Partida Rol por web

[ELdG] El Dilema sobre Malocchio Aderre

Día 1 - El Castillo de Loupet

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22/02/2018, 00:10
Coherto Lampedoño

Lo lamento, Rupert. Te aseguro que llevaba tapa hasta hace casi nada, y que ningún pájaro sobrevoló nuestras cabezas durante todo el viaje.

El búho de Genann ululó y revoloteó por el patio de armas en aquel justo instante. El mayordomo Rupert frunció el ceño.

Bueno... pero te aseguro que no cagó. Le hemos dado grano de arroz-mintió-para que ese búho se quedase con su mierda dentro. Pero hubo un problema que me obliga a renegociar el precio... Un atentado en Karina. No está el horno para bollos. Tuve que contratar algunos guardaespaldas que garantizasen la llegada de la mercancía.

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22/02/2018, 00:39
Alanis Gulbahar

Alanis le sonrió con amabilidad a la semi orca, hablaba de forma graciosa, y le respondió a su saludo, notando que no sabía como presentarse a diferencia de ella, con un tono de voz bastante amable y educado. -Podría ser Quiora "La inquebrantable"- si la verdad es que poner nombres se le daba bastante bien, tomando en cuenta que su estirpe tenía el rimbombante nombre de " Caballeros del lirio blanco", su comadreja no dejaba de corretear alrededor de ella,-Encan...encantada-respondió a Quiora y a Fedora; observó el gesto de Fedora, cuando escupió al suelo, tragó saliva ruidosamente, y volteó el rostro, cubriendose la boca, en una discreta mueca de asco, críada en un torno "acomodado", para Alanis ciertas acciones ( eructar sin cubrirse la boca, los gases corporales en público, escupir, urgarse la nariz, escarbarse los dientes a la vista de todos), resultaban terriblemente impropias. "Bueno, si , es una mujer que apodan Tres Bastardas, pero no es sinónimo para actuar como un Gnoll alcoholizado."

Se presentó a su vez Menon, Alarico, y así suscesivamente, hasta que las palabras de Genan la hicieron salir de su fascinación con la fisonomía de Quiora (si, no era una mujer de mundo, así que su percepción sobre las mezclas de otras razas, era bastante fácil de excitar ante la presencia de cualquier caso curioso que no hubiese visto). Escuchó su comentario y dibujó una sonrisa en sus labios, giró su rostro lentamente, y un brillo inquisitivo brotó de sus ojos verdes.

-Pues Genan, me parece que el que tiene lagunas mentales es otro- respondió con la misma afilada franqueza que el hombre que la había inquirido. -Porque momentos antes de que Dalabrac se presentara, salí al baño de la taberna, para ocuparme de la "llamada de la naturaleza", seguro lo entiendes mejor ¿no?-.

Luego las palabras del hombre llamandola Bruja, Alanis estuvo a punto de increparle altaneramente, pero se mordió la lengua, le dedicó una última mirada desdeñosa a Modnar y Genan, levantó su barbilla en un gracioso gesto indignación, sacudió su cabeza enérgicamente, mandando la espesa y larga cortina de cabello negro sobre su espalda, y caminó de nuevo en dirección al carromato, poniendose justo al lado del señor Alarico y Corvino. Se volvió molesta a Alarico, y le espetó mientras alzaba su rostro para encontrarse con el de el, pues era mucho más alto-Hay que ver con ese guardia boca de Destrachan, mal educado...llamarme "Bruja", como si fuera una vulgar y corriente hacedora de pociones, amarra hombres, enferma-ganado..-le musitó a Alarico en un susurro tan rápido y ofendido, que resultó realmente cómico la forma en que alanis sacudía sus brazos mientras hablaba, y la actitud de niña enfurruñada, luego se cruzó de brazos, acomodó toda su suave cabellera negra sobre su hombro, y se quedó quieta y en silencio al lado de Alarico, mientras Bigotes la comadreja, miraba al hombre y a Corvino con inusual interés, como si estuviese olfateando la posibilidad de que llevasen comida escondida.

