Partida Rol por web

La sonrisa volvió a dibujarse en el rostro de Moris, ahora ambos estaban igual de pálidos tras aquel aguacero gélido del que acababan de escapar aunque Samira rápido recuperaba el color con la ayuda de las llamas en la chimenea.

- Tras tanto paseo creo que la ciudad nos quiere ver quietos un rato, Samira -miró a su alrededor buscando al enano Blahg-. Si consentís iré a comprobar si, además de cerveza, también ofrecen habitaciones aquí.

-¡Busco hombres de valor dispuestos a seguirme a las afueras de la ciudad una vez termine la tormenta! ¡A todos los bravos que se atrevan a unírseme los invito a una ronda, aproximaros y os daré detalles sobre la empresa que busco realizar!-

Aquello detuvo al Karuth por completo, como si quedase paralizado, lo único que se movieron fueron sus labios al perder la sonrisa. Wee Jas mostraba su rostro cruel al final de un día de los más dichosos que había vivido y ahora le ponía a prueba, tenía hasta que terminase la tormenta... ojalá dure para siempre, pensó visiblemente dolido.

Thorgüs estaba a punto de subir a su habitación para secarse y entrar un poco en calor, hasta que el discurso del tipo grande lo clavó en el taburete curioso de ver como acababa aquello.
Giraba la llave de la habitación en el dedo mientras veía como la gente se arremolinaba alrededor de ese tipo.

Una copa gratis a cada uno que se una,
Esa bolsa de oro esta cargada. Pensó Thorgüs tras analizar sus palabras. Parecía que está era su oportunidad de conseguir algo de oro, aunque esperaría a ver quienes lo acompañarian antes de decidir.

    Solo el mediano se había acercado, pero estaba claro quienes se mantenían atentos y quienes no de lo que estaba a punto de decir Socar. Sin miramientos quitó una de las jarras servidas de la mesa y la puso frente al pequeño, el no necesitaba comer ni beber, pero eso no lo compartían esos seres de piel rosácea. Y por la parte de Enzo, era un bobo, sus lamentos le sonaban más propios a los de un perro lastimero que a otra cosa, así que pese a no responder a sus palabras lo dejo quedarse ahí sentado, tal vez cambiara de parecer y siempre le había sido útil.

    -Está bien, tomad asiento compañero.- El forjado separó una de las sillas y se la ofreció al que se les unía y de paso hizo lo propio con otra cercana. -Necesito a un grupo para dirigirme a las marismas, obviamente esperaré a que termine la tormenta y vuelva a salir el sol, por lo que tendréis tiempo de secaros y recuperar fuerzas. Allí el trabajo es sencillo, encontrar uno de los árboles que crecen allí y extraerles la resina. Para quien trabajo sabrá pagaros y yo no pienso reclamar mi parte de la recompensa, así que ira directa para los que me acompañen.- Volvió a examinar a su alrededor, el mediano le daría la respuesta directa, pero esperaba también las reacciones del resto que seguramente se darían en silencio.

La taberna poco a poco se iba llenando, así que Blagh iba acercándose a cada persona que entraba y le solicitaba algo. El enano se movía ágilmente a pesar de su edad y de su tamaño.*

No tardó en poner la bebida junto a Socar para que pudiera invitar a su nuevo compañero Dalabrac.

Dalabrac tomo un sorbo de la cerveza que le habían acercado, tenía buen sabor así que tomo otro seguido mientras escuchaba la descripción del trabajo de boca del hombre de la armadura.

Suena bien para mí – le dijo levantando los hombros – cuentas con mis conjuros al servicio de esta misión.

Solo tengo una duda, si la misión es tan fácil como lo planteas por que necesitan un grupo nutrido para ello?

Dijo antes de levantar nuevamente la jarra y saciarse con cerveza

El Karuth levantó la mano para llamar la atención de Blagh y, cuando se acercó, sonrió y asintió agradecido por la atención.

- Desearíamos habitaciones si las ofrecéis, ha sido un día muy largo buscando a Toren, el prometido de Sasha. No sabréis acaso dónde encontrarle ¿verdad? -mientras decía esto iba contando las monedas en su saco con extrañeza, pronto se quedaría sin plata y en Tormentos Cristalinos todo tenía un precio. Sus ojos pasaron a Samira, mostrándole ilusión en la mirada, pues ya por fin descansarían merecidamente-. ¿Querréis un baño o nos damos por lavados? -arrugó la nariz bromeando para asombrarse por la fuerza del temporal tras la ventana durante un momento.

