Partida Rol por web

El Teatro de los Muertos

Capítulo II: Intermezzo

Cargando editor
22/12/2017, 01:42
Elie Godnay

—Joder, bien pensado —enuncia esa presencia de la cabeza de Angie en el mismo instante en que ella se esconde de esa manera. Escucha entonces lo que ella dice y se puede notar en su interior cómo se toma un instante para valorar lo que dice.

—Puede ser. Ahora está saliendo bien también, ¿no? —pregunta—. Tía, creo que estoy aprendiendo a notar lo que tú sientes también en eso. Lo que tenemos que hacer entonces es aprender a medir con cuidado. A mí no me mola estar aquí viendo sin poder hacer nada, y más sabiendo que te puedo echar un cable, pero tampoco quiero que el karma te haga sentir como una mierda. Asi que vamos poco a poco y con cuida~

Las palabras se interrumpieron en cuanto Linda chocó con el hombro de Angie.

—Joder, puta zombie —enuncia con clara molestia hacia ella—. Tía, te juro que antes me daba un poco de pena, pero ya empiezo a odiarla. Eso no vale, coño. Y más vale que el puto John esté escapando, porque le estamos dando tiempo de sobra. Ahora... ¿Qué hacemos? —pregunta mientras la oye hablar, aunque se da más prisa al ver que va a tratar de apresarla—. ¡Empújala y corre! —propone a la desesperada, no como una orden sino claramente como lo primero que se le ocurre.

Cargando editor
30/12/2017, 23:05
Angie Doyle

Estaba inmóvil, expectante, nerviosa. Deseando que Linda pasara atravesándome de largo y así pudiera despistarla de una vez por todas... Y el golpe en el hombro me descoloca por completo, haciéndome salir de mi escondite al inclinarme hacia delante para mantener el equilibrio. 

«Mierdamierdamierdamierda...», pienso, cabreada con Linda por no ser tan intangible como yo y enseñarme una lección sobre mi nuevo ser en el maldito peor momento del mundo, «Sí, sí. Ayúdame ahora, Elie, ayúdame»

Veo que la zombie está a punto de agarrarme y entrecierro los ojos. Elie tiene razón, hay que seguir huyendo. De lo que dice de John no hago mucho caso. Espero que él se haya metido el turbo y esté ya lejos, pero con lo empanado que está a lo mejor sigue allí parado como un pasmarote. 

¡Déjame en paz, puta zombi! —le grito a la cara mientras me pongo en movimiento.

Correr de nuevo, esa es mi prioridad. Y, si puedo, antes de que Linda se me acerque más. Si llega a agarrarme antes de que eche a correr, entonces tendré que intentar soltarme antes. 

- Tiradas (2)

Motivo: Des+Atl-cadenas+Elie

Tirada: 10d10

Dificultad: 6+

Resultado: 3, 5, 9, 8, 10, 1, 7, 5, 8, 9 (Suma: 65)

Exitos: 6

Motivo: Fue+Pelea-cadenas+Elie

Tirada: 5d10

Dificultad: 6+

Resultado: 9, 5, 3, 7, 5 (Suma: 29)

Exitos: 2

Notas de juego

No sé si he ganado la iniciativa o no, así que adelanto tiradas para las dos posibilidades y coges la que convenga. Una es para correr si la gano yo. La otra para soltarme si la gana ella. 

Cargando editor
08/01/2018, 02:41
Narración

Una milésima de segundo de ventaja era lo que necesitabas para tener la ventaja frente a Linda. Obviamente estabas metido en medio de todo esto debido a tu educación incompleta, pero ahora te correspondía a ti y a nadie más que a ti salir de ello por cualquier medio que te fuese posible. Estaba claro que John, dondequiera que estuviese, no iba a ayudarte, y sólo Elie parecía prestarte una mano en aquel instante en el que más lo necesitabas.

Tus ojos se cruzaron con los de Linda. Los suyos no parecen tener expresión alguna, no hay pasión o rabia, no hay ni siquiera la emoción de la persecución que te haría pensar que razonar con ella sería una posibilidad. Parecía simplemente programada en no perderte de vista, sin que otra tarea ocupase su mente. Tus insultos son como gritarle al viento y su reacción inexistente tan sólo aviva la rabia en tu interior. Todo indicaba que su inteligencia se limitaba a esto, y que ni siquiera la furia o la rabia de su presa merecía siquiera una replica, un reconocimiento, nada. Es allí cuando te moviste, lo hiciste primero, con gran voluntad, con una minúscula ventaja que tus músculos fantasmales y tu deseo de alejarte de ella fueron capaces de concebir por sí mismos antes que la misma idea tomara forma en tu mente. Una reacción refleja, un instante de lucidez para largarse de allí a la mayor velocidad posible.

