Partida Rol por web

El semiorco se contenía con todas sus fuerzas para no cargar junto con sus aliados al campo de batalla, esto se debía a que anticipaba la estrategia del enemigo, levanta su ballesta con rapidez, martilla el armatoste con fuerza, el traqueteo se pierde en el caos de la batalla y el zumbido de una saeta a toda velocidad pasa desapercibida a excepción de un Lizardfolk al cual un pedazo de la garganta se le desgarra cuando el proyectil pasa de largo, Ravena alcanza a mover su guadaña con gran precisión evitando ser impactada por el mismo, sin embargo el reptil se desploma inerte sin más.

NISO restituido por la magia sanadora de Rana, recoge una flecha del suelo y erguido sobre su rodilla lanza un dispara contra uno de los lagartos que aún se encontraba cegado, el proyectil se incrusta a la altura de las costillas encorvándolo de dolor y haciéndolo bajar su ya precaria defensa, eb ese momento el guerrero humano que estaba parcialmente rodeado ve una oportunidad y descarga sobre el lizardfolk un tajo con su espadón asesinándolo sin piedad.

Uno de los lizardfolk en un ataque incompresible de locura carga contra la tropa de magus, sin embargo al tratar de alejarse del guerrero recibe un corte del espadón, si bien no lo derriba este avanza mientras pierde sangre, pero su determinación era titánica, sus ojos estaban inyectados en sangre y sus garras ansiosas de muerte, en un feroz salto descarga toda su fuerza contra el magus o uno de ellos sin embargo casi de manera burlesca el mago evita el ataque, sin piedad el estoque del elfo se hunde en el pecho del enemigo el cual ve con sorpresa como su corazón es atravesado con limpieza quirúrgica, a thalathos solo le basta un leve movimiento para retirar su arma y dejar salir un chorro de sangre tanto del pecho como la espalda del lizardfolk que se cae impotente para morir.

Miller contemplaba el campo de batalla en su rostro una mueca de preocupación se hace evidente, él cuenta con una visión privilegiada y se percata de como las tropas aliadas y enemigas se arremolinan al rededor del escenario, sin perder tiempo grita ordenes que son replicadas por los soldados a los francos que para el están en mayor peligro, una vez nota el movimiento de los soldados a su instrucción apunta de nuevo al ya diezmado grupo enemigo, tensa su arco y dispara sin embargo algo desvía la flecha un viento anti natural que va en bajada, el semielfo tiene un mal presentimiento.

La paladina ve caer a sus adversarios y con un intrépido movimiento retira al guerrero humano que tan feroz mente había resistido el franco oriental, los aturdidos enemigos no reaccionan a tiempo ante la llegada de la formidable enemiga, su guadaña despide un cierto tono dorado que aumenta por momentos, los lizardfolks se había liberado del efecto del conjuro del clérigo y sin miramientos despliegan toda su furia en torno a la mujer, en ese momento en un torrente de guarrazos buscaron la carne de Ravena encontrándose con su piel de metal, los mordiscos se cerraron en torno al mango de la guadaña y sus mandíbula en un agónico dolor se abrieron al sentir como se quemaban en carne viva, finalmente lanzan desesperadas estocadas, sin embargo la Asimar que parecía ser la mismísima encarnación de la diosa esquiva y bloque cada uno de los ataques, su mirada reflejaba una compasión extraterrena y en una velocidad sobre humana traza rayos de color dorado que etéreos quedan suspendidos en el aire, dos lagarto quedan inmóviles al instante, como si el mismo tiempo se hubiera detenido, como si la muerte se presentara en persona a reclamar sus nombres, delgados hilos de sangre comienzan a dibujarse en los rostros, pecho, brazos, y uno a uno en pedazos comienzan a caer partes de su cuerpos destrozados, las armas y armaduras de igual forma se rompieron. Al ver la fuerza de la paladina el guerrero mira a la mujer en una mezcla de admiración y terror puro y con Lagrimas en los ojos ruega: Iomedae señora de los guerreros, perdóname si no soy digno y recibe mi alma en el paraíso como sacrificio sin con ello nos das la victoria, la mirada de la paladina se encuentra con la del humano de rodillas frente a ella.

