Partida Rol por web

¡hola! yo te he visto antes - le dice Milkahá a la enana - tu estuviste en la batalla con la rana, tu y tus compañeras, el alcalde les debe una recompensa - traga saliva y continua - él nos prometió pagarnos una recompensa por mantener a esa rana a raya y ayudar a vencerla, hoy por la mañana fuimos a su casa pero no nos atendió, así que habría que ir mas tarde a buscarle - luego mira a su compañera Lomenar - sobre si puedes unirte no lo se, ella es Lomenar y yo recién me uní a su grupo, yo soy Milkahá - se presenta haciendo una reverencia- mencionaste algo en el campo de batalla que no termine de comprender bien, algo sobre unos túneles y gente atrapada ahí, o un derrumbe, no se, creo que algo así - luego se le queda viendo con interes esperando a que le cuente mas sobre el asunto.

Lomenar hizo un esfuerzo para recordar a la enana. Sí, había ayudado con el tema de la rana y tenía derecho a su parte de la recompensa (si es que se dignaban a pagarla).

- La palabra del alcalde es cuestionable, ya veremos si cumple su promesa de pagarnos. De momento la de recibirnos a primera hora no la ha cumplido.

Lomenar suspiró. No le hacía mucha falta el dinero, pero vendría bien sobre todo para equiparse con cuerdas y herramientas para acceder a donde antes no podían.

- Debemos esperar a Lictea, entonces ya hablaremos de ampliar el grupo. - Lomenar no consideraba tomar decisiones por si misma sin consensuarlas con el resto de su grupo.

El semblante de la enana cambió y se oscureció cuando Mikahá le recordó el suceso de los túneles.

-Si... mi equipo y yo... bueno, mi anterior equipo y yo entramos en los túneles para rescatar al hijo de un noble, atrapado en el laberinto de tuneles debajo del parque de la rana... conseguimos salir cavando nuestro camino pero los saltos de aquella horrible criatura desestabilizaron el techo de roca... el chico y casi todos mis compañeros perecieron bajo las rocas. 

Al salir, tan solo tres seguíamos vivos y nos unimos a vosotros en la lucha contra la criatura que habia matado a mis amigos. Yo he pasado dos días recuperándome de mis heridas y ahora estoy intentando crear un grupo nuevo o unirme a otro. 

Su tristeza la hizo callar un rato.

La vida continua... esta vida es así.

Unos segundos mas de silencio y luego meneó la cabeza con energía, como sacudiéndose los recuerdos.

-¡Ah! Y, os agradeceria que me avisarais si vais a ver al alcaide! No se pierde nada por intentar que nos de lo prometido! Podeis encontrarme en el lagarto cuando no estoy por ahi matando ranas gigantes.

¿como te llamas? - le pregunta mientras Avy sube a su hombro derecho y trata de olisquear de lejos a la enana - yo también perdí a mi equipo a causa de la enfermedad de las algas - le dice tratando de compartir tristezas - pero como dices, esta vida es así.

Sanya asintió y extendió la mano. 

-Sanya...

Por cierto, he debido despistarme, no he quedado con mis amigas en el bote del lagarto, sino en la puerta Este en menos de una hora. No se si os dara tiempo a enocontraros con vuestra amiga Lictea antes. Donde puedo encontraros en caso de que no sea asi?

- No lo se. En principio voy a esperar a Lictea y Kanjstar aquí, luego depende de ellos. Creo que deberíamos probar de nuevo la casa del alcalde antes de regresar con los Licorambarino.

Me parece justo. Si nuestros caminos no vuelven a cruzarse os deseo suerte. Pareceis buena gente. Adiós.

Esta ciudad es un lío - le dice suspirando - mientras he estado aquí he visto tanto de tantas cosas - le comienza a platicar a Lomenar y busca acomodo para platicar mientras esperan - En Puente Brandon por poco pierdo la vida, vi morir a mis compañeros, conocí a un mediano que parecía pez, vi como ardía "el erizo borracho", peleamos con una rana gigante y volé sobre una águila gigante - luego hace una pausa - si no fuese por la muerte de mis compañeros estaría segura de decir que es un lugar interesante, estoy segura que pasan mas cosas que ni nos imaginamos, he escuchado muchos rumores, sobre criaturas nocturnas, sobre asaltos en los puentes, asesinatos, muertos vivientes, gente convertida en piedra y más - se interrumpe y luego mira interesada a Lomenar - ¿Tu que has vivido en esta ciudad?¿llevas mucho tiempo aquí? - le pregunta.

- No llevo demasiado. - contestó la muchacha. - Siempre he vivido en el bosque junto a mi madre hasta que ésta murió. Decidí venir a buscar a mi padre, pero no se quién es y casi ni se por donde empezar.

- Los primeros días tuve que acostumbrarme a la civilización, y al dinero, algo que nunca antes había usado. Pronto comprendí que tenía que ganar dinero para poder sobrevivir aquí.