Tus extremidades se mueven con gran fuerza, dos brincos y aunque Linda reacciona casi que un instante después, te mueves demasiado pronto para que ella entienda lo que sucede. Da igual, queda atrás, y al frente queda el cobertizo, la cerca de madera del jardín trasero, el olor a salitre y pescado, y el negro cielo tormentoso. No tienes espacio para pensar, en un pestañeo estás dentro del cobertizo, con el olor a óxido y polvo entrando por tu nariz, con la visión de herramientas viejas y olvidadas, cadenas y fragmentos putrefactos del mundo real abandonados a su suerte en aquel lugar. La oscuridad siniestra de la habitación es apenas un pestañeo al atravesar la siguiente pared y encontrarte en el jardín trasero de la otra casa, mientras los pasos de Linda desde el otro jardín te avisan que tu perseguidora no se ha dado por vencida. Continúas corriendo a toda velocidad, sobre un suelo que en lugar de ser mullido, húmedo y verdoso como el césped natural, parecía más dura, fría y gris tierra ante cada pisada: el verdor no era más que una superposición allí desde donde estabas, una emanación de la realidad de los vivos que permeaba tus propios sentidos, mientras sólo el vacío y la ausencia de vegetación era evidente. Después de todo, las plantas no podían ir al cielo, o al infierno, o al limbo. Sea como sea que se llamase realmente el lugar en el que estás varada.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Iniciativa Linda

Tirada: 1d10

Resultado: 7(+3)=10

Tirada oculta

Motivo: Des+Atl Linda

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 4, 8, 3, 3 (Suma: 18)

Exitos: 1

Notas de juego

Por fa, procura ser un poco más específica con las acciones. Dijiste correr pero hay tres direcciones posibles (asumiendo que no hayas corrido hacia Linda, xD que espero que no). Por ahora asumiré que corres hacia el jardín interior en lugar de hacia atrás, que me suena a la alternativa más lógica dadas las circunstancias.

Cargando editor
14/01/2018, 03:20
Angie Doyle

«¡Bien hecho!». Un pensamiento a medias para mí y a medias para Elie al esquivar por los pelos las manos de Linda que a mí me parecen más bien unas garras engarfiadas ansiando apresarme. Y de nuevo correr, correr como si no hubiera mañana. Aunque realmente no sé si en esto en lo que consiste ahora mi existencia tiene mucho sentido esa expresión. Se supone que yo ya no tengo futuro, ¿no? 

Aparto esa idea de mi cabeza ahora, ya habrá momentos para filosofar cuando esté a salvo y me haya librado de las cadenas y de Linda y de todo. Ahora sólo me queda correr y apartarme de la maldita zombie que no me deja en paz. «El gordo no te paga tanto como para que pongas todo este empeño. En realidad no te paga nada». 

Hasta ahora me he estado moviendo sin pensar, ya se notó antes, cuando casi acabo metiéndome en la casa de Josh justo cuando quería apartarme de ella y ahora de repente me veo en un cobertizo... Pero no me detengo, ni hablar. Voy a empezar a usar la cabeza, joder. Correr como una loca, sí, pero necesito un plan. Entonces me doy cuenta. Tengo que intentar llegar a una carretera en la que pasen coches y meterme en uno en marcha para alejarme aún más rápido. Ya tendré tiempo de bajarme cuando esté lejos y volver dando un rodeo. 

«¡Vamos, Elie!», llamo, corriendo con un nuevo impulso, «¡Tengo una idea!»

- Tiradas (1)

Motivo: Des+Atl-cadenas+Elie

Tirada: 10d10

Dificultad: 6+

Resultado: 2, 8, 9, 10, 2, 8, 3, 4, 10, 8 (Suma: 64)

Exitos: 6

Notas de juego

Sorry, es por desconocimiento del lugar. No tengo claro el entorno ni qué direcciones posibles hay y por eso lo dejé en el aire. En realidad es que me da igual la dirección salvo ir hacia Linda o la casa de Josh XD, pero intentaré precisar más :).

Cargando editor
15/01/2018, 23:39
Narración

Cuentas ahora con más ventaja. Los pasos de Linda parecen quedarse atrás, mientras a grandes zancadas atraviesas el jardín trasero, la casa y el jardín frontal. Tu cabeza rápidamente hila un plan, mientras vuelves a salir a la calle. El pavimento está agrietado y polvoso, manchado, duro y frío. Puedes sentir el helado tacto del concreto a través de tus pies y el olor a cemento sucio emanando de él. Todo parece emitir ese nauseabundo hedor a descomposición de una forma u de otra, todo parece manchado y condenado a convertirse en una parodia asquerosa y corrupta de lo que recuerdas. Y lo peor de todo es que comienzas a acostumbrarte lentamente. Incluso aquellas flagrancias de muerte y decadencia dejan de ser molestas, el aire impregnado de olor a pescado muerto, los aromas de la hierba muerta, la madera descompuesta, todo que debería ser tan horrible e insoportable se asienta con cada instante como una cotidianidad difícil de ignorar. Esto es lo normal. Y tu mente comienza a aceptarlo.

