Partida Rol por web

Lasar junta sus manos,  y una explosiva descarga flamigera sale desde sus brazos,  directo al hobgoblin. 

Sin embargo,  el hobgoblin estaba preparado,  y haciendo un movimiento rápido esquiva hábilmente la descarga del hechicero. 

Gael,  se aprovecha de que el hobgoblin se descuida una milésima de segundo y arremete contra el mismo sin temor. Com Un movimiento certero, su escudo desestabiliza al hobgoblin abriendo su defensa y propinando un golpe ascendente con su espada. 

El golpe cala hondo y el tajo se extiende profundo desde el abdomen,  donde sangra profusamente. 

Panacea,  mientras,  e interpuesta al lado de Aramin,  pronuncia unas palabras de curación y algunas de las heridas de Aramin se sanan.

Mientras,  Aramin,  extrae rápido un kit de curación,  y , apretando los lugares mas complicados,  detiene la hemorragia. 

La sangre de su rostro parece regresar,  mientras el clérigo suspira un poco mas aliviado. 

El hobgoblin,  aún enfurecido,  intenta dar su golpe final al guerrero,  pero este,  hábilmente,  se cubre con su escudo,  haciendo que resuene el CLANK de metal contra metal por todo el lugar. 

Ni siquiera se pudo presentar a las personas junto a las que había combatido y la habían salvado. Ni dar las gracias siquiera. Lo sentía en el alma pero había sentido algo en su conexión con Gril. Él era su leal compañero y amigo y ahora estaban separados, tenía que volver a conjurarlo y comprobar que todo estaba correcto.

Aún así sentía algo más allá de la necesidad de volver a estar cerca de Gril y algo extraño y sobrenatural, pero no estaba segura. Algo más podía haber por allí, en aquel lugar en el exterior, en el bosque. Algo la hacía incomodar, pero su leal compañero celestial que además había tomado personalidad ante ella, sabría guiarla y dirigirla dónde más la necesitarán. No fue sino el conocimiento adquirido a través de años de estudio de la magia y los caminos de Mystra los que le habían traído a este peculiar familiar y la voluntad de la propia Mystra aparecía a través del celestial.

Le daba pena no sólo haber abandonado a aquellos aventureros sino el tener que dejar atrás la búsqueda de "La hierba de los reyes" y meterse más de lleno en los caminos del conocimiento que trataba de conseguir a través de su travesía, pero se concentró en lo importante volver a conjurar a Gril, o cómo el mismo se denominaba Argolan.

La tormenta volvió a restallar cuando estaba terminando de conjurar al Búho Celestial. Sin duda el tejido de Mystra estaba siendo modificado y no parecía ser sólo por ella en aquella conjuración. Por fin, Gril apareció sobre ella brillando saludándola telepáticamente y descendiendo hacía su hombro.

- Hola de nuevo Gril, sentí algo extraño, ¿era tu llamado o hay algo más en este lugar? Esta tormenta, algo hace sentir que no va bien. le dijo alzando su mano y acariciando con calidez al Búho Celestial.

De pronto otro gran estallido de iluminación, un trueno y un relincho. Un caballo, una vez más aparecía ante ella, algo le tenía asustado y estaba tan exhausto que se dejo caer cerca de ella.

- Debemos ayudarlo, pero me preocupa que algo lo siga. ¿Ves algo venir tras él? Voy a alimentarlo para tratar de recuperarlo aunque no soy como la gnoma que pudo hablar con él.

Ylian echó la mano a uno de sus bolsillos y extrajo un par de las buenas bayas* que le habían sobrado del momento en que decidió acampar y se agachó para dárselas a la boca del animal mientras le acariciaba**, mientras se dejaba guiar por la mano de Mystra***. Esperaba que le aliviaran el cansancio un poco y se nutriera.

El caballo olisquea la baya, que se ven un poco deshidratadas y secas y la come. 

Al parecer no tiene mucho efecto,  pues sigue relinchando pesadamente. 

No veo nada que venga cerca de el,  tal vez fue la tormenta - escuchas la voz del buho en tu mente. 

Sientes el suave ulular de Argolan que te mira con una mirada de reproche.

 Sientes sus ojos celestiales mirar tu mano y  dice:

Si sólo no hubiera pasado mas de un día...

Miras las bayas y efectivamente se ven resecas, como que ya no tuvieran los nutrientes necesarios. 

