Partida Rol por web

Eón

El Albor

Cargando editor
17/07/2019, 14:05
--

Primero escuchó algo parecido al correr de un fluído. Si alguna vez ella había querido imaginar qué se sentiría junto a una de esas ballenas extintas de las que había oído hablar en su educación en el Eón ahora podía hacerse una idea.

Luego sintió el aire moverse empujado por el movimiento silencioso de las extremidades y el ser se plegó como si fuera una mano gigante hasta quedar tocándose las puntas de sus dedos o como una flor extrañísima plegando sus pétalos. 

Los "árboles" contiguos también giraron sus ramas apartando las que estaban más cerca y acercando un poco las que estaban más lejos, expectantes, creando un claro en torno a Sybil y su interlocutor que permaneció quieto unos segundos hasta que se abrió en un movimiento armonioso, como una anémona. No era un gesto simple ni mecánico, tenía algo expresivo, danzarín y cuando terminó junto a Sybil había puesto tres de sus extremidades, de las que antes estaban más distales con respecto al suelo, con sendas cabezas pendiendo de sus alargados cuellos, en los que sobresalían minúsculos “bracitos”. 

Habían bajado de lo alto y la observaban como tres hermanos gemelos diferenciados por los avatares de la edad con los ojos abiertos, humanos, negros, pero con otra mirada que recordaba a los peces. Estas cabezas parecían las partes más jóvenes del ser y tenían largas barbas morenas. Una abrió la boca sacando una lengua de más o menos un palmo y las otras dos la imitaron y quedaron allí, pendiendo de sus ramas, expectantes, un segundo si acaso, antes de ponerse a cantar.

El coro a tres sonó raro. Primero mezclando una voz infantil y otra grave y rota -ambas ininteligibles- con un sonido más digno de un instrumento de cuerda que de un humano. Luego parecían tres gaitas sincopadas que fueron bajando su estruendo hasta quedarse en una especie de duelo de flautas dulces junto con la voz de niño que terminó con un sólo emotivo. 

Había armonía y ritmo pero el conjunto tenía un algo animal, como un graznido muy florido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Edito: he hecho algún cambio pequeño pretendiendo que se entienda mejor (no sé si con éxito o no) :-)

Cualquier cosa, pregunta.

Edito II: he añadido una frase al final.

Cargando editor
17/07/2019, 18:44
Faraz Snowden

Miro a Ryu sin dejar de sonreír. Cualquier otra persona habría sufrido un ataque de pánico al verse repentinamente transportada contra su voluntad a un lugar tan extraño como este, pero él no. Sus ansias por saber, por desgranarlo todo y llegar hasta el final, superan cualquier otra consideración. Me pregunto si su experiencia como crítico de arte lo ayuda a contemplar este paisaje tan pintoresco desde otra perspectiva, pero lo que tengo claro es que su arrojo y su pasión son dos cualidades admirables, y del todo imprescindibles en nuestro grupo, si realmente queremos resolver el rompecabezas que tenemos delante. Mis ojos se llenan de afecto, y lo saludo con una leve inclinación de cabeza.

—Ahora que lo mencionas —digo con un tono que suena algo lejano—, debo pedirte disculpas. Anoche me fui sin despedirme. Necesitaba estar solo y poner en orden mis ideas. Demasiada información. —Me señalo la frente con el dedo índice, dando un par de golpecitos—. Pero no estaba muy lejos. Meditaba en el jardín trasero de la casa de invitados. A algunos os oía dormir… —digo con una sonrisa de medio lado—. No sé qué hora sería, pero al final yo también me fui a acostar… y me acabo de despertar aquí. —Abro los brazos y los dejo caer a mis costados—. Estoy bien, supongo. Todo lo bien que se puede estar en nuestras circunstancias, en todo caso. Pero, al igual que tú, estoy más intrigado que asustado. ¿Estaremos perdiendo la cabeza? —Dejo la pregunta en el aire, y me quedo mirando al cielo en silencio. Tras unos instantes, bajo la cabeza para mirar a Danny—. ¿Y tú? ¿También has despertado aquí sin más?

Cargando editor
17/07/2019, 20:58
Egra de Nula

- Entonces he perdido a Danny, Forest y Adrien pero para encontrar una pista del resto - me confirmo junto a la pregunta inmediatamente consecuente - ¿Que ha hecho que perdamos la conexión? - sonrío quedamente - Al menos no han querido que toda.

Respiro hondo mirando un momento al suelo y luego entornando los ojos para evocar calma. Estaría empapada si la tensión fuera sudor y no solo molesta tirantez en todos los músculos. Debo moderar el golpe de adrenalina y endorfinas si no quiero envenenarme y acabar mas agotada. Aun el efecto consciente de buscar control no es completo. Atrapo la respiración y el tono general de mis gestos pero alguno se escabulle. Como la instintiva comprobación ritualista de la cicatriz en el antebrazo.

Pongo la mirada en Erik, apenas recordando las particularidades de nuestro contacto anterior. Lo que hace mas fácil coger el detalle y construir su imagen mnemotécnica.

