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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 4- El Castillo de Muro de Salmuera.

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09/11/2017, 19:46
El Regente de Jade.

REGENTE DE JADE: 4- EL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

Notas de juego

- Escena exclusivamente narrativa.

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12/01/2018, 22:06
Muro de Salmuera: Córvido Terrible

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

- Los héroes liderados por la vieja adivina Koya Mvashti se infiltran en el Castillo de Muro de Salmuera.

- Vankor, Kelsier, Hattori y Giorgino treparon la muralla, y mientras semielfo y luchador mataban a uno de los dos córvidos terribles de guardia, Hattori accionó el mecanismo de apertura la puerta. Con el paso expedito fue sólo cuestión de tiempo que un hachazo del bárbaro Propiedad Transitiva (Kromdal) segara la vida del segundo córvido terrible.

Notas de juego

// Entran en escena: Giorgino, Kelsier, Koya, Kromda, Serveris, Vankor, Hattori. - Proceden de: Aldea de Muro de Salmuera.

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13/01/2018, 08:56
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Con algo más de tiempo, ahora que las puertas del castillo estaban de par en par abiertas, Koya había podido apreciar un poco más la escena de combate. Uno de los córvidos yacía ya muerto en el suelo. ¡Bien por sus chicos! Sin embargo el otro se revolvía como un jabalí acorralado, lo cual le hacía muy peligroso. Aunque Kromdal saltaba a la vista que sabía defenderse solo, Koya aprovechó sus anchas espaldas para situarse detrás de ellas. Allí estaría protegida pero además podría ofrecerle a él cierta ayuda, si es que lo necesitara. Pues no era el caso. En otro abrir y cerrar de ojos la cabeza del pajarraco humanoide saltaba por los aires para ser recibida por Vankor, que no dejó de ella más que una masa sanguinolenta en el suelo y pegada a su bota. Estaba hecho. 

- Me encanta que los planes salgan bien.

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13/01/2018, 11:03
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.


Propiedad Transitiva tuvo que contenerse para no bufar. ¿Salir bien? Por todos los dioses, los espíritus de la naturaleza y los de sus antepasados, había tenido que apretar los puños tanto para no saltar sobre la muralla o sobre la puerta que había temido romper su hacha. Y es que... miró a sus compañeros. Bueno, había que reconocer que tan mal no lo habían hecho, aunque no tuvieran su ayuda. Pero claro, si no llega a abrirse esa puerta, hubieran podido morir perfectamente. Vamos, que sí, que Koya tenía razón, después de todo, el plan mal, lo que se dice mal, no había salido.

Y a él no le habían tocado. Mientras se agachaba para registrar el cuerpo de los dos córvidos, echó una ojeada a sus compañeros: Hattori, Kelsier y Giorgino estaban heridos, pero poco. Tan sólo unos rasguños que realmente no precisaban demasiada curación, aunque la adivina parecía acercarse a usar alguna magia de varita sobre ellos. También observa como Hattori indica silencio, con lo que sus palabras a la adivina son apenas en el tono bastante para que ella las escuche.

- Jefa... están bastante bien. Son tios fuertes- sonrió a los tres heridos- creo que quizás sería mejor guardar la magia de esa varita si las heridas son mayores. Aunque si ellos piensan que necesitan la curación o tú quieres hacerlo, no me opongo, claro. Pero a lo peor luego necesitamos de esa magia y se ha agotado. Y más teniendo tres combates a la vista, como dice Hattori.

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13/01/2018, 18:40
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

COMBATE EN LA CASAMATA.

Hattori había decendido las escaleras de caracol sigilosamente tras Kelsier Deznad-sama, con el arco preparado. Preocupado porque los córvidos no se percatasen de su avance, sentía su propia respiración entrecortada y la de sus compañeros como si fuesen rugidos. -Más silencioso - Se decía para sus adentros, mientras su corazón se aceleraba. Mientras descendía, comprimía su cuerpo contra las frías paredes de piedra para no obstaculizar la visión de Vankor-san ni Giorgiono-san. Las paredes eran cómplices en su sigilo, pero los escalones de madera emitían débiles chasquidos que podían delatarles.

