Partida Rol por web

Y ahora el otro le pedía la mano a su hija Zelda. Parece que no quieren entender que si ellas no quieren no lo harán. ¿El cerdo? Estaba inquieta por la presencia de tantas alimañas que ni siquiera deberían tener trato con nosotros. 

Si el príncipe Encantador quería pasar tiempo con Peach quizá surge el amor, pero al escuchar la petición de su hija Zelda, la reina se emociona al ver que quizá su hija pequeña puede encontrar la felicidad. Aunque... seguro que al rey no le parece bien. "¿Y qué?" Se pregunta la reina.

-Gracias por la advertencia y vuestro ofrecimiento de proteger a las princesas.-Respondo a Encantador, pensando en que para eso ya tenemos a la guardia.-Pero... si mi hija Peach no está dispuesta por lo que se ve a tratar con vos, podríais conocer a la princesa Zelda. Estoy segura de que será un honor para ambos.

El príncipe escuchaba atentamente a los reyes, olvidándose completamente de la presencia de su hermano, cómo habitualmente. Al encontrarse en la misma sala, pudo escuchar los comentarios de la princesa Zelda, a pesar de que la joven había intentado disimularlo, pero el príncipe miró a otro lado y como buen caballero, hizo oídos sordos. Claro, pero no podían faltar los comentarios de su seca madre.

si mi hija Peach no está dispuesta por lo que se ve a tratar con vos, podríais conocer a la princesa Zelda.

Majestad, eso de que la princesa Peach no está dispuesta, tendremos que verlo ya que, como comenté anteriormente, estoy seguro de que puedo cambiar su parecer esta noche. Estaré encantado de pasar un tiempo con sus hijas más tarde, comentó ahora mirando al rey. Luego mirando a Peach añadió, seguro que podemos encontrar muchos intereses comunes.

Tras mi petición, espero en silencio la respuesta de padre, ya que es el cabeza de familia. Un fuerte nudo de aprieta en mi garganta, al comprobar que una vez más me ha ignorado. Mi mirada comienza a ponerse vidriosa y centro toda mi energía en no derramar ninguna lágrima, mientras escucho la respuesta de madre.

-¡Oh!, gracias, gracias, gracias, no todo está perdido-

Me digo a mi misma mientras sonrío levemente hacia la reina. Pero Encantador sigue mirando a Peach, por su réplica, diría que está más que encaprichado de la maldita rubia...

-¿Qué demonios le ve a ella?, No tiene modales, de lo repipi que es, hace que se me salten las lágrimas... Por dios ¿Qué reino la respetaría?, Yo estoy más cualificada para casarme con él y con cualquiera, eso desde luego... Ella estaría mejor fregando letrinas, total, para la coherencia que tiene al hablar...-

Me mantengo en silencio,no sacaré mucho más de esto. Sólo me queda esperar a que esta maldita audiencia acabe y encontrar una oportunidad para presentarme personalmente ante el príncipe.

La respuesta no se había hecho esperar y era lo que esperaba, una negativa. No le sorprendía ni le molestaba mientras su hermano consiguiera más de lo mismo... y eso que había dicho del cerdo.... interesante...

-Menuda familia... si mi hermano no estuviera tan desesperado por casarse le haría un favor y le mataría aqui mismo antes que obligarle a casarse con cualquiera de estas dos...

Aun así, rechazar la petición de Septimus tendría al menos una réplica por su parte, no iba a dejar las cosas así tan fácilmente...

-Bien, si la princesa Zelda no está dispuesta a casarse conmigo no tengo nada más que añadir al respecto, ya veo quién lleva los pantalones en este reino... pero cuidado, rechazarnos tanto a mi hermano como a mi es una afrenta contra nuestro reino, y a una de sus hijas no va a ser nada fácil casarla, sin ánimo de ofender, quizá el "rey" debería meditar mejor nuestras proposiciones... y en mi caso, visto lo visto, yo me conformaría con el bufón.

