Partida Rol por web

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.

Al estar en pleno amanecer, el mercado está lleno, la multitud se apiña en este lugar mientras los vendedores anuncian su mercancía. Los miembros de la guardia de la ciudad patrullan el lugar bastante a menudo, aunque quizá no sea suficiente ante la posibilidad de carteristas que puede haber en la zona.

Sin perder el tiempo, Argot comienza a moverse por el mercado. Aquel día sabía que los guardias no le perderían de vista así que debía tener mucho cuidado. Andando entre puestos el muchacho se acercó a uno de los comerciantes de mercancía de dudosa procedencia. - Saludos - Dijo mirando la mercancía- Me han dicho que debía preguntarte a ti si deseaba información... - Se acercó un poco - Dime qué sabes del enano llamado Blagh dueño de la pezuña en la boca?

- Blagh es el dueño de la Pezuña en la boca, se trata de la posada más nueva de la ciudad, y en apenas cinco meses se ha convertido en un lugar popular entre los marineros y pescadores locales.

Sirve cerveza barata y grog, a menudo aguados y en jarras mugrientas. No obstante, sus precios son inigualables e incluso con cerveza aguada e el mejor lugar de la villa para coger una buena borrachera. Aunque quizá no llegue a ganar, en eso último, a El Lenguado Macerado.

Su especialidad es una densa cerveza negra que sabe a tierra, pero que sale más barata que ponerse a morder el suelo de verdad.

Bagh es un tanto excéntrico, llegó con gran jactancia al puerto flotando entre los restos de un destrozado bote quemado hasta la línea de flotación. Y tras su llegada, en un mes ya había montado la taberna. Quizá demasiado rápido, diría yo.

- Mmm - El mediano se queda pensando - Sin duda es algo muy raro, de dónde sacó  el dinero para abrir la taberna? si alguien le ha prestado el dinero debe ser a cambio de algo muy gordo. Dime no sabes nada más de dónde podría sacar él el dinero para abrirla? no dicen nada los bajos fondos de con quien se junta ese  enano?

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.

Al estar en pleno amanecer, el mercado está lleno, la multitud se apiña en este lugar mientras los vendedores anuncian su mercancía. Los miembros de la guardia de la ciudad patrullan el lugar bastante a menudo, aunque quizá no sea suficiente ante la posibilidad de carteristas que puede haber en la zona.

-La verdad que no se conoce que hiciera tratos con nadie. Aunque quizá eso no sea así, pero nada indica que él mismo no poseyera esa cantidad de dinero. Quizá la trajese consigo, ¿no le parece?

Tras decir aquellas palabras, ves a Alan que se reúne allí contigo.

El elfo estaba ojo avizor de los carteristas, quería entrar en contacto con ellos, y, ya puestos, si veia algún comerciante o bolsa descuidada... ¿por que no?

Tras un paseo arriba y abajo se colocó en una lugar desde el cual poder ver a los rateros y ladronzuelos del lugar y poder seguirlos.
 

El músico buscó un lugar alto para hacerse notar, quizás esas cajas apiladas desechadas por aquel mercader de fruta valdría. Estaba lejos del centro del mercado donde habría demasiado ruido ambiental, pero aun así había bastante tráfico de viandantes, sería un buen lugar donde empezar a dar la nota.

Alän se sacudió la ropa del polvo como tantas otras veces hacía, intentó colocarse de la mejor manera que podía su peinado para no tener un espejo, y con un poco de saliva, procuró limpiar un poco sus mejillas y el resto de su tez. Estaba preparado para buscar los oídos de los ajetreados ciudadanos, y se subió como pudo a las cajas. Una vez arriba, tosió un poco para despejarse la voz, y con toda la potencia que pudo sacar de sus pulmones de barítono, comenzó su difamatorio discurso.

-¡Oiganme todos, buenos ciudadanos de Tormentos Cristalinos! Han de saber que no todos los bares y tabernas de esta ciudad pueden optar la categoría de salubre, y es que se ha conocido el caso de existencia de orín de roedor en cerveza servida a los parroquianos de cierto antro de mala muerte. He podido reconocer en mis propias papilas gustativas el agrio sabor del corrupto brebaje en la famosa taberna del enano Blagh, conocida con el nombre de "La Pezuña en la Boca". Y es que encima el antipático tabernero me echó del local en cuanto pedí que me devolviera las monedas que pagué por el pestilente líquido e incluso amenazó con herirme si revelaba el secreto. Por ello, amigos, debéis advertir a vuestros familiares y seres queridos de que eviten en la medida de lo posible ese oscuro lugar, si desean evitar enfermar por rabia o a saber que infecciones traídas por las ratas que pululan por su bodega. Si desean probar un refrigerio sin contaminar, mejor háganlo en otra de las reconocidas tabernas de la ciudad, como puede ser el caso de "El Erizo Borracho" o similar, donde el tabernero se limitará a serviros lo que pidáis, sin aditivos tóxicos y con una sonrisa amable en la cara. ¡Recuerden! Eviten en lo posible "La Pezuña en la Boca", la peor taberna sin duda de esta magnifica ciudad.

El galante humano repitió una y otra vez el discurso, ofreciendo numerosos horribles apelativos al desagradable enano como podía improvisar cada vez que lo nombraba. Si quería guerra, tendría guerra.

Molesto por no conseguir nada, el mediano se despide del mercader dándole una moneda de plata por la información. - Si te enteras de algo interesante puede que tenga alguna más por la información. - No había conseguido nada digno de interés salvo que la fortuna de aquel enano no era muy normal.
Se quedó un poco sorprendido al ver a Alan en el mercado y no supo si saludarle o no. Habían quedado en la taberna por lo que él debía estar haciendo su propia investigación. Esperó un momento mirando una tienda por si él decidía saludar o seguir a lo suyo.

En cuanto Alän se pone a dar gritos para pregonar las supuestas maldades que ocurren en la taberna de "La Pezuña en la boca". Un guardia grita:

¡Al ladrón! ¡Al ladrón! Parece que las palabras de Alän dejan de ser del todo escuchadas para que todo el mundo se ponga a mirar a un elfo gris que tiene una bolsa entre sus manos. Aquel tipo había tratado de llevarse una bolsa, y desgraciadamente le habían pillado.

El músico perdió toda la atención por culpa del aviso de robo, pero esperaba que la gente no tardara en volver a prestar atención al pregón. Aprovechando el despiste de los demás, hizo un gesto sutil con el que saludaba a su pequeño amigo, y volvió a su proclama. Respecto a la llamada contra el ladrón, no pensaba mover ni un músculo; no era su lucha.

Bueno... mala suerte. En pocos segundos seguramente estaría rodeado, así que tendría que hacer uso de la sorpresa mientras todavía no tenía a gente en su contra.

Con unas palabras y gesticulaciones claramente arcanas el elfo desaparece. Sabe que la duración de su conjuro es corta, así que no tarda mucho en empezar a correr de nuevo, afanando un objeto que a ojo rapido parezca tener valor de alguno de los tenderetes y saliendo del mercado a toda prisa por la salida más cercana.

El mediano que estaba escuchando el relato del bardo, escuchó los gritos del ladrón. No podía creer que hubiera otro tan cerca y él casi sin dinero. Viendo una oportunidad intentó poner la zancadilla al ladrón. Con un poco de suerte se le caería la bolsa y él podría recoger alguna moneda en el desconcierto.

Un picor en el brazo llamó la atención, qué estaría sucediendo?