Se quedó tranquila dando de comer las bayas al caballo pues Argolan no veía nada extraño ni nada que siguiera al caballo. La tormentas del lugar eran severas y debía de buscar un refugio pero con el caballo allí tumbado, no acabaría abandonándolo.

- Oh maldita sea. se dijo así misma. Habían ocurrido tantas cosas en todo este tiempo que había perdido la noción del tiempo. Además se sentía un poco cansada y no se había dado cuenta. - Tengo que controlar mejor el tiempo que pasa pues un día puedo provocar una desgracia. Le dijo a Argolan sinceramente llevándose las manos a la cabeza pues había comenzado a sudar del mal rato que se había llevado con su incompetencia. Vació su bolsillo de bayas y las depositó en la tierra para que sirvieran de abono para esta.

Una vez se rehízo de su error comenzó a examinar el caballo. Sólo había reparado en que había caído exhausto ante ella y no se había detenido a examinarlo. Iluminando la punta de su bastón con un sencillo hechizo comenzó a examinar el cuerpo del animal por el lado en el que estaba visible, entendía que si estaba herido no se habría puesto sobre el lado con la herida contra el suelo pues el dolor le estuviera mortificando.

Así poco a poco fue mirando minuciosamente el cuerpo del animal ayudada de sus conocimientos adquiridos de los libros y la guía de Mystra*, buscaba heridas, roces, llagas o cualquier tipo de hematoma que pudiera tener el animal tratando de esclarecer la causa que las hubiera podido realizar y tratando de calmar el dolor que pudiera tener. Tanto tiempo en la torre debía haber servido de algo y este caballo ahora necesitaba de su ayuda.

El hobgoblin estaba siendo un rival duro y resistente. Había sobrevivido ya a dos descargas mágicas y al ataque de Gael y Panacea. Volví a apuntar con mi dedo índice a la criatura y, susurrando una letanía de extrañas palabras, lancé otra descarga de fuego hacia la bestia. Estaba claro que estaba en las últimas y caería pronto bajo nuestro ímpetu.

El caballero seguía frente al hobgoblin tratando de aprovechar la defensa abierta, mas cuando quiso hacer un nuevo asalto su pie tropezó contra una de las losas del suelo lo que arruinó su nuevo intento.

Panacea trató de engañar al Hobgoblin para que mirara atrás de él, y que así se distrajera.  Sin embargo, al ver que eso no funcionaba, le habló directo. 

Si te rindes ahora, te perdonaremos la vida y te curaremos.  Lo único que queremos saber es qué amenaza está surgiendo dentro del Tor. 

¿A quien tendremos que rendirle pleitesía si su poder crece tanto como para arrasar la región?  ¿Quienes lo defienden aquí más adelante?   -Eso nos dará una ventaja en prepararnos contra ellos. 

El conjuro de Lasar junta fuerza en sus brazos y una enorme saeta de fuego, sale disparada contra el hobgoblin.

Sin embargo, al parecer el hechicero no estaba acostumbrado a tal poder, y la saeta pasa volando muy cerca de Gael, que tiene que echarse un poco hacia atrás, desestabilizando su pose de ataque. La saeta, mientras, queda pegada unos segundos en la roca, muy lejos de su objetivo y desaparece sin hacer daño.

El guerrero, desconcentrado por la saeta, intenta finiquitar al hobgoblin, que combate con una fiereza inusual, pero, con lo distraído que está, su mano lo traiciona, y suelta la espada. Sin embargo, tambien es rápido en reaccionar, y con la mano del escudo, alcanza a agarrar la espada antes de que caiga.

Panacea, mientras, desde el otro lado del guerrero, a varios pies de la refriega, intenta convencer con palabras sutiles y engaños al hobgoblin, que no solo no le hace caso, sino que musita unas palabras en trasgoide, mientras mantiene la concentración firme sobre su pelea personal con el Guerrero.

Me incorporo lentamente en medida de lo que puedo, luego de sufrir tales mortales heridas y aun impresionado por estar tan cerca de la muerte. Pongo algo de cara de de espanto y luego de rabia contra la criatura.

- Maldita criatura, ya veras lo que te hare - le grito mientras me incorporo y levanto mi espada - toda tu familia y descendencia se burlara de ti y de tu tonto amigo por ser tan débiles y caer contra nosotros. 

Lo amenazo con mi espada cuando ya estoy de pie, pero nunca me acerco a el.

