Partida Rol por web

Dos de Junio de 2133, seis meses han pasado ya desde la ultima transmisión del Vaticano, tras la cual todo se quedó en silencio, un silencio atronador.

Mas de dos años huyendo, corriendo por salvar la vida mientras a los oidos de Zael no llegaban mas que llantos y noticias acerca de cómo todo cuanto amaba y conocía, era devorado por las hordas infernales. "Ellos" se lo llevaron todo, "él" se llevó lo mas importante...

La tragedia había dado paso al silencio y Zael, cual fantasma sin motivo ni objetivo, aun permanecía en las ruinas de una civilización que había llegado a su fin, en un mundo ahogado en las cenizas. Durante las interminables noches, los aullidos de los demonios atormentan el alma del humano, no importaba donde se escondiera o cuan lejos se refugiara, los pasos y gruñidos de los demonios se oían siempre tan cerca que podía sentir dia y noche el acoso incesante de la desesperación.

"Una prueba de Dios", "un castigo por nuestros pecados" clamaban los mas devotos, pero ¿había pecado tan grave para tan cruel castigo? Zael sabía que no, que nada en este mundo le hacía merecer lo que había presenciado con sus propios ojos, pues quizá, lo que se le había arrebatado, valía mas que su propia vida.

Desde hace dos años, el hambre y la sed eran compañeros de viaje inseparables, si bien aun restaban unos 300 créditos en uno de sus bolsillos, ¿a quien iba a comprar comida? ¿acaso el dinero tenía algun valor ahora?. Zael debía moverse a diario para conseguir comida y agua, los supermercados y almacenes eran su mejor opción para el agua embotellada y la comida imperecedera, pero la mayoría habían sido destruidos, saqueados, o estaban infestados de demonios como la mayoría de lugares.

El sotano de un viejo edificio que apenas se mantenía en pie sirvió de refugio temporal al mercenario para descansar y almenos durante unas pocas horas logró conciliar el sueño, pero como era de esperar, el sonido de la muerte le traería de vuelta igual que lo hacía siempre, pero este 2 de Junio algo distinto aguardaba a Zael, y tardaría mucho tiempo en averiguar la verdadera trascendencia de lo que ese día sucedería.

Zael pudo escuchar claramente como una horda de demonios, probablemente Stalkers (por el número de pisadas) corrían por el exterior del edificio. El mercenario sabía muy bien que aquellas bestias despiadadas no se movían rapido si no era para perseguir a su presa, y si su presa era él y lograban rodear el edificio antes de que se fuera, no tendría escapatoria...

Sobresaltado por las pisadas, me despierto mirando a ambos lados, agarrando fuerte mi espada.

Ya estan aqui de nuevo...

Me levanto agarrando mi espada e intento averiguar quien o que seres provocan ese ruido y para acerlo debo subir a la planta de arriba.

Vamos Zael.

Me mantengo alerta para no ser sorprendido en caso de que alguien se encuentre en el edificio y con cuidado de no hacer mucho ruido me voy moviendo por el sotano hasta dar con la salida siempre con los cinco sentidos en alerta.

Bien por ahora todo va bien.

Me acerco a las escaleras que comunican el sotano con la primera planta y subo a la planta de arriba acercandome a una ventana.

Bien lo primero es lo primero.

Primero analizo todo lo que esta a mi alrededor para no ser sorprendido, tras comprobarlo bien recojo del suelo uno de los fragmentos que hay de un espejo roto y ayudandome de el lo uso para mirar por la ventana para saber que hay fuera.

Zael no encontró ningun enemigo en su ascenso hasta la planta baja, algo no encajaba, el buen olfato de aquellas bestias habría hecho que alguna almenos hubiese investigado en el interior del edificio derruido en el que se encontraba Zael, pero no fue asi.

