Partida Rol por web

El elfo parecía ser una persona bien educada, con un vocabulario mucho más amplio que el mío. -Soy Edric Stoneface. - Le contesté a su presentación con una media sonrisa. Siempre era recomfortante encontrar gente que me hiciese recordar los modales de esa forma, incluso si no son lo mio.

-Sí, también me gustaría buscar una posada donde no tenga que trabajar para pagarme la habitación. - Hice una pausa, dudando un segundo de cómo responder la generosa invitación. -No sé cómo llegar a la posada, pero les acompañaré. - Después de un titubeo agrego también -Si no es mucha molestia. -

Miro a los presentes y refunfuño un poco por el variopinto grupo, pero sin duda alguna necesito ayuda y si Blagh, como dicen, también tiene algún encargo adicional con el que le pueda ayudar, el número vendrá bien.

-Yo os puedo guiar a la Pezuña en la boca. No es que conozca bien el camino, pero vengo de allí, así que no creo que me cueste demasiado volver.

Lamento no poder llevar buenas nuevas, pero la clientela seguro que no le viene mal, aunque haya un orco y un extraño elfo entre ellos.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos.

Un agradable mediano parece ser el encargado del local, lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y se muestra muy sonriente ante su público.

Imaginaba que a primera hora de la malana habría menos gente que se sobresaltara con mi presencia.

No obstante, decidí entrar con precaución y preguntar al mediano.

- ¿Señor Hoskin? Vengo por el encargo del señor Cantohelado, salvo que todo sea una excusa para buscar marido a su hija.

Indico con mi aguda voz, dando a entender que yo mismo también era un mero intermediario.

El señor Lasthi te miró con cara de muy pocos amigos. A pesar de estar acostumbrado a ver a todo tipo de criaturas en aquella ciudad, la presencia de Pushgolug le llamó la atención y no precisamente para bien. Pues me temo que es precisamente eso lo que está buscando, un caballero carismático capaz de salvar a su hija y ya de paso carla con él. Me temo que tú no eres... dijo sin saber cómo decirlo exactamente, el perfil que está buscando.

Las palabras del mediano no me molestaron en absoluto, e incluso me incliné respetuoso antes de hablar.

- Lo comprendo mi señor, ¿entonces debo suponer que él mismo encerró a su hija? - pregunté levantando la vista ligeramente y deduciendo alzando la voz - ¡Qué corazón más oscuro debe tener! Encerrar a su propia hija sólo para buscarle marido, mi amo estaría más que molesto por semejante comportamiento.

Obviamente, pues era un plan demasiado corto de miras y mal elaborado.

Hoskin negó repetidamente con la cabeza. Sinceramente lo dudo mucho. Dudo que él mismo haya encerrado a su propia hija. Desconozco los detalles del cautiverio, pero lo que no dudo es que usted no creo que sea lo que está esperando. Así que es probable que no le entregue la misión. Quizá a su amo sí, pero para eso tendría que venir él a hablar conmigo. Dijo acercándose a la puerta e invitándole a irse.

Niego con la cabeza bastante decepcionado.

- Imposible, mi amo tiene muchos quehaceres, pero podéis transmitirle su pésame al señor Cantohelado. Está claro que los caballeros de los cuentos no abundan y para cuando encuentre a alguien, lo máximo que podrá hacer será enterrarla.

Era obvio a mis ojos, pero no iba a discutir con el mediano. Estaba en su derecho de entregar el encargo a quién resultara de su agrado y yo no lo era.

- Qué pase un buen día señor.

Me despido y lanzo un vistazo al lugar antes de salir por la puerta.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos.

Un agradable mediano parece ser el encargado del local, lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y se muestra muy sonriente ante su público.

Barrabás entró en el Cuervo de Plata, miró enderredor buscando a alguien mientras caminaba con paso dubitativo hasta la barra, se acercó al mediano - Buscar a Hoskin eh uhm .... ¿ señor cantohelado ? - Barrabás olía que echaba para atrás, como cualquier labrador o mozo de cuadra que no pudiera permitirse más que dormir en un pajar y tuviera alergia al agua. Pero sus músculos y sus armas no dejaban lugar a dudas de a qué se dedicaba el orco

Conforme salía por la puerta volví a encontrarme con el orco. Resultaba una extraña coincidencia teniendo en cuenta lo grande que era la ciudad.

- No querrá recibirte orco. El mediano se niega a dar información sobre la tarea. No quiere hacer justicia.

