Partida Rol por web

El Reino de la Sombra: Enterrados en el Hielo

La Caverna

Cargando editor
19/02/2013, 21:08
Corm, hijo de Korn

Corm no se movió ante las palabras de su hermano más que para acercarse a su padre y tocarle suavemente el hombro. El joven parecía bastante afectado. Korn le había dado algo más que su vida y el le debía toda la lealtad del mundo. A él y a su clan. Su cuerpo era humano, pero su corazón y su alma eran mitad humano, mitad hijo de Orn y el hecho de haber vivido toda su vida con ellos intensificaba ese sentimiento.

Padre...Gracias. Gracias por todo lo que hiciste por mí, gracias por salvarme a pesar de que los demás nunca lo comprendiesen. Te juro que no te fallaremos. El Rey Dios cayó una vez... y caerá otra. -el bárbaro se inclinó algo mñas y susurró- Y ni en su más enreversada visión imaginará que habrá humanos en su contra. Porqueé si es necesario, buscaré ayuda en las ciudades.

Cargando editor
19/02/2013, 21:21
Director

Notas de juego

-Bien, será mejor que nos movamos. No podemos quedarnos aqui y esperar a que saquen al terror negro del hielo, debemos hacer algo-

Una puntualización. No se trata que los orkos y trolls estén desenterrando del hielo a un dragón, si no al menos decenas de ellos.

Dado que la gran Caverna es tan extensa, e incluso desde vuestra posición elevada, no sois capaces de ver sus límites, lo que significa que no podéis saber cuántos dragones podría ocultar este lugar.

Cargando editor
20/02/2013, 00:44
Director

Ambos hermanos, tanto Urm como Unks, lo saben: El Hacha de Hielo, y con ella el título y responsabilidad como Guía del Clan, no será transmitida a su siguiente portador hasta la muerte del previo, hasta la muerte de su padre.

Con solemnidad, Romt recoge de nuevo el arma sagrada y la deposita sobre el pecho de Korn, sentado en el suelo y cuya espalda reposa en la pared de hielo. Por su parte, Corm le cruza los brazos sobre el pecho con respeto, para que pueda sostener de nuevo el arma, aunque sea por última vez.

A pesar de que ya no pueda moverse, Korn os mira con aprobación, sin duda agradado por la forma en que los dos hermanos han resuelto la decisión sobre quién debería sucederle.

Cargando editor
20/02/2013, 00:45
Korn

Gracias. Susurra Korn con debilidad. Gracias por hacer que mi último día en este mundo haya podido sentirme orgulloso de todos vosotros…

Hoy me he sentido como nuestro profeta Kurs en la historia que os conté, ¿recordáis? Enfrentado a una decisión imposible. Una decisión que no tiene una opción correcta y otra incorrecta.

Ante decisiones así, y que implican las vidas y los destinos de otras personas, sólo queda una solución: Son los mismos afectados los que deben tomar esa decisión.

Así lo hicimos aquél día, en las Kehalas, hace tanto tiempo, siendo yo apenas un niño, cuando todos nosotros huíamos de los ejércitos del Rey Dios…

Cargando editor
20/02/2013, 00:46
Director

Ante nosotros se nos presentó una decisión crucial. Dos rutas a seguir.

La primera consistía es coronar una de las más altas montañas de las Kehalas. El enemigo no podría seguirnos allí, y al descender habríamos ganado nuestra libertad. El problema era que se trataba de una ruta tan peligrosa que posiblemente al menos la mitad de los nuestros perecerían en la montaña.

La otra ruta nos llevaba a descender hasta el valle. Desde allí, tras otro día de viaje, estaríamos fuera de territorio hostil. El peligro de este camino era que quizás el enemigo pudiese llegar hasta nosotros antes de lo que esperábamos, y si nos alcanzaban en el valle, en campo abierto, acabarían con hasta el último de nosotros. Sería nuestro fin.

Todos nosotros, todos los Hijos de Orn, comprendieron el riesgo de tomar esta decisión. ¿Escalar la montaña y perder a la mitad o más de los tuyos? ¿O arriesgarse bajando al valle con la posibilidad del exterminio total?

