Partida Rol por web

Qué espantoso mundo era ese en el que los engendros caidos no paraban de levantarse?! Cómo podrían combatir si la lucha nunca terminaba? Y lo peor... Cómo sacaría de ahí a Flame sin que el ettin les espachurrase a ambas en el intento.

Pensó que ahora era el momento de usar ese conjuro que se había estado guardando. Sería arriesgado pues si fallaba Flame moriría, pero es que si tan solo la curaba moriría igual del siguiente golpetazo.

De su saquillo de componentes sacó un poco de polvo de hueso y se lo puso en la frente mientras recitaba una plegaría a Hala. Una vez hubo sentido que el hechizo surtía su efecto avanzó un paso, que era lo que le separaba de la guerrera, para untar su frente de igual modo del polvo de huesos de no-muerto.

¡Mierda! Pero ese no estaba ya…. re-muerto. La maga estaba confusa, no sabía que termino usar. Si un muerto viviente estaba muerto y lo matabas, pero volvía ¿que era? ¿Un muerto no muerto viviente, o los dos términos de muerte se anulaban y solo quedaba como vivo? Cuestiones filosóficas que tendría que responder algún día.

Por lo pronto la maga busco cobijo detrás de la estructura de madera, no quería convertirse en un blanco fácil. Además lanzar un hechizo al otro líder estando tan lejos no serviría de nada, podría curar el daño con la energía negativa del plano, cuando le atacaran tendrían que atacarle todos a la vez.

Carga ballesta y dispara. Rompe virote, rompe virote. Carga ballesta y dispara. Rompe virote, rompe virote. Carga ballesta y dispara...

Las manos del perfumista se movían rápido y con precisión, despacio pero sin pausa. unos movimientos repetitivos acompasados y rítmicos que podían bien haber formado parte de alguna representación artística de un grupo de percusión.

Yiiiieeeek, Pfiiiiu, clak, clak, yieeeeeek, pffiiiiu, clak, clak.

El trabajo dicen que dignifica al hombre pero a Onfale le parecía que era aburrido, alienante y casi peor que la esclavitud misma, al menos la que él había conocido. ¿Cuánto iba a tardar en salirle ampollas en los delgados dedos o a clavarse una astilla en su cada vez más estropeada piel?

Los esqueletos habían desaparecido, dejando atrás sólo sus armas. Pero no había terminado la cosa. El monstruo se volvía a levantar, más imponente que antes, pero esta vez como esqueleto. ¿Esa criatura esperaba que le sucediera algo así?

Aire suspiró con resignación. Para colmo de males, aparecía el otro imbécil con el bastón. Miró de un lado a otro y optó por atacar al ettin. Era el rival más cercano y el que parecía más peligroso.

Movió sus manos con movimientos rítmicos, alzándolas mientras pronunciaba un encantamiento. Entre ellas, surgió el fuego, que se movió por instinto a atacar a aquella cosa muerta

Cuando parecía que por fin tenían un respiro después de un combate que casi le cuesta la vida a Tybalt, el esqueleto del Ettin se levanta de su no vida en lo que se podría considerar una flagrante infracción de los derechos humanos por un servicio militar que rozaba, si no es que la sobrepasaba ya visto lo visto, la esclavitud. El pobre gigante no podía descansar ni siquiera una vez muerto y un claro signo de enfado y descontento fue el arranque de furia que desató sobre Flame. El espadachín tuvo un desagradable dejà vu al contemplar cómo los restos del Ettin aplastaban a la guerrera de dos brutales mazazos. 

Y, por si fuera poco, el antiguo líder de los tumularios también resurgía de sus cenizas cual fénix que todavía estuviese muy desenfrenado en esto de la resurrección. Por esto de la carne putrefacta y medio seca, aunque quizás no sea la mejor de las comparaciones, perdón. -¡Hanuatu, luchemos juntos contra el esqueleto! ¡Mis compañeros se ocuparan de vuestro tirano!- Le gritó para animarlo a no someterse de nuevo al mandato de Mahakuasa y mantener así la débil alianza que habían logrado forjar en unas circunstancias que así lo requerían para sobrevivir. 

