Ves posible acercarse hasta él ocultos por el muro de las almenas? ¿Sería posible llegar a él por dos flancos diferentes?- Le preocupaba Serveris, con su pesada armadura, y ella misma. Sus huesos traqueteaban más que su carro de la caravana. Eso sin contar con Kromdal, aunque ahora estaba extrañamente callado. Cuánto más callado estaba más miedo le daba.

El aroma férrico de la sangre flotaba en el ambiente dándole ganas a Koya de echar un trago de los brebajes que el bárbaro solía compartir en las frías noches de acampada. La visión de los cuatro córvidos le hizo sopesar alguna triquiñuela para que ella y Serveris pudieran pasar algo más desapercibidos.

- Kelsier, ¿tú podrías despellejar a estos monstruos?

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22/01/2018, 20:37
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Kelsier se interpuso frente a Kromdal y Serveris. Creyó verlos fuera de sí y que cargarían por la almena contra el último pajarraco, revelando la incursión y su posición. De alguna manera logró que se pararan mientras lo miraban fijamente. Pretendió explicarles que debían calmarse e ir en sigilo o todo se iría a freír puñetas, cuando se oyó un crujido a unos metros, tras de sí, y el ruido de un cuerpo desplomarse. Se giró y observó al córvido derribado e inerte. Sus compañeros habían logrado neutralizarlo.

Se volvió hacia el shoanti y el tien y volvió a percibir cómo lo observaban... o mejor dicho, cómo observaban a su espada que interponía entre ellos. El muchacho se sorprendió, avergonzado la bajó y la enfundó, comenzando a darse cuenta que el más alterado de los tres era él mismo. Si pudo ver el pragmatismo en el rostro de Serveris, también pudo ver el enfado en el de Kromdal que descendía las escaleras.

Oh, mierda, suspiró el medioelfo, que bajó la escalinata cabizbajo. En la planta baja trató de disculparse con ellos.

- Lo siento, no pretendía apuntaros con el arma. Creí que ibais a arruinarlo todo al estar frenéticos. Pero el que estaba fuera de sí era yo - se disculpó el joven con sinceridad que comenzaba a comprender la excitación que provocaba en él la batalla, algo muy distinto a la caza.

Advirtió cómo Koya le preguntaba sobre despellejar a los pajarracos.

- ¿D-despellejarlos? - preguntó confuso -. Bueno... sí, creo que sí podría intentarlo - afirmó el explorador haciendo una mueca de desagrado. Una cosa era despellejar a un animal. Pero hacerlo a un humanoide sería algo novedoso y le daba cierto reparo -. ¿Necesitas que lo haga ahora? Siempre podría hacerlo cuando termináramos y al volver... - comenzó a decir cuando una chispa prendió en su mente, recordó sobre los camuflajes que empleaba durante las cazas y empezó a entender.

- Puede llevarme un largo rato - advirtió mientras sacaba su daga de cazador, se acercaba hacia uno de los aviares muertos, lo miraba de manera aprensiva y volvía a mirar a la anciana para que confirmase si deseaba que se pusiera a ello.

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23/01/2018, 14:24
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Tras el combate, Hattori se había quedado sentado apenas con fuerzas suficientes para seguir respirando. Vankor-san se alzaba junto a él majestuoso y marcial. Kelsier Deznad-sama hablaba con un volumen amortiguado, diciendo algo que Hattori no llegaba a oír con claridad. En su estado de debilidad todo le resultaba distante, como parte de un sueño. Luego apareció Koya Mvashti-sama con una vitalidad que desdecía su edad e irradiando una energía mística que proyectó hacia él, envolviéndolo, entrando por sus heridas, recorriendo su torrente sanguíneo hasta el mismo corazón que comenzó a latir con más fuerza. Sus heridas se cerraron y sintió un deseo de aferrarse a la vida y una fuerza que no había sentido en décadas.

La adivina lo miró y le preguntó si era posible acercarse ocultos hasta el córvido del extremo norte. Hattori sonrió deslumbrado y revitalizado por el milagro que Koya Mvashti-sama acababa de obrar en él.