Pero no piensas en ello ahora. Te gustaría poder escuchar la respiración o la agitación de Linda en su persecución, pero al igual que tú, no se cansa, no necesita tomar aire, no está atada a las limitaciones de un cuerpo físico. Necesitas concentrarte. La calle no es tan transitada, siendo aún temprano y una típica calle de barrio. Pero logras ver a una distancia hacia tu derecha a un coche rojo transitando con la prudencia suburbana que en otros momentos te parecería aburrida y extremadamente lenta: se detiene en la esquina, para asegurarse de que no vengan otros coches y luego acelera con lentitud. No está demasiado lejos, pero necesitarías correr para alcanzarle y no hay garantía de que tu perseguidora no note tu plan. Miras hacia la cerca que separa los jardines de ambas casas y desde donde se ve el cobertizo que atravesaste hace un rato: Esperas ver a Linda apareciendo por allí en cualquier momento, así que tenías tan sólo unas valiosas milésimas para tomar una decisión...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Des+Atletismo Linda

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 7, 3, 2, 3 (Suma: 15)

Exitos: 1

Notas de juego

Básicamente estás en el espacio entre las dos casas. Como estabas antes, al frente estaba Linda y la casa de Josh, atrás estaban las casas que habías atravesado. A la derecha estaba la calle principal, a la izquierda la casa que colinda con la de Josh. Corriste hacia esa última dirección.

Ahora, tras este turno, estás en medio de la calle de atrás (o la que está al frente de la casa atrás de la de Josh). Hacia el frente hay más casas, hacia atrás está Linda y la susodicha casa, hacia los lados están los espacios de la carretera. Estás a unos 5 éxitos del coche, pero de acuerdo a la próxima tirada de Linda, podría ser que alcance a ver lo que haces.

Espero haberme explicado mejor.

Cargando editor
16/01/2018, 00:26
Angie Doyle

Me fijo en el coche que hay a la derecha y no me lo pienso dos veces antes de apretar la carrera para intentar llegar hasta él. Molaría más uno que fuese en plan rallye, como Edith cuando le cogía el coche a sus padres y pisaba a fondo mientras le gritábamos cosas a los que iban por la calle... pero al menos correrá más que mis piernas. «¡Hay que dejar a la zombie atrás, joder!»

- Tiradas (1)

Motivo: Des+Atl-cadenas+Elie

Tirada: 10d10

Dificultad: 6+

Resultado: 6, 6, 1, 5, 4, 5, 8, 9, 6, 6 (Suma: 56)

Exitos: 6

Cargando editor
16/01/2018, 00:38
Narración

Era el último esfuerzo. Tus piernas dan todo lo que tienes y el coche se acerca a gran velocidad. A medida que acortas la distancia, puedes ver que parece viejo y raído, que su pintura está oxidada y el tubo de escape lanza humaredas vibrantes que se desvanecen pronto, sin llegar a ti. Tienes la impresión de que algo irá mal con aquel vehículo, pero no podrías describir el por qué, y sabes que las cosas tienden a verse peor de este lado. Quizás es impresión tuya, pero no tienes tiempo para pensar. Volteas a mirar hacia atrás y puedes ver una sombra de lejos. No detalladas demasiado, asumes que es Linda, el coche está lo suficientemente cerca, no te detienes, cierras los ojos y esperas que el piso del vehículo te detenga. Saltas, mientras la oscuridad y tu cuerpo te indica que has caído en algo sólido.

Entonces lo sientes. La punzada horrible en el pecho, como una herida cristalizándose en tu interior. Cargada de congoja y miseria. Es similar a lo que has sentido antes, pero multiplicado varias veces. Como si el llanto se acumulara en tus ojos y te costase encontrar el aire que ya no necesitas. Sea lo que sea, muy profundo dentro de ti, sientes una derrota, sientes la inutilidad de tus esfuerzos y el peso de tus propios errores. La tristeza te invade y te toma unos instantes reaccionar para darte cuenta de que tu esfuerzo ha tenido éxito.

Estás en el coche, puedes ver el techo raído y gastado del automóvil, los asientos rotos con la espuma ennegrecida escapándose de alguna manera y el olor a aceite, gasolina y óxido que cubre todo el espacio. Una música de fondo suena, una canción que escuchas distorsionada e imperfecta, entre ruido y oscilaciones de la armonía, como si el mismo sonido estuviese contaminado y no pudieses disfrutarlo en su expresión completa. Es una canción triste de hace algunos meses que inmediatamente afecta tu estado de ánimo.

Entonces, te das cuenta. Un coche así, un coche así había acabado con tu vida hace unos días. Te había lanzado de cabeza a aquel infierno en el que de repente eras una esclava, en el que Josh ya no estaba contigo, en el que no volverías a sentir tu cama, estar con tus amigos, pasar el tiempo con tu familia, o volver a disfrutar de los sabores y los olores que sólo se pueden apreciar en vida. Seguramente quien esté conduciendo aquí no tenga nada que ver, pero de alguna forma u otra, tu fatídico destino está intrínsecamente atado a estas infernales máquinas y todo esto era en parte su culpa... y en otra parte, la culpa del maldito que te había pasado por encima.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Des+Atl Linda

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 9, 4, 4, 9 (Suma: 26)

Exitos: 2

Tirada oculta

Motivo: Per+Alerta Linda

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 2, 7, 5, 5 (Suma: 19)

Exitos: 1

Motivo: Per+Alerta Angie

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 2, 10, 4, 5 (Suma: 21)

Exitos: 1

Cargando editor
21/01/2018, 21:29
Elie Godnay

Las peticiones de ayuda por parte de Angie son respondidas desde ese lugar en su cabeza con aceptación y sobre todo con ánimo, impeliendo a la muchacha a conseguir llegar más allá, a acelerar tanto como pueda y dejar atrás a su perseguidora. Elie grita con un entusiasmo que supera incluso la tensión del momento, intentando que Angie no se rinda en ningún momento, y cuando se da cuenta de que están a tiempo de llegar al coche puede notarse cómo la expectación crece en el lugar desde el que Elie suele hablar.

