Partida Rol por web

Eón

El Albor

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05/07/2019, 08:56
Director

I N T R O D U C C I Ó N

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07/07/2019, 23:03
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormido. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbado y hundido en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a él hasta fagocitarlo dejándole al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrado obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:06
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormido. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbado y hundido en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a él hasta fagocitarlo dejándole al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrado obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:06
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormido. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbado y hundido en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a él hasta fagocitarlo dejándole al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrado obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:07
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormido. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbado y hundido en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a él hasta fagocitarlo dejándole al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrado obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:08
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormido. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbado y hundido en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a él hasta fagocitarlo dejándole al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrado obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:08
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormido. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbado y hundido en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a él hasta fagocitarlo dejándole al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrado obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:25
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormida. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbada y hundida en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a ella hasta fagocitarla dejándola al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrada obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:26
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormida. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbada y hundida en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a ella hasta fagocitarla dejándola al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrada obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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07/07/2019, 23:41
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Despertó sin acordarse exactamente cuándo se había quedado dormida. 

Una luz mortecina le daba al cielo un color esmeralda irreal. Estaba tumbada y hundida en un suelo de material similar a la arcilla. Fresco y húmedo pero cómodo, como si fuera un colchón que se hubiera adaptado perfectamente a ella hasta fagocitarla dejándola al descubierto sólo su cara. 

Lo primero que vio, borroso, recién abiertos los ojos, fue que yacía bajo algo con la forma de un árbol de gran porte, nudoso, de esbelto y grueso tronco y largas ramas, color rojizo que al contraluz parecía casi negro.

El material en el que estaba semienterrada obedecía al impulso instintivo de incorporarse sin oponer resistencia como si fuera un flan pero luego parecía suficientemente duro, como una colchoneta bien inflada, cuando se pisaba para sostenerse sobre él.

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08/07/2019, 00:09
Danny Jankovic

Abro los ojos. Parece de noche, pero el cielo está verde y brilla. Encima de mí hay un árbol sin hojas que parece muy alto, pero no estoy seguro. Estoy hundido hasta la barbilla en algo suave y frío, blandito, que se deforma como plastilina con mis pequeños movimientos al despertarme. Estoy cómodo, estoy tranquilo. Podría cerrar los ojos y volver a dormirme, pero no tengo sueño. O sea, seguro que estoy soñando, porque todo esto es muy raro. O puede que sea otra realidad, como la del Eón, o la de la nave. De todas formas es bonito y no da miedo. Me gustaría levantarme y mirar a mi alrededor, ver dónde estoy, qué es lo que hay.

Así que me estiro despacio, sin hacer movimientos bruscos. Pongo mis manos en la superficie, impulsándome hacia arriba mientras muevo las piernas para apartar la tierra, si es que es tierra, y subirme encima. Me doy cuenta de que no me cuesta nada, y que esta «tierra» es lo bastante dura como para andar por encima. Me pongo de pie. Me siento bien. Muy tranquilo y despierto a la vez, animado, con ganas de ver y descubrir cosas. Andando despacio, me acerco al árbol grande para ver su corteza, y la toco para notarla en mi mano, para apreciar la textura. No sé por qué tengo la sensación de que si quisiera podría hablar con él.

Hola, árbol —digo. Y mi voz no suena estúpida, ni adormilada, ni sosa. Suena normal, hasta segura. Pero bueno, tampoco es que haya nadie que pueda reírse de mí por hablarle a un árbol, aunque no me conteste. La verdad es que me daría igual, y eso me sorprende un poco.

Respirando el aire fresco, me doy la vuelta para ver mejor todo lo que me rodea.

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08/07/2019, 03:36
Ryu Akahoshi

Verde es la luz que me baña y verde mi confusión.
Verde es la visión que ocupa mi pensar.
Aciago destino el de los ojos que no quieren ver
y el de las manos que no desean amar.

Azul.

Herido de tiempo y espacio
palpita mi paso y mi pulso.
El destino
o sino
nunca desvela
el giro de la mítica rueda.