- Claro que sí. Yo puedo hacerlo. -Dijo y se incorporó, no sin cierta dificultad pero con determinación - Bueno, tal vez sea conveniente que me acompañe alguien. El córvido de la catapulta holgazaneaba y veo posible sorprenderle si vamos agachados. Si recorremos las almenas dirigiéndonos hacia el oeste, es muy posible que no encontremos obstáculos. Si queremos rodearlo, alguien tendría también que dirigirse hacia el este, pero esa zona es más amplia y hay que pasar por detrás del edificio principal, no sabemos qué puede haber en esa zona. Ir por los dos lados para rodearlo tiene la ventaja de explorar toda la muralla antes de caer sobre el córvido y así evitar sorpresas, pero tiene la desventaja de que, en caso de toparnos con otra patrulla, el córvido de la catapulta seguirá sin estar neutralizado. 

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23/01/2018, 18:37
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

-Yo le acompañaré, si te parece bien, Koya. Aunque no estaría de más que un tercero viniera con nosotros -dijo. Estaba un tanto extrañado de que Koya quisiera disfrazarse con la piel de aquellos pollos. Viendo su cuerpo era poco el relleno que sus magras carnes darían a aquella piel y el efecto sería el de una manta tendida para secar y vapuleada por el viento-. Y es mejor que nos mantengamos de momento unidos. Separarse puede ponernos en riesgo. Al menos eso pienso.

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23/01/2018, 18:58
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

- Vaya, una pena.- Dijo decepcionada. Pensaba que Kelsier era un experto cazador, como así les había venido demostrando a lo largo del camino. Si iba a tardar mucho no le servía.- Id los más rápidos y sigilosos. Nosotros os esperaremos aquí. Además de Vankor y Hattori, Giorgino y Kelsier, que estará al mando. Yo voy a ver si echo por aquí un vistazo y arreglo todo este desorden. Que Desna os acompañe.- Se quedaba con dos fuertes hombres capaz de defenderla de llegar el caso. Una vez eliminados los vigías podrían moverse con menos cuidado.

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23/01/2018, 20:47
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.


- No te disculpes, Kelsier. Si no te he roto los huevos es porque entiendo que tu preocupación es porque salgamos de esta. Pero intenta recordar que no me gusta que actúen como si fuera un puto niño de teta. Y ahora, deja que se me pase el puto cabreo, semielfo- espetó en voz baja, aún tensa, Propiedad Transitiva, que meneó la cabeza. ¿Acaso no podía tener el sentido común de cerrar su bonita boca y esperar a que el enfado se esfumara? Miró al semielfo. No, claro que no. Era elfo. Al menos en parte. Ya sabes: bla, bla, bla, bla, bla. No podía evitarlo. El pensamiento hizo que dulcificara el tono- Me invitas a unas putas o a unas cervezas en el próximo pueblo cuando estemos cargados de tesoros, y asunto arreglado. Venga, arreando, que hay enemigos que matar- miró entonces a Koya- Yo me quedo aquí protegiendo a Koya con Serveris. Y si precisáis ayuda iremos para allá. Jefa... quizás ahora sí sería bueno usar esa varita con Serveris. Quien pelea bien, en primera línea, recibe golpes, y él ha recibido unos cuantos. Y Serveris: mataré a todo enemigo que se ponga por delante. No voy a darte la vez. Así que ya sabes- sonrió lobuno, cruel, divertido- mata más rápido a los putos cuervos la próxima vez.

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23/01/2018, 21:19
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

El muchacho no dijo nada ante las palabras del bárbaro ni su gesto de canino rabioso. Intuyó que el silencio y el tiempo eran las mejores opciones ante esos momentos tensos que habían ocurrido. Kelsier se puso colorado cuando el shoanti exigió ciertas condiciones para el regreso. Básicamente por el tema de las putas. Se limitó a asentir con la cabeza y a atender a lo que Koya decía. Al parecer ya no quería los abrigos de pajarraco debido a que llevaría mucho tiempo. Tal vez la anciana se pensaba que despellejar una piel, cualquiera, era como pelar una patata. Se equivocaba.

Despellejar cualquier animal necesitaba de técnica, precisión y tiempo. Por otro lado, despellejar un conejo se había convertido en algo sencillo, por la práctica. Los animales más comunes de caza llegaban, con el tiempo, a ser conocidos y dominadas las técnicas para adquirir su piel, aun con un simple cuchillo de caza. Sin embargo los aviares eran algo radicalmente distinto. Una anatomía, humanoide, que él nunca había tratado. Era como desollar a una persona con plumas. No tenía ni el conocimiento ni el equipo especializado ni el tiempo. Y dio gracias a todas esas carencias que lograron apartar al joven, finalmente, del mal trago.