¡Ha vuelto! Grrr... Es el momento de ajustar cuentas...

Ignorando la propuesta de Tybalt, Hanuatu apura la zancada sobre la nieve. Los necrófagos y Mahakuasa salen a su encuentro, y el lancero pronto se lleva un mordisco de necrófago cuyo veneno no le afecta, y un mazazo de su antiguo líder.

Leiath conjura fuera del alcance del brazo del ettin esqueleto, y toca con la puntita del pie a Flame. Ahora ambas están ocultas a la vista del gigante. Flame, que había asestado un buen golpe cuando ese par de cráneos se levantaron, se sigue desangrando en la nieve.

El destructivo virote roto de Onfale, y en menor medida la débil magia de Aire, empiezan a hacer mella en los huesos del ettin. Es hora de que Tybalt remate la faena...

El ettin esqueleto le espera con un grave mazazo, pero el tiflin, heroicamente, se logra reponer y llega hasta los pies del gigante para devolvérselo con su minúscula mini-maza. El esqueleto no se lo piensa, y es que si ya de por sí los cerebros de los ettines son pequeños, cuando se degradan las partes blandas, a sus esqueletos ya no le queda ni una neurona. Con Flame y Leiath invisibles, y Aire demasiado lejos, sus dos siguientes golpes van hacia Tybalt. El muy cornudo encaja el primer lance, y queda tambaleándose, pero en pie. Y cuando la segunda maza está a punto de caer sobre él, logra con bravura esquivarla.

Cada vez que el ettin esqueleto daba un topetazo con las mazas Onfale no podía reprimir cerrar los grandes ojos. No soportaba ver como hacía papilla a sus compañeros mientras el estaba tumbado sobre una roca cual lagartija al sol. ¿Pero qué podía hacer un perfumista en una situación de tanto riego para su integridad física?

- ¡Acabemos con él de una vez!- La Bruja de Hala no daba a basto con tanto herido. Había salvado a Tybalt, había salvado a Flame, o eso parecía, y quizá tuviera que volver a hacerlo con el semi-infernal. El perfumista cargó otro virote roto y apuntó con muy mala baba al enorme esqueleto. Disparó y esta vez el crujid del hueso se hizo sonar pro encima del ruido del combate.

Bien! Parecía que el tremendo esqueleto de ettin no las veía. Había intentado arrastrar a Flame pero simplemente pesaba demasiado, tendría que curarla antes y que se moviese por su propio pie.

Su siguiente paso habría sido curar a la guerrera caida pero al lado suyo el tifflin volvió a llevarse un golpe tan tremendo que pareció dejarle a un pie de la tumba. Asi que antes de que fuese demasiado tarde y viendo que a Flame aún le quedaba algo de tiempo, tocó a Tybalt en la frente al igual que había hecho con la mujer-lagarto y con ella misma y le untó el hueso pulverizado con el que había completado el hechizo de invisibilidad.

La maga veía como la situación se complicaba, la inquebrantable Flame había sido aplastada por el mazo del esqueleto. La situación era fea, muy fea. Ojala la bruja obrara alguno de sus milagros. Alice decidió optar por uno de los primeros conjuros que había conocido y uno de los más eficaces, el proyectil mágico. Los cuatro rayos de color rojo salieron despedidos de los dedos de la maga.

Aire se enfadó al no poder acabar con la criatura de un sólo ataque. La oscuridad pareció rodearla a mayor velocidad y el fuego apareció de nuevo en sus manos. Pero la energía era demasiado para poder dominarla, y su rayo de fuego se escapó de entre sus manos.

