Partida Rol por web

Aquella mirada intimidante había seguido fija en él, apenas y pudo percibir emoción en ella después de decirle lo que le dijo. Su respuesta fue fría, tanto que sintió que aquel frio le recorrió el cuerpo, algo extraño sin duda, nunca había sentido tal cosa, debía ser miedo, algo a lo que no estaba acostumbrado, pues desde pequeño le ha gustado el riesgo y la aventura, pero esto le era completamente nuevo y desconocido, un sinfín de ideas y sentimientos que no pudo controlar pasaron en un segundo por su mente, sin que pudiera tener claridad sobre lo que sentía o pensaba.

Por suerte una continuación de parte de la chica lo tranquilizo, basto con que aquella mirada hacia él fuera mas relajada y un poco de mas confianza en si mismo apareció de repente. -Haré lo posible- le dijo respondiendo a la solicitud de que le dijera a su razón que volviera. No pudo evitar sonreír al terminar de escuchar su nombre, eso era lo que hasta el momento le exigió su corazón y ya estaba cumplido. Volviendo hacer uso de su razón, noto lo tonto que debió verse diciendo aquellas palabras que le dijo, y rascando su cabeza con su mano derecha, continuo diciendo en tono bajo y sonando a disculpa -Sin duda debo ponerle un freno a mi corazón, pero no se preocupe por eso, es solo que sentía que por lo menos debía hacer el intento por conocerla... la verdad no es que sea muy bueno con eso de conocer gente y menos si son chicas como usted- una risilla nerviosa siguió a sus palabras para luego cambiar de tema -¿No quiero meterme en donde no me importa, pero hacia donde se diriges?- Su mano dejo de rascar su cabeza y se puso mas serio a espera de su respuesta.

Layla había empezado a sonreír cuando Zarus empezó a disculparse. La verdad, el muchacho tenía mucho que aprender, si seguía siendo tan impetuoso acabaría pasándolo mal con las mujeres. Bueno, ¿y a mi que me importa? Se preguntó, aunque su sonrisa parecía haberse ensanchado unos milímetros. 

Pero cuando el joven le preguntó sobre su destino, aquella sonrisa murió y una sombra de preocupación se reflejó en su mirada. Frunció el ceño, donde una pequeña arruga se dibujó entre sus cejas, mientras, sus ojos miraban más allá. La verdad es que había hecho lo posible por volver, y ahora que lo había conseguido no sabía qué hacer. ¿Como encontraré a Intissar? Se preguntó como tantas otras veces, aunque ahora era más acuciante encontrar esa respuesta. 

Volvió a mirar al joven y se encogió de hombros. - La verdad, no lo sé... Busco a una persona y... - Se detuvo mordiéndose el labio inferior. Normalmente evitaba relacionarse mucho con la gente. Desde muy pequeña, las personas que no habían entendido sus poderes oscuros, le habían hecho mucho daño. Se había propuesto ir a ver su antiguo hogar. Necesitaba volver a ver aquellas paredes, recordar lo feliz que había sido en aquel lugar. Pero temía no estar preparada y no podía explicarle todo aquello a un desconocido. - Supongo que lo mejor será que me vaya... - Le dijo finalmente, retomando la conversación y clavando sus grisáceos ojos en los del joven. 

Lazarus observo como aquella pregunta pareció perturbar a Layla. El motivo podía entenderse, buscar a alguien en una ciudad tan grande como esta no era una tarea fácil. Se esforzó por disimular que él también se sentía un poco perdido, no conocía mucho de esta localidad, solo había escuchado rumores en otros lugares sobre su majestuosidad y oportunidades de trabajo. En su momento pensó que si quisiera comenzar una nueva vida venir aquí seria una gran ideas, esto era lo que le había traído aquí de cierta forma, pero no era el caso de aquella joven que se encontraba frente a él: busca a alguien que le debía ser importante, algún familiar cercano o tal vez algún amor del que no sabe hace mucho y ha venido a buscar respuesta. Lazarus estaba decidido ayudarla, aun si fuera cierto que su corazón correspondiera a alguien mas, si lo que sentía por encontrar a aquella persona era parecido a lo que lo motivo a ir tras ella y hablarle, entonces valía la pena hacer que su deseo se cumpliera, pues ella había concedido el suyo cuando dijo su nombre.

