Partida Rol por web

Venimos desde Tormentos Cristalinos, acudiendo a la petición de ayuda. Si nos abrís, nos gustaría hablar con la persona que hizo el encargo. Y si hay criaturas salvajes como dices, cuanto antes estemos dentro, mejor.

Aunque el día está nublado, el camino se hace agradable. Salir de la ciudad y contemplar la naturaleza renueva las fuerzas de Lomenar, se le ve contenta.

El camino no es muy largo y al final llegan a la aldea del Loto. Con precaución se acerca a la centinela comprobando en todo momento su reacción ante mi lobo Arvak. El lobo está tranquilo a mi lado.

- Saludos centinela, venimos de la ciudad de Tormentos Cristalinos. Se ha publicado en la ciudad que esta aldea necesitaba ayuda con algunos animales del bosque. Se nos ha dicho que hemos de ponernos en contacto con Lis, la cual nos dará todos los detalles y con la que tenemos que negociar la recompensa.

Permanezco en silencio estudiando los alrededores. No me cabe la menor duda que la aldea posee una muralla desmedida para el tamaño de su interior. -¿Por qué los humanos necesitan tantas murallas? Nosotros vivimos sin muralla alguna y no estamos desprotegidos.- 

Finalmente mis compañeros de grupo hablan con el centinela, solicitando entrar y hablar con la persona de contacto que nos ha sido comunicado. No añado nada pues, poco tengo que aportar a dicha conversación que no haya sido mencionado ya.

La mujer de la torre abre la puerta, y al abrirse se ve a otra mujer. Su nombre es Bell.

http://www.comunidadumbria.com/partida/hay-que-mat...

Lomenar observa la cara de desconfianza de Bell hacia los lobos, pero el hecho de que no haga ningún comentario puede indicar que lo que le pasa a los animales no afecta a los animales domésticos.

Lomenar hace un gesto a su lobo que se mantiene más cerca de ella.

- Muchas gracias - Responde Lomenar pensativa mientras sigue a Bell

Por el camino busca algún animal doméstico

Sin esperar un momento entra dentro de la seguridad de las murallas y se queda esperando a que cierren las puertas y les lleven hasta su contratante.

-ColmilloNegro, junto a mí- Digo al mismo instante que la mujer mira a nuestros animales, mi lobo debe permanecer junto a mí, no se sabe qué ocurre aún y si tienen desconfianza puede ser por cualquier cosa.

Avanzamos todos juntos al interior del pueblo siguiendo a Bell.

Camino junto al resto en silencio. Estaba pendiente en todo momento. No sabía muy bien de que iba la misión, sabía que habían unos animales atacando la aldea pero se me hacia raro, los animales por si solos no suelen ser peligrosos, tenía que haber un agente externo que los estuviera alarmando.

Al momento de llegar continuo el camino con el resto. Noto la mirada de desconfianza de la mujer que nos abre la puerta, sobre todo con el resto del grupo, yo por mi lado prefiero pasar desapercibida. Estaba pensando que probablemente los compañeros animales del grupo serían una mala idea, pero para llegar a esa conclusión debía recibir toda la información posible frente a la misión y también lo que pensaban el resto frente a la misma.

Continué, siendo la última en entrar y cerrando el grupo.

Bell os lleva ante la iglesia de Pelor, allí se encuentra la suma sacerdotisa que había enviado la carta a Tormentos Cristalinos. En cuanto llegais ante ella, mira con desconfianza a vuestros compañeros animales y comienza a hablar.

Mi nombre es Lis, soy clériga del grandioso Pelor. ¿Cuáles son vuestros nombres? Todos habréis leído el mensaje de socorro, supongo, pero... ¿cuál ha sido el impulso que os hizo venir aquí? ¿La grandeza personal? ¿El reconocimiento? ¿Dinero?

Me llamo Lilypurr y principalmente me ha traido aquí la curiosidad, aunque siempre es interesante poder ayudar y si con eso lleno mis bolsillos, aún mejor. Responde la felina con una sonrisa.

- Saludos sacerdotisa, mi nombre es Lomenar y soy Druida. El anunció me sorprendió porque hacía referencia a un desequilibrio entre la fuerzas de la naturaleza. No es normal que lo animales ataquen o se muestren agresivos con la gente de la ciudad sin motivación alguna. Por otra parte, nunca he tenido ni usado el dinero hasta que llegué a la ciudad, pero veo que es necesario para poder estar en ella y el que obtuve de mi madre casi ha desaparecido. Entre los trabajos remunerados que pude encontrar, éste es el que me pareció mas interesante y adecuado a mi forma de ser.

Lomenar toma aire después de soltar toda la retahíla de un tirón.

- Me gustaría saber los detalles de la misión y cuanto estaríais dispuesta a pagarnos. Por otra parte si nos quedamos más de un día si podemos pernoctar aquí y cuanto nos costaría.

Lomenar da por hecho que hay que pagar por todo.

Cuando habla del mensaje que supuestamente debíamos haber leído asiento como el resto aún cuando no tenía ni idea de que era lo que decía el papel.

- Bueno, pero si usted puede informarnos todo sobre la misión y la situación sería mejor que lo que leímos en el mensaje. Hablo después de haber estado en silencio casi todo el camino y la mayor parte del tiempo. Me quito la capota como señal de respeto, algo que me habían enseñado en mi vida pasada. La etiqueta era algo que no se podía perder o olvidar, del todo. 