Y cuando parecía que alcanzarían el piso de abajo sin ser descubiertos, la madera podrida del último escalón se quebró ruidosamente bajo el peso del peso del semielfo. Los córvidos, dieron un salto acrobático hacia ellos, como accionados por un resorte, como si les hubiesen estado esperando. Hattori soltó la flecha sobre el córvido que se abalanzó hacia él. El córvido le hirió con una de sus garras y Hattori pugnó por dejar el camino despejado a los guerreros dejando caer el arco y defendiéndose con la daga. Vankor-san le quitó el córvido de encima y Hattori se lanzó hacia el mecanismo de apertura de la puerta, suplicando porque estuviese en buen estado. Afortunadamente, con un suave chasquido, el portón exterior comenzó a abrirse.

Hattori atisbó a ver a contraluz una imponente figura precedida de un enorme hacha entrando antes de quedar momentáneamente cegado por la luz del exterior y supo que el combate estaba terminado.

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13/01/2018, 19:05
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Tras accionar el mecanismo de apertura de la puerta, ascendió de nuevo hasta las almenas y vigiló el interior del castillo agazapado. El combate había acabado en la casamata. Con un poco de suerte no les habrían oído o quizá ni siquiera había más guardas.

Desna quiso que ocurriese lo primero pero no lo segundo. No estaban solos, en absoluto. Y si no hacían algo, pronto se encontrarían en serios aprietos.

Bajó de nuevo a la casamata indicando por gestos que guardasen silencio. Una vez reunidos, informó tratando de ahorrar en palabras y ayudándose de gestos.

- Dos amenazas. - dijo mientras levantaba dos dedos.

Luego levantó un dedo para hablar de la primera amenaza - Patrulla de dos córvidos al Este, en las almenas. No nos han oído, pero vienen hacia aquí. Llegarán en un minuto. - Dijo mientras señalaba al Este, por donde se acercaban.

A continuación levantó dos dedos para hablar de la segunda amenaza.  Córvido sesteando al Norte, en las almenas, junto a una catapulta. - Dijo señalando al Norte.

Tenemos que acabar con la patrulla sin que se entere el de la catapulta. Quizá los guerreros se pueden ocultar en las torres de guardia y sorprenderles al tiempo que disparamos desde fuera de la muralla.

No era la mejor idea, pero era la única que podía aportar. Hattori no era un estratega.

Solo le quedaba una flecha, así que mientras los demás asimilaban la información, miró si, además de recoger el arco, podía recuperar la que había disparado al primer córvido.

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14/01/2018, 12:10
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

- Sí, son chicos fuertes.- Asintió a las palabras de Kromdal pero hizo caso omiso, en parte. No soportaba ver a Giorgino sangrando, aunque sólo fuera un arañazo. Así que se acercó a él y activó la varita mágica para cerrar sus heridas con la esperanza de recibir esos cálidos mimos que su nieto solía darle. Estaba muy necesitada, dada la situación que estaban viviendo.

Cuando Hattori bajó, tan silencioso él, Koya escuchó con preocupación sus palabras. Al final el castillo albergaba más córvidos de esos por lo que no podía relajarse en absoluto.

- Menudo desastre.- Dijo mirando a la sangre que lo manchaba todo. ¿No podían ser más cuidadosos? No era plan de que contuvieran sus ataques pero cercenar cabezas y aplastarlas, esparciéndose así los sesos por todas partes...

- Esto no hay quien lo limpie ni lo disimule. Y menos con tan poco tiempo. Preparaos. Ya tenéis la emboscada que queríais.- Dijo dejando escapar una sonrisa cansada. Sin tiempo que perder se puso a buscar un sitio donde poder esconderse.

- Nada de salir fuera.- Advirtió a Hattori. Si alguno de los córvidos conseguía cerrar la puerta con alguno de ellos fuera iba a ser un problema. Ahora debían permanecer juntos.- Lo mejor sería conseguir que bajaran aquí.- Así el de la catapulta no vería el combate en las almenas.- Hasta podríamos rodearlos usando las otras escaleras que suben a las almenas para pillarlos por la espalda o evitar que den la voz de alarma si pretendieran huir.

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14/01/2018, 18:26
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Todo había sido más rapido de lo que hubiera podido imaginar. Y las cosas no podían haber salido mejor, pensaba mientras miraba con satisfacción los cadáveres de aquellos pajarracos. ¿Serían comestibles? Lo malo eran las heridas de Giorgio pero ya Koya parecía ocupada en aquellos menesteres.

