Partida Rol por web

[ELdG] Sunny Tear Sanitarium

Capítulo 1: Tanatofobia

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21/03/2018, 21:07
Paciente

-Oh, mierda...

Fueron las primeras palabras que pudo alcanzar a decir Thimaz al ver tal escena; esto se iba a poner feo y tenía por seguro que el NO iba a estar ahí cuando aquel monstruo se descontrolara; sin decir ni una sola palabra más, el enano corrió lo más rápido que pudo hacia las escaleras y comenzó a subirlas, su objetivo era alejarse lo máximo posible de lo que diablos ocurriera en aquel lugar. Ese enfermo mental habría cavado su propia tumba, pero no dejaría que también hubiera cavado la de él.

-Big Crazy, hermanito... ¡Nos vemos en otro momento! Recuerda que la gente que tiene el mismo tamaño es mala, nosotros que somos muy-muy grandes o muy-muy pequeños somos los buenos. ¿Ves como esa mala persona hizo daño a Papi?. Los que son de ese tamaño son malos.

Deseando que enloqueciera el monstruo y comenzara a atacar a todos y absolutamente todos los locos y enfermos que allí se encontraban, y si había suerte, a los guardias. El Enano salió del lugar por la escalera, sin mirar atrás.

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24/03/2018, 15:59
Big Crazy

¡¡¡UHOAAAAAAAAUUUUURGH!!!

Big Crazy se golpeó el pecho y apartó un poco la cama del dormitorio con una sola mano. ¡Iba a matar a Isabela! Mientras, Thimaz subía no tan rápido como le hubiese gustado los escalones que le llevarían al sótano. Lamentablemente para él, con una sola pierna no era lo suficientemente rápido...

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24/03/2018, 16:01
Doctor Otto Rehner

Ngh...-se dolió el doctor de la punción, resistiéndose.

Algo falló. Rehner no quedó paralizado. O por lo menos no más paralizado de lo que estaba atado a la silla de ruedas. Podía hablar. Y mientras pudiese hablar, podría intentar decir las palabras mágicas. ¿Por favor? No, demise.

¡Demise! ¡Demiiiiise!-exclamó para que sus enemigos fueran presa del sueño.

Pronunció la "s" a la perfección, como si solo se estuviese limitando durante todo su cautiverio a tener el habla limitada como parte de un engaño. Algunos de los enmascarados se durmieron. Big Crazy se desplomó sobre la cama que él mismo había desplazado, haciendo que el mueble se partiera por la mitad del peso. En las duchas quedaron dos enmascarados en pie, los guardias, que entraron en tropel en el dormitorio golpeando la espalda de Isabela y dejándola inconsciente.

¡¿Qué estabais haciendo, inútiles?! ¡Desatadme! Esta vez Isabela ha estado más cerca que nunca...

Quedaban por reducir dos de los secuestradores, pero la palabra hipnótica les hacía tambalearse: Thimaz en las escaleras de la trampilla, podía caerse sobre los mismos peldaños que quería subir; Alice, en mitad del dormitorio, aún podía escapar por la puerta del despacho a un pasillo oscuro, o subir al sótano si Thimaz no se dormía impidiéndole el paso. Aún así, si ambos plantaran lucha, cada uno de ellos se enfrentaría a un guardia distinto... ¿Una maga raquítica y un tullido desarmados contra dos guardias entrenados que repartían tortas como panes? No era una pelea muy igualada...

- Tiradas (6)

Notas de juego

Isabela 16/25 pgs. Daño no letal 17. INCONSCIENTE (porque sus puntos de daño no letal superan sus pgs actuales).

Thimaz y Alice: tiradas de voluntad CD 12, o la palabra de la hipnosis os duerme.

Doctor Rehner; -24 pgs / 3 pgs daño no letal.

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24/03/2018, 18:05
Paciente

Thimaz se tambaleó un poco al escuchar esa palabra, no sabía que podía significar ni porqué se había mareado al escucharla; de todas formas y apelando a su instinto de supervivencia; el valeroso Enano prosiguió con valentía y orgullo en su épica huida, o al menos eso era lo que él estaba pensando para no escuchar la voz de alguien que, cual martilleo continuo le susurraba al oído.

