Partida Rol por web

Así pues, el cuarteto siguió sumergiéndose más adentro hasta que sus ojos la captaron.

Con su estructura arquitectónica aún presente, su forma circular, la ciudad aún se mantenía bajo el mar estable. Al parecer, Edu os había mentido. Es lo que tiene no saber nada con 100% de seguridad. Sin embargo, habíais perdido de vista al submarino, pues se hallaba en el interior de la ciudad. 

Os disponíais a entrar cuando ''algo'' invisible os lo impedía. Parecía ser una cúpula invisible que no dejaba pasar. Ahora deberíais buscar la entrada por donde aquel submarino había entrado.

Ibais descendiendo más aún, cuando os percatasteis que , de pronto, las aguas se habían serenado. La fauna marítima desapareció al completo, como si hubiesen intuido la presencia de una especie superior. 

Y allí, desde los lejos impulsándose con sus aletas, una sombra negra avanzaba hacia ustedes. ¿Un tiburón? Los tiburones no frecuentaban esas aguas, ni mucho menos... ¿Entonces?

Ahí estaba, acechándoos un Liopleurodon ''el tiburón blanco del jurásico''.

Con una longitud de hasta siete metros, un peso de 1.700kg, ese dinosaurio del jurásico era capaz de nadar a una velocidad de 10km/h.  Millones de preguntan os galopaban la mente: ¿Qué coño hacía un dinosaurio de tal magnitud vivo si se suponía que se habían extinguido? ¡Seguro que es de juguete! , ¿si me acerco... me mata?

Pero lo que era evidente es que si sus fauces se abrían erais buceadores muertos. Y , tras su rugido, comprobasteis que llevaba un par de meses, días o semanas... sin comer...

TIRADA GENÉRICA ( D20) CON DIFICULTAD 10

Thalassa se dio cuenta de la presencia del gigantesco animal demasiado tarde, debido sobre todo a que estaba tirando del maldito alemán. Como consecuencia, no logró esquivarlo completamente y recibió un fuerte arañazo en la espalda procedente de una de las aletas. 

El dolor le hizo gritar, aunque ella fuese la única en escucharlo, y la sangre procedente de la herida comenzó a envolverla. No obstante, recuperó la verticalidad enseguida y continuó avanzando hacia la ciudad.

Por desgracia, no lograba encontrar un lugar por donde atravesar aquel campo invisible, y la herida, junto con la presión, estaba empezando a afectarle seriamente. Thalassa intentó mantenerse serena para ignorar el dolor que estaba sintiendo en sus oídos y la abrasión de su espalda, mientras continuaba buscando cómo entrar.

Iba nadando con calma, sin soltar a Mako. De mientras, se fijaba en todo a su alrededor, quedándose con todos los detalles que pudiesen ser de relevancia para orientarse. Dónde estaban, y sobre todo, como salir de ahí y volver a la superfície. Miró el aire que le quedaba. No se estaba quedando sin aire, pero era importante pensar en cómo regresarían luego. 

Finalmente apareció algo en el fondo. Cuando poco a poco se fueron acercando, entreviendo por fin la mítica ciudad de la Atlántida. 

«Es decir, lo que contaba Platón no era un mito. Era una realidad» pensó mientras observaba con pasmo todo aquello. El jodido submarino se adelantó. ¿Qué putas? ¿En qué hostias estaban pensando? Las medidas de seguridad estaban siendo NULAS, y cada vez le quedaba más claro que al equipo Z les importaba una puta mierda lo que les pasase a ellos. Dejarlos sin apoyo y luz a más de 60 metros de profundidad era sinónimo de intento de homicidio.

Sintió como la furia empezaba a cocerse en sus entrañas cuando llegaron a aquella barrerra-cúpula. Muy originales, los atlantes. Soltó a Mako para palpar la cúpula mientras la recorrían hacia abajo cuando su sentido del peligro saltó. La adrenalina empezó a recorrerle frenéticamente por las venas.

Y ahí estaba, el puto Jurassic Park de turno.

-CAGANDO OSTIAS-.

