Partida Rol por web

Cuando Jerinor le había dado la poción, Groland había lanzado un gruñido de agradecimiento, tomado el frasco y lo había guardado entre sus ropas, junto al otro. Quién podía saber cuándo sería necesario.

Quizás fue la manera en que la mujer te miró de arriba a abajo y te sopesó justo antes de caminar hacia vosotros, como si te estuviera viendo de nuevo. Quizás fue cuando se acercó y dejó "un segundo de más" su mano en tu mano, cuando entregó la poción.....quizás fue por esa mirada de soslayo que dejó ir justo antes de separarse o la ligera, pequeña, casi ínfima sonrisa que en otro momento no te hubieras percatado, pero que debido al momento de tensión y alerta, parecía que estuvieras atento a todo....

Quizás fue por las dos o tres miradas muy disimuladas que, a pesar de hacerlas con toda la naturalidad y carácter que tenía ésa mujer, tú viste y supiste interpretar casi a la perfección...o al menos eso pensabas.....

Algo te decía que Jerinor había cambiado su opinión sobre tí......diametralmente.

¿Le gustas?

"Mierda. Mierda, mierda, mierda, mierda."

De manera insintiva me acurruqué más y presioné a Rash contra el suelo con cuidado. No creía que ahora, tras la subida ruidosa de antes, fuera a vernos por asomarnos un poco, pero no podía dejar nada a la suerte.

Me giré para mirar a Rash. No estaba segura que pudiese hacer nada contra ese monstruo, pero de lo que sí que estaba segura es de que había visto las cadenas de la chica y me iba a decir que no podíamos dejarla ahí. El resto del grupo estaba lejos y el gigante les escucharía si se acercaban, de eso sí que estaba absolutamente segura. Sólo se me ocurrían dos posibilidades: la primera, irnos por dónde habíamos venido. El gignate parecía entretenido con la muchcha, no demasiado dispuesto a hacerle daño inmediatamente. Tal vez podíamos rastrearle tras descansar, o atacarle cuando durmiese, peo eso quería decir esperar atentos estando exhaustos. Sabía que no compartirían esa idea, dejar a una chica en manos de un monstruo con la inceridumbre de qué pasaría mañana. La otra opción que se me ocurría era perpetrarme y atacar desde la distancia. No parecía una criatura especialmente inteligente. Sin embargo, para poder hacer eso, el resto del grupo necesitaba estar al tanto por si algo iba mal.

Volví a girarme hacia la criatura y la chica, estudiando la situaci´n, buscando algo que nos ayudase. El hecho de que la chica estuviee encadenada de una manera tan..."humana", me daba mala espina. O bien era más listo de lo que parecía, o bien alguien la había encadenado para él.

"O la chica es sólo una trampa. Pero parece demasiado rebuscado preparar una tranpa así en un lugar tan abandonado y con pocos viajeros en la zona."

Apenas un poco después del intercambio de palabras con Kerri, inesperadamente, el guerrero comenzó a hablar. No era algo que hiciera a menudo.

—Recuerdo una ocasión... Fue en los montes al noroeste de Tulach, en Chessenta —rememoró en voz baja, de forma que quizás no le escuchara más que Kerri—. El capitán nos envió a un viejo torreón abandonado, para vigilar el vado del río Culebra... —Pausa.— Estaba lleno de malditos gnolls. —Otra pausa.— Joffar, el arcanista, dijo que podía envenenar a la mitad si llegaba a las ruinas. Aceptamos: Kriss le escoltaría. Los otros cuatro esperaríamos. —El cormyriense prácticamente susurraba: estaba sumido en los recuerdos, y en unos no muy gratos a juzgar por su rostro, que no dejaba de mirar hacia la colina.— Uno era un enano... Bronn... Brog... No recuerdo bien el nombre: un descerebrado. —Se río con amargura.— Que tardaban mucho, dijo. Que algo no iba bien, dijo. —Arrugó el hocico.— Le dijimos que esperara. El muy imbécil nos llamó cobardes antes de lanzarse de cabeza. —Siguió recordando: las palabras iban aflorando a su ritmo.— No sé que le pasó a los otros dos, pero juro que oí como aquella hacha de piedra le partía el cuello al puto enano. A los demás nos costó salir de allí con vida.