A la distancia el grito del cazador parece romper el momento con un rotundo: CUIDADO EL MALDITO DRACOLISCO la enorme monstruosidad cae en una carga aérea sobre el guardián, el choque de las bestias es brutal levantando trozos del tierra del suelo que se agrieta con fuerza e incluso derriba parte de la casa junto a la que pasaba el Guardian, el basilisco ruge mientras sus garras se sujetan al voluminoso cuerpo del aliado autómata, sus ojos brillan y de su boca comienzan a deslizarse gotas de un verde intenso que al tocar el suelo hacen que la tierra hierva, de manera directa suelta un aliento a quemarropa sobre el guardián, este último se sacude y trata de arrancarse a su enemigo pero sin éxito la roca soltaba humo de color verde mientras se contorsionaba, estuviera hecho de lo que fuera le estaba doliendo y se notaba, sin embargo el Dracolisco no estaba conforme y lanza sus fauces al rostro del guardián que interpone uno de sus brazos, dañado severamente por el ácido le arranca el brazo derecho de un solo tirón.

El cazador ve atónito el acto y da la señal a los hombres para que se disponga a atacar la bestia, con rapidez se hace con dos flechas las ultimas de su carcaj y dispara al dragón, una golpea en el lomo y se rompe antes que poder penetrar la piel, sin embargo, su hermana gemela encuentra un punto flaco en la coyuntura del ala y el torso y se incrusta con fuerte haciéndole sangrar y rugir furioso, el cazador podía sentir la mirada del enemigo que los cazaría a él.

Ante el choque de los titánico enemigos rana salta sobre Niso para protegerlo con su cuerpo, polvo, rocas y fango los cubrían, estaban bien pero la gnoma no podía darse el lujo de esperar la embestida del reptil alado, y arrastra al niño semielfo fuera de la zona de peligro, el pequeño parecía querer resistirse pero rana con la mirada fulminante de una madre osa lo derrota sin palabras, trozos del guardián pasan por encima de su cabeza, ella había ayudado en las construcción de autómata y le dolía en el alma verlo en tan difícil decisión pero había hecho un juramente y debía salvar a NISO, como pudo llego al torreón y tirando del niño se escondió del ataque del enemigo, sus ojos estaban llenos de lágrimas y determinación.

En su desespero el guardián toma su brazo arrancado como arma y lanza un golpe al dracolisco, su brazo una mezcla de piedra y vegetación chocan de lleno contra el reptil, pero estaban tan dañados que se pulveriza sin lograr dañarlo en lo más mínimo, el guardián pierde el balance y se desploma de espaldas cayendo al interior del edificio en ruinas.

el campo de batalla un enjambre de abejas defendiéndose un ataque de avispas y a la distancia los dioses miraban expectantes el resultado de las maquinaciones de la suerte y el heroísmo.

Rania estaba pletórica, sentía la presencia de la diosa en cada movimiento, en cada golpe, nada parecía poder detenerla y si aún no habían ganado es por que le enemigo no se había dado cuenta de su increíble poder.

En cuanto escucho la voz de Miller, Rania observó el choque entre los dos gigantes y como el Dracolisco caía estrepitosamente, esta vez no iba a escapar, caería sobre el con toda la fuerza de la justicia de su lado.

- Este es tu fin criatura!

Camino casi sin prisa hacia el monstruo, incluso el aire parecía detenerse a su paso, elevo la guadaña como si estuviera robándole poder la mismo sol y descargó un terrible golpe contra la criatura, la guadaña entró en las escamas como si fueran papel y atravesó músculo, tendones y órganos a la par.

El campo de batalla era un galimatías, cuya comprensión resultaba costosa. La propia mente trataba de entender qué parte era la más expuesta, la que podía necesitar apoyo mágico. Hacia el sur avanzaban nuevos lagartos solo que hacia uno de los muros lo que quizás permitiría a guardias y elfos mantener la posición.

Más hacia el Este, el dracolisco trataba de acabar con uno de sus poderosos aliados. Agradeció que estuviera tomándola contra el ser de piedra, no contra alguno de sus compañeros.

