Partida Rol por web

Con el caballo un poco más tranquila, Ylian estableció la tienda al lado de este y encendió un fuego entre ella y el caballo de modo que el caballo pudiera calentarse también junto a ella. Había pasado más de un día desde que había descansado la última vez. Es más la vez anterior que montó el campamento tuvo que recogerlo rápidamente y un montón de cosas habían transcurrido desde entonces. 

Acarició a Gril que se refugió a su lado y sin darse cuenta cayó agotada y se durmió sin poder repasar por encima sus conjuros.

Los sueños se apoderaron de ella y ante sus ojos comenció a ver flases de luces y el sonido del murmullo en la lejanía. Se siente aún que está en el bosque, como una pequeña hierba que nace en el suelo de una gran floresta y rodeado de una neblina roja. Se hace visible de pronto que está en medio de una estrella de siete puntas. Le falta una punta más para ser la estrella que simboliza a Mystra. Del centro de esta surge toda la niebla que comienza a transformarse en figuras. Caballos, el buho y goblins que intenta esquivar cuando pasan a través de ella pero torpemente apenas se puede mover de su sitio debido a lo somnolienta que se encuentra. Mientras una voz la llama.

- ¿Quien es? Estoy aquí. ¿Dónde es aquí? acabo preguntando curiosa pues notaba que aquello podía ser más que un sueño. Una proyección astral quizás, convocada en otro lugar bajo aquella estrella de siete puntas. Finalmente las figuras en la niebla se acaban transformando en una figura humanoide. Un guerrero quizá. Pero la voz que sigue oyendo no parece venir de esa figura. Al pronunciar las palabras "Sabes quien soy" un mar de conocimiento, de textos antiguos y palabras de los dioses se vinieron a su cabeza pero le vinieron tan de golpe que fue incapaz de identificar de quien podía provenir aquella voz. ¿Sería la propia Mystra la que le estaba hablando a través del propio tejido mágico?

- No, no estoy segura. Mystra, ¿eres tu? ¿Quién me necesita? ¿Porqué Argolan me llamó y me separó de Villafé dónde podían necesitar mi ayuda?

En su cabeza se seguía agolpando la información que le venía de golpe. La cabeza le dolía pero todo lo que veía y oía era tan confuso que no estaba segura de nada. Se llevó las manos a la cabeza para intentar aclararse, para ordenar todo el conocimiento que le llegaba de golpe. Sólo aquella voz la podría guiar e iluminar. Y por encima todo deseaba que fuera la voz de Mystra pues tenía tantas preguntas que hacerle, tanto por descubrir sobre el tejido de la magia y su manipulación y sobre todo, le fascinaría el contemplar la verdadera figura de Mystra. La había visto representada en muchos textos antiguos y nuevos, pero eran tan diferentes las representaciones entre unos y otros que siempre había soñado con saber cual era su forma.

Vamos!

Cámara norte

Panacea recupera su antorcha y, marchando al lado de Gael, van iluminando el pasillo de piedra,  construido al parecer muchos años atrás. 

El frío del tor se extiende por sus cuerpos y, aunque abrigados, se pueden dar cuenta de cómo este frío,  casi no natural,  rellena el pasillo y también sus mentes. 

El pasillo,  luego de aproximadamente 50 pies se abre en una entrada de piedra, con todo oscuro dentro. 

Lento,  y alumbrando , avanzan para ver algunos pequeños objetos que brillan en el piso,  desde la mitad de esta cámara de piedra hasta los pies de una especie de estatua en el otro extremo. Se parece a un sarcófago de pie, excepto que la cabeza del figura tallada sobre su tapa se ve distorsionada y parece tener zarcillos en lugar de pelo. Un par de alas como de  murciélago se extiende desde sus sienes. Repentinamente sus ojos se abren, revelando el resplandor de los ojos y llamas verdes, ¡y la cabeza vuela hacia adelante para atacarlos!!

Panacea se lanzó, espada corta en mano, hacia la figura.  Si era natural, avisaría a todos para que la dejaran salir.  Si era antinatural, la golpearía con la espada lo mas fuerte que pudiera. 

Observó la cabeza voladora pero estaba preparado para detenerla al vuelo si era necesario. El guerrero esperaba poder bloquearla.

Al ver por entre mis compañeros los que se avecina, desenfundo mi espada y la preparo por si el enemigo se acerca a nosotros. 
 

- ven aqui horrenda criatura y arrepiéntete de acercarte a nosotros puesto que probaréis nuestra ira, frente a ti tienes al gran Gael quien ya a cercenado a tu camaradas y lo hará contigo también, por que no hay nadie que pueda resistirse a su afilado acero. 

Avanzamos por el pasillo de la puerta norte y llegamos a una sala con una estatua. La oscuridad nos envolvía y la luz de la antorcha nos desveló una grotesca cabeza que cobró vida ante nuestros ojos. Preparados como estábamos, nos pusimos en guardia. Yo apunté con mi ballesta y disparé cuando vi que se acercaba para agredirnos.

La cabeza,  sale volando hacia ustedes,  se encuentra actualmente a 20 pies,  aun antes de emprender el vuelo. 

Los primeros que actúan son Lasar y Panacea.

Mientras que la gnoma,  deja la antorcha en el piso,  extrae su espada corta y se acerca para impactar a la cabeza voladora.  Esta,  a último momento hace una finta y esquiva el espadazo de la gnoma. 

Lasar,  mientras,  extrae su Ballesta y dispara contra la criatura. La criatura chilla mientras el ballestazo le impacta en el craneo con zarcillos.

Aramin,  por otro lado,  suelta una sarta de insultos contra el bicho. 

Al parecer el bicho se ve afectado,  pues detiene su andar un momento, cae un par de pies,  y se ve confundido,  mas sigue su vuelo. 

Aún a 20 pies de ustedes,  un chillido infernal empieza a sonar desde la criatura,  haciéndolos sentir a todos mareados.

Esperaba que la criatura se acercara hasta ellos, entonces podría asestarle un tajo con la espada que acabaría con su existencia. Era un ser espantoso al que se enfrentaban y no le tenía miedo, o eso era así al principio. Cuando emitió aquél chillido, no pudo evitar que penetrara en su mente torciendo sus propósitos, el valor que creía tener se hizo añicos y Gael entonces prefirió no acercarse, paralizado ante la maldad de esa criatura.

Veo que impacté en la susodicha cabeza flotante con gran acierto, cuando lanza un grito horripilante que hace que Gael se quede dubitativo. No ataca y se queda con la mirada fija, con miedo, en la criatura. Vuelvo a cargar la ballesta y disparo de nuevo.

Panacea oyó el grito de aquel ser requeteantinatural y ni se inmutó.  He oído peores gritos de mis tías después de alguna travesura. -pensó, recordando a aquellas gnomas de buen corazón, fuerte carácter y aguda voz. 

Acto seguido sacó el arco goblin y disparó contra aquella cabeza voladora.  Se acordaba de los tiros de feria a globos.  No era particularmente buena, pero andaba de suerte.

A ver si te ensarto en ese sarcófago, tipejo de orejas amplias.