Partida Rol por web

Tras un largo camino sin ningún tipo de incidencia, el grupo de aventureros llegó hasta Gruta Carmesí. Allí preguntaron por su contratista, el señor Bruno Mezzia, y sin problema alguno les condujeron hasta su mansión.

Bruno tiene su hogar en el barrio aristócrata de la ciudad. Vive en una gran mansión de tres plantas, muy popular por las fiestas y otros actos sociales y con un pequeño jardín cuidadosamente atendido.

En la entrada hay un sirviente que les detiene nada más llegar.

- Buenos días, mi nombre es Tyvis y fui yo quien envió la misiva a Tormentos Cristalinos. Estaba esperando a que un buen grupo se formase y pudiese cumplir las exigencias de mi señor.

Decidme, cuáles son los motivos por los que han venido hasta aquí, el altruismo, el dinero, o la fama y gloria del trabajo bien hecho.

Al llegar, Tinkle miró al hombre y poniéndose una mano en el pecho, inclinó un poco la cabeza y dijo:

- Buenos días, mi nombre es Tinkle Winterworth señor. Creo que somos el grupo que esperábais como decís. En cuanto los motivos, es una mezcla de todos ellos, aunque no nos engañemos el dinero es el dinero.- dice frotando los dedos.

- Como dijo el Señor Winterworth. Este es el grupo que estaba buscando y casi todo se base en el dinero. Como dicen, mas vale calidad que cantidad. ¿No cree?
Bien, ¿Ahora nos podría dar mas detalle de nuestra misión? Pues el señor Cimbreros no nos dio muchos detalles de la misma. A la vez saber cuanto es el pago por dicho encargo.
 

Sanya se adelanto y estrecho la mano de su contratista.

-Buenos dias, Tyvis. Me llamo Sanya y estos son : Duncan, Heian, Riku y Tinkle.

Por mi parte, me mueven dos cosas: el dinero y mi reputacion. Mi intencion es establecerme en Tormentos como espada a sueldo y para eso, para mi, es iprescindible la profesionalidad de un trabajo bien hecho asi que puede usted contar con mi dedicacion y discrecion para la tarea que nos quiera encomendar.

Si no lo he entendido mal se trata de labores de escolta, no?

Me llevo el puño al pecho, a modo de saludo - Duncan, para servirle. Como aventurero que soy, mi principal motivación es la de mantenerme ocupado prestando mis habilidades a quién las necesite... siempre por un precio razonable.

Apenas asentí a modo de saludo cuando la enana me nombró. Estaba preocupada por los motivos por los que no querían que el gnomo viniera con nosotros y esperaba que el haberlo traído con nosotros no fuera contraproducente.

- Lamentablemente, en Tormentos la vida es difícil si no eres un artesano o te unes a la guardia. - explico llegado mi turno - Pero los que no podemos considerar esas opciones no tenemos porque hacer cosas ilegales para seguir adelante.

Luego de que hablo Sanya, el carpintero golpea la frente con la palma de la mano y dice.
- Que modales los mios, como dijo aquí mi compañera, me llamo Heian. Tanto tiempo viajando solo y sin comprometerse con nadie, lo llevaba a tales descuidos que capaz algunas personas lo tomarían como insulto.

Tyvis ignoró las preguntas de los aventureros, pues no era él a quien le correspondía contestarlas y se encargó de acompañarles al interior de la mansión.

La mansión está muy bien conservada, recién pintada y con un pequeño jardín cuidadosamente atendido.

Tyvis acompaña a los aventureros hasta el interior del comedor, donde se encuentra el contratista, Bruno Mezzia. El comedor está decorado lujosamente, destacando en él una larga mesa de madera oscura, cuya superficie está adornada con un intrincado sello de la Casa Mezzia, un estilizado barco mercante grabado en un escudo, labrado en oro. Una araña de cristal cuelga sobre la mesa, proyectando una suave luz por toda la habitación.

Además de la puerta principal, hay una que lleva hasta la cocina y otra más que conduce a un despacho.

Bruno se encontraba sentado presidiendo la mesa cuando Tyvis llegó con los aventureros al comedor. Enseguida se puso en pie y saludó efusivamente a los recién llegados.

¡Buenos días! ¡Buenos días! ¡Encantado! ¡Un placer teneros con nosotros! ¡Genial, cuánto me alegro! ¡Buenos días!

Por favor, tomad asiento y sentíos como en vuestra propia casa. Es un placer tener un grupo de aventureros tan variopinto como lo sois vosotros. Está claro que Tyvis ha hecho un buen trabajo reclutándoos para esta misión. Por favor... dijo ahora mirando a Tyvis. El criado asintió pues comprendió la mirada y salió de allí para rápidamente traer algo que seguramente les serviría ya de comida para el resto del día. Eran fuentes llenas de cochinillo, con frutas y todo acompañado con un buen vino tinto de buena cosecha. Comida de calidad exquisita y seguramente muy superior a la que los aventureros estaban acostumbrados.

Bruno esperó un poco para que los aventureros se pusieran más cómodos, iniciaran conversaciones y se crease un ambiente un poco más distendido antes de hablar sobre el verdadero asunto que les había traído hasta allí.

