Partida Rol por web

A Ramasé llegaron como por arte de magia las palabras de Morunom que, aparentemente, estaba mirando para otro lado mientras masticaba unas nueces (que le había ofrecido Muerde-Rodillas) con aire lelo. 

Si, querido amigo, es lejano el origen, pero desconozco cuál es. La moneda está caliente. Desde luego, eso nos asegura de que o no es muy normal o de que alguien está haciendo la gracieta con un cantrip. Nada más se. Lo siento.

Si, como sea... responde Zarus mirando con los ojos entre cerrados al músico. Le parecía irónico que pese a su talento, sus comentarios vinieran un tanto desentonados. Bien, habrá que ir a donde el mediano-pez dijo que averiguó aquello sobre la taberna de Blagh.

Vale. ¿Dónde lo averiguó? dijo, paciente, Morunom.

Un momentito, respondió Aberladro a Aerion que acababa de llegar. Ahora mismo estamos tratando asuntos muy delicados e importantes, así que lamento no poder atenderte. Si quieres pásate mañana que estaré más tranquilo.

¡Ah! Asintió Ankus al escuchar a lo que se refería sobre Blagh. Después miró a Abelardo para ver si había escuchado a Zarus y dio gracias porque estaba distraido con el recién llegado de que no se había enterado de nada sobre lo que respectaba al enano. Luego lanzó una mirada de esas telepáticas y de reproche en la que le decía "cállate", pues estaba claro que nadie sabía lo referente al tema de su archienemigo.

Por desgracia para el mediano "muerderrodillas", nadie le había terminado de creer sobre el hurto por parte de Zarus.

Allí todos parecían ser muy amiguitos, cubrirse las espaldas y consentirse todo. Que era injusto era una evidencia, que era un crimen también. ¡Y lo peor de todo es que ninguna de las figuras de autoridad iba a decir nada al respecto! Vamos, habían llegado allí en plan "Vamos a darle una paliza al mediano". Le roban. Le amenazan. Le acusan. La mitad se pira a lo elfo como si nada, y la otra mitad, la compinchada con los otros, pues a discutir de sus cosas después de robarle.

Y encima, si le decía algo a la guardia, seguro que se ponían a favor de los demás, pues como ya habían hecho aquí los presentes. No sabía si era una cuestión de racismo, que lo era, o de caer bien, que también. ¡Pues les podían dar a todos por la mitad del alma! Se quedaría allí, esperando a que se fuera todo el mundo y después se iría a cambiar la moneda de oro que aun tenía por algunas de plata y poder marcharse de aquella ciudad de mala muerte, donde el que no quería robarte quería matarte, y la guardia estaba para hacer bulto.

Así que, simplemente, se quedó en segundo plano con los brazos cruzados sin decir nada.

Zarus esperaba a escuchar si la hechicera a saber si tenía claridad en lo que debía hacer. El investigar en los muelles no debía ser una tarea sencilla y menos si se trataba de lidiar con gente a la que Argot denominó "de los bajos mundos".

De momento ya no quedaba mucha gente en el recinto, así que Zarus se arriesgó a buscar un poco mas de información Bien. Como he dicho, yo me quedaré aquí a resolver cualquier tema que consideren me involucre. Así que ya que tenemos un tema en común, porque no ayudarnos? pregunta retóricamente a Ankus. Mis amigos irán a investigar lo que se dice por ahí de nuestro buen amigo enano. Tendrías información que aportar?

Nos veremos, pues. Dice Aerion mientras se da media vuelta.

Mmmh. Supongo que ella sabrá dónde hay que ir. Qué callada está, pensó Morunom.

Milkahá recordo lo que le habia comentado Zarus sobre las algas en el puerto algo de un druida en la capilla de Obad-hai.
Así que asintió con la cabeza relajo su postura y camino hasta la salida de ahí. 

- Zarus iremos a buscarte a la catedral de Pelor para estar en los funerales de nuestros amigos, ire al Puerto para ver que puedo encontrar - luego se volvió a Morunom - Sera un honor su atenta compañía  mi señor... ¿Morunom? disculpe si lo he pronunciado mal- Luego saliendo de ahí acompañada del mediano se fueron conversando hasta los puertos mientras afuera el clima estaba cada ves peor por la tormenta que paresia inminente.