El grandullón se cayó, le pasó lo mismo a aquella loca que olía raro en la cena... pero lo que dijo el bueno Doctor era distinto, era algo como Plesar, Pleasar.... ¡Pleasure!, sí eso es; por suerte he estado atenta al bueno del Doctor durante la cena, comimos pajita...

Thimaz siguió ignorando a aquella voz, aunque la información que le había proporcionado tenía buena pinta, palabras que usa para hacernos dormir, una palabra común para todos los enfermos, Demise y al menos hay una privada para aquella loca que la voz de su cabeza le comentaba, Pleasure. -Quizás si lograba recopilar más información sobre las palabras podría tener utilidad. De momento, no.

Sin decir nada, sin mirar siquiera si el otro preso se había recuperado de su mareo; el valeroso enano continuó su escapada por las escaleras, y una vez arriba y sin perder el valioso tiempo, buscó si había alguna forma de cerrar tras de sí las escaleras, bloquear el paso para ganar algo de tiempo de esos guardias. Aún a costa de dejar encerrado al otro preso.

De todas formas, comenzó a gritar desde la cima de las escaleras hacia las nuevas estancias que estaban frente a estos; pidiendo ayuda, implorando un auxilio, no tanto por la seguridad de los enmascarados caídos en el sueño o de la posible flaqueza o lucha que tuviera el que aún seguía en pie, sino por sí mismo. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Si hay alguna posibilidad de bloquear el camino para todos, Thimaz la toma.

En caso contrario, huirá lo más rápido que pueda del lugar.

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25/03/2018, 10:24
Paciente

La maga resistió la palabra mágica. La maga estaba acostumbrada a resistir y una mísera palabra mágica no la iba a hacer caer. Ella que había vuelto de la muerte no sucumbiría contra un viejo verde.

Miro a un lado y a otro buscando aliados. Por un lado gente que caía dormida y por el otro enmascarados repartiendo justicia a base de palos. Finamente vio a un pequeño retaco que corría dirección a las escaleras y rápidamente los siguió. No le fue difícil alcanzarlo, era cuestión de física, las piernas de las maga eran más largas que las del enano. Luego le ayudo a bloquear la subida.

- Tiradas (1)
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27/03/2018, 10:52
Doctor Otto Rehner

¡Moved ese armario!-ordenó el Doctor-Ponedlo bajo la trampilla para que no puedan volver a bajar.

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27/03/2018, 10:54
Paciente

Pero... Señor, su hija sigue allí arriba. Podrían encontrarla y hacerle daño.

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27/03/2018, 10:55
Doctor Otto Rehner

No ponga en duda mis decisiones, muchacho. Sé lo que me hago. Que pasen unos días en el desván, si quieren. Les servirá para templar los ánimos mientras les consume el hambre y la sed. Al igual que el colgador de llaves de mi despacho solo es un cebo, lo mismo ocurre con el desván.

...

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27/03/2018, 11:00
Paciente

Despierta, Isabela...

¡No! ¡No podía estar pasando de nuevo! Por segunda vez en la misma noche, Isabela era reducida y despertaba en otra sala de tratamiento. En esta ocasión, estaba en un cubículo sin puertas ni ventanas, con unos agujeros a media altura, a modo de respiraderos.

El Doctor Rehner se disculpa por no estar presente durante la terapia. Después de la herida que le has causado, se encuentra un poco indispuesto. Chicos, adelante con los cubos...

Por algunos de los agujeros se empezaron a verter chorros y chorros de sangre. El cubículo quedó inundado de rojo hasta las rodillas de Isabela.

¿Cual es la peor pesadilla para una asesina? La hemofobia. Miedo a la sangre. El Doctor Rehner escogió esto especialmente para ti. ¿Cómo vas a volver a atentar contra su vida si hacer correr su sangre te llena de terror? Chicos, las sanguijuelas...

Paladas de bichos oscuros y gordos fueron arrojados por los respidaderos a la piscina de sangre.