Violeta.

En el silencio de las voces
cimbran las melodías de cristal:
temeroso río de siluetas profanas,
augustas sombras de brazos eternos,
música de las esferas,
fuegos fatuos,

Rojo.

labios ardientes,
sombras irisdicentes
un ojo azul de ébano y lete,
letanías del imago;
imágenes claras, meridianas,
de avatares lóbregos e inciertos.
¡Siempre girando,
siempre respirando
con el universo!

¿Dónde estoy? ¿Qué es esto? No puedo imaginarlo. Mi primer impulso es sentarme y mis manos recorren la textura del caldo primordial que me rodea. Me pongo de pie y con la palma de mi mano recorro el árbol que extiende sus ramas desnudas al infinito. Miro en derredor: no sé qué es lo que ha pasado.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Perdón por la poesía, sé que no es lo común pero no tenía otra forma de expresarlo XD

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08/07/2019, 08:44
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Ya en el primer instante, mientras se incorporaba, se había dado cuenta de que ese ser no era el único. Otro más grande casi cruzaba sus ramas con él. Y había otro, y otro... poblando algo parecido a un bosque.

Su textura no era la de la madera. No era corteza sino más bien la piel de un animal viejo. Muy lisa, mojada, más caliente que el suelo. La poca luz ambiental mataba su tono haciéndolo parecer oscuro pero su color era el coral.

Su mano le dio la sensación de un lento pálpito, como el presentimiento de una respiración. Fue gracias al tacto por lo que reconoció una de sus caras, con los ojos cerrados, formando lo que a la vista le había parecido un nudo. Una cara humana desdibujada como si se la hubiera pintado en un líquido viscoso que luego se hubiera removido un poco hasta hacer irreconocible su expresión. Entonces reparó que las formas sinuosas que había recorrido más abajo tenían la simetría de las costillas y supo que estaba vivo y dormido.

Antes de que le diera tiempo a reaccionar al hallazgo escuchó la voz de Danny, que reconoció, cuándo el cabo “Topo” saludó al ser con un sereno “Hola, árbol”. Su físico imponente -a pesar de no pasar el metro ochenta era extremadamente fuerte y robusto- y su expresión inocente le hacían parecer un daimón benévolo salido de un cuento.

Notas de juego

1 de 2

¿Cómo que pedir perdón por una poesía? ¡Eso jamás! Además... ¡A Ryu le queda genial! XD

Edito: he matizado algo la descripción de Danny.

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08/07/2019, 08:58
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Ese ser no era el único. Estaba acompañado de otros semejantes, tan grandes o incluso mayores. La mano de Danny recorrió lo que no le pareció la corteza de un árbol sino más bien la piel pulida de un ser muy anciano. Como de una de esas abuelas con el cutis sin arrugas. Aunque tenía la presencia de un fósil viviente no le pareció que estuviera muerto. Tras saludar descubrió que al otro lado del tronco había alguien más, atlético, de porte altivo y gesto suspicaz y contemplativo a la vez, tan alucinado y atento como pudiera estarlo él.

Notas de juego

1 de 2

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08/07/2019, 09:00
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Ambos estaban desnudos, con su piel brillante, mojada aquí de esa especie arcilla que hacía de suelo. Se habían descubierto el uno al otro tocando el mismo ser, cada uno a un lado de su tronco.

Notas de juego

2 de 2, ya podéis postear.

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08/07/2019, 12:40
Darya Gevorkian
Sólo para el director

Una vez más aquella sensación de discontinuidad que sintiera al despertar en la nave la asaltó con fuerza. No podía recordar cómo había llegado allí. De nuevo intuía que había cerrado los ojos -tal vez pestañeado, no estaba segura-, y ahora todo a su alrededor era diferente. Al igual que en la sala de asignación su cuerpo se encontraba tumbado. No sentía dolor, frío o incomodidad excesivas sumergida en una especie de arcilla que se amoldaba a su cuerpo. Pero su mente saltó como un resorte. No pudo evitar emitir un grito aún apelando a toda su fuerza de voluntad.