Cuando el mercenario pudo recabar información desde la ventana comprobó como efectivamente, una horda de stalkers corría por la calle sin prestar atención a su alrededor, cegados por el instinto asesino que las caracteriza, sin embargo, esta vez el objetivo no era Zael, entonces ¿Que podía ser?. El mercenario sabía que en ocasiones los demonios se peleaban entre ellos, sobretodo cuando se trataban de razas distintas y muy dispares, pero no era ni mucho menos frecuente, y menos tratandose de una manada entera de stalkers.

El lugar en el que se encontraba Zael seguía sin ser seguro, ya fuera para investigar aquel fenomeno o para alejarse de allí a un lugar mas seguro (si es que lo había), debía salir cuanto antes. ¿Podrían estar atacando a otro humano? aquello era improbable por no decir imposible, no se había cruzado con ninguno desde hacía mas de un año y si realmente se trataba de un humano, aquella horda acabaría con él en un abrir y cerrar de ojos.

Al cabo de unos segundos, los oidos de Zael revelaron algo inimaginable, disparos, disparos en al lejanía, en la dirección en la que corrían los demonios, si buscaba una ruta alternativa, quizá podría descubrir de donde provenían esos disparos.

Que es eso?...

Disparos?

Imposible!!

Aprovechando el sonido de los disparos Zael se arrastro por el suelo del edificio alerta de que no fuera sorprendido por alguna de esas diabolicas bestias intentando averiguar que o quien provoca ese sonido.

Tumbado totamente en el suelo arrastrandose se dirigio a la puerta de salida de aquel edificio derruido para poder tener mejor vision de la situacion pero hacerlo con llevaba el exponerse a ser un blanco de las bestias.

Tengo que saber de donde proviene esos disparos.

Repetia Zael mientras que con la ayuda de los escombros intentaba disimular su olor.

Si al menos Dagran estubiera conmigo...

Susurraba Zael a la vez que agarraba su espada con fuerza en caso de ser sorprendido por alguien.

2 de junio del 2133.

Aullidos, gruñidos, el repicar de las garras contra el asfalto, el horror, la muerte... Gerarlt conocía bien esa sensación, incluso para haber perdido la memoria de forma tan catastrofica. La sangre, la lucha, las matanzas, por alguna razón no era nada raro para el corpulento gerrero, enfrentaría los demonios que hiciese falta, con sus espadas cercenaría sus extremidades y sus gargantas, quizá el destino decidiera que ese dia sería su garganta la que sería desgarrada, ¿acaso importaba? hacía mas de un año que no veía un semejante vivo, el infierno había venido a la tierra o la tierra se había ido directamente al infierno, a nada ni nadie le importaría que Gerarlt pereciera ahí mismo (o almenos eso creía), solo sería un cadaber más destripado en medio de la calle.

Sin embargo ese dia, ese dos de Junio, algo no encajaba, algo distinto estaba sucediendo, una numerosa manada de stalkers pasaba muy cerca suyo y no solo no le buscaban, sino que pasaban de largo en plena carrera, como si al final de la calle les esperase la mas suculenta presa. ¿Demonios atacando demonio? no, aquello era mas que infrecuente, y mas tratandose de una manada entera de stalkers. ¿Humanos? ¿sería eso posible?, Gerarlt sólo tendía una forma de averiguarlo, aunque su presencia puede que no pasara desapercivida mucho mas tiempo.

Finalmente, el grupo de demonios se perdió al final de la calle que iba a dar a una plaza de tamaño considerable, demasiado lejos como para que Zael pudiese ver lo que sucedía allí desde su posición, demasiados obstaculos y demasiada distancia.

El sigilo y la precaución del mercenario le proporcionarían un paso seguro almenos hasta llegar a una de las bocacalles de la plaza. Desde una esquina o algun escondrijo podría otear y ver que estaba pasando.

En el momento que los ojos de Zael lograron enfocar, su corazón y alma se estremecieron. La plaza estaba infestada de demonios, docenas de stalkers, entre ellos tambien carnacors e incluso zombies y en el centro, cual angel sin alas, una templaria con su armadura completa, su cuerpo emitía llamas blancas y una luz sobrenatural, una luz en medio de tinieblas, los ojos de Zael no podrían sino ver en ella algo divino, algo divino llamado esperanza, una fuente de gloria, rectitud y valor, una figura aparentemente invencible, inamovible... eterna.