Aun segura de que no se construirá si no extraña, la satisfacción, en una mueca limpia, trata de iluminar mi semblante.
Doy un par de pasos entre el hombre y la criatura. Suficiente para guardar las distancias pero acrecentar la confianza.

- Ocurre que esta vivo. Al contrario de los otros similares que hemos encontrado. Todos aquí lo están. Como lo permite este sitio. - comparto situandome mas cercana - ¿Suiza? - repito rebuscando mentalmente, en la fugaz inspección al libro de tierras, el Atlas, la situación con respecto a la nuestra - ¿Año? ¿Lo sabes? ... Danny, Forest y Adrien. Estaba con ellos. Sufríamos un problema. Algo que ver con nuestra naturaleza innata. Transhumanismo  y dataismo. Y mucho factor humano. No se que ha pasado después - martirizo insistentemente en silencio uno de mis rizos antes de continuar - Sabemos de los Soteres. Algo. La Revolución. Las anomalías, nosotros entre ellas - comento con leves vistazos a su rostro alternados con otros al Ente frente a nosotros.  Reflexionando la oportunidad de este momento y el aprovechamiento de cada segundo - Cairo. Nuestro lugar se llama así.

- ¿Crees que podrá hablar? - pregunto señalando - No veo otro sentido a estar aquí que permitir comunicarnos. Entre nosotros. Con Ellos - abro el gesto a todo el area - ¿Hola? ¿Queréis decirnos algo? Somos buenas escuchas y nos interesa lo que deseáis manifestarnos - digo dirigiéndome al rostro avejentado vislumbrado en las superficies arbóreas - ¿Hola? - vuelvo a repetir. Me dispongo a esperar consciente de la incógnita de recibir una respuesta. Mientras vuelvo a contactar con la mirada de Erik media sonrisa en ristre - Me alegra conocerte en persona. Me alegra que estéis todos bien.

Cargando editor
17/07/2019, 22:01
Danny Jankovic

El hombre me reconoce. Dice algo bonito: «Estamos unidos, pase lo que pase». A lo mejor es verdad. A lo mejor algo nos une y es imposible separarnos. Dice que es Faraz. Faraz, sí. Igual que me ha pasado con Ryu, también lo reconozco, aunque nunca haya visto su cara de verdad. Ryu y Faraz se saludan con alegría al reencontrarse. Yo también estoy contento, pero para mí es diferente: ahora los estoy viendo por primera vez. Me alegro de que estén bien. No hace ni un día que nos separamos y parece que haga mucho más.

Parece que tanto Faraz como Ryu se habían ido a dormir antes de aparecer aquí. Faraz me pregunta si también me he despertado aquí. Me encojo de hombros, mirándolo sin más. ¿No está claro? Pero luego me doy cuenta de que a lo mejor tengo que explicarlo mejor. Me llevo la mano al pecho y me rasco, despacio.

Yo, yo no estaba durmiendo. Adrien acababa de tener un accidente. Íbamos a ir al hospital. —Arrugo un poco la cara. No me gusta tener que explicarlo otra vez y tener que pensar en eso—. Ya se lo he contado a Ryu. Ya sabes que tenemos poderes, ¿no? Pues algunos son peligrosos. Algunos usan tecnología del Gólem —repito como un loro lo que nos dijo Yulian—, y la magia de los sóteres hace que vayan mal. —Suspiro, empezando a agobiarme. Siempre tengo la sensación de que me cuesta contar las cosas bien—. A Adrien le salió una mariposa por la boca. Dicen que es un… un géneta. Eso quiere decir que puede hacer aparecer cosas. Hasta cosas vivas. Luego Forest pensó en su hermana, ¡y apareció! Pero solo era una imagen, hecha de… de algo que flota en el aire. Tecnología del Gólem. —Cruzo los brazos, abrazándome el cuerpo. Ryu y Faraz me están mirando. Nunca había hablado tanto rato seguido en toda mi vida. Pero tengo que seguir—. Yulian, uno de nuestros rescatadores, dijo, «no la toquéis». Pero Adrien la tocó. Creo que quería darle vida. Pero entonces la hermana de Adrien empezó a gritar y a, eh, a cambiar. Le salieron brazos de la cabeza y no sé. Empezó a quemarse. A Adrien se le de-deshizo la mano con la que la había to-tocado. —Ahora estoy hablando rápido, y me cuesta no trabarme. Me llevo la mano al cuello, sujetándomelo como si fuese un collarín—. Yulian nos hizo salir de la casa. Luego hubo una explosión, y todo se acabó.

Me quedo callado un rato, con los ojos pasando de Faraz a Ryu. Me siento mal por haber roto el buen rollo, pero creo que esto es algo importante.

Estábamos en la calle. Íbamos a ir al hospital a que le mirasen la mano a Adrien. O sea, la que ya no tenía. —Obvio—. Y entonces he aparecido aquí. Debajo de un árbol. Y me he encontrado a… a Ryu. —Hago un gesto vago con la mano hacia Ryu. Luego los miro a los dos, a ver cómo reaccionan. Trago saliva.