Al cabo de un rato, Alanis ya menos enfurruñada, llegó en compañia de sus compañeros al dichoso castillo, la primer escena la hizo encenderse de indignación un hombre golpeaba a un perro, mientras lo mantenía amarrado, - Vaya salvaje, me parece que el que necesita ser azotado es otro.- comentó incomoda, ante los chillidos de dolor del animal, optando por voltear su rostro hacia otro lado y no contemplar mas la escena. Pero al voltear su rostro se encontró con otra escena, esta vez dos hombres sin camisa luchaban entre ellos. "Visionudos, seguro que la semi orca los manda a dormir de dos piñas". pensó la muchacha poniendo una mirada de reproche ante aquel acto.

Luego escuchó la conversación entre un anciano y coherto, sobre que uno de los toneles no tenía tapa, a decir verdad Alanis tampoco se habia percatado de eso. -Creen que no lo dejen entregar la carga ahora?- preguntó a todos y a nadie en particular, mientras miraba con interés a los dos hombres enfrascados en su conversación, cogió a Bigotes entre sus brazos, y se dedicó a acariciar el suave pelaje albino de la cabeza de la comadreja.

 

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22/02/2018, 10:11
Quiora

'la Inquebrantable'. Era un mote muy bonito, mejor que el que se le había ocurrido a ella, sin lugar a duda. Pero a Quiora le trajo recuerdos. Se acordó de una vez, siendo niña, ayudando a su padre a recoger leña y trocear la madera de más tamaño, se encontró con una rama bastante gruesa que intentó romper a puñetazos. Como era de esperar, lo único que se rompió fue los huesos de la mano.

Ese día aprendió dos grandes lecciones; la primera, que la madera está más dura de lo que parece, y la segunda, que todo se corta mejor con una hacha.

En fin, el apodo de 'la Inquebrantable' no le pegaba tanto como le hubiera gustado pues había comprobado que, efectivamente, se podía romper. Así que, después de mucho pensarlo, desechó la idea de llamarse así en lo venidero.

El resto de los viajeros parecían haberse presentado, pero la semiorca no les hizo ni caso, tan inmersa como estaba en aquel nombre y su significado. Casi de la mano habían tenido que guiarla de nuevo al carromato. Se mantuvo en silencio y pensativa el resto del camino.

No, mejor que no!- dijo sin ton ni son en medio del patio del castillo. Despertando de su estado de concentración absoluta, se quedó perpleja mirando a su alrededor.- Ah, pero ya hemos llegado?

Tan pronto fue consciente de lo que le rodeaba, le entró mala espina. Era solo un presentimiento, pero aquel lugar no le gustó nada.

- Y nuestras medallas? Nos las dará Malocchio? Dónde está el señor de todo esto? Tengo hambre.

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22/02/2018, 10:45
Genann Gruadhsolus

Quizá para alguien que no fuera druida, esa eufemística llamada de la naturaleza podría haber sido correctamente interpretada. Es decir, que Alanis había sido víctima de un apretón y había salido urgentemente de la posada en busca de un lugar en el que plantar un señor ñordo, ñordo que en el caso de Alanis habría adoptado sin duda la hermosa forma de una tarta nupcial.

Pero para un druida, la llamada de la naturaleza era algo completamente diferente. En Alanis se debía haber despertado el instinto primordial de las antiguas generaciones de humanos y había iniciado el camino de vuelta a la naturaleza y la supervivencia. Normal que en tales circunstancias no hubiera atendido a la presentación de Dalebrac, si bien no le quedaba constancia de que tal hecho hubiera tenido lugar de un modo formal, ni tampoco tenía claro que un baño fuera el lugar adecuado para responder a aquella llamada. De hecho, ni siquiera recordaba que tal cosa hubiera en la posada salvo que por baño se entendiera aquel cubículo sobre los establos con un agujero entre las tablas del suelo. Prefirió no seguir dando vueltas a aquel escatológico asunto y optó por un leve asentimiento de cabeza.

-Sí, por supuesto que lo entiendo ahora. Y si necesitas que te dé algunas pautas acerca de cómo responder a esa llamada si vuelve a producirse, no dudes en recurrir a mí. Si es necesario puedo incluso acompañarte. Al menos al principio, que suele ser el momento más duro e incómodo -dijo complicando sin darse cuenta aquel embrollado asunto.