Tras decir esto, el príncipe Séptimus sonríe amablemente, hace una reverencia y añade:

-Majestades, gracias por recibirme.  Después se queda esperando una posible respuesta (probablemente desagradable, aunque se la había buscado), dispuesto a marcharse de allí cuanto antes y seguir con sus planes... éstos eran más importantes que cualquier audiencia con un rey calzonazos, una reina demasiado permisiva, y dos niñatas egoistas

Pos mega perfecto. Encantador con Zelda y el otro ¿con quién ha dicho? ¡Ah! ¡Que tonta! Con el cerdo. Y yo... pos con el bufón que me hurtó ear.(Léase heart, corazón).Megafantástic. Peach seguía en su propio mundo de fantasía sin escuchar amenanzas, advertencias y demás. Todo en su cabecita de chorlito cuadraba a las mil perfecciones, ¿para que darle más vueltas?
¿Cómo puede querar casarse con un cerdo? O sea, el amor es ciego pero no tanto. Aunque sino fuera la sosa esa, yo hubiese acabado con un fontanero.. Y cavilando, cavilando el tiempo pasaba y nadie conseguiría hacerla volver de su mundo de champiñones y secuestradores.

Acabadas sus peticiones, sus altezas reales regresaron al vesíibulo de palacio junto con el resto de invitados. Encantador, con su siempre encantadora sonrisa; Séptimus con la expresión contrariada después de que ambas princesas hubieran rechazado sus peticiones ¡Pero qué se habrían creído aquellas niñatas consentidas!

Sebastián los acompañó fuera de la sala de audiencias. Y una vez en el linde la puerta, volvió a anunciar de forma ceremoniosa:

- El cazador real Elmer Gruñón. Y familia.

Ahora la servidumbre. ¡Qué demonios querrían aquellos tres! Seguro que un aumento de sueldo. Pues la llevan clara.

El fornido cazador real hizo entonces su entrada acompañado de su atractiva mujer, la jefa de criados Mary Rose. Detrás de ellos, el sonido de unos cascabeles anunciaba la entrada del bufón Jóker, hijo de ambos y ojito derecho de la princesa Peach.

La reina ignora el último comentario del príncipe Séptimus. ¿Pero qué se ha creído este? Que puede venir a mi casa a insultarnos de esta manera. ¿Y el príncipe Encantador qué? ¿No le parece suficiente mi hija Zelda?

Estaba hecha una maraña de nervios porque los príncipes habían sido muy descorteses con las princesas. Pero al salir al vestíbulo se tranquilizó.

El cazador y su familia. Miró al cazador y luego a la jefa de sirvientes y a su hijo. La reina estaba dando vueltas a algo desde la audiencia, algo que le aterraba. Pero sonrío con dulzura al cazador y luego a su familia.

-Buenos días.-Dijo con suavidad durante un momento, pero enderezándose a continuación.-¿Cuál es vuestra petición?-Pregunta sin rodeos.

Peach observa entrar a los tres. Y todos sus pensamientos se vuelven uno:¿Estaré o para nada?La egocéntrica princesa deja de pensar en si misma para centrarse en el bufón real. Se endereza en su incómodo trono, jopetas, como me duele el palmito. O sea, va quedar aplanao se queja en su fuero interno. Sacude su vestido rosa chillón, y saca el abanico con el oculta media cara coqueta y sobre todo, su horripilantenariz. Casi sonríe pero sólo casi, está deseando que pase este amargo día para estar con su querido Jóker a solas, en su dormitorio.

Con los príncipes enfurruñados la esperanza de casar a las niñas se apaga un poco,  pero aun queda tiempo para que se conozcan un poco mas, y aunque sea dejar casada a Peach. O a Zelda claro...
Bueno, ahora pasan el cazador, el joker y su mujer.
Que mujer… me pierdo entre sus curvas durante un momento pero disimulo lo mejor que puedo y me dirijo al hombre
- ¿en que puedo ayudaros?
Sigo pensando en como casar a las niñas,y el como mira Peach al Joker no me ayuda a concentrarme.