—Vamos, vamos, vamos... —dice justo cuando el vehículo y Angie van a cruzar sus trayectorias—. Tía, tiene que funcionar. Y cuando funcione la cara de Linda... Mira que es inexpresiva, pero aún así seguro que será épica.

En el último instante, en cuanto la negatividad empieza a apoderarse de Angie, Elie alza la voz, intentando estar aún por encima de sus pensamientos.

—¡No te pares! —grita con fuerza—. ¡Ya habrá tiempo para eso más tarde, escapar es más importante!

Y puede que sea por su esfuerzo y ayuda o puede que sea por la fuerza de voluntad de la propia Angie, pero un instante más tarde están en el coche. Sólo cuando se da cuenta de eso Elie respira más aliviada, y no tarda más de cuatro o cinco segundos en volver a hablar, comenzando por una disculpa.

—Joder, lo siento si te he hecho sentir mal, nena. No sé si he sido yo, pero si he sido, lo siento. Pero mira, lo hemos conseguido. Lo hemos conseguido. —Guarda un instante de silencio pero al comprender cómo se encuentra Angie, cómo le afecta el lugar dónde están, no tarda en volver a hablar con voz más cálida—. Ang... Es sólo un coche —le dice—. Y ya no puede pasarte nada. Sólo vamos a estar aquí el tiempo que necesitemos para escapar de la puta zombie, y volver después.

—Tranquila —añade al final—. Estoy aquí.

Cargando editor
21/01/2018, 22:57
Angie Doyle

Tendría que haber sentido alivio, lo sé en algún lugar de mi cabeza. Pero en este sitio horrible parece que todo éxito va empañado de tristeza y, como me pasó cuando me lucí delante del gordo, al llegar al coche todo mi ánimo parece disolverse en un dolor que encoge mi pecho en el lugar donde algún día latía mi corazón. Me ahogo, siento que me ahogo, y mis labios se abren boqueando en busca de un aire que no necesito, pero que necesito.

De pronto no entiendo por qué huyo, no vale la pena luchar, y ni siquiera la voz de Elie en algún lugar de mi cabeza es suficiente para levantar un ánimo que se me ha caído a los pies. Tal vez debería regresar al teatro. Olvidarme de Josh, olvidarme de mis padres y de mis amigos, aceptar la existencia gris y cargada de polvo que me espera para siempre. Y esa palabra toma un peso contundente que parece atarse a mi esencia como una certeza ineludible. Estoy muerta. Y es para siempre. 

Siento ese pesar extendiéndose por mi interior, congelándolo, dejando a su rastro tan sólo una red de hebras oscuras. Tengo ganas de llorar, pero mi garganta ahoga el sollozo que quiere nacer en ella. Sólo quiero hacerme un ovillo y quedarme quieta hasta desaparecer, hasta que el polvo se me trague. Suspiro hondamente. ¿De qué sirve luchar? ¿Por qué no me rindo de una vez?

Pero, poco a poco, la voz de Elie va haciéndome consciente de que lo hemos conseguido, de que estamos en el interior del coche y Linda ha quedado atrás. Hago un esfuerzo sobrehumano para incorporarme, como si de pronto mi cuerpo pesara toneladas a pesar de su ingravidez. Acongojada por la música que hace vibrar esos hilos que han teñido mi pecho de oscuridad, miro por la ventanilla hacia la calle. Los edificios, los árboles, las farolas... pasan a medida que los vamos dejando atrás y, poco a poco, un temor irracional empieza a solidificarse bajo mi piel. El cosquilleo incesante de mi sien se hace de repente más presente que en los últimos días y de inmediato mis dedos buscan ese goteo para frotarlo, en un gesto inconsciente que nunca da resultado. 

«Mierda, mierda, mierda», pienso, empezando a sentirme incómoda ahí dentro, encerrada en ese ataúd con ruedas, demasiado pequeño, demasiado estrecho, demasiado letal, «Elie», llamo, a la vez que ella dice que está ahí, «estamos en un coche, tía. Mierda, en un coche, joder»

De pronto ya no me parece que circule lento, sino todo lo contrario. Va demasiado rápido para mí, en cada curva cierro los ojos esperando que un movimiento oscilatorio indique que hemos atropellado a alguien. Sé que si aún respirase ahora estaría hiperventilando. Con los ojos como platos y los nervios de punta, me agarro al asiento con ambas manos y, por primera vez desde que monté, me fijo en el conductor. 