Notas de juego

Una pregunta, Cusa: ¿Aquí tenemos nuestras cicatrices, tatuajes, etcétera?

Cargando editor
18/07/2019, 00:21
--

Algo parecido a un canto coral se empezó a escuchar a lo lejos. Una voz infantil y otra grave. Enseguida se les unió algo parecido a un instrumento de cuerda pero que bien podría ser el mugido de un animal cantarín. Luego cambiaron a algo que se parecía remotamente a un concierto de tres gaitas que pasaron del estruendo a lo que parecía un duelo virtuoso entre flautas dulces que sonaban rarísimo. Se podría decir que tenían armonía y ritmo pero en general había algo como animal, como si fuera el sonido característico, el graznido de esos seres.

En total la exhibición no duró más que unos pocos minutos y en cuanto terminó comenzó a escucharse un rumor que venía de las parte más alta de las “ramas” de todo el "bosque". Ahora que se movían emitiendo sonidos desde abajo se podía apreciar que casi todas las últimas extremidades, las que ya no se ramificaban más,  en su parte más alta, en su ápice, terminaban con una cabeza. La mayoría tenían pelo, muchas una larga barba. 

Movían la boca y bisbiseaban zarandeándose a un lado y a otro. Hablaban entre ellas con unos fonemas rarísimos que aunque parecían emitidos por una voz humana no daba la sensación de que ningún humano fuera capaz de repetirlos.

Ese rumor sólo duró unos veinte segundos. Tras él todo quedó quieto y volvió el silencio.

Notas de juego

Edito: Me había inventado un verbo. Lo he corregido.

Cargando editor
18/07/2019, 00:22
--

Algo parecido a un canto coral se empezó a escuchar a lo lejos. Una voz infantil y otra grave. Enseguida se les unió algo parecido a un instrumento de cuerda pero que bien podría ser el mugido de un animal cantarín. Luego cambiaron a algo que se parecía remotamente a un concierto de tres gaitas que pasaron del estruendo a lo que parecía un duelo virtuoso entre flautas dulces que sonaban rarísimo. Se podría decir que tenían armonía y ritmo pero en general había algo como animal, como si fuera el sonido característico, el graznido de esos seres.

En total la exhibición no duró más que unos pocos minutos y en cuanto terminó comenzó a escucharse un rumor que venía de las parte más alta de las “ramas” de todo el "bosque". Ahora que se movían emitiendo sonidos desde abajo se podía apreciar que casi todas las últimas extremidades, las que ya no se ramificaban más,  en su parte más alta, en su ápice, terminaban con una cabeza. La mayoría tenían pelo, muchas una larga barba. 

Movían la boca y bisbiseaban zarandeándose a un lado y a otro. Hablaban entre ellas con unos fonemas rarísimos que aunque parecían emitidos por una voz humana no daba la sensación de que ningún humano fuera capaz de repetirlos.

Ese rumor sólo duró unos veinte segundos. Tras él todo quedó quieto y volvió el silencio.

Notas de juego

Edito: Me había inventado un verbo. Lo he corregido.

Cargando editor
18/07/2019, 00:25
--

Algo parecido a un canto coral se empezó a escuchar a lo lejos. Una voz infantil y otra grave. Enseguida se les unió algo parecido a un instrumento de cuerda pero que bien podría ser el mugido de un animal cantarín. Luego cambiaron a algo que se parecía remotamente a un concierto de tres gaitas que pasaron del estruendo a lo que parecía un duelo virtuoso entre flautas dulces que sonaban rarísimo. Se podría decir que tenían armonía y ritmo pero en general había algo como animal, como si fuera el sonido característico, el graznido de esos seres.

En total la exhibición no duró más que unos pocos minutos y en cuanto terminó comenzó a escucharse un rumor que venía de las parte más alta de las “ramas” de todo el "bosque". Ahora que se movían emitiendo sonidos desde abajo se podía apreciar que casi todas las últimas extremidades, las que ya no se ramificaban más,  en su parte más alta, en su ápice, terminaban con una cabeza. La mayoría tenían pelo, muchas una larga barba. 

Movían la boca y bisbiseaban zarandeándose a un lado y a otro. Hablaban entre ellas con unos fonemas rarísimos que aunque parecían emitidos por una voz humana no daba la sensación de que ningún humano fuera capaz de repetirlos.

Ese rumor sólo duró unos veinte segundos. Tras él todo quedó quieto y volvió el silencio.

Notas de juego

Edito: Me había inventado un verbo. Lo he corregido.

Cargando editor
18/07/2019, 18:32
Erik Du Mont

Erik frunció el ceño. Claro que está vivo, es un árbol... Le habría gustado decirlo, aunque sentía que Egra no se refería únicamente a eso. Asintió lentamente pero se quedó en silencio unos instantes, buscando las palabras para decirlo. Dudaba si era buena idea decírselo sin más en aquel lugar, estando tan perdidos como estaban, o debería esperar a tener otra oportunidad. ¿Pero cuándo llegaría?