Tampoco hubo tiempo para más, pues pronto reiniciaron el camino con lo cual justo agradeció la corrección de Alarico antes de avanzar, la vista puesta al frente, con esporádicas miradas al cielo en busca de su búho. Un camino bastante largo hasta dar con su destino, casi cuando el sol rayaba con el horizonte y las sombras empezaban a adueñarse de todo. 

Cuando el rastrillo se alzó y todos accedieron la patio, Gennan miró a un lado y a otro. Un espacio demasiado angosto para su gusto, acostumbrado a los espacios abiertos, y presidido por un patíbulo que, afortunadamente, no ofrecía cuerpos a la vista. Nada como dos ahorcados como para que uno sintiera el irrefrenable deseo de escapar de allí. 

Súbitamente fue consciente de los gañidos, quejidos y ladridos de un perro. Miró en su dirección y lo que vio hizo que todo su ser se revolviera y que su mirada se oscureciera peligrosamente. 

-Pero qué demonios... -se le pudo oír decir antes de que avanzara en dirección al sirviente a paso vivo, un paso acompañado por el golpeteo seco de su bastón contra la piedra del suelo. Cuando llegó hasta él, estiró la mano armada y apoyó el madero contra el pecho de aquel gañán-. ¿Se puede saber qué estás haciendo? ¿Crees que esa es forma de tratar a un animal? -dijo en un tono tan helado como las tierras del norte del que procedía. Gennan no era violento por naturaleza, pero algo llevaba a pensar que si el sirviente volvía a usar su porra, él usaría su bastón.

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22/02/2018, 10:37
Alarico Maldonado

- Fedora- respondió en un susurro Alarico a Gennan- Ha dicho que se llama Fedora, aunque es verdad que tiene un acento muy simpático- la ironía destilaba la voz del clérigo- como fuere, no parece ser de las que se toman a bien chanzas sobre sí misma con lo que aconsejo precaución.

El sacerdote había tomado la precaución de no mirar a la señalada Fedora mientras respondía a la duda del druida, como tampoco lo hizo después. Al poco, curiosamente, fue también elegido como compañero de confidencias de Alanis y aprovechó la cercanía de la preciosa joven para mirarla unos instantes antes de asentir y responder, igualmente, a su confidencia en un tono confidencial y bajo, sin prestar demasiada atención a la comadreja de la hechicera.

- Eso es que le atraes, Alanis. Ya sabes que uno de los motivos principales de las acciones de los hombres es la codicia. Sin duda, si lograra convecer a una turba que eres una bruja podría... aprovecharse a conciencia de ti. De todo eso hay una lección: el mundo es frío y hostil. Y debes tener cuidado. Muchos te insultarán, o mentirán, o buscarán un error tuyo. Eres, después de todo, mucha más codiciable que una ¿cómo lo llamaste? ¿vulgar y corriente hacedora de pociones, amarra hombres, enferma-ganado? 

El clérigo no pudo sino sonreír ante los susurros que, sucesivamente, le habían dirigido primero Gennan, y luego Alannis. Tras responder a los mismos se concentró en el lugar en que se encontraban. No le llamó demasiado la atención el escaso patio de armas, aunque una mirada, más curiosa, recibió el cadalso. Para Alarico un cadalso dispuesto implicaba o un gran sentido de la oportunidad, al llegar justo antes que fueran a colgar a alguien, o un número de ejecuciones elevado: después de todo la mayor parte de los cadalsos que había visto eran de quita y pon. ¿Significaba la presencia de ese que las ejecuciones eran frecuentes? ¿se usaban como método de castigo, de disuasión o de control social? Eran preguntas importantes. Pero en todo caso, su mera presencia, aconsejaban prudencia y, ya que el destino les había unido al menos a los compañeros que guardaban el carromato de Lampedoño, Alarico se ocupó de señalarles el cadalso, primero a Gennan y a Alanis, pero luego al resto.

Ni el perro maltratado, ni tampoco la pelea de los dos hombres a puñetazos le llamó excesivamente la atención, centrando la misma en las palabras entre Lampedoño y el llamado Rupert, probablemente alguna clase de senescal o mayordomo al que saludó con un mínimo asentimiento de cabeza en el caso que las miradas de ambos se cruzaran.

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22/02/2018, 13:12
Fedora "Tres Bastardas"

Por fin, tras el aburrido rato pasado mientras esperaban todos a que se reparase la dichosa rueda del carro, la norteña seguía a lo suyo y asintiendo ante las presentaciones del resto de personas que allí se encontraban.

