Partida Rol por web

Me quede de piedra cuando vi salir aquella criatura del agua. Intentaba mover mi cuerpo pero era imposible, solo fui capaz de hacerme un ovillo y comenzar a temblar de miedo. De pronto vi a todos mis amigos corriendo de un lado a otro y tirando de la cadena para salir del agua cuanto antes y fue en ese momento cuando reaccioné y de un salto agarre la cadena para ayudar en lo posible. La fuerza no era mi fuerte, no obstante dos manos de más no nos iban a venir mal.

- Mi ayuda no servirá de mucho chicos pero tiremos todos a la vez!

La pandilla se pone a tirar con fuerza de la cadena, cada uno ayuda como puede. Ya sea recogiendo la cadena, tirando de ella o sencillamente apartándose a tiempo para no engancharse con ella. La criatura no se alza más, estará por encima del agua como un metro y algo, tampoco es tanto. Así que cuando se abalanza hacía delante vosotros ya habéis conseguido apartar la balsa. Lo que no podéis apartar es el agua, que fuerza la balsa improvisada hacía delante provocando un gran salto.

Todos los que estáis en la balsa haced un chequeo para ver como acabáis. Podéis escoger que característica usar para la tirada:
- Fuerza para manteneros agarrados a algo.
- Destreza para conservar el equilibrio y no caer al agua.
- Constitución, por si caéis al agua conservar el aire.
- Sabiduría para aprovechar la ocasión que se te haya presentado para salvar la situación.
La dificultad de esta tirada es de 14+, os sugiero usar el atributo que mejor os venga de los cuatro ya que es una dificultad elevada. 

La cabeza y el cuello que visteis emerger en el lago parece haber desaparecido de nuevo debajo del agua.

Éramos un equipo y, como los Mosqueteros, íbamos todos a una. Con esfuerzo conseguimos apartar la balsa lo suficiente para que aquella criatura no nos alcanzara pero, cuando volvió a meterse en el agua lo hizo con tanta fuerza que el agua que levantó fue igual o más peligrosa aún. Era como una enorme ballena que hubiera salido a la superficie para dejarse caer de golpe en el mar, o el gordito de la piscina que se tiraba haciendo la bomba salpicando a todo el mundo.

Fue precisamente el agua lo que hizo que la barca se moviera dando peligrosos tumbos. Peligrosos por lo menos para nosotros. Estaba tan cansado que no era capaz a mantenerme casi de pie y tenía las manos tan rojas y sudorosas de tirar de la cadena que, cuando la enorme ola nos alcanzó, se escurrió entre mis manos.

Intentando recordar todas las veces que había querido emular a mi querido Michael, buscando una estabilidad en aquel movimiento hacia adelante que en más de una ocasión me había llevado de cara al suelo, me esforcé por mantener el equilibrio en la balsa pero... Imposible. Entre que éramos muchos allí arriba, todo lo que se movía y el miedo que sentía lo único que conseguí fue caer de cabeza en el agua.

¡En el agua! Debajo de la cual se encontraba el monstruo dispuesto a tragarse al primer imbécil que cayera en sus fauces... Y ese tontorrón iba a ser yo.

La inmensa criatura no tardo en hacernos sentir su fuerza pues con un poderoso golpe de su largo cuello intentó hundir la balsa, por fortuna, la pandilla se puso manos a la obra y conseguimos evitar el tremendo golpe que sin dudas habría acabado con nosotros.

Sin embargo, el evitar la embestida de la criatura no nos puso totalmente fuera de peligro, pues una inmensa ola le siguió al golpe, la fuerza del agua hizo tambalear la balsa y saco de balance a alguno de los chicos.

Con bastante dificultad consigo mantener el equilibrio sobre la balsa mientras esta se desliza hacia el puerto, al tiempo que intento sujetar la cadena para retomar el control de la embarcación.

¡Por favor, no sigas, no queremos hacerte daño, sólo estamos aquí para divertirnos, no queríamos molestarte! - le grito a la criatura con tono suplicante mientras busco una manera de sacar a todos del agua.

Con algo de suerte mis intentos de calmar a la bestia la distraerían lo suficiente como para que todos los que habían caído al agua subieran de nuevo a la balsa o se alejaran de su camino.

miro como mis amigos son embestidos por la pequeña ola y como el ser desaparece para seguramente volver pronto.
Me siento impotente y no se que hacer, de echo creo que me estaba costando bastante aguantar el tipo alli de pie sin echar a correr con mi bici.

Venga venga por favor daros prisa- rechine por lo bajo mientras oteaba el lago

Echa un lio como estaba con la cadena rodeando mi cuerpo incapaz de echar una mano a mis compañeros veo como una gran ola se dirige hacia nosotros. Trato de pensar algún plan para evitar o suavizar el impacto pero los nervios y mi situación no me ayudan en absoluto. Recibo el impacto de la ola con toda su fuerza y salgo volando hacia el agua. No soy consciente del momento, trato de librarme de la cadena para poder salir fuera del agua y comenzar la huida aunque no parece tarea fácil. Estoy perdida... no se como voy a poder salir de esta...

Mientras tiraba de la cadena Ana se despistó pensando en cómo podrían acabar con aquella especie de monstruo.¿tal vez con el coche?Las llaves estaban aún en el coche,¿no?Ese fue un gran error ya que no prestaba suficiente atención y la ola ocasionada por aquel animal la pilló totalmente desprevenida.Perdió el equilibrio y cayó al agua maneando a lo loco tratando de agarrarse a algo.