- Recibe este virote, símbolo de nuestros buenos deseos hacia ti, monstruo.

Cargó de nuevo la ballesta pesada queriendo inflingir alguna herida a la criatura, había que destruirla o dañarla de tal manera que optara por irse. Todo ello porque el fiero draco era justamente el símbolo que les mantenía unidos. Si lo vencían entonces todo se les pondría a favor, ¡acabarían con sus hijos!

Pero extasiado, las manos le temblaron causando que el disparo no tuviera ningún viso de acertar a su objetivo. Se maldijo y pensó que debía de calmarse, solo que aquél gesto era una proeza cuando la sangre orca pulsaba en su interior llenando su mente de la necesidad de causar muertes.

Tharlathos con un golpe al aire limpio la sangre de su espada mientras veia caer al basilisco de los cielos, ahora es tu oportunidad, viejo elfo, se dijo a si mismo mientras se acercaba al basilisco.

Este golpe debe acertar, penso mientras conjuraba la guia de Nethys para que dirigiese su mano en el siguiente golpe.

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El antiguo templo estaba rodeado por todos los francos, centenares de bestias, hombres y lizardfolks se arremolinaban en una gran masa de muerte, dolor y gloria, el destino del mundo estaba bailando en el filo de un cuchillo y solo la suerte o la estrategia daría el resultado de esta batalla.

Al rededor del campo de batalla fuerzas aliadas y enemigas se meten al antiguo templo buscando refugio o cumplir el objetivo de sus comen andantes, al norte un grupo importante de lizardfolk cayo en una laguna llena de estacas costando la vida de una docena de reptiles, sin embargo un grupo nutrido de los hijos del dracolisco se abrían paso por el sur liderados por un monstruoso ser de forma humaniodide y reptil, pero considerablemente mas grande, al oeste comenzaban a ingresar algunos humanos y elfos que rápidamente comenzaban a tomar posiciones en el templo, en tanto al este los héroes batallaban con la amenaza mas poderosa.

el Semiorco levanta su ballesta Pesada una vez mas contra la abominación concebida por Garra Mortal, su virote se proyecta en contra de la bestia pero los nervios le habían jugado una mala pasada, había fallado miserablemente y lo peor era que sus aliados estaban demasiado cerca de esa monstruosidad, de inmediato un mal presentimiento se apodero de si, tan rápido como pudo comenzó a recargar su ballesta ante la impotencia de poder hacer más en medio de un temblor involuntario en sus manos.

Los lagartos avanzaban en dirección a los héroes, sin embargo estos son combatientes entrenados, sus armaduras proyectan mayor cobertura y sus aspectos son mucho mas amenazadores. el primero de estos avanza con cuidado tratando de no caer en las trampas que los defensores habían instalado y tras de este otros le seguían, entre ellos un arquero lizardfolk como el que habían enfrentado hace agunos días.

El pequeño semielfo ve como una escuadra de vanguardia avanzaba contra ellos, HÉROES TROPAS DE ÉLITE AL SUR, NO VA AGUANTAR LA DEFENSA, afanoso mira rana y sin pedir permiso hecha mano de dos de sus flechas, apunta a los lagartos que avanzaban en su dirección, los proyectiles vuelan con letal precisión en el cuerpo de un reptil quien gruñe furioso ante los impactos mientras mantiene la marcha.

El guardia que le había ayudado a mantener la posición se gira al escuchar las palabras del semielfo, sin embargo algo llama su atención, MALDITA SEA, aquí vienen mas anticipando la carga de los adversarios prepara su espadón, entonces lo ve. el lizardfolk mas grade que habia visto en su vida, una masa de musculo de casi 2.4 metros y unos 300 kilos de musculo, en sus manos una estrella del alba aun goteaba restos de lo que quizá fue una desdichada rana.

Al otro lado del campo de batalla miller dispara una flecha mas contra el dracolisco pero al igual que su compañero el disparo resulta ineficaz, en ese momento uno de los soldados junto a el le advierte: señor, están llegando por el norte vienen muchos lagartos, que hacemos?