Cuando por fin se pusieron en marcha, nuevamente, todos volvieron a ocupar sus respectivos carros, momento en el que Fedora vió muy pensativa a Quiora.

- No sonarr mal, Quiorra. La inquebrrantable. Serr perrsona que no quebrrarr... - Comentaba, a sabiendas de que le daba vueltas al apodo que le había puesto la hechicera repipi que se encontraron.

En cuanto llegaron y vieron el lugar, Fedora apreció que los castillo allí eran más pequeños que en su Nortalia natal. A penas si cabían los dos carruajes en el patio de armas. Todos fueron bajando de los carruajes, mientras la guerrera iba charlando con Menon y Sapo. - ... Así serr, camarradas. En las guerras contrra el tirrano oprresorr, el usurrpadorr William Puerrtas, apodado "Willy Puerrtas"... Perro su nombrre, en común, no sonarr muy bien, ¿da? - Dejó la pregunta y el resto de la narración en el aire, pues era el momento de revisar el lugar.

La pregunta de la semiorca era la misma que se hacía Tres Bastardas. Estaban allí por dos motivos: Uno era el trabajo, que aceptaron en la Ciudad de los Portales, por recomendación del mediano Lord Avellanos. Segundo, y no menos importante, les tenían que hacer entrega de sus medallas correspondientes, a las cuales no estaban dispuestas a renunciar, después de todo lo vivido. Así, Fedora, en cuanto vió al hombre viejo asomar, supo lo que tenía que hacer, dirigiéndose al mismo.

- Mi amiga mestiza tinierr rrazón. Señorr camarrerro... No, como desirr aquí... ¿Amo de llaves? ¡Bah, como serr! Usted parreserr encarrgado de casa. Nosotrros - Dijo señalando solo a Menon, Quiora y Sapo. - estarr aquí porr trrabajo y parra rresibirr mediallas... - Dejó el resto de la frase en el aire, esperando que aquel hombre, que parecía el mayordomo, contestase.

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22/02/2018, 19:54
Corvino

Visto el comportamiento del que quizás fuera el guardián de las perreras del castillo con uno de los animales, Corvino frunció el ceño y se aseguró de mantener a su sabuheso a su lado atándole una cuerda a modo de correa y manteniéndole bien en corto. Mientras estuvieran en el castillo no iba a dejar que su perro se alejara de él ni un palmo.

El cadalso llamó su atención. Posó su mirada en él unos segundos para a continuación bajar del carro despacio acompañado en todo momento de su perro y acercarse al lugar de ejecución a examinarlo. Al llegar hasta él acarició suavemente los postes de madera que aguantaban la estructura, como si comprobara que era una buena construcción. Los ojos del hombre maduro brillaron cuando una serie de pensamientos cruzaron por su mente. Al tiempo, una sonrisa iluminó su rostro.

Se giró de vuelta a las cercanías del carro de donde había bajado, aunque sin subir de nuevo a él. Esperó un poco a contemplar como se desarrollaba la conversación entre Coherto Lampedoño y el tal Rupert. También había una discusión paralela de  miembros del otro grupo de "aventureros" relacionada con recompensas y medallas de la que nada sabía. No deseaba interrumpir, pero parecía que aquello iba para largo, así que intervino:

—Caballero. El señor Lampedoño cedió amablemente la tapa para que se pudiera reparar la rueda del otro carromato...— Señaló en ese momento el visible apaño sobre la rueda reparada del carro bajo cuya lona anteriormente sobresalían los pies de los tipos que habían salido con los pies por delante.

Aprovechó el momento para meter baza, señalando hacia el cadalso con el pulgar: —Por cierto ¿tiene muchos problemas de bandidaje ultimamente en la region? Por que de ser así, yo pod...— Iba a decir yo podría, pero entonces recordó que había venido con otros hombres y mujeres en el carro, los cuales posiblemente se quedaban sin trabajo al igual que él en el momento que la escolta al castillo del carromato con vino terminaba. —... quiero decir .... algunos de nosotros podríamos echarles una mano con eso, por un módico precio.—

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23/02/2018, 08:16
Menon

La llegada al castillo transcurrió sin incidentes, si no tienen en cuenta algunas pullas dialécticas que circulaban por el aire, al menos Quiora y Fedora se mantuvieron tranquilas, todo un merito teniendo en cuenta su carácter belicoso.