- A nosotros también nos han contado eso. Y la conciencia con la que compartimos cuerpo aquí... - Erik tragó saliva y miró los ojos a la mujer - Egra, el año... era alrededor del 2300, no recuerdo la fecha exacta. Pero el año no es relevante. No estamos en el mismo planeta del que vinimos. Conurbación Dongan-Verne-Toluca. Si vosotros también vinisteis de allí, somos todos de la misma ciudad y este... El lugar en el que hemos aparecido todos, sospechamos es otro planeta. - dijo finalmente, con gesto dolido. No quería ser él quien se lo dijera, pero si aquel encuentro era efímero y no volvían a encontrarse, debían saber todas las respuestas posibles. Y el estaría disponible para ayudarla a asimilarlo en cualquiera de los casos.

Permaneció desconcertado ante el interés por el extraño árbol y por si podía hablar, preguntándose si habría oído algo extraño que él no. Así que permaneció a la espera y observó con un gesto de horror y total extrañeza al árbol. No eran alucinaciones suyas, ¿verdad? Se giró hacia Egra para comprobar que ella también lo había oído. Abrió y cerró la boca varias veces, pensando qué responder a los cánticos y los murmullos y las cabezas, y finalmente sacudió la cabeza. 

- Esto... ¿Qué es esto? - preguntó en susurros, como si temiera que comenzaran a hablar otra vez - ¿Los demás hacen lo mismo? ¿Y qué pasa si lo toco, lo has hecho tú? - se giró para mirar a los demás árboles, viendo si todos eran como aquel. Le recordaba demasiado a lo ocurrido en la nave. Segmentación distal explosiva...

Cargando editor
18/07/2019, 20:35
Cabira #14

"Cuando los encuentres, enloquecerás" 

Recordó Tabitha, mientras era testigo de la negación de Darya, ante la cual no podía sino mirarla, atribulada, sintiendo un dolor punzante e indescriptible al escuchar cómo decía que ella no era su hija. No del modo en el que la propia Tabitha lo planteaba. 

Del resto, le costaba seguir el hilo de lo que decía. Tenía que hacer un esfuerzo consciente por tratar de ensamblar cada palabra en un contexto que no comprendía, y que la desbordaba- Ellos... Ellos os hicieron esto...-dijo, sin más, viendo cómo el hombre de piel oscura al que la mujer había llamado Forest, se acercaba finalmente a ella, y posaba una mano en su hombro. Un gesto, que la estremeció profundamente. Algo que aquel en quien veía el rostro de Noah parecía temer, y ante lo que se sobreponía, para acercarse a ella, que apretaba los labios, conteniendo un sollozo, y cerraba los ojos, con fuerza, durante un instante, sin apartarse. 

Quizá poseáis consciencias diferentes a las que... Venían junto a vosotros, cuando os parí. Quizá sólo os han arrebatado los recuerdos. Quizá... -dijo, aclarándose la voz, al notar cómo un nudo en la garganta la estrangulaba, a pesar de que quizá no poseyese cuerdas vocales- No me importa. No estaríais aquí de no ser por Ellos, y de no ser por mí. Ellos, os metieron dentro de mi vientre. Y de mi cuerpo salisteis vosotros. - aseveró- Lo que hicieran después con vuestros cuerpos... Con vuestras almas o vuestras mentes... No niega el hecho de que soy vuestra madre. De un modo u otro.-recalcó, apoyando una mano sobre la de Forest, despacio, como si tratase de no hacerle daño.

El árbol... El árbol es otro individuo. Un embrión humano que ha sido hibridado por la biota nativa de un ecosistema extraterrestre.-dijo, dibujando una mueca llena de confusión, como si ni siquiera ella misma entendiese del todo lo que decía- Yo soy un embrión humano, gestado en una matriz tecnológica. Mi función es cuidaros, especialmente a vosotros. Aquellos que conservaron el fenotipo humano... -añadió, mirándolos, entre asustada y espectante- Os... ¿Os dice eso algo? Yo, no termino de comprenderlo. Fue... Lo que escuché al llegar aquí. Alguien ha querido hacérmelo saber. Y no sé quién. 

Cargando editor
18/07/2019, 21:23
Danny Jankovic

De repente pasa algo. Alguien empieza a cantar, o eso parece. El canto se convierte pronto en una serie de sonidos rarísimos a medida que se van juntando más… ¿voces? ¿O qué son? ¿Qué es lo que estamos oyendo? Nunca había oído nada igual en mi vida. Parece… no, es música, pero una música que parece de otro planeta o algo. Da un poco de miedo, pero también es bonito, creo. Es raro. Es como estar viendo y oyendo cosas que sabes que nadie más ha visto u oído nunca.

Entonces, las ramas de los árboles empiezan a moverse, y veo que al final tienen cabezas. Cabezas de personas que hablan, que se dicen cosas unas a otras, pero no entiendo nada de lo que dicen. Y yo no puedo dejar de mirar, pasmado, con la boca abierta. ¿Dónde estamos?