¿Por las almenas?, se dijo cuando Hattori así lo propuso. El explorador había advertido que, por la parte baja, también se podía acceder a la torre del vigilante córvido. Es más, unos establos con buena cobertura les daban acceso a ello. Sin embargo, si gateaban o se arrastraban como culebras, permaneciendo bajo el nivel de las almenas, aunque les llevase un poquito más de tiempo, deberían poder hacerlo con seguridad.

- Por las almenas - confirmó con una sonrisa al viejo posadero.

Cuando Koya lo nominó a ser el jefe del grupo de avanzadilla, el joven abrió los ojos levemente sorprendido, pero se recompuso de inmediato, puso su mejor cara de seriedad y asintió con firmeza. La adivina confiaba en él y él no la defraudaría. Orgulloso subió las escaleras y se dispuso a encabezar la incursión.

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23/01/2018, 22:07
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

No alcancé a llegar a la criatura en la parte superior antes de que fuese asesinada por los integrantes del grupo que estaban delante de mí. Solo puedo ver como cae muerta y yo aún no he derramado una gota de sangre. Tuerzo el gesto con un poco de frustración pero en el fondo estoy feliz de que los enemigos hayan muerto sin que tengamos que lamentar más heridos.

Pero queda ese córvido a lo lejos, por lo que me agacho para ocultarme de la vista y me quedo quieto para mantener el silencio. Sé que no soy muy sigiloso, más bien todo lo contrario, por lo que me quedo junto a Koya mientras se decide que el resto vaya a por el enemigo. 

Kromdal me da unas palabras, a lo que respondo con una sonrisa:

 - "Pues así será. Al próximo que enfrente seré yo el que lo mate."

Indica también que estoy herido y es cierto que recibí un par de rasguños pero no es nada con lo que pueda lidiar. Duelen y sangran un poco, pero he tenido heridas peores y todavía podía caminar, aun luchar.

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24/01/2018, 18:23
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Con Kelsier al mando y el equipo formado, Vankor avanzó en la dirección prevista. Tuvo miedo de no ser lo suficientemente sigiloso en su avance, pero parecía que Desna le seguía sonriendo y sus pasos eran tan furtivos como los del semielfo y Hattori, a quienes ya les había visto moverse como búhos en la noche, silenciosos e invisibles. Se sorprendía de que alguien de edad tan avezada como el sirviente de Ameiko tuviera aquellos dones que en el semielfo eran puramente herencia de la raza de su madre. Le miró fugazmente, viéndolo agachado, aprovechando las almenas para escudarse, silencioso como un gato. Parecía totalmente recuperado tras las curaciones de Koya, otro ejemplo de que la edad no siempre era un inconveniente. Ah, Koya. Si tuviera treinta años menos, ninguna mujer podría hacerle sombra, aunque con treinta años menos ni siquiera hubiera reparado en él ni se hubiera ofrecido a...

En aquel momento la voz siseante de Kelsier recriminando a Giorgino segó el aire, interrumpiendo en seco sus pensamientos. Reparó en el sobrino de Sandru y en su actitud. Realmente aquel bribón bien se merecía una buena colleja.

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24/01/2018, 18:41
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

- Ahora la puta varita, otra vez.- Koya se llevó la mano a la boca. No solía ser una malhablada pero de estar con el bárbaro se le estaban pegando las formas.- Perdón.- Se disculpó aunque el rubor ya no subía a sus mejillas como cuando era joven.- A ver Serveris, deja que esta vieja anciana vea esas heridas.- Tras aplicar la magia curativa en el valiente y acorazado guerrero, la vieja puso los brazos en jarras y dio una vuelta para evaluar aquel desastre.

- Al menos podemos ir poniendo los cuerpos amontonados en una esquina o algo, mientras otro vigila arriba el quehacer de nuestros chicos. Yo voy a ver si puedo echar un vistazo al patio.- Se acercó a la puerta que daba al patio interior del castillo y colocó la mano como había hecho antes en las pesadas puertas exteriores del castillo.