- Quiora puedes usar el sobrenombre que quieras, sólo tienes que pensar en cosas que se te den bien y que puedas ser recordada por ellas. - otro tanto hizo escuchando la historia de Fedora - bueno el nombre de un tirano no es importante sino más bien sus actos malvados, que son los que los definen mejor.

El castillo era un lugar tremendamente lúgubre y pequeño, Menon esperaba no tener que pasar allí mas tiempo del necesario, pero dada la cantidad de compañeros presentes, su estancia se alargaría más de la cuenta, de momento dejó que las mujeres hablaran, eran mas adecuadas para este ambiente marcial.

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23/02/2018, 11:10
Sapo

Sapo pasó la tablilla de mader aal artesano que arreglaba la rueda con cuidado de que sus manos no se rozaran. Aprovechó para presentarse para todo aquel que quisiera escucharle.

- Mis padres me pusieron de nombre Miscelo, pero la gente me lo cambió a Sapo, no sé el porqué.- Las metáforas no eran los suyo, símplemente no lo pillaba. Los dobles sentidos, la ironía y los sarcasmos, toda la riqueza del lenguaje oral y escrito era algo que escapaba a las habilidades del gnomo. Lo suyo era la lógica y el lenguaje en el que se expresaba la misma, las matemáticas. Letras y números inequívocos y que no admitían más que una interpretación, la verdadera y única posible.

La llegada al castillo no fue nada grata para el insocial personajillo. Sapo estaba de lo más incómodo. Demasiada gente. Se mecía de alante a atrás o miraba de un lado a otro, lanzando suspicaces miradas con esos ojos saltones, contantemente alerta de que su cuerpo no rozara los de la multitud que se acumulaba en un lugar tan pequeño. Y cuando no hacía eso se rascaba de forma incontrolada, dejándose raspones o ronchas rojas que, si no paraba, irían convirtiendose en heridas abiertas que cicatrizarían en constras. Ricas costras que volver a arrancar y así reiniciar el proceso.

Lo único bueno para el gnomo era que la caravana que se había formado parecía un circo ambuante, tal era la cantidad de animalejos que acompañaban a los humanoides. los animales sí que le gustaban y hasta era bueno comunicándose con ellos. Empezando con su mula, Lentejuela, vija y lista, que lo guiaba por el mundo, hasta su serpiente familiar, Shish, que siempre se enroscaba por alguna de sus extremidades, cuando no drmitaba hecha un ovillo en sus bolsillos. Así que aunque no hablaba mucho con la gente, y cuandi lo hacía decía cosas sisn sentido o repetía frases ya dichas, Sapo sí que socializaba con los animalillos del pintoresco grupo: el búho de Genan, la comadreja de Alanis o el perro de Corvino*. Con la comadreja hasta parecía que mantenía interesantes charlas. bien es sabido que los gnomos guardan una especial relacion con este tipo de animales de madrigueras.

Por todo eso tampoco le gustó un pelo que trataran a ese perro sarnosos y con malas pulgas de aquella manera. No quería que trataran así a Lentejuela. La pobre estaba vieja y podían romperle una cadera.

 

Notas de juego

* Si se dejan.

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23/02/2018, 22:23
Dalabrac Dardragon

A partir del punto de encuentro e viaje se tornó más festivo, Dalabrac  escucho las conversaciones, puyas y ofensas que iban de un lado a otro y se rio por lo bajo, un grupo tan nutrido y variopinto siempre traía pequeñas riñas  que si no se convertían en problemas de espada resultaban bastante entretenidas.

Transcurrió un buen rato antes de llegar a las puertas del castillo, al hacerlo se bajó al instante del carromato mientras observaba con regocijo el sermón que el estirado mayordomo propinaba a Coherto a tal punto que tuvo que contenerse para no soltar unas cuantas carcajadas, el hombre le caía bien pero siempre era divertido ver como intentaba salir airoso de las discusiones.

A diferencia de algunos el mago solo paso la vista por los personajes que en ese momento poblaban el patio procurando tener el pico callado , coincidía con Modnar en que lo mejor era evitar problemas y conseguir la paga sin líos, al escuchar que Coherto sacaba a colación el asunto monetario , se deslizo suave y sigilosamente a su lado .