A las palabras de Milkahá, Zarus asintió, en señal de estar de acuerdo y para no querer prolongar mas una despedida. Sin embargo se acercó a ella para decirle unas cuantas palabras.

Zarus hizo ademan de acercarse para hablarle al oído a la hechicera, pero de inmediato cayó en cuenta de que eso podría desatar la molestia de los ahí presente. Entonces decidió manejar un lengua un tanto cifrado -Recuerda bien lo que mencionó Argot: Algo sobre la relación de Balg con los bajos fondos del contrabando de la ciudad, algo a lo que la sacerdotisa replicó como el "Mercado Negro". Recuerda, no hay que ser directo cuando se vaya por ahí preguntando.- Esta vez Zarus repartió la atención a sus colaboradores -No hay que tomarse las cosas tan a la ligera, estos temas son muy delicados. Solo hacer preguntas sueltas y escuchar atentos. Es mucha la información que se puede rescatar cuando mejor se pasa incauto.- Zarus hizo ese comentario por la seguridad de ellos, si iban por hay haciendo las preguntas incorrecta a la gente incorrecta, seguro acabarían muerto. Si había una mafia o algo que se le pareciese, no les gustaría que alguien estuviese preguntando.

Zarus esperaba que algo mas de información llegara de boca de Ankus, ellos se estaban jugando el pellejo por algo que, a la larga, le beneficiaba. -Recuerda que se moverán cerca de la taberna del enano. No sería extraño que tenga gente trabajando para él en los alrededores tratando de ubicar a Argot y a cualquiera que se le relacione, bien sabes lo que nos pasó con el que estaba en el tempo. Estén atentos y no duden en dejar las cosas hasta ahí si ven que hay mucho riesgo.- dice esperando que las ideas están claras.

Zarus deseaba poder encargarse de la investigación, pero como estaban las cosas no le sería posible. En todo caso, esto era importante para construir un plan B, en caso de que la información no bastara. Estaba el tema del pasadizo secreto, dato que esperaba que ellos dos ubicaran para proceder con el asalto final contra las bodegas del enano.

Exquisita dicción, señora mía, dijo Morunom zalamero. Un tono encantador, añadió galán, por si no había quedado claro.

En ese momento pasaron muchas cosas y muy deprisa. Milkahá y Morumon se marcharon, y entonces Zarus se acercó a la muchacha para decirle algo al oido. Pero antes de hacerlo una bolsa de dinero se le calló al suelo. No se sabía si era de Milkahá, de Zarus o del propio Agakor, pero ahora todas las monedas estaban por todo el salón del gremio.

Encima para colmo Milkahá y Morumon no se dieron cuenta y se habían marchado de allí.

Aerion también se había ido tal y como le había pedido Abelardo, y el anciano miró la imagen que se estaba sucediendo. Pero de pronto, Ankus se sintió mareado. Llevaba ya casi dos días enteros sin dormir y el cansancio estaba pasando factura. Abelardo se acercó para ayudar al elfo, mientras contemplaba la situación que estaba ocurriendo delante de sus narices. ¿De dónde habían sacado ese dinero?
 

Pruebas de buscar, y en función de las tiradas hacer una proporción y calcular cuánto coge cada uno:

- 34 pc
- 424 pp
- Ónice
- Trozo de cristal

El rostro de Zarus se llenó de sorpresa cuando aquellas monedas comenzaron a rodar por la sala. A quien le fuera bien con las cuentas, podía sumar mas de trecientas de ellas. -Pero que descuidada es esa niña!- replica en un tono claramente preocupado, mientras se agacha a recoger rápidamente la bolsa para meter las monedas. -Vamos! no se queden ahí... Necesito ayuda. No dejaran que esa pobre chica se vaya sin su bolsa.- dice en tono reclamante.

Sin embargo, antes de que pasara cualquier otra cosa, Ankus pareció desfallecer y sino fuese sido por Abelardo, seguro hubiese caído al suelo a causa del fuerte malestar que le estaba provocando el tiempo que llevaba sin dormir, ni descansar. Esto no impidió que el anciano dirigiera a Zarus una inevitable mirada de asombro. ¿De donde había salido todo ese dinero? al parecer no le quedaba claro, por mas que se esforzara.