Su cabeza volvió al momento en que atacó por primera vez a aquel primer bicho, atravesado por las flechas de Hattori y Kelsier. Y luego la carga de Kormdal. Sí, sin duda, había sido heroico o al menos lo más cerca de la heroicidad que alguien como él podía estar.

Volvió al presente,e scuchando a Hattori y su informe de los enemigos. No sabía cómo lo hacía el viejo, pero era evidente que tras su escoba, era un hombre peligroso y con recursos. Miró a Koya. A ella le tocaba decidir la estrategia.

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14/01/2018, 18:56
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Tras informar de lo que había visto, dejó que los líderes asimilaran la situación y propusiesen un plan de acción. Entre tanto, recuperó la flecha que había disparado al córvido solo para descubrir que estaba quebrada y resultaba inservible con lo que le quedaba tan solo un proyectil. Se encogió de hombros al comprobarlo, de todos modos, había llegado mucho más lejos de lo que esperaba, a partir de ahora los guerreros deberían demostrar su capacidad. Hattori ya poco podía hacer salvo quizá distraer a los córvidos desde fuera, fingiendo ser un viajero solitario. Con esta idea en mente, dejó caer el arco y el carcaj para dirigirse a la salida, pero Koya Mvashti-sama le mandó detenerse.

Alabada sea Desna- dijo para sí mismo. La anciana adivina parecía tener un plan y seguro que era mejor que hacerse el despistado junto a la muralla para llamar la atención de la patrulla.

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14/01/2018, 19:51
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Mientras recuperó algunas de las flechas ensangrentadas, lanzadas durante el combate con los córvidos, el explorador escuchó el informe de Hattori. Sus ojos se dispararon hacia la boca de una segunda escalera de caracol, a la derecha de las puertas de la barbacana que daban al patio de la fortaleza.

- Bajarán por ahí - señaló el lugar -. Deberíamos escondernos, esperar que se asomen, cerrarles el paso para que no puedan huir y dar la alerta, y terminar por abatirlos - opinó el explorador -. Si por mi fuera, dejaría un cebo sabroso para atraer a ambos pajarracos fuera de las escaleras, a mitad de la sala. Tal vez uno de nosotros que no aparente un reto y logre que vayan ambos a por él, a pesar del desastre de sus compañeros - dijo mirando a Giorgino y a Hattori, descartando al resto por su aire desafiante o en el caso de Koya por su real fragilidad.

- Yo me puedo esconder detrás de esta mesa volcada - indicó una gran mesa redonda, casualmente frente al acceso de la escalera de caracol donde podrían venir los aviares*, que el joven se dedicó a voltear con rapidez y en silencio, aportando una cobertura hacia el acceso, y derribando los taburetes para dar sensación de revuelo -. Si tiene éxito el señuelo, saldría de mi escondite y tomaría las escaleras, impidiendo que puedan huir por ellas. El resto, oculto en las otras escaleras, saldrían en cuanto los pájaros se hubieran internado en la casamata - terminó de exponer con rapidez un plan improvisado.

- Yo puedo hacer de cebo si algún otro se esconde detrás de la mesa y una vez pasen les cierre la retirada. Creo poder aguantarles - se ofreció con determinación el muchacho, sabiendo que su tamaño y constitución lo hacían de los más frágiles del grupo a ojos externos. Y volvió a mirar a Giorgino y Hattori, dando a entender que entre ellos tres quedaba el juego del cebo y el escondido detrás de la mesa que cerraría la retirada en caso necesario.

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14/01/2018, 20:18
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Koya sonrió a Kelsier pues su plan era similar al que ella maquinaba. Pero, ¿cómo estaba tan seguro de que bajarían por esa escalera y que no pasaran de largo o bajaran por la siguiente? Desde luego sería un buen momento para que Desna la iluminara con el devenir de los acontecimientos, pero no había tiempo. El joven semielfo se proponía a él mismo como señuelo pero la vieja negó con la cabeza.

Shalelu no me lo perdonaría jamás, y jamás es mucho tiempo para un elfo, aunque a mí ya me quede poco en este mundo.