- Junto con una compañera y otros amigos fuimos a ayudar a una aldea cercana de unos animales que no se comportaban de forma natural. Descubrimos que estaban influenciados por un mago/brujo o sabe qué, pero la situación nos superó y perdimos a uno de los miembros del grupo.

- El pueblo fue generoso y nos ayudó y pagó algo, pero son gente sencilla y no se les podía pedir más. Les prometimos que volveríamos con ayuda.

- Al regresar contactamos con Lictea y se ofreció a ayudar, pero antes estaba investigando un problema con los Licorambarino, lo que ya te he comentado antes. La incursión en los viñedos fue un desastre. Hubo una tormenta y nos vimos rodeados por lobos. Buscando refugio mi compañera perdió pie, cayó y se ahogó. Yo pude llegar, pero el resto del grupo no, aunque no hubo más accidentes.

- Tenemos que regresar, pero con equipo. Al menos una o dos cuerdas, por eso la necesidad de que el alcalde nos pague algo de lo que nos debe. En cuanto tengamos equipo, volveremos. Encontré algo interesante en la cueva a la que llegué que merece la pena ser investigado.

Lomenar acarició la cabeza de Arvak que estaba recostado a su lado. Descansar era bueno, pero le incomodaba sentirse ociosa y sin hacer nada. Esperaba que Lictea y Kranjstar regresaran pronto.

Lyra puso cara triste al oír la historia del compañero de Ashanti. ¿10 años, y murió de hambre? ¡Por Pelor, qué desgracia! Pues me temo que un conjuro así, requiere de una inversión muy alta. Necesitarías un conjuro de resurrección verdadera, que yo ahora mismo no tengo preparado. Además, necesitamos polvo de diamante para espolvorearlo por encima de los restos de su cuerpo, y habría que ir a buscarlo. Y por desgracia, no tengo muy claro que pueda comprarse en la ciudad. 

Ashanti escuchó atentamente las palabras de la sacerdotisa, estaba verdaderamente sorprendida; que la sacerdotisa no se haya inmutado por ver el viejo cadaver de su compañero hablaba de que o tenía un gran corazón o era una sacerdotisa de lo más experimentada, además nunca había conocido a un clérigo que pudiera lanzar un hechizo de resurrección tan poderoso.

Por otro lado se sentía aliviada, ahora tenía un camino a seguir, conseguiría el polvo de diamante, y algo de dinero... la sacerdotisa había dicho "una inversión muy alta" supuso que no quizo entrar en detalles, pero ciertamente la cuestión era conseguir los materiales necesarios y ella se encargaría...

La sacerdotisa se veía muy dispuesta ayudar - Muchas gracias por escucharme Sacerdotiza Lyra- Dijo Ashanti levantándose y tomándola de las manos con vehemencia -Haré lo posible por conseguir los materiales necesarios- Mientras hablaba, la calavera a sus espaldas miraba burlona la escena, en silencio.

Ashanti se despidió de Lyra, prometiendo volver para cumplir con lo que había venido a hacer  a Tormentos Cristalinos, al salir se encontró con otras dos mujeres con las caras alargadas y tristes, en contraste con la de ella, llena de esperanzas y determinación. Una de ellas estaba acariciando un animal relativamente grande, una especie de lobo, mientras la otra tenía uno más pequeño, peludo y juguetón recorriendo sus hombros, cuando pasó cerca de ellas la calavera volteó a verlas y las siguió con la mirada: 

-Hola, chicas! - Dijo una voz de hombre a las chicas ahí  discutiendo - Porqué esas caras tan largas? - La calavera que Ashanti llevaba en la espalda levantó una mano, como saludando... Ashanti no pudo esconderlo más y se acercó a las mujeres - Lo siento mucho, a veces se mueve y no puedo evitarlo. Soy Ashanti, una monje de un templo lejano, y él es Abdul, mi compañero muerto.
 

Lomenar observó la extraña petición sin hacer ningún gesto. Hacía relativamente poco que había perdido a su madre en el bosque. Para Lomenar la muerte es un proceso natural que libera tu espíritu y te vuelve a fundir con la naturaleza.

Cuando su madre murió sintió mucha pena, no por su madre sino por ella misma que ya no volvería a disfrutar de su compañía. La vistió con sus mejores ropas y llevo su cuerpo a una zona del bosque muy conocida por los depredadores y las aves carroñeras. Al igual que su madre se había alimentado del bosque ahora era el bosque el que se alimentaría de su madre cerrando el ciclo de la vida. Una vez hubo abandonado el cuerpo nunca miró atrás y cuando quería recordar a su madre buscaba un lugar tranquilo y en paz, cerrando los ojos y recordando los buenos momentos con ella. Entonces sentía su presencia como antes y se daba cuanta que su espíritu estaba con ella.

Eso de llevar el cadáver a la espalda no lo veía muy natural, y mucho menos pedir que el espíritu regresara de nuevo al cuerpo.