Después de unos segundos, las cabezas dejan de hablar, y todo se queda otra vez quieto y callado. Alucinado, bajo la cara para mirar a Faraz y a Ryu. No sé si reírme o si ponerme a gritar, así que me los quedo mirando boquiabierto, sin más.

¿Qué está pasando?

Cargando editor
18/07/2019, 23:03
Darya Gevorkian

A pesar de la confusión del rostro de Tabitha, ésta seguía aferrada al hecho de que, fuera como fuese y hubiera ocurrido lo que hubiera ocurrido, ellos eran sus hijos, “ellos” en un sentido tan amplio de la palabra que parecía incluir todos los cuerpos que pudieran habitar y cuantas vidas pudieran vivir. Darya no podía dejar de mirar los gestos de aquella máscara que tan bien transmitía su estado de ánimo y conforme la escuchaba se sentía cada vez peor. Las pocas seguridades que tenía, incluida la de creer saber quién era a pesar de no conocer ni la naturaleza ni el sentido de todo cuanto les había ocurrido, se tambalearon en aquel instante bajo aquel cielo antinatural en aquel bosque imposible. Una parte de ella habría querido llorar o gritar, pero esa parte parecía pulsar por debajo como un río subterráneo. Por un momento le espantó sentirse a sí misma como lejos y recordó las palabras del sóter cuando les conminó a no caer en la enajenación. Cerró los ojos con fuerza tratando de centrarse en sus interlocutores y no prestarse atención.

Tabitha siguió hablando y cuanto dijo parecía encajar. Necesitaba respuestas y tal vez pudieran darle algunas.

Forest cree que estas estructuras son algo que hemos visto antes. Yo también lo creo —respondió volviendo a abrir los ojos—. Por lo que sabemos parece que cuando un viaje de uno de nosotros tiene algún tipo de fallo, el cuerpo crece descontroladamente y muere. Sobre este suelo, sin embargo, estos cuerpos no han muerto, sino que parecen haber enraizado. Tiene sentido eso que dices de que de alguna forma se han hibridado con la vida de… este planeta… —comprendió por las palabras de Tabitha algo que su mente había estado esquivando: que de nuevo habían viajado fuera de la Tierra del Eón y de la Tierra de los soratos—. Respecto a tu propio caso, creo que es lo mismo que nos ocurrió en uno de nuestros viajes —continuó haciendo un esfuerzo por centrarse—. Viajamos hasta una nave en el espacio, a unas carcasas tecnológicas como robots que era muy posible que contuvieran tejidos biológicos genéticamente idénticos a los nuestros. Ese embrión de que hablas seguramente era genéticamente idéntico a ti y por eso has podido viajar hasta ese cuerpo que ocupas. Y si escuchaste algo al llegar, o tal vez leíste algo escrito en tu campo visual, una información dispuesta para ti, eso mismo nos ocurrió a nosotros y tampoco comprendíamos lo que se nos comunicaba. Parece que quien dispuso todo y dejó los mensajes esperaba que supiéramos acerca de una misión de la que en realidad no sabemos nada.

Cargando editor
18/07/2019, 18:57
Egra de Nula

Erik parece querer medir las palabras, primero tomando tiempo para construirla y después, no se, si decidiendo la oportunidad.

Pero finalmente no se guarda. Creo que va con tiento eso si, pero me mira de frente e intenta compartir antecedentes. Escucho con atención, curiosidad y retazos de consciencia. El juego contumaz de mis dedos con mi pelo se ha vuelto loco y en algún momento en medio tengo que contenerme con la otra mano. Respiro hondo cuando acaba. Es hora de compartir notas.

- ¿Vosotros aparecisteis? Nosotros llevábamos treinta años aquí. Al menos los cuerpos. Las fechas son pertinentes. Treinta años coinciden con la revolución. La gente de este planeta, Atlas o como se denomine, créeme les gusta poner nombres distintos a todas la tierras, despertó entonces - juego a nivelar ambas manos - justo cuando ellos se alzaron nosotros nos fuimos de nuestros cuerpos... creo - suspiro recordando el diagrama que ahora posiblemente sea cenizas - Había empezado a intuir una idea en la que encaja que estuviéramos en el espacio. Nuestros cuerpos sin mente se encontraron en una base Aeroespacial. Pensé que eso encajaba con la nave. Digamosle el entorno Dongan-Verne-Toluca donde habitamos todos. Pero ahora que has hablado de consciencia... Creo que... - me paro a mirarlo en el plano emocional. Quizás este imaginando sombras pero, me parece que Erik estaba intentando manejar las palabras para ser suave, y si lo piensas bien, eso quiere implicar que en el fondo espera lo mismo. Lo miro arrugando la comisura de los labios y concentrando la profundidad de mi mirar en él. Lo veo en la misma sensibilidad que puedo yo tener. Quizás por eso estamos en este espacio compartido. Disponibilidad a ayudar. Empeño en no dañar.

