Sybill caminaba en silencio al lado del profesor. Se sentía algo avergonzada por su reacción pero no podía evitarlo ¿Cómo cuestionaba ese hombre su vida?
La joven y el anciano llegaron pronto a la farmacia y, tranquilamente se acercó sonriente al mostrador. Seguramente no tendría ningún problema a la hora de comprar el material pues estaban en un hospital y las enfermeras solían comprar allí materiales para las prácticas.
-Por favor, deme dos paquetes pequeños de vendas, unas gasas, un frasco de desinfectante...pongame también un ovillo de hilo de suturas y un par de agujas. ¡Ah! y unos analgesicos.
Una vez salieron de la farmacia, con el bolso un poco más lleno y el monedero mas vacio Sybill se dirigió al profesor.
Siento haber levantado la voz antes....pero no me gusta que se metan en mi vida
La dependienta le cobró el dinero a la previsora Sybill que por 10$ había conseguido un pequeño botiquin para lo que pudiese ocurrir. Esta vez parecía que las cosas eran peor que el incidente de la casa Corbitt.
10$ por todo eso, apuntatelo en el equipo. Pontelo como botiquin si quieres.
- Tranquila. - digo caminando a su lado. Tan sólo intenta relajarte.
No tardaron en salir y en reunirse todos en la puerta de la farmacia, cerca del propio hospital. Los cuatro parecían agotados tras lo vivido en las ultimas semanas y aquello no parecía acabar.
Michael no había tenido oportunidad de responder a Sybill su pregunta acerca del arma, pues la joven había salido hecha una furia del hospital antes de que pudiera replicarle. En realidad, se alegró, pues era un tema que no le gustaba demasiado. Sin embargo, no quería dejar a Sybill sin respuesta. Y además...
- Ten -le dijo simplemente, tendiéndole su revólver a la joven-. Supongo que ya eres mayorcita y, de no haberlo llevado en ese sótano, es posible que no estuviéramos aquí ahora...
La miró a los ojos un momento.
- Pero procura que nadie aparte de nosotros sepa que lo tienes. Podrías tener muchos problemas y entonces no podré ayudarte...
Pues eso, le devulevo su revólver. Será útil que no sea yo el único armado...
Tras el paseo a la farmacia, Sybill parecía más relajada y tranquila. Nada que ver con la iracunda mujer que había salido momentos antes del hospital. Las tres semanas que había pasado ingresada habían sido muy frustrantes para ella ya que los médicos apenas la dejaban salir de su habirtación, escribir o moverse demasiado.
-Si lo he ocultado los últimos 3 años no creo que lo descubran ahora-respondió la inglesa cogiendo el revolver y guardandolo tras comprobar que el seguro estaba puesto-Muchas gracias añadió mirandole a los ojos con una sonrisa cansada. Ahora si me diculpan voy a llamar a John...hace casi un mes que no le veo asi que tendré que inventarme algo bueno para justificar el que no vuelva a casa aún...
Sybill se llevó la mano al puente de la nariz con actitud pensativa. Por una parte, deseaba disculparse con Alexander y Michael por su explosión anterior, pero por otra se decía a si misma que no había dicho más que la verdad. Finalmente se pasó mano por la cara hasta llegar al cabello para concluir.
Si quieren vayan a la cafetería, yo procuraré no tardar demasiado. Podrían ir leyendo algo de los diarios y la caja.Por cierto, ¿los dibujos no os recordaban o los que vimos en la capilla? Bueno enseguida nos vemos
Sybill desapareció dispuesta a fingir una llamada de 15-20 minutos para que sus compañeros no sospecharan demasiado de lo extraño de su relación
Michael observó alejarse a Sybill, que parecía estar más calmada ahora. Se alegró por ello, lo último que necesitaban era empezar ese asunto con incomodidades entre ellos. Se volvió hacia Steve y Alexander, con una expresión de duda.
- ¿Qué habrá exactamente en esa caja? -preguntó.
- Lo desconozco. - respondo al Agente Parker. Cuando lleguemos a la Cafetería veremos que contiene la caja. - añado dándole una suave palmadita.
La cafetería estaba llena de gente, muchos de ellos personas que seguramente visitaban el hospital del otro lado de la calle. Cuando ya habían pedido el café entro Sybill a la cafetería y, tras buscarlos con la mirada, se sentó con ellos.
