Partida Rol por web

¿Una cicatriz? ¡Hala! Mi querido Aristóteles, recuerdame mañana que le pidamos que nos enseñe tu cicatriz. ¿Crees que nos dejará tocarla? Uy, espero que sí, porque seguro que una cicatriz de una cabra loca en la cabeza de alguien como él tiene que ser impresionate, sí sí sí comentaba Aire.

Se giró mirando a Brand y le dijo

¡Oh, Brand mío, llevadme a una posada donde pueda descansar! 

Miro a la mujer y al mediano que se retira

Vamos mi señora, creo que mañana sera un dia muy largo y lo mejor seria decansar. Volvamos a nuestra habitacion en la posada

Si... Aaauuuuhh... Dijo Aire mientras se estiraba. Antes de seguir a Brand, se giró con ojos curiosos y le dijo a Graak-Hal.

¿Nos acompañas? En esta ciudad no hay aposentos dignos de una diosa de mi calibre, pero hay que conformarse

Claro pequeña, iré con vosotros, estoy seguro de que nos amenizarás la velada hasta la hora de dormir, jajaja. El hombretón se aseguró de no haber perdido nada y siguió a sus dos nuevos amigos hacia la posada.

La fachada de este edificio está cubierta con docenas de carteles, muchos de ellos hechos jirones o pasados de fecha, que muestran extraños portentos de la naturaleza, monstruosa o reliquias extravagantes, con frases llamativas como "¡ Ved al asombros hombre-anguila!", "¡Contemplad el truco más cruel de la naturaleza: el perro con cara de rana!" o "¡Probad vuestra resistencia en el Pozo del cieno vil!"

Un gran cartel sobre la entrada proclama con orgullo que el lugar es el Salón de rarezas de Anmeh; dicho cartel titila con un fuego féerico permanente.

La puerta del museo está cerrada pero podéis oir gritos de criaturas y de personas en su interior. Una columna de fuego se asoma por el tejado, es extrañamente alta, casi como si fuera mágica.

Debéis buscar una entrada por la que entrar al museo si es que queréis ayudar a la gente que hay allí dentro. Eso o ir en busca de ayuda...

yo dare la vuelta por este lado alguno que vayan conmigo y otros que la busquen por el otro lado, debe de haber una puierta trasera

El grupo llegó a la escena del incendio, donde la locura reinaba por completo. Aquel edificio ardía en extrañas llamas, impidiendo que la gente del interior, pudieran ponerse a salvo.

Ethan dió un rápido vistazo a la situción, buscando la mejor manera de ayudar. Fueran quienes fueran los prisioneros de las llamas, no se merecían una muerte tan dolorosa como arder en carne viva. Algo en su interior, un recuerdo doloroso seguramente, le removió las entrañas. Debía hacer algo...

-Tenemos que ayudar!- dijo a sus compañeros.

Tras escuchar una voz de orden que intentaba poner algo de organización en aquella locura, than supo a quién debía prestar su ayuda. Se dirigió al hombre que pedía buscar una entrada al edificio.

-Yo te ayudaré, cuenta conmigo!

Y con un gesto, animó a sus compañeros a que le siguieran para ayudar a aquel hombre. Cunatos más fueran, más rápida seria la salvación de las victimas del incendio.

Allí dentro había gente, tenían que ayudarles.....pero cómo.

El joven no dudó en seguir a Ethan y al desconocido a buscar una forma de entrar en aquel horno

Buscad a ver si hay otra entrada y mientras tanto intentare abrir esta puerta.Supongo que al ser la principal me costara bastante más pero nunca se sabe..Digo antes de dirigirme a examinar el mecanismo.Me agacho y comienzo a hurgar en la cerradura.

Lumpabel Gonzeppen siente una suerte de nudo de saber que mucha gente inocente podria morir inutilmente y sin salida. Aun asi se concentra y decide caminar alrededor del edificio lo mas atento posible mirando hacia abajo, hacia arriba, por la pared buscando algo escondido y viendo muy atento aquel fuego... Puso sus observaciones para llevar acabo parte de sus conocimientos al uso inmediato.

"Debe haber algo escondido de una manera especial seguramente para defender aquellas rarezas. Y ese fuego..."

El gnomo muy concentrado se ve hacer unos sortilegios; los cuales hacen unas luces violaceas muy representativas que parecen analizar el edificio y el fuego de una manera muy leve, aun asi solo un mago, hechicero o algun estudioso arcano, divino o semejante como él podria saber que estaría haciendo en verdad.

Decidido a ayudar lo mejor y mas rapidamente posible, pero sin saber como, pensé que deberiamos de actuar en dos grupos.

-Seguid buscando una entrada alternativa por aquel lado Gruguer y compañeros, confio en que tengais suerte. Me quedare intentando ver si abrimos esta puerta y sinó buscaremos por el otro lado del edificio alguna entrada, aunque sea una ventana.

Examiné el edificio en busca de posibles entradas, fuesen puertas, ventanas, balcones en el primer piso, cualquier ruta.