Nos volvimos hacia Kurs. Nuestro profeta. Nuestro Guía. El representante de Orn. Pero Orn no dio una respuesta a Kurs. Como la naturaleza, Orn puede ser maravillosa en su generosidad o completamente despiadada. No. Nuestro Guía debía tomar esta decisión sólo.

¿Imagináis esa responsabilidad? ¿Saber que tu decisión puede salvar o condenar a todos los tuyos? ¿A toda tu raza?

Cargando editor
20/02/2013, 00:47
Korn

Ese día, no fue Kurs quien tomo la decisión. No. Fuimos cada uno de nosotros los que decidimos la ruta a tomar. Fue nuestra la decisión. Eso hizo que muchos de nosotros nunca llegáramos a nuestro destino, pero otros sí que lo lograron. Como yo.

Hoy yo me encontraba ante la misma elección: Tener que decidir entre dos hijos… ¿Cómo se le puede pedir eso a un padre?

Afortunadamente, habéis tomado la decisión vosotros mismos. Y os doy las gracias por ello…

Cargando editor
20/02/2013, 00:48
Director

Consternados por las palabras de Korn, ninguno de vosotros acierta a decir nada más. Sobran las palabras. El rostro extremadamente pálido del Guía parece sumido en una plácida serenidad. ¿Ha llegado ya el final?

No. Aun no. Vuelve a abrir sus ojos y sus labios vuelven a hablaros.

Aún hay algo importante que debéis saber. Escuchadme. Korn traga saliva y se esfuerza por continuar, lo cual parece que no le resulta para nada fácil.

Incluso si todos los Clanes de Hijos de Orn de las Terasdur se unen en contra de los ejércitos del Rey Dios, no será suficiente. Tenedlo bien presente. Somos fuertes, pero no lo suficiente como para enfrentarnos solos a este Mal.

Al igual que sucedió en el pasado, necesitaremos ayuda, la ayuda de otras razas…

Orn sabe bien que los misteriosos elfos de los Bosques del sur están más allá de nuestro alcance, pero no así los hombres del oeste, los humanos enfundados en armaduras de acero de la región de Stumlad. Es a ellos a los que debemos acudir, para prevenirlos y para que sean nuestros aliados en la guerra que está por venir.

Pero, hijos míos, los hombres del oeste son desconfiados por naturaleza, y lo que es peor, orgullosos hasta el sinsentido. Romt y yo lo comprobamos hace décadas, cuando viajamos juntos hasta Stumlad para tratar de forjar una alianza entre nuestro clan y ellos. Nunca pudimos llevarlo a cabo, debido al poco interés y el desprecio que esa gente nos dedicaba. La mayoría nos llamaban simplemente “gigantes azules” y se pensaban mejor que nosotros. Creían que no necesitaban ninguna ayuda de otras razas. Que ellos solos se bastaban.

Korn hace una pausa antes de continuar. Al hacerlo os mira con ojos brillantes.

Con esto quiero decir que los caballeros de Stumlad nunca nos creeran si no les lleváis una prueba. Una prueba irrefutable.

El moribundo hijo de Orn se pasa la lengua por los labios. Es consciente de la difícil prueba que os va a pedir.

Antes de iros de este lugar maldito. Antes de salir de esta montaña y emprender camino a nuestros territorios. Antes de eso… tendréis que descender hasta allí abajo, al suelo de la caverna de hielo… y conseguir esa prueba.

Una prueba que, al verla los caballeros, ya no puedan negar la evidencia sobre el regreso del Rey Dios.

Id a por esa prueba. Volved con ella. No os preocupéis por mí. Aquí permaneceré y aquí os estaré esperando.

No me falléis…

Cargando editor
20/02/2013, 01:54
Urm, hijo de Korn

Urm asintió a las palabras de su padre.

-Padre, no se que prueba es esa pero si tengo que arrancarle los dientes al mismo Rey Dios para conseguirla, juro que daré mi vida por ello. Unks, Corm, Romt y yo mismo seguiremos la senda que Orn te señaló. Viaja en paz padre-finalizó, recitando la frase de despedida común en su pueblo. No había decidido nada sobre quien guiaría a su pueblo, pero ahora eso daba igual tenían que cumplir con los destinos que Orn les había marcado.