Se me juntan las manos en un gesto de suplica o de disculpa. No se cuanto tiempo nos dan y si atinare a explicarlo sin alarmar. Pero tengo que hablarlo - ...mira...Es cierto es otro planeta...sin embargo no creo que nos sea nuevo...Nosotros ya estábamos aquí...Con el Golem...Cuando la revolución estallo y planteo su retirada...creo que nos llevo con el...en mente con una base biológica a su gusto y mientras viajaba a otro espacio, una casa virtual con todas las premisas para su plan -digo aderezando el relato con el gesto de la manos, transformadas en el trasunto de personas. El hueco entre ellas ahora es considerable - Después. Treinta años y algo falla. Las leyes de la física y !Bum¡ Cuántica y regresamos. No creo que hayamos ido solo hacia delante Erik. Creo que hemos vuelto. Nosotros vivíamos en este aquí. En este planeta Atlas.

Cierro los ojos para detener el entusiasmo. Recuerdo que estoy hablando yo, no estoy repitiendo hechos - Es solo una deducción. Un constructo de sospechas parido con los datos escasos que nos han ido dando - asiento una pausa - ni siquiera he dormido un poco para meditarlo con la almohada. Es... - el sonido me interrumpe desde la lontananza. Voces. Los dos nos giramos, por tanto los dos lo oímos. Instintivamente cubro mi boca con la mano para evitar hablar. Para escuchar sin ni siquiera el brote de mi respiración.

Escucho. Escucho intentando entender el sentido del extraño parloteo musical en un inicio y del mas semejante murmullo final. Cháchara de esa miriada de cabezas barbudas en las alturas de un idioma a interpretar.

Erik hace la pregunta justa y luego las que creo que nacen de los nervios.

- ¿Tocarlo? Si hubiera estado sola...después de un rato seguro. Contigo aquí. No correré ese riesgo hasta mucho mas análisis - me confieso mirando hacia las altura - ¿Que que es esto? Pues mi suposición es que el mismo ente diseñado para el viaje. En una forma estabilizada con el entorno - suspiro pensando en lo tonto o sabio que voy a añadir - Evoluciones de Transhumanos Junzi o como fueran...Experimentos del Golem o conclusiones silvestres. ¿Humanos? En el fondo. Creo que si. Tanto como nosotros - empiezo a darme cuenta que estoy rebasando la frontera hacia lo nihilista así que me callo.

Freno y vuelvo en la primera dirección.

- Soy Egra. ¿Me podéis explicar para nos hemos encontrado? ¿Podemos hablar?

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Imaginacion + Empatizar = 4 para tomar ligera consciencia de las emociones descritas en el primer canto.

Razon + Contemplar = 4 para hacer una pequeña traslacion de sentido linguistico de la murmuracion.

Cargando editor
19/07/2019, 09:21
--

Algo parecido a un canto coral se empezó a escuchar a lo lejos. Una voz infantil y otra grave. Enseguida se les unió algo parecido a un instrumento de cuerda pero que bien podría ser el mugido de un animal cantarín. Luego cambiaron a algo que se parecía remotamente a un concierto de tres gaitas que pasaron del estruendo a lo que parecía un duelo virtuoso entre flautas dulces que sonaban rarísimo. Se podría decir que tenían armonía y ritmo pero en general había algo como animal, como si fuera el sonido característico, el graznido de esos seres.

En total la exhibición no duró más que unos pocos minutos y en cuanto terminó comenzó a escucharse un rumor que venía de las parte más alta de las “ramas” de todo el "bosque". Ahora que se movían emitiendo sonidos desde abajo se podía apreciar que casi todas las últimas extremidades, las que ya no se ramificaban más,  en su parte más alta, en su ápice, terminaban con una cabeza. La mayoría tenían pelo, muchas una larga barba. 

Movían la boca y bisbiseaban zarandeándose a un lado y a otro. Hablaban entre ellas con unos fonemas rarísimos que aunque parecían emitidos por una voz humana no daba la sensación de que ningún humano fuera capaz de repetirlos.

Ese rumor sólo duró unos veinte segundos. Tras él todo quedó quieto y volvió el silencio.

Cargando editor
19/07/2019, 17:15
Forest Monroe

Forest se tambaleó, a punto de desmayarse por puro terror de la magnitud de la idea que le pasaba por la cabeza.

- El árbol... Los árboles... Sus cabezas son todas independientes, o quizá pertenecen a una conciencia conjunta de cada árbol... Quizá...

Forest se pasa la mano por la cara, tratando de limpiar su rostro y su barba de aquel extreño lodo. Está sudando por la frente y las palmas de las manos.

-Quizá los árboles sean todos parte de una misma criatura. Quizá toda esta superficie, este material, sea todo parte de un mismo organismo vivo, un entramado de árboles en el que nosotros somos los frutos.

Frotándose las manos, trata de deshacerse de todo resto del material en sus manos.

- ¿De qué tienes que protegernos, Tabitha?