Los pálidos dedos de sus manos acercaron su escasa fortuna a la Brisa de Puerto Calim, todavía poco familiarizado con el valor de las cosas, y esperanzado con la seguridad que siempre mostraba.

- En cuanto termine la tormenta habré de acompañar al grupo de aquella mesa, Samira, -habló al cabo de un rato, las yemas de sus dedos recorriendo el metal del medallón de su fe, ahora incómodamente pesado para él- hay peligros más allá de estos muros y algo tan sencillo como recoger resina puede acabar con heridos a los que he de prevenir de cruzar los portones de la muerte antes de tiempo ¿Querréis venir o descubristeis algo que investigar en el mercado? -cruzó las manos sobre su pecho y se permitió sonreír de nuevo- Sea cual sea vuestra decisión, volveré a vuestro lado si es vuestro deseo.

 -¿Qué por qué necesita un grupo preguntáis?

El bufón se había levantado de repente al oír las preguntas del mediano, que tan alegremente había aceptado esa cerveza gratis ofrecida por su buen amigo Socar.

 -Que por qué necesita un grupo. ¡Para compartir la gloria, por supuesto!

Enzo se acercó a su amigo del alma y le señaló con ambas manos.

 -Aquí donde le veis, Socar es un paladín de honrada virtud y nobles intenciones. ¡No hay guerrero más recto que él! ¡No hay amigo más fiel! ¡El mejor compañero que se pueda pedir para cualquier tarea!

El bufón se acercó esta vez al mediano.

 -Y vos dudáis de él… ¡La misión es sencilla a más no poder! ¡Por eso mi buen amigo quiere compañeros que viajen a su lado! Porque, ganar una victoria fácil para él solo, sería tan egoísta que su noble alma no lo aguantaría.

El colorido artista se dirigió hacia el centro de la taberna, hablando en voz alta para todos los presentes.

 -Por eso hacemos este llamamiento, buenas gentes. ¡Porque el Paladín Socar quiere ofreceros una oportunidad de haceros un nombre por aquí! ¡Compartid la gloria de una misión sencilla, pero con buena recompensa! ¡Aprovechad una oportunidad que nadie más os ofrecería!

Con su discurso terminado, el bufón regresó a la mesa, poniéndose cómodo para empezar a cenar.

 -Por eso. ¿Satisfecha vuestra duda, buen señor?

Moris:

- Desearíamos habitaciones si las ofrecéis, ha sido un día muy largo buscando a Toren, el prometido de Sasha. No sabréis acaso dónde encontrarle ¿verdad? -

No pudo evitar mirar con afecto a Moris, su buen corazón y su inocencia le conmovían. De aquel asunto ya no podrían sacar nada, pero estaba claro que su compañero realmente solo deseaba felicitar al muchacho por encontrar el amor.

Después le habló a cerca de un baño, evidentemente una broma porque ambos habían quedado empapados. Ella tomó el dinero que él le ofrecía, rozando suavemente las manos del karuth con sus delicados y cálidos dedos.

-¿Me estás proponiendo que nos bañemos juntos?- Le preguntó en un aterciopelado susurro mientras retiraba lentamente sus manos, alargando así el contacto entre ambos, y dedicándole una sonrisa juguetona.

Moris le informó de que se sentía con el deber de acompañar a aquellos hombres en su misión, y Samira bajó un poco la mirada en un leve gesto de tristeza.

-¿Estás seguro? Tan solo deben hacer "sangrar" a un árbol- Había oído rumores, fuera de las murallas de la ciudad habían verdaderos peligros y temía que su amigo perdiese la vida. Estaba segura de que él jamás dejaría solo a alguien mientras la llama de la vida se le apagaba, pero... ¿y si era él quien corría tal suerte? no era difícil imaginar que le dejarían en una total soledad, el alma más pura que había conocido se perdería para siempre ante la indiferencia y la frivolidad del mundo.