Había moraleja en aquello, claro, pero Groland no añadió nada: no hacía falta. De hecho, ya había hablado demasiado, para lo que acostumbraba. De no temer hacer ruido, probablemente habría escupido en el suelo y maldecido un poco.

Pasaron los segundos, luego un minuto.....quizás, eso era lo peor, la espera, como Groland sabía muy bien, pues él había hecho más de una guardia. Kerri lo empezaba a experimentar ahora, quizás de ahí venía su impaciencia y sus ganas de subir, por la inexperiencia en éstas "lides".

Desde arriba nada cambió. La música, torpemente tocada, siguió sonando sin descanso, mientras la dulce y femenina voz llenaba los silencios entre nota y nota con una suave balada, ahora de amor, que os mantenía atentos a la misma, queriendo escuchar más. No teníais ni idea de qué o quién estaría emitiendo ésa voz, pero desde luego, lo hacía extremadamente bien. Casi os parecía estar escuchando a una celestial.....

Tanto Kerri como Groland, lo único que pudieron ver de sus compañeros, al llegar arriba, fue que se echaron al suelo y permanecieron así (suponían, pues al echarse al suelo los habían perdido de vista) durante todo el rato que ellos miraban, quietos y sin hacer ningún movimiento.

Jerinor miró hacia ambos en una de las ocasiones que se giraron hacia ella y preguntó, con un movimiento de cabeza, si había alguna novedad.

Groland, mientras tanto, se percató que a Kerri le costaba escuchar su historia, y eso que a mitad de historia Groland tuvo que elevar un poco el tono de voz. Inclusive así, Kerri fruncía el ceño e inclinaba la cabeza hacia adelante..."Groland....no te oigo nada....acércate más, porque entre la música y la canción, no te oigo nada y la historia parece interesante." 

Groland negó con la cabeza y se encogió de hombros el par de ocasiones que miró hacia la soldada de Fairhill y la vio inquiriéndole con la mirada. «No veo nada», dijo con los labios. No se puso nervioso: podía ser por cualquier motivo. Había que confiar y esperar. Para sus adentros, tuvo que reconocer que, aunque mal acompañadas, la canción y la voz eran bastante hermosas.

Tras contar su historia, cuando Kerri le habló, Groland gruñó sin mirarla, extrañado e incómodo por algo en la voz de Kerri.

—Eh, no... —tartamudeó—. No, nada, nada... Luego: ahora, estate atenta.

Se removió en su lugar. Recordó el morreo de la clériga, aquella mañana. Una duda le pasó por la mente. «¿Es posible? ¿Es realmente posible que esta loca esté intentando algo ahora, en este preciso momento?» Groland se indignó: ¡aquello iba incluso más allá de los anteriores arranques de la ex-tyrita! ¡Ni Freya apoyaría eso! Enfrentándose a su timidez, se giró hacia ella, a ver en qué cojones estaba pensando realmente Kerri.

Tras el susto inicial, Arue examina la escena, mientras Rash permanece boquiabierto mirando a semejante mole con los ojos muy abiertos. "Es....demasiado....." balbuceaba. (penejotizado).

Arue se percató de que, incluso estando a su lado, apenas a dos palmos de distancia de él, le costaba escuchar lo que acababa de decir Rash. Tuvo serias dudas de que aquel gigante lo hubiera oído si hubiera hablado más alto, aunque con dos cabezas....quién sabe.

La exploradora se dió cuenta de que la muchacha temblaba, pero no sólo por el frío creciente, pues iba refrescando y las ajadas ropas de campesina de la chica no es que cubrieran demasiado, si no de algo más....probablemente, miedo. La expresión de la chica delataba que cantaba en contra de su voluntad y que estaba aterrada, asustada a más no poder. Sin duda.