Cargando editor
20/07/2019, 08:27
Ryu Akahoshi

Las disculpas de Faraz me tomaron por sorpresa, tampoco creía que la situación fuera tan grave como para requerirlas aunque, de una manera extraña, las apreciaba igual. -No es necesario que te disculpes, pensaba buscarte luego de la charla y al final no lo hice -sonreí con suavidad -Me alegra que hayas podido ordenar tus pensamientos -. Algo que por mi parte no podía asegurar pero que tampoco me quitaba el sueño de momento, sino que más bien me sentía en una corriente de consciencia continua que me llevaba sin que pudiera evitarlo al igual que una hoja en un río.

Faraz también estaba dormido cuando el viaje sucedió, no así Danny: si volvíamos podríamos interrogar a los que se quedaron en aquel plano para ver si nuestros cuerpos habían desaparecido con nosotros. La historia horripilante de la mano de Adrien volvió a ser relatada esta vez con otros detalles como que los rescatadores lo habían denominado géneta o que a la desintegración de la figura de la hermana de Forest sucedió una explosión. Me imaginé cuán duro debía de haber sido para el pobre comandante contemplar semejante desarrollo de los eventos. -Así que ya lo sabes, Faraz, hay que tener cuidado al probar nuestros poderes sean cuales fueren -acoté alzando una ceja -Y también hay que tener en cuenta que los sóteres también son censores de la magia.

Pero entonces, algo sucedió, algo maravilloso: a nuestro alrededor los árboles de aquel bosque animal o semihumano cobraron  vida y comenzaron lo que al principio pareció una suerte de composición musical, pero luego tomó tintes comunicacional. -Estén atentos -susurré -Esto puede significar que alguien o algo se acerca, o a lo mejor, solo están hablando de nosotros.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Sumo mis dotes Sensibilidad artística y observador.

Cargando editor
20/07/2019, 11:05
Faraz Snowden

Escucho en silencio el relato de Danny, con la cara ligeramente vuelta y la mirada perdida en el horizonte. Al final resultará que toda esa cháchara sobre los «dones transhumanos» es cierta, pero, al parecer, el ritmo al que se desarrollan esas aptitudes varía de un sujeto a otro. Solo espero que mi poder no consista en traer de vuelta a los muertos o provocar explosiones. Qué horror. Además, hay tantas cosas que no entiendo… ¿Por qué hemos aparecido separados en varios grupos, para después volver a reunirnos? ¿Dónde estamos ahora, y dónde están los que faltan? ¿De qué seré capaz una vez se manifieste mi potencial dormido? ¿Y se trata de algo unido y por tanto limitado a este cuerpo, o podré hacerlo con cualquier otro? De hecho… ¿este cuerpo que habito ahora es el mismo que el de hace unas horas? A estas alturas, parece claro que no. Lo que resulta evidente, a juzgar por las palabras de Danny y la posterior reflexión de Ryu, es que los sóteres también regulan de alguna manera el uso de estos «dones». No es que me sorprenda; el suyo es un puesto de gran poder y responsabilidad, así que no es extraño que puedan llegar a limitar o incluso a prohibir algunas de estas capacidades. Si actúan siempre guiados por el principio del bien común y la seguridad de su sociedad a la hora de tomar esa clase de decisiones, eso ya no puedo saberlo… Aunque siguen siendo humanos, así que me lo puedo imaginar.

De repente, una música llega a mis oídos, como traída por el viento. Las voces y los instrumentos se funden y coordinan en algo extraño y precioso, algo que no puedo dejar de escuchar. Y entonces ocurre lo más inesperado de todo: las caras de los árboles empiezan a susurrarse entre ellas, a comunicarse. En otras circunstancias, es probable que el acontecimiento me hubiera causado un gran espanto, pero creo que empiezo a acostumbrarme a la idea de que a mi alrededor puede ocurrir cualquier cosa. Sigo atento la insólita conversación, pero las cabezas hablan una lengua que no comprendo. Luego, tan súbitamente como empezaron a hablar, callan.

Miro a Ryu con un matiz de desafío en los ojos.

—Si pueden hablar entre ellas es que también pueden oír. Solo queda saber si, además, son capaces de entendernos. —Sin estar en absoluto seguro de lo que hago, me vuelvo hacia los rostros, alzando la mirada. ¿Cómo se supone que debo dirigirme a ellos? A veces hablo con mis bonsáis, pero esto es muy diferente. Abro los brazos para mostrar indefensión—. ¿Hola? —Qué original, Faraz—. ¿Entendéis mi idioma? Me llamo Faraz, y estos son mis amigos. ¿Podéis decirme qué está pasando?

Espero no haberlas ofendido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

A falta de una idea mejor, he tirado Carisma + Sincerarse, y saco un magnífico 7. No sé si podemos aplicar Afable... En todo caso, todo esto es inútil si ni siquiera me entienden, claro.

Cargando editor
21/07/2019, 10:45
Erik Du Mont

Erik asintió a lo que dijo Egra. Treinta años habían pasado ellos también, o por lo menos el cuerpo que estaba usando. Treinta años dormido como una cáscara vacía. Memorizó el nombre del planeta. A pesar de que las fechas coincidían, debían tener alguna prueba de que estaban en el mismo mundo. Al doctor le costaba dar cualquier cosa por supuesta a esas alturas. Escuchó el resto de la teoría de Egra en silencio, uniéndola con los pedazos de información que habían recabado antes y dándose cuenta de que llegaban a la misma conclusión.