Cargando editor
20/02/2013, 06:32
Korn

¿Qué prueba decís? Replica Korn, y por un momento sus ojos negros brillan con la fiereza de antaño.

La única prueba que no negaría ni el más ciego de los humanos...

En ese momento lo comprendéis, antes incluso de que el Guía os lo diga.

Traedme la cabeza de uno de esos horrores alados…

Cargando editor
20/02/2013, 14:01
Corm, hijo de Korn

Un dragón.... La cabeza de un dragón... Genial...

Dalo por hecho padre.—respondió con firmeza llevandose la mano a la enorme espada—te traeremos la cabeza de uno de esas lagartijas aladas

Solo espero que no acabemos achicharrados...Orn sabe que no temo a los orkos pero...¡Dragones!

No había mucho más que decir...tenían que ponerse en marcha. ¿Pero como lo harían? Lo único que se le ocurría era bajar por la cuerda y buscar algun escondrijo en la parte mas baja para sus compañeros e ir acercandose y explorando poco a poco. El joven lanzó una mirada al grupo interrogativa. Sus hermanos le conocían lo suficientemente bien como para suponer lo que estaba pensando pero aún así lo dijo.

—Podría buscar un escondite más abajo... para ir acercandonos poco a poco.

En realidad el bárbaro pensaba que la mejor opción era que fuese el el que se acercara a cortar la cabeza a la bestia, pero sus hermanos y sobre todo Romt no se lo permitirían y además, siempre convenía cubrirse las espaldas.

Cargando editor
21/02/2013, 21:40
Urm, hijo de Korn

-Es algo. Pero no se como podremos escurrirnos entre todos esos orkos sin llamar la atención-dijo serio mientras miraba hacia el fondo de la caverna- Hermano pequeño, haz eso que dices, pero recuerda que tiene que ser un escondite... amplio. Hermano-dijo dirigiendose a Unks- tu eres mas inteligente que yo, dime, ¿que podemos hacer para traer esa cabeza de dragón?

Cargando editor
21/02/2013, 21:43
Corm, hijo de Korn

Lo mas sensato es que me escurra yo, hermano—respondió Corm pensativo. Quizas fuese incluso más seguro que descendiese solo para que en caso de ser descubierto no pudiesen vincularlo con los gigantes...aunque los tatuajes no dejaban lugar a dudas de quien era en realidad— Romt me enseñó bien, y yo he aprendido algunos trucos bastante buenos...

Cargando editor
21/02/2013, 23:39
Director

Korn ha cerrado los ojos. Parece dormir, sujetando entre sus brazos su Hacha.

Romt se aproxima para comprobar su estado, mientras Unks lo mira expectante. Al cabo de unos momentos, el viejo guerrero confirma al hijo del Guía que Korn sigue vivo, sigue respirando, pero muy débilmente. El Guía del Clan permanece ahora sumido en la inconsciencia.

A la pregunta de Unks sobre si volverá a despertar, Romt sacude la cabeza con pesar. Lo cierto es que en su estado, lo más probable es que se sumerja poco a poco en un sueño cada vez más profundo y finalmente no volver a salir de él.

¿Qué pueden hacer por él? ¿Qué pueden hacer con él? Nada más se puede hacer, y Romt opina que lo mejor es dejarlo aquí, dormido y apoyado en la pared, por lo menos hasta que vuelvan de su cometido.

En esta ocasión ya no podrán contar con él. Tendrán que apañárselas solos…

Cargando editor
21/02/2013, 23:40
Director

Asomándose con cuidado al borde de la cornisa, Corm calcula de un vistazo la altura que les separa del suelo de la gran Caverna, del lugar donde los dragones reposan enterrados en el hielo y docenas de orkos ayudados de trolls se esfuerzan en desenterrar.

Aproximadamente unos cuarenta metros de pared vertical y helada hasta abajo… Eso es lo que debe de haber.