EL magus aprovecha la pausa y rápidamente castea uno de sus encantamientos, frente a sus ojos se manifiestan miles de posibilidades, blancos y posibilidad de poner fin a sus enemigos, y mas allá de esto la descomunal forma de un dracolisco enfrascado en una batalla brutal con del guardián del templo.

La hoja de Ravena tomo el costado del Dracolisco, su arma estaba envuelta en un destello dorado que desprendía luz propia, al incrustarse la guadaña una explosión de luz lo rodeo todo, el enorme dragón se retorcía de dolor sacudiéndose con violencia mientras sentía como todo su cuerpo parecía estar en llamas, de la boca del monstruo escapa un alarido ensordecedor, la bestia se gira hacia ella con un aspecto amenazador, pero la mujer se mantenía impasible ante la bestia.

Entonces de los ojos del dracolisco un destello de color verde el destello lo envuelve todo y su alas resuenan con estruendo cuando de aleja del suelo para buscar en la distancia una aliada ante el daño recibido, el guardián trata de atrapar la bestia con su único brazo pero se le escapa entre los dedos.

El cazador horrorizado grita: NOOOOOOO al ver como la paladina era rodeada por la luz, con ira dispara a toda velocidad sobre el dracolisco pero sus flechas resultan ineficaces al rebotar contra las escamas de la bestia.

La druida levanta sus manos y en lenguaje secreto comiza a articular palabras que parecen materializarse en runas de azul brillante que la rodean, Niso la mira extrañado y se da cuenta de como esta parece estar en trance mientras se prepara para desatar sus poderes.

El mal herido guardián avanza hasta el franco y al ver enemigos avanza contra estos con pesados y paquidérmicos pasos.

Rania estaba enardecida golpeando al dracolisco, su hoja ha causado un gran daño y puede sentir la agonía de la criatura, pero por desgracia aún no cae, por si fuera poco, de los ojos de la criatura emana una malévola energía verde, pero la paladina confía plenamente en sus habilidades y no se ve afectada por ella, sea lo que sea que hiciese.

- Tendrás que hacerlo mejor! - mientras traza otro arco con la guadaña que vuelve a impactar en las escamas que intentan alejarse.

Al escuchar el aviso de Niso, Rania pega un grito de rabia al escaparse el dracolisco, y va hacia donde se encuentra Niso para cubrir la zona.

Desde la distancia logra ver con Ravenna acierta dos golpes al basilisco y se salva de su intento de causarle un mal que no logra saber que fue, pero se afana a gritar - SIIII!!!, pues desde el inicio de la batalla sabe que hacer caer al basilisco golpeara la moral de sus enemigos.

- SOLDADOS!!! PREPÁRENSE PARA DEFENDERSE, LOS QUE ESTÁN EN LA BARRICADA A LOS ARQUEROS, EL RESTO A LOS LAGARTOS, PROTEJAN NUESTRA POSICIÓN. - Finalmente, el combate había llegado lo bastante cerca del templo, Miller suelta su arco y recoge el mosquete que había dejado previamente preparado, suelta su disparo sobre uno de los lagartos que se acerca por el norte.

Luego de su disparo ve como los enemigos llegan desde toda las posiciones y grita con todo su aliento - DESDE LAS CASAS, APOYEN CON ARQUEROS!!!

El mal ya venía en camino, desde todas direcciones les alcanzaba. Habiendo tantos enemigos no podía saber ya el mejor lugar donde atacar, pero pudo ver y escuchar que por el agua se aproximaban más.

- ¡Disparadles vamos!

Echó a correr buscando algún lugar desde el que una bendición pudiera dar apoyo a los soldados, claro que no era una magia muy poderosa, tenía que apoyar primero desde la distancia, tratando de cegar y con la mentada bendición.

- Aprovechemos estos segundos para abatirles, que caigan atravesados y el miedo les haga retroceder.

Puesto que habían bloqueado con piedras el paso, debían de ganar tiempo y habían allí varios arqueros con ellos.

- Ardua batalla, pero nuestros dioses están con nosotros, pendientes de nuestras hazañas.