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24/02/2018, 10:35
Clayton

En el callejón izquierdo la situación empeoró...

¡Soy el perrero! ¡Estoy haciendo mi trabajo! Quita tu palo de mi pecho.

Clayton hizo una sutil seña con los dedos, y el perro al que había maltratado respondió lanzando una dentellada al muslo de Genann. Justo lo que le faltaba: mordido por un perro. Se convertiría en el hazmerreír del Círculo. Cuando liberó la presión de la mandíbula, el animal empezó a ladrar y a gruñir a Genann.

Disculpa-sonrió, malévolamente-. Está inquieto, porque dos de sus amigos se han perdido.

El perrero tiraba de la cadena para evitar que el perro volviese a atacar, pero a la vez iba cediendo para dejarle acercarse de nuevo a Genann, para obligarle a retroceder. La herida del muslo tenía muy mala pinta, y le obligaba a cojear. Estaba incapacitado, y las heridas se le abrirían si el druida intentaba hacer cosas como correr o apoyarse en la pierna para propinar un golpe con su arma.

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24/02/2018, 10:35
Rupert

¡Clayton!-riñó al perrero, con tono autoritario-¡Vuelve a meter a ese chucho en la perrera y ayuda a los sirvientes a descargar los barriles!

Clayton bajó la mirada y tiró de la cadena arrastrando al perro hacia las perreras del fondo del callejón. Rupert se arregló los puños de su camisa y volvió a dirigirse a Coherto para tratar de cerrar el precio del acuerdo.

Por supuesto... ¿Veinte insípidos adicionales serán suficientes para pagar la soldada de tus guardaespaldas, Lampedoño?

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24/02/2018, 10:37
Coherto Lampedoño

Si añades otro cero, sí: doscientos insípidos me parecen un precio justo. Ten en cuenta que son lo mejor de lo mejor... Bueno, menos ese al que le mordió el perro, que está empezando. Teniendo en cuenta las tarifas de aprendices de gremio, te puedo rebajar el suplemento a ciento ochenta. Precio de amigo.

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24/02/2018, 10:37
Rupert

Rupert carraspeó, molesto.

Tú y yo no somos amigos. Puedo subir a sesenta insípidos, cinco monedas más por cada uno de los doce barriles.

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24/02/2018, 10:38
Coherto Lampedoño

Sí... Esa cifra es razonable, por los mercenarios... Pero, ¿y el seguro? Tuve que contratar un seguro para cubrir pérdidas en caso de que los terroristas asaltaran mi carreta. Vamos a dejarlo en un término medio, ni para ti, ni para mí: ciento treinta insípidos. ¿Hay trato?

Lampedoño extendió la mano para que Rupert se la pudiese estrechar.

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24/02/2018, 10:38
Rupert

La media de sesenta y ciento ochenta son ciento veinte, no ciento treinta...

Coherto se encogió de hombros, tenía que intentarlo a ver si colaba, pero mantuvo la mano extendida para cerrar el trato en ciento veinte monedas.

Sin embargo...-Coherto retiró la mano, ya que por muchas objeciones que tuviese Rupert, el mercader no pensaba bajar de los ciento veinte-en cuanto los sirvientes hayan descargado los barriles, tus hombres y tú seréis expulsados del castillo y tendréis que hacer el camino de regreso por los bosques de Vulpwood en plena noche, cuando los lobos son más activos.

La cara de Lampedoño se constriñó de miedo. Rupert tosió para aclararse la garganta y hacer su contraoferta.

Por veinte insípidos, podéis hacer noche aquí, y volver a Karina durante el día. Descontándolo del precio de los barriles, os pagaré un suplemento de cien insípidos, más la tarifa normal. ¿Hay trato?

Coherto volvió a extender la mano para cerrar el trato, con una sonrisa de oreja a oreja. Se le notaba que había conseguido un precio más alto del que tenía que pagar por los mercenarios y el seguro, si es que ese seguro realmente llegó a firmarse. Pero Rupert añadió una última cláusula...

Y como parte del precio fijado, en esta ocasión tampoco vamos a estrecharnos las manos, sucio mercader. Como es habitual. ¿Y qué es eso de las medallas? Nadie me notificó nada.