Cuando el joven bárbaro se lo dice a su hermano Urm, el gigante levanta en alto el rollo de la cuerda que lograron recuperar tras el seísmo que sufrieron allá atrás, en la sima. No tendrá más de veinticinco metros de largo, insuficiente como para llegar al suelo.

Además hay otro problema. Las luces flotantes que hay por debajo de ellos hacen que la misma sombra que crea la cornisa en la que se encuentran permita que permanezcan ocultos de la mirada de cualquiera de esos orkos que se le ocurra mirar hacia arriba. Pero si se deciden a bajar por la pared de hielo, a media bajada estarían expuestos a la vista de sus enemigos…

Cargando editor
22/02/2013, 00:14
Director

La gran caverna de hielo se extiende ante la preocupada mirada de los Hijos de Orn.

Situados en un saliente junto a la pared, se encuentran a cuarenta metros de altura sobre el suelo donde descansan los terrores alados que están siendo despertados por un ejército organizado de orkos.

Es allá abajo donde deben descender, para cercenar la testa de uno de esos dragones.

Korn tenía razón. Sólo una prueba como esa podría convencer realmente a los humanos del oeste de que el Mal se revuelve en las Montañas Kehalas y se prepara para atacar a todo Valsorth de nuevo.

Pero desde este lugar es imposible descender. Demasiado alto. Demasiados expuestos durante la bajada.

Por suerte el saliente, un estrecho pasillo en el que a un lado tienen la pared de hielo y al otro el vacío, se extiende adelante, hasta más allá de donde son capaces de ver. De momento es el único camino que hay, la única dirección. No les queda más remedio que seguirlo, y tener la esperanza de que más adelante encuentren un lugar en el que la altura no sea tanta y no haya muchos adversarios abajo que puedan descubrirlos.

Pero emprender el camino implica dejar atrás a Korn, el Guía del Clan.

Cada uno se despide en privado. A su manera. No pueden estar seguros que a su vuelta (si es que vuelven), Korn aún permanezca con vida.

Y así es como los Hijos de Orn se despidieron de su Guía y, avanzando en fila india, comenzaron a caminar por el estrecho saliente hacia delante.

Todos tenían la misma sensación.

La de estar metiéndose en la boca del lobo…

Cargando editor
22/02/2013, 00:40
Director

Notas de juego

Atención.  Ante el reto que van a enfrentar vuestros personajes, alguna ayuda deben de tener.

Por tanto, cada personaje recibe un Punto de Acción (ya está anotado en vuestras fichas).

Además, a partir de ahora, se cambian las reglas para el uso de estos puntos, que se podrán usar de una de las tres siguientes maneras:

• Hacer que una tirada fallida se convierta en una tirada con éxito. En este caso siempre se considerará que el resultado total obtenido es el mínimo para asegurar el éxito.
• Estabilizarte automáticamente a ti o a otro que asistas si está Moribundo.
• Reducir el daño sufrido por un ataque a la mitad.

Cargando editor
22/02/2013, 01:32
Director

El tiempo parece transcurrir lento en este lugar, como si también se viera afectado por el frío, mientras recorréis en silencio este sendero cubierto de hielo pisando con fuerza, tratando de evitar un inoportuno resbalón que, si os precipitara al vacío, sería el fin de vuestro viaje y vuestra vida.

No dejáis de lanzar miradas hacia abajo, en busca de un lugar en el que ser capaces de descender, pero de momento la fortuna no se cruza en vuestro camino. Aun os encontráis a demasiada altura, y la pared por la que tendríais que bajar no presenta lugares donde esconderse del escrutinio de orkos y otros seres.

Y no podéis olvidaros en ningún momento de ellos. No dejáis de oir el ruido de los picos rompiendo el hielo, los jadeos de los orkos, los chasquidos de los látigos de los capataces, el traqueteo de los carromatos que arrastran los trolls. Es un ruido constante y molesto, pero que no os queda más remedio que soportar.