De manera elegantemente y sutilmente brutal, el esqueleto se derrumba como un castillo de naipes. Tuvo que venir Alice a poner orden, y cobrarse la pieza por la que tantos se habían expuesto, curiosamente con una puntería impropia de Alice y propia de su conjuro.

 Acaba de cambiar mi opinión de ti, Alice. Al final resultas ser mucho mejor maga que Becky, ¿quién lo iba a decir?

Pero la magia de la pelirroja no habría servido de nada sin la constancia y perseverancia de Onfale y su meticulosa labor dañando los puntos estructurales del esqueleto para hacerlo más frágil.

¿Y que decir de la llamarada de fuego de Aire, tan destructiva, y que hallanó tanto el triunfo del grupo? ¿O Tybalt, que con el valor del león, se enfrentó cara a cara por el gigante sin tener en cuenta su propia seguridad? ¿O de Leiath... que... que...? Bueno, también mostró su arrojo al ir a salvar a Flame, y su bendición de Hala fue en cada uno de los ataques de los compañeros.

 ¡Basta de echar flores! ¿Qué hacemos con esos dos?

En el otro extremo del cráter, los dos rivales seguían en su pugna por rencores más antiguos que el tiempo. Hanuatu conseguía hundir su lanza en Mahakuasa, causando una gran herida, pero el cacique se recompuso, fintó para ganar la posición y flanqueó a su oponente con la ayuda de uno de sus esclavos. Hanuatu se llevó un nuevo mazazo y un nuevo mordisco, pero la energía negativa curaba las heridas de los cuatro batalladores en liza, prolongando el combate hasta convertirlo en una pelea de mancos, o en un épico duelo entre dos seres inmortales. Ahí ya entra la perspectiva de cada cual.

La inexperta bruja, aún titubeante respecto al manejo de algunos de los poderes que le otorgaba su diosa, vió como el polvo de esqueleto no surtía el efecto deseado en Tybalt, pero, gracias a Hala, los enormes restos de ettin se desplomaron a su lado casi al instante gracias a los poderosos magos que la acompañaban.

Pero todavía había más enemigos a los que enfrentarse y dos guerreros fuera de combate.

Sacó su preciada varita de curaciones y atendió a Flame para que ésta dejara al menos de desangrarse.

Alice miro a Hollín sorprendida, la última vez que el cuervo le había dicho algo agradable había sido cuando el cuervo salido del cascaron y le picoteo la nariz a modo de saludo, aunque ese “tierno beso de buenos días” también podía interpretarse como un ataque. Sí, hay que hacer algo con esos dos, pero yo no estoy dispuesta en malgastar magia con ellos teniendo al rencoroso Kaevhas fuera. La maga se acurruco contra la estructura para que le sirviera de parapeto. Seguro que vendrá montado en su elefante.

¿Tybalt ves algo en el túnel?

Por mucho que le costase reconocerlo Alice tenía razón. Los esqueletos habían sido sólo un aperitivo para hacerles perder las fuerzas y así que Kaehvas realizara un ataque mucho más demoledor. Aún así algo había que hacer con Mahakuasa y Hanuatu. La sorprendente aparición del ex-líder de los tumularios les había pillado por sorpresa. El mago guardó la ballesta a su espalda y se dejó caer de la estructura donde se había subido, quedando junto a las poderosas magas Alice y Aire.

- Vigilad el túnel.- Hizo un gesto a Tybalt, Flame y Leiath para que le acompañaran a ayudar a Hanuatu.- ¿Alguien sabe qué ha sido de los sexagenarios?- Seguía preocupado pro la suerte de Lady Arquette y compañía. Sus hechizos les eran muy útiles. ¿Y si Kaehvas estaba intentando entrar por el otro lado y se estaba produciendo una fiera batalla de la que eran ajenos?- Uno de nosotros debería ir a echar un vistazo.- A su juicio Flame era la que más rápido podría acercarse usando su habilidad de trepar por las paredes. -Si queréis puedo ir yo.- Dijo clavando su mirada en la lagartona.