Pero su madre la había instruido en el respeto a las creencias ajenas, siempre que no estuvieran basadas en el dolor o la dominación. Miró a Ashanti, a la calavera y de nuevo a Ashanti y sonrió.

- Hola, me llamo Lomenar y soy druida. - Se le iba la vista a la calavera. - Siento lo de tu amigo, espero que lo puedas... arreglar. - La verdad es que no sabía muy bien qué decir.

- Estamos esperando al resto del grupo a ver si vamos a cobrar un trabajo que hemos hecho. Hemos quedado aquí.

-Gracias!- respondió la calavera con una sonrisa, bueno, con la sonrisa de siempre, mientras seguía con la mirada a los animales ahí presentes - Disculpa, - comentó Ashanti, dándose cuenta que había escuchado su conversación- este lugar suele ser usando como punto de encuentro?, cuando llegué había otras dos mujeres justo donde estás ahora, buscaban quien las ayudara con algo, pero no recuerdo bien,  oh! una de ellas tenía un acento extraño, y la otra era muy callada, solo asentía lo que decía la primera... -Abdul, la calavera, ahora miraba sorprendido a Ashanti, parecía otra- he terminado mis asuntos aqui, y como sabes, necesito dinero; parecieras tener algo de tiempo aquí, sabes donde puedo buscar algún trabajo? Bonita mascota por cierto!. -Aunque no se atreve a tocarla, los animales suelen huirle a Ashanti. 

Milkahá miró la calavera con confusión y algo de horror, se puso en pie y se presento con una reverencia como siempre acostumbraba - Mucho gusto yo soy Milkahá de Kadmandilhi, creo que el lugar mas indicado para buscar trabajos es en recados de tormentos cristalinos, pero es seguro que de ahí te manden a alguna taberna o a buscar a algún contacto que te de detalles del trabajo, ademas seria conveniente que buscases a alguien que te ayude con las tareas ya que no es sencillo por uno mismo ganarse el pan, incluso en grupo hay siempre inconvenientes - luego dudo por un momento si preguntar lo que tenia en mente - disculpa que te pregunte, pero ¿por que llevas a tu compañero a cuestas? ¿es alguna penitencia o buscas un hechizo para regresarlo a la vida? creo que deberías tener cuidado, hay rumores de magia nigromantica en la ciudad - le dice al final con algo de preocupación en la voz - he escuchado que los muertos se levantan en el cementerio, pero la verdad no lo he comprobado.

-Interesante- dice la calavera inmediatamente viendo a la mujer de pie, con un fuego intenso en el fondo de sus cuencas vacías. - Es una historia muy triste, y también sé que es una costumbre muy extraña en estas tierras - responde la Monje a la pregunta - En nuestro monasterio nos tomamos los votos muy en serio... yo le prometí a Abdul que nunca lo abandonaría, y la muerte no ha invalidado el voto, Abdul se ha convertido en el motor que me impulsa a seguir adelante, pero también es la carga que me ata al pasado - Dice mientras la calavera regresa a su posición inerte, y recuperando un poco la compostura que había perdido al hablar sobre el asunto, añadió - Esperamos poder revivirlo, ambos tenemos asuntos pendientes con la vida. En ese sentido, la respuesta es ambas. -dió por terminado el asunto sin hacer mención de la nigromancia.
-Muchas gracias, Druida Lomenar y Milkahá, tomaré su consejo y buscaré al grupo que les he comentado anteriormente, espero que mi "apariencia" no sea ningún problema. Si nos volvemos a ver o necesitan ayuda, no duden en buscarme, han sido muy amables. - Ashanti se marcha, no sin antes hacer una reverencia, que aprovecha la calavera para mirarlas nuevamente y girar la cabeza, como haría un pequeño animal.

Le hubiera gustado quedarse a charlar un poco más, pero temía no alcanzar al grupo anterior.
 

Milkahá estaba aburrida de esperar, y comenzaba a sentir hambre, miraba constantemente a la entrada de la catedral pero nadie llegaba, en ocasiones se ponía en pie y caminaba asta la entrada o deambulaba un poco.

- Creo que seria buena idea ir a ver si ya se desocupo el el alcalde, pronto sera hora de comer y no tengo nada de dinero, que dices, ¿vienes?- le dijo a la druida mientras tomaba su báculo y se alistaba para salir.

Lomenar dudaba, pero la realidad es que no tenía mucho que hacer en la catedral salvo esperar a sus compañeros para darles la mala noticia. Intentarlo no costaba nada. Buscó a Lyra para que le dijera a Lictea o Kranjstar que le esperasen, que tardaría poco en volver si es que aparecían por aquí.

- No las tengo conmigo que quiera recibirnos, ojalá. - pero se levantó e hizo una señal a Arvak para que la siguiera.

- Vamos.

Milkahá salio junto con Lomenar, Avy y Arvak en busca del alcalde.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.