La mira y le dispone una sonrisa para tratar de alentarla -Le encontraras, de eso no te quepa duda, pero… ¿Tienes algún indicio sobre su paradero? Tal vez si preguntamos en algún lugar donde la información vuele, te sea más fácil. mmm... Una taberna seria precisa si deseamos conseguir datos… El asunto es que necesitaremos hacer una que otra inversión, pues a la información le suelen poner utilidad económica- se queda pensando un segundo, mientras discrepa sobre el lugar donde pueda vender aquella joya que obtuvo hace poco, necesitaba efectivo por si tocaba sobornar a quien tuviese la información que Layla necesitara.

- No voy a negar que una jarra de cerveza no me vendría nada mal en estos momentos.- afirmó Baldr con una media sonrisa.- Además una taberna es un lugar donde gente como nosotros.- continuo señalendose a si mismo y al gnomo.- pueden ganarse un buen jornal, si las musas nos acompañan y la clientela está bien dispuesta. Con suerte dormiremos limpios y con el estomago caliente esta noche.

Sus pasos los habían llevado cerca de una taberna, no parecía la mejor taberna de TormentosCristalinos, pero en su caminohasta ese lugar las habían visto peores.

Layla era consciente de que sola no conseguiría encontrar a Intissar. Ni tan siquiera sabía si seguía en aquella ciudad. La última vez que lo había visto, hacía ya unos diez años, fue cuando los separaron para llevarlos a diferentes destinos. Desde entonces no había vuelto a saber nada de él. Pero algo en su corazón, una especie de intuición, le decía que lo encontraría allí. Parecía que Zarus se estaba ofreciendo a acompañarla, o eso intuyó la joven al escuchar sus palabras. Lo miró fijamente, pensativa, sopesando que otras alternativas tenía. No conocía a nadie allí, más bien, tenía unos cuantos enemigos. Si se enteraban que había regresado, harían lo posible por destrozarla, como ya habían hecho con su padre. 

- Desconozco donde puede encontrarse... Hace diez años que no sé nada de él - . Le empezó a decir con un tono apagado de voz. - Pero tiene que estar aquí... Estoy segura - Aunque tenía aquella sensación, como si una parte suya estuviera cerca, no estaba tan segura como decía estarlo. ¿Y si eran tan sólo imaginaciones suyas? 

Por un momento se calló, el dinero era otro problema, ¿cómo iba a poder sobornar a la gente? bajó la mirada tímidamente. - La verdad es que no tengo mucho dinero para poder sobornar a nadie. Tampoco sabría explicar como es ahora... Pero sé que él también me busca y terminaremos encontrándonos - . Dijo levantando nuevamente la mirada, en ese momento un brillo de determinación brilló en sus ojos.

La cuestión parecía un poco más complicada de lo que en principio imagino, como buscar a alguien del que solo se tenía un nombre y una vaga descripción devaluada por los años. Seguro que las preguntas que debían hacerle a quien se interrogara debían ser precisas para no recibir información errada. Ya no veía mucho futuro en los interrogatorios al azar de desconocidos… Luego de unos segundos de meditar resuelve decir -Necesitaremos a alguien que conozca a la perfección la ciudad o tal vez a un especialista en encontrar personas, bien sea por medios normales o adivinaciones. No conozco bien esta ciudad pero se que esta llena de posibilidades, unas mas certeras que otras, pero probables en todo caso. Lo primero será conseguir algo de dinero, tengo en mi poder algo que has rechazado, pero del que definitivamente debes ser dueña, pues de no ser por ti me hubiese sido imposible de obtener- mientras va terminando de hablar saca disimuladamente aquella cajita que Layla debía recordar, pues dentro se encontraba el anillo que hace algunos minutos le fue ofrecido. En su mirada se dibujo una leve preocupación de ser juzgado por su interlocutora como un ladrón, pero no había tiempo para explicar sus actos, pues habían también otras cuestiones que eran importantes de atender -No quiero que pienses que soy un simple ladrónsuelo, si hago esto es en casos extremos y suelo escoger bien a las victimas, y esta fue sin duda, una que lo merecía sin que le causara mayor problema, pues ese tipo era ostentoso, de los que usa su dinero de forma miserable o con algún fin perverso. Se que no hay escusa en lo que hice, pero ya tendrás tiempo, si lo deseas, de hacerte un mejor juicio contra mi, ahora debemos tratar de vender esto, es la única forma de conseguir dinero, al menos hasta que tengamos forma de trabajar para ganarlo, lo cual no sería una mala idea… También necesitaremos encontrar algún lugar donde quedarnos, pues la noche se acerca y más vale estar resguardados bien- 