A su lado, dos soldados que empuñaban avanzados rifles cada uno, tambien con trajes completos, y a pesar de que no se les veía la cara, parecían estar al límite, agotados. Otros tantos soldados con el mismo uniforme llacían muertos en la plaza solo quedaban esos dos y la templaria que ahora luchaban por su vida, totalmente rodeados.

Lo que parecía un demonio distinto y mas poderoso, observaba como todos sus subordinados, que caían uno tras otro ante la espada de la templaria, iban desgastando sus fuerzas, los demonios abatidos se contaban por cientos, pero seguían llegando mas, entre ellos el grupo con el que Zael se había cruzado.

El demonio, pestilente y decrépito, pero a la vez con un aura temible, reía sin parar mientras esperaba que los tres humanos cayeran por agotamiento...

Pronto los dos soldados que acompañaban a la templaria fueron engullidos por la marea de stalkers, siendo descuartizados en cuestión de segundos, sin embargo, en el centro, como en una danza celestial, la brillante gerrera seguía abatiendo demonios y lo haría hasta que las pocas fuerzas que le quedaban se agotaran.

-Demonio- ¡Hahahahaha! Tu lucha es en vano, templaria, ya no hay esperanza para lo humanos... yo mismo te arrebataré la vida en reconocimiento a tu inutil esfuerzo.

Empece a caminar hacia el lugar al que iban las bestias intentando no hacer ruido, parecían demasiado alteradas.

Según iba acercándome el ruido se hacia mas fuerte pero eso no me amedrento, sentía mucha curiosidad y una emoción que nunca antes había sentido. Si aquello era una pelea seria la mas emocionante de estos últimos años.

Observe que ninguna bestia me atacaba, era como si no me viesen. Parecían mas centradas en ir hacia el escándalo que en cazar a una presa fácil, cosa no muy normal en ellas.

Cuando llegue al lugar del que procedían los estruendos me metí en un edificio en ruinas y subí hasta la primera planta para tener una visión mejor de lo que sucedía y valorar mejor la situación.

Lo que vi me dejo atónito.

-No es posible-

Finalmente, el grupo de demonios se perdió al final de la calle que iba a dar a una plaza de tamaño considerable. El sigilo y la precaución de Geralt le proporcionarían un paso seguro almenos hasta llegar a una de las bocacalles de la plaza. Donde podría acceder a uno de los edificios y por ende a una posición relativamente segura.

En el momento que los ojos de Geralt lograron enfocar desde aquella altura, su corazón y alma se estremecieron. La plaza estaba infestada de demonios, docenas de stalkers, entre ellos tambien carnacors e incluso zombies y en el centro, cual angel sin alas, una templaria con su armadura completa, su cuerpo emitía llamas blancas y una luz sobrenatural, una luz en medio de tinieblas, los ojos de Geralt no podrían sino ver en ella algo divino, algo divino llamado esperanza, una fuente de gloria, rectitud y valor, una figura aparentemente invencible, inamovible... eterna.

A su lado, dos soldados que empuñaban avanzados rifles cada uno, tambien con trajes completos, y a pesar de que no se les veía la cara, parecían estar al límite, agotados. Otros tantos soldados con el mismo uniforme llacían muertos en la plaza solo quedaban esos dos y la templaria que ahora luchaban por su vida, totalmente rodeados.

Lo que parecía un demonio distinto y mas poderoso, observaba como todos sus subordinados, que caían uno tras otro ante la espada de la templaria, iban desgastando sus fuerzas, los demonios abatidos se contaban por cientos, pero seguían llegando mas, entre ellos el grupo con el que Gerarlt se había cruzado.

El demonio, pestilente y decrépito, pero a la vez con un aura temible, reía sin parar mientras esperaba que los tres humanos cayeran por agotamiento...