El hobgoblin, aunque parece no entender lo que Aramin le dice, repentinamente abre mucho sus ojos , los cuales reflejan confusión y su mueca facial de bestialidad desaparece por un instante, al tiempo que de sus orejas sale un hilo de sangre.

Sus ojos empiezan a tiritar con un parpadeo muy rápido, suelta la espada, dejando caer sus brazos a sus lados, para desplomarse finalmente entre calambres y tiritones rápidos en el piso, donde su cuerpo, se agita por unos momentos, para luego quedar inerte para siempre.

El caballero pudo ver que el oponente caía abatido aunque no observó ningún destello de energía arcana o divina. Aún así algo había hecho Aramin, lo miró con detenimiento y luego al resto.

- Creo que ahora será más seguro dormir. Antes podemos entrar en las otras dos salas si os veis con suficiente magia.

Estaba rodeado de lanzadores de conjuros cuando él la única experiencia que tenía con ese tipo de recursos era con el viejo Vraris, el padre de su amigo Evram quien era a su vez su aprendiz. No le había atraído nunca ese tipo de arte pues para Gael el verdadero objetivo fue siempre vestir una armadura e intentar convertirse en invencible gracias a ella.

- Ja!, te lo dije débil criatura - digo ahora mas calmado y tomando un poco el peso a mis palabras - Mi Diosa nunca dejaría que una criatura como tu aplacara su gracia y su fortuna. Muy bien camaradas como dice Gael, veamos si algo mas esta oculto y asi podamos descansar. No quiero adentrarme en este laberinto sin antes descansar y tener todas las bendiciones de mi gran Diosa preparadas.

Luego te das cuenta que las bayas ya expiraron, y viendo que el caballo no tiene heridas fisicas, le das algo de hierba y una de tus buenas bayas, con lo cual el caballo se ve un poco menos cansado.

Armas tu campamento, mientras enciendes, con tu magia un fuego en el claro donde te encuentras.

Te recuestas en tu tienda, y entonces te duermes.

Lo primero que ves al abrir tus ojos son flashes de luces blanas, que retumban en la lejanía.

Estas sumida en una especie de niebla rojiza, te sientes pequeña frente al bosque que aún te rodea, pero sientes algo raro.

Repentinamente te das cuenta que estas de pie en medio de una estrella de siete puntas,y que desde el centro es donde brota este humo.

Sigues viendo como imágenes de caballos huyendo por el claro te atraviesan, como si de fantasmas se tratara.

Luego tienes un atisbo de visualizacion de una entidad, enteramente vestida con vestimentas moradas que le ocultan el rostro.

Ylian , Ylian ...

Su voz suave es casi palpable, sin embargo no puedes determinar de donde viene...

Acto seguido un montón de cosas pasan rapidamente.

Aparece la figura de un Buho, solo que, a diferencia de Argalad es entero blanco, casi brillante. El buho pasa rápidamente y de repente tienes la corazonada de que algo falta, personas, no se, algo.

La figura del buho desaparece, para ser reemplazada por diversos tipos de trasgoides, que mirandote con cara maliciosa, te rodean y te atacan todos a la vez, sin embargo cuando te van justo a golpear, aparece una figura oscura atras de ellos, una especie de guerrero que hace chasquear los dedos, y todos desaparecen.

Luego, la voz suena en tus oidos:

Ylian, al parecer alguien mas que yo, te necesita.

Sabes quien soy?

La imagen del conocimiento acumulado durante años, de varias deidades te vienen a la cabeza...

No os burleis de los caídos, Aramin.  Somos espejo de ellos, de alguna manera. -dijo la pequeña druida. 

Ayudaré a que continúe el ciclo.  -Y diciendo eso, con actitud respetuosa, liberó los cuerpos de todo metal, y fue arrastrandolos hasta tirarlos fuera, donde buitres y otros carroñeros se encargarían de reciclar sus nutrientes por el mundo. 

Dijo unas palabras en druídico al hacerlo.  Y luego otras en gnomo, como de despedida a quien luchó contra tí, pero con quien, en el gran sentido de las cosas, se hubiera podido encontrar armonía.

Ojalá la encontremos.

Habíamos acabado con los hobgoblins y era el momento de mirar dentro de las otras dos estancias que se abrían al norte y al sur, antes de intentar dormir algo más y descansar.

-"Por mi de acuerdo Gael, vayamos a investigar, si los demás están conforme y con fuerzas."