Hizo gestos al resto para que salieran pitando de ahí IPSO FACTO. Señaló la entrada que pudo ver en lo que había de luz y con aspavientos los fue aventando para que nadaran por su puta vida miserable hacia la entrada.

Heinrich había triunfado, soltándose de aquella vil mujer que lo había arrastrado al fondo del mar comenzó a nadar como si no hubiera un mañana con tal de esquivar a aquella aún más vil bestia, o al menos, no ser el objetivo de su ataque. Por suerte para él, lo había logrado. Por desgracia para él, aún tenía delante al bizcocho de chocolate que tanto repudiaba.

Al parecer los Negros nadan igual que corren, rápido...

Pensamientos racistas de lado, Heinrich no se detuvo ni para mirar qué tal le iba a la chocolatina de leche que tenía detrás, ni siquiera a la que parecía más perdida, el Batido de Fresa con apellido de Whisky. Su único objetivo era entrar en la ciudad, alejarse del pez en esteroides y quizás encontrar una botella de oxígeno... ¿El Brownie sería tan amable de morirse para darle su botella al Orgullo del Führer?.

Thalassa se dio cuenta de que el animal debía estar siguiendo su rastro de sangre, porque giró sobre sí mismo y la localizó rápidamente. Esta vez, el dolor fue mucho más intenso que antes y no en su costado, sino en su espalda. El nerviosismo empezó a hacer mella en ella y la arqueóloga se preparó para lo peor.

Pronto, al detestar el rastro de sangre ,procedente de la buceadora experta en arqueología subacuática, el dinosaurio, aleteó impulsándose con sus enormes aletas. Su hocico se abrió, mostrando sus abominables dientes.

Emitió un rugido con lo que el alemán y la guía nadaron hasta la cúpula. Sin embargo, la mujer experta no corrió la misma suerte. Justo cuando iba a alcanzar la entrada, mal herida, el animal apresó su bombona de oxígeno. Aquello le suponía una muerte segura ,pues sin aquel asequible elemento, su viaje daría por finalizado sí o sí.

No contento con eso y ,al llevar días, semanas o, incluso, meses, sin alimentarse, el reptil feroz abrió de nuevo la apertura de su boca. La buceadora nadó todo cuando pudo, sintiendo como los pulmones le empezaban a quemar, se estaba quedando sin aire a la velocidad de la luz.

-¡...!

Fue un visto no visto. No pudisteis hacer nada por ella, estaba perdida. El animal volvió a cerrar su cavidad y, esta vez, sus dientes agarraron algo más que una simple ropa de baño. Junto a ella, heridas profundas se le empezaron a visualidad en su torso e, incluso, llegándose a apreciar parte de la piel. Aquella hemorragia era imposible de frenar, hecho que al dinosaurio afectó colateralmente ; pues se volvió más agresivo.

No la mató de inmediato. Thalassa sufrió con cada movimiento que él hacía, hasta que, finalmente, al engullirla ,inconsciente, su muerte llegó.

¡Pero que demonios es esooool - dijo la japonesa al ver al enorme animal Jurásico acercarse a ellos con las mandíbulas abiertas.

Un rugido ensordecedor fue arrastrado a través del líquido elemento hasta sus oídos y se quedó paralizada por el terror. La muerte en forma de reptil prehistorico se hayaba ante ella mientras su compañera Anfítrite tiraba de su brazo para que siguiese avanzando.

Unos metros mas adelante se encontraba la cúpula transparente que protegía la mítica ciudad..., Era su única posibilidad de salvación..., Pero estaba bloqueada.

¡¿Donde está la maldíta entrada?!, ¡Mierda!, Vamos Mako no puedes acabar asi...

El submarino se para en seco al llegar a su destino.

-No creo que sepas más que nosotros. No eres el ''topo'', de haberlo sido, Aeryn nos lo hubiera comunicado.

Acto seguido, te cogió bruscamente del brazo, levantándote. Estaba dispuesto a abrir la puerta. El temor se apoderó de ti, pues si lo hacía, posiblemente te ahogarías al no llevar ningún traje puesto. Una muerte temible.