Sybill entró con expresión satisfecha en el local y miró sorprendida a sus compañeros mientras cogía una silla de la mesa vacia de al lado y se sentaba con ellos.
-¿Aún no han pedido? Espero que no estuvieran espeperandome, ya les dije que tardaría un rato en volver-comentó tras ver las mesas aún vacias de sus compañeros y alzando la mano para llamar al camarero- Pidan lo que quieran yo invito, para celebrar que por fín he salido de ese hospital.
La joven miró interrogante al profesor que, parecía no haber sacado la diminuta caja aún pero prefirió no hacer comentaros sobre la misma hasta que el camarero les hubiese tomado nota.
- Estábamos esperándola. - digo sin más. Un café con leche. - añado cuando el camarero llega a nuestro lado.
Alexander levantó la cabeza cuando se percató de que la señora Leefolt estaba allí. En el último momento habían tenido un pequeño roce, y Alexander no estaba de humor para aquel tipo de cosas. De todas formas tampoco había preguntado nada fuera de lo común. Preguntar por la preocupación de un marido estaba dentro de lo que se podía esperar.
No es necesario que invite, pero si va a pedir prefiero un café con leche, como el profesor.
Michael, que aún tenía una mirada un poco ausente, pero parecía irse recuperando, miró hacia el camarero.
- Para mí un café solo... -dijo.
Luego esperó a que el profesor sacara la cajita, para que todos pudieran averiguar qué contenía.
-Insisto-replicó la joven ante el comentario del cura. Para la joven aquello no era simplemente amabilidad, ni una disculpa, era realmente una forma de "celebrar" su recuperación.
-Para mí un té con limón, gracias- contestó la joven ante la mirada interrogante del camarero. Cuando este se dirigió a servirles lo que habían pedido Sybil lo siguió con la mirada a la espera de que estuviese lo bastante lejos como para oirlos y se volvió al profesor.
-¿Y bien?-pregunto la joven con mirada interrogante. No sabía muy bien cual era la razón de todo aquello pero sentía una curiosidad que nada tenía que ver con la publicación de nuevas novelas. En la casa Corbitt habían atisbado en los límites de la realidad, habían abierto la rendija de una puerta que no estaba segura de querer explorar...pero tampoco podía ignorarla. Si no iba a poder olvidar lo vivido, trataría de comprenderlo.
Una vez a solas saco la caja y la deposito suavemente en la mesa.
- Bien. Veamos que contiene. - digo abriendo cuidadosamente la caja.
La cajita con forma de sarcófago tiene varios jeroglíficos tallados por fuera. Ésta parece abrirse con facilidad. La tapa, contiene más jeroglíficos distintos a los de fuera en su interior. La caja está vacía.
Sybill suspiró resignada ¿Tanto misterio para nada? La joven frunció ligeramente el ceño en un gesto de concentración mientras cogía la tapa de la caja observando las diferencias entre esta y la caja pero no la decían nada.
¿Seran parte de la misma caja? Son distintos pero ¿que quiere decir eso?
Quizas los manuscritos que le dió el señor Merryweather expliquen algo -sugirió tras unos instantes de meditación dejando de nuevo la tapa en la mesa
Motivo: CCOO
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 96 (Fracaso)
manda huevos que falle XD
Para Alexander, mirar aquellos jeroglíficos e inscripciones no le decía absolutamente nada.
Creo que deberíamos hablar con alguien más especializado en estos símbolos. De todas formas podemos echar un vistazo también al manuscrito, aunque dudo que sea nuestra piedra Rosetta.
Motivo: Ciencias Ocultas
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 96 (Fracaso)
Motivo: Mitos de Cthulhu
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 90 (Fracaso)
Obesrvo con detenimiento la caja y los jeroglíficos que están escritos en ella.
Tras unos rato mirándo la caja con detenmiento busco el Sobre Amarillo y tras abrirlo vuelco su contenido en la mesa.
- Veamos que contiene el sobre.
Motivo: Mitos de Cthulhu
Tirada: 1d100
Dificultad: 4-
Resultado: 2 (Exito)
Motivo: Ciencias Ocultas
Tirada: 1d100
Dificultad: 37-
Resultado: 12 (Exito)
Juas, juas, juas. XD
Y otro juas, juas, juas. XD XD
Tras observar la pequeña cajita deducís que si los jeroglíficos de la parte de fuera y los de dentro son completamente distintos, como si fueran dos lenguas distintas pero no sabéis de que.