Tras examinar el entorno con más atención, Arue vió que la torre estaba aproximadamente a la misma distancia en cualquier dirección de los bordes de la colina, con lo que la posición "táctica" de la torre era bastante buena. Había una posibilidad, que era acercarse desde el único punto "ciego" que había...justo desde detrás de la torre. Desde allí podrían llegar a escasos seis o siete metros de donde estaba el gigante de dos cabezas, que seguía inmerso en su "concierto" particular.

Una cosa le llamó la atención. Según había escuchado contar en algunas historias alrededor de las hogueras, éstos gigantes, llamados "Ettin", eran conocidos por su deambular nocturno cazando víctimas, por su extrema fiereza en el combate y por su particular sagacidad a la hora de vigilar el entorno. Decían que era casi imposible escapar a la vista u oído de un Ettin. Pero algo raro pasaba aquí....si así fuera...¿por qué éste Ettin, en particular, no les había escuchado aún?

Y mientras Arue pensaba frenéticamente, la "música" y la balada de Amor, a un volumen elevado, continuaban sonando....

La nueva túnica era mucho más resistente que la anterior, pero lo que era indudable es que muy incómoda para trepar por una ladera embarrada y llena de arbustos. De vez en cuando tragó saliva cuando su compañera le dedicó feroces miradas capaces de matar a un orco por hacer tanto ruido, pero al mago le pareció que llegaban hasta arriba de forma bastante silenciosa. De camino, tras comprobar que en las cercanías no había conjuros - o al menos, él no los había apreciado - empezó a elucubrar sobre quién estaba tocando y por qué motivos. ¿Era una trampa? ¿Una prueba de los dioses?

En cuanto tuvo la respuesta ante sus ojos no podía creérselo.

Esa criatura era gigantesca, quizás más grande que el ogro que habían dado muerte en las ruinas del castillo. Sus manos y las armas ensangrentadas le recordaban que él era un frágil semielfo a su lado, y que probablemente no duraría más que un par de segundos en un enfrentamiento directo. ¿Podría Groland hacerle frente? Lo dudaba, y menos en su estado de salud. 

Su lado más caballeroso le pedía a gritos que atacaran a la bestia y le dieran muerte, de forma que la joven pudiera salir indemne. No sólo por cómo temblaba - era evidente que estaba aterrorizada - sino porque algo le decía que no era una desconocida. ¿Cómo era la descripción que el herrero de Fairhill dijo de su hija? ¿Sería ella?. Por el rabillo del ojo vio cómo Arue observaba el entorno. ¿En serio estaba pensando en atacarle?

- Piensa... piensapiensapiensa - dijo el semielfo para sí. Esa criatura era grande... era temible... pero si se la distraía... Él tenía un conjuro que podía evocar sonidos...

Miras a Kerri, intentando dilucidar qué le sucede.

A tí te parece que la mujer no te escucha bien, parece tener dificultades para oír tu voz, por el ruído ambiental que hay. La música y sobretodo, la voz, son lo bastante fuertes como para que, incluso vosotros, que estáis algo alejados de donde sale, tengáis que elevar un poco el tono para haceros escuchar por una persona cercana.

No percibes un intento de coqueteo.....crees que no. Aunque con las mujeres, y encima ajenas...nunca se sabe.

«Hmmmm... Me he precipitado», tuvo reconocer Groland, aunque con un atisbo de duda todavía.

—No era nada: estate atenta —explicó de nuevo, esta vez alzando la voz para asegurarse de que la hermana le oía.

Aprovechó para mirar a Jerinor y le indicó de nuevo que no había novedad. Volvió a mirar al frente y a concentrarse en su parte de la empresa. Había aprendido a ser paciente, pero aquella música -¿cada vez más alta?- comenzaba a inquietarle. No le dijo nada a Kerri, pero si sus socios tardaban en volver, alguien tendría que ir a ver qué había ocurrido.

Algo no me cuadraba. El Ettin debería habernos descubierto hacía rato. Tal vez el horroroso sonido que pretendía ser música nos había camuflado, o tal vez era el hecho de que una de las cabezas durmiese. Sea cómo fuere, no me olía bien. Mi!s instintos me decían que estaba pasando algo por alto, pero no el qué. La chica estaba aterrada, era una prisionera sin duda, y probablemente el Ettin la matase en cuánto se aburriese. Sin embargo dificilmente podíamos hacerle frente en estas condiciones. Necesitábamos a todo el grupo si íbamos a luchar, y se me ocurría una estrategia, pero era arriesgada.... Y no quería tener que hablar y tentar a la suerte. No quería que el Ettin nos descubriese.