Tras entrar en la sala le doy un cariñoso abrazo a mi mujer y luego me acerco a los reyes.

-Majestad, gracias por recibirnos. No se si aun debo felicitaros por las nupcias de vuestras hijas mi reina, espero que todo vaya bien, aunque con la belleza de las princesas seguro que no habrá problema.-inclino la cabeza con respeto hacia ambos dirigentes y sonrio a las princesas.

-Perdonad que os moleste en este dia de fiesta pero e de comunicaros algo preocupante. A llegado a mis oidos que en el palacio se a colado un traficante de drogas. Creo saber quien es y os pido permiso para hacerme cargo de él. Para ello os e de pedir que me permitais derogar ciertas... leyes de proteccion animal.-Aunque tenga que cazarlas yo solo... pienso tras echarle una triste mirada a mi hijo.

La reina escucha atenta la petición del cazador. Intenta no pensar en el tema de las nupcias que ni siquiera se han fijado y que esperaba que no se fijaran sin el consentimiento de las propias princesas.

-No es necesario felicitar aún por eso.-Anuncia a Elmer.- La noticia que nos traéis es terrible, algunas de esas sustancias pueden llegar a las princesas, y eso sería una desgracia.-Lo mira fijamente, con un brillo en su mirada que es imposible de desvelar.-Tien... tenéis mi permiso para haceros cargo de este asunto y esperamos que podáis conseguir eliminar este problema.

Observé marchar a los príncipes con cierta añoranza en la mirada, me apena en sobremanera que padre ignorara mi petición y que Encantador hiciera lo mismo con la oferta de madre.

Sorprendida, observo entrar a Elmer, seguido de su esposa la criada Mary y su patético hijo el bufón. Suspiro sin disimulo, nunca me han caído bien ninguno de los tres. Mi mirada se posa primeramente en el cazador, quién además de ser un sádico maltratador de animales, no pierde el tiempo para meter el dedo en la llaga, -¿Qué demonios le importan nuestras nupcias?-.

Al sentir su mirada en mi, no puedo evitar torcer el gesto en señal de desagrado. El hombre continúa hablando sobre no sé que  traficante de drogas, y derogar algunas leyes de protección animal...-¿Aquí, en palacio, drogas?... Lo dudo, este lo que quiere es torturar a algún pobre bicho para satisfacer su evidente trauma al estar casado con semejante bicho como lo es la vieja de Mary...-.

Boquiabierta, observo a madre adelantarse a padre, para otorgarle ella misma el permiso para sus planes -Alu-cinante, ¿Piensa permitir que torture a un inocente animalito?-. Buffo sonoramente pero no abro la boca, en lugar de eso, espero que se marchen rápido, para así poder ir a conquistar a mi príncipe.

La mirada del joker se poso un instante en los ojos de la princesa pech , fue un instante de intenso deseo y amor pero inmediatamente intento disimular para no causarle problemas a ella.
Tras ese instante la decepción en los ojos de su padre nuevamente le golpeo con fiereza y eso le arrastro a hablar .
Estimado rey y Reina   yo en este día especial solo pido que se esfuercen  como siempre  en que toda la familia real sea tan feliz como merecen y que asistan a un nuevo numero que estoy preparando en honor a la familia real.

Elmer, tomaos las licencias que estimeis para encontrar a cualquier traficante de ronde palacio, y traedlo a nuestra presencia.

que mirada le ha echado la reina, supongo que sera por la sorpresa de un traficante...

En cuanto a las nupcias, tranquilo, me huelo que pronto habrá boda, y si todo este asunto se esclarece ocupareis un buen lugar tanto en la ceremonia como en el banquete.

tanto vos como vuestra familia, claro.- no puedo evitar una sonrisa al mirar a los otros miembros de la familia

en cuanto a ti Joker, nos encantara a todos- miro a la reina- asistir a tu nuevo número que seguro sera tan bueno como el anterior.

