Partida Rol por web

- Tengo hambre. Tengo sed. ¿Cuando llegaremos? Oye, me gustan tus botas. ¿Me valdrán? - Así, y no de otra manera fue como Agakor hizo del camino de Zarus un camino más entretenido. No importaba lo que contestara o si lo hacia, él seguía preguntando y explicando cosas que no venían a cuento.

- Uala, nunca había venido al puerto. ¡Que bonito! ¡Y mira cuanta gente! ¿Todos son amigos tuyos? Cuantos amigos... No me gustaría tener tantos amigos. - Negó con la cabeza. - Pero oye, que si a ti te gusta, a mi ya me parece bien. Y si, si, si, si.... necesitas de mi ayuda... pero no me has dicho para que. Aun. - Añadió la última palabra unos segundos después.

Que tenga buen día señor - se despidió y camino con Morunom lejos de ahí, siguieron caminando y el clima empeoraba, así que Milkahá tomo camino hacia el norte a los almacenes de los pescaderos, fue cuando pudo ver a Zarus que caminaba junto a aquel mediano, el muerde rodillas, Milkahá no había averiguado nada hasta entonces y se sintió bastante defraudada por si misma, era la segunda vez que quedaba mal.

Mi señor Zarus, señor muerde rodillas - saludo con una ligera reverencia con la cabeza en señal de respeto - no he podido averiguar nada aun, nos dirigíamos al norte a los almacenes de los pescadores - informo la hechicera.

A los múltiples disparates del mediano, Zarus solo respondía mirándole entre cortado. Ya cuando algo mas de privacidad les alcanzó en el recorrido, se dispuso a hacer breves comentarios La vedad no creo que puedas llegar a ser de fiar ni aunque te lo propongas, pero aún así me la jugaré contigo... dice mientras le mira como si fuera algún animal raro, francamente estaba por asegurar que no estaba bien de la cabeza. Bien, lo que tienes que hacer es muy sencillo... hospedarte en la Pezuña en la Boca y hacer lo que sabes hacer... Necesito que ocurra algo que ocupe al dueño del lugar. Zarus se reservó los comentarios despectivos, no quería desatar las obsesiva criticas de Agakor sobre racimo.

Conmigo no tienes que fingir. Agrego Zarus en otro momento Sé bien que has tenido que ver con esos incendios, pero a allá tu sino te quieres dar por enterado. Si aun no sabes usar del todo esas monedas, la taberna del enano es un excelente lugar para hacer practicas. dice en insinuación. Después de ello Zarus no dijo mas nada hasta llegar a su lugar de destino.

Ya te daré mas detalles... Zarus divisó a Milkahá y pidió a Agakor que acelerara el paso para llegar a ella, ya su corto andar y comentarios desenfrenados y desatinados le iban acabando la paciencia.

Las noticias de Milkahá no eran las mas alentadoras, sin embargo Zarus sonrió para tratar de animarla Dime, ya comiste algo?... Creo que debemos postergar esto. Ya es la hora. dice mirando el sol que se empezaba a ocultar. El ocaso anunciaba el funeral de aquellos que fueron una vez sus amigos. Debemos ir a la catedral. La sacerdotisa Lyra nos debe estar esperando.

Luego miró al músico Morunom, crees que podrías continuar tu solo, hay un tema sobre las alcantarillas que podrían llevarnos por buen camino. dice casi que guiñandole el ojo para señalar que había un mensaje oculto en lo que le pedía. Morunom sabía de sobre el lugar al que quería llegar Zarus.

Toma. Tal vez necesites un poco de esto. dice entregandole algunas monedas de plata.

Zaarus le decía cosas malas al pobre mediano. ¡Tan malas que cuando llegó parecía tan feliz como siempre! Lo que dejaba clara cual era a voz de pronto, su estabilidad emocional. Pero hubo algo, algo que le gustó especialmente. ¡Pero que mujer más simpática! De haber medido un metro menos y pesar 40 kilos menos le habría preguntado a su padre cuanto pedía por su dote.