- Parece que esos monstruos son fieros. Mejor que el señuelo sea alguien más acorazado, cielo. ¿Serveris? Podrías hacer algo para provocarlos, lo que se te ocurra.- Propuso. Kromdal era otra opción. Había demostrado una enorme pericia en acabar con esos pajarracos pero para él tenía otro encargo.- Kromdal, tú eres rápido, mejor tú también para bloquear la posible huida. No podemos dejar ni que pasen al patio interior del castillo, ni que suban de nuevo a las almenas.- Se atusó nerviosa el lacio pelo color de plata.- Resumiendo. Aquí se quedarán Kelsier, tras la mesa, Kromdal, a ver si encuentras otro sitio para ocultarte, y Serveris, en todo el centro, por ejemplo.- La sangre, la cabeza cercenada del cuerpo y aplastada podría ser más que suficiente para provocarlos.- Los demás por la otra escalera. Hattori, ¿crees que podrás subir hasta arriba  de la misma y vigilar que no pasen de largo o bajen por esta? Giorgino tu a media subida por si necesita tu ayuda. Vankor conmigo en los primeros peldaños por si hay que atacar. Si bajaran por la que estuviéramos nosotros entonces Kromdal tendría que subir raudo las otras escaleras y pillarlos por la espalda, cortando así su posible retirada. ¿Objeciones?

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14/01/2018, 22:48
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Kelsier sonrió complacido y orgulloso de saber que era capaz de pergeñar planes aceptados incluso por la sabia Koya. Asintió a las indicaciones y modificaciones de la anciana y pretendió meterse detrás de la mesa. Entonces escuchó la pregunta de la sacerdotisa a Serveris y una respuesta surgió en su cabeza.

En un primer momento pretendió explicar al tien qué podía hacer pero finalmente el muchacho, habituado a camuflajes y ensuciarse para obtener diversos efectos en la salvaje naturaleza, se acercó a uno de los cuerpos córvidos, untó sus manos con la abundante sangre del bicho y se acercó al luchador.

- Con tu permiso, Serveris - dijo mientras, antes de recibir respuesta, el medielfo manchó sus hombreras, yelmo, peto y rostro con la sangre. Luego, con rapidez, arrancó algunas plumas del cadáver y las roció sobre el atónito guerrero que vio como estas caían y se pegaban en su cuerpo. El muchacho lo miró con intensidad y asintió.

- Creo que eso les enfadará, sin duda - comentó asintiendo mientras corrió a agazaparse detrás de la mesa. No sabía si bajarían por esas escaleras, por las otras o pasarían de largo. Fuera lo que fuese, estarían preparados para lo que estaba por llegar.

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15/01/2018, 15:58
Viejo Hattori.

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DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Viejo Hattori asintió a la adivina, dejó el arco y el carcaj abajo y se descalzó para no hacer ruido antes de subir por las escaleras por las que se suponía que no entrarían los Córvidos. Apenas sentía la fría piedra de los escalones, concentrado como estaba en ascender sigiloso mientras los demás tomaban posiciones. Una vez arriba, se agachó hasta quedar con la mejilla pegada al suelo para vigilar a través del resquicio que quedaba entre la puerta y el suelo. Enseñando los dedos y realizando indicaciones con las manos y vocalizando sin emitir sonidos, comunicó la distancia a la que se encontraba la patrulla.

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16/01/2018, 01:34
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Mis pasos sonaron fuertemente mientras avanzo todo lo rápido que puedo contra el único pájaro que queda con vida. No alcanzo a llegar donde está cuando es decapitado por Kromdal. Me detengo al lado de los cuerpos mientras lo miro detenidamente.

Son criaturas muy extrañas, como si fuesen humanos mezclados con cuervos de gran tamaño, pero sin alas. Es una suerte de gallina enorme y terrorífica. 

Giorgino ha recibido un corte pequeño pero es sanado rápidamente. Ahora sigue el continuar con nuestro asalto y, por suerte, ahora estamos todos juntos.

Entonces Hattori indica las amenazas que tenemos cerca: Una patrulla de dos y uno solitario por otro lado. Los planes salen rápidamente y resulto elegido como el señuelo. Respondo al momento a aquello:

 - "Me parece muy bien ser el señuelo. No temo a esos bichos emplumados."