Sin embargo, en lugar de eso, la contrapuerta se abrió  y no hubo agua que llenase el submarino. Al salir, pudiste respirar oxígeno, el mismo de la superficie. El vehículo acuático era suspendido por el aire. Sin lugar a dudas, aquella civilización era la mar de inteligente para su época. 

No comprendías nada, pero aquel hombre te seguía guiando maniatado hasta la entrada del templo. La fauna marina nadaba por allí ... ¿Cómo, te preguntabas? No lo sabías. Parecía todo una ilusión.

-Esta civilización no era humana -sentenció Akanni, al que aquello también le parecía una ilusión óptica sin explicación alguna-.

Alzaste la mirada hacia el techo. Había una especie de cúpula invisible, de campo de fuerza, que separaba el mundo acuático de esta ciudad. Y allí, a lo lejos, intentando entrar, estaban tus amigos y... a escasos centímetros un dinosaurio; el cual acababa de devorar a la joven arqueóloga.

Aterrado, decidiste mirar a los peces, los cuales tenían una apariencia la mar de singular. 

-No los toques, procura que tampoco lo haga ellos. Son alucinógenos. No son normales. Nadan en el aire ...

Conseguisteis entrar en aquella cúpula, cayendo al vacío tras vuestra entrada no tan triunfal. Habíais perdido a un compañero. El dinosaurio dio cabezazos contra aquel campo de fuerza, al ver que no podía penetrarlo, se fue, tal vez mosqueado...

A lo lejos observasteis el templo y, a escasos centímetros de ustedes, el submarino.

Observasteis la 'extraña' fauna acuática que había. Eran peces la mar de singulares, los mismos peces que si os tocaban, podríais tener una alucinación, pues no eran normales. No obstante, algo os decía que si os quitabais vuestros aparatos, podíais respirar oxígeno y... así fue. 

¿Cómo era posible respirar oxígeno si estabais bajo el agua? La cúpula separaba el mar de aquella civilización semi-acuática. Sus animales estaban adaptados al medio en el que habitaban.

Avanzasteis caminando por aquel suelo fértil. ¿Entraríais al submarino? ¿Lo dejaríais estar?

Heinrich trató de sobreponerse a la muerte de... de... de esa compañera de viaje cuyo nombre ni siquiera recuerda, pues es un nombre largo, extranjero y bastante complejo, con H por todos lados, letras que se repiten... en definitiva, demasiado complicado para que Heinrich lo recordara. ¿Acaso no podía tener un nombre más normal como Brunhilda?.

-El enemigo nos adelanta, pero tenemos algo claro. Ellos han venido en submarino. Por lo que ellos han de salir de aquí en Submarino.Si neutralizamos e inutilizamos el submarino, podremos dejarlos aquí varados... para siempre.

Pese a que Heinrich no era alguien con una inteligencia destacable, pues ni siquiera tiene un título universitario de "decir tonterías sobre pinturas" como la pelo-chicle ahí presente o una FP de decir qué sitios son interesantes de visitar como el Bizcocho de Chocolate. Él tenía algo que muy probablemente otros de los de la expedición no tuvieran... mucho rencor. Una virtud lograda y practicada durante toda su vida.

-Por cierto, ¿dónde está el alelado?.

- Sé más que la mayoría de gente. Sé que este es un submarino TR-1700. Posiblemente el S-46, cuya fabricación se suspendío dos días antes de ser botado. El hecho del modelo del submarino, que sea un submarino y que sea privado habla de organización mundial clandestina con mucho dinero y poco personal. - comenzó a hablar, haciendo su análisis sobre lo que podía ver allí. - Que lo pilotes solo dice mucho de ti, sin contar el remarcado acento centrafricano. - Pero entonces habló del topo, y frunció el ceño. - No hablo de ser un topo, cavernícola. Yo estoy de parte de la razón, el conocimiento. ¡La verdad! Por eso no soy vuestro enemigo. - intentó explicar, justo antes de que lo cogiera de un puñado y lo levantara.