Al pequeño gnomo todo aquello le parecía fantástico, había encontrado unos compañeros con los que empezar a hacer fortuna. Además, ese bárbaro parecia bastante fuerte, seguro que con él estaría seguro.

- ¡Muy bien compañeros, entonces iremos a tomar unas cervezas! - Dijo mientras alzaba el puño para enfatizarlo.

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Layla palideció al volver a ver la cajita que el comebollos le había intentado regalar. Escuchó las palabras de Zarus y según hablaba sus ojos se fueron abriendo cada vez más. ¿Había hecho todo eso por ella? Debe tener mucha experiencia para que no se le haya notado nada... Pensó la joven.

Tuvo un momento de duda. Su mirada se dirigió alternativamente de los ojos del muchacho a la cajita que mantenía en su mano. - Una joya así no podemos venderla en cualquier sitio. No es un anillo corriente y podríamos tener problemas. Cuando descubra que se lo han robado, posiblemente, lo primero que hagan es buscar en las joyerías por si alguien lo ha querido vender. No... No creo que sea buena idea - . Terminó diciendo mientras negaba con la cabeza. Por un instante estuvo a punto de darle las gracias. Pero esa palabra se quedó clavada en su garganta. Hacía muchos años que nadie hacía nada por ella, y casi se había olvidado a agradecer los buenos actos. Eso sí, clavó un momento su mirada agradecida en la de él, para apartarla rápidamente.

- Supongo que deberíamos ir a alguna taberna... No sé, allí posiblemente podamos encontrar información de dónde poder vender eso - . Dijo lanzando una mirada significativa a la cajita que contenía el anillo. 

No esperaba sensación de gratitud por parte de Layla, antes por el contrario pensó que le reprocharía por su acto delictivo, pero al parecer a ella no le calló nada en gracia aquel tipo y poco le importo que le allá sustraído el anillo que tenía en mano. Lo cierto era que lo había robado para ella, pensaba regalarselo ya cuando la confianza estuviese mas establecida entre los dos, pero la situación era apremiante y se necesitaba para otros menesteres que nunca hubiese alcanzado a imaginar. 

Algo era claro después de las palabras de Layla... su esperanza en encontrar a quien buscaba había crecido y ya hablaba con mucho mas entusiasmo. -Entonces lo primero sera buscar información sobre la ciudad- le dice con una sonrisa en su rostro y volviendo a guardar en su bolsillo el valioso anillo. 

"Hay que conocer el terreno de batalla!" el recuerdo de las palabras de su abuelo invadieron su mente por un momento. 

Se pone en actitud de emprender marcha, recuerda que aquellos sujetos con los que venía en la caravana tomaron en cierta dirección hacia el sur. -La mas cercana debe de estar hacia allá, fue el camino que tomaron aquellos "trovadores", seguro debieron de ir a buscar publico y que mejor que un publico que este pasado en copas, para ellos todo suena o se ve grandioso- esto lo sabe de sobra pues él de cierta forma también era artista, aunque en escenarios bien distintos. Mientras estos deleitan con su música, él deleita con sus actos que desafían al peligro y a la misma muerte, no se había ganado el apodo "del Magnifico" por ser muy conservador a la hora de sus acrobacias o sus escapes que simulaban ser magia ante los ojos de incautos espectadores.