Debo evitar que el bufón siga viendose con Peach...

Entramos a la sala de Audencias y le doy un beso a mi marido.
Y me dispongo a ir donde estan los reyes.

-Serviros es todo lo que necesito y un placer para mi, su Realeza ,digo mientras me inclino en una cortés reverencia.

- así que pedid lo que necesitéis de esta humilde sierva.
 

Peach no escucha. Sólo se abanica constantemente mientras se come con los ojos a Jóker sin ningún disimulo. "Chiquilla, córtate un poco, ¿no?" Le dice una mini-Peach en su cabeza pero Peach sigue sin atender ni a su pepito grillo mental. Arde de pasión y deseo por ese hombre. Y sin querer, mientras la gente habla en su floreada y rosa mente se monta un escenario (su dormitorio real) y un títere (ella misma) recostada en su cama, se sorprende al ver a aparecer a otro títere por la puerta (Jóker). Títere rosa y títere con cascabeles se funden en un tierno abrazo y empiezan a frotar sus caras. "¡Eso es un buen morreo!" Proclama mini-Peach en la esquina inferior izquierda de la caja de títeres. "¡Oh, si, nena! ¡Dale fuerte!" Anima mini-Peach al títere de vestido rosa. El títere de los cascabeles se mete por debajo del faldón. "Pero ¡qué pervertido!"Exclama mini-Peach con una risita tonta. La música empieza a sonar "Dale a tu cuerpo alegría Macarena, que tu cuerpo es para darle...." ambos títeres se revuelcan como cerdos en la cama, en el suelo, contra las paredes, en el tocador, contra un mástil del dosel, los "cabezazos" no paran y el títere del vestido rosa está completamente despelonada. "...Que tu cuerpo es para darle alegría...". Mientras tanto la mini-Peach baila la macarena a un lado del escenario ajena a lo que ocurre entre los títeres.

Eyyyyy, Macarena. Peach mueve la cabeza de lado a lado mientra sigue el compás de la música, los títeres desaparecen, y la mini-Peach se le queda mirando un instante, le dice algo pero Peach ni siquiera la escucha y en eso, se da cuenta que los tres miembros de la extraña familia ya han hablado.
-Poooos-habló mientras se levantaba del incómodo trono-yo tengo algo qué decir.-Dijo mirando a los tres y volviéndose lentamente para mirar a su padre y después, a su madre. E inconsciente supo a quien dirigirse.-O sea, Mamuchi, amo a Jóker y deseo enlazarme con él. O sea, si él, así lo desea.-Dice volviendo su mirada hacia el susodicho.
"¡Estás pá yaaaaaaa!" Le chilla su mini-yo.

La reina se queda inmóvil, congelada, aterrada. ¿Ella y el Jóker? Ya comenzaba a sospecharlo desde la audiencia, pero... no podía ser. Ella no sabía si Peach y Jóker eran... hermanos, dice una voz en su interior.

Al menos por parte de padre, pero tampoco estaba segura. Puede que Mary Rose sea una mujer también infiel, en ese caso no habría problema, pero si no lo es... entonces existen demasiados problemas. La reina Corazón se quedó callada unos momentos, pálida, pero acto seguido supo que responder.

-Peach... si eso es lo que deseas podemos intentarlo pero no puedo prometerte nada aún. Igual una boda es demasiado precipitado aún, así que... mejor vamos a pensar las cosas con tranquilidad.-Necesitaba hablar con Elmer, él sabría que hacer. Siempre lo sabe.

Me quedo de piedra al oir lo que dice la princesa. Luego me recompongo como puedo y paso un brazo al rededor del cuello de mi hijo, con un abrazo paternal.