- Espera, espera, espera, espera. Cavernícola se lo digo a todo el mundo. ¡Suéltame! ¡AYUDA! - Comenzó a patalear como si le fuera la vida en ello. Sobretodo cuando fue hacia la compuerta. - ¿Estás loco? ¿¿ESTAS LOCO?? ¡NO HAGAS ESO! ¡NO HAGAS...! - Cogió aire y cerró los ojos con fuerza ante la inminente corriente de agua que iba a entrar.

Pero nada ocurrió.

A los segundos de no sentir nada, entreabrió un oko y miró a su alrededor confuso. - ¿Qué...? - comenzó a preguntar, pero el tipo lo sacó y allí se quedó, mirando a su alrededor ocn gesto confuso. - ¿Cómo...? - con el ceño fruncido, miró de lado a lado sin poder articular palabra, mirando el submarino y después al tipo, para acabar alzando la mirada.

- Podemos respirar. - informó, como si fuera une vento del cual el tipo no se hubiera dado cuenta. - ¿Porqué podemos respirar? Deberiamos estar muertos. Presión, oxígeno, animales salvajes. - enumeró, para acabar mirando al tipo una vez más.

- ¿Porque nosotros no flotamos y todo lo demás si? Y... ¿Podrías soltarme? Esta claro que no voy a huir. Ni puedo contigo. Ni se pilotar un submarino para escapar y mucho menos salir nadando. Así que dado los hechos... ¿porque no me sueltas para que pueda colaborar más activamente con esta expedición? - alzó los brazos para que lo soltaran. - ¿Hola? Su-el-ta-me. - repitió, alzando la vista para ver a sus compañeros de viaje.

Y un dinosaurio.

- ¿Eso no es un... ? - pero no acabó la pregunta cuando aquel bicho se comió a la arqueóloga. - ¡¡OH DIOS!! ¡OH DIOS! ¡¡OH DIOOOS!! - comenzó a gritar, y sentándose en el suelo, hiperventilando. Aquella mujer inteligente acababa de ser devorada, comida por aquel bicho. - ¡La Doctora ha muerto! ¡Oh dios mio! - Y tuvo una arcada, aguantandose las ganas de vomitar.

- ¡Tenemos que ayudarles! Bueno, tienes que ayudarles. ¡Ese bicho se los va a comer! - Aguantó una segunda arcada. - ¿Pero tu acabas de ver que acaba de pasar? - le pregunta cuando le dice lo de la civilización. - Espera ¿qué? - miró a su alrededor. - Explica eso de no humana. -

Aun sin dar crédito a la situación, ahora la japonesa se encontraba a salvo del enorme animal dentro de aquella extraña cúpula. No había sido consciente de que aquel enorme ser había devorado a uno de sus compañeros, ya que había sido presa de un ataque de nervios al ver a la criatura lanzarse hacia ellos con la intención de tragárselos de un solo bocado, submarino incluido.

En ese momento se quito el equipo de buceo y respiro el extraño aire del lugar que llevaba un extraño aroma en el mismo.

Uno, dos, tres.., ¡Oh dios mío!, Se ha comido a T… ¡Ese maldito bicho se ha comido a T!

Entonces todo llego tan rápido y de manera tan clara como un martillazo en el dedo gordo de la mano, y todos los objetos y seres extravagantes de su alrededor se nublaron durante un instante.

Tuvo que sentarse y el poco desayuno que había podido tragar debido a los nervios de la inmersión se derramo a sus pies mientras las lágrimas hacían lo mismo por sus mejillas.

¡Joder no tenia que morir nadie aquí abajo!, Y que se supone que iba a hacer ese submarino contra eso…, Si…,¡Si podía partirlo de un solo bocado! –Balbuceó mientras se incorporaba y se dirigía hacia sus compañeros.

Mako…, ¡Mako!, Tranquilízate…, En ese submarino están tooodas nuestras cosas…, si hubiera partido ese trasto en dos habríamos muerto todos tarde o temprano… - dijo caminando casi en trance hacia el submarino para recuperar su equipo. Al menos así creía que estaría a salvo…, por el momento…