Partida Rol por web

Erbrahke intenta preparar la polea pero esta parece enganchada y el gnomo no se encuentra a suficiente altura para poderle tirar un buen arreón y hacerlo funcionar. Se me daban mejor las de cubierta... todo tuyo Hakim. - dice Erbrahke mientras se aparta para dejar al humano que haga su trabajo.

- Oye Mofeta, que no venimos a profanarte la cocina ni nada de eso, sencillamente queríamos pasar a saludarte y a ver que tal te iba. Que si te podemos ayudar en algo no nos importa, pero hombre, no seas tan brusco cerrandome la puerta que has estado a punto de darme en toda la nariz.- Silverio empezó a hablar mientras hacía un gesto con la mano a Flame, que viendo que iba con idea de echar la puerta abajo, para que se sosegara. Si no abría la puerta pues nada, pero si la abría con buenas palabras tal vez consiguieran algo más. 

*CLICK-CLICK*

Tras ese sonido en la cerradura es de suponer que la puerta a la cocina está cerrada. No importa demasiado, Mofeta tendrá que salir a por ingredientes para la cocina cuando tenga que ponerse a hacer la comida. Ya habrá más tiempo de hablar con él.

¡Largaos!-se escucha desde el otro lado de la puerta-¡Es mi cocina!-repite una y otra vez.

Silverio y Flame siguen en la segunda bodega. Tras este paréntesis pueden continuar su bajada hacia el compartimento de lastre.

Jejeje... aficcionados, mirad y aprended.

Hakim se pone con la polea durante un buen rato. Al cabo de unos minutos, una mente mal pensada podría creer que no tiene tanta idea como cree. Esa mente malpensada tendría razón. Como novato, no se le dejó la responsabilidad de manejar la grúa durante la carga en puerto, así que esta es la primera vez que se enfrenta a estas maniobras.

Mientras el humano sigue haciendo como que trabaja con las poleas, los demás se dan cuenta de que necesitarán hacer otra cosa para librarse del capullo... de Hakim no, de la vaina.

Hakim se había hecho un tremendo lio con las cuerdas y todavía intentaba manejar la polea sin éxito. Vaati se preguntó como un marinero novato como ese podía formar parte de la tripulación de un barco como el Miseria.

Esperad aquí. - dijo en tono seco cuando se dio cuenta de que serian incapaces de manejar la polea.

Se encaminó hacia el pasillo donde estaban Das Vracken y Elbereth, hasta encontrarlos. Perdonad, necesitamos ayuda. - dijo acercándose. - Hemos encontrado una vaina de alguna criatura que se coló en uno de los sacos de algodón y se adhirió a los travesaños del barco, para desarrollarse. Creo que la hemos matado, pues clavé tres flechas en el capullo, pero no estaría de más izarla a cubierta y tirarla por la borda. - Torció el gesto. - Pero aquí esta el problema. No somos capaces de manejar la polea, y Hakim, el marinero que nos acompaña, la verdad es que es más un estorbo que una ayuda. ¿Podríais llamar a algún marinero experimentado? Además, necesito las llaves de los cuartos cerrados de la primera bodega. Hay que registrarlo todo, sin dejar cabos sueltos. Espero a la contestación de Das Vracken y al nuevo marinero, para guiarlo hasta la vaina.

Imagino que puedo pedir las llaves a Fiendship, pero estando esos camarotes cerrados es muy probable que estén vacíos. No es la prioridad en estos momentos, pues lo que estamos buscando son a gente que se ha colado en el barco furtivamente. Es normal que ellos tampoco tengan acceso a todos los camarotes del barco.

Voy a buscar a Fiendship. Él se encargará de sacar la vaina. Después de enseñarme dónde está, bajen a la siguiente bodega y sigan con el registro.

Vaati regresó a la bodega con Das Vracken y le mostró la vaina. Ahora era problema de los marineros. Vaati, Erbrahke y Hakim se unieron en el pasillo a Elbereth y con ella bajaron al siguiente nivel del barco.

Era un nivel menos familiar. Los mercenarios solo habían bajado aquí para alimentarse en el comedor común, con otros marineros. La puerta del camarote común de los marineros estaba cerrada, sin echar la llave, pues es de uso habitual a lo largo de todo el día. Es en el camarote común dónde Hakim, Fiendship y otros marineros duermen.

La puerta del comedor estaba abierta, pero no había nadie.

Más allá había una puerta cerrada con llave, y aún más allá, entre toda la comida de las provisiones, estaban los dos compañeros que faltaban: Silverio y Flame.

Silverio y Flame llevaban varios minutos a un lado de la rejilla del suelo, sin atreverse a levantarla. Para empezar, estaba oscuro, y eso da miedo. Para seguir, no sabían maniobrar la grúa de poleas para hacer descender la cuerda por la que bajar a la tercera bodega.

Se les aproximaron por el pasillo el resto de caza-polizones. La única cara que echar en falta era la del jefe, Das Vracken. La elfa tomó de nuevo el mando.

Ya terminamos arriba. No había polizones, solo una polilla-dijo haciendo un juego de palabras-. Los marineros se están deshaciendo ahora de la vaina que encontró Vaati. ¿Qué hay de vosotros? ¿Ya habéis registrado los pisos inferiores?