Al principio se aferrarán a tus piernas. Cuando la pérdida de sangre te haga perder el conocimiento, acabarás flotando y podrán alcanzar to-dos los rincones de tu cuerpo. Disfruta de la fiesta, puta.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de voluntad 1d20-2 CD 11. Estando sana tiras 1d20+1, pero tienes un -3 por la locura inicial, así que el bono queda en un -2.

Si fallas, te vuelves hemofóbica y tendrás que hacer tiradas de miedo cada vez que veas una gota de sangre.

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27/03/2018, 15:54
Paciente

Abro los ojos perezosamente.

«No quiero ir al mercado, mami. Es muy temprano y todavía no ha amanecido...» ─pienso, mientras rebullo inquieta en mi jergón de paja.

Por desgracia, lo que descubro es que bajo mi cuerpo no está mi lecho sino el duro suelo de una celda. El sueño me abandona al instante y me incorporo bruscamente. Demasiado bruscamente. El dolor de cabeza es un tormento y siento mareos y nauseas, pero tengo el estómago vacío y mis arcadas son estériles.

Recuerdo entonces por qué estoy tan hambrienta. El incidente de la cena y sus posteriores consecuencias… Y ahora esto. Encerrada otra vez.

Comienzo a hiperventilar como anticipación de la misteriosa tortura a la que seré sometida ahora. Sin embargo, el misterio dura poco pues mis verdugos se apresuran a revelarme la naturaleza del nuevo suplicio.

─¡Yo no soy ninguna asesina, solo soy una niña! ─aúllo con desesperación a mis inconmovibles carceleros─.  ¡Sacadme de aquí, por favor! ¡Todo esto es un error!

La sangre se derrama en el interior de la estancia. Quiero creer que es imposible que sea sangre humana, aunque con Rehner cualquier cosa es posible. El viscoso líquido pronto rebasa mis tobillos y sube empapando mis pantorrillas.

Sanguijuelas más grandes que mi mano abierta serpentean en la charca escarlata, inflándose con la sangre que consumen con voracidad. Cuando comienzan a trepar por mis piernas y a alimentarse de mí, mis gritos se convierten en alaridos de auténtico terror.

- Tiradas (1)
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28/03/2018, 21:36
Paciente

Minutos después, alguien tira de la palanca que abre los desagües, y la sangre de la piscina se drena. El suelo queda bañado por pequeños charcos en el que las sanguijuelas chapotean más gordas de lo que entraron. El cuerpo de Isabela está tendida sobre esos charcos, con los cabellos y la túnica empapados y ceñidos.

Dos enmascarados entran a recogerla, y se la llevan medio mareada por el pasillo. Bajando las escaleras, pasan por delante del loco que hacía guardia en la mecedora, sin prestarle mucha atención. Sin embargo, el ala este no está como Isabela lo recordaba... Las pilas de cadáveres ya no están en medio de la sala, y las planchas de las puertas han sido recolocados en sus goznes. ¿Se estaba volviendo loca? ¿Lo había soñado todo?

Los hombres llevaron a la paciente al patio. Allí, al mirar hacia arriba, vió al Marut y el Marut le devolvió la mirada. Trató de advertirles, decirles a los guardias que levantasen la vista. Pero para ellos solo eran los desvaríos de una demente. La metieron en la torre central, la torre de los prisioneros peligrosos.

Tras subir las escaleras, abrieron una celda solo para ella. Esta vez no disponía de cama, e Isabela comprendió que tendría que dormir de pie cuando le pusieron en las muñecas los grilletes que colgaban del techo.

Entonces llegó la soledad, con la luz de las estrellas que se filtraba por los barrotes proyectando su propia sombra contra la puerta cerrada...

¡Eh, tú!

Un murciélago se deslizó entre los barrotes para unirse a Isabela. Comenzó a aletear alrededor de la paciente, como si estuviese en un baile.

¡Sí, tú! Mi nombre es Vladimir Slova, el vampiro más grande que ha caminado bajo el fulgor de la luna. Ten la decencia de presentarte.

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28/03/2018, 22:06
Paciente
Sólo para el director

No tengo la menor duda de que he sido condenada a la más profunda capa del Abismo cuando finalmente logro recobrar el conocimiento. He perdido la noción del tiempo que he estado semisumergida en sangre y tiemblo solo de recordarlo. Estoy temblorosa y bastante mareada.