Sujeto con fuerza mi katana mientras le contesto a Koya, quien tiene confianza que mi armadura resistirá a que el resto llegue en mi ayuda. Entonces Kelsier me ensucia con la sangre de los enemigos, para que mi sola visión les provoque más allá de lo racional. Sonrío ante su idea y me preparo para cuando aparezcan.

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16/01/2018, 13:44
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.


Matar, y matar de un buen golpe a un bicho como ese, ponía de buen humor a Propiedad Transitiva. No es que le gustara matar sino que...

Oh, mierda. Reconozcamos que en muchas ocasiones sí, era exactamente eso, le gustaba matar. No es que fuera un asesino, pero como mercenario, y como bárbaro, la adrenalina que provocaban los combates, esa explosión de fuerza, era un poderoso elixir. Y la verdad es que adoraba dar un buen golpe como ese.

Era una pena que no tuvieran tesoro, pero en fin... algo de valor habría en ese castillo, y si lograban que no se diera la alarma, podían ir eliminando a esos monstruos de uno en uno. Al bueno de Propiedad Transitiva no le preocupaban demasiado las disquisiciones morales de plantearse tal matanza como lo más normal del mundo, e incluso de no haber encontrado a esa especie de ser angélico y faérico de antes, el matar a quienes parecían monstruosos, y vivían en una fortaleza que obviamente no habían construido, no le suponía problema alguno.

Quizás, por eso, le encantó la idea de Koya de una nueva emboscada, y dispuesto a repetir su hazaña, si la suerte le acompañaba, ocupó la posición que la anciana le había indicado.

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16/01/2018, 18:44
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Como era de esperar la relativa facilidad con la que habían conseguido eliminar a las dos primeras criaturas no resultó sino un espejismo. Apenas habían abierto las puertas exteriores de la muralla para franquear el paso a sus compañeros, pudieron detectar como otros dos de esos seres emplumados entraban en su campo de visión. Afortunadamente, no se habían percatado de la anterior reyerta y aún no habían descubierto a los compañeros que se apresuraron a prepararse para un nuevo enfrentamiento.

En ese momento Koya comenzó a dar instrucciones al resto de integrantes del grupo para intentar aprovechar el factor sorpresa y salir nuevamente victoriosos del enfrentamiento. Mientras Serveris se dispone a hacer de señuelo para captar la atención de nuestros enemigos, Giorgino se sitúa en el lugar señalado por Koya, unos escalones por encima del nivel de suelo en la estructura del muro.

Giorgino juguetea nervioso con las dos dagas que tiene en sus manos, pasándolas de una a otra mano con movimientos rápidos y precisos, sopesando el peso de cada una de las armas y visualizando como volarán con precisión desde su mano hasta la garganta del primer enemigo que se le ponga a tiro.

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17/01/2018, 00:54
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Manchado de sangre y mirando el cadáver del pájaro ese, me preparo para servir de señuelo mientras el resto del equipo se esconde o toman posiciones de emboscada para los enemigos que parecen rondar por los alrededores. No los he visto, pero Hattori y Kelsier saben perfectamente donde están así que deberían caer sobre nosotros en cualquier momento.

Ignoro un poco mis pensamientos mientras me muevo distraídamente un poco más al centro del patio para así llamar más la atención de los enemigos.

Entonces uno de ellos aparece en las alturas y me mira. Le miro fijamente y, sin quitar mis ojos de los suyos, agito mi espada para limpiarla de la sangre que Kelsier puso sobre ella y finalmente la paso por mi ropa, provocándole e intimidándole con todo lo que tengo. El combate se avecina y estoy preparado para luchar.

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18/01/2018, 03:19
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

Mi espada está preparada para luchar contra aquella criatura emplumada. La criatura salta desde la altura, directamente con sus afiladas garras en mi dirección. Apenas entra en mi alcance, lanzo un corte horizontal para así rajarlo, pero mi golpe fue muy presuroso y mi arma no es capaz de alcanzarlo.

Sin esperar un momento, la criatura me lanza un garrazo que atraviesa mis protecciones y corta mi piel con violencia. Me resiento del dolor que causa, pero lo aguanto con todo el estoicismo del que puedo hacer acopio.

"No es la primera herida que recibo. Creo que me estoy haciendo bueno en aguantar daño."

Pero el combate no ha terminado y yo estoy lejos de ser derribado. Le sonrío a la criatura, emocionado por pensar que me mediré con una bestia como esa y que por fin tengo algo de acción en este viaje.