«¿Y si fue él? ¿Y si fue quien me mató?», pienso, nerviosa, «Necesito saber quién fue, joder, quién fue ese maldito bastardo»

- Tiradas (1)

Motivo: FdV

Tirada: 6d10

Dificultad: 8+

Resultado: 2, 4, 5, 6, 5, 10 (Suma: 32)

Exitos: 1

Cargando editor
22/01/2018, 00:56
Narración

Al intentar tomar la silla, la atraviesas torpemente y vuelves a caer en el suelo del coche. Te sientes agitada, sientes que tu respiración debería ser rápida y entrecortada, pero dichos impulsos sólo están en tu cabeza, no tienes cuerpo propio que te ate a las más básicas y necesarias funciones para mantenerte con vida... porque ya habías fallado en ello. Ya tu cuerpo se había rendido y sólo quedaba este reflejo imperfecto y extraño atrapado en un mundo del que descubrías más y más cosas con cada momento. Te reincorporas un momento, aturdida brevemente mientras te fuerzas a observar el rostro de quien conduce. Quizás fuese él, aquel que te había arrebatado la respiración en un fugaz instante de malicia y destino. 

En tu cabeza la imagen de la luz intensa, la bocina ensordecedora, los neumáticos chirriando, el dolor indescriptible, el rostro de Josh, y el frío entumecedor que no habían sido más que el preludio de tu nueva existencia. No hay un rostro al que culpar, no hay más que una silueta, un instante vertiginoso que debería estimular las más profundas e imposibles náuseas en tu interior. Así que cuando miras al conductor, ves a un hombre mayor, de cabello encanecido y rostro sereno, de lentes y ojos claros que observa atentamente hacia el camino. Parece cansado y pálido, su piel está delgada y unas venas negras y oscuras marcan su piel arrugada. Puedes escuchar los lentos y débiles latidos de su corazón, puedes percibir su respiración rítmica y fugaz, y puedes ver la luz que emana en su vitalidad, más clara que la de otros vivos, pero suficiente para separarlo de tu propio cuerpo opaco y descolorido.

Te das cuenta que junto a ti, en el asiento del copiloto, hay bolsas de víveres: frutas disecadas y descompuestas, carne negruzca y verdosa, empaques de lácteos que parecieran tener años y años olvidados en algún rincón de una bodega de un supermercado. Nada parecía remotamente apetitoso, aunque sabes que lo que estás observando no corresponde probablemente a la realidad.

Sin embargo el hombre, que conduce lentamente, frena finalmente en medio de la calle. Quizás esté dejando pasar a alguien, o esté esperando algo. Pero cuando vez que sus delgadas y enfermizas manos se acercan a las llaves, para girarlas y apagar el coche, te das cuenta de que ha llegado a su destino. Como acto reflejo miras hacia atrás, y puedes ver a Linda, corriendo todavía hacia ti en medio de la calle, y todo parece indicar que debes ponerte en marcha de nuevo...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: ¿Hacia donde va el coche?

Tirada: 1d10

Dificultad: 6+

Resultado: 1 (Fracaso)

Cargando editor
15/02/2018, 02:38
Angie Doyle

Cuando el coche se para lo primero que siento es alivio, un hondo alivio por haber dejado de circular. Pero cuando mi mente procesa que se ha parado, tan pronto, apenas unos metros después de que subiera a él, entonces la frustración vuelve a arañar las paredes de mi estómago. 

Sobreponerme a esa tristeza horrible que me embargaba poco antes me cuesta un esfuerzo sobrehumano pero salir del coche parece urgente y necesario, no sólo eso, es que de verdad no quiero permanecer ni un minuto más en su interior. Así que lo atravieso para salir de nuevo a la calle y tomo aire llenando unos pulmones que no lo necesitan, que ni siquiera existen ya, buscando en esa voz de mi interior las fuerzas que me faltan. 

«Joder, tía, que la zombie está ahí al lado, que nos va a pillar», pienso al llevar la mirada hacia atrás por la luna trasera, «Ayúdame, Elie, ayúdame por última vez». 

Echo a correr en dirección contraria a Linda, sólo quiero que me pierda de vista el tiempo suficiente para encontrar un lugar donde esconderme. Un muro grueso en el que meterme, un seto, el tronco de un árbol... De pronto hay muchas posibilidades ante mí que no habría considerado posibles. Sólo tengo que adelantarme y cambiar de dirección para que no me vea... Y esta vez lo haré mejor que antes, no me quedaré en su trayectoria.

- Tiradas (2)

Motivo: Des+Sig-1cadenas+5Elie

Tirada: 9d10

Dificultad: 6+

Resultado: 6, 5, 5, 5, 4, 9, 10, 4, 8 (Suma: 56)

Exitos: 4

Motivo: Des+Atl-1cadenas+5Elie

Tirada: 10d10

Dificultad: 6+

Resultado: 2, 5, 7, 6, 4, 3, 5, 3, 10, 9 (Suma: 54)

Exitos: 4

Cargando editor
18/02/2018, 21:23
Narración

Corres hasta encontrar unos botes de basura al doblar la esquina de la casa. No tienes tiempo para siguiera pensarlo, saltas en medio de ellos y te agazapas, mientras los desperdicios atraviesan tu cuerpo transparente. El olor es insoportable y nauseabundo. Obviamente no puedes sentir la textura húmeda de los líquidos malolientes que se acumulan allí, o los zumbidos de lo que parecen moscas atrapadas en el pequeño contenedor de plástico gris contigo; pero tienes la impresión de que cuando salgas de allí, apestarás tanto como aquella basura.