Miréa Rashaniel, absorto, seguramente pensando igual que yo en qué debíamos hacer. Miré de nuevo la torre. Yo podía llegar hasta ahí sin que me viese u oyese, incluso treparla, y crear una distracci´n para que el resto del grupo subiese. El grupo entero podría con el Ettin, aunque había heridos...

 "La opción más sensata es huir..."

Volví a mirar a Rash y me acerqué con cuidado, pegando mis labios a su cara para poder hablar en susurros inaudibles.

- Puedo distraerle desde la torre para que avises al resto del grupo. O podemos irnos y asegurarnos vivir otro día. Tú decides.

Groland le sorprendió. Y la historia parecía tener alguna clase de mensaje que no pudo Coger del todo pq la música había tapado parte de las palabras sin comprender lo. Del.todo. pero si había algo que la hizo pensar. La espera, la impaciencia, dos cosas que espero mentada nuevas y que quizás los demás podían enseñarla a llevar mejor. Así que se fijó en que hacía Groland y siguió observando la colina y escuchando.
Al menos no parecía una canción diabólica. Mal sana. Quizás se habría precipitado en tener miedo?

Los segundos seguían pasando, pero no sucedía nada. El viento seguía arreciando por entre las hojas de los árboles y ellos seguían esforzándose por ver, desde su escondite, qué sucedía en la parte alta de la colina, pero era difícil, por no decir, imposible, ver nada desde su posición y con la escasa luz, menguante, que quedaba en el firmamento. De todas formas, todo parecía ir bien, la balada seguía sonando, la música seguía destrozando vuestros oídos....

Hasta que de repente la horrible música se paró. La canción también. Pasaron dos, tres segundos...

Un profundo, muy profundo vozarrón, potente, se escuchó, proveniente, sin duda, de la cima de la colina "¿Grorgh tas grrorh ammbra graaataggma me? Vrog tragg ak ak magglunk unt blikken groean"

Todos os quedasteis quietos en el sitio durante unos segundos, pues escuchar una voz tan potente y profunda, era la último que os esperábais. Pero esos segundos pasaron rápido...*

Todo parecía ir bien, la muchacha seguía cantando, el Ettin tocando....o lo que fuera que estuviera haciendo con aquella hermosa arpa.

Ambos notaban pinchazos por la hierba que estaba debajo de ellos, mientras trataban de mantener las cabezas bajas y atisbar lo que sucedía allí. La chica inició un contrapunto justo al final de la balada que por unos instantes, os mantuvo casi hechizados por la hermosura de su voz y la capacidad de exhalar dos voces al mismo tiempo.

El Ettin paró de tocar y comenzó una...una.....¿risa? Parecía reir o sonreir....la muchacha calló y permaneció muda delante de él, temblando, y...maldita Tymora...justo en el momento que Arue le susurró al Rash, el Ettin se giró y miró hacia donde ellos estaban. Su cabeza, cubierta con un yelmo*, parecía estar oteando la oscuridad hacia ellos, directamente.

Un vozarrón potente, intenso, fuerte, se escuchó en mitad del silencio "¿Grorgh tas grrorh ammbra graaataggma me? Vrog tragg ak ak magglunk unt blikken groean".

El Ettin extendió uno de sus brazos hacia vosotros, haciendo luego un ademán hacia donde estaba la muchacha...

El atardecer iba quedando atrás y el crepúsculo avanzaba. Groland se debatía entre la intranquilidad y la modorra cuando la música se desvaneció de golpe y, unos segundos después, aquella rotunda voz tronó desde lo alto de la colina. Tras el estupor inicial, el guerrero se giró raudo hacia Kerri, pero también hacia Brand y Jerinor, que sin duda habían oído lo mismo que él. Su expresión de alarma lo decía todo. Prácticamente ya había decidido que correría colina arriba en ayuda de sus compañeros -de hecho, había echado mano rápidamente a una de las pociones curativas que había escondido en sus manos, pero antes necesitaba saber si Brand o Kerri -más instruidos que él-, o incluso la fairhilliana, habían entendido algo de lo que se había dicho, y en tal caso, qué.