Sentía la excitación por participar en la lucha, sin duda combatir le hacía sentir vivo y el riesgo era algo que ni contemplaba, la sangre orca le nublaba el juicio.

Maldicion, mas enemigos al sur penso el elfo mientras oteaba el campo de batalla. Niso ni la Rana van a poder ocuparse de ellos, Rapido viejo elfo,  se dijo a si mismo mientras se movia a toda velocidad hacia el sur interponiendose entre los lagartos y sus amigos.

De su bolsa saco rapidamente un puñado de arena y se lo lanzo a los lagartos, mientras decia en draconido Venid aqui estupidos la sonrisa de los draconidos se torno en sorpresa al cambiar la arena que estaba volando en millones de colores y figuras que les obligo a taparse las caras

El clérigo trata de adaptarse a las dinámicas de la batalla y asumiendo que el templo esta en inminente peligro recoge sus pasos y se dirige a la defensa junto miller, sin embargo antes de llegar ruega con toda su devoción la bendición de su diosa, esta no le es indiferente y un aura comienza a emanar del cuerpo del semiorco, todos quienes estaban cerca podían sentir la confianza y fiereza que tanta falta les haría para la batalla.

Una cuadrilla de enemigos avanzaba en dirección al costado este del campo de batalla, uno de estos lagartos levanta una de sus jabalinas y sin miramientos la dispara en dirección al niño semielfo que los había atacado hace un momento, la fuerza y velocidad del ataque son descomunales el pequeño recibe un impacto directo haciendo que arma lo atraviese de lado a lado, NISO suelta un alarido de dolor que se escucha en todo el campo de batalla AAAAAAAAAAHHHH. impotentes sus compañeros ven como el pequeño resiste, a pesar de sentir que sus fuerzas le fallan el pequeño toma dos proyectiles mas y dispara contra su agresor, su visión es borrosa y aunque uno de los proyectiles impactan el otro falla miserablemente al tiempo que su arco rompe la cuerda.

El guardia que se había logrado sobrevivir a la primera oleada mira gran prevención al enemigo que se alzaba por el este, sus manos empuñaban con fuerza y desesperación el espadón y anticipando el ataque de los amigos se lanza en carga contra los arqueros que escolaban al grandulon, sus pasos levantan tremendo chapoteos pero al descargar su espadón contra el enemigo este resulta ser mas rápido y con una salida lateral se las arregla para evitar ser lastimado, frustrado y una vez mas superado en numero el guardia solo maldice su suerte: LA MADRE QUE LOS PARIO MALDITOS LAGARTOS.

UUUUGHHH acompañado del huesos rotos es lo que se alcanza a escuchar cuando el soldado humano que había cargado contra el arquero sale despedido por los aires por el impacto de la morning star del lizardfolk de tamaño irregular, este ademas paresia haber cambiado de color, pues sus escamas parecían fluctuar entre rojo y naranja, sus ojos estaban inyectados en sangre y una baba blanca y espesa se deslizaba por las comisuras de su boca.

En ese instante el enorme guardián mancillado carga contra la bestia enfurecida y descarga uno de sus brazos como si una gigantesca rama de árbol, esta aterrizara sobre el enemigo, sin embargo, este ultimo elude el ataque usando su descomunal fuerza al desviar el ataque con un coletazo.

El lagarto era cociente de que no puede atacar libremente con el guardián frente a el así que con cautela se distancia del guerrero y confiando en su puntería le dispara a quemarropa con su arco, el lagarto es certero y una flecha se incrusta en una de las uniones de la armadura; en tanto el otro arquero emula la táctica, sin embargo, este centra sus ataque en contra del guardián que avanzaba pesadamente hacia ellos, pero la flecha de esta golpea con una de las partes mas duras del guardián este no recibe daño alguno.

La druida se encontraba en trance y otro de los arqueros se da cuenta de esto a pesar de que el pequeño semielfo parece tratar de cubrirla el adversario tiene claro lo que debe hacer y dispara un proyectil contra la druida, el proyectil sale despedido a toda velocidad, mientras se acerca la apertura en la defensa de la caster se nota que el atacante buscaba su corazón, pero de la nada aparece un trozo de madera, un arco de cuerda rota que se interpone y en el que la enorme flecha de arco largo golpea y se despista de su presa, los ojos de NISO están llenos de orgullo aunque su pecho este lleno de sangre, el lizardfolk asoma su lengua bífida y le espeta una mirada amenazadora.