- No te preocupes. Nosotros también creemos que el cuerpo que tenemos ahora existía antes de la revolución, pero con una consciencia distinta. Esa consciencia pasó a un segundo plano, a estar dormida, oculta, pero presente hace treinta años. Y luego... Las vidas que recordamos del Eón debieron de ser en otra colonia del Gólem, en otro planeta, y por algún motivo nuestra consciencia está aquí ahora, a la vez que la que tenía anteriormente este cuerpo pero sin poder comunicarnos con ella. Al menos es lo que nos dijo el sóter. - explicó, recapitulando también para sí - Hemos visto que en este mundo es posible crear clones... Personas genéticamente idénticas. Darya ha conocido al suyo, es apenas una niña... Así que tampoco es descabellado pensar que hay más como nosotros repartidos en diferentes planetas.

Aquella última idea le hizo tragar saliva, nervioso por lo que implicaba y por lo brusco que podría haber sido. Si realmente había algún fallo en el sistema del Gólem, nada les garantizaba que al despertar siguieran en el mismo lugar. Si es que no hemos cambiado de nuevo a este lugar... Asintió levemente a las respuestas de la mujer, fijándose entonces en el árbol con rostros. La idea de que aquello fueran humanos modificados le daba escalofríos. ¿No sufrían? ¿Podían existir con normalidad? ¿Les envidiaban? Miles de preguntas se formaron en la mente del doctor, pero permaneció en silencio mientras era Egra quien tomaba la iniciativa para hablar con ellos.

Cargando editor
22/07/2019, 09:31
--

Egra no vio respuesta. Desde luego que esos seres no hicieron nada de lo que pudiera deducirse que pretendieran comunicarse, incluso podría pensarse que ni siquiera hubiera reparado en ellos dos. Lo único que parecía haberles despertado de ese sueño era aquel extraño concierto que les había regalado probablemente un semejante. 

Casi había dado la sensación de que esas cabezas fueran el público de un partido de tenis comentando una jugada espectacular, o silenciosos fans aplaudiendo una actuación en un concierto. Y después, otra vez el silencio absoluto.

Erik sintió una expectación general y sin saber por qué le recordó este silencio a ese que se hace en los hospitales justo después de un nacimiento o una muerte. 

- Tiradas (2)
Cargando editor
22/07/2019, 10:04
--

Las palabras de Faraz no obtuvieron respuesta. Había sido como si una ola de actividad se hubiera extendido por el “bosque” y ya hubiera pasado.

Aunque esos seres no eran plantas tenían algo en ellos que se buscaba conseguir en el cultivo de los bonsais. En el Eón era especialmente difícil su cultivo pero cuando alguno alcanzaba tres o cuatro décadas el ejemplar cobraba una presencia venerable que a través de los signos del paso del tiempo expresaba de alguna manera algo permanente que lo trascendía. 

Observando eso, pensando en las cabezas como las yemas de los árboles se dio cuenta el florista que todas se habían quedado mirando hacia el mismo sitio. 

Una vez hubieron reparado en ese detalle fue fácil caer en la cuenta de que no eran ellos sino el lugar del que había venido “el concierto” lo que captaba la atención de esos seres.

- Tiradas (1)
Cargando editor
22/07/2019, 21:08
Cabira #14

De haber poseído carne y color, Tabitha habría palidecido, a medida que aquella cacofonía de sonidos animales y melódicos se elevaban, siendo respondidos por aquella suerte de susurros initeligibles que provenían de cada una de las ramas de los extraños árboles. 

Si ellos... También podrían ser nuestros hijos... Son vuestros hermanos.-indicó, estremecida, mirando hacia lo alto, con temor y asombro, en medio de la tristeza que aún la embargaba- No sé de qué debo protegeros. En su día, os quería proteger de Ellos, pero diría que eso era tan sólo mi instinto. Mi instinto de madre.-respondió a Forest, antes de mirar hacia Darya, levantándose, de aquella forma fraccionada en la que se movía su cuerpo- ¿Y si realmente ni siquiera estoy aquí? -preguntó, confusa, aturdida- He oído cosas, desde que llegué. Sí. Escuché eso que os dije. Y esa misma voz me dijo otras cosas, cuando contemplé a estos seres... A los árboles... -confesó- Una voz, que no sonaba ni femenina ni masculina pero sí familiar: 

“Algunos de ellos son vuestros hijos.” 

“Ahora duermen pero están vivos.” 

“En tu noche treinta y dos los llamaste titanes.” 

“Piensan y sienten pero de una forma diferente.”

Enumeró, aumentando con ello la confusión presente en su rostro- No entiendo muchas de esas frases. No sé qué quiere decir que en la noche treinta y dos los llamase titanes. ¿Estuve aquí? No lo sé. -expuso, abrazándose momentáneamente a si misma- Algo ha debido ocurrir. ¿De dónde provenía ese sonido? La música...