Observó como reseguía el símbolo de su colgante, su diosa, ellas se parecía más de lo que Moris pudiese imaginar, y sin embargo no debía revelárselo, no al menos por ahora. Nos parecemos, pero no soy ella. ¿Cómo iba a competir con una deidad? No había posibilidad de victoria alguna. Clavó sus ojos en los de Moris, y mientras le acariciaba unos mechones de cabellos plateados le dijo:

-Prométeme que volverás, solo así dejaré que te alejes de mi lado-

Colmado de afecto Moris exhaló despacio y ladeó la cabeza del lado del que Samira tiraba de sus cabellos, descansando su mejilla sobre los nudillos de su mano de donde gotas resbalaron, pasando por su brazo hasta llegar al codo y mesa. Tomándose su tiempo para una réplica cuando nada de lo que se le ocurría parecía merecedor de ser escuchado.

- Os lo ofrezco gustoso -articuló con palabras medidas-, al igual que este mi pelo, latidos y sueño, para que los entrelacéis con los vuestros cuanto queráis... hasta que termine la tormenta.

Vio asomar la tristeza en su rostro ante la inapelable despedida, frente a lo que sólo pudo asentir, confirmando lo que ella ya sabía. Criatura de fe y palabra, Moris quedó mudo hasta que llegó aquel ruego, aquella promesa exigida desde las entrañas y que retorcía las suyas.

- Esta nívea mortaja guarda un alma inmortal, Samira; ya sea en cuerpo o en alma, volveré a vuestro lado -con las miradas cruzadas selló su compromiso-. Os lo prometo.

A cada palabra del paladín Thorgüs tenía más dudas sobre la misión.
Reclutar gente simplemente para coger la resina de un árbol y luego todo el mundo cobraría su parte. Huele bastante mal hasta para un enano pero si es verdad no me vendría mal el oro.

Thorgüs siguió escuchando por si se decía alguna hora concreta de salida, porque la salida del sol no era muy exacta. Aunque de todas formas parece que todos iban a trasnochar en aquella posada, así que no sería difícil unirse al grupo cuando estuvieran preparando la partida.

    Socar miró a Enzo, le gustaba lo que escuchaba, pero seguramente esas adulaciones solo buscaban llenar su estomago gratis y no había dicho nada con respecto a cambiar de parecer y acompañarlos.

    -Déjate de petulanterías, bufón, no necesito los adornos de un cobarde para algo que puedo decir por mi mismo.- Y sin más se giró hacia el mediano de nuevo. -Y si digo que busco compañeros no es porque oculte una treta, simplemente es porque me vendría bien compañía para alcanzar el árbol y por si surge algún impedimento en las marismas, sea de la naturaleza que sea. Si me acompañáis hasta el final seréis pagado como os prometí, podréis descansar la noche y saldremos de aquí con las primeras luces del alba para poder dar por finalizada la empresa lo antes posible y así podáis disfrutar de vuestra paga.-

Blagh iba atendiendo uno a uno a los clientes que tenía en la barra y en las mesas, cuando Moris le llamó se acercó para hablar con él. La habitación cuesta 5 piezas de plata, y la cena 2. Pero si lo cogéis todo junto, os lo dejaría por 6 piezas de plata, incluyendo un ligero desayuno para mañana. Después miró como alguien más le llamaba y dejó sin contentar la pregunta sobre Thoren y Sasha, quizá intencionadamente pues había llegado a escucharla.

Dalabrac miro atentamente a Socar mientras respondía a su pregunta, soltó una risita ante la puya al bufón y tomo el último trago de su cerveza tras lo cual se encogió de hombros.

Pues me has convencido, cuentas con mi ballesta y mi bastón mañana esa paga no me cae nada mal – se levantó de la silla y estiro la mano para cerrar el trato con un apretón – entonces nos veremos en la mañana, gracias por la cerveza!

Dicho esto dejo la jarra vacía sobre la mesa y  se acercó a la barra

Sin mucho esfuerzo se trepo en uno de los taburetes contiguos a la barra para hablar con el enano encargado – buenas noches ser , busco un lugar donde pasar la noche , alcance a escuchar que le decía al hombre de la capucha el valor por la habitación y la comida , tiene alguna disponible?- Le dijo con una amplia sonrisa en su rostro – tomare aquí mismo la cena si no es molestia ser.- tras lo cual palpo su bolsa y saco las 6 pieza s de plata para pagar al posadero.

Sonrió levemente a Moris.