- ¡Pero que simpática! - Aplaudió el solo. - Me gusta que me llamen señor. Te llamaré...¡Señorita! - Señaló a la muchacha, dando un par de saltos de alegría. - Bueno, yo me voy a descansar a una taberna, que estoy muuuuy cansado. ¿Alguna vez habeis estado taaaan cansados que os duelen las rodillas? Pues así. Pero no dolor de cuando te muerden las rodillas ¿eh? De dolor como cuando pegas el estirón... aunque los medianos lo que es crecer crecr pues tampoco es que crezcamos mucho. - Reconoció.

- O... primero voy a la Catedral a hociquear un poco y despues a la taberna. - Cambió de parecer, total, prisa no tenía y tampoco le dolían tanto las rodillas. - ¿Nos vamos? -

Una ligera sombra de tristeza le obscureció el rostro al recordar a sus amigos caídos, le habían salvado la vida y ella nada había podido hacer por la de ellos.

Vamos a la catedral, que es justo rendir honor a nuestros amigos caídos - dicho esto dedico una corta sonrisa al mediano por sus comentarios alocados y fue con ellos no sin antes estrechar la mano a Morunun para y despedirse agradeciendo su ayuda.

Espero pronto nos veamos y continuemos con estos asuntos para poder resolverlos, que no tendré descanso hasta que se haya hecho justicia por todas las almas que se ha llevado tan funesta enfermedad. Gracias señor Morunun - le diijo.

Melor comenzó a recoger el equipo y a guardar la cama improvisada que había usado la pequeña Angélica, sus manos ya operaban normalmente y sus huesos dejaron de quejarse un rato. Aún con la poca luz que quedaba Tormentos Cristalinos seguía luciendo la belleza que le cautivó que de joven y, aunque su casa hubiese desaparecido, cumpliendo para con la comunidad y pueblos cercanos podrían conseguir las riquezas para fundar un nuevo hogar. Estos pensamientos hacían sonreír al anciano.

Oh, claro, claro, dijo Morunom encantado de cobrar tan ricamente. Lo de las alcantarillas todavía no había cuajado en su intelecto, claro, porque la guapa chica se estaba despidiendo de él, y él, con un floreo de sombrero, correspondía a la despedida alegremente. Miró también al pequeñajo, Muerde-Rodillas. Ahora iba cuajando en su intelecto que el curatis se iba de picos pardos con la moza mientras a él le tocaba estar de vigilancia, aburrido y solito. Y usted, caballero, quizá podría acompañarme, dijo al mediano. No es bueno andar por ahí de noche solateras. Tiene pinta de ser un socio interesante. Seguro que nos lo pasamos pipa.

- Eh...................................... - Alargó de una forma anormalmente larga aquella expresión verbalizada de pensamiento público. Apretó los labios. - No, la verdad es que no, Marcus. - No, no sabía como se llamaba el tipo. Y eso que lo había escuchado dos otres veces... ¡pero no estaba atento! - Es que tengo una cosa que hacer. Un algo. ¿sabes? Como cuando mi prima quitaba las malas hierbas del campo para que crecieran las zanahorias grandes y fuertes. Yo no la miraba ¿Eh? Que era mi prima, por favor. Yo miraba la prima de los demás, siempre y cuando a su vez no fueran primas mías, y eso era... bueno, eso es francamente dificil, a decir. Casi todos los medianos osmos primos unos de otros ¿Sabe? - Le explicó al humano, moviendo la mano, como si tejiera una red de contactos imaginarios en el aire.

- Pero lo que yo quería decirle es que tengo una cosa que hacer. Importante. No tan importante como el asunto de los hierbajos y las zanahorias, pero importante. - Insistió varias veces. - Así que... como quien no quiere la cosa me voy a la Catedral y de allí a ese sitio importante. Pero si soy un tipo interesante. ¡Gracias! Después te contaré como mi tía abuela dio a luz al primo de mi padre en una carreta de guerra mediana ¿vale? - Y dicho esto, se despidió con la manita... y se dispuso a marcharse hacia la catedral.