-Su majestad es muy sabia. Además necesito a mi hijo para que me ayude, como bien sabrá la princesa no soy una persona muy ducha en las cobachuelas de la corte. Mi hijo tiene mucho mas don de gentes y me será imprescidinble por ahora. Quizás la princesa debería meditar otras propuestas mientras tanto.-trato de sonreir pero ante la perspectiva del enlace mis piernas flaquean. Por amor de Dios que necesito un trago muy largo, pienso.

Blanqueo los ojos al escuchar al bufón hablar. -Genial, otro espectáculo del patético sin gracia... Definitivamente esto es un muermo, ojalá Séptimus se llevara al esperpento de los cascabeles cuanto antes-. Padre responde al fin y una vocecilla en mi mente resuena irónica -Oh si, seguro, Todos estaremos encantados... Como sea la mitad de malo que el anterior número soy capaz de meterle los cascabeles quién sabe dónde-.

Para completar el panorama, la vieja Mary se adelanta y cómo no tiene nada que pedir, pero necesita llamar la atención, dice un par de frases obvias, -Maldita metementodo, para husmear no pierdes el tiempo. Servirnos, ¡Ja!, si la mitad de las veces te olvidas de hacer mi cuarto y de ponerme un plato en la mesa, vieja asquerosa, ya sabemos de dónde sacó la poca gracia el atolondrado de tu hijo-.

En ese instante, Peach se levanta con ese sentido de la oportunidad sólo digno en ella y anuncia algo que me deja boquiabierta. -Jajajajaja... sabía que eras tonta hermanita, pero no tanto. ¡EL BUFÓN!, jajajajaja- Niego con la cabeza mientras sonrío con malicia mirando a la rubia. -Demasiado tiempo comiendo setas, que boba se ha quedado la pobre jajajaja... En fin, si está enamorada del patético mejor, Encantador será mío...Tendré que ayudarla para quitármela de encima, con suerte se casan y se largan, me deshago de ella y del sin gracia, dos pájaros de un tiro, debo hacer algo-

Miro a madre, luego a padre y añado en voz baja, -Si ambos se quieren, deberían estar juntos... Más si ha estropeado a Peach- Hago una breve pausa para que mis palabras calen entre los reyes, no sé lo que tendrán estos dos, pero desde luego Peach volvió de sus secuestros habiendo conocido varón, si no, ¿Por qué hablaba tanto del tal Mario?. Durante meses tuve que aguantar sus largos monólogos sobre lo "cuco" que era el enano bigotudo ese. Este es el momento de usar esa baza a mi favor. Miro fijamente a padre y continúo -Padre, si Peach está estropeada, ningún príncipe querrá desposarla y nuestro linaje caerá en desgracia, debéis pensar muy bien lo que vais a hacer, es vuestra oportunidad de casarla. De lo contrario, si estoy en lo cierto y la prometéis a Encantador o a Séptimus, os la devolverán de la peor de las maneras-.

Satisfecha con mis argumentos, guiño un ojo falsamente a mi hermana y espero ansiosa la respuesta de nuestros progenitores.

Me quedé blanca al escuchar a Peach que estaba enamorada de Joker. Me puse las manos en la cabeza... Me estaba entrando un calor, me empecé abanicar con la mano.

Me dirigí a los Reyes. Y le dije: -No si es una broma, mi quería Reina, lo que acaba de decir tu hija. Pero es muy precipitado hacer acontecimientos. Necesitamos a mi marido Elmer y Yo hablar con mi hijo, porque no se si el esta enamorado de Peach.
Porque si es así por mucho que las dos partes de la familia no queramos, ellos son los que mandan en su corazón. Aunque me duela decirlo.

No se si estaba actuando bien, lo que me decía mi cabeza que no podían estar juntos Peach y Joker porque tarde temprano le tendría que decir el secreto que guardo desde mucho tiempo. Y no sabrían como lo iban afrontar las dos partes.