Por favor, habladme un poco sobre cada uno de vosotros, sobre vuestro orígen, vuestras habilidades y de donde venís.

Sanya arranco un muslo de cochinillo y lo puso en su plato. Olia maravillosamente y le dio un buen bocado para comprobar que su sabor era delicioso. A continuacion se limpio con la servilleta y bebio un trago de vino blanco antes de hablar.

- Empezare yo: mi nombre es Sanya y soy originaria de Tormentos, aunque acabo de volver despues de cien años fuera. Mi especialidad es rastrear personas. He trabajado principlamente como cazarrecompensas hasta que he llegado a la ciudad. Soy buena con el hacha, la lengua y la vista y me gusta tomarme los trabajos de la manera mas profesional posible.

Tinkle siguió a Tyvis por toda la casa, y mientras andaban, miraba todas las exquisiteces que había en la mansión.

- Menuda mansión, no creéis señor Morrison?.- susurró al interior de sus ropajes.

Al entrar al comedor y Bruno Mezzia presentarse, Tinkle hizo una pequeña reverencia y dijo con su tono de voz nasal:

- Buenos días señor Mezzia! Encantado de conocerle, mi nombre es Tinkle Winterworth.- mientras se acercaba a una silla, y no sin dificultad, subía a ella hasta quedarse de pie, cogiendo el otro muslo del cochinillo que había cogido Sanya, y llenando una copa con agua.

- Bueno señor, pues la verdad es que yo procedo de la familia Winterworth, y vivimos allá en el norte. Somos alquimistas sabe? Y bueno, he decidido abrir un negocio en Tormentos Cristalinos, pero claro, ya sabe que se necesita capital para ello.

En cuanto a mis habilidades, bueno, digamos que puedo manipular la magia hasta cierto punto, por lo que creo que soy el complemento perfecto a estos aguerridos señores.- dice mirando al resto. y sonriendo.

Degusto los manjares que el señor Mezzia tiene a bien ofrecernos mientras mis compañeros van hablando de ellos mismos. Cuando me toca el turno, carraspeo para aclarar la voz y me presento ante nuestro anfitrión.

- Mi nombres es Duncan. Tan solo soy un aldeano de origen humilde que quiere labrarse un futuro en Tormentos Cristalinos. Soy bueno con el arco y la espada y pretendo ganarme la vida poniendo en venta mis habilidades. 

Luego de probar un par de bocados y beber un poco, mientreas escucha la presentación de sus compañeros, Heian sigue con la suya.
- Mi nombre es Heian. Mucho gusto señor Mezzia.
- Estoy en tormentos debido a que busco a alguien. Provengo de un pueblo muy lejano de aquí.
- Soy un simple explorador, que se a dedicado a la carpintería para vivir, pero el destino me ha hecho volver a mi antigua destreza, pues la necesidad de conseguir un poco de capital para vivir es importante. Estoy seguro de que tanto mis compañeros, como yo, vamos a poder cumplir con el encargo que usted nos de.
 

- Yo soy Riku, pertenezco al monasterio de la Estrella Blanca pero ahora mismo me encuentro en perigrinaje.

Respondo con sencillez a las preguntas del acaudalado hombre la última, como siempre, aunque tampoco hacía falta decir mucho más, dado que la mayoría de las órdenes monásticas compartían muchas similitudes a pesar de sus múltiples diferencias, la mayoría idelógicas.

Tras las presentaciones la comida continuó con temas triviales y supérfluos, sin entrar en temas demasiado problemáticos. Cuando terminan, Bruno se limpia con excesiva exquisitez la comisura de sus labios y se pone en pie a la espera de que el resto terminen y le sigan.

Bruno se dirige hacia su despacho, Tyvis, el único sirviente que han visto por allí durante todo el festín, ha preparado una licorera de coñac y copas para todos.

El despacho, al igual que el comedor, está lujosamente decorado con un gran escritorio de roble y varios cómodos sofás, e iluminado por unas cuantas lámparas de aceite.

Sanya, equipada con armadura, no se sento por comodidad, sino que se planto con las piernas abiertas y los brazos cruzados a la espera de que su anfitrion diera el siguiente paso.

-Tiene usted una casa preciosa, Sr. Mezzia

- Oh, excelente manjar, feliciten al cocinero por estas delicias!.- exclama Tinkle, el cuál, para ser sinceros, se atiborró de todo lo que pudo, pues desde su llegada a Tormentos, no había comido nada, y tenía bastante hambre.

Después, se levantó y siguió al señor Mezzia, cogiendo su vaso de agua, que había vuelto a llenar, y entró detrás de él al despacho, observando la instancia, y asintiendo cuando Sanya le dijo que tenía una casa muy bonita.

Siguiendo el ejemplo de la enana, y por respeto a no destrozar los exquisitos muebles de nuestro anfitrión, me quedo de pie a su lado a la espera, no sin antes agradecerle su hospitalidad.

- Es usted muy generoso, Señor Mezzia. Supongo que ahora pasaremos a hablar sobre los detalles de la misión, no?