Un sonido hace que todas las miradas del campo se detengan un instante, la explosión junto al templo es descomunal y una nube de polvo, restos de lizard folk y fuego se alcanzan a ver a la distancia, el diaspro el pistolero fue preciso y basto para dar muerte a cuatro de los atacantes en un solo instante, los dos soldados junto a el le miran con recelo en una mezcla de admiración y miedo.

Sin embargo alguien había sostenido su mirada en el objetivo, un elfo de cabellos plateados le planta cara al peligro y con la habilidad de los años y la basta experiencia mágica articula uno de sus encantamientos al paso, solo se detiene para soltar una lluvia de colores destellantes que rodean a la vanguardia lizardfolk que los acechaba, varios de estos son afectados de inmediato, MISS OJOSSSSSS AAAAARRRRGGGG, ARRANQUENLE LA CABEZA AHORAAAAAA gritaba el arquero en medio de los lagartos aturdido por el encantamiento. sin embargo dos de los adversarios se resistieron en ataque mágico, uno de estos sisea y ruge de manera inexplicable su cuerpo parece inflarse y tomar una forma mas amenazadora, la bestia acorta distancia contra el elfo y descarga un brutal ataque con una formidable estrella del alba, el elfo lo evita, pero al ver como una antigua losa de piedra se destroza en astilla se percata de que un impacto directo puede resultar completamente devastador y doloroso.

EN ese momento el elfo se percata de que no esta solo, su camarada la paladina había llegado justo a tiempo, sin embargo esta se posiciono junto al pequeño semielfo, al ver sus heridas su rostro evidenciaba consternación y una ira sagrada que los enemigos seguramente pagarían con sangre.

Los ojos de la pequeña gnomo se abren y un destello eléctrico asoma, levanta sus manos lentamente hacia el cielo concentra su poder en la punta de sus dedos donde aparecen 4 minúsculas esferas de energía, la druida mira al atacante mas cercano y apuntándole un sendo relámpago desciende de manera vertical sobre el agresor de NISO, haciendo saltar partes de su armadura y armas en medio de un grito ahogado de dolor el cuerpo de la criatura cae inerte ante el ataque y una tormenta parece desatarse en los cielos al comenzar a caer una torrencial lluvia.

Tan ardua batalla era difícil de seguir en su conjunto, tan pronto aparecían enemigos como caían y la suerte quería que los suyos fueran personas capaces que podían enfrentar aquellos duros retos. Se le había contraído el corazón pensando que Niso estaba a punto de perder la vida, el más joven de todos ellos y con el que más ahínco debían de demostrar en su protección. Pudo ver para su alivio que sus aliados lograban evitar aquél fatal trance, quedando el semielfo a salvo.

- ¡Por Sarenrae, que quedaremos en pie victoriosos, mientras que la cobardía no tardará en manifestarse en estas criaturas!

Gritó como si con aquello fuera capaz de causar temor en los enemigos, ya que el semiorco ni sabía si el común era una lengua que sus mentes supieran descifrar.

- ¡Miller, encantaré tu arma!

El gran semiorco avanzaba en dirección al tirador, llegando a la puerta y ahí alargó la mano para poder tocar aquél artilugio moderno que vomitaba hierro cual irascible volcán. Ahora por cinco minutos el arma ganaría otra ventaja añadida a la de la bendición de su diosa: Miller atesoraba magia y con ella debía de traer muerte de un extremo de la batalla al otro.

BIEN!!!, Celebra Miller tras ver la explosión que levantaba pedazos de lagarto por todo el lugar. Tras eso se agazapa de nuevo frente a la corniza y suelta un disparo contra el lagarto que viene delante de los que no han caido, con su acierto, grita: - TENGO MÁS DE DONDE VINO ESE OTRO... JA JA JA!!!