- Mi nombre es Issa. Mis rojos labios pronunciaron mi apodo, no mi nombre, mi nombre nadie lo sabía, además que no sería conveniente. El cabello ondulado, casi perfecto se ondeo un poco al ritmo de mis palabras, era como si solamente la presentación contara con coreografía; movimientos naturales, peculiares y bellos que solamente yo podía hacer. Sonreí un poco, no lo suficiente para que fuera una sonrisa autentica.

Vine acá principalmente por el dinero. Aunque también me interesaba saber si alguien tenía información de él, él era mi mayor prioridad pero sabía muy bien que no era algo que lograría así como así, tenía que ir buscando poco a poco.

A diferencia del resto, no comento nada sobre qué vengo buscando, todo lo que podría aportar a esta conversación ya ha sido mencionado, me limito a asentir situado en una posición retrasada a la de mi grupo.

- Mi nombre es Raellia y estoy aquí exclusivamente por el dinero. Dijo sin molestarse en enmascarar sus palabras.

Me he dado cuenta de que no todos vosotros me habéis dicho vuestros nombres, y algunos tampoco los motivos de venir aquí dijo mientras se acercaba a Martell.

¿Cuál es tu nombre?

Después de la contestación, se dirigió al medio de todos, y, juntando las manos, empezó a hablar.

Si hemos pedido ayuda, es por una situación que nos ha desbordado. Como habéis podido ver con vuestros propios ojos, esta aldea está rodeada de un bosque. En toda nuestra historia, nunca habíamos tenido problemas con los animales que la habitan... Hasta hace unos meses. Nos atacaron unas bestias salvajes. Destrozaron a una pequeña parte de nuestro ejército. Al principio pensamos que fue algo fortuito, animales con hambre o buscando nuevos territorios... Pero los ataques continuaron. De hecho, cada vez eran más agresivos y, lo peor de todo, parecían organizados. Eran similar a un ejército, como si alguien los dirigiera...

Una pequeña lágrima surcó la mejilla de Lis. Resuelta, levantó la mirada a los aventureros.

Existen rumores que dicen que el señor del castillo es el culpable. Los susurros nos cuentan que hace tiempo quiso tomar estas tierras por la fuerza, y conseguimos repeler sus ataques... Pero parece que esta vez es capaz de acabar con todos nosotros...

La mujer había ignorado ligeramente los comentarios relacionados con el dinero, pues le interesaba más explicar lo que pasaba, y ver como de altruistas eran las personas con las que estaba tratando. Sus dudas sobre Raellia, fueron disipadas tras escuchar sus escasas palabras, pero las palabras del resto, le sorprendieron más.

Al escuchar la historia, lo único que hace es confirmar exactamente lo que había escuchado en sus viajes, por lo que en ese momento, aunque casi imperceptible, hay un pequeño cambio en la manera de mirar de la felina.

En resumidas cuentas, quieres que nos encarguemos de ese hombre, del cual desconocemos su localización, ni sus motivos para querer conquistar esta tierra, protejamos la aldea y arriesguemos nuestras vidas por ello. Claro que es posible, por algo somos aventureros y como tales esperaremos un pago acorde a la peligrosidad de la misión, porque somos aventureros, no héroes.

-Me llamo Martell y este es ColmilloNegro- Contesto a la pregunta de Lis llevando mi mano izquierda a mi pecho y la mano derecha a la cabeza de mi lobo. Tras esto, ella relata los hechos que les han llevado a solicitar ayuda de un grupo de aventureros tan atípico como el nuestro.

-¿Qué tipo de señor es el dueño del Castillo? y ¿ Porqué decide atacaros utilizando a los animales del bosque? ¿Qué tipo de control podría ejercer sobre los seres de la naturaleza?- Pregunto tras oír a Lilypurr preguntar por el dinero nuevamente.

Yo personalmente, estaba más interesado por el dinero que por la misión en sí, pero al confirmar que son los animales los que están siendo utilizados, me da la sensación de que una magia oscura o que un aprovechamiento desmedido del control que algunos seres pueden ejercer en la naturaleza es el culpable de estos ataques. Me doy cuenta de que, en mi interior, sólo intento ayudar a restablecer el orden y libre albedrío que debe permanecer inamovible en los seres de este y cualquier otro bosque.

- Es posible que los animales no sean más que unas víctimas en la disputa que tenéis con el Señor del Castillo. Necesitamos más detalles de ese señor: cómo llegar a él, qué tierras son las que quiere tomar...

- No se qué pasa aquí y si hay que ayudar a la aldea, al señor del castillo o a los animales y me gustaría conocer todos los datos para poder actuar.

Lis había hablado con bastante detalle del problema del poblado, suficiente detalle como para que Lomenar se diera cuenta que la parte del dinero no la había nombrado.

Curioso es que cuando pides ayuda, refugio o comida lo primero que te indica la gente es lo que tienes que pagar por esos servicios, pero cuando eres tú el que ofrece ayuda es un tema que no se quiere sacar.

- Por otra parte, habéis pedido ayuda a cambio de una paga y si algo he aprendido de la "civilización" es que para todo, el dinero va por delante. ¿Vais a decirnos cuanto nos vais a pagar?