Del movimiento de la balsa por culpa de las olas todos salís lanzados al agua menos Héctor, quien consigue mantener el equilibrio sobre la plataforma. Todos los demás acabáis en el agua, a remojo y con una criatura debajo vuestra. ¡Buen rollito!

La desesperación y el miedo al saber que aquel monstruo se movía peligrosamente bajo mis pies y que yo era incapaz de ver nada en aquel agua sucia, comencé a mover frenéticamente brazos y piernas intentando alejarme hacia la orilla. Y si llegaba al embarcadero mejor que mejor.

Pero el agua sucia que había entrado en mis ojos me dejaron medio cegato, lo suficiente para no saber hacia dónde estaba yendo. Nadaba y nadaba como si estuviera en una competición olímpica pero me daba la sensación de que nunca iba a llegar. Lo único en lo que podía confiar era en estar yendo en la dirección correcta.

La situación pintaba mal, tenía que ayudar a los chicos y más me valía hacerlo pronto, un rápido vistazo me permitió percatarme de que quien se encontraba en peor situación era María, así que decidí ayudarla a subir a la barca aprovechando que se hallaba enredada con la cadena.

Venga María, no luches con la cadena, sujetate fuerte, te voy a subir a la balsa. - digo mientras tiro rápidamente de la cadena para ayudar a María a subir a la balsa y sacarla del agua, confiando en que Borja por su parte seguiría tirando de la cadena para acercarnos al muelle.

Una vez con María fuera del agua, me giro de nuevo hacia la criatura e intento calmarla para que deje de atacarnos.

Por favor déjanos ir, ya no volveremos por aquí, pero déjanos ir. - le digo a la criatura con voz conciliadora mientras muevo las manos como quien intenta apaciguar a una mascota malhumorada.

Nada más caer al agua Ana trató de nadar hacia el embarcadero aunque con el susto de la caída y el miedo de saber que aquella cosa estaba en el agua con ellos ni siquiera tenía claro que estuviese nadando en la dirección correcta.Era difícil orientarse entre todo el caos que se había desatado pero aún así lo intentó,tenían que salir de allí a toda prisa.

me tape los ojos tras aquello, no queria mirar como aquel ser se los comia, menuda mala suerte caerse de la barca justo en ese momento, pero que podia hacer yo mas que lamentarme  con la esperanza de que se salvaran

Suelto un grito cuando noto que me caigo al agua, el frío no es nada comparado al hecho de que hay un bicho que puede comernos en algún sitio debajo de nosotros, oculto en el agua sucia.

Llevada por el miedo empiezo a patalear con fuerza, intentando ponerme a salvo.

Veo como las cadenas impiden que pueda nadar para ponerme a salvo y trato de soltarme de ellas antes de empezar a hundirme. Intento gritar para pedir socorro y lo único que consigo es que el agua empiece a entrar a chorros en mis pulmones... Esto no pinta nada bien para mi... Quien me mandaría meterme aquí. Pienso mientras sigo intentando soltarme.

En un ataque de fuerza de voluntad, veo que Hector intenta ayudarme e intento y sacando la cabeza del agua consigo gritar con fuera. ¡Es hora de sentir el trueno!

Clara ha tomado las de villadiego y ha nadado en linea recta sin mirar atrás. En lo que queda del embarcadero se encuentra con Borja que vence el miedo que estaba sufriendo para acercarse a ayudarla a salir del agua. Aunque su atención se centra en María, nuestro querido bromista se encuentra preocupado por su amiga.

Ana y Jacobo no consiguen nadar en la dirección adecuada. La sorpresa, el desconcierto y el miedo provocan que en lugar de haberse alejado se hayan quedado más cerca de la balsa que no del embarcadero.

María consigue volver a asomarse a la superficie, aprovechando que esta bajo el agua se impulsa con las manos siguiendo la trayectoria de la cadena de vuelta hasta la balsa. Allí Héctor la ayuda a subir de nuevo a la barcaza, y deshacerse de la cadena que se le había enganchado, pero la balsa se esta empezando a desmoronar. Las cuerdas que la sujetaban se han debilitado, pero vuestra atención se centra en el centro del lago. El barco se esta alejando de vosotros en dirección contraria. Y bajo el agua salen unas pocas burbujas de oxigeno que acaban saliendo del agua.

Nadaba y nadaba sin saber muy bien lo que estaba haciendo. Después de haber tenido que tirar tanto de la cadena para mover la balsa, ahora me sentía demaisado cansado para mantenerme a flote. Me obligaba a mover brazos y piernas, pero más parecía un pato mareado que alguien que supiera nadar.

Para colmo, no sabía muy bien hacia dónde estaba yendo pues el agua sucia se me metia en los ojos. Y tampoco sabía qué le había sucedido al resto y si estarían en las mismas dificultades que yo.

Pero tenía que sobreponerme... Al miedo, al cansancio... Y seguir moviendo piernas y brazos como si un monstruo me persiguiera...

¡Mierda! Un monstruo me perseguía.

Tan pronto María está en la balsa, le entrego la cadena para que tire de ella con el fin de acercarnos a tierra, mientras yo me arrojo al piso de la balsa y empiezo a atar los cabos sueltos con una velocidad endemoniada.

La tarea es repetitiva y tediosa, pero mis manos son muy rápidas  hábiles.

Vamos María tira de la cadena mientras yo nos mantengo a flote.