En su disparo había sentido como una fuerza sobrenatural lo ayudaba a apuntar, y con su precisión mejorada agrega - Gracias Xeross.

Tharlathos recibio el ataque del lagarto mientras miraba de reojo como el resto estaban afectados por su conjuro.

-Bien, si quieres bailar, bailemos, le dice al lagarto mientras se pone en guardia al recibir su embestida, pero con una finta hace que el lagarto baje la guardia y la cimitarra del elfo corta carne del lagarto que empieza a sangrar a borbotones

Ravena avanza hacia el grupo de hombres lagarto que está avanzando, para trabarse con ellos y pararlos en el sitio, esperando que sus compañeros tengan tiempo de recolocarse.

En el noreste
El cuerpo del semiorco comenzaba a soltar algo de cítrico sudor, una parte por el miedo del caos que los rodeaba y que poco o ningún cuartel les permitía o quizá la perdida de un aliado como Niso con el cual la mala suerte parcia ensañarse, su cuerpo parecía pesar montañas enteras y este se mantenía estoico en la batalla, su bendición era agradecida e incluso sus aliados parecían dar aún más de lo que podían gracias a esto.
Su palabra sin duda eran un desahogo sin embargo sus adversarios segados por el deseo y quizá al igual que ellos comprometidos por la lucha difícilmente seguían su discurso, por fin, se las había arreglado para llegar junto al pistolero sus manos liberan un sobrenatural resplandor que al toque con el arma hacen que esta se llene de vetas de color dorado de energía sacra, el pistolero lo agradece y se dispone a poner en funcionamiento el artefacto.
Los ojos del pistolero destilaban abundante orgullo de haber terminado con la vida de un puñado de enemigo, por eso al ver como el clérigo aumentaba la potencia de su arma que para su desconcierto había permanecido callada por largo tiempo se posa en un buen parapeto y apunta al lagarto más cercano, aprieta el gatillo, quizá con demasiado entusiasmo y el enorme perdigon se estrella en el suelo a unos centímetros del cuerpo del lagarto, este furioso le enseña los dientes y con el resto del grupo se las arregla para llegar a la base del templo y comenzar un tortuoso camino a la sima, los arquero llegan justo a tiempo para posicionarse y comenzar a dejar volar sus fechas en dirección a los enemigos en lo que podría ser una defensa desesperada.
En el sur oeste
Niso apretaba los dientes, ya no tenía nada con que luchar, era un estorbo en aquella situación, el ya o tenia nada que ofrecer, sabía que podría tomar una espada y saltar al combate cuerpo a cuerpo, pero su herida era grave y su muerte solo traería más desesperación a sus camaradas así que toma quizá la decisión más madura que un niño podría tomar, sus ojos dejan caer gotas saladas de tristeza, y se gira hacia Rana, las palabras se le atravesaban en la garganta, suplicar por salir de allí, no era lo que deseaba pero quizá sería la única manera de sobrevivir, la gnoma lo mira e intuye su desesperación, esta le tiende su arco y le toma por el brazo, -esto aún no termina niño sigue disparando, acaba con los que más puedas que mientras estemos aquí tu no morirás mi niño- un aura de color verde inunda el cuerpo del pequeño semielfo y una vez más la magia de la druida se encarga de sanar sus heridas y sus palabras de reconstruir su orgullo.
El elfo ya se preparaba para acabar con aquel enemigo que se había resistido a su encantamiento, su mano se movía como un haz de luz fugaz dejando una profunda herida en el enemigo que impotente ve salir un generoso chorro de sangre de sus entrañas, sin embargo este no se dejó derribar y enseña los dientes amenazante, en un frenesí de pura furia este descarga una serie de ataque sobre el grupo magus, el primero de estos lo toma por el rostro y a su vez estalla como miles de cristales al tiempo que se desvanece, el siguiente es atravesado por una garra en el abdomen, con mofa este se ríe antes de estallar lo que parece molestar más al enemigo, finalmente una dentellada busca a otro pero ni de cerca logra impactar, por la violencia de los ataque es fácil deducir que un impacto directo habría resultado bastante doloroso.
Al costado del elfo pasa como una flecha la paladina en carga, la hoja de su guadaña rasga a uno de los enemigo que retuerce de dolor, el monstruos maldice y sisea mientras parece escapar del efecto de conjuro y desarmado parece que atacara con sus propias anos, la mujer fuerza sus límites y lanza una segunda estocada que pega de lleno en el arquero que desesperado trata de limpiar sus ojos del efecto del conjuro, a pesar de que ninguno de los enemigos tenía armas en sus manos la paladina no vacilo, ya que sus propios cuerpos era más que suficiente para causar un daño considerable.