Pronto los dos soldados que acompañaban a la templaria fueron engullidos por la marea de stalkers, siendo descuartizados en cuestión de segundos, sin embargo, en el centro, como en una danza celestial, la brillante gerrera seguía abatiendo demonios y lo haría hasta que las pocas fuerzas que le quedaban se agotaran.

-Demonio- ¡Hahahahaha! Tu lucha es en vano, templaria, ya no hay esperanza para lo humanos... yo mismo te arrebataré la vida en reconocimiento a tu inutil esfuerzo.

Un escalofrio recorio la espalda de Zael paralizandolo, no podia creer lo que estaba biendo.

No era una ilusion ni un sueño, era real.

Un segundo despues de visualizar la situacion la ira consumia su cuerpo, ver como morian a manos de los demonios los unicos humanos que habia visto en años

-¡No lo permitire!

Sin tan si quiera poder evitarlo el cuerpo de Zael se movió sólo gritando fuertemente aunque eso con llevara el llamar demasiado la atención.

-Si este acto significa mi muerte que asi sea pero al menos morire con honor malditos demonios.

A la vez que Zael corria contra los demonios con afan de salvar la vida de la templaria, esta agarraba la empuñadura de su espada desenvainandola y colocandola

-¡HIAAAAAAAAAAA! muere maldita bestia.

Me di la vuelta y empece a correr rápidamente escaleras abajo.

Aun no me lo podía creer, había otro humano.

-Espero no llegar tarde para salvarla-. Pensé aumentando mi velocidad.

Al salir del edificio gire hacia la derecha y salí de la bocacalle.

Me dirigí hacia la plaza, tenia que ayudar a esa persona.

Las bestias aun no se habían dado cuenta de mi presencia y eso me daba algo de ventaja.

Cuando llegue a la plaza seguí corriendo y me dirigí hacia la bestia que había oído desde el edificio y que parecía el líder de los demás.

-Quizá si consigo derrotarlo los demás seres se irían y salvar a la guerrera-.

De pronto, cual gladiadores saltando a la arena, dos humanos, Zael y Gerarlt se adentraron en la plaza, ambos descubrieron que no se ocultaban muy lejos el uno del otro, ya que una vez en la plaza quedaron casi uno al lado del otro. Aquel echo podría ser tan sorprendente como los demas pero seguro que ambos coincidirian en que no había tiempo para presentaciones, seguramente compartieran objetivo y en consecuencia, bando, almenos temporalmente.

Por otra parte el demonio pareció complacido de que mas victimas acudieran a su trampa, tan sólo con un gesto de la mano, un grupo de stalkers se lanzó en avalancha contra los dos espadachines. Mientras seguía sus burlas a la poderosa guerrera que yacía con una rodilla incada en el suelo por el agotamiento, pero sin el mas minimo apice de huir, es más, encaró al demonio en cuanto este se acercó a ella.

-Demonio- Dejemos que mis pequeños amigos se encarguen del los invitados, veamos que sabes hacer, templaria.

Estaba claro que la lucha no sería justa, ni para los dos aventureros, ni para la ya agotada y herida templaria, de todos modos ninguno se rendiría.

La titanica lucha comenzó, el demonio desplegó su poder lanzando potentes hechizos de fuego sobre la templaria, por el momento sólo podría tratar de evadirlos y esperar su oportunidad. Por otra parte, Zael y Gerarlt tendrían que lidiar con un gran número de enemigos antes de siquiera acercarse al lugar de aquella contienda que parecía a todas luces, estar a otro nivel.

El chico que se encontraba cerca de Geralt era alto aproximadamente de 1'75 y delgado por como se podia comprobar en sus ropas ajustadas al cuerpo su pelo era de un color dorado platino y sus ojos azules cristalinos, su piel era blanca lechosa.

En su mano derecha sostenia una espada de aproximadamente 1 m en la cual se podian divisar en su hoja estraños sellos de los cuales el mas cercano a la empuñadura empeazaba emitir una suave luz.Sus ropas eran corrientes una camisa y un chaleco ajustados y unos pantalones negros de los cuales colgaban unas pequeñas cadenas .