Cuando me arrastran fuera de allí para llevarme a una nueva celda todo parece tan... como siempre, que me parece irreal las cosas que vi durante mi frustrado intento de fuga. Tal vez todo aquello no fuera más que otra compleja tortura cuidadosamente orquestada por el maníaco del doctor Rehner para hacernos creer lo que no era. Sé que quiere volverme loca pero no lo va a conseguir, yo sé muy bien quién soy. Creo.

Tener una habitación para mí sola, sin sanguijuelas, me parece todo un lujo incluso aunque eso implique tener que quedarme de pie, encadenada. Sin embargo, no tardo en darme cuenta de mi error. Era demasiado bonito para ser verdad, no tengo una habitación para mí sola, tengo que compartirla con un pretencioso murciélago parlante.

—Hola, bonito, si tuviera algo de fruta te la ofrecería pero... Como ves, ni siquiera llego a alcanzarme los bolsillos. Yo soy Isabela, Isabela... —frunzo el ceño tratando de recordar con intensidad el resto pero termino dándome por vencida antes de sentenciar—: Isabela No-Recuerdo-Qué. No tengo fruta y las sanguijuelas tampoco han dejado mucho de mí para alimentarte así que, si no me muerdes, a cambio te dejaré que me llames como tú quieras, ¿de acuerdo?

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29/03/2018, 22:15
Paciente

¡Isabela! Entonces tú eres una mujer... ¡Excelente! Pero no como fruta. Los vampiros no comemos de eso.

El murciélago aterrizó en el suelo de la celda, y avanzó despacio sobre sus patas hasta colarse bajo la túnica de Isabela. La mujer notó cómo aquel murciélago le trepaba por la pierna.

Mi amiguito va a comerte las sabandijas. Yo ya pasé por esa tortura, y sé lo que es. Cuando acaba, no te limpian. Sigues teniendo a esas chupópteras bajo la túnica, alimentándose. Pero mira el lado bueno, ahora somos vecinos de celda.

Parece que el murciélago no le hablaba. Eso sería una locura, ¿no? El eco de la celda hacía muy difícil saber de dónde venía la voz, pero seguramente llegaba por los ventanucos con barrotes que daban al patio, desde la celda contigua a la de Isabela.

Oye... Si mi amiguito te diese unas ganzúas o una horquilla del pelo, ¿podrías liberarnos a los dos?

Mira tú por dónde, Vladimir Slova le acababa de ofrecer un pacto con el diablo. Bueno, más exactamente, una entrevista (de trabajo) con el vampiro.

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29/03/2018, 23:02
Paciente

—Oh, vaya, pensaba que había encontrado una mascota parlanchina —le confieso a mi interlocutor con cierto tono de desilusión—. Sí, soy una mujer pero para conquistarme tendrías que ofrecerme el corazón de Rehner, aunque supongo que lo de quitarme las sanguijuelas es un primer paso bastante romántico.

»¡Ey, Ferngully, cuidado por donde te metes! —le advierto al desvergonzado murciélago cuando comienza a trepar entre mis piernas—. ¡Soy una señorita! ¡Ay! ¡Para, me haces cosquillas!

Sin embargo, mi vecino de celda parece tener algún tipo de complejo de inferioridad o algo así y se empeña en seguir atrayendo sobre él mi atención a pesar de la delicada situación en la que me encuentro.

—Podría intentarlo —respondo, algo distraída—. ¡Ay! La última vez que lo intenté con... ¡ay! Con un trozo de espejo no me... ¡ay, basta, por favor! No me fue demasiado bien.

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01/04/2018, 12:44
Paciente

Pasó el tiempo... el murciélago se sació de comer las sabandijas de las piernas de Isabela, se marchó y volvió con una pequeña pieza metálica.

¿Cómo vas? ¿Te falta mucho?-preguntó Vladimir Slova desde la celda de al lado.