"¿Bueno, es que nadie tiene una antorcha o una lampara para iluminar un poco?" ( ya lo que me faltaba , no se porque razón cada vez me late más rapido el corazon ) , digo mientras pongo los brazos en jarras haciendome el valiente, " aqui los demas haciendo todo el trabajo mientras otros esperan a que se les ayude " mientras sonrio hacia mi compañera Vaati

" anda dejadme a mí la polea, al minuto, pero venga pasmarotes , es que nadie me va a echar una mano? " mientras me froto las manos con energia y pienso ( esta vez si ), entonces con toda mi poca maña y mi mucha fuerza tiro de la polea al reves, con tanta fuerza que con la poca luz se me puede ver la cara congestionada y las venas hinchadas, hasta que el sudor de mis manos me hace de repente soltar la polea con tanta fuerza que pierdo el equilibrio y me caigo de culo.

Vaati acercó a las rejillas el farolillo que había cogido para registrar la primera bodega y que aún llevaba consigo. Hakim se puso enseguida a maniobrar con la polea, pero visto lo visto anteriormente con la vaina, ya esperaba un rotundo fracaso, y no se equivocaba.

Negó con la cabeza ante la penosa caída con las posaderas por delante de Hakim. Se giró torciendo el gesto hacia donde estaba Siverio y Flame - ¿Habéis registrado bien esta planta? Si no lo habéis hecho puedo hacerlo yo, si alguien me acompaña. - dijo mirando de reojo a Erbrakhe - Creo que es importante registrarlo todo concienzudamente.

Claro, yo no voy bajando hasta tener claro que el piso que he dejado arriba está bien despejado y seguro - responde Erbrahke ante el ofrecimiento de Vaati. Luego se gira hacia sus compañeros.

¿Habéis revisado ya la habitación del cocinero? Porque podía ser sospechoso, ¿no? - pregunta el gnomo, aunque en su ser desea que ya lo hayan hecho. No sabia si su nariz soportaría la guarida de la mofeta...

Elbereth lanzó una mirada de suspicacia. Si Silverio y Flame se habían escapado solos aquí, y ni siquiera habían registrado la segunda bodega, es que han estado practicando juegos de adultos...

De pronto gira la cabeza, como si hubiese percibido algo, y se empieza a mover entorno a una pila de barriles.

He encontrado algo. Algo interesante. Aquí hay una trampilla que baja a la tercera bodega detrás de los barriles. No es necesario manipular las poleas.

Frotandome los dos mofletes del culo energicamente con las manos mientras me levanto digo  " Madre mia, madre mia, (escupo al suelo), pero os habeis dado cuenta de que alguien nos esta hechizando?, perdida de memoria y ahora resulta que he perdido mis conocimientos de marinero, pero que malas artes hechiceriles son estas ? " mientras no dejo de mirar hacia todos los lados .....

Ante la pregunta de Vaati, Flame y Silverio niegan con la cabeza. No, no se han molestado todavía en registrar la zona de carga.

La distracción a la que nos habíamos visto sometidos nos había impedido continuar con la búsqueda.

- Mofeta nos ha impedido el paso y nos ha cerrado muy bruscamente, no entiendo porque es tan receloso porque entremos en su cocina, me parece que nos oculta algo. Por poco da en todas las narices a Silverio.

Dice mientras registra a conciencia la bodega.

Erbrahke se pone a seguir registrando la segunda bodega, una de las pocas cosas que parecía que la misteriosa bruma no le había afectado en demasiado.

Pues algo habrá que hacer, quizás no sea el responsable de todo esto pero puede que nos esté haciendo o pueda preparar algo - responde a Flame, aunque el comentario iba en general.

Realmente, iba especialmente por Das Vracken, el cual no se encontraba allí. Ellos podían irrumpir de una patada en la cocina, pero si el que daba la patada era Viktor o algún marinero de alto rango pues iban a estar más apoyados en sus acciones...

Vaati siguió a Erbrahke en cuando esté se puso a registrar la bodega. En todo momento llevaba el farolillo en una mano, el arco al hombro y la otra mano metida en uno de los amplios bolsillos de su ropaje.

Tal vez se pueda convencer a mofeta con buenas palabras. - Dudaba mucho de que Flame, conociéndola, hubiese hablado con el cocinero con algo de tacto. El elfo pensó en intentarlo cuando pasasen por delante de la cocina.

Se dirigió con Erbrahke hasta el centro de la bodega, registrandolo todo concienzudamente, tomándose su tiempo. Se detuvo un instante, mientras gesticulaba y susurraba una breves palabra, intentando concentrarse en las auras mágicas de su alrededor.

El olor inconfundible de mofeta le inundó el olfato cuando se acercaron a la cocina. El elfo tocó un par de veces a la puerta y esperó a que el singular cocinero abriese. En ese momento le intentó convencer educadamente.

Saludos maese enano. Para un buen cocinero, su cocina es su templo, lo comprendo. Pero como habrá oído en la reunión con Fiendship, tenemos polizones a bordo, que se están comiendo las viandas que tan bien prepara. Se nos ha mandado registrar las bodegas, de babor a estribor, de proa a poca, todos los camarotes y estancias. En la primera bodega ya nos hemos encontrado la desagradable sorpresa de una larva de criatura que podría habernos causado problemas. Comprenda pues que le pido por favor que nos deje echar un vistazo a su cocina, le prometo que no tocaremos ninguno de sus preciados utensilios. Tal vez podamos encontrar alguna pista que nos lleva a dar con los polizones y lanzarlos al mar como manda la tradición marítima.

Trató de que su voz sonase firme y amigable, aunque no pudo evitar que le temblase varias veces ante el imponente enano.