Su mirada expresaba odio al mirar a los demonios pero un instante despues giro la cabeza visualizando a Geralt sin poder creerlos por un instante sintio emocion pero no era el momento de alegrarse. Sus principios no permitian que esa templaria pudiera sufrir el mismo destino que sus compañeros caidos pero rapidamente fue interceptado por un grupo de Stalkers los cuales les ataquaron.

-¡Cuidado!

Le grito Zael a Geralt pero no pudo evitar el recibir el golpe de uno de los Stalkers el cual rasgo e hirio un poco en el brazo izquierdo a la altura del hombro.

-¡Aaaahhh!

Reaccionando a el golpe apretando la empuñadura de la espada la cual desprendio un destello de luz y lanzando un golpe orizontal intentanta darle en las costillas al Stalkers.

Cerca de Zael apareció un hombre un poco mayor que el, con el pelo blanco y una cicatriz que le iba desde la la parte izquierda de la frente hasta la mejilla del mismo lado pasandole por el ojo, aunque este no lo tenia dañado.

Llevaba unos pantalones y un chaleco de cuero, debajo del chaleco se veía una camisa branca, sucia y algo gastada por el uso.

En cada mano portaba una espada, algo mas cortas que la de Zael, pero en buen estado.

Su rostro no espesaba emoción alguna, pero se movía con una determinación asombrosa.

Gire la cabeza y vi a un muchacho con la mirada llena de odio, parecía algo mas joven que yo y portaba una espada asombrosa, me quede sorprendido de que hubiese mas humanos vivos pero parecía fuerte y no tenia pinta de estar cansado, de todas formas mi objetivo era ayudar a la templaria que parecía que lo necesitaba mas.

Oí al muchacho gritar -cuidado- y me gire rápidamente para ver lo que sucedía.

Una de las bestias venia corriendo hacia mi así que intente esquivarla, pero no lo conseguí y me dio un zarpazo en el costado, era una sensación que conocía bien así que me prepare para el contraataque agarrando fuertemente las espadas para despedazar a ese bicho.

En el filo de Gevurá, la espada de Zael, el primer simbolo se iluminó con un fulgor blanco, el joven guerrero había ganado en fuerza, pero tambien había comenzado a pagar el tributo que se cobraba la espada sagrada por tal don. En cualquier caso, con tan solo la liberación de ese sello, partir aquel demonio por la mitad no fue una proeza complicada, el filo de la espada lo cortó en dos mitades llevando al demonio a la muerte en un solo movimiento.

Gerarlt por su parte demostraba una fortaleza admirable, las garras del stalker parecían chocar contra un muro, lo mas que sintió fue un golpe en el costado que no le haría inmutarse, no de momento. Las espadas de Gerarlt alcanzaron en contraataque al stalke provocando dos serios cortes que el demonio lamentó instantes despues, estaba claramente herido, pero aquellas bestias sin inteligencia (almenos no mas que la que les confiere las ordenes de demonios superiores) no mostraban nunca temor, nunca retrocedían y de nuevo se abalanzó sobre Gerarlt con la rabia que les caracteriza.

Pronto los dos valientes tuvieron que encarar a mas enemigos, un zombie y un carnacor listo para embestir y Gerarlt sabía bien de lo que aquellos demonios eran capaces cuando cargaban contra su objetivo, a veces ni muros de cemento los detenían.

Mientras tanto la batalla entre el poderoso demonio lider y la templaria continuaba, la espada de la gloriosa guerrera logró encontrar su objetivo, pero el demonio estaba protegido por algun tipo de escudo teléquinético, deteniendo la espada antes de alcanzar su objetivo, el demonio respondió a gran velocidad, cubriendo de llamas su batón y golpeando con el en el estomago a la agotada templaria, apenas se escuchó un quejido sordo bajo el casco.

Tras golpear al stalker y ver como su cuerpo inerte y sin vida cae al suelo doy un ligero salto hacia atras, en ese momento la espada vuelve a su estado original y viendo como se acercan el Carnacor y el Zombie y sin mirar a Geralt le digo con un tono mezcla de dolor, agotamiento y alteracion por el poder de la espada y la situacion del combate.