Se abría un abanico muy amplio de posibilidades para que Isabel orientase sus próximos pasos a seguir. Por ejemplo, podría hacer tiempo, decir que la cerradura le costaba más de lo que realmente se le resistía, para hacer coincidir la fuga con la salida del sol. Podría liberarse ahora y traicionar al vampiro: huir ella sola y dejar a Vladimir en su celda. O podría liberarle a él también, seducirlo y jugar a un juego peligroso, para aprovecharse de la fuerza de semejante secuaz.

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01/04/2018, 15:45
Paciente

Me valgo de rígido trozo de alambre que el murciélago sobrealimentado me proporciona para tratar de liberarme de las cadenas que me mantienen prisionera y también de la asfixiante máscara. Después de haber sido apresada dos veces esta noche, quiero poder enfrentarme a mis enemigos con el rostro al descubierto y los ojos bien abiertos.

No niego que la posibilidad de abandonar a mi benefactor se me cruza por la cabeza. Incluso es posible que todo esto no sea más que una retorcida broma de Rehner para alimentar mis esperanzas de escapar antes de aplastarlas nuevamente de manera brutal.

—¡Joder, Vlad, no me metas prisa! Estoy en ello, ¿de acuerdo? —le bufo a mi impaciente vecino de celda— Si querías salir de aquí rápido, haberle dicho a Ferngully que me trajera la puta llave.

No tengo la menor idea de dónde he aprendido ese lenguaje tan impropio de una señorita, pero ahora este conocimiento me resulta tan divertido como adecuado a la situación que atravieso.

—Si lo que quieres es hablar, ¿por qué no me cuentas qué piensas hacer cuando te saque de esta? —pregunto, mientras miro a través de los barrotes de mi ventana tratando de calcular la hora del día—. Dime que tienes un bonito castillo esperándote con un ejército de caballeros no-muertos deseosos de cumplir tu voluntad y arrasar este lugar hasta sus cimientos.

Notas de juego

Elijo 20 en las pruebas de "abrir cerraduras" e "inutilizar mecanismo". A menos que alguien me interrumpa, debería tener tiempo más que de sobra para intentarlo :)

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02/04/2018, 22:52
Paciente

Jajaja... No tengo castillo. Mis padres tenían uno, pero huí de allí en cuanto entendí mi verdadera naturaleza. Tampoco tengo esbirros no muertos. Ese estilo de cosas es más propio de los vampiros que han aprendido a usar magia nigromántica. No todos los vampiros malgastamos nuestra eternidad en leer libros. Eso es de pringados.

De vez en cuando, a Isabela se le caía el alambre mientras trabajaba con él en la cerradura de los grilletes. Entonces, el murciélago se lo recogía y lo volvía a llevar a la mano de la mujer para que siguiese con la cerradura. Al final, logró abrir los grilletes y liberar los brazos. Ya se podía mover con libertad por toda la celda.

Claro que podría convertir a unos cuantos en vampiro, y hacerme mi propio cubil... Pero cuando te pones a pensar en que te vas a tener que pasar toda la eternidad con alguien, te preguntas... ¿y si al cabo de un par de siglos me empieza a caer mal?

Isabela probó con la máscara, pero la posición incómoda tras la careta, mirando hacia su cabeza, hacía muy difícil la tarea. Se pasó veinte minutos de su tiempo en intentarlo, y no era posible por el ángulo quitarse una de esas máscaras uno mismo. Pero Isabela estaba bastante segura de que si encontraba a alguien, se la podría quitar con esa ganzúa improvisada.

Estoy bastante limitado por la luz del sol, pero parece que hay un pueblo humano al sur, bastante cerca. Me conviene ir a un sitio con edificios para poder ocultarme por el día.

Un par de minutos con la puerta, y la muchacha logró salir al descansillo circular. Había unas escaleras, tanto las que bajaban a la planta baja, como las que subían a la tercera planta de la torre. También había siete celdas idénticas, incluída la suya, pero teniendo en cuenta que la de Isabela estaba junto a las escaleras, la celda de Vladimir era facilmente identificable gracias a que era la adyacente por el otro lado. Un ventanuco cerrado en la puerta podía correrse para ver el rostro de Vladimir, si se quería.

Notas de juego

No marques solo para el director. En estos momentos estás tú solo en este hilo.