Escuchas los pasos de Linda sobre el pavimiento cercano. Pasan cerca durante un instante, y se detienen no muy lejos. El silencio te hace temer lo peor: quizás te haya visto y en cualquier momento su mano atravesaría la pared y te reduciría en el suelo. Oyes más pasos, están cerca, muy cerca. Y luego silencio. Algo se mueve entre la basura, imperceptible y pequeño, pero es tanto el silencio a tu alrededor que incluso eres capaz de percibir ese silencioso murmullo. Los minutos pasan y el pútrido aroma comienza a hacerte sentir mal, tu olfato está sobrecargado y es más de lo que puedes soportar. Resistes durante lo más que puedes, temerosa de que puedas revelar tu ubicación a Linda...

Y finalmente sales de allí, de manos y rodillas al suelo, tratando de tomar el aire levemente menos desagradable del exterior. Buscas con rapidez a tu alrededor pero no encuentras señales de tu centinela. Hay una pareja en la puerta de la casa saliendo, y hay un coche pasando lentamente en la calle en la dirección contraria, pero no hay señal de la silueta fantasmagórica de Linda, ni de su rostro vacío tratando solamente de buscarte. Parecía que la habías burlado por el momento. Es posible que estuviese cerca y que no cejara en su propósito de encontrarte, pero por ahora tenías alguna ventaja y si eras cuidadosa, seguramente podrías mantenerte lejos de sus ojos vigilantes hasta que encontrases a Josh.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Per+Alerta Linda

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 7, 2, 10, 3 (Suma: 22)

Exitos: 2

Cargando editor
25/02/2018, 15:39
Elie Godnay

A pesar del creciente agobio que sufre Angie mientras circulan en el coche Elie se mantiene tranquila. Tal y como ha dicho está ahí para ella, y en ese momento actúa como cree que es mejor: siendo una figura de seguridad. Está a punto de responder a las preguntas sobre el posible asesino, exculpando —al menos temporalmente— al conductor actual a base de lógica, cuando este empieza a aminorar la marcha. Es entonces cuando el alivio de Elie empieza a convertirse en enfado.

—Maldito —murmura—. Así se te caiga el pie en el acelerador.

En cuando Angie abandona el vehículo y pronuncia aquellas palabras la etérea voz de su cabeza se torna en decisión.

—Vamos a dejarla atrás de una vez por todas, nena —le dice—, que la verdad es que está empezando a ser bastante pesadita. Joder, John ya podría habernos explicado bien lo de los muros y demás. Nos la habríamos quitado de encima hace un buen rato. —Es en ese momento cuando pasan al lado de los cubos de basura y el tono de Elie cambia por completo. ¿Es repugnante lo que parece que van a hacer? Desde luego. Pero también necesario—. ¿Lista?

En el tiempo que Angie pasa allí escondida la voz de Elie permanece casi en silencio, expectante. El sonido de los pasos de la zombie en el pavimento parece tensarla levemente, pero cuando se marcha la sensación es de victoria.

—Lo hemos conseguido —enuncia—. Aún tendremos que andar con ojo, porque fijo que esta no se rinde tan fácilmente, pero lo hemos conseguido. Ahora espero que John haya aprovechado para escapar también, porque como lo cacen fijo que acaba cantando.

Elie guarda sólo un momento de silencio.

—¿Lista para presentarme a tu novio?

Cargando editor
25/02/2018, 18:56
Angie Doyle

Ahí, envuelta en el mal olor de los desperdicios en descomposición, apenas soy capaz de pensar en nada. Sé que si aún tuviera un corazón palpitante estaría escuchando sus latidos en mis oídos con fuerza. Pero ahora sólo siento ese cosquilleo en mi sien, ese líquido manando de una herida perpetuamente abierta que me obliga a tensar las manos para no frotarla. Tengo las mandíbulas apretadas y todo el cuerpo rígido, me siento como un resorte a punto de saltar. 

«Ay, dios, ay, dios», pienso al escuchar ese sonido cerca de mis pies. Mi mente imagina una rata fantasma, con la piel podrida y colgando en jirones, y siento que me voy a marear entre eso y el olor nauseabundo. Si no fuese por la presencia de Elie apoyándome creo que me derrumbaría y no podría aguantar en mi escondite, que preferiría que Linda me encontrase sólo para terminar con la incertidumbre. 

Pero al final ni siquiera ese apoyo es suficiente para mantenerme ahí ni un instante más. Tengo que salir, tengo que salir ya. Boqueo intentando respirar un aire que mis pulmones ya no necesitan y jadeo, completamente asqueada. Siento cierto alivio al ver que la zombi no está a la vista, pero me cuesta despegarme la repugnancia de los últimos minutos. 

Empiezo a moverme y, muy lentamente, una pequeña sonrisa se va esbozando en mis labios. Me he librado de ella. Lo he logrado. Soy libre y puedo ir a ver a Josh... El miedo a verla aparecer al fondo de una calle no se me va a ir en mucho, mucho tiempo, pero algo llena mi pecho de calidez con la sola idea de poder ver a mi novio por fin. 

«Listísima», respondo a la pregunta de Elie, asomándome a la calle por la que llegué para comprobar que Linda tampoco está por ahí antes de salir, «Vas a flipar cuando lo veas. Es el chico más maravilloso del mundo. No hay nadie como él... Joder, espero que pueda notarme al menos. No lo soportaría si me hubiera olvidado ya». 