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20/01/2018, 11:58
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

La emboscada no resultó como esperaba, pues los pajarracos no pretendían bajar, solo comunicarse con los que estaban en la entrada. Serveris fue un buen reclamo, logrando que uno de ellos se lanzara a por él. El joven explorador, oculto tras una mesa la apartó para unirse a la refriega... pero el hacha de Kromdal lo despedazaba.

Oh... genial, pensó el muchacho entre asustado y absorto ante la masacre del shoanti. Entonces captó los ruidos ahogados de lucha en la planta de arriba. El joven subió como una flecha por las escaleras de su lado y observó cómo uno de los emplumados luchaba en el acceso al torreón que daba a las escaleras descendentes simétricas a las suyas. Probablemente con Hattori, Vankor y tal vez Giorgino. Si lograba flanquearlo por la espalda sería una gran ventaja.

El explorador se dispuso a correr contra él cuando casi se cayó de culo al frenarse él mismo y tirarse hacia atrás, a la cobertura de su propio torreón, al ver de refilón y recordar a un quinto pajarraco vigilante que descubriera el viejo tien en una torre al otro lado del patio y con plena visibilidad hacia la zona donde se hallaban.

Si ese nos ve y da la alarma estamos condenados, pensó de inmediato imaginándose a grupos de pajarracos, todos juntos. Cazándolos de dos en dos eran muy asequibles. Pero en grupos mayores... los destrozarían. Habrá que pasar con cuidado, concluyó el muchacho, agachándose y dispuesto a pasar a hurtadillas, cubriéndose con las almenas hasta alcanzar la espalda del córvido trabado en combate y oculto de la visión gracias al torreón de escalinatas.

Y entonces los oyó. Como una estampida de bueyes, detrás de sí, Kromdal y Serveris subían. Los chistó y se sorprendió viéndose a sí mismo apuntándoles con su espada corta.

- Kromdal, Serveris, por el amor de Desna, ¡Con cuidado! - les exigió en voz baja -. Si el pájaro de la otra torre nos ve, dará la alarma a todo el castillo y estaremos realmente... jodidos - terminó de decir, haciendo un esfuerzo para pronunciar esa palabra malsonante que él nunca empleaba pero que sus compañeros entenderían.

- Hay que pasar en sigilo y cubriéndose con las almenas - les indicó. Y acto seguido el joven medioelfo avanzó agachado hacia el cuervo, tratando de dar ejemplo.

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21/01/2018, 00:19
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

PATIO INTERIOR DEL CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

AVANZADA LA TARDE.

El anciano tien se encontraba en lo alto de la torre, pegado a la puerta tratando infructuosamente de localizar a los córvidos a través de alguna rendija, cuando algo bloqueó los rayos de luz que se filtraban por los huecos entre los listones.

-¡Oh! Ya están aquí.

Aferró el mango de su daga con todas sus fuerzas, pero no tuvo dio tiempo a avistar a al resto antes de que se abriese la puerta y apareciese una enorme figura emplumada. Hattori, sin pensarlo, hundió un palmo de daga en el pecho de la criatura antes de que esta pudiese darse cuenta de lo que pasaba. Aprovechando su ventaja momentánea, Hattori dejó caer todo su peso sobre la daga con la intención de hacer volcar al córvido para que este cayese escaleras abajo y así quitarlo de las almenas donde otros córvidos podrían ver la lucha. Sin embargo, el Tien era demasiado ligero para vencer el peso de aquella criatura. En lugar de derribar al córvido, lo único que consiguió fue quedar expuesto e indefenso, cosa que su enemigo aprovechó para atacarle furiosa y repetidamente con sus garras, haciendo jirones su ropa y su carne.

Hattori retrocedió tambaleándose al límite de la muerte y sólo Desna quiso que su daga se interpusiese bloqueando los nuevos ataques que le lanzaba aquella criatura y que hubiesen acabado definitivamente con el viejo Tien de no ser por el providencial auxilio de Vankor.

Al límite de la extenuación y pálido por la pérdida de sangre, el Tien se dejó caer en el suelo apoyándose contra la pared, levantó la mirada hacia el joven y le habló con voz trémula.

-Gracias Vankor-san. Me has salvado la vida.