Partida Rol por web

- Desconozco la identidad de tal criatura  -dice Gast- Aunque estoy en camino de ser un erudito, soy demasiado joven y tengo mucho que aprender.

La vista de gast se dirige a Sir Barristan.

- No esperaba contemplar una conducta tan noble tan lejos de las Tierras Civilizadas y eres un diestro luchador ¿Eres uno de esos caballeros de los que he oido hablar? ¿Un guerrero que porta el honor por bandera?

Mientras la señora espera, Sir Barristan no duda en contestar al Gigante.

-Me honra afirmar que lo soy. Mi nombre es Sir Barristan Selmy, para serviros. ¿Quién sois vos? Si me permite la pregunta y ¿qué os trae a la ciudad?

- Soy Gast Atreyu, aprendiz de erudito de las Tierras Civilizadas -dice orgulloso- He acudido tan lejos de mi hogar para recopilar información que pueda ser útil para mi patria en nombre de la gloriosa Casa Hannes, guardiana del Saber.

-Perdonad si os ofendo, ¿pero no es extraño ver a, lo que deduzco es, un gigante interesado en el saber? Quizás mis conocimientos sean limitados, pero siempre que he oído de su pueblo se me ha descrito como un pueblo asalvajado, posiblemente antropófago y que tienen intereses muy alejados del conocimiento. ¿Qué es de lo que he oído cierto?

- Es un error común, los gigantes no son más salvajes...que otros pueblos salvajes. Pero en todo caso, no son mi pueblo, yo me crie en la gloriosa nación Tenesia, acogido por nobles... caballeros seria el termino adecuado aunque no exacto en tu lengua, de la hospitalaria, honorable y dedicada casa Aldal y criado en los valores de la cultura y el civismo, alejado de la crueldad y la superstición que caracteriza la mayoria de pueblos. Por eso mismo busco nuevos conocimientos para devolver a mi patria la educación recibida, y bueno, imagino que un día, cuando crezca, sere un caballero que defendera mi amada patria.

-¿Y exactamente qué conocimientos buscáis? ¿Es por eso por lo que habéis venido a la ciudad o tenéis alguna intención más?

- Conocimiento útil... ya sabes, nuevos metodos de fabricación, conocimientos arcanos hasta ahora ignorados -especifica Gast- Nada concreto, este lugar no es en exceso civilizado y uno debe expandir la vista para encontrar algo realmente útil. Y si, vengo exclusivamente por ello.

¡Oh gracias! Dice la mujer en cuanto le mostráis la manos para agarrarse y levantarse. No entiendo qué era esa cosa y de dónde ha podido salir. Menos mal que estaban ustedes para salvarme. Díganme, cómo puedo agradecerle tal ayuda. Me han salvado la vida, estoy en deuda con ustedes.

Vas de camino al Museo pero una situación extraña te llama la atención. A las puertas del Museo hay una criatura muerta, de extremidades alargadas y del tamaño de un mediano. Parece alguna criatura del tipo infernal o algo así. No sabes bien qué puede ser, pero a juzgar por la situación parece que una mujer estaba en peligro y dos hombres la han salvado.

 Uno de ellos más que un hombre parece un pequeño gigante.

Puedes pasar de ellos e ignorarles y seguir hacia el museo o bien pararte para enterarte de lo sucedido.

El caso es que cuando estás cerca oyes lo siguiente:

¡Oh gracias! Dice la mujer tomando la mano del hombre para agarrarse y levantarse. No entiendo qué era esa cosa y de dónde ha podido salir. Menos mal que estaban ustedes para salvarme. Díganme, cómo puedo agradecerle tal ayuda. Me han salvado la vida, estoy en deuda con ustedes.