Lo que ha dicho Elie de John podría preocuparme en otro momento, así como el hecho de no tener ningún plan sólido para después, más allá de llegar a la casa de Josh. Pero ahora mismo no puedo pensar en nada más así que comienzo a caminar rápido, pegada a los edificios y mirando continuamente en todas las direcciones. No me siento capaz de relajarme del todo, no hasta que esté junto a Josh a salvo. 

Cargando editor
25/02/2018, 19:29
Elie Godnay

En cuanto oye la respuesta de Angie la presencia que hay en su cabeza ya nota su cambio de humor, y parece complacida con ello, optimista. Su siguiente descripción dibujaría una sonrisa en una boca que ni siquiera existe, pero la sensación está ahí, extendiéndose hacia la muchacha que es su vehículo por el momento.

—Ni de coña te ha olvidado, tía —dice de inmediato—. Sería imposible. No creo que te olvide en toda la vida. En primer lugar porque lo que ha pasado marca, y en segundo porque aunque no me acuerde de las demás estoy segura de que eres la tía más alucinante que he conocido. Joder, sólo tienes que ver cómo se la has colado al puto gordo. Que desde que hemos despertado no hemos encontrado más que gente que nos quiere putear, y ahora eres libre, más o menos.

Después de esas palabras pronunciadas con tono tranquilo esa voz permanece sólo un par de segundos en silencio, lo justo para seguir los pensamientos de Angie.

—Y por lo de después no te preocupes. Lo primero es lo primero, y ahora toca Josh. Joder, qué envidia, ojalá yo en vida hubiera conocido a alguien así. Sobre lo otro... Lo he pensado, tía. Aquí tiene que haber alguien de tu familia, o algún conocido así tuyo con el que tuvieras confianza. Sólo tenemos que buscarlo. ¿No tienes un abuelo o algo así que sepas dónde puede estar? Fijo que nos ayudan con la mierda de grilletes esas.

Cargando editor
25/02/2018, 19:58
Angie Doyle

Los ánimos y halagos de Elie me hacen sentir mejor, más segura de mí misma, y, aunque no dejo de vigilar mi entorno, sí que se destensan un poco mis hombros. 

«Mis abuelos maternos murieron cuando era pequeña y sé dónde vivían», pienso entonces, aunque no es difícil notar no estoy convencida del todo de esa idea, «Pero no sé si seguirán por aquí o no. Mi abuelo murió en el hospital y ella en su casa... La cosa es que tampoco los veía mucho, casi no me acuerdo de ellos. ¿Crees que se acordarían de mí después de tanto tiempo en este sitio?»

Cargando editor
26/02/2018, 03:06
Narración

Con cuidado caminas de regreso a casa de Josh. A cada paso estás alerta buscando a Linda, pero no parece haber señal de ella. Salvo por los sonidos típicos del barrio, y los débiles murmullos del mundo de los vivos, no había nada que te indicara que estuvieses acompañada. Por momentos tienes la impresión de que estás siendo observada, pero al escudriñar a tu alrededor no hay nada que te indique que estés en peligro. Y seguramente Linda no parecía tener la inteligencia necesaria para seguirte sigilosamente y vigilarte. O al menos eso es lo que parecía según lo que sabías de ella.

La casa de Josh está al alcance de tu mano. Arriba el cielo oscuro ruge con su ira eterna, enviando sus vientos helados que llenan las sombras desde este lado. Las nubes todo el tiempo parecían crecer y palpitar, como el corazón oscuro de alguna criatura enorme que se hubiese tragado el mundo, mientras su sangre, en forma de las fuertes corrientes empapaban los tejidos putrefactos del mundo sobre el que caminabas. Era como vivir en el cuerpo inerte de la realidad, a medida que se fuese descomponiendo, y los wraiths no fuesen más que los gusanos aferrándose al poco sustento que la muerte les proveía.

Estás sola, y sigues estándolo hasta llegar a la casa de Josh. Atraviesas la pared más cercana y... estás adentro. La memoria de la casa de Josh choca un poco ajustándose al aspecto que notas ahora. El aspecto general encaja, ciertamente, y aunque te lo esperas ya, porque sabes que todo es así, no deja de ser impactante. El interior de la casa se ve como si hubiese estado abandonado por años, como si sus dueños se hubiesen esfumado sin más un día y no hubiesen regresado. Las ventanas están opacas y llenas de polvo, las cortinas no son más que harapientos pedazos de tela rotos que ondean en el rabillo de tu ojo. La mesa del comedor está agrietada y húmeda, y los cuadros están enmarcados en cristales rotos, manchados, exhibiendo pinturas descoloridas, humedecidas y ennegrecidas. El silencio que te recibe es inmediatamente interrumpido por sonidos en la cocina: una figura femenina se mueve allí, y su brillo vital te indica que está viva. Probablemente se trate de la madre de Josh en sus cosas, ajena completamente a tu presencia en su sala.

Notas de juego

Estas son casas de un piso, así que bien puedes ir hacia la cocina o ir a las demás habitaciones.