En cuanto la monstruosa cabeza se quedó mirando hacia su posición, Rashaniel hundió instintivamente el rostro en la tierra.

- Mierdamierdamierda, creo que nos ha visto - dijo, en voz baja, llenando su boca de polvo. Sin embargo, cuando empezó a hablar, sus sospechas se confirmaron - Hemos perdido el elemento sorpresa.

Levantó lentamente la mirada e hizo oído. No reconocía el idioma, pero distinguía partes del basto lenguaje de los orcos. Aunque no supiera su significado, esos chasquidos y expresiones guturales eran fácilmente reconocibles. Esto hizo que mirase a Arue. Si no recordaba mal, la mestiza conocía el idioma orco.

- ¿Sa-sabes qué dice? - dijo, temiendo que quisiera que se unieran a su colección.

Brand, levanta la cabeza de su pecho, despertado por el vozarrón. Sobresaltado, parpadea varias veces mientras otea a su alrededor y alza una ceja mientras mira a Groland dubitativo......cuando el vozarrón termina, Brand se levanta expolsando los trozos de hierba de sus ropajes y dice "¿pero qué leches ha sido eso...alguien lo ha entendido?"

Jerinor, que se ha girado inmediatamente al escuchar el vozarrón, encoge los hombros y niega con la cabeza, mirando con aire interrogante al resto...

Mientras observas la escena, notas como Arue se mueve a tu lado, se inclina hacia tí y te susurra al oído....justo cuando aquella "cosa" gira su cabeza pertrechada con un casco hacia vosotros y dice unas palabras incomprensibles para tí.

Durante breves segundos, el silencio recorre la torre y todo el terreno.

Ves a la muchacha, que se gira hacia donde el gigante bicéfalo extiende el brazo y abre los ojos mucho, intentando ver algo hacia la oscuridad.

No has entendido las palabras del gigante, pero te has dado cuenta de una cosa....el tono y el gesto que ha hecho, te han parecido amables...casi dirías que....os está invitando a acercaros. Por otro lado, tratas de recordar algo sobre la hija del herrero o algo que hayas escuchado, pero no te viene a la cabeza en el momento....un momento*......

Tu mente trabaja a toda velocidad y tratas de encontrar una forma de derrotar o asustar a tamaño ser...pero...no puedes pensar en nada que no sea, o más grande que él, o un grupo más numeroso y mejor pertrechado.

Rashaniel empezó a hacer memoria sobre todo lo que recordaba de la hija del Herrero. Según le había contado Groland, la muchacha se había marchado un día, justo cuando un grupo de aventureros o mercenarios pasó por Fairhill. El padre sospechaba que la muchacha se habría ido con ellos en busca de aventuras o una vida más emocionante. Eso le hizo pensar en la sangre de las armas del Ettin...

Ciertamente, Rashaniel recordaba las palabras dichas por Groland, pero no le venía a la cabeza la descripción de la chica o su nombre.....un momento....¿Ariadne?. ¡Sí! ¡Ahí estaba! Ése era el nombre de la hija del herrero...¿sería ésa chica rubia la misma que estaban buscando?

La chica siguió mirando hacia la oscuridad....

"¿Hay....hay alguien a...a....ahí? Sss...salid....", dijo la frágil muchacha, entre evidentes temblores. En verdad, la temperatura había bajado varios grados y ya no era ése tiempo agradable de hace un rato. El viento era frío y seguramente, bajaría más.

"Gil...Gilborg...¿fffuego? Yo tener ff..f..frrrío....¿Fo...ff.fogata? Por fffavor...." le dijo la doncella al gigante, mientras tiritaba de frío y pasaba el peso de su cuerpo de un pié a otro, agachando la cabeza y mirando al suelo.