-Tenemos que acabar esto rapido si queremos ayudarla asi que, ¡Venga acabemos de una vez!

Valoro la situacion por unos instantes con la vista  y decido atacar primero al zombi ya que si acabamos con el solo quedara desacernos de el Carnacor.

-Vamos Zael...¡VALOR!

Salto atacando al Zombi 1.

La bestia estaba herida pero se abalanzo otra vez sobre mi y me dio en el pecho.

-Maldito bicho- pensé.

Volví a prepararme para darle otro golpe y acabar con el de una vez por todas.

El otro muchacho me grito algo y supe que tenia razón, teníamos que apresurarnos si queríamos salvar a la guerrera, pero cada vez había mas bestias y era difícil acabar con ellas, aunque tenia que hacer todo lo posible para ayudarla.

Levante mis espadas y las descargue con toda la fuerza que pude sobre la cabeza de la bestia.

Gerarlt no falló, eran muchos ya los demonios que habían caído bajo sus dos espadas y aquel herido stalker no iba a ser una excepción, el cadaver del demonio menor cayó a los pies del guerrero sin pasado, pero aun restaban dos enemigos, Zael parecía estar dando buena cuenta del zombie. La espada sagrada se abrió camino entre la carne muerta como un cuchillo a través de la mantequilla y de ser un humano normal, la herida podría ser fatal, pero aquel muerto viviente ni se inmutó, tan solo trató de mantener el equilibrio para no caer y se avalanzó sobre Zael a golpes y arañazos con sus infectas uñas mientras la energía demoniaca regeneraba aquel corte de forma visible y preocupante para los dos humanos, si no era derribado con premura, los esfuerzos de los dos hombres serían en vano.

Mientras tanto, la terrible batalla que se estaba librando en el centro de la plaza seguía, el bien contra el mal, la luz contra la oscuridad, muchos no dudarían en augurar una segura victoria para la brillante templaria, pero por desgracia, desde el principio había sido una batalla injusta, una clara desventaja para la ya agotada y herida humana, el poderoso demonio lo sabía y mostraba una total confianza en su victoria, sabía que era cuestión de tiempo, que la guerrera sagrada estaba a su merced, la diversión terminaría a su voluntad.

-Demonio- ¿Eso es todo, templaria? ¿ya has perdido tu tan preciada esperanza?

-Templaria- Ja...más

Se oyó su voz, jadeante, entrecortada, pero a la vez firme, bella y con una determinación inquebrantable, no había rendición, no había retirada, no para un templario.

Por otro lado Gerarlt y Zael no tendrían tiempo para atender a aquel combate, sus vidas estaban en juego, mas ahora la de Gerarlt, hacia el cual cargó el acorazado carnacor para embestirle.

Zael comenzaba a perder la esperanza de salvar a aquella templaria tras ver la situacion del combate mientras se resentia de los ataque que posteriormente el zombi le habia realizado.

El combate cada vez parecia alejarse mas de su final y la impotencia empezaba a recorrer el cuerpo de zael que en un ultimo esfuerzo decidio intentar acabar con el zombi .

Eran ellos o los demonios y Zael sabia que un solo fallo aria perder todo por lo que hasta aora habia luchado .

No podia morir alli aun necesitaba conocer respuestas a sus pregunta necesitaba vengar a su amada aunq eso le llevara a las mismisimas entrañas del infierno.

-Yo no se tu pero yo no esperare aqui a que la maten.

Dicho esto y agarrando su espada con ambas manos y apretando la empuñadura mas de lo necesario envistio al zombi  y justo antes de llegar a su lado salto un poco a la vez que tomo impulso hacia un lado para girar sobre si mismo y llegar a golpearle contundentemente en la cabeza y para asegurarse de que eso fuera lo ultimo que veria el zombi en el mismo momento que realizo el salto el sello de su espada volvio a liberarse aun sabiendo que era a costa de su propia vida el impluso de salvarla era mayor que cualquier otro.