Cargando editor
03/03/2018, 22:07
Angie Doyle

A pesar del tiempo que llevo ya en este lugar de muerte y decadencia ver el interior de la casa de Josh me impacta. Me quedo quieta algunos segundos, sólo mirando alrededor, intentando superponer mi recuerdo por encima de lo que ven mis ojos, pero sin mucho éxito. Lo que era mi realidad, ya no lo es. 

Apenas presto atención a la figura de la cocina durante un brevísimo instante. Con un nudo en la garganta empiezo a moverme, directa hacia la habitación de Josh. Todavía no sé qué espero que suceda cuando esté a su lado, pero sí que espero que suceda... algo.

Trago saliva y me froto la sien en un intento fallido de aliviar el cosquilleo constante. Con los días he logrado ignorarlo la mayor parte del tiempo, pero ahora toma más presencia. No puedo evitarlo, estoy nerviosa como no recuerdo haberlo estado antes. Y las dudas vuelven. «¿Y si no me ve? ¿Y si no nota que estoy con él? ¿Y si me olvida?». No puedo permitir que me olvide, no podría soportarlo. Necesito que me vea, que sepa que estoy aquí, que le esperaré.

Tomo aire antes de entrar en su cuarto. No estoy segura de casi nada desde que... morí. Pero sí sé que Josh es mi ancla y recreo su voz en mi mente mientras atravieso la puerta. «No te dejaría ir, Angie. Nunca.» «Pues aquí estoy. No me dejes ir».

Cargando editor
04/03/2018, 21:08
Elie Godnay

Dentro de la cabeza de Elie hubo una región que se llenó de expectación mientras entraba en aquella casa y se movía por las habitaciones. Esa misma zona que trata de animar a la muchacha en cuanto se queda parada al ver toda aquella decadencia.

Al notar sus dudas primero, y al oírla después, desde ese lugar en su mente se emana una sensación que intenta ser de calma.

—Lo notará —asegura esa voz con una grave suavidad, tranquila, como si tuviera la absoluta certeza de que eso sólo puede ser así—. No te puede haber olvidado, nena —aclara, aunque Angie no ha hablado en pasado—, y no podrá hacerlo nunca. Creo que ya normalmente no podría, pero con nosotras por aquí menos. No le dejaremos.

—Si te lo prometió así —dice respondiendo a sus pensamientos— estará encantado de saber que sigues por aquí. Lo vuestro será raro... Pero podría seguir siendo, que es lo importante. Encontraréis cómo hacer que funcione, ya lo verás. Joder, es que ojalá yo hubiera tenido a alguien como él, o como tú, tía. Ahora vas a entrar ahí, vas a encontrar cómo hacerle saber que estás... Y con práctica, verás como encontráis la manera.

Cargando editor
04/03/2018, 21:27
Narración

Entras a su habitación. Entras esperando encontrar el brillo vital que debería emanar, o su rostro congestionado por la tristeza, quizás algunas lágrimas y la esperanza de que a pesar de tu espado, percibiría tu presencia. Pero en su lugar, no encuentras a nadie. El cuarto está silencioso y vacío, como si fuese una caverna abandonada en la cual ningún humano hubiese puesto un pie durante cientos de años. Allí estaba su cama, desarreglada y sucia, sus sábanas manchadas y rotas, la silueta de su paso por allí apenas perceptible como un patrón de las arrugas.

Su guitarra favorita está contra una de las paredes no lejos de allí. Sus cuerdas desgastadas y varias grietas en su superficie que auguraban un mal final para el instrumento musical. Los afiches de grupos musicales ahora muestran sólo manchas negras, corroídos por la sobrenatural humedad, los nombres no parecían más que versiones fantasmales de un alfabeto siniestro que se esforzaba por esconder estas cosas desde tu lado. Su escritorio estaba desgastado e incluso sus libretas, en donde suele anotar las letras de sus canciones en los destellos de inspiración parecen amarillentos y ondulados, sometidos al abuso y al desuso que sólo el olvido y la indiferencia podría traer. Sólo su bolígrafo sigue allí, destapado y agrietado, con su punta débil y rota.

En la mesa de noche junto a la cama, en donde guardaba las cosas que le gusta tener más cerca, incluida una foto de ambos en un lindo marco que le habías obsequiado y que ahora se ve llena de polvo, grisácea y con el cristal opacado. Nada era lo que parecía o lo que recordabas exactamente. Su ropa son más bien los harapos de un desposeído puestas desordenadamente por todo el lugar. El techo es una colección deforme de manchas de diversos colores y contexturas, a punto de dejar caer gotas fantasmales sobre el lugar, y la alfombra de su habitación es una colección de raspaduras, magulladuras y agujeros.

Lo único que persistía era su aroma, o el reflejo decrépito de su aroma, en medio de tufos extraños de nostalgia y vejez, como si todo el lugar estuviese apestando el aire que ya no respirases y que sólo su esencia era constante. Quizás estuviese cerca, pero te detienes a escuchar con atención. Sólo de la cocina vienen ruidos, las otras habitaciones parecen abandonadas e incluso el baño, entreabierto, no alberga señales de nadie empleándole de alguna manera. 

Notas de juego

Cualquier otro elemento que quieras añadir que pertenezca a Josh, es bienvenido. Obviamente será una versión vista desde la Tierra de las Sombras.