Vale, compañero. Ten cuidado con las monedas que te dan por ahí. Podría quemarse algo. Adiós. Aquí uno que se hace uno con las sombras y todo eso.

Dicho lo cual se perdió, tal y como había dicho. Esperando no perderse, claro. No extraviarse, digamos. Eso. Zas. Se dio la vuelta y se dio el piro.

Zarus simplemente terminó por arquear una ceja luego de escuchar los disparates del mediano... Algo que hacer?... Bien, pero no se te olvide que debemos visitar a cierto amigo. dijo completamente desinteresado en escuchar cualquier historia que no tuviese que ver con la misión que le había encomendado.

El músico no parecía estar muy contento con la idea de investigar solo, pero si Argot lo había logrado por su cuenta, con su talento y su habilidad para hablar, debería por lo menos corrobora aquella información y si había un pasadizo secreto a través de las alcantarillas, por lo menos esperaba que logrará conseguir quien le conociera bien. Nosotros iremos a la catedral, pero seguramente no pasará mucho para que tengamos que movernos hacía el cementerio a sepultar a nuestros amigos. dice con resignación en su sentir.

Ya estaba oscureciendo y la amenaza de la tormenta estaba lejos de alejarse. Apresurémonos entonces. sugiere a la hechicera y el mediano.

- Los humanos casi nunca os enterais de nada ¿Eh? - Preotestó energicamente al comentario de Zarus. - "Ese algo que hacer" es "Esa visita que tengo que hacer" ¿No querrás que lo vaya gritando por ahí, no? - Echó a andar. - No querreis que os cuente la historia de como mi mi hermano Timothy el Nervioso se ganó ese apodo, ¿no? -

Con todo recogido el abate asintió ante sus compañeros, Angélika y Vladimir, para encaminar sus pasos calle abajo.

- Espero que El Bote del Lagarto siga abierto, quizás quedásemos traspuestos demasiado tiempo.

Esta extensa construcción de madera, una de las más grandes de la villa, sobresale por encima de las casas cercanas. El astillero también es la casa gremial de los constructores de barcos; aquí, sus miembros construyen casi todas las barcas de pesca, barcos mercantes y demás buques que pueda necesitar la villa. El cuerpo central alberga las oficinas, salas de reuniones, almacenes, y cuarteles para los trabajadores locales. El ala este se dedica a la construcción de pesqueros, mientras que la occidental se reserva para otros tipos de barco.

En aquel momento hay dos barcos en construcción en cada ala. Una vez que la nave sea navegable, se lanza por una de las  varias rampas que sobresalen directamente del edificio.

Argot se acercó a los almacenes de los puertos. Buscaba a algún encargado de algún almacén donde se descargaban los barcos.

- Hola, vengo a por un trabajo, puedo recuperar objetos que hayan perdido en el agua a cambio de un porcentaje de su valor. Qué le parece la oportunidad de ayudarnos a ambos?
 

El mejor lugar para ofertarse como trabajador ocasional es Recados de Tormentos Cristalinos. Dijo el enano con cara de asustado al ver a Leular. Allí podrás ofrecer tus servicios y cuando alguien los necesite se pondrán en contacto contigo.

Argot pareció molestado, no quería hacer algo de forma oficial, odiaba lo oficial. Aún así necesitaba dinero así que inclinó la cabeza dando las gracias y se dirigió hacia donde le habían indicado.

Esta extensa construcción de madera, una de las más grandes de la villa, sobresale por encima de las casas cercanas. El astillero también es la casa gremial de los constructores de barcos; aquí, sus miembros construyen casi todas las barcas de pesca, barcos mercantes y demás buques que pueda necesitar la villa. El cuerpo central alberga las oficinas, salas de reuniones, almacenes, y cuarteles para los trabajadores locales. El ala este se dedica a la construcción de pesqueros, mientras que la occidental se reserva para otros tipos de barco.

En aquel momento hay dos barcos en construcción en cada ala. Una vez que la nave sea navegable, se lanza por una de las  varias rampas que sobresalen directamente del edificio.