Hizo un gran esfuerzo por moverse despacio aterrada como estaba de que aquel barro la tragara por completo. Sin embargo comprobó que el material de que estaba hecho no oponía resistencia a sus movimientos. Incluso pareció cambiar y hacerse más duro una vez emergió por completo y se puso en pie sobre él.

Junto a ella había una estructura que parecía un árbol y ambos se encontraban bajo un firmamento verdoso que tenía un aspecto antinatural. Miró su cuerpo y tocó su pelo tratando de comprobar si era ella misma o al menos un cuerpo igual al suyo y de nuevo buscó el rastro de las cicatrices en el interior de sus antebrazos. Después, separándose de la estructura arbórea, temiendo que pudiera moverse o hubiera escuchado su grito, se alejó de ella intentando no emitir ningún sonido más. Miró en todas direcciones, incluido el cielo, tratando de encontrar la luna o las estrellas, el horizonte o cualquier indicio familiar que  pudiera indicarle dónde estaba.

- Tiradas (3)
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08/07/2019, 16:02
Danny Jankovic

Desde que he llegado me ha parecido que el árbol está vivo. O sea, todos los árboles están vivos, pero este parece más vivo que la mayoría. Como si pudiese pensar o hablar o algo así. Cuando toco la corteza me lo parece aún más. Es como tocar piel, una piel fina, suavita, como la de una persona mayor. Sorprendido, acaricio el árbol con suavidad. No sé qué maravilla es esta, pero es eso, una maravilla.

Entonces veo que al otro lado del tronco hay alguien, una persona. Es un hombre elegante, de esos que tienen los ojos rasgados y a los que me cuesta tanto acertarles la edad. Es curioso. Aunque estoy desnudo, no tengo el típico impulso de taparme que normalmente tendría. A lo mejor es porque él también está desnudo. Eso iguala las cosas, supongo. El desconocido está en muy buena forma, como si se hubiese estado entrenando toda la vida, y parece una especie de guerrero o algo. Él también tiene el cuerpo mojado de la misma tierra de la que yo he salido, así que imagino que está en las mismas que yo. Me lo quedo mirando tal cual, callado, con los ojos algo más abiertos de lo normal. Cuanto más miro al desconocido, menos desconocido me parece. Pero… Un momento. Si él también está aquí… ¿quiere decir que es uno de nosotros? De repente siento una especie de emoción mezclada con nervios. ¿Será uno de los otros, de los que no encontraron nuestros rescatadores?

Hola —saludo simplemente, levantando una mano. Luego me la llevo al pecho y me rasco despacio, con gesto ausente. Decido probar suerte—. Yo soy Danny. ¿Tú quién eres?

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08/07/2019, 21:27
Egra de Nula
Sólo para el director

En un primer momento parpadeo. ¿No es lo que el habito marca para este momento?

Recuerdo que antes no lo estaba haciendo. Por manifestación de un propósito. Si no había llegado a parpadear ¿Como es que el paisaje alrededor ha mutado?

Me asustan las explicaciones que me voy muy rápidamente inventando y ese pánico convierte la palabra justa que merece la situación en un gañido estirado, con alma de mala leche y fiasco, encajonados con los restos del empeño de que no se desbordara.

- ¡Jooooodaaaaaarrrggghhhuuuuunnnnnggggggg!

Otro cambio. Otra incertidumbre mental. Otro emplazamiento confuso.

Estoy empezandome a sentir alienada de la confianza en la seguridad de la consistencia de la realidad.

No es bueno empezar a considerarla como un órgano enfermo. O derivar a pensar en corroborar el propio trastorno. A pesar de los síntomas.

Ya el cielo mismo no ofrece una cara muy sana. Y el abrazo, inesperado, de recepción alrededor es acogotante aunque, al final resulta fácilmente superable.