Cuanto más avanzáis por esta Caverna, más os reafirmáis en vuestra impresión inicial de que este lugar ha sido excavado de manera artificial. A los ojos de alguien no acostumbrado a vivir en cavernas, como vosotros, este lugar le parecería natural, pero vosotros podéis distinguir claramente que este lugar es una gran, una enorme sala, con suelos y paredes lisas y gigantescas columnas que soportan la misma montaña. Simplemente, el hielo lo ha cubierto todo con gruesas capas, dándole un aspecto extraño.

Una vez más, os preguntáis quiénes fueron los que excavaron este impresionante lugar, quizás hace cientos o miles de años, y qué fue de ellos para que ahora el interior de la montaña haya sido invadido por las criaturas del Mal…

Cargando editor
22/02/2013, 01:33
Director

Continuáis avanzando. Pensando en dragones. Pensando en el momento en el que os acerquéis a uno de esos terrores con la intención de matarlo. Pensando en que de pronto abra esos ojos carmesís, os mire y se os hiele la sangre, a vosotros, que sois inmunes al frío.

Pero no al fuego…

Os tratáis de quitar esas ideas de la cabeza pensando en otra cosa. Como por ejemplo que, además de la misión que os ha encomendado Korn, también debéis encontrar una salida de esta caverna. Una salida que os lleve al exterior.

Sí, porque no podéis volver por donde habéis entrado. La sima por la que descendisteis y que casi se convierte en vuestra tumba resultaría imposible de escalar de nuevo. Por un lado porque es demasiado alta y por otro porque tras el seísmo sufrido, las paredes estarán debilitadas y no serían en absoluto seguras para una escalada.

Os encontráis pensando en esto cuando vuestro camino se divide en dos.

Por un lado, el saliente continúa hacia delante, hasta perderse a lo lejos entre sombras y recodos.

Por otro lado, desde el saliente surge un arco de hielo que cruza el vacío y llega hasta lo alto de una de esas gigantescas columnas que se alzan en mitad de la caverna.

El arco en realidad no es de hielo, como os ha parecido en un principio, sino que es una estructura de roca recubierta de hielo, lo que os da algo más de seguridad. De todas maneras, no parece un puente robusto, sino más bien estilizado. Si lo cruzáis, tendrá que ser de uno en uno y con mucho cuidado, al ser extremadamente estrecho.

 

Notas de juego

Dos posibilidades:

Continuar por el saliente, pegados a la pared. Parece más seguro que el arco, pero ya lleváis un rato largo avanzando y esto no tiene pinta de descender.

El arco que conduce hacia la columna, y que quizás lleve al otro lado de la caverna. Sin embargo ese arco no parece muy fuerte…

Cargando editor
22/02/2013, 17:55
Romt, hijo de Kun

- Muchachos atemos la soga a la cintura del pequeñajo de Corm que es el más liviano y que camine con mucho cuidado por el arco - esta es la mejor opción que tenemos. Por lo menos algo diferente podremos encontrar, que si continuamos por el saliente. - Unks, Urm y yo te sostendremos con el extremo de la soga - digo al bárbaro casi tan seguro como dando una órden. Mi voz sale de mi garganta tan serena como una agradable melodía pero tan grave como el sonido que produce un cuerno de guerra.

- Si es que logras llegar al otro extremo y regresar sin que el arco se derrumbe, tomarás una piedra, para asemejar nuestro peso y repetirás el camino hacia el otro lado del puente - a pesar de estar seguro con lo que el grupo debía realizar, no era mi costumbre obligar a hacer algo que los demás no quisieran. Este proceder no era propio de un miembro del clan del Hacha de Hielo. Al tomar la soga y comenzar a desenrrollarla, miro a cada uno de los muchachos y me dirijo en un tono displicente pero rotundo - Entonces, se hará como he dicho? Vamos, opinar!! - intento apurar a los hijos de Korn para advertir que el tiempo no es nuestro mejor aliado en estos momentos. - Debemos darnos prisa en nuestras acciones -

Cargando editor
22/02/2013, 18:25
Director

Notas de juego

Parece un buen plan. Solo que, como siempre, cogéis al pobre Corm para hacer todas las pruebas...

;)