Le informo desde sus pies con un tono de desagrado, pues seguramente tampoco querría que el orco solucionara el asunto.

Push - El orco sonrió de oreja a oreja, muy contento por ver una cara amiga, aquella hada le había ayudado a asesinar a los asesinos de orcos, y una vez más pedía justicia - ¿Porqué no querer que heroe Push salve señorita? ¿Acaso padre no querer salvar hija? Padre mal padre.

Yo contento de ver Push, a ti, yo hablar con él igual.

¡Oh, lo lamento! Dijo Hoskin al recibir al orco. No es que yo no quiera darles el trabajo, solo pretendo ahorrarles el viaje en balde hasta allí. El Sr. Cantohelado dudo mucho que quiera recibir a un orco o a un... dijo mirando a Push sin saber cómo definirlo. Simplemente negó varias veces con la cabeza. Os puedo decir donde encontrarle, pero como os digo, él no creo que crea que sois capaces de lograrlo. No es nada personal.

Yo entender. Él querer humano. Él no fiar. Pero nosotros... eh... uhm... nosotros ayudar a guerrero, armadura brilla y dos ojos de azul. - Miró a Push, Barrabás solo quería dinero, y este parecía un trabajo fácil, además de que no le gustaban las brujas, pero si llevaba al hada Push consigo, segurísimo le daría buena suerte.

Mientras Hoskin miraba a ambos, Barrabás se llevó a Push hasta la barra para invitar al hombre y al hada a una cerveza, susurrándole mientras - Recompensa seguro grande. Si nosotros apuesto hombre que decir ser caballero, nosotros trabajo
 

El dominio del lenguaje del orco no era el de un erudito, aunque para su "trabajo" tampoco le resultaba necesario. Ya sólo necesitábamos que Hoskin y el señor Cantohelado se atendieran a razones.

- Las bebidas humanas no me gustan. Demasiado suaves, si - puntualizo al orco antes de que me pidiera nada - Pescado crudo estaría mejor.

Solicito a continuación al no querer ofenderlo.

Aún no tengo nada de comida preparada. Dijo mirando a la pequeña criatura. Tendrás que esperar hasta la hora del almuerzo. Luego empezó a ponerse algo nervioso, pues la presencia del orco era muy intimidante, y su posada demasiado tentadora. No quería ofenderle, pero no sabía cómo buscar las palabras para que le comprendiera.

Qué tal si amplían su grupo. Qué tal si buscan algo más de ayuda entre los habitantes y los aventureros de la ciudad. Entre todos podréis formar un buen grupo y así ir a hablar con el Sr. Cantohelado. Quizá si ve que sois una buena compañía, dude mucho menos en daros el trabajo. En cualquier caso, Hoskin se rindió y le dio las señas que le indicaban que el Sr. Cantohelado se hallaba en El Salmón Sabroso, una posada al norte de la ciudad.

Si Hoskin, nosotros caballero amigo.

El orco se apartó de la barra, y se fue hacia la puerta hablando con Push por lo bajo - Nosotros pasear por Tormentos, buscar apuesto caballero, y medio día, en salmón Sabroso para comer y hablar de trabajo ¿Bien?

Barrabás estaba dispuesto a encontrar un apuesto caballero que pusiera la faz en esta empresa, pero tan galante hombre debería haber amanecido en el Cuervo de Plata.... Tocaría encontrar un caballero menos galán.

Mediodía en Salmón Sabroso Push - Buscó el antebrazo del hada, sin miedo a pincharse con las puas que en algun lado de su cuerpo sobresalían, y se despidió por el momento, con la esperanza que nada en aquella ciudad tortuosa desviara el camino de su amigo

¿Qué tipo de preparación podía tener el pescado crudo? Cogias el pescado, lo habrías por la mitad con un cuchillo y le sacabas las tripas si no te gustaban. No era precisamente "complicado" y, a mi, no me desagradaban las tripas.

Iba a responder al mediano cuando el sentido común del orco se impuso en su cabeza. Quizás no fuera inteligente, pero tampoco era tonto, aunque si demasiado animal para mi gusto. De todas formas el resultado final no me desagradaba por completo y prefería contarlo de mi lado, sobretodo considerando mi debilitado estado.

- Está bien orco, intentaré encontrarlo.

Le indico agarrándole un dedo con ambas manos. Sería interesante ver qué acababamos localizando cada uno por nuestro lado.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos.

Un agradable mediano parece ser el encargado del local, lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y se muestra muy sonriente ante su público.