Partida Rol por web

 - Se algo de magia, puedo ayudarle... - Le respondí al soldado, mientras me preparaba para usar un conjuro.

De los dedos del "criado" surgen rayos de magia arcana helada que alcanza a una de las bestias, que sale despedido por el suelo emitiendo un rugido mezcla de dolor y rabia. Otros 2 surgen de improviso empujando a los soldados, pero otros dos se interponen y los hace retroceder. Uno de ellos de gran tamaño queda justo donde termina el campo de luz emitido por la fogata mirando fijamente a aquellos que los han repelido. Emite un rugido mitad gruñido mitad aullido. Ante esto aparecen cuatro de esas criaturas que se unen al que parece el alfa de la manada.

Parece que las criaturas acuden a la llamada de su líder y la cosa empieza a pintar un poco mal. 
Sin mucho tiempo para pensar en qué hacer a continuación extiendo mis manos, haciendo que los dedos pulgares se toquen como si de una especie de abanico se tratara, y comienzo a recitar unas palabras de poder arcano apuntando a los enemigos.

Al principio noto como el poder se arremolina entre mis dedos y el calor comienza a emerger y de repente, como si de un estallido se tratase, una potente ráfaga de fuego me sale de las manos y las llamas envuelven a las criaturas que tengo justo delante. ¡Arded, malditos, arded!

 Miro al alfa de la manada y le dedico una andanada de Proyectiles mágicos...

El alfa gruñe y se retira. Parece ser que tu magia les ha impresionado. Dos de ellos caen al suelo consumido por la magia arcana en forma de fuego. El olor a carne y pelo chamuscado invade el aire. Los sobrevivientes se unen al alfa y corren huyendo hacia la oscuridad.
Los soldados dan vítores y se inclinan ante tu espectacular muestra de poder.
- Parece que ya no volverán - dice uno de los soldados - son krenshar y no creo que se atrevan a volver.
Ante tal alarde de consecución de magia arcana, los integrantes te miran con una especie de admiración y temor.

- Nuestro plan de pasar desapercibidos se ha esfumado, hermanito - susurró Mara al oido del mago.

Una cantidad de flechas de energía arcana parten del mano y se estrechan sobre la criatura haciéndole retroceder. El capitán que avanzaba se detiene y observa perplejo a Darvin, aunque no menciona palabra alguna. La criatura parece dudar. Abre sus fauces repletos de dientes afilados y da dentelladas al aire furioso. En este momento suena una aullido del campamento y tanto éste como otro que surge a escaso metros de la espalda del capitán corren huyendo.

Ha funcionado, ha funcionado! - digo gritando y saltando de alegría abrazo a Mara - El truco que me enseñó ese viejo loco ha funcionado. Nos ha salvado. Aunque, vaya, ahora me siento un poco mareado. Rio nerviosamente y me hago el despistado para quitar un poco de hierro al asunto. Como si realmente yo no dominara la magia y esto hubiese sido algo de pura casualidad, un golpe de suerte por así decirlo.

Krenshar? Qué tipo de bestia es esa? No habia visto nada parecido en mi vida - le pregunto al soldado tratando de desviar un poco más la atención.

Seguidamente le susurro a Mara - Bueno, mejor que se vaya al garete nuestra perfecta tapadera a que esas bestias nos maten, no te parece, hermana?

 - Sígame... - Le dije al soldado, mientras me acercaba al carromato, a ver como estaba el comerciante que vine a ayudar, temiéndome lo peor.

Lo que véis en el interior haría vomitar hasta el soldado más duro y curtido. Hay sangre que salpica todo el interior. Gorzan yace boca arriba en el piso de madera. Su pecho está abierto y le cuelgan los órganos internos. La cara está despedazada, con precisión su cara ha sido despojado de piel, músculo y tendones quedando el hueso al descubierto exactamente como la cabeza de la criatura.

- Son astutos y tienen la costumbre de arrancar las facciones de sus presas antes de comerse dejando la cara sin músculo, piel y tendones a su semejanza- contesta el soldado - ¿os habéis fijado que sus mandíbulas y la parte de las ojos es hueso descubierto? Pues ese es el aspecto que dejan a sus víctimas, con la excepción que devoran sus entrañas.

 - Por los dioses... - Digo consternado por el grotesco espectáculo, luego me dirijo al soldado. - ...Vaya a avisar a alguien y compruebe que todos estén bien, yo velaré por el cuerpo hasta que usted vuelva con ayuda...

 Espero a que se marche antes de buscar lo que Gorzan había venido a buscar y que pensó que nos podía haber ayudado, por si esas cosas vuelven.

Un escalofrío recorre toda mis espalda al escuchar al soldado. Es horrible. Suerte que hemos podido espantarlos, espero que no vuelvan a darnos el follón. ¿Estamos todos bien, hemos sufrido alguna baja?

Al preguntar por la seguridad de los hombres de la caravana me acuerdo de Darvin y el mercader que tanto follón nos estaba dando, el tal Gorzan.

- Mara, quédate aquí. Voy a ver qué tal está Darvin. Le susurro a mi hermana y acto seguido me encamino hacia donde se habían ido Darvin y Gorzan momentos antes.

El capitán hace un gesto con la cabeza.
- Ten cuidado, podrían volver, esos krenshar son muy astutos.
El mago observa como éste corre hacia el centro de la caravana y puede oír sus órdenes.

Al instante llega el capitán manchado de sangre, pero sin heridas visibles.
- Tú y tú - señala a dos soldados asustadizos que respigan tras oír la voz del recién llegado - id a la caravana de Gorzan y recoger sus restos, colocaremos los muertos en un montón algo alejado y mañana los enterraremos.

Agarra el brazo de Ander mientras que este corre en busca de Darvin.
- ¿A dónde crees que vas? - dice deteniéndolo - que nadie se separe del grupo.

Al escuchar "recoger sus restos", mis ojos se abren como dos grandes platos, al igual que mi boca. El asombro es descomunal. Qué ha ocurrido? Están... están muertos? Mi señor ha ido también a la caravana. Se encuentra bien? Le pregunto al capitán, prácticamente zarandeándolo debido a los nervios del momento.

 Me apresuro a buscar en el carruaje y loa alrededores, en busca de lo que había sido la causa la muerte de Gorzan...

Tranquilo, su señor está bien, sabe cuidarse solo - responde el capitán - está cuidando de lo que queda del Sr Gorzan.

- Gracias a todos los dioses - suspiró.