El tiempo corría en su contra... y en la gente que estaba atrapada en el interior. Debían encontrar un camino de salida para aquellas gentes, prisioneras del fuego.

Ethan buscó un lugar por donde poder entrar y ayudar, en lo que fuera posible, a la evacución. Buscaba, al igual que sus compañeros una obertura, puerta o ventana.

Gruguer buscó la puerta del edificio. Aunque aún era joven e inexperto, sabía que era una de las entradas principales a cualquier construcción. También alguna ventana de fácil acceso le vendrían bien para entrar

La fachada de este edificio está cubierta con docenas de carteles, muchos de ellos hechos jirones o pasados de fecha, que muestran extraños portentos de la naturaleza, monstruosa o reliquias extravagantes, con frases llamativas como "¡ Ved al asombros hombre-anguila!", "¡Contemplad el truco más cruel de la naturaleza: el perro con cara de rana!" o "¡Probad vuestra resistencia en el Pozo del cieno vil!"

Un gran cartel sobre la entrada proclama con orgullo que el lugar es el Salón de rarezas de Anmeh; dicho cartel titila con un fuego féerico permanente.

La puerta del museo está cerrada pero podéis oir gritos de criaturas y de personas en su interior. Una columna de fuego se asoma por el tejado, es extrañamente alta, casi como si fuera mágica.

Un pequeño gnomo parece estar mirando muy concentrado la columna de fuego, como analizandola mentalmente.

Debéis buscar una entrada por la que entrar al museo si es que queréis ayudar a la gente que hay allí dentro. Eso o ir en busca de ayuda..

Tus compañeros no logran abrir la entrada principal ni encontrar ninguna entrada trasera, así que fuerzan unas ventanas y deciden entrar por dos ventanas diferentes. Por un lado se van Uffern y Khrim y por otro lado Kung fu, Ethan y el pequeño Gruguer.

Tú te quedas mirando y analizando la columna de fuego, algo en ella te dice que es mágica, puedes notarlo practicamente sin  necesidad de tu conjuro. Pero cuando lo compruebas descubres que despide un fuerte aura mágica. Pero lo que quiera que sea aquello escapa a tu control. No tienes ningún conocimiento sobre ello, jamás has visto algo semejante.

Pero lo que si que te queda claro es que no debe ser nada bueno.

Instantes después un extraño humano, parecido a uno, pero que realmente no lo es se acerca al salón, quizá venga también para ayudar...

Uffern no consigue ni abrir la puerta ni si quiera forzarla. La cerradura escapa a su habilidad y finalmente Khrim encuentra una ventana que no está muy bien cerrada. Entráis por ella y llegáis a lo que parecen ser las dependencias de la persona que lleva el lugar. Una cama deshecha y señas de quien quiera que haya estado allí se ha levantado bruscamente y ha salido corriendo de allí. 

Salís por la puerta y llegáis a la recepción del museo. Ante vosotros una pared de cristal os exhibe un patio al que tenéis acceso. 

En el patio dos extrañas criaturas están enjauladas, una de ellas parece unas ramas desprovistas de hojas que se entrecruzan formando un aspecto humanoide. Un cartel dice: ¡Aquí tenéis la estaca que mató al primer vampiro!

La otra jaula está rodeando un pequeño lago, en ella hay un humanoide delgado y ligeramente más bajo que un humano. Tiene escamas delicadas de un color verde amarillento y grandes aletas en sus brazos y piernas. Un cartel dice: ¡Aquí podéis ver una crueldad de la naturaleza lo que pasa cuando un pez decide ponerse a caminar!

Más allá del patio podéis ver el resto del museo y como la columna de fuego por momentos se va haciendo más grande.

Encontráis una puerta trasera pero cuando os acercáis a ella notáis que está abrasando, probablemente esté demasiado cerca de la columna de fuego, así que optáis por buscar una alternativa. Finalmente encontráis una ventana que da a la oficina del dueño del establecimiento. Pegáis un golpe a la venta y rompéis el cristal, después decidís entrar.

Cuando salís de la oficina podéis ver a un hombre calvo y vestido con muy poca ropa tratando de apagar el fuego. El hombre está cubierto de lo que parecen ser restos de cenizas o de polvo. Junto a vosotros está la jaula de una desagradable criatura, cuyo cuerpo se parece al de un mediano menudo con la carne moteada, pero con extremidades increíblemente largas y delgadas. Os lanza un siseo, mostrando unos dientes largos y afilados.

"Quien es ud señor? tiene algo que ver con este terrible accidente? Hay un aura magica importante y no puedo descifrarla bien, es un fuego muy poderoso como tan peligroso posiblemente." habla Lumpabel Gonzeppen entre nervios aun calmos de preocupación al nuevo humanoide aparecido

Ehhh, señor, hemos venido a ayudarle. ¿Qué podemos hacer?.- el joven supuso que era alguien de la casa, así que sabría donde estaba el agua, y sabría a las criaturas que se podría sacar de las jaulas.

El calor subía a marchas forzadas así que tendrían que hacerlo rápidamente