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25/01/2018, 22:54
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Hattori aprovechó la ventaja que le daba su pequeño tamaño y avanzó veloz al tiempo sigiloso por las almenas hasta llegar a una torreta desde la que tenía visión del córvido. Escuchó el sonido de Giorgino-san más atrás y horrorizado abrió los ojos como platos. ¿Qué pasaba con ese chico que a veces parecía tan prudente y otras veces tan inconsciente?. Afortunadamente, cuando el córvido se giró, Kelsier Deznad-sama había agarrado a Giorgino obligándolo a ocultarse. Una gota de sudor recorrió la frente de Hattori. Había estado cerca. A partir de ese momento, Hattori hizo señas al grupo para avanzar cuando el córvido les daba la espalda o se mostraba más distraído y hacía señas para que se detuviesen cuando el córvido parecía más atento.

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26/01/2018, 16:03
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Hattori corría que se las pelaba en su imparable avance hacia el pollo gigante. Vankor no pudo sino pensar que en alguna de sus anteriores existencias, viendo su sigilo y velocidad arrastrándose por el suelo de piedra a la caza del volátil que no volaba, fue una serpiente. Hattori, la mamba asesina, la serpiente de los cinco pasos, pensó para sí como un gran sobrenombre para aquel viejales capaz de hacerles quedar en ridículo a todos los jovenzuelos que le lamían los pies en su retaguardia. Sintió admiración y orgullo por él, pues era la demostración fehaciente de que los años no eran una rémora si uno se preocupaba y cuidaba.

Lo vio pararse y haciendo señas, indicando cuándo pararse y cuándo avanzar, sin duda en base a las reacciones del córvido. Sí, tendría mil años, pero Hattori era un auténtico guerrero. Le sonrió y guiñó un ojo cuando avanzó en base a sus indicaciones.

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28/01/2018, 00:35
Viejo Hattori.
Sólo para el director

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Vankor-san avanzó sigiloso y veloz gracias a sus indicaciones, pero en vez de detenerse junto a él y esperar a Kelsier Deznad-sama, se adelantó con precipitación sobre el córvido echando a perder el factor sorpresa. Hattori suspiró con resignación y se lanzó a la carrera para apoyar al joven vasirio. Incapaz de llegar a tiempo de apuñalar al córvido antes de que este diese la alarma, se dió cuenta de que había llegado el momento de avanzar por su cuenta. Tan pronto como fuese posible, abandonaría al resto y se internaría en solitario en el castillo en busca de la caja custodia. Pero antes tenían que evitar que el córvido barriese a Kelsier Deznad-sama con la catapulta. Hattori apuñaló a aquella criatura sin ninguna emoción, movido por el pragmatismo al tiempo que su mente comenzaba a trazar un plan de acción en solitario.

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28/01/2018, 00:43
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Justo cuando parecían tener controlada la situación tras evitar ser delatados por Giorgino-san; Hattori, Kelsier Deznad-sama y Vankor-san se descoordinaron por completo y de un modo catastrófico. Mientras esperaba que Kelsier Deznad-sama llegase a su posición, Hattori dejó cuidadosamente el arco en el suelo y sacó su daga. Pero al levantar la cabeza vió que Vankor-san se había adelantado y se precipitaba sobre el córvido. Hattori se apresuró para ayudarle sin conseguir llegar a tiempo. El desafortunado ataque de Vankor-san no causó ningún daño y solo sirvió para poner en alerta al córvido que , mientras graznaba dando la alarma, comenzó a orientar la catapulta hacia el semielfo. La tragedia se mascaba en el aire. Hattori corrió todo lo que pudo y trató de hundir su daga en aquella criatura.

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29/01/2018, 01:57
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Koya sana mis heridas y luego se movilizan para emboscar al córvido que está al otro lado de aquel patio que se puede ver desde las alturas. Me quedo esperando donde estoy junto con Kromdal mientras todos van subiendo. De pronto, se escucha lo que parece ser algún tipo de alarma y entiendo que la discreción se fue a la mierda.

Miro a Kromdal y le hablo:

 - "No podemos esperar aquí mientras los atacan y esa muralla es muy delgada. Si vamos tras ellos, no podremos pasar y ayudarles."

Miro la puerta que tenemos al norte y le hablo:

 - "Debemos buscar otro camino para llegar rápido a ayudarles. ¿Estás conmigo?"

Me acerco a la puerta para ver si puedo abrirla y así comenzar a movernos. Sé que separarnos no es siempre una buena opción, pero es la única forma de que seamos de alguna ayuda y tengamos alguna posibilidad de salir con vida de aquí.