En el este
El humano se incorpora aprovechando la confusión del ataque del enorme guardián, justo a tiempo para esquivar una flecha que pasa a centímetros de su rostro cuando uno de los acosadores suelta una de sus proyectiles en dirección a su aliado, hace de tripas corazón y una vez más lanza otra estocada en dirección al enfurecido enemigo, la espada impacta de lleno soltando algunas chispas al impacto, sorprendido el humano nota como la hoja no logra adentrarse en las carnes de la bestia era casi como si su cuerpo fuera de roca o metal, sin duda se trataba de un enemigo más fuerte de lo que se esperaba, a levantar la mirada sus ojos se encuentran y el humano trata de interponer su espadon ante el golpe del arma, sin embargo resulta inútil y golpe da de lleno haciendo que el mundo de un vuelco de 90°, otra vez estaba en el suelo con varias costillas rotas y sus fuerzas casi diezmadas, desesperado clama por auxilio: -AYUDA, AYUDA NECESITO REFUERZOS-.
A su llamado dos soldados se unen a la refriega cada uno corre a toda marcha contra los arqueros suponiendo que estos podrían dificultar una retirada táctica, uno de ellos es impactado justo antes de llegar, a pesar de esto continúan en su misión, pero los dos reptiles resultan ser más elusivos y logran evitar ser impactados. En ese momento el guardián lanza otro de sus ataques contra lizardfolk de la estalla del alba una dentellada hace que retire su extremidad sin embargo deja caer la rama con fuerza sobre el lagarto el cual se ve atenazado en un abrazo descomunal por parte del guardián que por lo menos por el momento lo contendría
Al sur
Solo se escuchar gritos de desesperación y muerte

Miller otea de nuevo sobre el campo de batalla y ve como el Dracolisco desciende al sur, donde esta su bando mas desprotegido pero viendo que finalmente los enemigos han alcanzado su posición, no puede planear un disparo contra la criatura, al menos mientras controla la situación a su alrededor.

Recarga su arma tan rápido como sus manos se lo permiten y suelta un nuevo fogonazo contra las lagartijas.

Ravena sigue luchando con abandono contra los hombres lagarto, su guadaña trazando amplios arcos en el aire, hendiendo la compacta masa verde que tiene delante, serán capaces de responder a su ataque?

El combate no parecía ir mal, aunque tenía la incertidumbre de los destrozos que estaría realizando el dracolisco. Veía importante que el pequeño Niso siguiera en pie, aquello le confería esperanza. A su lado contaba con múltiples soldados y al frente venían los hombres lagarto, los enemigos les habían dado alcance en el templo principal.

- ¡Aún tengo un buen conjuro para recibirles!

Exclamó con jocosidad, llevado por la emoción del combate, embargado también por el flujo de adrenalina. Era una sensacón muy intensa aquella, derivada de su naturaleza orca y debería de contenerla pero en lo que parecía el punto álgido de su parte del enfrentamiento no podía conseguirlo.

Invocó de nuevo la energía divina para lanzar una explosión luminosa.

- ¡En honor a Sarenrae, la dama solar!

Gritó esperando que aquél baño de luz hubiera llegado por sorpresa cegando a varios enemigos. Él había avanzado y estaba ya preparado para el combate que se avecinaba.

Tharlathos volvio a conjurar a toda velocidad para acto seguido clavar su cimitarra en el pecho del lagarto que tenia enfrente, !Acabemos rapido con los lagartos para centrarnos en el basilisco !, dijo el elfo mientras seguia danzando alrededor del lagarto que tenia enfrente