Partida Rol por web

La mujer loba se quedó pensativa un rato mientras los demás contaban su parecer.

-  No veo nada especial en ellas, pero podría tratar de seguir su rastro a ver si vemos hacia donde llevan.- La mujer miró al cielo tratando de calcular cuántas horas de luz les quedarían.- También podemos regresar, ver qué diablos quería contarnos el Licorambarino esta noche y volver mañana. Si descanso adecuadamente podría pedirle a la Madre que me diera el don de hablar con esos cuervos. Son animales inteligentes y quizás puedan decirme algo más que nos ayude.

Preferiría seguir el rastro ahora y buscar todo lo que podamos, cada vez que entramos y salimos nos cuesta dinero, que, al menos yo, no tengo.

Kranjstar asintió a la ultima de las recomendaciones de Lictea, era una buena oportunidad para seguir conociendo a una de los actores de este problema y probablemente, la propuesta del Licorambarino resultara interesante. Creo que no perdemos nada escuchando lo que nos tenga que proponer y si el problema es de dinero, hasta mas conveniente sería, no crees? dice cuestionando al elfo.

Por mi podemos estar un rato mas por estos lados tratando de encontrar algo, pero lo que soy yo regresaré en el tiempo acordado a casa de los Licorambarino.

El elfo asintió. Entiendo, es comprensible y estoy deacuerdo, sin embargo si hay algún rastro por aquí se enfriará...

Aerion dejó la pregunta en el aire, intentando iniciar una especie de discusión.

-Yo voto por seguir el rastro ahora, mientras podamos, antes de la reunión en la Casa Licorambarino. De todas maneras no creo que sea nada sencillo seguir un rastro de noche. Vemos a dónde conduce el rastro, vamos a hablar con el tipo aquel, nos vamos a dormir y mañana hablamos con los cuervos. A mi me parece un buen plan ¿verdad? -expuso el bardo, elocuente como siempre y teniendo cuidado de no dejar espacio a las negativas en sus palabras. Si alguien tenía que estar en contra, que se buscase sus propias palabras.

Por mi esta bien. dice secamente. Nada de esto me queda en claro, si no damos con algún otro indicio la tendremos muy difícil para dar con una conclusión sensatas. dice encogiéndose de hombros.

- Pues no.- Contestó bruscamente Lictea al bardo.- Sencillo no es, pero puede que mañana ya no esté aquí ese rastro. Vayamos a ello.- Y cuando dijo esto último la mujer loba se acuclilló junto a su hermano lobo, Lico, y le susurró palabras al oído. Inmediatamente el lobo se puso a trabajar duro, olfateando el terreno alrededor de las huellas de aquella persona que estaba tramando algo en esos campos. Normalmente Lictea era buena en encontrar rastros y cuidarse en medio de la naturaleza. Pero en lo que a seguir un rastro se trataba no había nadie mejor que su lobo.

Lico olfateaba el suelo por donde estaban las huellas que había encontrado Lictea pero no parecía más que dar vueltas sobre la misma zona.  Acabó gruñendo hacia su hermana loba y encogiendo el cuello como si la mujer fuera a darle un buen golpe en el pescuezo.

- ¡Mierda! Ya no hay rastro del olor que pueda usar Lico para seguirlo. Tendremos que volver y seguir mañana con el resto del plan.- Hablar con los cuervos para saber si hubiera alguna pista que pudieran seguir.- O podemos acampar por aquí y pasar la noche fuera de la ciudad.- Lictea era capaz de hacerse una buena cama con poca cosa y usar las hojas de parra para limpiarse el culo, pero temía que los refinamientos de su amigo le impidieran pasar la noche a la intemperie. No quería soportar quejidos de los hombre debilitados por la vida en la ciudad.- Pero entonces no acudiríamos a la cita con el dueño de todo esto. 

Volvamos entonces, hay que saber cuando retirarse. Así aprobecharemos el tiempo.

A decir verdad, prefería dormir en la ciudad también, y ver a ese noble.

Ya estaba de mal humor otra vez. Sabía que no podía pasar la noche al aire libre pero aún así se resistía a encerrarse de nuevo entre esos apestosos muros de Tormentos Cristalinos. 

- Grrrr.- Un gruñido es lo único que emitió Lictea mientras se encaminaba de nuevo pro donde habían venido. Agarraba a Lico del pescuezo tirando del animal.

El clérigo dejó escapar un suspiro y en su rostro solo se percibía resignación Si aun queda tiempo podríamos ir a ver lo de la tarjeta de residencia de la ciudad, con eso nos sacaremos el clavo de estar pagando la entrada. Dice en tono sugerente.

De nuevo en los campos. Lictea respiró hondo el aire puro y oteó el horizonte usando la palma de la mano para bloquear el sol.

- Tratemos de hablar con algún cuervo a ver qué nos cuenta sobre lo que pasa aquí y si han visto algo raro.- Tras echar un primer vistazo se aseguró de guardar bien en su zurrón las perdices y tener a mano las dulces moras silvestres. Seguro que un cuervo se pirraba pro un manjar como aquel.- Grrr.- Gruñó a Lico para que se quedara junto a Krajstar en el momento en el que ella se aproximara a algún indefenso animalillo.

Aquel lugar era agradable a la vista, pero luego de unos momentos de andar ya se lograba ver los efectos que el sabotaje había traído en los campos. Segura y son confiables? no es que fueran de sus animales preferidos, aquellas aves no gozaban de la mejor fama, aun así, era las que mejor debían conocer estos campos. Y si trataras de hablar con las plantas directamente? sabia que ya no tenia caso, pero igual dijo su idea. Ahora solo restaba esperar que alguno de esos emplumados pajarracos soltara el pico.