-Entonces aprovechemos el tiempo que nos queda y celebremos tu vuelta cuando lo hagas- dijo mientras acariciada con un sutil gesto de sus dedos la mejilla del Karuth.

Cuando se acercó Blagh y habló los ojos de la chica se iluminaron. 

¡Al fin un precio asequible! Podremos cenar y dormir para recuperar fuerzas. 

Aquello le había alegrado, aunque sus bolsas se vaciarían casi hasta desaparecer, de modo que al día siguiente quizás no hubiese tanta suerte. Miró a Moris.

Si la misión transcurre sin problemas él ganará algún dinero y podríamos descansar tranquilos, con las panzas llenas y el cuerpo caliente una noche más.

Esperaba que la misión a la que estaba dispuesto a unirse transcurriese sin problemas, aunque no quedaría tranquila hasta que él hubiese vuelto a cruzar los muros de Tormentos Cristalinos para entrar en la ciudad. 

-Cenemos y durmamos, mañana deberás estar en forma si de veras crees necesario enrolarte en esa aventura. Tendrás que estar en plena forma, y yo también para no volverme loca en tu ausencia- A su rostro regresaba una pizca de aquella expresión alegre y con cierto toque infantil. Pidió la comida y bebida para ambos, y también solicitó las habitaciones que junto a la cena quedaban a muy buen precio.

Blagh- "dejó sin contestar la pregunta sobre Thoren y Sasha, quizá intencionadamente pues había llegado a escucharla."

Las cejas de Moris se arquearon inquisitivas; miró a Samira tratando de comunicarle lo que creía haber percibido durante el intercambio con el tabernero pero quedó prendido, rápido relegando su búsqueda para entregarse al roce de aquella piel contra la suya por el breve momento que duró y terminar recibiendo el germinar de su caldeada alegría con una sonrisa.

- Hay cosas que no se creen, se saben -comentó alzándose despacio de su asiento para caminar por detrás de ella e inclinarse a su vera-; como el velar de vuestro sueño para guardaros de inquietudes o el cumplimiento de mi deber para contemplaros con la conciencia tranquila.

Descansó la frente sobre su brazo con ojos cerrados por un momento en un gesto cargado de confianza, resoplando un comienzo de risa que no llegó a brotar pero que hizo asomar sus hoyuelos al despedirse de ella para encaminarse hacia la mesa de aventureros.

No cambió su gesto para con ellos, gustoso de mostrar su dicha ante quienes pudieran ser sus compañeros mañana. Inclinó la cabeza ante los presentes pero se presentó dirigiéndose al forjado.

- Bravo destino, paladín Socar -saludó plantando el medallón de su fe sobre su propio pecho a la altura del corazón -; soy el Karuth Moris y la Guardiana de la Muerte Wee Jas os hace préstamo de mi vida: sirva esta para resguardaros de herida fatal -miro a los demás presentes entonces-, a todos, en el cometido de mañana.

Suspiró mientras sus hombros caían más relajados. Moris tenía claro el paso que iba a dar y ella contempló serena como se alejaba de su mesa para acercarse a la de los aventureros. 

Alzó la mano para solicitar a Blagh que dispusiese cena para ella y para el Karuth, así como las habitaciones para ambos. Pagó al enano y aguardó que llegase un plato caliente. Observó alrededor para ver con más claridad el ambiente de la taberna, sus decoraciones y la clientela. Esperaba que la cama no estuviese ya ocupada por los chiches, aquella noche era absolutamente necesario descansar y reponer fuerzas.

 -¿Wee Jas? ¿Y esa qué diosa es?

El bufón decidió participar en la conversación mientras cenaba. Al fin y al cabo, Socar estaba sentado en la misma mesa que él y todos los que se acercaban a hablar con el forjado estaban también cerca de Enzo.

 -¿Es amiga de Hextor? ¿Eh Socar? Hextor, el dios al que adoras y al que dedicas toda tu vida. ¿Eh? -miró al tal Karuth- ¿Tú sabes si Hextor y Wee Jas se llevan bien? Podría ser interesante, dos adoradores de dioses amigos. ¡Deberíais hablar de ello largo y tendido!

Si es que… ¡Qué afortunado que era Socar de tenerle a su lado! ¡La de oportunidades de hacer amigos que perdería el forjado de no ser por él!