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03/04/2018, 20:38
Paciente

—Ya, entiendo, pues vaya faena —comento distraidamente, más pendiente de la tarea que tengo entre manos que de la conversación—. Y ahora me dirás que tampoco puedes convertirte en lobo o en murciélago y que no te dan asco los ajos... Dime por lo menos que puedes hechizar a la gente con tu mirada seductora.

¡Ajá, libre al fin! Salgo de mi celda y me asomo a la de Vladimir, abriendo la ventanilla.

—¡Ey, Vlad, hola, soy Isabela! ¡Voy a sacarte de ahí, dame un momento! —le aseguro, mientras comienzo a forcejear con la cerradura de su incómoda habitación—. Me encantaría fugarme contigo y con Ferngully a Villarábano (o como se llame la aldea esa), pero primero tengo que encontrar a la muñequita triste de porcelana de Rehner y abrirla en canal como a una cerda; se lo prometí a ese hijo de la gran puta y pienso cumplir mi palabra. A lo mejor a él no puedo matarle con tantos guardias como tiene pero, de un modo u otro, estoy decidida a joderle la vida.

»Hazme un favor, ¿quieres? Mientras escapas, cárgate a tantos cabrones enmascarados como puedas, nunca se sabe quiénes son prisioneros y quiénes son celadores así que nejor vayamos a los seguro, ¿de acuerdo?

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03/04/2018, 22:57
Vladimir Slova

Eres de las sanguinarias, ¿eh? Eso me gusta...

Isabela vió por primera vez el rostro monstruoso de Vladimir. Era pálido, con unos colmillos afilados asomando por la boca, con casi aspecto monstruoso. No llevaba máscara, pero sus muñecas estaban sujetas por unos grilletes que colgaban del techo, de modo similar a la postura en la que estuvo la propia Isabela antes de liberarse.

¡Date prisa!-ordenó impaciente.

Por mucho que el vampiro se encabritase, aquella tarea requería de bastante tiempo. Primero se abrió la puerta. Luego llegó el turno de los grilletes... Así, poco a poco.

¡Bien! ¡Lo lograste! ¡Soy libre!

Vladimir agarró a Isabela por la cintura mientras se fundían en un abrazo y un beso. Por suerte, había un trozo de máscara de porcelana entre los labios de los dos amantes, así que no fue nada húmedo. El murciélago revoloteaba a su alrededor, en una imagen casi romántica.

Finalmente, el beso terminó, y el vampiro aflojó el agarre lo suficiente para que ambas miradas se cruzasen. Fue como un flechazo. Un pinchazo tal vez. Era como si te clavaran una enorme aguja que atravesaba el hueso occipital y taladraba tu cerebro. En cierto modo, era parecida a la tortura del zumbido de la sala de tratamiento número ocho, y visto desde otro punto de vista no tenía nada que ver. Pero algo se le estaba metiendo a Isabela dentro de la cabeza, levantando un poco de jaqueca. Una semilla que se hundía más y más.

Lo siento. Has empezado con buen pie, pero he de asegurarme de tu total y devota fidelidad. Ya me han traicionado demasiadas veces.

Notas de juego

Tirada de voluntad CD 14.

Si fallas te crees la lacaya de Vladimir, y harás todo lo que te ordene.

Si la pasas, eres consciente de que ha intentado meterse en tu cabeza, y no estás bajo su control.

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04/04/2018, 23:33
Paciente

El pasional beso de mi agradecido vecino de celda casi me trae recuerdos de algún recóndito pasado. Casi. Como aquel que se asoma tímidamente por la rendija de una puerta entornada sin atreverse a abrirla por temor a lo que pueda encontrar al otro lado.

No trato de resistirme pero tampoco correspondo a su muestra de efusividad, pues mi máscara no me permite hacerlo. Sin embargo, las oquedades a través de las cuales puedo ver sí me permiten darme cuenta de su atractiva mirada.

—Yo también sé lo que es ser traicionada por aquellos en los que confías —le aseguro con genuina empatía—, pero sabes que puedes contar siempre conmigo, amo Vlad. No hay nadie en el mundo que se preocupe tanto por tu bienestar como yo lo hago, ya lo sabes.

- Tiradas (1)