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24/02/2018, 10:39
Modnar

Lo de las medallas fue decisión de la Garra, tras un intercambio de correos con pájaros.

Rupert frunció el ceño al habérsele apartado de una decisión que afectaba a la seguridad del castillo. El anciano se dirigió al edificio central, sin llegar a atender la propuesta de Corvino, para ordenar a algunos sirvientes que saliesen a ayudar a Clayton con la descarga de la mercancía.

El tema de los bandidos deberéis tratarlo directamente con la Garra, aunque me temo que no estará interesado. Los bandidos en la región son cosa del pasado, los soldados de Falkovnia ya nos hemos ocupado del problema-hizo un gesto con la cabeza para señalar al cadalso, para a continuación responder a Quiora-. Lo de las medallas... Seguramente os las imponga la Garra. Es el que está al mando de todo, en realidad. Malocchio Aderre está recluído en su torreón.

Las Garras son los soldados de élite del ejército de Falkovnia, pero Gramley la Garra es el único miembro de las Garras en territorio de Invidia, por eso se le llama la Garra-aclaró-. Es con Gramley la Garra con quién deberéis tratar.

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24/02/2018, 10:40
Ramond

Uno de los soldados que estaban en el callejón de la derecha se les acercó cuando la pelea había terminado.

¡Ey, Modnar! ¿Te apuntas al entrenamiento? Los aventureros que vinieron con los carros también pueden participar. Se trata de un tipo de lucha sin armas llamada lucha falkovniana. Consiste en empujar, agarrar y zancadillear al contrario hasta hacerlo caer. Sin golpes, sin heridas. Solo ejercicio físico. ¿Alguien quiere intentarlo?

Parecía un buen modo de confraternizar con los soldados y recabar un poco de información, aunque Genann, con la herida que le había incapacitado, no estaba en condiciones de participar.

- Tiradas (3)

Motivo: Clayton: trato con animales

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 14(+3)=17 (Exito)

Motivo: Perro trata de morder a Gennan

Tirada: 1d20

Dificultad: 14+

Resultado: 19(+3)=22 (Exito)

Motivo: Daño a Gennan

Tirada: 1d6

Resultado: 6(+3)=9

Notas de juego

Actualización del avatar "1-Estado de los personajes", con el mordisco recibido por Genann. Está con 0 pgs, INCAPACITADO. Si realiza acciones estándar pierde un punto de vida automáticamente, pierde la consciencia y pasa a MORIBUNDO.

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24/02/2018, 13:49
Quiora

Una pelea! A falta de un bardo o de un buen banquete, el ejercicio físico era lo mejor que se le podía proponer a la joven salvaje.

Me apunto!- exclamó llena de júbilo la semiorca. Retiró las armas de sus sujeciones, se las encasquetó a Menon - ey, me las cuidas vale?- y marchó hacia el guardia con gesto bravucón.- A quién tengo que tumbar? Luego no lloréis, eh?

Pronto se le había olvidado la misión y la promesa de unas bonitas medallas quedó relegada a un segundo plano. Sus verduzcas venas, recorridas por lo que parecía puro fuego, se ensanchaban y contraían según apretaba los puños al intentar calentar y tonificar los músculos para la contienda.

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24/02/2018, 20:35
Genann Gruadhsolus

Gennan no lo vio venir. El pequeño gesto, la cadena floja, el mordisco del perro. Simplemente todo fue demasiado rápido, pero cuando el can hizo presa en su muslo supo que aquel ataque tendría consecuencias funestas, no solo para su ego cuando el Círculo supiera que había sido mordido por un perro y se riera de él, sino de forma mucho más inmediata. Y cuando la presa se liberó, sus sospechas no hicieron sino confirmarse.

Los colmillos debían haber desgarrado alguna de las arterias de su pierna, algo más que evidente al observar con un cierto gesto de estupidez el surtidor de sangre que brotaba intermitente de la cara interna de su muslo. Y supo que de no recibir pronta ayuda, aquel sería su fin.

-¡Ayuda! -gritó con la esperanza de que alguno de sus compañeros alcanzara a escucharle al tiempo que ponía una mano sobre la herida en un vano intento de frenar la pérdida de sangre.