Partida Rol por web

El crío de catorce años se sintió abrumado. No estaba acostumbrado a que le pidieran su opinión los demás. 

Cogió el papel y lo leyó, no era muy buen lector, nunca había ido a clase. Lo poco que sabía se lo había enseñado su padre en sus muchos viajes entre pueblos y pueblos, pero Gruguer nunca le había prestado demasiada atención, siempre le había gustado más jugar con aquella espada que su padre escondía debajo del asiento del carro y que ahora llevaba él.

Finalmente devolvió el papel al chico y escuchó a la joven.

Pues si tenemos que averiguar qué es lo que pasa y no quieres ejercer la violencia sólo se me ocurre una cosa, entremos y preguntémosle. Depende de lo que diga o haga actuaremos de una manera u otra.

El niño se quedó expectante a ver qué decían los demás. No sabía si sus palabras habían sido acertadas y juiciosas pero como siempre le decía su padre: "A veces lo más simple es lo más eficaz"

¡Eso ya lo hemos intentado! Hay que entrar y darle fuerte. ¡Yo puedo hacer magia! Un dardo mágico le penetrará en la cabeza y, si no habla, le mata, y así salvamos a la ciudad. ¡Seremos héroes! ¡Y seguro que nos ponen una mansión, con muchos caballos y cosas de esas!

- si, como dice Aire ya hemos intentado hablar con el, pero se puso muy nervioso y nos cerro la puerta, sin duda parece que oculta algo.peeo si entramos en su casa sin mas y no encontramos pruebas todos estaremos en un buen lio, tambien podria pasar que alguno acabara convertido en estatua.- Comento Tirk al chico para finalmente añadir -se te ocurre alguna otra cosa?

-Estamos muy perdidos... y ninguno de nosotros es muy bueno en... infiltración. -miró a Aire de reojo- Pero insisto en que un ataque directo no es lo mejor. -volvió a mirar a Gruguer- Al único que no conoce es a ti... si quieres intentar hablar, eres el único al que recibiría... -señaló sus brazos- No lo tomes a mal, pero quizá tu maldición pueda ser útil para convencerle de que te deje pasar... quizá si acudes en su ayuda apelando a su renombre y a que se dice que también conoce artes arcanas... puede que incluso estemos equivocados con él y te sane.

Uuuh dijo Aire ante el comentario de Lydia. Yo soy buena infiltrándome, fíjate se movió por las calles, buscando telas y trastos para disfrazarse. Intentaba parecerse a una gran duquesa o algo así, alguien llamativo, importante en el mundo de Tormentos Cristalinos, alguien con poder y dinero.

¿Y bien? Seguro que pensará que quiero pagar sus obras dijo acercándose a sus amigos y metiéndose a Aristóteles en su pecho. Entraré y le haré hablar, ¡y así veréis que tengo razón!
 

- no habias dicho la otra vez que ya habias intentado conprar sus obras y no te había dejado entrar? - pregunto Tirk a la disfrazada aire- y no deberías quitar la ropa qur la gente tiens colgada, eso no esta bien.

Me ofrecí para que me hiciera una escultura... O le dije que era una escultura, no se... Pero ahora entraré directamente en su casa, empujándole para que no me lo impida.
 

Las escamas de tu cuerpo han cubierto el torso y brazos por completo, haciendo que tus manos tengan ahora entre sus dedos una especie de membrana parecida a la de las ranas. Además, las escamas han llegado también al cuello y pasan de la barbillas hasta llegar casi a la boca. Además, tu cintura ya está completamente cubierta, y tus partes íntimas se han reducido considerablemente. Sientes que el aire que te rodea es caluroso, puesto que tu temperatura es mucho menor a la que te rodea. Además, los latidos de tu corazón son mucho más lentos. ¿Estarás al borde de la muerte?

- Estamos en las mismas que antes, no podemos entrar por la fuerza, podrianos enpezar con mi tactica de los rumores, sera mas lenta pero creo que funcionara, aunqir podenos vigilar para qur mientras tanto ese hombre no use sus malas artes para convertir en puedra a gente inocente, y si hacemos 2 grupos para vigilar? tal vez descubramos algo - sugirio Tirk- Los que nos quedemos a vegilar tendremos que coger unas mantas para el frío, pero por dormir otra noche al raso , no pasara nada.

La piel de Gruguer cada vez parecía más escamosa. Sintió el picor de como se iba extendiendo un poco más, incluso en sus partes que todavía no había podido utilizar. Un fugaz pensamiento le cruzó la mente... ¿moriría virgen?

Entraré y hablaré sobre mi problema con él. Echaré un vistazo por si descubro algo. Después os diré. Si a alguno no os conoce que entre conmigo, Aire aguanta un poco porque por lo que habéis contado tú estás descartada. Si eso no surte efecto podemos vigilarle como dices.

Sin esperar respuesta el joven escamoso se acercó a la puerta y llamó. Después probó si estaba abierta.

-Lo lamento Gruguer, pero nos conoce a todos... -dijo Lydia con cara de pena mientras el joven se marchaba- ¡Qué Pelor esté contigo! -exclamó antes de que el chico llamase a la puerta.

Luego se giró hacia Tirk y Aire.

-Uhm... si quiere deshacerse de pruebas, tarde o temprano tendrá que sacarlas de casa para esconderlas en otra parte. Podríamos vigilar la casa a ver si él o su mayordomo tratan de salir cargando algo... ¿Qué os parece? Me apunto a dormir al raso.

Aire puso morritos. No la gustaba que la dejasen de lado en las misiones que ella misma había provocado, pero no le quedó otra. Se cruzó de brazos y espachurró a Aristóteles, que croó quejándose.

Muy bien, pero me quedo cerca y me preparo. Le lanzaré un dardo mágico si no te deja entrar.

Mientras Aire, Tirk y Lydia procedían a ocultarse, Desthen abría la puerta para atender a Gruguer. ¿Qué quieres muchacho? Es un poco tarde para venir a molestar, ¿no te parece? ¡Será mejor que te vayas a cenar a casas, ya sabrás lo peligrosa que es la ciudad por la noche y tu madre podría preocuparse! Dijo Desthen al joven guerrero.

Tirk se mantenia oculto junto con los demas, no estaba seguro de que la cosa funcionara, seguramente deberian de buscar algun sitio para vigilar, aunque deseaba con todas sus fuerzas de que aquel joven guerrero entrara a la casa y saliera sano y salvo.

Lydia se mantuvo junto a Tirk y Aire. Si Gruguer lograba entrar, sería un éxito... y sino, buscarían entre todos la forma de vigilar las entradas de la casa... y al menos ella rezaría para que no hubiese entradas ocultas fuera de su vista.

Mi señor, no es mi intención importunaros pero un gran mal me aqueja y me han dicho que quizás el gran mago Desthen, como persona sabia y erudita, pueda ayudarme. Vengo del templo y ellos han sido incapaces de sanar el mal que me aqueja, ni siquiera han sabido decirme qué es lo que me pasa o como se cura. Además después se han reído cuando les he dicho que el gran Desthen triunfaría donde ellos habían fracasado.

Por favor señor, prometo no robarle mucho tiempo y si puede ayudarme volver al templo para demostrar que el gran Desthen es más sabio y poderoso que ellos.

El joven apenas había mentido en su discurso. Si al final le ayudaba y le curaba no tendría inconveniente en acudir al templo. Apeló al gran ego que solían tener los magos para le prestara atención.