El hombreton dejó 3 monedas de plata de las que había cojido de los trasgos sobre el mostrador, no le importaba mucho dormir en el suelo, ya que tenía el petate y algunas cosas más para dormir,
La intemperie no era un problema, pero a veces tener un techo, era mejor que dormir a merced de las bestias.
Dormiré aquí esta noche, en el suelo de la taberna.
Al entrar en la posada, Ed aspiró el pestilente hedor a posada al acabar el día: sudor, orines, vómitos, leña ardiendo demasiado verde, sopa con demasiada agua, algo de carne asada, los huesos de la carne quemándose en la lumbre.
Olores familiares. Entonces mi circunstancial compañero dejó 3 monedas en la barra. A Ed no le sobra el dinero precisamente, pero hay que vivir. Asintió con la cabeza.
-Me quedo contigo. Desde que he visto como usas el acero, me siento mucho más seguro con mis espaldas cubiertas por ti.
Se sentó en un costado, asintiendo a su colega, ya que el se sentía sus espaldas cubiertas por su habilidad, pero notó que el guerrero no había hablado mucho después, y antes de dormir quería cruzar algunas palabras con el.
-Dime, ¿Cómo terminaste aquí? Yo soy un Herrante, pero tu se ve que ser viste en un ejército o algo así.
Miró a su alrededor con un suspiro. Observó a su compañero atentamente. Parecía un buen tipo.
-Pues sí, pero un lío de faldas me llevó a una serie de acontecimientos desagradables por los cuales decidí cambiar de aires. - Ed se encogió de hombros-Pero ahora al menos elijo yo a quien vender mi espada y por qué.
Tomó un sorbo de la cerveza que el tabernero había depositado ante el. - ¿Y tu? Proviene de tierras salvajes supongo, ¿no?
El Bárbaro soltó una risotada corta, pero en sus ojos se vió comprensión.
Eso suele ocurrir colega, apuesto a que eres un gran seductor amigo-
Pero el tono de humor se fue de su voz muy rapido.
Las mujeres suelen ser un grano en el culo, y si, soy un nómada, no suelo quedarme mucho en ningún lado desde que abandoné mi Clan a los 16 años, desde ese entonces estoy solo -
Edward se rió con su compañero. Tras escuchar su escueta explicación, asintió con la cabeza.
-Bueno, por ahora parece que ambos hemos encontrado compañía. Y compañía de la que se cubre las espadas. ¿Recuerdas la cara de confiados de los dos trasgos? Nos creían presa fácil jejeje. No nos duraron nada. Por cierto, a ver si vendemos estas cosas.-Dijo sacando las espadas, escudos y armaduras de cuero tachonado.-Salvo que quieras algo claro.
Tras otro trago de cerveza, volvió a hablar a su compañero.-Tendríamos que pensar qué hacer con el encarguito del Kraken. A mi no me da buena espina. Creo que tendríamos que parlamentar antes de alzar las armas. Aquí gozan de buena reputación.
Miró al tabernero llamando su atención y mostrando el escueto botín.-Perdone, ¿sabe si alguien por estos lares estaría interesado en comprar esto? ¿Y si hay alguna recompensa por matar a dos trasgos salteadores de caminos?
No, por asaltar trasgos no hay recompensa alguna. Solo por encontrar a los ladrones que hay en los bosques, pero de eso se está encargando El Kraken y sus compañeros. Dijo encogiéndose de hombros mientras seguía a lo suyo.
El único por aquí cerca que compra armas y armaduras usadas es el herrero de Tormentos Cristalinos. No sé de nadie más.
A Otwin no le hizo gracia, si quiera por un momento, esto no era lo que quería, esperaba una recompensa o algo así, pero bueno, al menos unas monedas obtuvieron, y no quería volver ahí en la noche, es valiente, no imprudente.
Ya no importa, descansaremos aquí, en el suelo de la taberna está noche, si es que no le molesta a su merced.
Ed asiente a las palabras del posadero y de su compañero.
-Gracias. por lo menos nos queda la conciencia tranquila de que hay dos asaltantes menos en el camino. Nos asaltaron ellos a nosotros, señor.-Añadió sonriendo.-¿tiene algún inconveniente en que nos alojemos al calor de la lumbre de su posada?
A menos que seais pareja, he deciros que aquí hay muy poco espacio y vais a tener que dormir bien pegados. La posada está llena y en el suelo de la taberna solo hay espacio suficiente para uno. Dijo como si aquello respondiese a su pregunta. Aún así aun queda un rato para que tenga que cerrar, y hasta que no lo haga no podréis dormir aquí.
Ed se encogió de hombros. Miró a su gran compañero. -¿Fogata y manta Ot? Así mañana encontraremos al Kraken antes mañana por la mañana.
Literalmente, quiso arrancarle la cabeza al tabernero, pero lo propuesto por Edward fue mucho mejor recibido.
-Si, pero mantengámonos cerca de aquí, por si las malditas dudas-
Ed asintió sonriendo al ver su cara.
-Gracias buen hombre. Buenas noches- Le dijo pagando la cena y caminando hacia la puerta con Ot.
Vamos a algún lugar cercano recogido para acampar.
Edward y Otwin salieron al raso de Puente Brandon. La noche era muy fría y desagradable.
Podéis seguir roleando.
Hagamos 3 o cuatro fogatas, alrededor nuestro, no me molesta mucho, pero el frío puede ser peligroso.
Se dispuso a encender un solo fuego, y de ahí armaría otros 2, leña había de sobra, al menos eso los mantendría abrigados.
Salieron a la fría noche. Un escalofrío recorrió la espalda de Edward. Se embozó bien.
Al llegar al lugar elegido, asintió ante la propuesta de su compañero.
-De acuerdo. Voy a buscar algo de leña.-Le dijo mientras se alejaba un poco de Otwin pero sin perderlo de vista para encontrar algo que quemar.
-No, vamos los dos, no sabemos que acecha en la oscuridad, y es peligroso estar solo, en verdad odio a esos malditos parásitos, su mentalidad es la de ganado, y son egoísta y estúpidos, haciendo todo para sobrevivir-
No dejó ni su espada ni su equipo, Otwin no era muy inteligente a la hora de comprender las falacias de escritas o los detalles de la magia de libro y esas cosas, pero sabía vivir
Asintió con la cabeza.
-Vamos entonces.
Buscaron leña por los alrededores así como hojarasca o algo para empezar el fuego.
Edward y Otwin encontraron leña sin mucho problema, pues además Audo les cedió parte de la que tenía sin ningún problema. Así que no tardaron mucho en encender un fuego. Aunque lo cierto era que a pesar de las llamas, el frío era demasiado como para que pudieran pasar una noche a gusto en la intemperie.
Ufff, maldito frío, esto si que es una porquería, lo siento colega
Estaba tenso por esta situación, al menos en la ciudad, podría guarecerse en una casa abandonada y ahí quedarse, estaba decidido a volver a la ciudad.