Tampoco es plan de dejarle allí sólo, Alice ese no muerto no estaba luchando por ellos, si no por él mismo. Tras las duras palabras de Leiath, su posible compromiso no tardaría en irse al garete. Mientras los demás decidían quedarse como si la pelea no fuera con ellos, Aire decidió lo contrario. Salió a toda prisa hacia el grupo de cuatro que seguía peleando. Estaba dispuesta a lanzar algún tipo de conjuro para acabar con tres de ellos.

Flame recuperó la consciencia, una vez más, gracias al poder de Hala. ¡Gracias Leiath, y dale las gracias a Hala de mi parte porque gracias a tus dones estoy de nuevo con vosotros! Dijo dando la sensación de que lo había pasado francamente mal.

Entonces, el brillo de su escama se tornó blanquecino y dio un grito: ¡Alto! ¡Que nadie diga nada hasta que no estén al menos la mitad de nuestras heridas cerradas! Dijo mirando a sus compañeros, y con la esperanza de que Leiath les pidiera que se estuviesen quietos, al menos hasta que ambos luchadores se recuperasen de todo el daño sufrido.

No seguiré aguantando tu tiranía, Mahakuasa. ¡Repréndeme! ¡Vamos! Ya no volverás a infundir miedo en mi corazón.

Hanuatu acompaña la rabia de sus palabras clavando su lanza en el aire, dos pulgadas a la derecha de la cabeza de Mahakuasa. Poco después nota un nuevo mordisco en su pierna. Las mandíbulas de uno de los necrófagos se cierran y obligan a Hanuatu a hincar la rodilla en la nieve.

¡Traidor! ¡Te has dejado llenar la cabeza con esas ideas aperturistas de los cachocarnes! He sido un líder ejemplar. Fuerte. Respetado. Venerado. Temido. Si hemos sobrevivido tanto tiempo hasta ahora es porque yo guio a la tribu. ¡PORQUE YO SOY LA TRIBU!

La maza de Mahakuasa vuelca todo su peso en el pecho de Hanuatu, hundiendo sus costillas y su esternón. Ese gran boquete en su torso deja traslucir un caparazón vacío, una caja torácica hueca, donde no hay corazón alguno. Todas aquellas vísceras hace muchos siglos que se pudrieron, hasta este momento de degeneración, apogeo y paz. El cadáver de Hanuatu cae sobre la nieve. Esta vez, ni la energía negativa de Thánatos puede sanar sus heridas.

¡VICTORIAAAAAA!

Mahakuasa alza su cetro, triunfal. Su rictus de alegría dura poco, al ver a Aristóteles acercándose amenazadoramente en los brazos de Aire. En realidad mira por encima del hombro de la chica a alguien que realmente tiene el poder de derrotarle.

La sacerdotisa de vestido verde... ¡RETIRADA!

Los dos necrófagos y su amo vuelven al lago de magma del que nunca debieron volver. Hundiéndose, en agonía, cruzan de nuevo lo que no es más que un dolorosísimo portal con membrana de fuego. Quizás alguno podría ser lo suficientemente resistente y loco como para ir tras ese tumuluario canalla, pero ni Hollín, ni Alice, ni quizás unos heridos Flame y Tybalt durarían lo suficiente sumergidos en el volcán como para llegar a la otra capa del Abismo.

 Oh. Bien. Me parece que tenemos un problema. No creo que el resto de la tribu se tome muy bien que Hanuatu haya muerto en un cráter en el que solo quedamos nosotros como posibles sospechosos. Si Hanuatu no puso guardias en torno al lago de magma en su momento, parece que el único de la tribu que sabía que eso funcionaba como un portal era Mahakuasa. Quizás deberíamos irnos antes de que regresen de acabar con Kaevhas, o Kaevhas les logre pasar por encima.