-Hacer que se sienta a salvo es todo mi precio, mi señora. -Una sonrisa radiante ilumina la, de normal, seria cara de Sir Barristán. Sus facciones, aunque no especialmente hermosas, destilan cierto atractivo en las pocas veces que sonríe sinceramente, ya que suele mostrar un aspecto concentrado en todo momento. -¿Tal vez me podríais indicar de algún noble de buen corazón que requiera de un caballero para encargarse de su defensa?

Gast se plateaba algunas cosas en la cabeza.

- Yo tampoco requiero agradecimiento alguno, a menos que sepais sobre la existencia de una biblioteca en la ciudad y de ser posible su úbicación.

Luego se dirige a Sir Barristan.

- Dado que yo te he expuesto los motivos de mi peregrinación aqui, deseo formularte la misma pregunta.

-Soy un caballero, y como tal requiero de un señor al que servir. Esa es mi razón.

Gast lo miró confuso, como no entendiendo la premisa. Luego se dibuja una media sonrisa en su rostro,como si resultara hilariante para él.

- Por ello deduzco que eres un individuo incapaz de existir por si mismo, ¿Tan vacia es tu existencia que necesitas a otro hombre, semejante a ti, para llenarla?

Un relámpago cruza los ojos de Sir Barristan que no suelta su espada.

-Cuidado con lo que dices, Gigante. Quizás en tus bárbaras tierras no conozcáis lo que es servir con honor a un hombre respetable. No pretendo que con tu primitivo cerebro lo entiendas. -Mirando a la dama. -Mi Lady, si nuestros caminos vuelven a cruzarse, que espero sean en mejores circunstancias, no olvidaré su gesto de generosidad.

Tras ello, marcha en dirección a donde se le indicó poco antes de que se produjese el ataque.

Gast suelta una carcajada.

- Eres un medio-barbaro muy gracioso, Sir Barristan -dice despues de finalizar su carcajada- En las Tierras Civilizadas no servimos a hombres ni a mujeres, servimos a nuestra patria...o a nuestra casa si ello no entra en conflicto con lo primero, ¿Pretendes comparar servir a un hombre mortal con servir a la mayor nación que jamas ha visto la luz? Me decepcionas, esperaba provocar en ti otra reacción, pero veo que la única forma que tienes de defender tus ideas es insultando... al menos es mas civilizado que por la espada, pero sigue dejando que desear.

Gast realiza una pausa antes de corregir algo.

- Aunque el concepto no me es para nada desconocido, el norte adoptó esas tradiciones tras caer la civlización.

Sir Barristan cree que el Gigante ha dicho algo, pero ni le oye ni le importa demasiado lo que ha dicho. Él sigue su camino, quizás en el futuro sus pasos se vuelvan a cruzar.

Aire vio al ser infernal y se acercó corriendo a mirar más de cerca. Al llegar, le tocó con la punta del pie y se quedó pensativa. Al ver las extremidades tan largas se agachó y, levantando una de ellas, empezó a jugar y a saludar al grupo de tres personas que estaban allí cerca.

Tras varias risas por su ocurrencia, dijo

Este es el hijo de un mediano que estuvo casado con una araña reina. Estoy convencida. No entiendo como mis hermanos dioses dieron permiso para tal cosa, pero... ¡Es graciosa!

Gast se agacha para mirar a la cara de la recien llegada.Aun asi, la diferencia de alturas hace que la vea desde la misma perspectiva que un observador de altura normal de pie.

- Disculpa...¿Conoces la criatura que yace aqui decapitada?

No, pero -¿a que este brazo es de lo más gracioso? dijo Aire mientras lo agitaba y se lo acercaba a Gast

- Sin duda es una forma de vida extraña -dice agarrando con su gran mano el brazo- Pero si no sabes que es...¿Como sabes que su padre es un...? ¿Mediano has dicho? ¿Y su madre una araña?...¿Y que es un mediano?

Gast no percibia mucha seridad en las palabras de aquella mujer, pero sospechaba que tras esa sarta de incoherencias podia desenterrar una verdad.