La sombra de una grieta en la estampa del horizonte, como un tajo de relámpago oscuro primero y después en tonos rojos, me observa o me da la bienvenida o solo esta ahí como un accidente.

Entre neuronas comienza a aparecerse a un árbol o su remedo y, tras la fase de tenue combate con el éter solido que era mi envoltura, consiste en el siguiente y único epicentro de atención indígena. Dentro yo ya transporto algunos otros.

Vigilandolo de reojo, rastreo con cuidado mis aledaños con el anhelo de vislumbrar a los otros: Danny, Forest, Adrien, incluso a Zurah y Yulien y el ansia secreta de que me hagan olvidar que me lo pueda estar inventando todo y se este derramando mi cabeza.

- ¿Hola? ¿Hola, alguien mas me ve? ¿Me escucha? ¿Hay alguien aquí?

Esperando la respuesta consigo apuntalar la suficiente firmeza física - es suelo propone un extraño equilibrio - como mental y oteo el craso resquicio contra la uniformidad verdosa, de la forma arbórea, queriendo desentrañarla un poco antes de tocarla, por que, aunque mis manos no tendrían vergüenza en posar sobre sus formas, aun respiro la tensión difusa de la sorpresa y el dolor y la incomprensión del gesto similar de Adrien.

Así que miro ejecutando aspavientos en el aire de interrogación silenciosa acompañados por mis labios como una titiritera que se preguntara que a pasado con sus criaturas y el porque de mas y mas preguntas.

- Tiradas (2)

Notas de juego

En la tirada de Que eres (enfocada al árbol) no se si entra cosmogonías.

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09/07/2019, 03:19
Forest Monroe
Sólo para el director

Forest se empapa del hermoso color verde mientras respira hondo por la nariz. A fuerza de verse expuesto a cambios bruscos de entorno, existencia y realidad, su mente ha aprendido de alguna forma a lidiar con la desorientación.

Es un sueño. Era un sueño. Siempre ha sido un sueño. Un sueño real. Todo es real. Siempre lo ha sido. Era real. Es real.

Los dedos de Forest se hunden en el extraño material, sintiendo su textura y su humedad. La mano izquierda se cierra, agarrando un puñado del suelo de consistencia curiosa. 

Sin hacer el más mínimo esfuerzo por incorporarse, se toma un precioso tiempo en evaluar el material. Sus características suponían un desafío arquitectónico y comenzó a divagar sobre la presencia del árbol y su contacto con la tierra. Este material no era artificial, era rico en nutrientes.

Con la idea reconfortante de estar sobre un suelo fértil, se incorpora y estudia su entorno, esperando casi por inercia visual encontrar a sus compañeros.

Notas de juego

(Investigo el material y observo los alrededores)

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09/07/2019, 04:18
Ryu Akahoshi

Me quedé de una pieza al contemplar a los seres que allí dormían y respiraban, ¿Y yo qué hacía allí? Un estremecimiento me recorrió de pies a cabeza y me di cuenta de que estaba temblando: había viajado, había viajado de nuevo y tal como había temido no sabía en dónde estaba, sin preparación y sin despedidas... Pude sentir la desesperación que comenzaba a escalar desde el mismo centro de mi pecho hacia el resto de mi cuerpo y entonces noté que no estaba solo. Reconocí la voz de quien estaba del otro lado de este ser que era al parecer al mismo tiempo vegetal y animal, reconocí su timbre de voz cuando lo saludaba; la reminiscencia de la nave volvió con todo su poder y la dureza de su realidad.

-Danny -lo saludé dubitativo apenas alzando la voz, no sabía si quería despertar a los árboles animalescos que allí descansaban -Danny soy yo, Ryu -me señalé -¿Te acuerdas de mí, de la nave? Estábamos juntos con otros compañeros y luego nos separamos -quería creer que me recordaría pero no estaba seguro, no sabía cuánto tiempo había pasado para él desde que estuviéramos en aquel lugar de las estrellas. Luego dije mi nombre en clave para ver si ese sí lo recordaba: -Soy el teniente libélula.